El demonio de nombre extraño (52)

No pude aguantar más lo de moverme solo y regresé, de camino logré lo que quería con Rosario y volver a casa fue una delicia.

ROSARIO - AÑORANZAS.

En la mañana desperté descansado y luego de bañarme, bajé a desayunar, de verdad que disfruté ese desayuno pensando que aún faltaban por recorrer algunos atractivos de ese pueblo pero para mí, ya estaba, fui bien tratado, había visto una que otra cosa que me interesaba, podía dar para pensar en volver y punto.  Había sacado algunas fotos para mostrar y era suficiente, quería seguir avanzando un poco más.  No lo dudé, aboné las cuentas del hotel y salí de nuevo a la ruta.  Por un lado tenía Valladolid a unos cincuenta y pico de kilómetros que me acercaban más a Madrid y me podría estirar antes hasta León que estaba a unos ciento treinta kilómetros, alejándome un poco de la capital española.

Tampoco tuve mucho que pensar y, sin apurarme, arranqué para el lado de León .  A mitad de camino, cuando ya había pasado por varios pueblos en los que no valía la pena detenerse a mirar porque me daban tanta pena como muchos de los pueblos del interior de la Provincia de Buenos Aires , eran pueblos casi olvidados de la atención de las Autoridades, habitado por gente adulta y anciana, buena, sencilla, agradable pero que daban a entender que se le habían apagado los sueños y sólo estaban a la espera, allí me agarró un ataque de morriña, añoranza o como quieran llamarle y luego de cargar combustible y tomar una gaseosa en un paradero, mandé a la mierda el recorrido, la Historia que podía descubrir o lo nuevo que podía conocer y pegué la vuelta.

Me esperaban un poco más de tres horas del viaje de vuelta y pensaba hacerlo directo hasta las playas de Zarautz .  Me asaltaban las ganas de pisar el acelerador pero me obligué a controlarme, una hora más o menos no hacía la diferencia.  En las afueras de Palencia me dio hambre y  detuve la marcha en una Estación de Servicio, volví a llenar el tanque, por inercia ya que no había gastado mucho combustible y luego me senté a comer algo, pedí una “picada” con fiambres y quesos que acompañé con cerveza sin alcohol, más valía prevenir, me habían dicho que la Guardia Civil era intransigente con los controles de alcoholemia y lo que menos quería era llamar la atención.

Me tomé casi una hora allí, luego me subí a la camioneta renovado y reanudé el viaje escuchando música.  A poco de llegar a Burgos , vibró mi celular, era Rosario y dudé en atender, lo hice luego de la tercera vibración y me orillé al costado de la ruta para hablar.  Como era de esperar, la mujer estaba desesperada…

--Gonzalo, por fin puedo comunicarme con usted, necesitaría verlo, tengo mi vida destruida y hasta Sonja me ha dejado sola porque armó un bolso con petates y se ha ido a vivir con una amiga a la ciudad de Zaragoza , a unos trescientos kilómetros de aquí.

--  Hola Rosario, recién ahora veo sus llamados, estuve casi incomunicado, anduve por León, luego por Palencia y ahora estoy cerca de Burgos porque estoy regresando a San Sebastián.  ¿Qué pasó mujer, discutieron, pelearon?

--Que no hombre, que no.  Ha sido mi marido que tenía una doble vida vinculada a la prostitución, lo han matado, se le descubrieron muchas cosas y toda la ciudad me ha dado la espalda.  Salió en todas las noticias y Sonja no podía ni quería quedarse en esta ciudad, estoy desesperada.

--  Lo lamento mucho Rosario, no miro noticias y mucho menos locales, además de la empresa no me avisaron nada.

--Necesitaría hablar contigo, eres el único al que puedo recurrir, de un día para el otro he quedado desamparada y sola.

--  Rosario, lo que me pedís me puede generar un problema enorme, de acuerdo a lo que me decís, de ir, tendría que enfrentarme a la requisitoria policial porque todavía deben estar investigando y ni siquiera conocía a tu marido, yo trato de solucionar los problemas, no buscármelos.

