El demonio de nombre extraño (51)

Lo de Sonja fue fantástico pero, nada más. Para variar, aparecen en mi camino delincuentes a los que “limpiar” y lo hago con beneplácito.

SONJA - CASTIGO NO TAN DIVINO

Eran las diez de la mañana, estaba haciendo un recorrido por varias edificaciones de casas de la época imaginando la vida precaria de unos que contrastaba con la opulencia enorme de otros y sonó mi teléfono, atendí rápido cuando vi el nombre de Sonja en la pantalla.  No bien atendí se deshizo en disculpas por haberme llamado y dejaba entrever una vergüenza indisimulada por lo que quería decirme que, sin dudas, estaba referido a lo que le había dicho al oído mientras tocaba sus muslos.

--Es por lo que me dijiste ayer, no sé, me da mucha vergüenza y no sé por dónde comenzar, son muchas cosas juntas las que pienso y estoy hecha un lío.  Me animé a hablarte porque no está mi madre pero no sé qué decir.

--  Pará, pará, olvidate del tema de la vergüenza conmigo, estamos conversando como dos personas adultas y yo no suelo ser de los que juzgan.  Sucede que, muchas veces, es preferible sentir en lugar de decir o decir sintiendo y hablando por teléfono es imposible.  ¿Tenés posibilidades de verme?

--Mi madre fue a misa aquí en la Iglesia de mi comunidad, luego tenía una reunión con el Cura y con otras señoras del lugar, almorzará ahí y después realiza trabajos en una Fundación Solidaria, normalmente regresa pasadas las 16.00 horas.

--  Te propongo algo, te paso a buscar por dónde me digas y vi en un folleto turístico que hay una hostería un tanto alejada de la ciudad dónde se puede almorzar tranquilos y con privacidad.  Comemos allí y me contás lo que quieras, es la única oportunidad que tenemos, tú decides.

Estaba por hacer algo que para su acontecer cotidiano era algo impensado, casi prohibido y se le notó la indecisión pero creo que decirle, “es la única oportunidad que tenemos” , jugó a mi favor.  Me pidió que la pasara a buscar en unos cuarenta minutos por el lugar que eligió.  Como estaba bastante cercano a la Hostería que le había referido, me llegué hasta allí y alquilé la mejor habitación con cochera incorporada que tenían, pregunté si servían el almuerzo en la misma y “ayudado” por un par de billetes solucioné cualquier inconveniente asegurándome la privacidad.  Me dieron la llave y salí disparado para encontrarla en el lugar prefijado.

Con zapatillas deportivas, una pollera tableada en rojo y negro, a un poco más de medio muslo, remera blanca, un sueter con escote en “V” de color bordó y con un maquillaje muy sutil estaba como una princesa a punto de ser adorada.  Subió rápido a la camioneta de vidrios polarizados y cuando la saludé pidiéndole que me dejara “admirarla” porque estaba bellísima la asaltaron todas las indecisiones y las dudas, con contradicciones y afirmaciones que ella misma se hacía, “Yo estoy loca, ¿qué estoy haciendo?, va a creer que soy una callejera, no quiero que piense mal pero necesito saber muchas cosas y no tengo a quien preguntar, ¿podrá entenderme sin pensar que soy una desquiciada?

Yo la “escuchaba” pensar y corría con una ventaja enorme, me aprovecharía de esto, haría con ella lo que había hecho en Brasil con Gisela , dedicarme a proporcionarle el placer acorde a lo que en ese momento quería y necesitaba.  Mientras manejaba la tomé de la mano y le pedí que no se asustara.

--  Es evidente que tenés muchas dudas por una educación y una forma instaurada sobre como “deberías” comportarte pero tenés que estar más que tranquila.  Yo no soy de juzgar y como pienso que estamos entre adultos podrás preguntarme lo que te venga en ganas, jamás pensaré que estás loca o que actúas como una “callejera”, esas formas de pensar son dignas de mediocres y tanto vos como yo estamos muy por encima de la mediocridad.

--Es un alivio saber que pensás así, parecería que me adivináis lo que pienso, siempre tengo las dudas respecto a que si está bien o mal lo que pienso, mi padre y fundamentalmente mi madre están enquistados en una forma de pensar que no es la que yo quiero y necesito para mí.  Siento que no vivo, que no tengo libertad para decidir, para mal de males, los amigos y amigas que me rodean parecen tontos y banales.

