El desayuno

Me marche del Sex-shop sin acordarme de que tenía que desayunar, pero cayendo en la cuenta que en verdad había desayunado, pues me habían dado leche calentita y carne en barra, e incluso salgo empachado la verdad.

El desayuno

Antes de nada… disculpad por teneros tan olvidados. Os debo de confesar que no he estado precisamente de celibato, sino más bien todo lo contrario, aumentando de forma escandalosa mis experiencias. Como bien sabéis me considero curioso en el ámbito sexual, no suelo negarme a alguna fantasía de mis acompañantes por muy mal que suene, pues el morbo nos envuelve casi siempre. Intento quedar en mi tiempo y no adaptándome a los suyos, aunque a veces al final cedo. Siempre he pensado que no me considero un calientapollas, pues no siempre se puede quedar o a veces hay hasta plantón, cuyas circunstancias de la vida son el mayor de los impedimentos. Debo decir que no busco amistad, aunque esa puerta siempre la dejo abierta, ya que lo mío es simplemente sexo, solo busco relaciones esporádicas.

Comprendo que muchas de mis experiencias os parecerán historias de ficción, fábula o invención, pero nada más lejos de la realidad… ya me gustaría muchas veces, realizarlas con mayor tranquilidad. Puedo asegurar que todas mis experiencias, están rigurosamente basadas en experiencias vividas a lo largo de estos años. Dejando esto claro, comenzare… vale. Antes de comenzar os pondré en antecedentes sobre mi vida por el año 2009, pues un año antes contraje matrimonio con tan solo treinta y cuatros años, aunque todos mis amigos me decían que aún era joven, no solo por la edad sino porque no aparento dicha edad.

Trabajaba por aquel entonces en el mismo sitio que estoy actualmente con la salvedad que me movía poco, también os debo decir que llevaba al menos dos años sin mantener relación alguna con un hombre. También es verdad que no la echaba de menos, aunque mis follamigo a mí sí. Ese día como tantos, me levante temprano ya que debía de preparar mucha documentación, documentación para entregarlas en diferentes sitios de Sevilla. Aparte debía de suministrar bien mi tiempo, pues debía de hacer otras cosas en la oficina de manera de no atrasarlas, pues no soy de los delega trabajo.

Bueno sigo, salí de casa a eso de las siete y media de la mañana, pues debía de presentarme a las ocho de la mañana en una consultoría, ya que debía de entregar una documentación de un proyecto. Tras salir de la consultoría a eso de las nueve de la mañana, tire para la Plaza Nueva, sabiendo de sobra que debía de aparcar lo más cerca posible por lo que debía de aparcar en zona azul o en algún aparcamiento subterráneo, decidiéndome por  este último. Tras salir del aparcamiento, me encamine hacia el banco BBVA que está situado cerca de la Plaza Nueva, llevándome la sorpresa que había que coger número como sí se tratara de una pescadería.

Tras haber esperado más de media hora por fin me tocó a mí y tras no más de un cuarto de hora acabe, antes de salir y mientras guardaba la documentación que me habían entregado anteriormente y cerciorarme de los pagare. Mire mí reloj, fijándome que marcaban las diez y media de la mañana, pensando que podría acercarme a alguna cafetería a desayunar. Acercándome a sacar dinero al Banco Santander que hay en la calle Tetuán, pues no tenía más de cinco euros encima.

Tras sacar dinero, me encamine por la calle Tetuán en dirección a la Campana, pues deseaba ir a una cafetería que está cerca de la Plaza del Salvador. Cortando por uno de los pasajes que hay, pasaje que accedes hasta la calle Sierpes, pero a media calle del pasaje cojo a la derecha donde accedes a otro pasaje a modo de acortar. Pasaje precisamente que llamo mí atención los dos sex shop que había. Decidiéndome por entrar en uno de ellos, sex shop que escogí al tener las lunas más ocultas y poder estar más en el anonimato, tras entrar deambule primero por el interior, fijándome en la gran cantidad de películas que tenían en DVD por los mostradores, también llamo mi atención la gran cantidad y variedad de revistas, libros y artilugios de sexo. Fijándome en los vibradores,  consoladores y demás juguetes, pues tenía de todos los colores, tamaños y grosores por no mentar la variedad de estos… mmm.

