El demonio de nombre extraño (58)

Cumplí con las Gallegas, luego se decidió la italiana más joven y en la fiesta salió todo de parabienes.

LAS GALLEGAS - CARLA - LA BODA.

Las tres horas que dormí me vinieron fantásticas pero mientras me bañaba me entré a dar máquina con lo sucedido en la madrugada, por una cosa o por otra siempre me aparecían este tipo de problemas y aunque las soluciones llegaban rápidas y expeditivas implicaban preocupaciones y malos ratos.  Aparte de esto, también me daba cuenta que existía una especie de bronca conmigo mismo porque me dejé llevar por el enojo casi irracional del “oso” y no averigüé más sobre esos delincuentes.

Recordaba que el depósito y las oficinas que tenían estaban repletos de productos robados, índice evidente de que no habían empezado ayer a delinquir, tendría que haber denuncias, “modus operandis” , compradores de los productos robados y varios etcéteras más, era toda una trama no tan difícil de desentrañar.  Para esto de seguirlos y ubicarlos no había utilizado mucho de mis equipos, cualquier Organismo de Seguridad tenía los medios más que suficientes para encontrarlos pero... que operaran desde hace tiempo era porque evidentemente estaban “protegidos” y eso me molestaba como el hecho de no haberme tomado el tiempo de averiguarlo en esos instantes.

--  ¿Me podés explicar por qué no se hace nada para extirpar a estas lacras? , mi pregunta mental tenía un sólo destinatario…

--“A veces no entiendo tus razonamiento, de todos modos te voy a explicar algo que ya sabés…  Muchas de las Leyes se hacen para un beneficio explícito de los delincuentes y/o se le dejan “vericuetos” para que se las pueda “trampear”, es liso y llano negocio, las hacen los Abogados apañados por Políticos o Abogados Políticos y desde allí “comen” todos, los que hacen las Leyes, los que las aprueban, los que les buscan las “trampas”, los que defienden a los delincuentes, los que buscan de condenarlos, los que los tienen que atrapar y los delincuentes”.

--  Sí, debe ser como decís pero no debería ser así.

--“Sin ninguna duda pero es así y eso que no te dije de los que “transan” con los delincuentes para no perseguirlos.  Esta es una de las cosas que más me molestan de esta época, si me dejaran actuar a mí, no habría Abogados, Policías ni Políticos con grandes mansiones y dándose vida de reyes con ingresos que exceden por mucho lo que deberían ganar mensualmente, no harían falta tantas cárceles y los índices de violencia y delincuencia bajarían potencialmente pero, jajaja…  ¿Te imaginás cuantos se quedarían sin trabajo?” .

--  Verdaderamente, tal cual me lo explicás, es para prenderlos fuego a todos, lo peor es que no se puede cambiar mucho, eso sí, en lo que a mí respecta, ninguno que trate de joderme se la va a llevar de arriba.

--“Jajajaja, no me tientes, no me tientes, tengo miles de años de maldad para exponer pero ahora no es el caso, cuando se den las ocasiones yo te voy a ayudar, en este momento tenés que irte a almorzar a otro lado, disfrutá lo tuyo y a lo demás dejalo estar, ya veremos” .

El YAOGUAI tenía razón, ¿cuándo no? , terminé de cambiarme y bajé, en la casa sólo estaban Virginia , Andrey y Carlos , una para atender lo que yo quería y los otros dos atentos al tema de la gente que trabajaba terminando de instalar las ornamentaciones para la fiesta, todos los demás se habían ido para la casa de Maylín a ordenar el desparramo de cosas tiradas que habían dejado los ladrones.  No quise comer nada, la besé y le hice un par de bromas a Virginia , sin privarme de acariciar sus nalgas y salí, luego de saludarlos a Carlos y a Andrey me fui para el hotel, iba con tiempo.

En el camino recordé que la que no me había llamado era la “tana”Carla , la nuera de Carola y Hugo debía tener a su novio Máximo“pegado a los talones” y no había encontrado el momento para un “escape” o no se había decidido que también cabía la posibilidad y era una pena porque la jovencita estaba más que bien, otra cosa que se me pasó por la cabeza era la ubicación de las habitaciones, recordé que estaban todos alojados en el mismo piso y daba vueltas la posible coincidencia de que alguno de ellos me viera cuando entraba o me dirigía a la habitación de Pilar .

Ante esto la llamé por teléfono y después de saludarme y decirme que me esperaban, le comenté la duda que tenía, “hombre, tenéis razón, ni se me había ocurrido, ¿cómo podríamos solucionarlo?” , -me contestó-…  Le respondí que había una manera… “Yo me comunico con la administración del hotel para que les abran la puerta de la habitación que tengo en el tercer piso y que manden todo el servicio a ese lugar, ¿te parece bien?, otra forma es que me esperen en el rellano del tercer piso, yo llegaré en unos veinte minutos, ustedes decidan” .  Ni lo dudó, “mejor es que nos abran la puerta y lleven todo allí, te queremos esperar como tú te mereces” .

Llamé por teléfono a la administración y no tuvieron inconvenientes para abrirles ni para llevar el servicio del almuerzo, no bien corté la comunicación me puse a pensar en los posibles modos en que las dos “gallegas” me recibirían, la voz de Pilar conllevaba una cierta excitación y confieso que me excité haciéndome varias “películas” , de todos modos “películas” o no había que esperar para ver cuál sería ese “recibimiento” …  No tardé en averiguarlo, entré en el hotel directamente para el lado de los ascensores y cuando abrí la puerta de la habitación…

Las dos morochas, una de cabello cortito y la otra de cabello lacio que le caía sobre los ojos, apenas abrí la puerta me recibieron con algarabía y corrieron a abrazarme.  No hubiera sido nada anormal salvo por que las dos estaban vestidas, ¿vestidas? , con un baby dolls blanco transparente y una tanga que sólo tapaba los labios de sus vaginas. Pilar no perdió tiempo y me “comió” la boca casi con desesperación, las dos aplastaron sus tetas firmes en mis brazos y en mi  pecho, al instante mi mano derecha buscó las nalgas de Pilar a las que no perdoné con caricias y apretones, se soltó de mi boca gimiendo y me habló mirándome a los ojos, “me encanta, ya sabes que me encanta que tu mano se ensañe con mi culete” .

Bea , la amiga recibió entonces el mismo tratamiento y me gustó notar que besaba con ganas, totalmente entregada a lo que hacía y lo que me puso a mil fue lo que noté por medio de mi mano izquierda, sus nalgas estaban duras, paradas, ejercitadas y un poco más grandes que las de Pilar . “¿Qué hacemos primero?” , -pregunté- mirando la mesa armada con lo que parecía comida fría… “Que no sé Bea pero yo no tengo precisamente ganas de almorzar, quiero tener otra cosa en la boca” , -dijo Pilar sin cortarse y tocándome la dureza del bulto que se notaba en mi pantalón-… Bea no se quedó atrás y el “alé, alé” mientras me empujaba suavemente a la habitación me dio la respuesta.

