El desayuno con la Abuela

Al no tener prisa me gire, dándole la espalda saque su pene del bóxer, en la punta de su pene había liquido preseminal el cual tome con un dedo y lo probé...

El desayuno con la abuela fue de lo más agradable; me preguntaba sobre mi trabajo, la escuela, mi familia y esas cosas. Mostraba un interés sincero por cada cosa que le comentaba, tal vez el hecho de no haber conocido a mis abuelos creó un lazo con la dulce señora, la cual después comenzó a balconear a César con recuerdos de las travesuras que había hecho. Después de dos horas de desayuno la señora dijo que había sido un placer conocerme un poco más, se disculpo diciendo que había quedado en ir a solucionar unos arreglos a la delegación y sin más se fue.

Aprovechamos dicho momento para ir al cuarto de Ces, esta vez empezamos lento, muy lento, prendimos la tv y estábamos viendo la niñera (una de mis series favoritas) acurrucados, con caricias sobre la ropa y besitos transcurría el tiempo, en cierto momento las manos se iban por debajo de las prendas. Para esto debo describir mi vestuario; una blusa de cuello alto súper pegada al cuerpo, una faldita y debido al frío de diciembre unas mallas negras con unas botas grises, obviamente estaba muy cubierta, por lo cual Ces necesitaba del tacto con mi piel, como lo dije al principio las caricias estaban por debajo de mi blusa y de la falda, las mallas ya las tenía enrolladas a la altura de las rodillas.

Por mi parte no dejaba de acariciar su espalda por debajo de su playera, dibujando círculos y sintiendo los escalofríos que le causaba. En determinado momento Ces se acomodo sobre mí, sin más me quite las botas y las mallas para poder abrazarlo con mis piernas, él seguía besándome a la vez que me quitaba la blusa dejándome solo con el bra, la falda y mi calzoncito puestos. Claro que era momento de sacarla la playera y el pantalón, por lo cual me deslice y quedando sobre él logre desvestirlo. Esta vez era mi turno de recorrer todo su cuerpo, empecé por su entrepierna, en la cual ya se asomaba la dureza de su delicioso pene, el cual acariciaba con la punta de mi lengua, seguí un poco más con mi recorrido pase por su abdomen, sus bíceps, hasta llegar a su cuello el cual mordisqueaba, los dos seguíamos con la ropa interior puesta y yo con mi falda, por lo cual el roce de nuestros sexos nos tenía en un gran placer.

Estando sentada comencé a moverme en círculos, sintiendo la dureza de su pene, teniendo un gran placer, él me tomo de las nalgas y marcaba el ritmo que mejor le parecía, yo solo me dejaba hacer. Creo que el morbo de seguir con la ropa interior y la falda hacían que los dos estuviéramos realmente calientes. Al no tener prisa me gire, dándole la espalda saque su pene del bóxer, en la punta de su pene había liquido pre seminal el cual tome con un dedo y lo probé, delicioso, después de esto seguí con una paja con mis manos, pero estando sentada seguí con movimientos al ritmo de la paja, esta simulación de penetración pareció agradarle de sobremanera, lo cual notaba en como jalaba/acariciaba mi cabello, esto hizo que me hiciera más hacia atrás, con lo cual mis manos fueron a dar a mis pechos, claro que ahora su pene estaba aprisionado debajo de mi, sentía el roce y eso nos encantaba.

Después de estar así algunos minutos se giro, quedando nuevamente sobre de mi, hizo solamente a un lado la tela de mi calzón y comenzó la esperada penetración, la cual era súper fuerte. Seguía acariciando mis pechos, apenas y los saco del bar, besaba lo que podía y de vez en cuando mordisqueaba el pezón, algo que disfruto de sobremanera. A ese ritmo no tarde mucho en alcanzar mi primer orgasmo, al notar esto Ces mordió un poco más fuerte mi pezón derecho con lo cual solté un grito de placer que seguramente escucho algún vecino.

El rápido vaivén de su cadera seguía, pero decidió subir mis piernas a sus hombros, me mordisqueaba dejando algunos chupetones, luego junto mis piernas, en esa posición obviamente mi vagina apretaba más su pene, con lo cual los dos sentíamos mucho más placer, los movimientos más rápidos de Ces indicaban que pronto iba a eyacular, por lo cual decidí poner en práctica aquellos ejercicios de apretar cerrar, lo cual incremento nuestro placer llenándome de su abundante corrida. Baje las piernas y obvio algo del semen se escurrió y fue a dar a mi falda y calzón, los cuales me termine quitando.

Debido al estado de mi ropa la pusimos a lavar, me prestó una sudadera para que bajáramos al cuarto de lavado, dicha prende solo me cubría un poco por debajo de mis nalgas con lo cual el meterme mano le era muy fácil. Una vez que programamos la lavadora y aprovechamos para poner un poco más de ropa, para no gastar en balde agua y jabón.

Nos comenzamos a besar nuevamente, estando recargada en la lavadora sentía lo frío de la lamina, con lo cual la piel se me puso de gallina y mis pezones se pusieron duros, bueno el pene de Ces volvía a estar nuevamente duro y yo quería tenerlo nuevamente dentro de mí, ante tal situación lo más rápido fue subirme a la lavadora y abrir las piernas, con lo cual la lenta penetración fue maravillosa, esto acompañado de los movimientos de la lavadora me hicieron llegar a un prontísimo orgasmo, ante eso los movimientos de Ces aumentaron nuevamente su intensidad, me besaba y mordía mis labios, mi cuello y metía las manos por debajo de su sudadera para acariciar mis pechos, los cuales seguían duros por el frio de la lavadora.

Cabe mencionar que no terminamos el ciclo de lavado, bueno estando yo sobre la lavadora; en cierto momento me baje me incline sobre la lavadora y volvió a penetrarme, tomando mis caderas y embistiéndome cada vez más fuerte, a lo cual yo solo respondía con leves gemidos. Debido a nuestro encuentro en su cuarto esta vez su corrida no fue muy abundante, pero esta vez no manchamos nada, agarro un pedazo de papel, nos limpiamos y subimos a darnos una rápida ducha en lo que terminaba la lavadora.

Ya en la ducha nos dedicamos únicamente a acariciarnos  y besarnos, nos apresuramos debido a que llevaba toda la mañana con él, y claro también a que su abuela no fuera a regresar y encontrarnos infraganti.