El demonio de nombre extraño (60)

Me “embalé” con la compra de una Reserva de Caza y había que ir hasta el lugar - Ashanti, la mujer de Peter tenía ganas

RESERVA DE CAZA - ASHANTI.

Me desperté completamente sobresaltado manoteando hacia el costado vacío de mi cama, había dormido por casi cinco horas y se me cruzó por la cabeza que algo le había pasado a Kande , “pará, enloquecido, pará, respirá hondo, tu mujer está bien, en este momento está llegando a las puertas del hotel con la africana jovencita y el niño, no le pasó nada ni yo dejaría que le pase nada, sencillamente te dejé dormir para que recuperaras energías sin “usar” a nadie, tu cuerpo y tu mente lo necesitaban, tal que no dejé entrar ninguna de las llamadas, eso sí, preparate porque viene “embalada” con una idea nueva, jajaja” .  La información que enseguida me hizo llegar el YAOGUAI me tranquilizó y luego de estirarme me levanté para bañarme.

Me estaba cambiando cuando ingresó mi mujer a la suite, venía enfervorizada, “hola amor, espero que no te enojes, los invité a cenar a Peter y a su familia, están esperando en el patio de juegos con Yaro y tengo un montón de cosas para charlar contigo” .  La saludé con un beso y la abracé apretándola fuerte, ¡cómo necesitaba a esa mujer! ...

--  Dale contame como te fue, aunque doy por descontado que bien.

--Fantástico, lo pasamos genial y les compré montones de cosas, no lo tomes a mal, ya sabemos que no se puede ayudar a todos los necesitados pero me doy por “bien pagada” si alcanzo a ayudar a uno sólo de ellos.

--  Está bien, no me molesta, además ya los “escuché” y son “buena gente”, aun con las pocas posibilidades que tienen la “pelean” con ganas.

--Bueno, te cuento, ahora tienen ropa para varias temporadas, salvo el nene que tiene que crecer pues no se puede gastar tanto en él y no fuimos a tiendas de marca, compramos en lugares de uso “común”, al margen de eso, digan lo que digan, las diferencias sociales se notan, en varios comercios las atenciones era hacia mí, a ellos parecían ignorarlos.

--  ¿Tanto así?, ¿no era que ya no había diferencias raciales en Sudáfrica?

--Mucho no indagué pero las diferencias no devienen de los extranjeros, por lo menos, no lo noté así, las diferencias se dan entre los propios nativos y creo que son ancestrales, principalmente tribales aunque nadie lo diga.  El caso es que “don dinero” empareja todo, amén de un par de llamadas de atención como para “ubicar” al o la “desubicado/a”.

--  Jajajaja, me lo imagino.

--No me peleé con nadie, el caso es que después de conversar mucho con Ashanti , me contó que era oriunda de una tribu, que se vino a la ciudad desde muy chica a vivir con unos tíos y cuando estudiaba Administración de Empresas en la Universidad conoció a Peter , se enamoraron y se casaron, enseguida vino Yaro y dejó los estudios para ser ama de casa, algo que te “meten” en la cabeza desde chica, el caso es que no sabe cómo podría ayudar para estar mejor.

--  Índice evidente que tiene inquietudes valederas de progreso y no es sólo el caso de atender a un marido.

--Efectivamente y aparte de llevar una Economía hogareña estirando los ingresos como si fueran de goma, tiene la misma pasión que Peter con los animales y el campo y aquí es cuando quiero hablar seriamente con vos.

--  Bueno contame, hace tiempo que decidí no “escucharte” pero se me hace que esto que me querés contar me va a costar un buen dinero.

--Y sí, un poco…

De inmediato sacó un folleto de una inmobiliaria, “vi esto en un cartel de un local, me parece que me devolvería un poco a mis raíces y a ellos les vendría de maravillas para instalarse allí y dirigir todo eso, no sé si será o no negocio, aunque el de la inmobiliaria me la “pintó” como muy productivo y como un tema de fallecimiento de fundadores y testamentarios que se querían hacer de dinero en efectivo” .  No le contesté nada, le pedí el folleto y lo miré, me interesó y se lo mandé a Cielo para que me hiciera todas las averiguaciones al respecto.

Se trataba de una granja en venta, unas 1.200 hectáreas totalmente cercadas con alambrado perimetral de tres metros de altura, una enorme edificación con distintas habitaciones, piscina, vistas de paisajes y varias cabañas diseminadas para uso de los visitantes, totalizando 18 habitaciones con sus respectivos baños, tenía además cotos de caza determinados, búfalos, antílopes, avestruces y variada fauna, asimismo dos grandes represas donde se criaban un par de especies de peces, con lugares para la pesca.

Había una muy variada vegetación y alojamiento para el personal que trabajaba en el lugar (en el orden de treinta personas) , era, propiamente una empresa y la venta se realizaba con todo instalado, incluso el amueblamiento de la casa y habitaciones y las maquinarias de uso diario, sin dejar de contar un par de vehículos todo terreno tipo Unimog descubierto para los recorridos turísticos y dos camionetas 4x4.  Era comprar y largarse a hacer, para lo cual había que incentivar un poco la publicidad.

Después de leer todo esto y cuando me dirigía con Kande al restaurant del hotel, le comenté que el lugar me interesaba pero que habría que ver bien si Peter y Ashanti estaban en condiciones de llevar adelante un lugar como este, no era sólo una granja, era una especie de Reserva con cotos de caza incluidos que funcionaba como un hotel de buen nivel. “Yo creo que van a poder” , -opinó-…

--  Yo tengo mis dudas, hay que lidiar con la administración, con el personal y con los turistas, no es fácil aunque eso se puede solucionar, hay que poner a un buen Contador, a uno o dos empleados administrativos y a gente de Seguridad que no se tuerza para que nadie trate de aprovecharse de ellos, la juventud los vuelve “permeables” ante los ojos de los que quieran aprovecharse , -le dije serio-.