Tuve que desnudarme yo porque Bea subió primero a la cama y no dejó a Pilar que me sacara la ropa, la tomó de la cintura y la llevó con ella para que se recostara en el respaldo, le abrió las piernas y le dijo antes de estampar su boca en los labios íntimos de Pilar

--Que yo primero Pil, tú ya lo tuviste, no quiero ni mirarla, sólo sentirla.

--Vale, Gonza porfi, haz que esta guarra la sienta, que le gusta de una y hasta el fondo, no me cree aunque no creo que la aguante.

--  Bueno, trataré de que le guste…

La posición era inmejorable, Bea había quedado arrodillada y las nalgas, sus duras y hermosas nalgas me apuntaban pero estaba borracha si pensaba que yo se la iba a meter así porque sí.  No le di tiempo a protestar pronto no pudo mover sus piernas ni sus caderas y zambullí mi boca alternando ambas cavidades, “Cristo santo , la lengua en el culo, no, no, no que me meo” -dijo sacando la cara de la entrepierna de la amiga-.  Que hiciera lo que quisiera, Bea estaba más que buena pero mi fijación era el culito de Pilar , sabía que ahora no sería para nada reticente.

El primer orgasmo de Bea fue un tanto tímido, si se quiere, el segundo lo vi venir de antemano por la contracción de todo su cuerpo y mientras gemía a viva voz, en la mitad de éste, la penetré de una, hasta el fondo, notaba como se abría todo su conducto y mi pelvis chocó con sus muslos a la par que el glande apenas llegaba hasta su tope interior, el grito fue como para pararte los pelos de la nuca y ni siquiera servía que Pilar tratara de mantenerle la cabeza aferrada a su entrepierna pero mi “voz interior” vino en mi ayuda, “dale, dale con ganas que nadie escucha” .

“Para, para cabrón que me has roto” , decía a los gritos Bea y Pilar torcía la cara para que viera la sonrisa que tenía, ella se lo había dicho y la amiga la acusó de exagerada y “fantasma” , “no le aflojes Gonza que se acostumbre que cuando le des por culo van a venir los bomberos, jajaja” .  ¡Qué hija de mil putas!, estaba gozando con el sufrimiento de la amiga.  A mí eso no me importaba, no me iba a detener y el bombeo se volvió más acelerado e incesante y por fuerza o por instinto comenzó a gozarla, ya había “aflojado” sus caderas y comenzó a moverse con ganas. Pilar se llevó su buena parte porque se amorró con ímpetu a su intimidad y la hizo llegar a un buen orgasmo.

Una de las manos de la penetrada se había hecho dueña de una teta de Pilar y la apretaba cuando los dos orgasmos se unieron y no se meó pero el chorrito que la amiga de Pilar dejó salir al momento de su contracción más fuerte, mojó todos mis huevos… “¡Qué follada, por Dios, parecía que me meaba de gusto!, esperá cabrón, ¿por dónde piensas ir ahora?” …  Ni ganas de contestarle, se dio cuenta que salí y cambié de agujero, entonces le mandé la mitad sin dejarla respirar y sin pedir permiso, se notó que estaba acostumbrada a recibir por “retaguardia” pero no con ese grosor y tuvo razón Pilar , de haberla escuchado hubiesen venido los bomberos.

Volvió a gritar con ganas cuando se lo mandé todo y Pilar se salió de su lugar para ponerse en 69 pero no la lamió de entrada, hizo lugar para meter la cabeza y se soslayó mirando como el miembro entraba y salía del culo de Bea. Le acariciaba el clítoris y me hablaba a mí, “me dijo que quería polla y vaya polla que se está comiendo, apura, Gonza, apura que yo te espero, hasta me he puesto crema pero ya me está como doliendo, jajaja, ¿a que no adivinas lo que estoy pensando?” …  No le contesté, luego le haría lo que quería, que era ser penetrada de “patitas al hombro” .

Bea no aguantó el ritmo y el orgasmo la dejó medio desvencijada, a eso le sumé una resta de energías como para que quedara de cama y fue lo que sucedió, luego de una serie de contracciones y de gritos por el tremendo orgasmo que tuvo, se dejó caer sobre el cuerpo de Pilar y se giró para un costado de la cama, tenía los ojos en blanco y todavía temblaba cuando se arrastró hasta el borde dejándonos tres cuartas partes de ella a Pilar y a mí.  Ésta estaba excitada al máximo y ni bola que le dio a la amiga, se arrodilló a mi lado y fundió sus labios con los míos, “tócame las tetas, tócalas que me tienes loca” , -pedía en forma entrecortada-.

No sólo se las toqué sin privarme de pellizcarle suavemente los pezones, algo que por otra parte la hacía retorcerse por el placer, sino que comencé a descender para que mi boca se hiciera dueña de los labios que exhibía su entrepierna.  Jadeaba, gemía y con los puños golpeaba sobre la cama hasta que explotó gritando y endureciendo su cuerpo.  La dejé que gritara, que se fuera calmando y luego, pasando las manos por debajo de sus pantorrillas las llevé a mis hombros, quedaron sus agujeros de placer a mi disposición… “¿Adivinaste, mi rey?” , -me preguntó mirándome con intensidad-.

“Sí, adiviné y ahora tendrás que pagar el precio” , -le dije-, después el glande se ubicó en la entrada de su vagina y entré en ella lentamente, “que no me folles así, mal parido, me voy a deshacer, acabo, acabo, no me aguanto” , -me gritó y ante sus temblores apuré la penetración-.  El interior de su vagina era un fuego y sus temblores y contracciones se sucedían con Pilar gimoteando y tratando de elevar las caderas para que la penetración fuera más profunda. “El culo, el culo Gonza, dame por culo, así como estás, métela en el culo” , como si hiciera falta que me lo pidiera, cambié de lugar y la penetración lenta la desquició totalmente.

Primero fue el grito de dolor que pronto se asoció al gemido de placer y la “gallega” comenzó a moverse como una víbora cuando estuve completamente dentro de ella, “sí, sí, así, dame toda la polla, guarro, cabrón, hijo de puta, ahora la voy a extrañar más que antes, rompe, rompe, rómpeme el culo que lo estoy gozando” …  Estaba “sacada” y no paraba de moverse hasta que, en una de las estocadas más profundas, la sostuve fuerte y coincidiendo con su orgasmo violento me dejé ir inundando su recto…

Menos mal que la habitación estaba insonorizada, no se contuvo para nada, gritó, sollozó y el chorrito que expulsó de su vagina le empapó el vientre y el estómago.  Salí despacio de ella y la dejé estirada sobre la cama.  La había visto a Bea que nos miraba sin moverse de su lugar y cuando me aparté de Pilar se acercó como reptando y comenzó a reír con ganas mientras le besaba la mejilla y le decía a la amiga: “Pil, nos han follado y dado por culo como para encuadrarlo, no nos olvidaremos más de este viaje” . Pilar estiró un brazo, la abrazó preguntando, “¿te he dicho o no te he dicho que mi jefe es sensacional?” y pasaron a ser las dos que se reían.