--  Cada cual en su Mundo pero estás cometiendo el mismo error que te inculcan tus padres, estás “encasillando” a los otros, el secreto está en lograr ser vos misma sin que los demás importen, lo mismo pasa con el sexo.  El sexo no es pecado tal como muchos lo quieren hacer ver pero tampoco se debe practicar para demostrarle “algo” a otros o sólo que “se puede”, debe practicarse para demostrarse a sí mismo que uno se siente bien con ello y, lógicamente con quien te acompañe en ese goce y placer.

--Acabás de tocar un tema que me da vueltas y vueltas en la cabeza, quiero, no quiero, puedo, me dejan, no me dejan, gozaré, no gozaré, estaré a la altura, podré recibir en la medida en que quiero dar, cómo quiero dar, que quiero recibir, mis interrogantes son muy variados.

--  Hay dos cosas que deberás aprender a tener en cuenta y no se pueden comprar en ningún comercio, una es la madurez y la otra es la experiencia, es decir práctica y años pero hay otra cosa que está por sobre éstas, la seguridad en vos misma y en tu calidad de mujer.  Una vez que estés segura de lo que sos, de lo querés ser y de las maneras en que vas a brindarte, todo lo demás se hace facilísimo.

Habíamos llegado a la hostería y yo rodeé la edificación principal para dirigirme a la habitación y estacionar en la cochera privada de la misma, “no lo tomes a mal, aquí adentro podremos almorzar y conversar tranquilos sin miradas molestas y sin que nadie interrumpa, si tenés miedos o pruritos o estás insegura aquí, nos vamos al edificio principal” .  Dudó un poco pero se repuso enseguida y me contestó que no tenía problemas mientras pensaba: “no me puedo negar, quedaría como una chiquilla estúpida y él me está tratando como una mujer adulta, además, no se lo puedo decir pero estoy chorreando ante cualquier posibilidad que me proponga”.

Cuando entró en la habitación, luego de dar unos tres pasos, se quedó parada mirando todo el coqueto entorno y la mesa preparada para que almorzaran dos personas, yo no me pude resistir a mirar sus pantorrillas en que se notaba el trabajo de la gimnasia y mi mirada ascendió hasta adivinar sus duras y paradas nalgas escondidas detrás de la ropa que usaba.

Mi erección se estaba haciendo notar y me acerqué a ella colocando mis manos en sus hombros para que no girara, “¡por Dios!, si me besa el cuello me desmayo” -pensó- y precisamente eso es lo que hice, aparté sus cabellos y besé suavemente su hermoso cuello recorriendo con mis labios la línea imaginaria entre su oreja y su hombro.

No se desmayó pero sus rodillas se aflojaron y el gemido largo y nacido desde muy adentro se dejó escuchar.  Ya no quedó espacio entre los cuerpos, ella sola arrimó su culo a la protuberancia que la esperaba mientras los gemidos se sucedían y acrecentaban porque movía sus nalgas y todo su cuerpo sintiendo además que sus pezones parecían a punto de reventar entre mis dedos, “sí, sí, sí, ahí sí, apretalos más, sí” , decía sin poder contenerse aunque estaba claro que ambos necesitábamos más.

La hice girar y a la par que apretaba sus nalgas con mis dos manos, ella echó sus brazos a mi cuello y nuestras bocas se buscaron y se encontraron, la inexperiencia se notaba pero la ansiedad y las ganas demostradas suplían su poco conocimiento.  Mi lengua se hizo dueña de su cavidad y en un entrechocar de dientes pronto se amigó con la de ella haciendo que el gusto se compartiera.  Sus pezones endurecidos se clavaban en mi pecho y no había resquicio para colocar las manos y apretar sus tetas, tampoco quería, se estaba bien junto a esos glúteos extrañamente cálidos y al sonido casi musical de sus gemidos.

Al pretender sacarle el sueter se separó un poco y apretó mi miembro con urgencias pensando en que, aunque no sabía, quería mamarlo y hacer que entrara en su boca hasta lo más profundo, “quiero que me dé su leche, quiero su leche” gritaba mentalmente y no quise que esperara.  La tomé de la mano y nos acercamos a la cama sacándonos la ropa a tirones.  Ella me miró, le gustaron mis “tablas” y aún pensando que le dolerían hasta las muelas, apreció mi miembro y lo tomó con una mano mientras subía a la cama.

Yo me quedé parado ante la cama alta mirando sus tetas duras y altivas que un pezón chiquito coronaba, ella se sentó en el borde para poder admirar y besar a gusto el primer miembro que tenía entre las manos, “mi primera polla y es mucho más grande que el envase del desodorante, la voy a aguantar, la voy a aguantar bien” , -pensó-.  Evidentemente no habría rotura pero se la iba a hacer sentir.  De los besos y el uso casi tímido de la lengua pasó a la mamada, me miró con su cara hermosa de mocosa que no llegaba a los veintidós y de apurada se atragantó cuando no había llegado ni a la mitad.