Dándome cuenta o mejor dicho percibiendo las miradas de algunos hombres, hombres que por su físico y edad podrían ser perfectamente mi padre o abuelo. Pero cuando pase por delante del acceso a la zona de cabinas… mmm, comencé a recordar algunas experiencias que tuve, experiencias que hasta entonces ni recordaba… mmm.

Decidido me acerque al mostrador y tras dar al encargado diez euros en billetes, me quede a la espera de la vuelta en monedas de euro, mientras miraba el interior de la cristalera del mostrador, donde llamo mi atención los preservativos, pastillas retardadoras, vaselina y otras cosas. Siendo el mismo encargado del local quien me ofreció unas pastillas a mejor precio, mientras me daba un vaso de plástico con mis monedas en el interior. Tras coger las monedas, me encamine hacia la zona de las cabinas,

Recuerdo que entre y me encontré con dos hombres, uno a cada extremo del pasillo, deambulando estos de un lado hacia el otro. No dándole importancia, acabe por entrar en una de las cabinas abiertas, cerrando la puerta tras de mí, colocando mi maletín tras el asiento de cuero antes de sentarme en él. Antes de sentarme, cogí del interior del bolsillo unas pocas monedas, colocándolas encima de la máquina, comenzando por echar una de ellas en la ranura. Comenzando a saltar una película de sexo, cuyas escenas de sexo eran bastante fuertes, alzando la vista y vi otro monitor en la parte superior, monitos que mostraba en cuatro pantallas de forma aleatoria la gran variedad de películas que había, dándome cuenta de que había de todo tipo de géneros… mmm.

Solté un par de botones de mi camisa, me abrí el cinturón, desabotone los botones de la cremallera de mi pantalón vaquero, baje un poco el pantalón con la intención de sacar fuera mi miembro, aunque inicialmente flácido pero eso poco me importaba, pues poco me duraría este estado… mmm.

La cabina no era mucho mayor que el despensero de mi casa, no tendría más de metro y medio por dos metros. Pero este, tenía la peculiaridad que en sus paredes laterales, tenían un agujero circular tapados con una puertecilla con pestillo. Al principio no llamaron mi atención hasta que en una de ellas apareció un miembro, miembro de no más de catorce centímetros por tres y medio de diámetro. Sentí como mi polla se endurecía… mmm, llevado por la curiosidad y animado por el dueño de ese miembro a agarrársela, acabe por agarrársela y siguiendo las pautas de ese… comencé a pajeársela, este desconocido suspiraba y me pidió que se la chupara... mmm, cosa que aunque dude al principio… acabe por hacer… ooohhh.

No me reconocía a mí mismo, allí estaba yo chupándosela a un desconocido, pensé que había cambiado… pensé que estos años sin tener la necesidad de sexo con hombres, me habían cambiado… pero me equivoque.

A todo esto, debía de hacérselo muy bien a este, pues no dejaba de disfrutar, haciéndomelo saber entre gemidos y elogios. En un momento dado y no me preguntéis en que momento, este me pregunto…

  • “Te gusta que te follen”.

Lógicamente le conteste…

  • “Si”.

Respondiéndome…

  • “Pues abre la puerta que voy a follarte”.

Tras decir esto, saco su miembro del agujero y cerro la puertecilla, escuchando poco después el abrir de su puerta y el sonido del picaporte de mi puerta abrir. La puerta se abrió, apareciendo un hombre muy mayor, canoso y con abundante pelo, delgado y no muy alto, y cuya edad me aventuraría a decir que rondaba los sesenta años.