Con esas ideas rondando en la cabeza nos encontramos con ellos y, verdaderamente, a Ashanti se la veía feliz, con un toque de maquillaje y luciendo un vestido de variados colores que resaltaba su figura, lo mismo el niño que vestía más elegantemente y se demostraba cariñoso con mi mujer.  La felicité por el cambio y ella me agradeció aunque le surgió una duda respecto a lo que nosotros queríamos a cambio de la ayuda brindada…

--  Ni lo piensen Ashanti, ninguno de nosotros queremos nada a cambio, no nos cuesta y Kande tiene una debilidad por los africanos, ya algo te habrá contado.

--Si, no, si algo me contó pero, pero, usted, usted…

--  Es una cualidad que tengo, no te asustes sucede que no se me escapa nada de lo que piensan los demás, por eso, si no me merecieran la confianza, ni los hubiera dejado acercarse, algo similar me pasa con los dialectos e idiomas, los entiendo pero no los hablo, por eso Kande te traduce sólo lo que yo hablo.

--Eso es algo increíble, es de no creer aunque debo hacerlo porque me lo está demostrando más que claro.

--  Por eso hablo de la confianza que les tengo pero, hay una salvedad enorme, esto debe permanecer en el más absoluto secreto.

--Por mi parte, no me enteré de nada y creo que Peter piensa lo mismo.

--  Ya lo sé, ahora díganme, ¿qué les parecería vivir a unos trescientos kilómetros y hacerse cargo de una Reserva de caza con distintas especies y hotel incluido?

Se miraron los dos y Ashanti se demostró como más emprendedora y encaradora con ganas de darme el sí de inmediato pero Peter pensó anteponiendo algunas dudas, eso me interesaba porque, mientras se pudiera mantener el equilibrio, conformaban un complemento y no sólo como pareja.

--  Bien Peter, dame tu parecer, esto no se puede ni se debe tomar a la ligera.

--De acuerdo a la distancia de la que nos habla, sería cercano a nuestros lugares de orígenes y eso de por si nos interesa y lo de los animales y el campo lo conocemos pero, ¿qué es en realidad lo que nos ofrece?

--  Los quiero a los dos como Administradores del lugar o como Apoderados nombrados por el dueño, que se muevan en él como propietarios y que prosperen haciendo prosperar el emprendimiento.

--Señor, para lo que usted pretende hace falta mucha gente y con roles determinados, ya lo viví en la granja en que me crié.

--  La gente está, hay que determinar si verdaderamente sirven para la función o, lisa y llanamente, dejarlos de lado, pretendo un buen trato con los subalternos pero no me dejo pisar la cabeza por nadie, de la misma manera tendrás que actuar vos.

--¿Dónde quedaría eso?, usted disculpe, estoy apabullado, es un salto enorme el que me propone.

Los dos se tomaban de la mano y me miraban indistintamente casi tanto como a Kande , Ashanti miraba al marido y pensaba: “decí que sí, decí que sí, vayámonos de este lugar que nos ahoga” .  Mientras toda la charla se desarrollaba cenábamos y me encantó la comida, para el momento de los postres Peter ya estaba más que convencido aunque planteó lo de conocer el lugar para decidirse y ver las posibilidades.  Fue en ese momento cuando saqué el folleto y les pedí que lo miraran.

--Esto es maravilloso y queda en Limpopo a pasos de mi lugar de nacimiento -dijo Ashanti sin ningún tipo de disimulo-.

--Es el sueño que siempre quise realizar, -expresó Peter con los ojos húmedos-.

--  Hay una salvedad con esto y creo que Kande estará de acuerdo conmigo, los trabajadores del lugar deben pertenecer a la misma comunidad tribal pero que no haya diferencias entre ellos, de haberlas, ustedes tendrán que “cortar por lo sano” y sacarse lo malo de encima.  Ya veremos los trabajos que realizarán pero, digamos el escalafón más bajo cobrará un sueldo y medio sobre el básico.

--Normalmente cobran por día de trabajo y suelen ser “miserias”.

--  Más a nuestro favor, el que no rinde sabe que pierde posibilidades que no tendría en otro lado y deberá allanarse a los mandatos de los Administradores.

--Me encantaría ver el lugar, -expresó Ashanti apoyada por Kande -.

--  Mañana mismo, desde temprano, llamaré al de la Inmobiliaria y si se cuadra, al mediodía nos vamos con un helicóptero hasta allí, vengan por el hotel a eso de las diez de la mañana.

Tanto Ashanti como Peter pegaron un salto de sus asientos cuando dije de viajar en helicóptero pero Kande se encargó de calmarlos diciéndoles lo maravilloso que era viajar en eso, “sin miedos chicos, vamos a viajar todos juntos y será rápido” , -les dijo-.  Pensé rápido en el helicóptero porque sabía que en el hotel existía un helipuerto, seguramente conocerían a alguna empresa para que nos trasladara, tampoco perdí tiempo, mandé a llamar a la empleada de RR.PP. y nos confirmó que, apenas me decidiera, podrían pedir un transporte para seis personas.  Cuando los despedimos se iban los dos “en el aire” y haciendo planes.

