El demonio de nombre extraño (53)

Se planifican las futuras bodas y aparece la madre de Miguel para un “alegrón” conjunto.

BODAS - LA MAMÁ DE MIGUEL.

Nos levantamos todos cerca del mediodía, estar en “nuestras” camas nos relajó, a unos más y otros menos pero además, la “localía” nos potenció para encarar los días de otra manera o de un modo distinto.  Por mi parte, haciendo “fiaca” en la cama, mientras la miraba a Kande que se movía por la habitación para cambiarse, me puse a pensar que ya no serían tan necesarios los movimientos hacia otros lugares del Mundo.  Quedaban muy pocas familias por visitar y habría que dedicarse a pensar en otras alternativas para tratar de sobrellevar todo lo logrado.

Fuere como fuere, era evidente que la vida seguía y la voz altisonante de Gisela nos llamó a todos a almorzar.  En atención a lo que a mí me gustaba, Virginia había hecho milanesas a la napolitana, anchas, altas y con una buena provisión de salsa y queso derretido por encima, estaban exquisitas y nos “torturamos” un rato largo degustando las exquisiteces de esa comida casera y también muy “nuestra” , (esta comida, como muchas otras, era producto de la inmigración de los abuelos o bisabuelos descendientes, en este caso, de italianos, estaba incorporada al gusto y al paladar de los argentinos y no sé si en Nápoles se consume del mismo modo) .

Como no podía ser de otra manera, en el almuerzo hablaron hasta por los codos contando y cambiando impresiones sobre lo que habían pasado y del modo en que habían disfrutado. Kaila y Patricia se despidieron luego de los cafés y hubo abrazos y agradecimientos para repartir. Miguel hizo lo mismo diciéndonos que la madre estaba “pesadísima” pidiendo que se volviera para la casa y, de paso, aprovechó para preguntarme cuando nos haríamos tiempo para pasar por la Galería de Arte, le contesté que no faltarían oportunidades y, ya que estaba, le dije que antes de eso me gustaría conocerla en mis “dominios” y para eso la invitaba a pasar un fin de semana en la casa con nosotros.  Aceptó de buena gana contestando que le transmitiría la invitación.

Para las tres y pico de la tarde quedábamos pocos en la casa y el momento del whisky en el living lo aprovechó Tai para comentarme algo que había omitido decirme, esto era que a Maylín le había encantado la casa y como tenía los datos de la Inmobiliaria iba a llamar para hacer una reserva.  Le dije que lo hiciera y cuando los dos se fueron esperanzados a su habitación para realizar el llamado, reuní a los demás.  Parecería una chiquilinada pero eran gustos que podía y quería darme, les conté rápido a todos que a la pareja de chinos le dirían que la casa estaba vendida.

Ya me había ocupado yo de comprarla antes de viajar, a ellos no se los dije pero sabía de “buena fuente mental” que a Maylín le encantaría y la había comprado a nombre de los dos.  La noticia de la venta crearía una cierta tristeza, nuestro “trabajo” sería sacarles la tristeza entre todos para entregarles el “regalo de bodas” y eso era algo que deberían hacer Kande , las chicas y Carlos .

Cuando Tai y Maylín bajaron por la escalera con la desilusión “pintada” en la cara, Kande , Cielo , Gisela y Virginia estaban paradas frente al mostrador del mini-bar tapando con sus cuerpos la carpeta con el título de propiedad y las llaves, las cuatro estaban serias pero se morían de ganas de gritar, reír y expresar su alegría, Carlos se mordía los nudillos de la expectativa.

Tai se acercó circunspecto tomando de la mano a su novia casi esposa y me dijo que la propiedad había sido vendida, “ya lo sé” , -le contesté-, “la compró un amigo para que la gente de la casa le hagan un regalo de bodas a una pareja de chinos” .  De inmediato, ante la cara de asombro de los dos enamorados, las chicas y Carlos los rodearon y le entregaron a Maylín la carpeta con las llaves. ¡Felicidades! gritaron.  Sólo el “oso” me permitió aguantar el abrazo sentido de Tai y el que me dio una chinita llorando y riendo a la vez.  Los abrazos y las felicitaciones se sucedieron y luego de esto, para variar, surgieron los planes para salir “volando” de casa e ir a ver la propiedad.

Yo no la conocía por dentro y me prendí en la “visita” .  El lugar me encantó y tenía habitaciones para alojar a todos los parientes que vendrían de Cartagena .  Allí mismo fijaron la fecha para unos quince días posteriores y como faltaban muchos retoques de pintura y algunas modificaciones que Maylín comentaba que quería realizar, les dije de ponerse en contacto con el Arquitecto que estaba trabajando en el “Complejo Kande” ya que, seguramente, podría mandarles operarios para apurar todos los trabajos.

Lo aceptaron y de inmediato lo llamé por teléfono para que me mandara pintores, albañiles y electricistas, sin distraer a los que trabajaban en la obra principal.  Luego de darme la bienvenida me pidió la dirección diciendo que en la mañana estarían en el lugar.  Lo saludé diciendo que, en un rato, me daría una vuelta por la obra y me contestó que me esperaban. Maylín hablaba con Carlos y con las chicas de muebles y cortinados, éste estaba acelerado y convertido en “Decorador de Interiores” , por ello le dije a Tai que dispusiera a voluntad de su tiempo porque la china lo iba a pasear por todos los comercios de muebles y decoración.

Después de las risas le pedí a Kande que me acompañara hasta el Complejo.  Le ordené a Andrey que se quedara y nos fuimos solos, en el auto la “negra” estaba de lo más mimosa y acurrucada en el asiento había apoyado la cabeza en mi muslo, no quise “escuchar” lo que pensaba pero me decidí a hablar, “después de lo de Tai y Maylín andá pensando en una fecha y en la realización de una gran fiesta para nuestro casamiento” .

Se incorporó dando un alarido de alegría que me arrancó una carcajada, luego, ¿quién entiende a las mujeres? , se hizo un bollo en el asiento y pegada a la puerta del auto, comenzó a llorar de forma muy sentida, como si sacara desde muy adentro toda una pila de angustias.  Iba a pedirle que no llorara y la “voz interior” me expresó, “dejala llorar, le hace falta” .