Tras acceder lo primero que hizo fue cerrar la puerta y echar el pestillo, se me acerco y sin dejarme levantarme del sillón, comenzó a acariciar mis cabellos… mmm. Presionando mi cabeza contra su vientre al tiempo que su mano se introducía por dentro de mi camisa, comenzando a acariciarme el pecho, cuello e incluso espalda… mmm, aquello me gustaba… ya que me estremecía… uuummm. Acabando por animarme a quitarme la camisa, siendo este mismo quien la colgó en el perchero.

Dejando de acariciar mis cabellos, condujo su mano hasta su bragueta, bajo la cremallera e introdujo su mano en el interior, sacando su miembro fuera al tiempo que con su otra mano, cerraba la puertecilla de su izquierda y echaba el pestillo, dejando abierta la de la derecha más al estar oculta por mi cuerpo.

Cogí su miembro y me lo introduje dentro de la boca sin mucho problema, aquel viejo desconocido acariciaba mi nuca con una de sus manos al tiempo que con la otra, no dejaba de acariciar mi espalda al descender y arañar al ascender… mmm.

Chupe su glande desde la cabezota e ir descendiendo hasta sus genitales, introduciéndomelos dentro de mi boca, sacándomelos para volver a lamer su tronco hasta su glande y sin problema alguno, introducírmelo dentro de mi boca por completo… mmm.

Recuerdo que con el rabillo del ojo me dio la sensación de ver a un extraño por la ventanilla de mi derecha, sensación que fue contrastada al ver el mismo gesto a este viejo desconocido, acabando por tener la intención de cerrarla. Cosa que evite y le propuse que le dejara abierta, dudo pero finalmente dejo que ese mirón disfrutara. Tras un rato que no podría precisar, este me propuso follarme ya, pensé en que se pondría preservativo por lo que no dije nada. Dándole la espalda, comencé yo a prepararme, bajándome pantalones hasta los tobillos y los calzoncillos hasta las rodillas.

Tras apoyar mi rodilla flexionada sobre el asiento del sillón, flexione mi cuerpo al tiempo que eche mis nalgas hacia atrás con la intención de ser embestido... mmm. No pudiendo este introducírmela... quizás llevado por los nervios, sacando del interior de un de sus bolsillos un bote de vaselina, echándome con sus dedos en el interior de mi orificio anal para facilitar la penetración. Nuevamente lo intento, pidiéndome finalmente que me inclinara aún más, errando nuevamente la penetración, no queriéndose rendir me pidió…

  • “Separa tus muslos aún más”.

Cosa que me extrañaba, pues no podía separar aún más mis muslos, ya que los pantalones me lo impedían. Proponiéndome este…

  • “Quítate los pantalones y los calzoncillos”.

Ni titubee al hacerlo, me descalce primero los náuticos, continúe por quitarme el pantalón y en el tiempo que este lo colgaba en el perchero junto a mi camisa, yo me quite los calzoncillos, quedándome como única prenda mis ejecutivos y este me soltó…

  • “Joder, con esas medias pareces toda una putita… mmm, ya me gustaría un día cogerte en la cama con medias y de paso ligueros… uuufff!!!”.

Aquella visión tuvo que poner a ambos, pues aquel viejo puso su glande en mi orificio anal y comenzó a empujar… aaahhh. Siendo doloroso al principio… mmm, no por el grosor de su miembro sino por el tiempo que llevaba sin ser penetrado… uuummm, pero poco a poco su glande fue introduciéndose dentro de mi culito… uuummm… uuufff!!!. Soltándome este…

  • “Uuufff!!!, menudo coñito tienes puta… aaahhh”.

Dijo al tiempo que comenzó a darme cachetadas, llevado por el morbo y la satisfacción, comenzó a empujar mi nuca hasta topar mi rostro con aquella polla. Polla que comencé a engullir… uuummm… uuufff!!!. Para aquellos momento en que comenzó a acelerar, no pude quejarme mucho ya que disfrutaba y hacia disfrutar a aquel pollón, pollón de aquel nuevo mirón al cual se le escuchaba disfrutar… aaahhh.