Nos bañamos los tres juntos pero antes de entrar al baño vibró mi celular que estaba sobre la mesa de de luz, las dejé entrar a las dos y atendí la llamada.  Era Carla , me habló rápido y me dijo que había dicho que tenía turno con una masajista a las seis de la tarde y si había alguna posibilidad de conversar un rato.  Ella me habló en Italiano, le entendí perfecto y le contesté despacio en Español: “Tengo la habitación 312, pasá a las seis por acᔓA bueno, perfecto señora, gracias, allí estaré” …  Estaba claro que había alguien a su lado pero ella ya tenía tendida la “trampa” .

Tiempo me sobraba, había casi tres horas para ello y me metí en el baño.  El baño las reanimó, estaban dicharacheras y no me privé de tocarlas y acariciarlas por donde quise.  En un momento la besaba a Pilar que se derretía con eso y Bea se arrodilló en la bañera para tragarse todo el morcillón que comenzó a activarse, dejé entonces de besarla a Pilar y le dije: “Si se activa no respondo por sus culos” , dejó enseguida lo que estaba haciendo, me dio un piquito y me dijo riendo: “No sé Pilar pero yo no puedo más, la follada me ha dejado todo irritado, creo que hasta en los ojos, sólo quería tenerla un poco en la boca” , Pilar opinó lo mismo y nos fuimos a comer algo de la comida fría que habían pedido, entre ello, sushi que estaba riquísimo.

Todo estuvo muy bien y terminamos los tres riendo como descosidos por las anécdotas de Pilar , me agradecieron con efusividad por la invitación y la posibilidad del viaje.  Eran las cuatro y cuarto de la tarde cuando se fueron y pedí rápido el servicio a la habitación, mi auto-elegida “despedida de soltero” se completaría con una jovencita italiana que quería experimentar sensaciones nuevas, yo lo interpretaba así debido a que nunca la había “escuchado” pensar nada raro en presencia de otros hombres, ni siquiera cuando le presenté a Roberto y a Danny que daban, por presencia y trato, motivos para que las mujeres los miraran, la “cosa” parecía ser conmigo y trataría de no defraudarla pero, por lo pronto todo debía quedar inmaculado.

Todavía me quedó un poco de tiempo para estirarme un rato en la cama y relajarme, hasta las seis en punto en que tocaron suavemente en la puerta, apenas un golpe porque abrí enseguida, “estaba cerca de la puerta para que no esperaras expuesta en el pasillo” , -le dije-, me lo agradeció cuando entró y me saludó con un beso en la mejilla. Carla estaba infartante, tenía puestas unas botas negras de caña alta con una lengüeta que le tapaban las rodillas, una minifalda blanca que no era ni tan ajustada ni tan holgada pero que dejaba al descubierto unos muslos que atraían las miradas, lo completaba con una blusa de color coral que, aunque tenía volados no podía disimular las tetas erguidas que no tenían necesidad de sostenes.

Afuera estaba un poco fresco para esa vestimenta pero el hotel estaba calefaccionado en su totalidad y se daba para vestir así, además su excusa fue armada para no salir del mismo. “Ya está, ya estoy acá, espero pasarla bien y que no lo tome a mal” , -pensó-, no me quedó más que tomarla de una mano y hacerle dar un giro diciendo: “permitime que te admire, por favor” , ella se ruborizó pero a la vez se puso muy contenta con el halago y yo no me privé de mirar las formas del culo que se adivinaba debajo de esa mini, las nalgas paradas y duras incentivaron mi imaginación.

“¿Tomamos algo mientras conversamos? , -le pregunté esperando saber lo que pensaba-… “Sí, como gustes, le dejé dicho a Máximo que volvería aproximadamente en dos horas” , -me contestó de la boca para afuera- pero, de todos modos no pudo evitar ruborizarse cuando pensó… “Lo que me gustaría es que me abraces y me beses con todas las ganas, me pones a mil cuando estoy en tu presencia, aunque no deba demostrarlo” .  Decidí que era una tontería esperar, para eso había venido, esperaba satisfacciones y no era cuestión de tomar o no unas copas.  Caminamos hacia el bar y me giré para decirle que las copas no me apetecían tanto como lo que quería hacer… “¿Qué es lo que quieres hacer? -preguntó-…

Estábamos parados frente a frente y le pasé una mano por la mejilla que fui deslizando hasta su nuca, la otra mano fue hasta su cintura y mirándola al fondo de sus negros y grandes ojos acerqué mi boca para besarla, fue ella la que no quiso esperar más y obvió cualquier preliminar, se lanzó a besarme con ganas que correspondí abrazándola fuerte contra mi pecho.  Noté sus tetas duras por debajo de mis pectorales y en el entrecruzar de lenguas su gemido de placer me llevó a redoblar el beso.  Besaba con ganas y gemía como toda una hembra entregada.

Como quien dice, Carla se había “subido a la moto” , ya no fue sólo el beso, sus manos y brazos se movían como tentáculos de pulpo, no solamente se dejaba tocar, además tocaba y su mayor “película” tenía que ver con mi físico, “¡qué espaldas que tiene, qué fuerza se le nota, su estómago parece una tabla de lavar, ayy mi Dios, sus manos me incineran!, estoy empapada, ya quiero sentirlo”,

-pensaba- y me transmitía.  Le demostraría el tema de la fuerza y para ellos, no bien dejé de besarla, la alcé en mis brazos como si la llevara acunándola y me acerqué a la cama. “Me muero, me muero, que me chupe toda y que me haga lo que quiera” …  Su mente andaba a mil y me iba a aprovechar de eso.

Pensaba y lo poco que hablaba lo hacía en su idioma natal, entenderlo lo entendía a la perfección pero no me iba a poner a hablar en Español para que me entendiera, también ella lo hablaba y lo entendía pero era hablándole de forma calmada y en ese momento lo que menos había en esa cama era calma.  El beso se siguió imponiendo y luego dejé su boca para besar su pecho en un descenso que la hacía temblar y gemir a viva voz.  Sus tetas eran abundantes pero firmes, duras con un pezón chiquito rodeado de una areola que casi le abarcaba el centro de la teta, aspirar teta y pezón era un encanto que Carla me correspondía con gemidos y abrazándose a mi espalda con fuerza.

¡Pobre Máximo ! , -pensé-, me imaginaba a esa jovencita italiana apretando la escasa espalda que tenía el novio, con el “oso” no iba a poder nunca pero se hacía sentir.  Cambié varias veces de teta y la sentí envarada con esto solamente, quedaron ambas rojas y más erectas que nunca y cuando solté una de ellas me apretó el miembro con sus muslos y estalló con un grito tremendo a la par que se movía como víbora debajo de mi cuerpo.  Fue larguísimo y sentido, un orgasmo de esos que te hacen sentir orgulloso de generarlos.  No tardó en recuperarse y me tomó prácticamente de las orejas obligándome a subir hacia su boca.

No llegué hasta su cara, le tomé las manos, las puse pegadas a su cuerpo manteniéndolas allí y zambullí mi boca en su entrepierna totalmente depilada, su disposición era total y no bien le di el primer beso abrió las piernas casi en 180°.  Pensaba para mí que si con las tetas había logrado un buen orgasmo, con su vagina y clítoris la enloquecería y por eso me esmeré.