En definitiva, en la mañana siguiente, aproximadamente a las diez treinta, con un representante de la empresa inmobiliaria, el matrimonio con su niño y nosotros dos, subimos al helicóptero que nos trasladaría hasta la Reserva anteriormente explicada. Peter se hacía el valiente pero Ashanti se pegó a Kande como una lapa y de los treinta minutos de viaje, recién se comenzó a soltar de ella cuando faltaba poco para bajar frente a la casa.  El lugar era maravilloso la casa principal era enorme y nos dejó con la boca abierta, la empresa estaba en funcionamiento y se presentó con nosotros el que era el capataz de todo aquello.

Además de ver toda la casa y sus habitaciones, me interesaba saber sobre las cabañas, algunas de las cuales estaban más alejadas y servían para los cazadores y fundamentalmente sobre la gente que trabajaba en el lugar puesto que la permanencia de ellos allí quedaba supeditada a conveniencia del comprador.  A mí no me convencían las adulaciones, ni las sonrisas ni las genuflexiones y de entrada nomás, el capataz, el mayordomo de la casa, la encargada de la servidumbre y el encargado de los vehículos de la Reserva no podrían continuar allí.

Esto lo hablé con Peter y Ashanti cuando almorzábamos, la gente de la inmobiliaria no se encargaría de esto, entonces dije que la propiedad me interesaba pero debía estar seguro sobre la gente del lugar, fue cuando les dije a los chicos que habría que lidiar con determinada gente y ellos tenían que tener un respaldo, por ello en el sitio habría un contingente de guardias de Seguridad que les respondería sólo a los Encargados.  Aquí no se podrían demostrar debilidades, Ashanti estuvo de acuerdo y opinó que esa gente había sido puesta allí por los dueños anteriores pero no pertenecía a la comunidad de los demás integrantes del personal.

Kande no hablaba mucho, desde el primer momento en que pusimos pie allí se movió como entre nubes y pude observar que no faltaban lágrimas silenciosas cuando caminaba descalza pisando esa tierra que, si bien no era la de su propio lugar de origen generaba en ella un sentido de pertenencia especial.  Sólo me limité a tomarla varias veces de la mano y, demás está decir, que no la “escuché” respetando su intimidad, asentí cuando mirándome profundamente me dijo: “Comprá Gonza, si podés comprá, esto es un sueño” .

Si algo me faltaba era ese pedido explícito de mi mujer y tomé mi celular para hacer un par de llamados.  El primero fue al Estudio Jurídico, hablé con el Director y le conté someramente lo que estaba por emprender en Limpopo y ellos además de controlar todo la documentación pertinente a la venta tenían que enviarme a un Contador que viviera en la zona para asesorar y apuntalar a los que, en mi nombre, serían los Encargados, del lugar.  Me contestó que ya se pondría a ello y se comunicaría con gente de la capital de esa Provincia (Polokwane) para que se ocuparan del tema, algo que venía bien porque el lugar se encontraba sólo a treinta minutos de la capital y con buenas carreteras de acceso.

El otro llamado fue para el Director de la empresa de Seguridad, a éste le pedí un mínimo de diez efectivos, seis hombres y cuatro mujeres para cumplir servicios en el predio y la casa, preferiblemente que fueran de la zona, dispuestos a cumplir sin poner trabas y de probada honorabilidad y buen trato para los demás.  Me contestó que eso era factible de conseguir pero que debía darle dos o tres días de tiempo porque lo mejor era recurrir a efectivos del Ejército o Fuerzas de Seguridad.

--  Con eso podemos tener un problema porque no quiero algo “castrense” en el lugar, deben aprender a cumplir con su trabajo sin órdenes o malos tratos con el personal o los clientes, no nos olvidemos que esto es un complejo turístico y tendrán un buen ingreso por su trabajo.

--Pierda cuidado trataré de que así sea.

--  Tengo otra idea mejor, junte quince o veinte de ellos en algún lugar de la capital y serán evaluados en su desempeño personalmente por mi mujer.

--¿Por su mujer?, tenga en cuenta señor que esta gente es muy ruda, la expondría demasiado.

--  Le diré algo que no todos saben y que quiero que se mantenga en secreto, mi mujer era oficial de las Fuerzas Especiales Congoleñas y algo entiende de esto.

Escuché clarito cuando tragó saliva por mi respuesta y me confirmó que en dos días más tendría la gente para su evaluación. Kande había seguido mi conversación y me dijo que los sacaría “afiladitos” y más que buenos.  Recordé a los chicos de la tripulación y la llamé a Azul , los enganché a los cuatro almorzando en el restaurant del hotel y les dije que si querían hacer una recorrida por una Reserva pidieran a la gente de RR.PP. del hotel para que les pusiera un helicóptero a disposición y se vinieran al lugar que estaba por comprar (la gente de la empresa ya sabía adónde y podrían venir con el mismo helicóptero que nos trajo) .

La “petisa” tenía el altavoz puesto y la voz de los otros se dejó oír diciendo que en una hora o un poco más saldrían para el lugar.  Terminé con los llamados y me entró un mensaje de Cielo , haciéndome saber que no había inconvenientes en el tema de la posible transacción, que efectivamente era porque los herederos no querían mantener el lugar.  Ante esto nos sentamos con el representante de la inmobiliaria y “cerramos” los números.  La propiedad en sí con todo el mobiliario, vehículos, animales y enseres, comisiones e impuestos incluidos salió algo así como dos millones y medio de Euros y le di todos los datos de mi tarjeta para efectivizar el tema, el hombre no lo podía creer.