En viejo comenzó a embestirme con fuertes embestidas, sujetándose a mis hombros a modo de ser más profundas, embestidas que disfrute como nunca… aaahhh, quizás por el tiempo que llevaba sin sentirlas… uuummm. Al mismo tiempo aquellas embestidas, me ayudaban a tragar aquel ejemplar, trague aquella polla como nunca he hecho… depilada y limpia se mostraba, llenas de venas y olía a limpieza. Aquel viejo acabo por alertarme…

  • “Uuufff… aaahhh, no aguanto más puta, ooohhh… me voy a correr”.

Yo lógicamente estaba callado, no podía responderle al tener semejante pollón dentro de mi boca. Acabando por sentir a los pocos minutos como algo caliente y húmedo inundaba mi orificio… ooohhh. Pues sí… mmm, cuando pensé en su momento en que este llevaba un preservativo, caigo ahora al sentirlo que no lleva nada, más cuando caigo al sentir como sea descargado dentro de mí culo… uuummm.

Mientras ese otro semental que me daba carne a degustar, ante el sonoro gesto de placer del viejo. Acaba por proponerme…

  • “Ábreme la puerta que quiero follarte… mmm”.

  • “Déjame cogerte que vamos a disfrutar… uuufff!!!”.

Joder, no podía creerlo, acababa de escuchar como el vecino de cabina, me propone continuar la labor del viejo en mi cabina, no sabiendo y aún más cuando este me saco su polla de la boca. No dándome tiempo para nada, cuando fue el mismo viejo quien abrió la puerta a ese otro, apareciendo tras la puerta un cincuentón de cabellos grisáceos y sonrisa en la boca, mientras por detrás de él había al menos un centenar de mirones, mirones que me veían desnudo.

Tras entrar y cerrando la puerta tras de sí con pestillo incluido, mientras el viejo se arreglaba sus ropas, pudiendo ser testigo del pollón de este último. Siendo testigo también como este, me hizo inclinarme sobre él apoyabrazos, penetrándome al momento con toda facilidad… ooohhh. Aunque también es verdad que gracias a la follada del viejo... mmm, este me dejo el orificio dilatado... mmm… uuufff!!!. Siendo este mismo quien dejó la puerta abierta de par en par para que nos vieran, mirones que deseaban entrar y que el viejo solo permitió que entrara uno. No siendo este que otro maduro… mmm, más al ver mis inclinaciones hacia estos. Este hombre que tras entrar y sacarse su polla fuera, coloco su miembro en mi rostro y tirando de mis cabellos, aprovecho que abría la boca, me la introdujo hasta los huevos… mmm.

El cincuentón me penetraba duramente al tiempo que me daba algún manotazo, dejándome enrojecidas mis nalgas, no sabía cuánto tiempo llevábamos ya pero a mí me parecieron horas. Siendo yo un objeto de placer en manos de estos, no alimentaron solamente mis orificios... sino también la máquina. Pues para aquellos que no lo sepáis, mientras la maquina esté funcionando… el encargado no os molestara, como así me hizo saber uno de ellos. Este cincuentón no dejaba de decirme…

  • “Uuufff!!!... que coñito más rico tienes puta… ooohhh, joder y que caliente… mmm”.

Volviéndome a insultar entre fuertes embestidas…

  • “Joder zorra, yo te ponía un piso para tenerte cada vez que quiera follar… uuufff!!!”.

Y entre insultos y humillaciones, acababa…

  • “Mmm… es el mejor polvo en años, ni con mí mujer he gozado tanto… uuummm!.

Acabando por avisarme que iba a preñarme en un momento a otro, no llegando a pasar ni cinco minutos de su aviso, cuando entre alaridos y fuertes embestidas, comenzó a descargar. Se quedó durante unos minutos dentro de mí al tiempo que me sujetaba fuertemente contra el con ambas manos en mis hombros, note como perdía su erección y como su semen salía de mi orificio, diluyéndose por mis piernas hasta mis pies... mmm.