No sabía cómo zafar del tema y la única manera en que se me ocurría actuar era con un desplante, pensé en pedirle que no me jodiera más y que se hiciera cargo ella sola del problema, hasta se me ocurrió decirle el consabido, “Dios te ayude” , lisa y llanamente la iba a mandar “a la mierda” pero no llegué a eso, me conmovió la desesperación de su voz y el llanto que no pudo contener.  Uno podía llegar a imaginarse el problema por el que pasaba, otra cosa muy distinta era vivirlo…

--  Está bien Rosario, tratá de calmarte, ahora hay que salir adelante poniendo todo de vos misma porque no hay Dios que pueda ayudarte, a todo esto, ¡no se acercaron de la Iglesia a ayudarte?

--Que va Gonzalo , si hasta gente de la Iglesia con el Cura incluido estaban metidos en esto y uno reza que te reza con la hipocresía al frente de tus narices y sin poder ni siquiera olerla, aparte de mal por lo que me toca estoy asqueada de toda esa podredumbre.

--  Bueno, bueno, mujer, tratá de calmarte un poco, es una pena que hayas descubierto toda esa mierda de esta manera aunque, “más vale tarde que nunca”, te prometo que antes de seguir viaje paso por tu casa y vemos de qué manera te puedo ayudar, estoy a unos diez minutos.

--Te espero y te lo voy a agradecer porque no sé qué hacer.

Mi “voz interior” no me lo pedía pero no pude desaprovechar la oportunidad de destilar un poco de mierda contra quienes hacen un culto de la hipocresía aprovechándose y “alimentando” la ignorancia de los creyentes.  Puse en marcha la camioneta pensando en que es lo que debía contestar ante las preguntas que me podrían hacer los que investigaban, de última el “no sabe, no contesta” era lo primero que iba a enarbolar pero, un par de minutos después, la tranquilidad me ganó todo el cuerpo…

--  “Quedate tranquilo, no va a haber moros en la costa, te quiere pedir una determinada ayuda Lega porque no conoce a nadie para velar por sus intereses, además no puede acceder a las cuentas del fallecido, ni a las de aquí ni a la que tenía en el extranjero que ella no conoce, esto al margen de la calentura extrema que tiene contra todo lo que sea en que venía creyendo y las “ganas atrasadas” que la hacen desear sentirse una mujer completa.  Lo que te voy a pedir es que le rompas el culo con ganas, es lo que desea como forma de expiar todas sus idioteces mantenidas hasta hace un par de días, me encantará escucharla gritar, jajaja” .

Con esta “comunicación” rayana en el sadismo me quedé más que conforme y al poco rato estaba estacionando en la puerta de la casa de Rosario .  Salió enseguida a abrirme la puerta y, una vez adentro, pude comprobar que tenían un buen vivir, aunque mucho que digamos no pude mirar, Rosario se arrojó a mis brazos llorando a lágrima viva y pude sentir nuevamente sus curvas a través de la ropa y el tamaño de sus tetas que se apoyaban en mí pecho sin ningún reparo.  Apenas un poco caídas pero firmes, grandes, de las que te despiertan las ganas de amasarlas y chuparlas.

La dejé llorar apoyándose en el pecho acariciando su espalda y su cabeza, mi mano derecha pugnaba por bajar un poco más y aferrar esas nalgas paradas similares en forma a las de Sonja , éstas un poco más grandes y que se me antojaban igual de deliciosas pero me contuve pidiendo que tratara de calmarse y me contara lo sucedido.  Luego de recuperarse un poco me ofreció algo de tomar y le contesté que sí tenía whisky le aceptaba un trago aunque también le pedí que me acompañara, lo aceptó haciendo mención a que no estaba acostumbrada.