Lo único que hice es moderar un poco la velocidad y hacerle caso al YAOGUAI , la dejé llorar hasta que sola se recompuso y me volvió a abrazar.  No me dijo nada y como no quise “escucharla” terminamos el viaje en silencio hasta llegar al lugar.  Allí me solicitó pasar primero por lo de las chicas, es lo que hice y luego de saludarlas les pidió pasar al baño. Graciela me preguntó que le había pasado y además de decirle que no era nada dramático ni doloroso y que era mejor que ella les contara, le pedí de tomar un café, que no tardó en hacer y servirme.

Cuando Kande salió del baño, tanto Cynthia , que recién regresaba de la obra, como Graciela se le arrimaron para que les contara.  Yo tomaba el café muy tranquilamente y me señaló diciendo, “ese, ese que está ahí sentado muy tranquilo, me dijo en el coche y sin ningún tipo de anestesia que fijara la fecha para el casamiento y la fiesta, no tienen ni idea de lo que significa para mí, es uno de mis sueños y es el hombre de mi vida quien me lo va a hacer realidad” .  La reacción de las dos fue de una alegría indisimulable y la abrazaron riendo y soltando algunas lágrimas más.

Luego de las felicitaciones para mí, nos fuimos a la obra, los obreros cambiaban los turnos y nos juntamos todos con el Arquitecto.  A Kande y a mí nos puso muy bien notar que la enorme  estructura edilicia de planta baja y dos pisos estaba completamente terminada, adentro aún faltaba mucho pero las escaleras que ascendían serpenteando y los huecos de los ascensores, más el enorme salón y los lugares de los baños más que cómodos, los privados para los VIP y lo que serían las barras daban lugar a que la imaginación “volara” imaginando una discoteca de ensueño.

Los felicité a los chicos y al Arquitecto, luego me dijeron que no había habido novedades y que nadie los había molestado en todo este tiempo y Roberto agregó: “Con la salvedad que le mandamos dos “blanquitas” y nos devolvieron a dos “renegridas” .  Nos reímos con esto y le contesté: “Ya se los dije, parecen todas de la misma tribu” .  El Arquitecto se iba y me hizo saber que ya había avisado para que los hombres se hicieran presentes en lo de Tai , entonces les conté a todos lo que había pasado con el “regalo de bodas” .  Todos se tentaron imaginando la cara y las reacciones del chino.

No todas fueron “rosas” , al regresar a casa recibí una comunicación de Chao , era para contarme que volvían de incinerar el cuerpo de Shui , había muerto hacía dos días sin recuperar el conocimiento.  Le di las condolencias haciéndole llegar también las de Kande y le pregunté el por qué de no haberme avisado antes, me contestó que esperaban el desenlace y que nadie podría hacer nada al respecto.  Agradecía todo lo que le había brindado pero me comunicaba que no se reintegraría a sus funciones, según él, se tomaría un año sabático, ante esto le contesté: “Hacé lo que creas conveniente y tené en cuenta que mis puertas siempre estarán abiertas para ti” .  Mandé también condolencias para el suegro y me despedí de él.

Pregunté mentalmente: “¿Por qué no me avisaste?” y me contestó con un cierto tono de dureza, “Ya está, ya fue, no valía la pena amargarte el viaje, salvo ponerte mal, no podías hacer nada, no actuó bien y obtuvo su castigo” .  Dio por terminada la “comunicación” y yo no insistí, luego le dije a Kande que si quería les avisara a las chicas pero que no valía la pena ponerse mal.  Lo entendió enseguida aunque por su mente no pasaban “pálidas” estaba acelerada por el tema de su casamiento y la fiesta.

“Nos podemos casar de aquí a un mes y medio, Tai y Maylín ya estarían de regreso de su luna de miel, la ceremonia la podemos hacer en el parque de la casa aunque esté fresco, de última ponemos carpas grandes con calefacción.  Mi padrino de casamiento, él que me entregue, será Carlos y en tu caso seguro será tu madre, las damas de compañía van a ser Cielo , Gisela , Virginia , Kaila , Patricia y Rocío y bueno, también Graciela , Cynthia , Azul y la otra Cintia y si son muchas lo pongo a votación. El vestido quiero que sea rosado con algo de blanco como la flor de los cerezos”* …  me reí en voz alta y le contesté: “Está todo bien mi cielo pero ni por asomo creas que voy a participar de lo que se te vaya ocurriendo”* . “Desalmado, sos un desalmado” , -me dijo-, abrazándome fuerte y besándome en la mejilla.

Ya cerca de las ocho y media de la noche regresaron todos desde la ahora casa de la pareja china y recordé que no lo había llamado a Blago para saber cómo marchaba lo del apar-hotel.  Recibió con beneplácito el llamado y estaba más que contento con la perspectiva de la inauguración que estimaba para el viernes siguiente o sea, siete días a contar del viernes en que estábamos, prometí que nos daríamos una vuelta antes y mandó saludos para todos.

Me fui al living y se me acercaron Tai y Andrey , los dos estaban casi enloquecidos por el “chisporroteo verbal” de las féminas, Andrey que nunca hablaba, expresó: “El único de sexo masculino que parece estar en su salsa es Carlos , es una más” …  Ni Tai ni yo pudimos aguantar la risa que fue cortada por el grito y la entrada intempestiva de Gisela , “se desmayó, se desmayó” nos decía pero, aparte de la urgencia, no podía evitar un giro un tanto divertido por la situación.

Los tres salimos disparados al comedor y nos encontramos con el Secretario- Mayordomo tendido en el piso, de cara al techo y con los brazos abiertos en cruz, en todas se notaba una pizca divertida muy por encima de la preocupación, Kande estaba arrodillada a su lado y le cacheteaba con suavidad la cara. Maylín y Gisela se abrazaban y lloraban pero de la risa, Virginia le pasó un frasco de sales por las narices y comenzó a recuperarse.