Acabando por correrse el tercero dentro de mi boca, dejándome un sabor agrio en mi paladar. Mientras el tercero se marchó y pensé en hacer lo mismo, fue el cincuentón quien cerró la puerta con pestillo nuevamente. Viéndole caminar hacia mí, mientras esnifa algo del interior de un pequeño bote al cual me lo presento como “POPPE”, obligándome a hacer lo mismo que él. Quedándome un poco mareado, mientras este cogía su flácida polla con su mano, moviéndola a modo de hacerla despertar. Tomándome de mis cabellos con fuerza, tirando hacia su glande y obligarme a introducírmelo, cuya consecuencia de que entre chupadas, masturbación y magreos a genitales hizo que aquel pollón volviera a renacer… mmm.

Me hizo saber que volvería a follarme, haciéndome poner en posición bastante difícil para mí, pero de gran placer para el… uuummm. Pues tras hacerme recostar sobre el sillón del asiento, colocando mis piernas sobre sus hombros, coloco su glande en mi orificio y tras una embestida… mmm, me la introdujo por completo… aaahhh. Llegando a introducirme hasta varios de sus dedos en mi boca, pellizcaba mis pechos o me producía dolor… uuufff!!!.

Tras utilizarme como un objeto de placer durante un largo rato, no llego a preñarme en esta ocasión… mmm, sino tras sacarla de mi culito dolorido, acabo por descargar en mi boca, manchándome de paso… rostro, pecho e incluso cabellos… mmm. Tras volverlo a satisfacer se arregló sus ropas, me pidió…

  • “Acompáñame a la puerta un momento, te aseguro que te interesa… a no ser que entren cuando me marche”.

Recuerdo que tras escucharlo y caer en lo que decía, cogí y me levante del sillón al tiempo que cogí mis calzoncillos. Cosa que este al verme, volvió a decirme…

  • “No te vistas, tranquilo que ahora cuando me haya marchado, te dará hacerlo con tranquilidad y tiempo”.

Tras acompañarlo a la puerta y antes de abrirla, este cogió y me dio un morreo al tiempo que me introducía dos de sus dedos en mi orificio… mmm. Soltándome…

  • “Que pena que me tenga que marchar, sino me llevaría todo el día follándote… mmm. No veas como me has puesto… cabrona”.

Tras salir el cincuentón, cerré la puerta con pestillo y me dirigí hacia al interior, donde cogería mis ropas y me vestiría. Teniendo en mente que antes de marcharme, me dirigiría hacia los aseos donde pudiera asearme, cosa que hice… mmm. Desde que abrí la puerta hasta que llegue a los aseos, no deje de escuchar proposiciones deshonestas y en los aseos, mientras me lavaba la cara, las manos, me enjuagaba la boca y lo que pude, no deje de ser asediado por otros que buscaban lo mismos que aquellos que estaban conmigo en la cabina, acabando por salir del sex shop.

Eso sí… me marche preñado y claro está con el culo dolorido, pues fui penetrado por dos hombres, cuyas dimensiones de pollas no tenían que envidiar en nada a los protagonistas de las películas X. Hombres que se marcharon satisfechos, dejándome contento con mi labor… ooohhh. Me marcho a continuar mis mandados sabiendo que no tengo tiempo para realizarlos todos, me marcho con el culo lleno de leche caliente y con la esperanza de estos, pero estos como bien me hicieron saber… desean repetir pero en una cama... mmm. Me marche sin acordarme de que tenía que desayunar, pero la verdad es que me sentía satisfecho, pensándolo bien… me habían dado que desayunar, leche calentita y carne en barra, salgo empachado la verdad.

No hace mucho volví al sex shop y cuando estaba con uno de ellos, este cogía y se marchó unos minutos, tiempo que volvió con una prenda que había comprado en la tienda. No siendo otra que una medias con aperturas en el centro, prenda que me hizo saber que le ponía mucho que me la pusiera como putita que soy, notando de verdad cuanto pone está a algunos machos. A este no le hizo esnifar Popper para levantársela una segunda vez, vez que me volvió a preñar… mmm. Vale… dicho esto, espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios. Mi email (lógicamente todo junto) es… Jhosua 1974 @ Gmail . com