La sacó rápido y sentí el roce de los dientes, a ese paso ella no gozaría y me iba a lastimar, aunque yo tenía mis modos y pensaba hacérsela comer toda y sin riesgos, “dejame a mí, vos sólo respirá por la nariz y disfrutá cuando entra” , -le dije-, de seguido la “endurecí” en toda la zona que me interesaba, la sentiría, claro que la sentiría penetrar y forzar su boca y su garganta pero salvo abrir los ojos, dejar que derramaran lágrimas y sorprenderse no podría hacer nada más.  Mi pubis se movió lento para que notara la entrada hasta que chocó con su nariz, luego me moví un par de veces y cuando entendí que se había “amoldado” , la aflojé pero no salí de ella.

“Es increíble, me está follando la boca, me traspasó la garganta y la aguanto bien, ¡Virgen Santísima!, si sigue así voy a tener un orgasmo como la mujer de esa película vieja” , pensaba en Linda Lovelace y su famosa “Garganta Profunda” , sentí que se aceleraba contrayendo todos sus músculos, definitivamente le daría uno de sus gustos y el movimiento de entradas y salidas se incrementó mientras ella llevaba una de sus manos a su entrepierna, cuando comenzó su orgasmo la dejé y a la mitad del mismo le llené la garganta de leche.  El primer chorro pasó de largo pero luego retrocedí un poco para que sintiera el líquido en toda la cavidad bucal.

Al salir de ella no me dejó apartar demasiado y me limpió con ganas y esmero lamiendo todo el tronco y el glande.  Los ojos le brillaban al mirarme y luego se abrazó a mis nalgas apoyando la cara en el ariete ya pronto a reaccionar nuevamente, “gracias Gonzalo , gracias, ahora tómame por todos lados, no importa si grito o me duele usa todos los orificios que quieras usar, hazme sentir una hembra desaforada” .  Estaba como para “reventarla a pijazos” pero antes, el placer que le daría a mi lengua no me lo quitaría nadie. “Si querés sentirte como una hembra ponete en cuatro y dejame a mí que haga y si te gusta no grites porque va a venir la Guardia Civil” .

Los deseos de la niña tantas veces retenidos estaban haciéndose realidad y movía ese culito duro y ejercitado esperando por un placer que la transportara.  El primer gemido profundo lo dio cuando pasé la lengua desde el inicio de su vagina y pasé por todo su canal hasta depositarla en el agujerito fruncido, hasta dudé que fuera mi lengua porque parecía tener vida propia moviéndose, penetrando, forzando.  Después se convirtió en un concierto de gritos amortiguados por las almohadas y movimientos desacompasados junto a contracciones casi involuntarias.

Llegaba el momento de entrar en sus “virginidades” y no la hice esperar, ya al apoyar el glande comenzó a hablar diciendo incoherencias, sus pensamientos eran claros, el miedo era tremendo pero su expresión oral era inconsistente, incongruente y no tuve más que sacarle el miedo de golpe, parecía que sus carnes se desgarraban y el “ayyy” comenzó desde un primer momento hasta que choqué en su interior.  Su grito era disimulado por la almohada pero a mí me retumbaba en la cabeza, yo esperaba que llorara a los gritos y me sorprendió porque no bien choqué muy adentro de ella se comenzó a mover pidiendo a los gritos que la “hiciera parir” orgasmando como si meara.

Aproveché la posición para “jugar” con mis pulgares para tratar de dilatar “el fruncido” pero sus contracciones hasta los dedos me apretaban, llegó un momento en que ya “no quería más” y salí de un lado para entrar en el otro, lubricación sobraba y sólo costó el primer intento, después fue un “paseo” que yo solo disfruté y aquí la almohada no alcanzó, tuvo que morderla y no pudo retener el llanto, me había puesto en “sádico” y luego de chocar con sus nalgas no me detuve pero la niña me volvió a sorprender porque, después del primer “pijazo” colaboró intensamente con su rotura de culo y sus orgasmos fueron más violentos con chorritos de jugo y orina que despedía hacia mis huevos.

Afirmado en sus caderas absorbí mientras, muy adentro de ella, terminé con cuatro o cinco chorros que parecieron vaciarme los testículos, ella acusó el líquido pero apenas si se movió con una contracción, creo que la última que le quedaba y se dejó caer hacia adelante, el sonido del “descorche” sonó en toda la habitación y ni fuerzas le quedaron para tratar de fruncirlo, eso sí, sus pensamientos estaban llenos de insultos hacia la madre y el padre culpándolos de no haberle permitido nunca experimentar el placer que una hembra como ella se merecía.