Ya no sólo gemía, gritaba pidiendo más lengua y al absorber su clítoris endurecido y deslizar el pulgar en su ano tuve que soltarle la otra mano para tomarla de la cadera y evitar que me rompiera el cuello.  El grito de placer fue como para que viniera toda la Seguridad del hotel, “¡ayyy, Madonna Santa, mettimi dentro il cazzo, voglio sentirti! (Virgen Santa, meteme la pija, quiero sentirte) fue lo que alcanzó a decir antes de quedar un tanto desmadejada.

Si Carola era un fuego, Carla era un volcán en erupción y a mí me enloquecía que fueran así pero si esta niña creía que yo iba a penetrarla en un “misionero” común estaba muy equivocada.  Comenzaba a recuperarse del orgasmo cuando la di vuelta como si fuera un papel y le levanté el culo para tener ambos agujeros a entera disposición.  No dijo ni pio, incrustó la cabeza en la almohada y abrió las piernas como dándome vía libre.  Su culo era espectacular, mejor que el de Carola , bien armado y más duro, ni en las nalgas ni en los muslos había ni pizca de celulitis o marcas, era más redondo que otros que conocía pero igual de apetecible.

¡Mamma mía, mamma mía! , comenzó a decir cuando le pasé el glande por los labios de la vagina e hice un poco de fuerza para entrar, aunque no llegué a hacerlo, lentamente o con forza, come preferisci” (lentamente o fuerte, como gustes), -me dijo asomando la cara hacia un costado- y como ella no la había tenido ni en la mano y lubricación sobraba porque todos sus jugos se habían deslizado por toda la zanja, llegando casi hasta el coxis, opté por hacerlo despacio.  Menos mal que fui despacio porque virgen no era, lo que si, era bastante estrecha, la sintió cuando empujaba abriendo sus intimidades y sus gemidos cambiaron un tanto hacia el dolor, golpeaba con su frente la almohada y por el sonido imaginé también que la mordía cuando hice chocar mi pelvis con sus nalgas.

“¿Cosa mi hai messo, cosa mi hai messo?” (¿Qué me metiste, que cosa me metiste?), -preguntó sobresaltada girando la cabeza- y yo me quedé quieto esperando por el “famoso acostumbramiento” , “sólo soy yo, quedate tranquila” , -se me ocurrió decirle- y me moví despacio, en realidad, ¿para que voy a mentir? , tenía ganas de entrar a darle con ganas, aunque la rompiera, después de todo la “tanita” no disimulaba para nada, ella pensaba en que era “gruesa” , que acostumbrada a la de Máximo creía que podría aguantarla igual y... “Ya está,ahora sólo tengo que disfrutarla” , “escucharla” pensar eso fue lo que me decidió a moverme con un poco más de ganas.

Como fuera aunque se quejaba, comenzó a disfrutarla y a mover sus caderas cuando los movimientos de entrada y salida se intensificaron, a los apretones que trataba de darme se sumaba lo estrecho del canal pero, por más que intentaba no podía llegar al fondo de su vagina, esto no era algo que me preocupara, no sentiría más dolores porque el hueco lubricado ya se había amoldado y cuando los gemidos se hicieron más fuertes y altos, mi ritmo se incrementó y se hizo constante. Carla gozaba como loca electrizada y mirando el agujero de su culo, me tenté aunque sabía que debía dilatarlo y para eso tenía los dedos.

Intenté directamente con ambos pulgares y los fui metiendo de a poco, se notó que ya estaba acostumbrada y se aflojó con un gemido fuerte, dejé los pulgares e intenté con el dedo medio, pareció que me lo tragaba y pronto tuvo tres dedos recorriendo esa suavidad interior.  Los dedos en su culo no fueron óbice para que me desentendiera de la penetración “natural” , seguía allí con el ariete totalmente lubricado entrando y saliendo en su totalidad y ella parecía gozar por partida doble.

Los gemidos altos y la contracción del cuerpo de Carla me anunciaban un orgasmo “de aquellos” , la dejé que gritara y que golpeara la almohada con sus puños mientras tiraba el culo hacía atrás y gritaba, “non uscire, non uscire, per favore”, (no salgas, no salgas, por favor).  Cuando explotó, porque eso pareció, se desgañitó gritando y me empapó los huevos y los muslos con el chorro viscoso que dejó salir, no paraba y parecía sollozar del placer y con un poco de sadismo pensé que haría que su llanto fuera completo.  Coloqué el glande y cuando empuje apenas si hice fuerza, ¡me cago en el sadismo! ...

Carla , disfrutó horrores la penetración anal, se la tragó toda y comenzó a mover las caderas como si fuera una coctelera, a la par gritaba: “dammi nel culo, mettilo piu forte, mi sono rotto in silenzio” (dame por el culo, metela con más fuerza, rompé tranquilo). ¿La sintió? , claro que la sintió pero se recuperó rapidísimo y colaboró activamente de la cogida.

Yo pensaba entrar un par de veces y terminar rápido pero lo que me demostraba me activó como nunca y seguí imprimiendo una velocidad constante golpeando mi pelvis con sus nalgas en cada penetración.  Era un gusto escucharla gritar y pedir más y más y más, el acabose fue cuando le llené las tripas de leche, tuvo un orgasmo furioso y me apretó con sus músculos como si me la quisiera cortar.

Perder yo no iba a perder y en el medio de su orgasmo, con las manos en sus caderas, absorbí la suficiente energía para recuperarme y para dejarla en un “no quiero más” .  Había sido toda una sorpresa y lo del culo fue glorioso, después me diría que le encantaba el sexo anal y se lo exigía siempre a Máximo , decía que hasta los “rapiditos” eran anales porque los disfrutaba más.  En el momento yo me reí para mí mismo porque dejé su culo sin esperar y pensé que, de intentarlo enseguida, el novio entraría muy cómodo por el hueco que había quedado.

Me quedé unos instantes acariciando sus nalgas y mirando cuanto le costaba mover los músculos para cerrarlo, entonces, dándose cuenta de lo que yo observaba, me miró con los pelos sobre la cara y me dijo sonriendo: “non riesco a chiuderlo, lo hai fatto a pezzi” , (no puedo cerrarlo, me lo destrozaste).  Nos reimos los dos y tuve que ayudarla a ir a la ducha, la ayudé a enjabonarse y ya mucho más recuperada se soltó a hablar, diciendo que había sido fantástico, que nunca se le había cruzado por la cabeza meterle los cuernos a Máximo y que no lo volvería a repetir pero que en este caso, había sido la suegra la que le “metió los ratones” .

La miré con sorpresa y le pregunté que tenía que ver la suegra en todo esto...

--No te lo voy a preguntar porque, con lo caballero que sos, seguramente lo vas a negar pero a ella la conozco más que a mi mamá, sé cuando le brillan los ojos y porqué le brillan de tal o cual manera, desde allí en más, la miró para ver como se mueve o dónde acusa “incomodidades” y hasta sé cuando Hugo la hace sentir muy bien o regular.

--  Sos tremenda con tu suegra pero, ¿qué tiene que ver eso conmigo?

--Es que la forma en que se movía y el modo en que le brillaban los ojos cuando me dio los regalos en el hotel, allá en Italia, me hizo saber que su “regalo” fue “extra” y por demás placentero, tanto que durante mucho tiempo la encontré pensando en eso con el mismo brillo en la mirada y no, jamás me dijo nada.  Yo ya me había decidido a sacarme las dudas y el incentivo mayor fue ayer después del mediodía, esa misma mirada y esos mismos modos de moverse, habían regresado, te imaginarás como vine a verte.