Me contó todo lo que había pasado y me armé de paciencia a sabiendas que mejor que yo no podría saberlo.  Casi sin darse cuenta porque no lo pensó y lo hizo como por “acto reflejo” , dejando su vaso sobre una mesa, apoyó su cabeza en mi pecho, la abracé apretándola contra mí y mi mano quedó a centímetros de unas de esas tetas tentadoras.  Rápidamente tomó conciencia de su posición pero ahora si pensó en que le gustaba estar así protegida y excitándose por la presencia de un desconocido.  No tardó en acomodarse y desgranó parte de su problema.

--Al margen de toda esta mierda que yo ignoraba y de la hipocresía reinante porque de todas las “santulonas”, de las que yo formaba parte, lo admito, antes de que digas nada, sólo una, la esposa del Jefe de la Guardia Civil se acercó a ayudarme y preguntarme si necesitaba algo, las otras desaparecieron y hablan hasta en las esquinas.  Así y todo hay cosas que no conozco y necesitaría que me aconsejaras por los pasos a seguir.

--  Soy todo oídos mujer, contame que es lo que necesitás y veré en que te puedo ayudar.

--En principio una autorización para retirar algunas cosas personales de mi marido que quedaron en la empresa, sé que todas no se pueden porque están a disposición de la Justicia pero hay otras cosas que no tocaron, ropa, fotos, incluso la computadora personal porque me hizo saber el Jefe que ya la revisaron y no hay nada allí para investigar.

--Por otro lado necesitaría a un buen Abogado para que me ayude a liberar las cuentas, por aquí no hay ninguno bueno y tampoco podría pagarlo y que me ayudes a revisar una serie de papeles que tenía guardados en un lugar oculto del sótano que nadie revisó.

--  Según parece, algunas cosas te traías debajo de la manga.

--No, te juro que no, supe de ese lugar por una casualidad aunque sí, lo que obvié fue decírselo a quienes vinieron a revisar la casa pensando que allí habría dinero que podría necesitar pero hay sólo papeles.

--  Bueno, vamos por parte, me encanta estar abrazándote pero tengo que usar el teléfono.

La solté para tomar mi celular y por el rabillo del ojo noté que se ruborizaba y se sentía bien por la frase, además, se acomodaba una teta donde se hacía notar un pezón endurecido que la camisa no disimulaba, todavía no estaba excitada por completo pero no faltaba mucho y pensaba pasar un buen rato en compañía de Rosario , sin olvidarme de los gritos que “mi ser interior” quería escuchar.

De inmediato lo llamé al Director General de la empresa de Madrid , me atendió enseguida y le urgí a que se comunicara con las autoridades de la empresa subsidiaria de Burgos para que, con mi autorización expresa, le permitieran a la señora Rosario XXXX , a retirar todos los elementos personales que aún estaban en la empresa de su fallecido marido, como no podría ser de otra manera, contestó que ya estaba al habla para solucionar ese inconveniente.

Me despedí de él agradeciéndole y continué con las llamadas, el siguiente fue el Director General del Estudio Jurídico para toda España , a él le pedí que enviara a un buen Abogado para que se hiciera cargo de los pedidos de liberación de cuentas y para que tratara de allanarle los caminos legales a la viuda, me contestó que al día siguiente lo tendría a disposición de lo que la viuda estimara y para eso me pidió la dirección que no tardé en darle. Rosario estaba atenta a mi conversación y la sentí completamente entregada cuando me preguntó:

--¿Cómo podría pagarte estos favores que me haces, Gonzalo ?

--  Para serte sincero mi idea no es cobrarme los favores pero esa sinceridad no me permite ocultarte que me gustaría comerte a besos porque se me hace que nunca te trataron bien ni te dejaron que expresaras tus ganas y tu sentir.  No te enojes si soy tan frontal, sos más deseable que tu hija y no podía callármelo.