Revoleaba los ojos mirando a unos y a otros y agradecía a quien se le cruzara en la mirada, todo pasó porque Kande , embalada con lo que le contaba a las chicas de sus vestidos de “damas de honor” dijo: “Tenemos que ver cómo se va a vestir Carlos porque él será quien entregue a la novia” , de inmediato todas lo miraron y se cayó redondo tapándose la boca.  Demás está decir que mientras el “desmayado” pretendía salir de su estupor, el comedor se llenó de risas y lágrimas provocadas por éstas, hasta Carlos terminó riéndose a mandíbula batiente.

Ni hablar de hacer cena, ni de cambiarnos y salir, Kande dijo que era mejor que pidiéramos la comida, Virginia no era Zulma y apoyó de inmediato la iniciativa, nos fuimos calmando al esperar la comida porque estábamos tan tentados que cualquier cosa dicha con algo de gracia provocaba otra explosión de risas, el teléfono vibrando y la luz encendida del mismo cortó un poco las risas.

Era Miguel preguntaba si podía acercarse el sábado o el domingo con la madre, le contesté sin dudarlo: “Después de las diez de la mañana de mañana, vengan cuando quieran, preguntale a tu madre y si quieren, se pueden quedar hasta el domingo a la noche, que no se les ocurra traer nada” .  El fin de semana “pintaba” para un clima espectacular y no bien corté la comunicación, sentí un pequeño “tironcito” que me hizo pensar en enloquecer y penetrar a una “veterana” .  Ni idea tenía de cómo era pero el YAOGUAI me había dicho que estaba muy bien puesta y rápidamente imaginé que era él quien “actuaba” con sus ganas.

Después de la cena me fui a dormir… solo… porque las mujeres siguieron con sus planes aunque ahora todo apuntaba a Maylín , además Cielo y Gisela preparaban la enorme pantalla de casi cien pulgadas para que la chinita se comunicara con su familia en el Caribe Colombiano .  Ni la escuché a Kande cuando se vino a dormir pero en la mañana después de hacerme cumplir pidiendo a los gritos, “rompeme el culo cielo, por lo que más quieras, rompeme el culo” , algo con lo que cumplí sin detenerme a sorprenderme por la explosión temperamental, me contó lo de la familia colombiana.

Según me dijo, en la casa de Maylín fue un griterío generalizado y una alegría desbordante por la noticia y, aunque estuvieron reticentes, finalmente la madre convenció al esposo y al suegro para cerrar la empresa y venirse los ocho adultos con los dos nenes mellizos para estar en los preparativos de la reunión. Maylín insistió en que le avisaría a sus dos amigas más íntimas y nosotros, por el lado de Tai , seríamos como veinticinco, así que, le gustara o no, habría que hacer una reunión casi fiesta.

Luego del desayuno hablé con Tai y con Maylín y les pedí que le avisaran a toda la familia que prepararan la documentación pertinente (pasaportes-visas-permisos) y yo lo mandaba a Gustavo a buscarlos el domingo para que estuvieran desde el lunes con ellos, la chinita embarazada se quedó mirándome buscando las palabras para agradecerme, la frené en el aire, “ni se te vaya a ocurrir agradecerme, Tai ya sabe que no me gusta” .  No me dijo nada pero salió corriendo a contarle a las amigas.

Un poco antes del mediodía llegó Miguel con la madre, era ella la que conducía un hermoso BMW S4 de color negro, bajó sonriente frente a la casa vistiendo una chaqueta de verano que ocultaba un top de color lila y pantalones jeans elastizados que marcaban muslos, caderas y nalgas llamativas, las sandalias de taco medio.  Era de la altura de Gisela y tenía un rostro, sonrisa, ojos y cabellos sin dudas hermosos, una morocha de esas que te llevan a darse vuelta para mirarla y ella lo sabía.

Miguel había sido concebido cuando ella aún no era mayor de edad y los casi cincuenta años de la madre estaban totalmente disimulados con maquillaje, estiramientos, gimnasio y aunque aún no estaba muy seguro, posiblemente alguna silicona rondaba por esas tetas casi perfectas.  Se notó perfectamente la buena educación y el buen trato en las presentaciones, algo propio de una mujer acostumbrada al trato con una elite determinada aunque me agradó notar que la sencillez también formaba parte de su desenvolvimiento.

La bienvenida de parte de todos y los abrazos y los besos con las chicas no impidieron que la “escuchara” pensar… “Tenía razón mi hijo, son todas hermosas con un primer y segundo puesto muy bien definido, los hombres parecen de poco hablar, de temer y el tal Gonzalo aparte de estar muy bien es enigmático y eso nos agrada a todas las mujeres” …  Indudablemente venía aleccionada por el hijo pero su propia personalidad, fuerte, avasallante y muy segura de sí misma le hizo sacar sus propias conclusiones.

Lo que pensó a continuación me llamó la atención, “de haber sabido que sería tan bien recibida habría venido con Karina y me dio pié para acotar como si estuviera “descolgado” del tema, “a pesar de que Miguel no nos dijo nada, me hice a la idea que vendría acompañada” , me miró antes de contestar, “en realidad no tengo pareja y siempre me muevo con mi secretaria pero me pareció un abuso” …  Allí saltó Kande para decir, Miguel es nuevo y todavía no nos conoce bien, en casa siempre hay lugar para alguno/s más, bastaba sólo con que viniera con vos, vamos adentro que te muestro la habitación” .

La mención a su posible acompañante me hizo saber que la tal Karina y la madre de Miguel , de nombre Lucía , eran amantes desde hacía tiempo, Miguel lo sabía pero no congeniaba mucho con ella.  Si la vista del exterior de la casa le había agradado cuando entró se quedó maravillada y no pudo evitar el comentario respecto a la decoración de los ambientes, “es una belleza y los felicito por la elección del decorador o decoradora, son ambientes íntimos, acogedores aún con lo grandes que son pero, a la vez, tienen algo de salvaje” . Carlos no pudo disimular su orgullo y Kande hizo alusión a que no era un profesional pero tenían al mejor decorador de interiores del mundo.