--  Imagino que sabrás aquello respecto a que, “el hombre que se precie de ser hombre, no tiene memoria”, ¿no?, por otro lado, ya comprobé tu fogosidad y si Carola es igual, temo un poco por la marcha de la empresa y pienso que se pueden aparecer conflictos si cualquiera de ustedes se “libera” con otros.

--No importa que no me digas nada al respecto de Carola , te enaltece y a mí nadie me quita la felicidad que experimenté hoy en este “baile”, de todos modos por la empresa no te hagas problemas, tanto ella como yo le damos lo que quieren y los exprimimos como para no andar nosotras buscando ni que ellos busquen nada afuera.

Charlamos de algunas otras cosas más, entre ellas de su próximo casamiento, tomamos una copa para festejar la cogida y eran las nueva de la noche cuando salió de la habitación diciendo que nos juntaríamos en la fiesta.  Dejé la habitación, sólo tenía que dejar la tarjeta-llave en la administración porque no volvería a usarla y me dirigí al hall para hacer esto.

Por los pelos no me crucé con una “veterana” infartante de cabello rubio cortito, dueña de cara, tetas y culo que te llamaban a mirarla, me alegró ver que estaba acompañada por el marido italiano, para más datos, de nombre Petro , que se encontraban recibiendo las llaves de su habitación en el mostrador del hall.  Giré rápido, me metí en el baño de hombres y vigilé desde allí hasta que subieron al ascensor y se perdieron de vista.

Me encantó y me emocionó saber que Zulma y su marido habían venido desde Madagascar para asistir a la fiesta de casamiento de Kande y Gonzalo .  No sabía de quien había sido la idea, ni en que momento la plasmaron, posiblemente en la casa lo sabrían todos y Kande se la había “jugado” para no decirme nada, a sabiendas también de que yo no los “escucharía” porque me aferraba a la idea de respetar sus pensamientos.  Subí al auto y me dirigí a casa con una alegría extra, esa fue la frutilla del postre de esa “particular” manera de festejar mi “despedida de soltero” .

Al llegar a casa, luego de saludarlos a todos, me senté directamente a cenar, eso sí, después de saludar efusivamente a mi futura esposa, se le notaba un aura de felicidad muy especial, no sólo a ella, a todos.  Se arrebataron para contarme que estaba todo listo, aunque no llegaron a decir nada, los paré en seco y les pregunté: “¿Adónde están escondidos los chinos?” .

La risa fue general y aparecieron Tai y Maylín , los dos felices de la vida y parecían chinos de raza negra por el color caribeño que habían tomado sus pieles, les di un abrazo a ambos y tomándola de las manos la miré a Maylín haciendo hincapié en la pancita que ya era decididamente panza.  Pensaban sorprenderme pero cacé una pizca del pensamiento de Gisela cuando se preguntó, ¿dónde se encondieron Maylín y Tai ? , después fue soplar y hacer botellas.

Luego de que nos contaran, principalmente a mí, como les había ido en la isla alquilada y se explayaran sobre como lo habían pasado, Kande , haciendo punta, comenzó a contarme como serían los preparativos para la fiesta, la ceremonia con la Jueza de Paz (ventajas del dinero, ella y dos empleados se trasladaría para hacernos el juramento en casa, lógicamente estaban invitados a la fiesta) sería a las ocho de la noche y los invitados comenzarían a llegar desde las siete de la tarde, salvo los más allegados que estarían en la casa desde las tres o cuatro de la tarde, fundamentalmente las mujeres, por eso de arreglarse, maquillarse, cambiarse y ayudar a la novia y yo en eso no me metía, ni cortaba ni pinchaba.

Esto era de esperarse, la casa estaría llena de gente desde temprano, más tarde llegarían los invitados “extranjeros” y los Políticos locales junto a Miguel , la madre, su pareja y Blago desde el castillo.  Desde la fundación y la empresa de Seguridad aparecerían Matías , Sofía y María Victoria , daba por descontado que Kaila y Patricia estarían desde la primera hora, igual que Azul y Cintia , las dos azafatas, lo mismo Graciela y su prima Cynthia con Roberto y Danny, mi hermano Lucas con Silvina y Jorge , por supuesto, la “banda” en pleno y aproveché a preguntarle a Carlos si habría refrigerio para todos ellos, “quédese tranquilo Gonzalo , comida, bebida y atención no le va a faltar a nadie, la empresa de catering se ha esmerado con esto y con las camareras y mozos” .

Cada una de las mesas grandes tenía su respectivo cartelito para las personas que ocuparían esos lugares y aparte de colocar una mesa larga repleta de bocaditos para que fueran “picando” , cada una de las mesas tenía un surtido similar, la premisa era no dejar platos vacíos sobre la mesa.  La cena fría sería a las diez de la noche, era la ceremonia, el tiempo para las felicitaciones, el baile con la novia y el novio y las fotos individuales, después la cena y por último baile y un par de conjuntos musicales. Cielo y Gisela habían puesto cámaras en varios lugares de las carpas para que fueran grabando todo lo que acontecía pero, además, había tres camarógrafos y tres fotógrafos.

Mi “viejo” no era muy demostrativo, no se había metido en ningún preparativo pero estaba contento con la forma en que se había preparado todo, la que tenía un torbellino en la cabeza era mi madre, estuvo metida en todo y aparte de llevarse de maravillas con la nuera, fluctuaba entre el nerviosismo para que todo saliera bien y el orgullo por lo del hijo.

Me acerqué a ella para preguntarle por sus invitados y me contó: “No sabés lo que fue nene, mis dos amigas estaban en el aire, cuando fuimos con Cielo a comprar sus cosas nos entró un poco de pudor, nos acobardamos porque Cielito nos llevó a lugares exclusivos que nosotras ni siquiera pasabámos por la puerta, ni te cuento en el Salón de Belleza, parecían reinas, bah, parecíamos porque yo también aproveché, tu padre me contó que lo mismo pasó con los hombres y lo de la limusina no podían creerlo” .  Me reí con sus comentarios y le dije: “Un día de vida es vida vieja, que lo disfruten?” .

Kande me dijo que cuando ella se cambiara yo no tendría que estar, tampoco podía ver el vestido, por eso habían acondicionado una de las habitaciones más grandes para que se cambiaran, ella y algunas de las chicas que le harían de dama de compañía.  Yo utilizaría nuestro dormitorio, saldría primero para esperarla y ella se sacaría algunas fotos ya cambiada, bajando las escaleras, en el living, en el comedor, en la zona de la pileta y luego entraría recorriendo toda la carpa del brazo de Carlos , yo esperaría junto a la Juez de Paz y a mi madre.

Allí firmaríamos nosotros junto a los testigos, Jorge por un lado y Kaila por el otro y nos pondríamos los anillos.  Al retirarnos de la fiesta Andrey nos llevaría a un hotel de lujo para pasar allí dos noches y directamente desde el hotel nos íriamos al Aeropuerto de Ezeiza donde nos esperaba el avión con la tripulación para irnos a Sudáfrica , más concretamente a Johnnesburgo .