No me interesaba escuchar eso y me levanté para lavarme un resto de heces y de sangre que me quedó en el ariete vencido, no era mucha así que imaginé que no había habido rajaduras importantes pero que se lo rompí, se lo rompí.  Preparé la comida en cada plato porque había previsto pedir comida fría, le alcancé una copa de vino porque vi que se movía tratando de acomodarse y luego de que quedó sentada apoyando la espalda sobre el respaldo de la cama, me aceptó la copa y tomó un sorbo sonriendo, “según el dicho, “el que solo se ríe, de sus picardías se acuerda”” , - le dije-.

Con contestó con seriedad, “no hombre, no, si no me sonrío por picardías, es sólo que con esto de hace un rato habéis superado todas mis expectativas, pienso que por la zona hay cuatro o cinco aspirantes a ocupar mi cama, ellos dicen de noviar y casarse pero ya sé por dónde vienen sus intenciones, el problema es que creo que ahora ninguno podrá dar la talla” .  Se levantó medio tambaleante, recogió su ropa y se fue para el baño, yo me armé de paciencia.  Regresó al rato, ya vestida, se sentó a mi lado para comer y me preguntó...

--¿Qué harás ahora de tu vida?

-- En realidad no lo sé, posiblemente me quedaré un día más o dos recorriendo la zona y seguiré viaje, creo que llegaré hasta los alrededores de Madrid y luego volveré a San Sebastián, allí hay gente que me está esperando.**

Se quedó pensando en pedirme de irse conmigo y cuando estaba a punto de hacerla desistir de la idea, siguió hablando…

--Se me cruzó por la cabeza pedirte que me llevaras contigo pero creo que antes de emprender el vuelo tengo muchas cosas que arreglar en mi vida, terminar mis estudios y ver bien lo que pretendo, hoy di un paso muy importante que jamás terminaré de agradecerte.

--  No tenés nada que agradecer, recordá siempre que esto es “de a dos” pero me alegra escucharte, eso que me estás diciendo y demostrando implica madurez y en lugar de enojarte con “lo que no te dejan hacer”, comenzá a pensar en lo que “querrías hacer”, sos toda una mujer y es hora de que tomes tus propias decisiones pero sin berrinches, sin enojos, sabiendo que la mejor manera de que te entiendan es saber explicar tus deseos y tus puntos de vista, sin depender porque la dependencia, de alguna manera, nos hace “esclavos” de las decisiones de los demás y cuando los demás son tus padres seguramente surgirán los choques.  No siempre “lo mejor” según ellos resulta “lo mejor” para nosotros.  También hay que aprender a escuchar al otro.

--Es que tampoco es tan fácil.

--  Es más fácil de lo que vos pensás, de todos modos, “caminando la vida” vas a aprender algo que no es tan lineal.  Yo te digo que no tenés que “depender” pero durante toda tu vida vas a depender de algo o de alguien, padres, maestros, parejas, jefes, hasta Gobiernos, el asunto pasa por no sentirse mal con eso y aprender que, en cuanto nos dañe, debemos dejarlo a un costado para aspirar a cosas mejores, ya lo estás aprendiendo aunque es muy complicado porque es lisa y simplemente, VIDA y no es sencilla.

--  Bueno, mejor dejemos de filosofar barato y vamos a terminar de comer porque tu madre va a llegar a tu casa y vas a tener problemas que se pueden evitar.

Terminamos de comer y la llevé hasta un lugar que ella me indicó, me hizo prometer que no me iría sin saludarla y se bajó diciendo que todavía le temblaban las piernas, la dejé y me sonreí pensando en que esta noche o mañana estaría peor, luego regresé al hotel en que estaba alojado, quería darme un regio baño y si se cuadraba, lo que era casi seguro, dormir un rato de siesta.  No lo pensé demasiado, salí del baño desnudo y así como estaba me despatarré en la cama, fueron unas dos horas y me levanté como nuevo, me cambié y luego de averiguar en el hotel por una buena confitería para tomar algo, cené temprano en el restaurant  y salí a conocer un poco de la noche del lugar.

El lugar que me habían recomendado era muy bonito, tenía una confitería para tomar algo y a un costado había una pista de baile, en definitiva era una discoteca pero uno podía, en cierto modo, aislarse de todo el ruido y elegir un lugar más tranquilo en una barra apartada.  Por lógica, me acerqué a esta barra, me senté en una de las puntas de la misma y le pedí al barman un whisky importado con hielo y me puse a degustarlo mirando la “fauna” del lugar.  Yo no me meto en problemas, juro que nunca lo hice, preferí siempre evitarlos pero hay gente que no piensa igual.