Había además que invertir en refacciones y cambio de mobiliario en las cabañas y pintura general a todo lo que “estaba quieto” , hacer unos tres pozos más para el agua, comprar dos o tres vehículos más para la gente de Seguridad y arreglos en las casas de los empleados, así como la instalación de antenas satelitales para la Internet y las comunicaciones, tal que para comunicarse con la Inmobiliaria, le tuve que ceder al vendedor mi teléfono por la baja calidad de la señal en la zona.  No por nada en el folleto aclaraba que se debía de disponer de capital para proseguir la obra.

Rápidamente tuve la respuesta afirmativa a la transacción y una cita con mis Abogados para firmar en una oficina de la capital en dos días, lo cual me vino bien porque coincidía con el exámen que tomaría Kande a los efectivos. Ashanti fue la encargada de hablar con la gente del lugar acompañada de Kande , Peter y yo nos dedicamos a ver el tema de los vehículos.  Los veía entusiasmadísimos y con una energía tremenda en lo que hacían y eso me gustó muchísimo.  A las casi dos horas escuchamos el helicóptero.

Me acerqué al piloto y le dije que debía llevar al representante de la inmobiliaria, al mayordomo y a la encargada de la servidumbre pues ya había hablado con ellos respecto a la prescindencia de sus servicios, después saludé a los chicos que, hasta ropa camuflada traían y nos reímos todos con ellos.  Despedí a los que se iban y Kande hizo las presentaciones con Peter y Ashanti , sin olvidar a Yaro quien se sintió muy cómodo y extrañado acariciándole el cabello rubio a Cintia .

Los cuatro miembros de la tripulación del avión estaban asombrados por el sitio y entramos a la casa para que se fueran ubicando y recorrieran el lugar. Sergio quería salir de inmediato a recorrer la Reserva pero uno de los encargados de transportar a los turistas le hizo ver que quedaba poco tiempo para que cayera la tarde y no era conveniente porque, aunque no había animales depredadores carnívoros en la zona era preferible evitar que los agarrara el anochecer en la foresta.

Kande y Ashanti decidieron que el puesto del mayordomo no tenía porque ser cubierto, la que daría las órdenes en la casa sería Ashanti pero nombró a una de las señoras, bastante atildada dentro de lo que se observaba, para que comandara a las demás chicas que en total eran ocho para la atención de las habitaciones y la limpieza de la casa.  La cocinera y sus dos ayudantes seguirían al frente de la cocina, eran dos matronas de unos cincuenta años acompañadas de una más joven que rondaría los treinta y no recibirían órdenes más que de Ashanti .

En los fondos de la gran mansión había un cuarto enorme con grandes piletones destinado al lavado de las prendas, allí trabajaban cinco operarias más, por esto me hizo saber Kande que sería preferible hacer traer un par de lavadoras industriales para aliviarles el trabajo y se mandaría a construir un galpón grande para poner allí un generador eléctrico que abasteciera a la casa principal y las casas de los empleados debido a los frecuentes cortes de luz, asimismo, detrás de los galpones donde se guardaban y se hacía el mantenimiento se pondría un tanque de treinta mil litros de gas-oíl para abastecer a los vehículos, ya que todos los motores funcionarían con este combustible.

Peter me hizo saber que despedir al Capataz y al Encargado de los vehículos sería un problema porque eran una especie de Jefe Tribal y generaría descontentos en todos los demás, aún a pesar de que trataban mal a la gente y se aprovechaban de ellos.  Tenía que ser expeditivo con esto y hacerles saber que debían aceptar mis condiciones o habría severas represalias con ellos, su intelecto no daba para muchas explicaciones orales, había que demostrarles algo con el uso de la fuerza y con el temor, estaba pensando cómo hacer y escuché la “voz interior” que me dijo:

--“Hay que demostrarle lo que les puede pasar y que les tiemblen las rodillas con sólo escuchar tu nombre, es el único modo y me va a encantar verlos cagarse de miedo, vayan con Kande y ellos dos a las cercanías de un rebaño de búfalos, lo demás corre por mi cuenta” .

Le contesté a Peter que los mandara a llamar que yo quería hablar con ellos dos, no bien se acercaron, con una determinada arrogancia, preguntaron que deseaba, eran tío y sobrino y le dije que iríamos a pasear en una de las camionetas junto a mi mujer y que allí les explicaría lo que pretendía de ellos. Peter dijo de acompañarme porque no les tenía confianza, le dije que no haría falta.  La miraban con ojos libidinosos a Kande cuando subimos a la camioneta y nos fuimos rumbo a una aguada dónde se solían reunir búfalos a beber.

Yo manejaba y habiendo hecho unos doscientos metros, detuve la camioneta y apoyé las manos en cada una de sus rodillas, quedaron duros y sólo revoleaban los ojos.  Desde allí en más, puse en marcha el vehículo y comencé a hablar, les dije que el que volviera a pensar en acostarse con mi mujer o con cualquiera de las chicas de la Reserva sería destruido, pedí un trato excelente con todos los empleados y les di toda una perorata referida a lo que yo pretendía de ellos dos.  Los dos tipos se rebelaban mentalmente ante lo que yo les decía pero sabía que enseguida entrarían en razones.

Detuve la camioneta a unos veinte metros de cuatro búfalos que se encontraban cerca del camino y ante la mirada interrogante de Kande , le pedí que me acompañara y que no se asustara,  Supo enseguida que estaba aleccionado por mi “interior” y me siguió sin chistar, los tipos miraban desde la camioneta revoleando los ojos porque los búfalos, aún dentro de la Reserva, eran animales salvajes y muy territoriales propensos a atacar en lugar de huir.  Elegí al que me pareció más viejo de todos, esto por la gran cornamenta y… me acerqué a ellos.