Nos acostamos como a la una de la mañana, pasamos del sexo y como nunca, Kande daba vueltas en la cama y no se podía dormir, se abrazaba a mí, se soltaba y tenía los ojos abiertos como el dos de oro.  Estaba sobrepasada de felicidad, de nervios que no podía “manejar” y de expectativas y por más que me decía que estaba bien que se dormiría enseguida, yo sabía que no podría hacerlo, “dejame a mí, mañana a la mañana la vas a tener que zamarrear para despertarla, jajaja” .  La risa burlona del YAOGUAI me acercaba una solución y le pedí que procediera, hasta en la cara se le notó a mi mujer que se aflojaba toda y que el sueño la vencía, no tardó más que un minuto y se quedó dormida completamente relajada, le di las gracias y después me tocó a mí.

En la mañana estábamos como nuevos y cuando, después de bañados y cambiados bajamos a desayunar, el movimiento era incesante, se notaba que trataban de contenerse pero las expectativas eran tremendas y la excitación era generalizada. Carlos estaba nerviosísimo aunque trataba de aparentar una tranquilidad ficticia ante los demás...

--  Bajá un cambio Carlos, todo va a salir bien, -le dije al oído palmeándole el hombro-...

--Ojalá Gonzalo , yo sé que a usted no se le escapa nada, jajaja, parece que fuera yo el que me voy a casar, además nunca tuve la oportunidad de agradecerle, entre otras cosas, esta fiesta y la participación que ustedes me dan en ella.

--  ¡No me jodas Carlos!, esto es el resultado de la lealtad demostrada y de tu don de gente, no tenés nada que agradecer, seguí con todo lo tuyo, yo estoy tratando de aislarme de todo el “puterío” que se está armando y me voy a ver como se planteó el tema de la Seguridad.  Jajaja.

--Creo que en eso ya estuvieron Kande y Andrey .

--  Imagino que bien pero a mi me sirve para caminar un rato y para practicar aquello de, “el ojo del amo...”, en un rato regreso.

Me fui para el lado de la casa de los efectivos de Seguridad, ésta se había reforzado, eran dos grupos los que trabajarían juntos y charlé un rato con los dos Encargados de grupos, quedé conforme con todas las medidas y estaba en ello cuando recibí una llamada del Intendente de la localidad con un pedido que tenía que ver con la posibilidad de traer a la fiesta a dos integrantes del grupo de Prensa de la Municipalidad.

Nunca había pensado en el tema de la Prensa aunque era evidente que el lugar que ocupaba como Empresario de renombre ameritaba de alguna manera el que estuvieran.  Le dije al Intendente que trajera sólo a dos de sus colaboradores y que por favor le avisara al colega para que hiciera lo mismo, después regresé a conversar con Carlos .

--  Carlos, ¿hubo algún intento de la Prensa, para cubrir este evento?, -le pregunté sin dar vueltas-...

--¡Ufff!, no se me enoje, me volvieron loco, lo consulté con Kande , me dijo que lo hablara con usted y entre una cosa y otra, lo dejé pasar, recién mismo acabó de recibir un llamado de la producción de un programa de noticias e iba a hablarlo... -La llamé a Kande y se acercaron Cielo , Gisela y mi madre-.

--  Vamos a invitar a algunos integrantes de la Prensa y me tienen que decir a quien pero hay que decidirlo ya porque hay poco tiempo.

Decidimos que cada Medio trajera hasta tres personas debidamente identificadas, un reportero, un camarógrafo y un ayudante, elegimos al canal de noticias, a un programa de chimentos a instancias de mi madre, a un periódico de mayor tirada y a tres revistas de actualidad de nivel nacional e internacional.

Carlos se ocupó en el acto de llamarlos y, practicamente en el acto, le dieron, los datos de las personas que concurrirían, ninguno puso el menor “pero” cuando se les dijo que podrían moverse a discreción aunque debían hacer nota a personas en particular.  Yo quería que les hicieran notas a Directivos de las diferentes empresas y, fundamentalmente hicieran hincapié en la Fundación.

Nos causó gracia a todos que, precisamente el programa de noticias, nos mandaría al conductor y a la conductora, principal para hacer las notas, obviando a los “noteros” , ellos serían los únicos con cuatro personas, Carlos decidió que estaba bien y a mí no me molestó, aunque a todos les quedó claro que no ingresaría ningún Medio más.  Solucionado el tema de la Prensa, fui junto con Carlos a “hurgar” un rato en las entrañas de la empresa de catering, había allí un “batallón” de gente trabajando a destajo para tener todo listo y lo mismo pasaba con la gente que atendía el tema de las mesas.

Me dejó muy conforme la charla con el Encargado de toda esa gente pues se notaba que conocía bien su trabajo.  Almorzamos con lo que esa misma gente nos había preparado pero no quise la atención de camareras o mozos, como todos los días, en esa casa, cada uno se servía lo que quería comer.  El Encargado de la empresa de comidas se extrañó de esto y pensó para sí, “cosas de gente con dinero, allá ellos, aunque aquí nadie parece “subirse al caballo”” .  Casi, casi le contesto algo referido a la humildad pero preferí dejarlo pasar.

Después del almuerzo nos quedaban un poco más de dos horas hasta que comenzaran a llegar todos y dije de irme a descansar un rato, Kande se me “pegó” enseguida y dijo de acompañarme, lo que generó las chanzas de varios, principalmente de Gisela , seguida de Virginia , mi “viejo” se sonreía y mi “vieja” se agarraba la cabeza, nosotros subimos las escaleras riendo.

Nos llamaron a las tres de la tarde porque ya había llegado gente y fuimos a recibirlos, bajamos las escaleras corriendo cuando vimos que al pie de la misma se encontraba Zulma con Petro , a pesar de saber que estarían allí, mi efusividad no fue fingida y no faltaron lágrimas de emoción en algunas. Petro estaba maravillado del lugar y después de los saludos con todos Zulma lo llevó a recorrer toda la casa, la conocía de “pe a pa” y estaba orgullosa de ella.

Tras cartón, comenzó el “despelote” femenino pues desde Kaila y Patricia que hicieron punta, comenzaron a caer todas las demás.  Renglón aparte fue la llegada de Rocío con sus padres, mi tío y tía que se quedarían esa noche en la casa, no podían dar crédito a lo que veían, mi tía se apresuró a saludarme con un abrazo y con lágrimas en los ojos dijo: “Me recomendó Rocío que no se me fuera a ocurrir darte las gracias por nada y no sé como hacerlo ni que decir Gonza” ... “Ni hablar tía, no diga nada, me pone bien que se pueda mover más o menos a gusto y, por favor, sólo trate de disfrutar” .  Lo que a mi prima y a mí y, casi por osmosís, a Kande , nos emocionó muchísimo fue el abrazo que se dieron mi “viejo” con mi tío, zanjando diferencias pelotudas.