Me miró seria pero los pensamientos la traicionaban, se ruborizó y no pensó mal por lo que le decía, su pelea interna pasaba entre esperar que yo tomara la iniciativa y, literalmente, tirarse encima de mí para dejarme hacer lo que yo quisiera.  No me dejó decidir por la iniciativa propia y me dijo:

--  ¡A la mierda con las “mierdas” que me han metido siempre en la cabeza!, quiero que me hagas sentir Gonzalo , tendrás que enseñarme pero no tengas piedad de mí, debo pagar por todas las equivocaciones que me han enclaustrado.

No pude decir más nada, ella se sacó rápidamente la camisa y quedó a la vista el sostén de fina lencería que tenía puesto, no tardé en abrazarla, besarla en el cuello y mientras ella parecía derretirse con eso, aproveché a soltarle el cierre de la prenda íntima, apenas si las “mellizas” cayeron y dando un paso atrás pude apreciar un hermoso par de tetas de areolas grandes y pezones prontos y a disposición de mis labios y dientes.  Se puso a temblar como una hoja cuando me prendí a esos pechos apetecibles, con uno usé la mano y los dedos y con el otro fue mi boca quien se ocupó de que no quedara huérfano de caricias.

Aún temblando dejó caer la pollera que quedó en el piso y pensando para sí que estaba decidida a todo, me tomó de la mano y me llevó con ella hacia lo que supuse era el dormitorio, el movimiento de su culo enfundado en un culotte que hacía juego con el sostén que había quedado sobre el sofá, me puso como un burro y me faltó tiempo para acomodarme el miembro y no sentir el dolor de la mala posición.  Lo único que vi de su dormitorio fue una cama enorme en la que ella se tiró preguntando qué era lo que debía hacer y cómo quería que se pusiera.

Me causó gracia pero mantuve la compostura y me acerqué a sus piernas entreabiertas, bajé rápidamente la prenda que le quedaba y me dediqué a ascender hacia su entrepierna depilada a la que solamente un poco de pelo púbico se mostraba por sobre su pubis, besé y chupé los interiores de sus muslos como para que supiera cual sería el destino final de mi boca.  Creer o reventar, con eso sólo sin haber llegado a su vagina tuvo el primer orgasmo que nos sorprendió a los dos, las contracciones la endurecieron y se largó a llorar y a hablar como para sí, “Virgen Santísima, años de no experimentar esto, ¿por qué coños nunca me dejaste experimentarlo así?” .

Me importaban poco las deudas que tenía que saldar con sus referentes religiosos, zambullí mi boca en los labios de su vagina, sin tocar el clítoris que asomaba erguido y mis manos se dirigieron a aflojar mi cinturón y dejar caer mi pantalón, dejé por un instante de hacer lo que hacía para desnudarme completamente y subí a la cama moviéndola para tener más espacio, luego volví a enfrascarme en esa concha deliciosa.  Me esmeré y luego de un momento pedía por los Ángeles y todos los Santos, seguía llorando pero las contracciones se sucedían, mucho más cuando mojando mis dedos en sus jugos perforé su culo y le imprimí un movimiento de entradas y salidas.

Me costaba mantenerla quieta y no quería dejarla dura, eso lo haría cuando le perforara la garganta, ella golpeaba las manos en las sábanas y pedía, “castígame más, hazme sentir a la puta, esto es Gloria, los rezos son un engaño” .  Que dijera lo que quisiera, yo estaba a reventar y después de morderle el clítoris y dejarla que se moviera como una víbora a la que le pisaron la cola, la hice girar y la puse de rodillas, “¿qué me haces, qué me haces?” , -preguntaba balbuceando-.

Ni en pedo, estaba por la labor de contestarle, sólo apunté el glande a su agujero empapado y empujé, el grito fue espeluznante y sentí que las carnes se abrían permitiendo el paso del ariete… “¡Qué grite, dejala qué grite, el sonido no sale para afuera, dale con ganas!” .