“Van a surgir problemas, no me llames porque si aparezco aquí haré una masacre, igual te voy a proteger” , el aviso que me hizo llegar el YAOGUAI me alarmó y busqué con la vista y con la mente a quien o quienes podrían ocasionar esos problemas.  No tardé en descubrirlos, eran tres, dos muchachones de unos veinte años y uno que pasaba cómodo los treinta, los tres se acercaron a mí y me rodearon.  Lo “escuché” al morocho grandote que me iba a encarar y lo que supe no me causó mucha gracia.

Eran los “encargados” de cuidar la “virtud” de Rosario y de Sonja y respondían a las órdenes del “Jefe” que no era otro que el marido y padre de las nombradas. “No reacciones y enterate bien, “escuchalos” porque detrás de la fachada hipócrita de la religiosidad hay un tema de prostitución y pedofilia dando vueltas y como yo sé que estas cosas son de tu “agrado” te los dejo para que te diviertas, como sea, quedate tranquilo voy a “trabajar” en conjunto a tu lado porque me tenés un tanto “entumecido”, mucho “polvo”, mucho “polvo” y hay “mierdas” revoloteando en todos lados” .

Me faltó poco para putearlo al YAOGUAI , de pronto me endosaba un lío de órdago y yo sin comerla ni beberla.  Ni tiempo a pesar una respuesta porque el golpe dado en mi espalda con la mano abierta casi me hace chocar la cara contra el vaso…

--¿Qué onda tío, qué es eso de invitarlas a cenar a la niña y a su madre y llevarla hoy a la pequeña en la camioneta?  Nosotros somos sus “ángeles de la guarda” y no te vamos a permitir nada raro con ella, ¿lo tenéis claro o hay que ablandaros los sesos para que lo entendáis, ehh?, -el golpecito de sus dedos repiqueteando en el hombro me tenía al límite-.

--  Hola caballeros, vaya recibimiento el de ustedes, ¿tratan así a los golpes a todos los turistas?

--¡Qué turista ni que Cristo!, ¿qué te traes con ellas dos?, contesta rápido que no estoy para bromas.

--  No sé quiénes son ustedes pero creo que a vuestro jefe no le agradaría que trataran mal al Presidente de la empresa para la que trabaja.  ¿Cómo creen que reaccionaría con ustedes si queda en la calle, mal mirado por la comunidad y sin posibilidades de conseguir otro trabajo?, ¿de verdad usted piensa que le gustaría quedar expuesto con el otro “trabajo” que tiene?

Se la “tiré” de sopetón, acusó el impacto y dudó, lo que me permitió seguir hablando…

--  La señora Rosario conoce quien soy y por eso aceptó la cena, aunque no creo que le gustaría saber que tiene a tres brutos cuidándola, si quieren la llamo y la consulto, de paso le pido que le avise al marido lo que ustedes están haciendo, ¿qué les parece?

--Que no hombre, que no sabíamos, hostia, no sabía, sólo quería cumplir con el pedido del jefe pero…  ¿Cómo sé yo que es verdad lo que me dice?

--  Ya se lo dije, le puedo mostrar mi tarjeta o llamarla a la señora Rosario, seguro estará “encantada” de que los “ángeles de la guarda” me agredan de este modo, a su jefe ni les cuento.

Ya no era éste sólo el que estaba apabullado y temeroso, los otros dos tenían más ganas de salir corriendo del lugar que de tratar de “apretarme” y una de las cosas que contribuyó a eso fue la parsimonia y la seguridad con la que les hablaba que, a no dudar, no provenía de mí.  El tipo quiso congraciarse y me invitó las copas.

--  Les propongo algo mejor porque no soy nada rencoroso, nos sentamos en una mesa, las copas las invito yo y me cuentan cómo conseguir un poco de diversión en este lugar porque no conozco nada.

Se “prendió” enseguida a esa posibilidad buscando que hablara bien de él con el jefe, habida cuenta que los tres demostraron un temor palpable ante el fulano en cuestión.  El “pidan lo que gusten” allanó todas las dificultades iniciales, las lenguas se aflojaron y me ofrecieron los “servicios” de chicas muy jovencitas.   Por la mitad de la tercer botella de whisky y de vodka ya sabía la dirección de la casa apartada y de una zona residencial en que tenían a cuatro o cinco jovencitas de 15, 16 y tres de 18 años que habían secuestrado en dos pueblos distantes a 100 y 150 kilómetros de dónde estaban.