En mi cabeza sonaban unas especies de gruñidos y sonidos onomatopéyicos, no sé que significaban pero los cuatro animales se quedaron estáticos en sus lugares, lo tomé de los cuernos al más grande y noté que me miraba desconcertado aunque la furia se le notaba en los resoplidos que hacía.  Le pedí a Kande que les gritara a los tres restantes, lo hizo y salieron a la disparada.

Regresé a la camioneta llevando al búfalo de una de las puntas de los cuernos y “aflojé” e hice descender del vehículo a los dos pasajeros que se mostraron aterrorizados con el animal a su lado, “esto es lo que les va a pasar a cualquiera de ustedes si no acatan ciegamente todo lo que les dije y guay con que se sepa algo de esto” , -les expresé a los dos-.

Kande se la vio venir, mis ojos se pusieron rojos (según ella me contó después) y el búfalo comenzó a desintegrarse ante el terror desmedido de los dos “ex” beligerantes y prepotentes tío y sobrino.  No podían correr y tal como dijo el YAOGUAI , aflojaron sus esfínteres y se cagaron y mearon de parados, no podían parar de temblar y lloraban como dos chicos prometiendo el oro y el moro clavando las rodillas, manos y frente sobre el suelo.  La risa del Espíritu se dejaba oír muy fuerte en mi cabeza y Kande tuvo que girar la cabeza para que no la vieran sonreír con un cierto grado de cinismo.

Dándole a ellos los cuernos que habían quedado limpitos en mis manos, tomé un trapo tipo franela que había en la camioneta, lo partí como si fuera un papel y los mandé a limpiarse detrás de unos árboles, al poco rato volvieron y ya no parecían negros quedaron con la piel de un tipo grisáceo.

Les pregunté si habían entendido bien lo que yo pretendía, no debían perder la autoridad pero no iba a permitir desfasajes con ella.  Juraron y perjuraron que se haría todo como yo decía y como lo ordenara Peter , porque en él hice hincapié como mi Representante, haciéndole saber de paso que Peter parecía bueno pero no tenía mi paciencia, que pensaran lo que quisieran aunque sabía que no lo tomarían para la chacota.

Al regresar ambos le pidieron permiso a Peter para retirarse, se los dio pero se volvió hacia mí interrogándome con la mirada, “vos sos el que mandás y estos dos te responderán a muerte, no preguntes” …  No lo hizo y luego le pedí al matrimonio que llamaran a toda la gente, que se reunieran frente a la casa pues yo hablaría con ellos.  Una vez estuvieron me dirigí a todos hablando claro y fuerte.

--  A partir del día de hoy me hice cargo de toda esta propiedad, no voy a estar mucho aquí pero mi Representante va a ser Peter junto a Ashanti, lo que ellos digan u ordenen es como si fuera de mi parte.  Van a tener mejores condiciones en el trato y los ingresos pero el que falle será despedido sin segundas oportunidades, su sueldo se establecerá en cinco mil Rand mensuales a cada uno de los que trabaje y luego verá Peter de incrementarlo acorde a la función que cumplan. - Kande traducía y lo hacía con voz firme-.

--  La ropa de trabajo les será provista y los colores serán acordes a la función que cumplan, Ashanti ayudada por una de ustedes tomará las medidas y se mandará a confeccionar todo a la brevedad.  Se mandarán a pintar y refaccionar todos los inmuebles, lo harán ustedes mismos y quiero una lista de los materiales que se utilizarán y cuáles son los arreglos para hacer, no los quiero viviendo como presos y en treinta o días a más tardar esto tiene que estar funcionando a full.

--  En el predio habrá una custodia de Seguridad pero ellos trabajarán independientes de ustedes, no estarán a su servicio pero tampoco ustedes estarán a servicio de ellos, todos, absolutamente todos responderán a Peter y a Ashanti que son mis Representantes.  La bodega de vinos y la despensa no pueden quedar sin reservas.  ¿Alguno tiene dudas al respecto? -los que menos dudas tuvieron fueron el tío y el sobrino- .  Bien, como no hay dudas, manejen luego sus turnos con el Capataz y cualquiera de mis Representantes o Administradores del lugar.

Luego de que se retiraran Azul y Cielo se aferraron de mis brazos y la “petisa” opinó sobre lo escuchado: “Clarito, clarito lo que les dijiste, yo los miraba y estaban más que contentos, se nota que antes no los trataron as픓Mucha propaganda por el “apartheid” y las diferencias están latentes entre la misma gente de color y su “lugar social”, además ya me di cuenta que, como pasa en todas las grandes ciudades, salís de la parte céntrica y las necesidades están muy a la vista” .  Dejemos de lado lo “social” y nos sentamos a cenar, las cocineras ya sabían que había que servir en fuentes y llevarlos a la mesa, nosotros nos serviríamos en cada plato, lo entendieron luego de las explicaciones de Ashanti .

En definitiva, esa noche disfrutamos de un maravilloso cielo estrellado merced a un mirador que existía en el lugar y se escuchaba el sonido de las “voces” de distintos animales, hasta rugido de leones y otros felinos, ante esto Peter nos hizo saber que en uno de los extremos de la Reserva estábamos colindando con el famoso “Parque Kruger” , la Reserva animal más grande de toda África y allí si había animales de los considerados “pesados” y hablando de animales grandes, le regalé a Sergio la cornamenta del búfalo “desaparecido” .