El pedido, casi gritado en mi mente me hizo saber que el YAOGUAI estaba disfrutando también de la cogida que recibía Rosario y ya no me cuidé pensando en que los gritos se podrían escuchar, me afirmé con las dos manos en sus caderas y le imprimí velocidad a las entradas y salidas.  Ella seguía gritando y llorando pero las contracciones no paraban, además se notaba que buscaba de acoplarse al ritmo que yo le imponía, “dale, dale, fóllame más fuerte, hazme sentir más tu polla que ese muerto degenerado nunca pudo hacerme sentir esto.  Castiga mis nalgas, provócame dolor que este es mi pago por ser tan estúpida” .

Estaba completamente desaforada y luego de varios sopapos a esas nalgas que pedían rigor, comencé a jugar con mis pulgares en el agujerito más fruncido, algo había dilatado anteriormente pero sin dudas que sentiría la rotura de ese culo que tanto el YAOGUAI como yo estábamos esperando profanar.  No esperé más y cambié de lugar escuchando el suspiro de satisfacción mezclado con el de desilusión porque había salido de allí, no le di tiempo a preguntar y, primero forcé la entrada del glande, luego ya no me detuve hasta que mi ingle chocó con sus nalgas.

El grito fue terrorífico, temblaron hasta los cuadros y se quedó semi disfónica, sólo “escuchaba” su, “por favor, por favor” que me sonaba mentalmente hasta que lo cambió por un, “más, más, dame más, rompe mi culo, me lo merezco por estúpida, dame más polla Gonzalo , mete algo por delante” .  A mano no tenía nada y comencé a cambiar de agujero a un ritmo sostenido.  Ya no gritó tanto pero la almohada estaba mojada por sus lágrimas, “Magdalena” quedó a la altura de un poroto comparándola con ella que se enloquecía tratando de empujar para que entrara más.

Estaba seguro que lo había rajado pues en un intercambio había visto unas manchitas delatadoras y afirmado a sus caderas, absorbí para agotarla e hice mi mejor depósito en el fondo de sus tripas.  Había quedado más que satisfecho y, no quise preguntar, aunque daba por descontado que “mi visitante” estaba más que conforme.

Rosario quedó desparramada en la cama y yo aproveché para lavarme el miembro y luego, vestido sólo con el bóxer, fui a la cocina para hurgar en su heladera, de allí saqué algo de fiambre, un pedazo de tarta y corté varios trozos de queso y pan que me puse a devorar sentado en una silla junto a la mesa.

Luego de comer volví al dormitorio, la moví para que despertara y me dijera dónde estaban los papeles que me quería mostrar, no pudo hablar pero levantando el brazo me señaló a una cómoda que había y en el primer cajón encontré una carpeta con todos los papeles a que se refería.  Me fui al comedor, me serví otro whisky y me puse a ver lo que tenía.

Había una escritura de propiedad que parecía ser de una casa de dos plantas cuya dirección no coincidía ni con la que estábamos ni con la que figuraba en el lugar de los hechos delictivos y varios extractos de una cuenta corriente de un Banco de Panamá , en que tenía un depósito de seiscientos mil Euros. Rosario no pasaría hambre.

Visto esto, escribí en una hoja de papel lo que debía averiguar el Abogado que mandarían al día siguiente, cuáles eran los reclamos que debía hacer, al margen de solicitar la apertura y disponibilidad de la cuenta en el Banco de Burgos y acompañarla a la empresa, esto no lo hice para decirle a nadie lo que tenía que hacer pero entendí que la reciente viuda no estaba en condiciones de escuchar lo que tenía para decirle.  Contrariamente a lo que me pasaba siempre, me había quedado con ganas de más y regresé al cuarto para ver si la recién cogida respondía a mis requerimientos.

Fui medio empalmado y la posición que ella había adoptado en la cama, en posición fetal pero con el culo levantado, me terminó de poner como una moto.  Lo mejor fue que estaba despierta y me escuchó venir, giró la cabeza para mirarme y no dijo nada pero pensó: “no puedo ni moverme pero quiero más” , sus ojos llenos de lágrimas y brillantes de deseos no podían engañarme y sacándome el bóxer acerqué el miembro erguido a sus labios mientras apretaba uno de los pezones con el índice y el pulgar.