Virginia y Gisela lo tomaron de los brazos a Carlos que se había ruborizado y la risa fue contagiosa cuando la “colorada” dijo: “Lo tenemos que agarrar porque suele desmayarse cuando recibe elogios” .  El Mayordomo-Secretario tomó muy bien las bromas y aceptó las felicitaciones de Lucía quien no pudo con su genio y agregó:

--Lo único que faltaría es un par de obras de arte o cuadros que vistieran un poco más las paredes .

--Ese es un tema de difícil solución, mi marido es enemigo de las ostentaciones o de demostrar, tendría que ser algo que le moviera esquemas que tiene muy afirmados.

--Ya me di cuenta y aclaro que no quiero venderles nada pero una foto tuya, por ejemplo, como mural y con un fondo de paisajes le daría un contraste hermoso a toda esa pared.

--Podría ser pero todos saben que de existir una foto mía tendrían que existir una foto similar de todas las demás , -dijo Kande y opinó Cielo -

--Si de fotos se trata, tengo un fotógrafo conocido que es un artista para decorar paredes con fotos.

La llamada de Virginia avisando que el almuerzo estaba listo las sacó de esas elucubraciones pero la idea quedó “picando” .  Luego del almuerzo en que Lucía nos contó de la Galería de Arte e insistió para que la conociéramos, pasamos al living donde el café era casi como un rito y una copa nunca venía de más.  Terminado esto, la madre de Miguel insistió ante las chicas en que le contaran del viaje o los viajes y Kande le dijo que lo harían mostrando fotos pero quería estar en la zona de la pileta porque el día estaba espléndido.

Tardaron poco y nada en ir a cambiarse y comenzar a mostrar culos, vaginas y pezones tapados por tiritas. Lucía no se quedó atrás y nos sorprendió a todos con un físico macizo y duro trabajado en horas de gimnasio y que no denunciaba los años que tenía.  Como cualquiera de las chicas sabía lo que era el cuerpo de otra mujer hermosa, no dudaron en alabarla y allí fue cuando decidí retirarme a dormir mi “sagrada” siesta pues Lucía no pudo evitar excitarse ante tanta “carne” apetecible.

Kande , la perspicaz Kande me miró y cuando dije de irme a dormir un rato la siesta, no tardó en seguirme a la habitación.  No bien entramos, me abrazó y me dijo:

--Amor, Lucía tiene una mirada más pervertida que la de Nieves (la esposa del Vicecanciller), *nos devoró con los ojos, creo que hasta Maylín* se dio cuenta .

--  No es de extrañar, su pareja es esa Karina, es la secretaria que no trajo y le encanta que la aten a una cama esperando que la hagan gozar.

--¿En serio, estuviste “escuchándola”?

--  Sí, la “escuché” por eso me vine a dormir, porque termino calentándome mal y eso puede terminar en una orgía y con Maylín allí no da.

--¿Cómo es con los hombres, le gustarán ?

--  Eso no lo sé pero no creo que le haga ascos a nada, ¿qué estás pensando ?

--Está muy bien y se me ocurre que si le gusta que la aten a la cama, hay cuatro mujeres que la pueden hacer gozar hasta el desmayo, eso mientras un miembro masculino la haga gritar con el culito roto.

--  ¡KANDE!, sos terrible, ya sé lo que estás pensando, andá, andá y dejame dormir un rato, de última sean ustedes cinco solas, si no quiere hombres me ocupo de un culazo negro.

Me besó y luego de abrazarme y darme unos buenos apretones al miembro que comenzaba a “activarse” , se fue dándome las gracias y pidiéndome que estuviera atento.  Dormí como hasta las cinco de la tarde y bajé con ganas de tomar la merienda, es decir, mi consabido mate con algunas masas. Tai y Maylín habían ido de compras, Andrey estaba en su habitación, Miguel y Carlos departían en una punta del solario y las cinco mujeres formaban un ramillete plagado de chusmeríos, intimidades y risas.

No bien me acerqué a una de las mesitas haciendo malabarismos para que no se me cayeran ni el termo ni el mate con la bombilla ni la yerba, me vieron Carlos y Virginia , dejaron de inmediato lo que hacían y corrieron a ayudarme.  De malo que soy dejé caer el recipiente de la yerba como si se me hubiera escapado de las manos y Virginia le ganó el manotazo a Carlos para que no llegara al suelo.  Con una voz de enojo y reproches que los dos sabíamos que no eran tales, Virginia me dijo: Gonzalo , parecés un chico, ¿por qué no avisás?, yo hubiera hecho todo enseguida”

“Andá, andá, mejor no digas nada, sigan con los chusmeríos y dejen que este pobre hombre se arregle solo” .  La que se alarmó fue Lucía y preguntó a Kande si yo me había enojado, la negra contestó risueña, “¿ Gonzalo enojado?, es todo broma, si estuviera enojado estaríamos todos temblando y es peor cuando no levanta la voz para expresar su enojo”“Jajaja, si hubiera querido que lo ayudaran lo habría pedido y si te acercás de comedido te saca corriendo” , -dijo Gisela sin dejar de reír-.  Las dejaba hablar y Lucía lo hacía tranquila porque yo estaba relativamente lejos, lo que ella no sabía es que podía escucharla como si la tuviera a veinte centímetros.

No pude saber lo que decía acercándose a Kande porque vibró mi celular y atendí enseguida al ver que era Blago quien llamaba.  Me avisaba que iba a usar la tarjeta de gastos porque se había accidentado uno de los obreros, me aclaró que se había quebrado un brazo al rodar de una escalera pero lo hacía atender en una clínica privada de la zona y los gastos los abonaría con la tarjeta.  Le contesté que me parecía muy bien y le avisé que me daría una vuelta por el castillo.  Luego de cortar la comunicación lo llamé a Miguel para ver de solucionar un problema con eso de las atenciones médicas.

Kande se acercó para ver qué pasaba y le dije que me tenía que ir al castillo con Miguel , que si querían venir, tenían tiempo sólo para cambiarse.  Como si estuvieran coordinadas les avisó a las demás y se prendieron todas, hasta Lucía que preguntaba qué es lo que era “el castillo” .  Mientras entraban a la casa mi mujer le iba contando y yo hablé con Miguel para que viera de poner a todo el personal temporario que cumplía funciones con las refacciones de los distintos lugares bajo una cobertura médica de urgencia.  Le dije que no me importaba si tenían o no alguna Obra Social, el personal que trabajaba para mí, en el “Complejo Kande” , en el petit-hotel “El Castillo” o en la casa de Tai debía estar cubierto por cualquier emergencia.