Averigüé que hacían videos de las jovencitas con hombres mayores y las obligaban a escenas de lesbianismo previo a verdaderas palizas que quebraron su resistencia inicial.  Además, por si fuera poco también usaban en esos videos a dos chicos de 11 y 12 años de la escuela primaria que eran sodomizados por ellos y comercializaban los videos en otros países europeos y/o por medio de Internet acorde a direcciones resguardadas.  Los chicos aparte de golpeados vivían sólo con sus madres y los habían amenazado con matarlas a ellas si se negaban.  La bronca me consumía a pasos agigantados y en cualquier momento hacía un desastre allí adentro.

Hubo muchas cosas más que averigüé por medio de las “escuchas mentales” , entre ellas, la participación de un cura que pedía que los chicos se vistieran de monaguillos y la de un colaborador de la iglesia del lugar que estaba “ablandando” a otros dos chicos para hacerlos participar de sus “reuniones” de pedofilia a las que también se sumaban dos o tres comerciantes importantes de la zona.  Yo echaba espuma por la boca porque si hay algo que no tolero es el abuso y menos que menos con menores.

--  Todo eso me interesa y ya tengo ganas de participar, aunque sea con alguna jovencita, dinero tengo para gastar en ello, -les mostré la cartera llena-, no quisiera irme a dormir sin haber probado esas “delicias” .

Quería apurar el trámite de las cosas porque había averiguado que el jefe volvía en la mañana temprano y pasaría por la casa para ver cómo estaban las cosas, asimismo, el YAOGUAI me había hecho saber que cuando se les pasara la borrachera me buscarían y saldrían a tratar de silenciar todo lo hablado, entonces los “castigos” se complicarían.

Otras de las cosas que averigüé sin preguntar abiertamente era que la Policía del lugar no sabía nada del tema y que el Jefe de la Guardia Civil de la zona era muy amigo del delincuente mayor, ellos hacían reuniones en su casa, ora de uno o de otro u otros, concurrían juntos a las misas y las mujeres prestaban servicios sociales junto con otras.

El tipo, además de ser un desalmado que no dudaba en castigar él en persona a las pobres infelices era un hipócrita total y merecía ser condenado a convertirse en un montículo de polvo, ni hablar de los integrantes propios de la iglesia pero de ellos averiguaría más y pensaba que me encargaría también personalmente, por ahora me interesaba conocer la casa, tentar a los esbirros, luego reducirlos en el lugar y revisar la documentación que pudiera existir.  Ya casi era la una de la mañana y trataba de coordinar bien mis ideas porque la furia por momentos me ganaba y no me dejaba pensar correctamente, menos mal que mi “yo interior” me aconsejaba…

--“Deciles que, para que nadie sospeche, van a salir separados y se encuentran en otro lugar, ofreceles una cantidad importante de Euros a cada uno para que no duden y en la casa veremos lo que hacemos” .

Fue lo que hice, saqué doscientos Euros para cada uno y les dije que si me gustaba la “mercadería” habría un total de mil por cabeza pero había que salir separados.  Se interesaron enseguida e incluso el mayor de ellos pensó en sacarme luego todo el dinero.  Quedamos en encontrarnos en un lugar cercano a la iglesia, desde allí me guiarían y yo los seguiría con mi vehículo.

Iba a tener una noche agitada aunque sabía que energías no me faltarían, fui “conversando” hasta encontrarlos y urdiendo un plan, mi idea era sacar de circulación a éste hipócrita religioso pero dejarlo expuesto y poco me importaba el papel que jugaban o que les tocaría jugar a la esposa y a la hija con el resto de la sociedad.

Los encontré y los seguí en el auto, aunque uno de ellos dijo de venir conmigo y no me opuse a ello.  La casa era, lo que ellos llaman un “cortijo” o casa de campo, no pude ver de cuanto era el terreno circundante, pasamos por un portón que uno de los muchachos abrió, luego lo volvió a cerrar y a unos cincuenta metros llegamos a una casa tipo chalet, no muy grande pero lo suficiente para lo que hacían.  Vi que a un costado de la casa existía un galpón y otra construcción más chica sin ventanas o por lo menos no visibles y cerrada con un candado grande.

Ya adentro había un living grande con varios sillones de dos y tres cuerpos y puertas que comunicaban seguramente a habitaciones, las luces y focos que se encontraban en el lugar me daban a entender que allí se hacían algunas filmaciones.  El que mandaba a los muchachones le dijo a uno, “tráela a la chavalita, le vamos a hacer probar buena mercadería al amigo “sudaca”” .  No quería que ninguna de las chicas me vieran y al grito de “esperen, esperen” me moví con celeridad y antes de que se pudieran dar cuenta endurecí primero a los dos que tenía al lado y de un salto que todavía no me explico, alcancé al otro que corrió la misma suerte.