Gimió con la caricia y lamió el miembro para después llevarse al glande a la cavidad, de allí no pasaba aunque lo chupaba con ganas haciendo sentir su lengua inquieta. “Te la vas a tener que comer toda” , -le dije- y para eso le acomodé la cabeza, no pudo negarse porque la endurecí y empujé hasta que su nariz tocó mi pubis.

La cogida de su boca fue casi brutal, ella sólo podía abrir sus ojos que parecían enormes y lagrimeaban hacia los costados de su cara, cuando estaba a punto de terminar la ablandé y tuvo que tragarse la arcada porque le llené la garganta de leche, tragar, tragó pero algo rebalsó la comisura de su boca, aunque atinó a limpiarse con los dedos y chupárselos.

“Dame más Gonzalo , mátame follando” pensó y no tuve más que llevarle los pies a mis hombros para que esperara lo peor, o lo mejor, la cuestión es que volví a usar sus dos agujeros sin contemplaciones, entraba y salía casi por inercia y le arranqué un par de orgasmos que habían quedado olvidados en el fondo de su cuerpo y mente.  Yo sabía que estaba protegido y las rozaduras no me afectarían pero ella debía tener el coño y el culo en carne viva y pude darme cuenta cuando se lo volví a llenar de leche porque no pudo evitar retorcerse sintiendo el líquido caliente en las rozaduras que seguro tendría.

Ya a esa altura me importaban tres cuernos los modos que ella había elegido para expiar sus culpas, me daba por conforme con las cogidas que había recibido y para completarla, otro pequeño “toque” de absorción en sus nalgas me dejó nuevo para continuar mi viaje, ¿ella? , ella quedó total y absolutamente vencida, casi, casi que destruida y no me hice demasiado problemas por esto.  Eso sí, le dejé una nota agradeciéndole el momento pasado pero como me tenía que marchar y ella no quería levantarse, le explicaba que tuve que irme para dejarla descansar.

Salí contento de allí y después de dar unas vueltas, encaré de nuevo a la ruta para poner rumbo a los “dominios” de Iker .  Pasaban las cuatro de la tarde y aún me quedaban unos doscientos kilómetros por recorrer y eran casi a las seis de la tarde cuando me detuve a cargar combustible, líquido para la camioneta y sólido para mí.  Me tomé unos cuarenta minutos comiendo unos pedazos de queso mientras esperaba una chuleta de cerdo que la dueña del parador se ofreció a cocinarme a pesar de que ya había pasado la hora del almuerzo.  La comida estuvo deliciosa y la mujer se puso muy contenta cuando alabé su mano para cocinar.

Pasadas las ocho de la tarde-noche detuve la camioneta en la playa de estacionamiento de la casa-hotel de Iker .  Me encontré con éste en el mostrador de recepción y se alegró muchísimo de verme, “hombre, gusto en verlo, ¿cómo es que anduvo esa gira?” …  Le conté a grosso modo haciendo hincapié en que cuando me dirigía a León me había agarrado un “ataque” por volver y aquí estaba, enseguida me contestó: “En Euskera a esa añoranza nosotros le llamamos HERRIMINA y en buena hora que se decidió, aquí se lo estaba extrañando” .  A continuación me dijo que estaban todos en sus habitaciones, seguramente bañados y descansando porque habían disfrutado la playa a full.

Encaré para la habitación y me crucé con la madre de Iker que me dio un abrazo como el que se le da a un hijo que hace tiempo que no se ve.  Ya lo había demostrado en el trato con todos y se notaba a las claras que Iker nos había hecho muy buena propaganda.  Insistió en que la acompañara a tomar un café sin escuchar a Iker que le decía que mi mujer estaba esperando.  Tozuda como buena vasca me hizo sentar en una silla y preparó rápido dos cafés fuertes, el mío se lo pedí cortado y accedí a escucharla porque sus dudas pasaban por lo que pensaba hacer el hijo cuando nosotros nos fuéramos y ella necesitaba que se quedara a cargo de todo.