Fuimos todos en las tres camionetas y el Abogado aprovechó el viaje para hablar con una empresa de Emergencias Médicas de primer nivel, ellos se ocuparían de la atención primaria y del traslado a una Clínica de élite, eso era algo que no había tenido en cuenta, por ello dejé expresamente establecido que, desde el momento del accidente, el personal damnificado, fuera permanente o temporario, no gastaría ni en una aspirina.

Llegamos bastante rápido y ya Blago nos estaba esperando, nos saludó a todos con alegría y la más efusiva fue Gisela , la “colo” no olvidaba que fue el croata quien la sacó de ese atolladero cuando el operativo de los camiones y caminaba a la par de él aferrando su brazo.  Si Lucía se sorprendió con la casa que habitábamos, aquí se quedó con la boca abierta y, de alguna manera, a todos nos pasó parecido, el lugar estaba resplandeciente, parecía hecho a nuevo e iba a ser un petit-hotel de súper lujo.

La recepción tenía una mezcla deliciosa de lo antiguo con lo moderno y los sillones y otros muebles en el espacioso hall de entrada lo dotaban de una calidez que se palpaba.  En determinados lugares la altura era cercana a las medidas de cuatro o cinco pisos y para llegar a ellos con comodidad, además de las amplias escaleras, Blago había hecho instalar un par de ascensores que se disimulaban por detrás de una de las torres, eran de un material transparente muy resistente y se apreciaba desde allí adentro un hermoso paisaje verde.  En la planta baja al lado de las puertas de los ascensores había otra puerta que daba a un inmenso parque y a una arboleda cercana distante a unos ochenta metros.

El restaurant se comunicaba con la confitería aunque se denotaban dos espacios distintos, incluso con una decoración diferente. Lucía estaba anonadada y deseosa de preguntarle cosas a Blago o a mí porque ya lo había hecho con Kande y ésta le había contestado que todo el lugar era mío pero sería un petit-hotel que administraría Blago .  Del mismo modo en que me di cuenta yo que era un neófito, ella se percató que le faltaba mucha decoración al lugar y ardía en deseos de opinar. Blago me decía que habían quedado veinticinco habitaciones de las treinta que tenía el castillo, una se la había quedado él y las cuatro restantes eran para emergencias.

Nos mostró una del primer piso con baño incorporado y vestidor, eran enormes y con unos cortinados que parecían pesados pero podían moverse por medio de un motorcito, había una cama más grande que las King y un sofá cama grande que abierto era casi una cama matrimonial común, hizo hincapié en que todas las habitaciones eran similares, no tenían grandes ventanales pero si unas seis ventanas finas y largas de más o menos un metro de ancho, similares a las que se ven en los castillos medievales y dos de ellas juntas que daban paso a un pequeño balcón.

Me comentaba que tenía ganas de hacer habitaciones con distintas decoraciones pero no le daba el tiempo, ante esto le contesté:

--  El tiempo es lo de menos, yo mismo te iba a decir que la inauguración no va a poder ser ahora, para las fechas que tenías pensadas se nos casa Tai con Maylín y luego hay que esperarlo otros quince días para que regrese de luna de miel porque seguramente no va a querer perderse la fiesta de inauguración del petit-hotel, un mes después me caso yo y en ese mes ni pelota a esto, luego otro mes más de luna de miel y al regreso recién podrás inaugurar con toda la parafernalia de la publicidad.

--Me viene genial Gonzalo , desde ya felicitaciones a los dos, pensé que usted estaba apurado pero eso me deja tiempo para hacer otro tipo de cosas con la decoración y afinar otros detalles, entre ellos un buen decorador.

Noté que Lucía paró la oreja y ya no se aguantaba más para preguntar pero le gané de mano…

--  Lucía, ¿podrás disponer de tiempo para darle una mano a Blago con la decoración que pretende?

--¡Ufff!, me adivinaste el pensamiento, esto es un desafío hermoso y me moría de ganas para opinar sobre un montón de ideas que se me ocurren, hasta me animo a cerrar la Galería por uno o dos meses y trasladarme aquí para trabajar en conjunto con lo que Blago decida.

--  Yo no tengo inconvenientes pero le mantengo la palabra a Blago por cuanto le dije que él decidiera como dueño, así que él es el que decide.  ¡Qué hacemos Blago?

--A la señora se le nota el buen gusto y por mí está bien, mientras podamos consensuar sus ideas serán bien recibidas.  ¿Vendría usted sola?

--No, vendría con mi amiga y secretaria, ella me ayuda en cualquier emprendimiento, espero que no haya problemas.

--En absoluto, si quiere pueden venir mañana mismo.

Le faltó poco a Lucía para dar un grito de alegría y se retiró para hablar con Kande y las chicas, yo me acerqué a Blago y le dije: “Qué no le falte nada, gastá lo que sea necesario pero no te dejés llevar por delante, la amiga-secretaria es muyyyy amiga, ubicalas en una buena habitación y a mí no me ata nada con ella, si te joden vos decidís” , me entendió y me dijo que me quedara tranquilo.  Fue apenas una acotación al margen, yo sabía perfectamente que no joderían con el croata.

Recorrimos algunos lugares más, incluso subimos hasta el helipuerto y quedé más que conforme con lo hecho hasta entonces.  Luego de esto el croata me presentó a algunas de las personas que ya estaban prestando servicios allí y quedarían trabajando en el hotel, ninguno de los presentes me molestó con sus pensamientos aunque no me guardé de recordarle a Blago el tema de los idiomas, se sonrió diciendo que ya conocía esa faceta mía y que iba a exigir unos cuatro idiomas pero ya había arreglado con Gisela y Cielo para conseguir traductores automáticos pues a ellos les había dado un buen resultado, la idea no me desagradó.