Quedaron los tres hechos un bollo y recorrí las habitaciones del lugar, había cuatro, en una seguramente dormirían estos tres, otra era más lujosa con una cama enorme, posiblemente la del jefe y otras dos más repletas de focos, reflectores, filmadoras y sillones, una de ellas con una cama de plaza y media.  Regresé al living y miré a los tres que revoleaban los ojos pues era lo único que podían mover, le hablé al que mandaba pidiendo que me dijera dónde tenía algún tipo de listado con los nombres de los que concurrían al lugar y si había videos con esas actividades y del jefe teniendo relaciones con los chicos y las chicas.

El tipo movía la cabeza negando pero pensó en los lugares en que se encontraba todo lo que le pedía, por ende, lo supe enseguida y saqué todo lo guardado para sacar una foto de la lista que me interesaba, luego dejé todo encima de una mesa que se encontraba en el lugar, trataba de cuidarme y todo lo que tocaba lo hacía utilizando mi pañuelo y el que le saqué a uno de los tres, junto con el dinero que recuperé.  Estaban desesperados preguntándose mentalmente quien era yo y se los mostré sacándome el saco y la camisa.

Y sí, sabía que pasaría, el terror se adueñó de los tres a la vista del oso, los ojos querían salirse de las órbitas y se incrementó cuando le puse una garra sobre la cabeza a uno de los muchachos y lo convertí lentamente en polvo hasta que sólo quedó un pequeño montículo.  Me tomé mi tiempo porque volví a ser Gonzalo y, sin volver a vestirme, busqué una pala y un escobillón para juntar el polvo que luego fui a vertir en el inodoro.  Cuando volví les dije a los dos que quedaban, “ya está, éste no se vuelve a coger a un chico nunca más” .

Los gritos mentales de los dos estaban plagados de terror, desesperación y ruegos, yo sentía una satisfacción que no podía disimular, mucho más pensando en que aún quedaba otro por “limpiar” . “Ahora te toca a vos y como te imaginarás, no va a haber forma de convencerme de lo contrario” .  Sin demasiada “cháchara” porque las cosas había que hacerlas y punto, ¿para qué explicar cosas que ya sabían? por eso, el oso volvió a aparecer y el malviviente secuestrador y violador más joven corrió la misma suerte que el primero, lógicamente, fue a parar al mismo inodoro.

El que restaba gritaba mentalmente como desaforado y se quebró, los ojos se le pusieron blancos y su mente se murió, quedó como una línea plana de las máquinas de los hospitales que avisan cuando un paciente ha fallecido.  No pude disolverlo pero en realidad eso no es lo que quería hacer, ya como Gonzalo lo senté en uno de los sillones y seguí dejándolo duro e ido, completa y totalmente ido.

Luego, en una tablet que tenían, puse uno de los videos en que el esposo de Rosario y jefe de esa petit organización tenía relaciones con uno de los chicos a los que golpeaba mientras lo sodomizaba y lo trasladé a mi celular, lo mismo hice con uno en que tenía relaciones con una de las chicas y que se notaba que lo estaban filmando, de paso le agregué el del cura con los disfrazados de “monaguillos” , después de esto, salí, subí a mi camioneta y la trasladé a unos doscientos metros afuera del predio, dejándola debajo de unos árboles al costado del camino y regresé a la casa caminando.

Mientras caminaba hacia la casa se me dio por pensar que era una lástima, me hubiese gustado romperle el culo a Rosario , posiblemente al estar ensartada se olvidaría un rato de sus referentes religiosos, habida cuenta que esa era también parte de la hipocresía que varios de estos “religiosos” ostentaban, mucho rezo, mucho rezo pero cuando podían hacían sólo lo que se les “cantaban las ganas” sin tener en cuenta lo exigido por la Religión de referencia y no hay que nombrar a ninguna en particular porque todas tienen sus “cuitas” .

Siempre opiné que la Religión es “adaptable” a la conveniencia e inteligencia de los que se erigen en “representantes” y también del feligrés que la práctica y, como muchas otras cosas, se “usa a piacere” .  A veces es mejor opinar dando ejemplos: De chico te meten en la cabeza que el hecho de “pecar” implica que Dios te “castigue” pero de grande aparecen otras prerrogativas, “Dios castiga sin palo y sin rebenque” o “Dios es amor y jamás castiga” y/o que el aporte material (diezmo) aplaca todos los “castigos” .