Nos retiramos a descansar, lo que para el caso y la excitación que experimentaba Kande desde todo el día, apenas fue un decir.  Mordía la almohada con la cabeza enterrada en ella para no gritar mientras mi cabeza sin neuronas le machacaba las tripas y escuchamos que quisieron abrir la puerta, supe enseguida que eran Azul y Cintia , acudí desnudo y con el ariete a pleno para abrirles la puerta, ninguna se amilanó por esto, traían sólo unos baby dolls y ganas. Cintia dio un par de saltitos de alegría, lo agarró al miembro como una manija y tuvimos “baile” por un rato largo.

Algunos “grititos” de placer se escaparon porque habían sumado un strapón al “cuarteto” pero quedaron más que satisfechas.  Las dos chicas volvieron semidesnudas a su habitación cuando faltaba poco para amanecer y, según nos contaron a Kande y a mí cuando hacíamos la recorrida por toda la Reserva, prácticamente se chocaron con Ashanti que volvía presurosa a su cuarto, “seguramente nos escuchó y se re calentó con nuestros gemidos, yo le entraría sin ascos a la “negrita”, está buenísima y es muy joven ,

-dijo Azul provocando las risas de los cinco, esto claro, sin que los otros hombres escucharan.

Al regresar en la tarde, no nos miraba a los ojos, bajaba inmediatamente la vista, denotando una actitud vergonzosa, Kande también lo notó, la abrazó y se fueron las cuatro charlando para el lado de las casas de los trabajadores.  A Ashanti no me privé de “escucharla” , estaba “caliente” conmigo, “¿cómo hace para satisfacer a todas, las escuché gozar en conjunto, Peter apenas si me cumple y muchas veces me deja con las ganas? , -pensaba un tanto excitada-.

Estaba como para “entrarle” sin perdonarle ningún agujero, ya la miré con otros ojos, las tetas eran bastante grandes y llenas porque aún amamantaba pero lo que siempre me perdía era el culo parado típico de las negras y el shorcito amarillo que usaba… daba para, en principio, mirarla.

Esa noche no hubo “enredos” pero Kande me comentó que Azul comenzó a “pincharla” a Ashanti , hasta que reconoció que había estado escuchando y se había masturbado, tras lo cual le pidió disculpas a Kande y le juró que no se repetiría.  Sólo obtuvo risas como respuesta y en un momento en que Azul y Cintia se apartaron, ella se quedó sola con la esposa de Peter mirando unas refacciones que había que hacer y le preguntó: ¿Te gusta mi marido? ...

Me dijo que había pegado un salto por lo sorpresivo de la pregunta pero que de a poco se sinceró diciendo que ella era muy fogosa y Peter estaba siempre preocupado por el trabajo y las cuentas, ergo: no le rendía y cuando lo hacía era por compromiso.  De allí a “tirarle de la lengua” para que contara más hubo un pequeño paso y ella ya sabía toda su historia en una cama.

--  Eso no me deja nada tranquilo, si se pone en putita y comienza a “revolear la concha” aquí en la Reserva se va todo por la borda y yo no puedo estar viajando a Sudáfrica para poner a otro o a otro , -expresé-. Kande se quedó pensando y luego se explayó:

--Haceles un contrato y entre todas las especificaciones poné un artículo que diga que en caso de conflictos de pareja o infidelidades de cualquiera de las partes, se rescinde el contrato sin derecho a reclamo alguno.  Van a estar ganando muy bien, en el lugar que querían y alejado de problemas, además, si vos querés, podemos “ablandarla” entre los dos.

--  Qué, en definitiva, es lo que te gustaría, sos una viciosa.

--Me hice la “película” de cómo dos negras, negras, hacían un emparedado con un “blanquito” que seguramente, al final, nos va a dejar destruidas y con el culito al norte.

--  Jajaja, bueno, mañana la llevamos a la capital, yo voy a firmar, a comprar varias cosas y vos te la llevás al exámen de los efectivos de Seguridad y le hacés el “entre”, no creo que se te resista.

Tampoco me engañaba, no era sólo por darle el gusto a Kande , durante todo el día el culito de Ashanti me había tenido “alterado” , sumado a que ella sabía que yo las cogía también a las azafatas y que se había masturbado por escuchar sus gemidos, mejor que mejor, los “cuernos” eran un problema de Peter aunque no tenía porque enterarse.  Nos dormimos abrazados y “escuché” a mi mujer pensando en cómo la iba a convencer a la otra “negra” , por lo pronto, lo primero que le pediría era que le dejara el nene al marido.

Los chicos de la tripulación se irían al “Parque Kruger” a ver otro tipo de animales y a las nueve salimos para Polokwane , la capital de la provincia de Limpopo en una de las camionetas de la Reserva, la conducía el sobrino que había tenido la experiencia con el búfalo y se demostraba de lo más sumiso y obediente, nosotros íbamos sentados atrás con mi mujer en el medio de los tres. Kande iba muy de “compinche” de Ashanti y ya había comenzado (o reanudado) su “trabajito” de seducción.  El viaje duró una media hora y al llegar le dije al conductor que se volviera, nosotros alquilaríamos un auto para regresar más tarde.

Las mujeres se dirigieron en taxi a un Polígono de Tiro, acorde a la dirección que me había dado el Director de la empresa de Seguridad y yo me dirigí a unas oficinas para encontrarme con los Abogados y los vendedores de la Reserva.  Luego de las presentaciones en que también estaba presente el futuro Contador que yo había solicitado, les pedí que finiquitaran todo mientras que yo hablaría con éste señor.

Me gustó, era un muchacho de unos treinta y cinco años y me demostró “mentalmente” su honradez y ganas de trabajar, me dio la tarjeta y quedó contratado para llegarse al lugar tres veces a la semana, expuse mis condiciones y uno de los Abogados redactó el contrato que lo ligaba al emprendimiento, luego se contactaría con Peter y Ashanti .