Llegamos a casa a la hora de la cena y Lucía estaba alborotada, se la notaba muy compinche con Kande y con Cielo pero me negué a “escuchar” , lo que si no pude evitar escuchar fue la conversación que tuvo con la amiga-secretaria porque fue a viva voz…

--  Karina, no tenés ni idea lo que es eso, es propiamente un castillo medieval convertido en un petit-hotel de lujo y tenemos que ayudar en la decoración, olvidate por ahora de la Galería, la pienso cerrar por dos meses como mínimo y necesito que vengas, esperá, esperá un momento, ¿ Kande , puede venir mi amiga mañana por aquí para irnos luego al castillo?, - Kande le contestó que sí y siguió-, no, eso después lo conversamos, anotá la dirección que te di en el GPS y vení, en la entrada preguntá por Gonzalo XXXX .

Yo sabía lo que quedaba pendiente, en ningún momento se había hablado de honorarios y era el momento de hacerlo.  Se acercó para hablar conmigo del tema y me adelanté…

--  Antes que digas nada, honorarios por dos meses, setenta y cinco mil dólares por mes, no van a tener gastos de alojamiento y comida y el reparto decidilo vos con tu secretaria, ¿te va esa cantidad?

--¡Ufff! a decir verdad es el doble de lo que te iba a pedir, ¿cómo haríamos con los gastos de las compras?

--  Si a Blago le gusta no hay límites de gastos, él ya lo sabe.  Lo que voy a pedir es algo muy alejado de las mamarrachadas, el buen gusto será primordial porque los clientes que irán allí tendrán nivel internacional.  Quiero un buen trabajo y con lealtades.  Miguel ya me conoce y sabe que no soy un tipo de “medias tintas”, la amistad y la jarana vienen bárbaras pero el trabajo es lo primero.  De tu secretaria no opino porque no la conozco, será tu responsabilidad.

--Quedate tranquilo, tengo una sola palabra.

Esto lo sabía de entrada, no “al pedo” tenía una facilidad para saber sobre alguien sin que nadie me contara.  Esta charla se llevaba a cabo luego de la cena y después de que Tai y Maylín se habían retirado y cuando Kande dijo que junto con Cielo le iban a mostrar “trapos” a Lucía , les pedí que aprovecharan porque yo tenía para una hora u hora y media más, ya que iba a trabajar al escritorio.

Subieron las tres al dormitorio mientras Virginia y Gisela se hacían las tontas hablando de cualquier tema pero estaban a la espera de que pasara un tiempo prudencial para poner rumbo a mi dormitorio, pensaban darla vuelta a lengüetazos a Lucía ayudándose con los “juguetes” y me fui totalmente empalmado al escritorio.

Veinte minutos después ya no me aguanté más y me fui al dormitorio, lástima grande no haberlo filmado, daba para una película porno con una orgía lésbica… “Chicas, chicas, esto me está enloqueciendo, me van a hacer derretir de placer” , -decía Lucía -, tenía la cara tapada por un pañuelo de seda largo y Kande se ocupaba de atarle la segunda mano a uno de los respaldos de la cama mientras Cielo tenía la cara sumergida en la entrepierna de la “veterana” haciéndola gozar con sus lamidas, Virginia se había prendido a una teta y chupaba como un ternero hambriento.

La que enseguida me vio entrar fue Gisela y me echó los brazos al cuello para darme un beso de los que sabía que me gustaban, después de apretarle las nalgas le pedí que ayudara a Kande para que le pudiera atar las piernas y me senté en un sillón a gozar de la cogida que le darían a la madre de Miguel .  No quería ni tocarme para no explotar, ya mirándola a Cielo haciendo uso de sus habilidades lingüísticas me había embalado y si a eso le sumaba los gritos desaforados que daba Lucía cuando se derretía con los orgasmos, estaba para treparme a las paredes.

Cielo la había enloquecido y cuando salió para dejarle el lugar a Kande , la imaginé a Lucía destruida, la lengua de mi negra, como toda ella, era mortal.  La “veterana” no tardó en darse cuenta que el “temita” no iba a resultar tan fácil como había pensado en un principio.  Yo me reía solo desde antes pues cuando se encaminaron a la habitación la “escuché” pensar, “las voy a dejar de cama a la negra y a la rubia” , la cosa había cambiado taxativamente, “me están matando fieras, son unas fieras, déjenme participar”, -decía alzando la voz y queriendo liberarse-.

Kande la dejó descansar un poco pero Virginia no pensó lo mismo, ella también quería degustar los juguitos agridulces y se puso a la tarea pero además usó el pulgar para penetrar el agujerito del culo, fue poco tiempo y el grito de Lucía acompañó el orgasmo violento que la atacó, había “despegado” su cuerpo de la cama por las contracciones que la asaltaban y Virginia se vio obligada a dejar lo que hacía porque Kande martirizaba su vagina a base de lengua y tampoco pudo aguantar.

Lucía quedó gimiendo y casi sollozando pidiendo, casi rogando, que la soltaran para poder participar y fue Gisela quien se puso encima de ella en la posición del “misionero” y la fue penetrando despacio con el strapón, la calma que estaba experimentando se le fue a la mierda, Cielo y Virginia se prendieron a sus tetas haciendo que Gisela levantara su torso y Kande se acuclilló ante su cara para recibir las lamidas de Lucía por delante y las de Gisela por detrás.

Ya era casi una tortura, tanto para la “veterana” como para mí que estaba mirando, la que sufrió las consecuencias fue la vagina de Virginia , de una y hasta el fondo, la sintió pero no pudo evitar el grito, “síííííí, Gonza, sí, empujá con ganas” , Lucía se tensó por lo escuchado pero se resignó enseguida pensando, “me imaginaba que no podía ignorar el aquelarre” .  Fueron pocas entradas y salidas en la cálida vagina de Virginia hasta que estalló y no tardaron en escucharse los pedidos de Gisela , “haceme la cola Gonza, porfa” . “Hoy le toca a la invitada” , -le contesté-.