La dejé que hablara y luego de escucharla le hice saber que Iker prefería quedarse porque los extrañaba mucho y ninguno de nosotros le iba a insistir para que regresara y yo menos que menos porque quería que se quedara con los padres. “Su hijo es maravilloso y de unas cualidades extraordinarias en las que se nota la Educación que le inculcaron, los felicito, a usted y a su marido por eso y quédese tranquila porque tienen a Iker para rato al lado de ustedes” .  Las gracias y el abrazo fueron más que elocuentes y después me mandó rápido a atender a mi mujer, “creo que hoy no va a haber cena para ustedes” . -dijo riendo-.

Entré a la habitación sin hacer ruido, no había nadie allí pero escuché que ella estaba bañándose, cerré la puerta golpeándola y el grito se escuchó claro, “quién anda ahí” , le contesté riendo, “soy un ladrón que viene a violarla” …  El grito de alegría se hizo escuchar y una mujer negra, hermosa como ninguna, salió desnuda y toda mojada del baño para fundirse en un abrazo conmigo y besarme casi con desesperación. “Comiéndome” la boca tomó mis manos para que las depositara en sus nalgas e hizo que aguantara su salto cuando cruzó las piernas a la altura de mi cintura, lo pude lograr por mi fuerza “extra” y así “enroscada” a mí, la llevé a la cama dónde me dejé caer.

No sabía si seguir besándome, acariciarme o desnudarme y optó por hacer eso mientras reía con ganas demostrando la felicidad que sentía, primero fueron los pantalones que bajó junto con el bóxer y luego se agachó para sacarlos por cada pié, la camisa de manga corta no corrió la misma suerte, la abrió de un tirón y quedaron harapos que me terminé de sacar usando mis manos.  Yo ya estaba a full y su boca, su maravillosa boca, guardó todo el miembro de una y en una sola absorción.

Se mantuvo allí por un rato jugando con su lengua en el interior y salió sin apretarla para que las babas chorrearan, dio un salto felino poniendo las rodillas al costado de mi cuerpo y dejó que su vagina estrecha fuera absorbiendo todo el ariete.  Se tomó todo el tiempo del Mundo y me enloquecía con los apretones musculares a medida que era penetrada, las manos no estaban quietas y apretaban y acariciaban mis brazos y mis tetillas, cuando estuve completamente en su interior realizó tres o cuatro movimientos y ya no pudo aguantar más, su orgasmo fue tremendo y me dejé ir con ella.  Tiró el cuerpo sobre mí, aún temblando por las contracciones y nos besamos entrechocando labios, lenguas y dientes.

Nos quedamos un rato así pensando ambos en la dicha de tenernos y luego de ese rato le dije: “Podré darme un regio baño, es para recuperarme del viaje y la violación” , no me dejó decir más nada y agregó: “Yo te baño mi cielo, vos no hagas nada” y del dicho al hecho hubo un tramo muy cortito.  Fue una delicia dejarla que me enjabonara y me acariciara, jugando y divirtiéndose con eso, luego me enjuagó mientras yo me deleitaba admirando sus formas y como un ramalazo se me cruzó una idea y una pregunta por la mente, ¿cómo se vería Kande embarazada? y pronto escuché a “la voz” , “ojo con eso, hay que pensarlo muy bien, ella vivirá tanto como vos y es muy difícil ver que los hijos envejecen y mueren antes, sin contar que tendrán que sufrir la “muerte prefabricada” de sus padres” .

Descarté enseguida la idea, no era algo para sacarlo a la palestra en ese momento.  Secado, cambiado y perfumado ya fue otra cosa y nos sentamos a charlar para contarle y que me contara, me dijo que habían pasado unos días maravillosos y que las chicas estaban más negras que cuando estuvieron en el Caribe , habían tratado de hacer surf y se pegaron tremendos porrazos con ello provocando la risa de todos, como fuere Cielo y Gisela iban a editar un video con todo lo pasado en Zarautz , para que lo viéramos nosotros y para enviárselo a Iker que ya les había dicho que no regresaría.

