El desayuno especial

Un bonito despertar.

Era temprano por la mañana, tenía la intención de llevarle el desayuno a la cama y darle los buenos días. Al entrar a la habitación la encontré medio dormida, únicamente con un pantalón que apenas le cubría su perfecto culo respingón.

Tras cerrar la puerta de la habitación se despertó, me dedicó una sonrisa y me invitó a sentarme. Me ponía demasiado nervioso ver como sus pecho desnudo, redondo y firme, se movía cada vez que se giraba..

Desayunamos rápido y, de repente, se escapó un beso que desato todo, cogió mi mano llevándola a recorrer cada centímetro de su pecho, notaba como poco a poco sus pezones se iban poniendon duros, no podía contener mi erección y estaba deseando arrancarle el pantalón...

Entramos en calor muy rápidamente, tanto que podía notar en cada caricia como su respiración iba acelerándose. A los pocos minutos estaba completamente desnuda sobre la cama y mis dedos jugueteaban dentro de ella...

Solo quería hacer que llorara de placer, la senté sobre mi cara, con las piernas bien abiertas para que mi lengua pudiera lamerla bien, daba pequeños saltos y gemía discretamente, no iba a separarme de ahí hasta que me rogara que se la metiera...

CLaudia, que así se llamaba aquella diosa de la lujuria, se levantó y, sin dejarme hacer nada más, se puso encima de mi y se la introdujo lentamente, metiéndola y sacándola entera muy despacio, era una sensación increible notar como entraba y salía tan fácilmente, notar lo mojada que estaba...

Tras un rato de penetraciones lentas decidí pasar a la acción, me volvía loco por hacer que se corriera por detrás así que le hice sentarse sobre mis piernas y poco a poco fue entrando en su culo, los gemidos eran muy intensos y se notaba que la disfrutaba, gritaba  cada vez más fuerte hasta que su cuerpo se puso firme y un gran orgásmo la reocrrió de principio a fin...

Quería más, todavía tenía que hacerla correrse una vez más, se puso a 4 patas sobre la cama y me invitó a que le diera fuerte, yo estaba a punto de explotar al ver como se separaba el culo con sus manos para que la penetrará. Me coloqué detrás y la metí hasta dentro, su vagina estaba ardiendo y lubricaba como nunca antes había visto. La agarré del pelo mientras ibamos directos al orgasmo, gimiendo acabamos de disfrutar lo que nos deperaba el inicio de la mañana...