Kande salió de su posición y me acerqué a la cara ladeada de Lucía para que se hiciera cargo del glande que tocaba sus labios.  Sabía que no le haría “ascos” y de apurada quiso penetrarse hasta la garganta, la arcada la sorprendió, “mierda, es grande” ,-dijo sacándosela de la boca-.  Le hice una seña a Kande para que la desatara y ella no tardó en sacarse el pañuelo de los ojos, “son unas hijas de…, me hicieron papilla, confieso, confieso, no me torturen más” , -expresó con cierta alegría y se giró para atenderme-.

Yo estaba parado, las demás se sentaron en la cama entrecruzando sus pies y esperando, “esto fue sólo un tentempié, de plato principal vas a probar a nuestro hombre y el postre seremos todas nosotras, espero que aguantes” , -le dijo Kande riendo-. Lucía se sonrió un tanto forzada y acotó: “tonta de mí, pensé que esto iba a ser más fácil y me dieron una lección, para más, si Gonza las atiende a todas y todas están contentas creo que voy a tener una muerte placentera.  Por donde gustes Gonzalo , por dónde sea me va a costar pero estoy más que dispuesta” .

No perdió tiempo y se abocó a una mamada que no pudo pasar de la mitad, le dieron arcadas y cuando amagó a pajearme, Kande le dijo que no, “con Gonzalo o es así o queda insatisfecho” , - le dijo- y de inmediato se la zampó hasta la garganta, ninguna se hizo esperar para la demostración, se fueron alternando entrando dos o tres veces hasta el fondo de sus gargantas y a mí me tenían en las nubes.

Lucía expresó con pesar que no podría por la boca y no sabía cómo haría con lo demás porque no estaba acostumbrada.  No convenía forzarla porque tendría que endurecerla a la vista de todas y le pedí entonces que se sentara y tomara el mando, lo hizo y mientras se penetraba dosificando la introducción, Cielo y Virginia se prendieron a sus tetas y Kande a su boca.

Sabía que Gisela se había quedado expectante y una vez que Lucía se penetró por completo lanzando un suspiro de dolor-placer cargado de satisfacción, la abracé para besarla y cuando las chicas salieron de donde estaban se dejó caer sobre mi cuerpo para prenderse a un beso delicioso pero… dejó su buen culo a merced de la vena sádica de Gisela que no tardó en puntearla.  Quiso resistirse cuando notó el glande de plástico pero el abrazo y un cierto “toque” la hizo quedar dura para recibir el strapón lubricado de la “colorada” , lo hizo despacio pero no se detuvo hasta chocar con las nalgas.

Allí fue cuando la aflojé y dejó escapar un grito que fue más de sorpresa que de dolor.  Amagó a decir algo pero calló y se dedicó a tratar de moverse para acoplarse al ritmo de entradas y salidas que estábamos imponiendo con la “colo” .  Las sensaciones la pudieron y al poco rato gritaba como descocida pidiendo más, le hice señas a Gisela para que saliera, cuando lo hizo salí yo y, moviéndola como un papel, la puse en cuatro, “es muy grande” alcanzó a decirme cuando, estando ya dilatado y lubricado, entre sin detenerme en ese culito bien conservado.

Ninguna intentó nada para detener el grito que pegó, sólo Kande , abierta de piernas se sentó frente a su cara y tomándola de la nuca hizo que la lamiera, a Lucía eso le encantó y me dejó moverme a placer con aceleraciones y pausas en el movimiento de entrar y salir de su culo.  Ya no pudo pedir más, más no se podía y Kande no la dejaba hablar, por ende, se dedicó a sentir, Gisela se entretenía con los culos de sus dos amigas y Lucía iba gestando un orgasmo que la dejaría desmadejada.

Fue precisamente lo que sucedió y ni Kande pudo amortiguar sus gritos, contracciones y movimientos, no esperé a salir despacio, allí quedó tirada boca abajo sin poder disimular el hueco abierto de su culo y yo me dediqué a atender a mi mujer, no hizo falta mucho, los dos estábamos acelerados y terminamos a la par con el consabido “te amo” que me deslizó al oído al abrazarme cuando tenía su esperado orgasmo. Cielo , Gisela y Virginia nos dieron un beso y con las ropas en sus manos se fueron a sus habitaciones, Lucía no podía ni moverse.

Serví dos copas de whisky y cuando le alcancé una a Kande , Lucía levantaba la mano pidiendo otra, le dejé la mía, me serví otra y nos sentamos los tres en la cama y fue la madre de Miguel quien comenzó a hablar...

--No me esperaba esto, fue maravilloso, ¡y yo que pensé que sabía! pues, aunque me gustan que me aten, luego siempre termino asumiendo una faceta dominante que acá fue a parar a un tacho.  Tengo claro lo que me dijo Kande , “esto sólo es sexo” pero cuando gusten me pueden anotar al club porque no pude devolverles todas las atenciones.

--  En realidad, no tenía idea de que fuera a pasar pero, pasó y espero que haya sido de tu agrado, de todos modos hay que saber “separar los tantos”.

--Al respecto podés estar bien tranquilo, conozco mi lugar y no soy de contar intimidades, esto me sucedió por ir de “agrandada” haciéndome la “mujer de Mundo” y, aparte de la paliza sexual, me dieron una lección de humildad.  Les cuento que en realidad, Karina y yo somos pareja desde hace años con ciertas libertades pero lo de ustedes supera cualquier expectativa. Ni siquiera da para contarlo, nadie te creería .

--Todas nosotras, por un acuerdo tácito que ni siquiera fue necesario hablar, no nos tomamos “libertades”, Gonzalo es único, somos “todas para uno”, aunque no siempre se da esto de estar todas juntas y jamás se nos ocurriría adosar a otro hombre a lo nuestro pero no nos molesta otra mujer, en otras palabras y espero que no lo tomes a mal, algunas somos “fijas”, en cambio otras vienen y van haciendo de su vida lo que les convenga, por otro lado, hay parejas que son “intocables”.

--Yo no la voy mucho con los hombres pero tu marido rompió todos los moldes, destruida y todo noté el cariño que tiene en el trato para con todas y un aguante que no es de este Mundo, todas ustedes son volcanes y verdaderas bellezas, Gisela además es un torbellino pero él dejó en claro quién es “su” mujer.