Me dijo que hasta ese día por la tarde le preguntaban cuando volverías y que se les notaban las ganas de pegar la vuelta. “Está bien, yo hice todo lo que quería hacer y no me quedan ganas de andar dando vueltas, ya estoy hablando con Gustavo y vemos cuando podemos regresar” , -le dije-, ella me contestó: “Lo hablamos en la cena, la madre de Iker nos preparó la cena para todos y nos deben estar esperando” …  Cuando entré al comedor del brazo de Kande , hubo silbidos, aplausos, abrazos y bromas para repartir porque les dije a las chicas que parecían de la misma tribu que Kande .

Comimos más que bien y para los postres les pregunté cuando estimaban que estarían listos para volver, el que contestó fue Carlos , “cuando usted guste Gonzalo , ya lo hablamos entre todos y los equipajes, salvo algún bolso de mano, ya están todos preparados” .  Todos lo miramos a Gustavo que dijo: “Hay cuatro horas de diferencia horaria, si salimos a las diez de la mañana, estaremos en casa aproximadamente a las doce de la noche hora nuestra” .  No había nada más que hablar y cada uno hizo la sobremesa que quiso para luego retirarse a descansar.

Tai quería hablar conmigo y nos fuimos al bar junto con Maylín y Kande , el chino quería saber cómo había resultado todo y lo tranquilicé bastante contándole lo acontecido sin ahondar en detalles, sólo haciendo alusión a otras historias vividas juntos, me entendió perfectamente y Maylín no se enteró de nada en concreto pero la que me quería “ametrallar” a preguntas era Kande , a esa no podía engañarla con subterfugios ni con explicaciones a medias.  Dicho y hecho, no bien entramos en el cuarto tuve que contarle todos los pormenores y aunque quedó conforme me dijo: “Ya querría hablar yo con “tu amigo” que te lleva a meterte en bailes en los que deberíamos estar todos” .  La risa del YAOGUAI me repercutía en la cabeza.

En la mañana nos despedimos de Iker y de los padres, hubo abrazos y algunas lágrimas y el vasco me hizo prometer que le avisaría si lo necesitaba para lo que fuera, le retribuí las mismas intenciones y nos alejamos de Zarautz .  Cuando el avión comenzó a carretear, me sentí más que conforme, habíamos hecho un lindo rally por varios lugares de Europa , había cumplido más de una promesa, se solucionaron muchos problemas en las familias y en las empresas, le hice saber mi conformidad a Kande que, como respuesta, me abrazó fuerte.

En el viaje nos agarró el relajo a todos y nos la pasamos durmiendo, algunos leyeron, otro miraron películas en la pantalla grande pero nada fue altisonante, era como si estuviéramos recargados de sensaciones agradables y ninguno quería romper el encanto. Graciela y Cynthia habían hablado con Roberto y Danny para avisarles de nuestro horario aproximado de llegada y fue un gusto ver la alegría de estos cuatro cuando se reencontraron, por lógica, se fueron juntos después de despedirse y allí, ya en suelo “nuestro” las alegrías y las risas brotaron solas.

Nos despedimos de Gustavo , Sergio y las chicas y nos fuimos más que rápido a la casa, creo que todos teníamos dibujada una cama en la frente.  Habíamos estado más de veinte días afuera y cuando llegamos a la mansión nos pareció que esperaba que entráramos para abrazarnos, era nuestra casa, nuestras cosas, nuestras camas y habitaciones, nuestro lugar, es difícil explicarlo, eso es algo que se impone sentir.  Lo último que me escuché decir fue para Carlos y Virginia , “no jodan mañana con levantarse temprano, cuando nos levantemos veremos que hacemos”.

Continuará…

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