Ya reunidos en otra oficina procedí a la firma de la Escrituración del bien adquirido y pedí al Abogado que llevaba la voz cantante para que enviara a un Arquitecto, a fin de hacer una edificación lindera a la casa para el alojamiento del personal de Seguridad con cinco o seis habitaciones grandes, aunque sin perder la línea de la edificación original, además debería supervisar algunos que otros arreglos en todos los inmuebles.

Yo quería que las casas de los trabajadores dispusieran de buenos baños y comodidades, no me cuajaba que por ser trabajadores tuvieran que vivir en “casuchas” .  Además estaba lo de las antenas que había que mandar a pedir y colocar, todo esto conllevaría un poco más de tiempo para la reapertura del complejo pero eran gustos que me quería dar y podía.

Terminado con esto, me despedí de ellos y el que dirigía a los tres Abogados que habían ido con él, me llevó hasta el Polígono de Tiro.  Cuando llegamos vi que Kande estaba “en su salsa ” y, literalmente, dándole “la salsa” a un grandote al que enfrentaba.  Resultó que el tipo había menospreciado su capacidad para evaluarlos y estaba recibiendo un “recordatorio” respecto a que por ser mujer no era menos que nadie allí.  Yo sabía que era más pero ellos no lo sabían y lo estaban aprendiendo.

No bien me vio llegar, el Encargado de la empresa de Seguridad se acercó a saludarme y me dijo que Kande ya había seleccionado a cuatro mujeres y a cinco hombres, todos pertenecían a las Fuerzas de Seguridad y me acerqué a conversar con ellos, eran solteros y les interesaba sobremanera el trabajo, de hecho cobraría mensualmente el triple de lo que cobraban hasta el momento y aceptaban las condiciones de convivencia.  Vi de reojo que mi mujer ayudaba al grandote a incorporarse y éste le hacía una reverencia, propio de un guerrero que sabía perder.

Estuvimos un rato más allí y eligió a doce efectivos, siete hombres y cinco mujeres, “con Tiro y Armamento no es necesario hacer las pruebas, ya vi por sus expedientes que están todos capacitados” , -me dijo cuando se acercó a saludarme, junto a una Ashanti sorprendida-.  Luego se dirigió al Directivo de Seguridad y le pidió una provisión de armas cortas y de rifle de caza con miras telescópicas y ópticas de visión nocturna.  Se tendrían que presentar en dos días y usarían momentáneamente las habitaciones de la casa principal hasta que estuviera terminado su alojamiento.

Ante mi sorpresa eligió como Jefe del grupo al que recién había vapuleado, la miré y me dijo: “Es el mejor y estoy segura que aceptará las reglas que se le impongan” .  Debido a esto ya la reunión la tuve con todos y les expresé en detalle lo que pretendía de ellos, haciéndole la aclaración de que no se permitirían excesos en el trato con los demás, aceptaron y quedé conforme.  Nos fuimos de allí a una agencia de venta de camionetas 4x4 y, a elección de las mujeres compré cuatro vehículos que serían ploteados con el logo de la Reserva, tres serían para la Seguridad y una para el uso de los Encargados y se retirarían de allí a la semana y listas para usar.

Le avisé a Ashanti de la llegada del Arquitecto pero además la noté nerviosa por todo lo que vivía y excitada porque, según la “escuché” , Kande le había hablado de mi desempeño en una cama y del tamaño de mi miembro, me sonreí para mí por esto, porque siempre me creí que los “negros” tenía miembros grandes, descubrí que no era tan así y Peter no descollaba precisamente por eso.  Compré también un cargamento de pinturas, con una variada gama de implementos para realizar el trabajo y eso sería llevado al día siguiente, todo los demás que había que hacer y comprar lo tenía en una lista que le dejaría a Peter .

Fuimos a almorzar al restaurant del un hotel de la zona y luego de degustar un rico vino, a los postres, Kande la abrazó a Ashanti y me dijo que la Encargada de la Reserva quería “charlar” íntimamente con los dos.  Noté la vergüenza de la chica pero también noté su decisión al respecto y tomándola de la mano, le pregunté si quería terminar mejor la tarde.  No dudó en contestarme, aunque me aclaró que era una fantasía, me pidió que no la juzgara y no tenía nada que ver con dejar a su esposo, le contestamos que diera por descontado eso y nos contó que cuando había empezado a estudiar tuvo etapas en que entró en una especie de descontrol pero que paró a tiempo cuando conoció y se enamoró de Peter .

No daba para hablar más y pedimos una habitación en el mismo hotel, no bien ingresamos en ella, fue Kande quien “ablandó” a la africana más jovencita que colaboraba ardientemente con los besos y las caricias mientras se desnudaban, las miraba sentado en un sillón amplio y cuando estuvieron sin ninguna prenda encima se volvieron hacia mí.  Eran dos cuerpos negros espectaculares, fibrosos y dispuestos, mi mujer completamente depilada y Ashanti luciendo un mechón de rulitos sobre el pubis.  Sus tetas erguidas y caderas anunciaban ratos placenteros.

Me hicieron levantar para sacarme la ropa y la joven, agachándose en posición a 90° y dejando las piernas abiertas, no tardó en prenderse a mi miembro como si fuera un ternero mamón, casi ni hizo preliminares y su boca de labios gruesos se hizo dueño del ariete que palpitaba en su dureza. Kande me dio un piquito y se fue detrás de ella para arrodillarse y esconder su cara entre las piernas de Ashanti que suspiró emitiendo un gemido de placer.  Se notaba que sabía lo que hacía pero no podía pasar de ¾ partes, sus ojos lagrimeaban y no me privé de endurecerla para penetrar su garganta hasta hacer chocar su nariz contra mi pelvis.