--Yo lo sé, todas las demás también y hay un respeto enorme por el otro.

Después del trago, se puso una bata que le prestó Kande y como pudo, aunque sin poder aguantar las sonrisas por su propia forma de moverse, se fue para su habitación.  Yo no quise cambiar las sábanas, pusimos un toallón fino sobre una zona manchada, otra sábana arriba y nos acostamos a dormir, la habitación climatizada nos otorgaba esa ventaja, lo último que escuché como una letanía, provino desde mi mente, “¿te dije o no te dije que estaba muy bien?” Me dormí sin contestar.

Nos costó despegarnos de las sábanas en la mañana, estábamos los dos despiertos y nos faltaban ganas de dar el primer paso y salir de la cama, nos entretuvimos un rato con cariños, besos y abrazos hasta que las “urgencias matinales” nos encaminaron al baño, primero ella y después yo, inodoro y bañera fue el orden y salimos los dos rejuvenecidos.  Al bajar a desayunar ya prácticamente era la hora del almuerzo y me cebaba el primer mate cuando escuché que Carlos le decía a la gente de Seguridad que dejara pasar a la visitante.

La pareja-secretaria de la madre de Miguel , descendió de un Audi A1 de color amarillo patito, era una mujer unos años más joven que Lucía , rubia, esbelta, vestía de blusa y jeans pero todo de muy buen gusto, calzaba zapatillas de marca y era bastante delgada, tipo rubia yanqui de culo chato.  Los ojos eran dos faroles azules que se abrían asombrados ante la edificación, la saludó a Lucía con un “te extrañé” que le deslizó bajito cerca del oído al besarla en la mejilla y ésta les presentó a Kande , a Cielo y a Carlos que le dieron la bienvenida, Virginia, Gisela, Miguel y yo la mirábamos desde la ventana de la cocina.

Resultó ser de un trato más que agradable y no le descubrí pensamientos “raros” , salvo el saludo parco a Miguel y la admiración por los físicos de las mujeres aunque se cuidó muy bien de opinar al respecto, saludó también a la pareja china y a Andrey que se habían sumado a la charla.

Lo primero que dijo después de alabar la casa fue: Lucía me habló de un castillo y aunque no me lo parece hay un rato largo para trabajar en la decoración de la casa” .  Yo la miré sonriendo y le contesté: “No, esta casa no se toca, éste es “nuestro castillo” y tiene un único decorador habilitado al efecto”Carlos se puso ancho y ante los interrogantes que se le cruzaron a Karina , Lucía le explicó que ese no era el lugar que después de almorzar se llegarían hasta allí.

Explicaciones más o menos y luego de decirle a Lucía que en el coche traía un bolso con todo lo que le había pedido, le pedí a Virginia y a Carlos que pusieran la mesa para almorzar directamente en la cocina, faltaba un rato para comer y las mujeres se fueron a recorrer la casa para que Karina la conociera.  Le había pedido a Virginia que me cocinara pollo al horno con papas y batatas, estaban éstos a punto con el dorado justo cuando Carlos trozó los pollos y quedó todo en las cuatro enormes fuentes pues, tal como sucedía siempre, cada cual se servía lo suyo.

Nos sentamos todos y me agradó darme cuenta que a la visitante le gustó el gesto de comer todos juntos. Kande fue la única que me sirvió el plato a mí y Karina expresó:

--Me había dicho Lucía que eran muy sencillos y me agrada darme cuenta de que se quedó corta con lo que me expresó.

--A Gonzalo no lo cambian un par de billetes, como empleador es muy exigente pero nunca olvida sus raíces , -dijo Kande y agregó: cualquiera de nosotros lo tiene muy claro, además es muy jodido porque no ordena ni grita .

--Hablás como si hubieras sido empleada de él.

--Lo fui, hasta que el viaje al Caribe colombiano cambió las cosas para varios de nosotros, -las sonrisas se notaron en todos-

--¿De qué trabajabas?, si es que se puede saber.

--Por supuesto, mi trabajo era mi mayor orgullo y, de cierta manera, aún lo sigo haciendo, yo soy al igual que Tai , Andrey y otros que ya no viven con nosotros pero están muy cercanos, Custodia Profesional de Élite y no nos digas “guardaespaldas” porque aunque es parte de la función, para nosotros es como un insulto.

La sorpresa de Lucía y de Karina fue muy notoria, una abrió grandes sus ojos claros y la otra quedó con la boca abierta con el bocado del tenedor a mitad de camino.  Las preguntas que estaba a punto de hacer Karina las cortó Gisela con su espontaneidad de siempre…

--¡No sabés lo que es, menos mal que la queremos y es nuestra amiga!, una vez que salimos de compra nos atacaron tres tipos con cuchillos, ni tiempo a pestañear que ya estaban los tres en el piso para irse derechito al hospital, ni se despeinó la pantera.

Las risas de todos surgieron al instante y aproveché a decirle a Virginia que llevara las cosas del café al living, las dos visitantes se habían excitado y sabiendo lo que me sucedería pretendí cortar por lo sano… Lucía se hacía una especie de “película de espías” y recordaba la dulzura de la negra en una cama y Karina porque se imaginó enseguida una protección extra debajo de una belleza impactante.  La rubia quiso seguir preguntando y Kande le dijo que no hablaría de ella, que si querían saber, cuando pudieran, le preguntaran a Blago , que él también estaba en su mismo nivel y había sido de los primeros en el grupo.

Intercambiaron algunas ideas respecto de la Galería y de lo que harían en el castillo y luego de un rato se despidieron diciéndonos que se quedarían un par de días en el lugar para ir viendo las posibilidades, cada una subió a su auto y se fueron a verlo a Blago , Miguel no perdió tiempo y pidió un remís para volverse a la casa, Maylín , Tai , Cielo , Gisela y Carlos se fueron a la casa de la pareja, pues pensaban ir de compras a un mayorista de la construcción, Andrey se recluyó en su habitación y terminé la tarde con Virginia y Kande , estaban hechas unas fieras…

Continuará…

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