Detrás llegaron Roberto y Danny con Graciela y Cynthia y pegados a ellos aparecieron Lucas y Silvina. Yo no pensaba hacer presentaciones y les dije a los hombres que el bar en el living ya estaba abierto, me fui para allí y se plegaron todos más que volando para “escapar” del bullicio femenino y ellas se fueron “perdiendo” en las distintas habitaciones para comenzar con sus “metamorfosis” , mis tíos y mis viejos “hicieron rancho aparte” para hablar de muchas de sus cosas.  Se acercaban las cinco de la tarde y Carlos me avisó que ya mi ropa estaba lista en mi habitación y entre alguna que otra chanza por la pérdida de la soltería, les dije que ahora nos tocaba “emperifollarnos” a nosotros.

Ya en mi habitación vi el esmoquin gris, moño, camisa, medias y ropa interior sobre la cama, los zapatos perfectamente alineados al costado de la misma, no faltaba nada y estaba todo sobre la cama porque Carlos sabía que yo no usaba el vestidor para cambiarme, salvo el bóxer que me llevé al baño.  Entre a bañarme y no tardé mucho en esto, al salir envuelto en la toalla me esperaban ya cambiados con esmoquín negro, mi hermano Lucas y mi amigo Jorge que no tardó en darme un abrazo con los ojos anegados...

--  No llores Jorgito, a tu amigo no lo van a fusilar, -le dije pasándole un brazo sobre los hombros-.

--No, boludo, se me caen las lágrimas por la felicidad que siento, estoy muy emocionado...

--  Vos estás, Kaila está, ya debe estar por llegar la Juez de Paz, ya cagué, no me puedo echar atrás, tendré que casarme con la “mona”.

--No hay dudas de eso, a menos que quieras que te cortemos las bolas entre todos, como ya me imaginaba la veré cuando se acerqué para el juramento, seguramente va a estar hermosa.  Hablando de hermosa, hijo de mil tu madre, la casa es espectacular, lujosísima y una verdadera fortaleza, ¿vas a tener gente de Seguridad rodeándote cuando te muevas?

--  No, ¡ni en pedo!, con la “negra” al lado estoy más que seguro, ni hablar de Kaila y los muchachos que van a estar en la fiesta, olvidate de eso, está noche es de jolgorio total sin malas “vibras”...

Mientras me cambiaba “chusmearon” los dos por la habitación y usaron el perfume “especial” que me hacían para uso personal, luego de alabar la habitación Jorge me dijo que quería conocer la casa, que vendría otro día a hacerlo, “si es por eso, quedate ésta noche en una de las habitaciones y te vas tranquilo mañana, ¿no me digas que ahora que sos todo un empresario tenés que ir a abrir el “negocito”?, jajaja”. Asintió y mi hermano me dijo que después hablaba con Carlos para buscarle un lugar y ya una vez cambiado, bajamos para recibir a los invitados, aunque había tiempo para ello.

Eran ya las seis y media de la tarde y llegó toda la gente de la Prensa y de la tele, lo hicieron junto a a Sofía , María Victoria y Matías , a los cuales les di un fuerte abrazo y luego atendí a los periodistas a los que hice pasar al living y les dije que era el único lugar al que podrían entrar en la casa y sólo hasta el momento en que bajara la novia por la escaleras, después habría efectivos de la empresa de Seguridad cerrando el acceso a personas ajenas al entorno íntimo, por lo demás se podían mover a voluntad con los invitados y la gente de las empresas.

Lógicamente, luego de eso, aprovecharon a hacerme algunas preguntas, entre ellas, quienes eran los invitados de las empresas o a cuales empresas representaban, todo se convirtió en una mini conferencia de Prensa, en la cual no dudé en contestar las preguntas que quisieron hacer.  A mi lado estaban Lucas y Jorge , a los cuales presenté como mis hermanos, “uno de sangre, el otro por elección desde muy chicos” , -dije mirándolo a Jorge -, preguntaron también si podrían hablar con mi esposa, a la cual no conocían, “es fácil, busquen a la más fea de la fiesta, la más quemada por el sol, van y le hablan, no va a tener problemas para atenderlos pero... dejen que me case antes de eso” .

Les pedí que me disculparan porque Carlos me avisaba que estaba llegando la gente y a la primera que salí a atender fue a la Juez de Paz y después de saludarla se dirigió directamente al lugar en que estarían sus cosas dentro de la carpa más grande.  Pensando en las carpas, creí que ocuparían un lugar inmenso y resultó que sólo fue una cuarta parte del parque, así que los invitados podían optar por estar adentro y/o recorriendo las adyacencias de la casa porque hasta el clima ayudaba.  Pareció que la Juez fue el punto de largada porque aparecieron todos, además, como el estacionamiento cerca de la casa de la Seguridad quedaba lejos, decidimos que estacionaran detrás de la casa y desde allí venían todos después de pasar con los autos cerca de nosotros.

Los directivos de la empresas nacionales aparecieron junto a los extranjeros y les di la bienvenida a todos, a medida que los saludaba les dije que hablaran con la Prensa sin ningún tipo de “empacho” y que no quería problemas con ellos.  Ni hizo mucha falta aclararlo, los camarógrafos y los que hacían notas se pusieron a trabajar a destajo y estuvieron atentos a la limusina en la que se trasladaban los vecinos de mi madre, ¡lindo chasco se llevarían! , sin embargo eso salió fantástico porque hicieron mucho hincapié en que eran invitados “especiales” por lo que significaron en la vida del multimillonario.

Los Intendentes con todo su séquito también llegaron casi juntos y me presentaron a la gente de Prensa. Jorge y Lucas opinaban junto a mí respecto a las mujeres que iban llegando, “¡la puta madre!, parece un desfile de modelos por la ropa y por las mujeres” , -opinó mi amigo- y mi hermano lo apoyó en la opinión agregando: “es verdad pero las dos españolas están hermosísimas, igual la “tana” jovencita y esa morocha mexicana es mortal, creo que con sólo una sonrisa me le entrego atado de pies y manos” .  No era para menos, yo no decía nada pero a cada una de ellas, al saludarlas, les había agradecido por haber venido a compartir este momento conmigo y les delicé un piropo alabando su belleza y elegancia, a todas, a ninguna de ellas dejé afuera de esto.

Como fuere, mi satisfacción era interior, a más del 60% de las mujeres más bellas de la noche yo ya las “conocía” y lo que era mejor, ellas a mí.  Los últimos en arribar fueron Blago , Lucía , Karina y Miguel , apenas después de que llegaran los pilotos Gustavo y Sergio con sus esposas y las azafatas Azul y Cintia y luego de esto comenzó a sonar la música que había elegido Kande y mientras los de Prensa entraban todos a la casa, me dirigí junto con mi madre al interior de la carpa para situarme al lado de la Juez de Paz.  La Doctora se reía diciéndome que todavía estaba a tiempo y nos entretuvimos un rato charlando mientras dábamos lugar a que la novia se mostrara y se sacara las fotos necesarias.

Al rato fue Gisela junto a Azul que desde la puerta de la carpa nos dieron un chiflido que sacó a todos de contexto y avisaron que ya venía la novia.  La entrada de Kande fue espectacular, su belleza y presencia hicieron que todo el mundo enmudeciera, el vestido de glamoroso color rosado muy suave con adornos en blanco y con un escote de infarto que llegaba casi hasta el ombligo, dejaba al descubierto parte de sus hermosas tetas y un infartante canal, el maquillaje era muy tenue y sin exageraciones, resaltaba en su piel negra el collar de diamantes y platino que ella misma había diseñado con una “K” y una “G” abrazadas, las otras joyas eran sus pendientes haciendo juego.