De allí a darle tremenda cogida por la boca fue un paso, su garganta se hinchaba cuando llegaba hasta el fondo, me baboseaba hasta los muslos dejando salir una cantidad enorme de saliva pero no aflojaba, era ella quien había tomado el control de mi “aparato” , entraba y salía con ganas moviendo su culo como desencajada por las lamidas de Kande , yo conocía de las cualidad linguales de mi mujer y me imaginé lo que la jovencita sentía.  Fue agradable notar que sus rodillas se vencían y tenía un orgasmo que no se privó de gritar apoyando la mejilla en mi entrepierna y aferrada a mis glúteos.

Tardó muy poco en recuperarse y parándose, giró para besarla a Kande y colocar mi miembro entre sus piernas, yo la tomaba de las nalgas y me aprestaba a penetrarla de parado, no me importaba que la posición no era cómoda, quería que la sintiera pero mi mujer me ganó de mano y la llevó hacia la cama, se apoyó en el respaldo, abrió las piernas y Ashanti supo enseguida lo que quería.  Lamió los muslos y se fue acercando despacio a la hendidura de su vagina, a los labios y al clítoris expectante.

Me había colocado detrás de ella y cuando Kande gimió al sentir la boca de la joven absorbiendo su clítoris, comencé a penetrarla por la vagina, de una y sin parar.  Costó lo suyo porque era estrecha para el grosor pero gozó rápido con la penetración ayudando con el retroceso de sus nalgas, gemía fuerte pero no la dejaba a Kande que se retorcía.  Entró toda y al chocar con sus nalgas comencé a moverme acelerando las entradas y salidas, los gemidos parecieron gritos desesperados pidiendo más profundidad y traté de hacerle caso pero más no podía, lo que si hice fue seguir machacándola aún a pesar del orgasmo que estaba teniendo y que la hacía gritar y lagrimear del placer.

“Nunca así, nunca así, me estás matando del placer” , -decía en su idioma y en voz alta sacando la cara de donde debía estar para beneplácito de “mí” africana- que, tomándola de la nuca la empujaba para que siguiera jugando con su lengua.  A la mitad de otro orgasmo que tenía, muy similar en intensidad a los anteriores, la saqué para que el agujero del culo me recibiera, estaba acostumbrada y no hizo ningún movimiento para que saliera de allí, de todos modos la sintió y no pudo disimularlo mezclando el grito de dolor con el de placer.

Ya no pudo seguir con Kande que con agilidad dejó su posición y acercó su cara al lugar de la penetración, “dale con ganas cariño, yo terminé dos veces” , -me dijo- y el culo de Ashanti pagó las consecuencias, no se aguantó arrodillada y se dejó caer conmigo acompañándola pero no por eso me detuve.  La africana obtuvo lo que quería, sexo duro, orgasmos violentos y mucho placer. Kande apretaba el clítoris chiquito con dos dedos y con voz sollozante nos entregó un orgasmo como para filmarlo, se movía como víbora pidiendo más cuando le llené el culo de leche y como le resté algo de energía quedó como ida con los ojos en blanco y respirando agitada.

Luego de esto Kande me besó y con una toalla secó la abundante transpiración de Ashanti que se dejaba hacer y no podía ni hablar.  Eran todos mimos los que recibía con beneplácito y las dejé que se fueran a bañar las dos solas.  Tardaron lo suyo y allí, según me contó mi mujer, ella aceptó la idea de evitar problemas familiares y discusiones con el marido y estuvo de acuerdo en dejarlo explicado en el contrato, a más tuvo claro que conmigo no habría segundas oportunidades.  Yo había pedido un par de refrescos y un whisky y pensaba en que ese culito africano joven había merecido el tiempo.

Salieron alegres y bastante recuperadas haciendo bromas porque me tenía que bañar solo.  Al salir del baño ya estaban cambiadas y, tomándome de las manos, Ashanti me dio las gracias y me aseguró que no me iba a arrepentir de haber confiado en ella, Kande me iba a traducir y con la mano le di a entender que no hacía falta, “a veces me olvido de tu capacidad” , -contestó-.  El camino de regreso lo hicimos conversando sobre lo que había que hacer en la Reserva y me encantó su predisposición e ideas.

Al llegar ya estaba cayendo la tarde, Azul estaba enloquecida contando de sus experiencias con los animales “mayores” y nos mostraba fotos de cuando compartieron con los cachorros de leones.  Les comenté que al día siguiente Kande y yo nos volveríamos al hotel para seguir con nuestra luna de miel y atender otros temas que me interesaban, pregunté qué harían ellos, Peter y Ashanti se quedarían un par de días más para recibir al Arquitecto, a la gente de Seguridad para acomodarla y todo el material para las pintadas.  Me hizo saber que la cocinera con su anuencia había realizado un pedido grande para la comida en un mayorista que quedaba relativamente cerca y eso había que pagarlo en efectivo.

Ya sabía de esto del efectivo porque me habían dicho en el hotel que existían muchos lugares dónde no se recibían tarjeta de crédito y le dejé quince mil Euros que llevaba en una mochila que cargaba. Peter me dijo que no era necesario tanto dinero pero me interesaba que lo tuviera para afrontar cualquier gasto imprevisto.  Los chicos de la tripulación volverían con nosotros y desde mi teléfono celular pedí un helicóptero de seis plazas para regresar el día siguiente, a las diez de la mañana volveríamos a la “civilización” .

Continuará…

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