Lo hizo del brazo de un más que orgulloso Carlos que vestía un esmoquín similar en color al mío... “Está hermosísima” , -dijo mi madre llorisqueando a mi lado-, “que los reparió con la “mona”” ,

-atinó a decir Jorge que estaba a un costado-....  Yo estaba impávido y creo que hasta con la boca abierta y en las nubes, las piernas me fallaban y la voz del YAOGUAI me volvió a la realidad, “parecés un idiota, tranquilizate, yo te estoy sosteniendo” ...  Supe que sólo por eso, por su soporte, no me había caído de culo ante tan magnífica aparición.

Fueron tan sólo uno o dos segundos en que el tiempo pareció detenerse y enseguida observé la cara y las expresiones de los presente que conformaban un amplio pasillo por donde ellos caminaban seguidos de las cuatro preciosas damas de compañía con vestidos similares al de la novia, aunque con marcadas diferencias. Kaila y Cielo , Virginia y Graciela caminaban detrás y estaban también espectaculares.  Los invitados estaban impactados, tratar de “escucharlos” me hubiera enloquecido pero todos se notaban apabullados por la belleza de “la negra” . Kande me miraba y sonreía, parecía iluminar su camino con lo blanco de sus dientes y un poco antes de llegar al escritorio de la Juez de Paz di un paso para que se tomara de mi brazo.

La primera que aplaudió fue Gisela y la siguieron todos, fue atronador y sirvió para distender un poco la tensión del momento, mi “vieja” lloraba sin poder contenerse y Carlos que también lagrimeaba junto con Jorge , la abrazaba como dándose ánimos.  La música suave que hasta ese momento había sonado dejó de escucharse, la Juez de Paz la miraba a Kande y no atinaba a hablar, uno de sus colaboradores le tocó la espalda y comenzó a leernos lo usual y legal de cualquier ceremonía, juramos, firmamos, lo hicieron los testigos y el “los declaro marido y mujer” sonó fuerte y claro, le coloqué el consabido anillo, ella a mí, le agradecimos con un apretón de manos a la Funcionaria y al girar besándonos tuvimos a todos encima con las felicitaciones.

Luego de un rato pasó lo que en toda fiesta de casamiento, los novios se acercaron a la mesa principal y nos dedicamos a la comida, lo mismo hicieron cada uno de los invitados, no había de que privarse y no se privaron de nada, el servicio fue espectacular y las camareras y camareros desfilaron incesantemente atendiendo a las mesas.  Los chicos de la Prensa se movían de un lado al otro y los vi haciendo reportajes a varios directivos de empresas y a otros diferentes invitados.

Kande estaba radiante de felicidad, repartía sonrisas a todo el mundo y atendía a quien se acercara, parecía estar bien y sólo yo sabía que temblaba, lo notaba al tomarla de la mano. “Estoy sobrepasada de felicidad, amor, gracias por todo esto” , -me dijo besándome con ganas ante los aplausos de los más cercanos-.  Luego fueron las fotos en las mesas, el baile con la novia y con todo aquel que quiso sacarse la foto con cada uno de nosotros, yo no quise bailar más y departí con unos y otros, tanto dentro de la carpa como fuera de ella, eso sí, no pude con mi genio y “escuché” a cada uno de los que se acercaban a felicitarme por la fiesta.

No tuve nada que decir de nadie, todos actuaban con sinceridad y salvo algunas mujeres que, entre broma y broma respecto de la primera noche de casados, no pudieron evitar querer ser ellas las protagonistas.  Me llamó poderosamente la atención que uno de estos pensamientos proviniera precisamente de Cynthia , la prima de Graciela y compañera de Roberto , “como me gustaría ser yo la que hoy experimentara la rotura de culo” , -pensó al saludarme-...  Se llevó la mano a la cabeza, se puso roja como un tomate y casi, casi que se escapó corriendo cuando le contesté acercándome a su oído: “Lástima que está Roberto porque tu culito siempre me gustó y me encantó estar allí adentro cuando me tocó” .

Al rato las saludé con la mano cuando hablaba con Graciela y está me miraba sonriendo. Rocío estaba “desatada” y bailaba con unos y otros pero entre baile y baile no dejaba de atender a sus padres, a los que me acerqué para conversar pero poco pude hacerlo, mi tía me abrazaba y no paraba de llorar, tuvo que venir mi madre al rescate y como estaba con las vecinas amigas, se sucedieron los abrazos y las gracias, zafé como pude y me fui a hablar con Arturo y Matías que, aunque estaban sus esposas cerca demostraban una afinidad que iba más allá del mero conocimiento del trabajo de Seguridad que realizaban.

“Lo perdonamos que nos tenga abandonadas porque hoy es un día especial” , -me dijo Sofía riendo junto a María Victoria , conversé un rato con ellas y con Mariángeles que estaba allí, hasta que la mexicana, muy sutilmente, me tomó del brazo y me llevó hacia otro lugar hablándome al oído...

--Estoy un poco celosa, a poco que algo escuché me fui dando cuenta que “el animal” se ha movido muy a gusto entre varias de estas mujeres, sin contar que a ellas se le notan también los colmillos.

--  La ventaja de los “animales” es que no hablan ni cuentan, máxime con la ventaja de tener a una mujer que es muy abierta a mis gustos.

--¡Ayyy, Virgencita!, no me lo digas así porque no te imaginas como me pones. Kande con toda su estampa y belleza, les ha “removido el coco a muchos” y, para que negarlo, a mí también, me someto a prueba y tienes que volver aNueva York.

Me reía a mandíbula batiente por esto que había dicho con todo el acento mexicano y justo se acercó mi mujer metiéndose en la conversación...

--¿De qué se estarán riendo ustedes dos?, algo están tramando...

--  Es Mariángeles, estaba alabándote y quiere que volvamos a Nueva York porque debe tener algo en la cabeza relacionado con nosotros dos y ella , -dije mirando la cara asombrada de la ex Relaciones Públicas-

--Me encantaría, nosotros tres solos, todo un fin de semana en una hermosa casa con piscina pero, eso sí en pleno verano, contá con ello Mari, -le dijo Kande abrazándola y dándole un beso en la mejilla a la par que chocaban esos hermosos dos pares de tetas-.

--Ufff, les tomo la palabra y ahora váyanse para otro lado porque estoy tan acalorada que explotó.

Nos reímos los tres y Kande me tomó de la mano apoyando su hombro en el mío, ya eran las tres y media de la mañana y me pidió de irnos.  No dimos más vueltas, entramos en la casa para cambiarnos y le hice una seña a Carlos para que le avisara a Andrey , casi media hora después salimos, el custodio ruso tocó bocina y desde la puerta del auto nos despedimos con las manos en alto, no hacía falta más, la fiesta de casamiento había terminado para nosotros.  A posteriori me enteré que algunos se fueron alrededor de las nueve de la mañana, todos lo habíamos pasado más que bien.

Continuará...

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