Algo similar pasa con los famosos “10 Mandamientos” , robar, matar, mentir, fornicar o desear a la mujer del prójimo y/u otros, se “acomodan” enseguida diciendo que “cada uno es dueño de ejercer el Libre Albedrío autorizado por el hijo de Dios para ser juzgado al final de sus días” y como ese final está lejos o no se conoce, se hace lo que se quiere demostrando, muchas veces hipócritamente, lo contrario a lo que se predica.  Como sea, me quedaba esperar a que, en la mañana, llegara el delincuente mayor y decidí dormir un rato apagando todas las luces de la casa pues nadie me molestaría.

Tal como lo había dicho el “ido” , a eso de las ocho de la mañana escuché el ruido de un coche y luego de ver que venía solo, me senté frente al “idiota endurecido” dándole la espalda a la entrada.  El tipo abrió la puerta llamando a los gritos a un tal Ismael y preguntando por las chicas, al verlo duro y sentado se acercó y me descubrió mirándolo sonriente, dio un salto hacia atrás y me preguntó quién era y que le había hecho a Ismael . “Buenos días” , -le dije estirando la mano para saludarlo-, “usted debe ser “fulano de tal”, ¿no?” . “Sí, soy yo” , -contestó maquinalmente por la sorpresa y me estiró la mano-.

Era un tipo de mi altura, de unos cincuenta años y muy atildado aunque de físico no tan atlético pero eso no importaba tanto, lo que importaba es que quedó durísimo, parado delante de mí y revoleando los ojos sin poder creer lo que pasaba.

--  Yo le voy a contar lo que pasa aquí, resulta que odio las aberraciones que usted comete y no hay cárcel ni Justicia Divina o Legal con que pagar lo que hacen, por eso voy a aplicar una Justicia particular emanada de quien mora en mi interior, la condena para los dos es la muerte y sólo hay que aplicar la sentencia .

No quería perder más tiempo, había encontrado en la cocina una masa de madera como de un kilo y medio, no sé para que se usaría pero a mí me venía de perlas, también había encontrado una cuchilla de proporciones, a las que les limpié concienzudamente las huellas que pudieran tener, luego me saqué la camisa y ya como oso, ante el terror del recién llegado, tomé el cabo de la masa con los pañuelos y la descargué sobre la cabeza del tal Ismael , fue como golpear una sandía pero él oso calculó muy bien el golpe para que se partiera en cuatro y los sesos no salpicaran demasiado.

Me senté y al jefe lo hice parar delante de mí, la cuchillada, de arriba hacia abajo, penetró en su pecho y le partió el corazón, incrustada allí no sangró casi nada, me quedó armar el escenario y para eso hice que uno tomara la masa con las dos manos aferrando fuerte el mango y la mano del sentado agarrando la cuchilla con el puño cerrado, tal como si él hubiera descargado la cuchillada, lo apoyé al jefe sobre el esbirro e hice que la cuchilla bajara por el pecho unos diez centímetros más, lo que hizo que saltara un chorro de sangre sobre el de la cabeza rota.

Al morir se aflojaron solos y quedaron encimados.  Después, ya como Gonzalo , los miré para que no me quedaran interrogantes y, sin dudas, para ojos de quien observara, cualquiera hubiese sido el motivo, la “discusión” entre los dos había sido mortal.  Los papeles y los videos quedaron sobre la mesa y yo me retiré después de mirar que nadie estuviera vigilando, “salvo las que están encerradas, no hay nadie en un par de kilómetros a la redonda, andá tranquilo” , agradecí el dato mental y salí para subir a la camioneta, tenía ganas de ir a visitar a un cura para mostrarle que los demonios existían pero decidí no hacerlo, después de todo salía muy clarito en uno de los videos y sólo lo “visitaría” si no era castigado por la Justicia de los hombres.

Salí rápido a la ruta y enseguida me orienté para adónde tenía que ir, cargué combustible y desayuné en una estación de servicio, pregunté además que se podía visitar turísticamente en las inmediaciones, me atendieron muy bien y me dieron un par de folletos, al regresar a la camioneta me tomé un tiempo para buscar por Internet el número de teléfono del periódico de la zona, escribí una nota diciendo que la que seguía era una lista de quienes pagaban para utilizar “servicios sexuales” de menores de edad y que todo era dirigido por “fulano de tal” , tras cartón envié esto al periódico local conjuntamente con los videos, ni problemas que me hacía por el remitente, mi celular estaba encriptado y no podría ubicarse.

Luego llamé a la Jefatura de la Guardia Civil utilizando un programa que me había colocado Gisela que distorsionaba la voz y denuncié que en tal lugar había escuchado una pelea fortísima y a mujeres gritando como si las mataran de una en una.  Sabrían que “alguien” había estado allí pero jamás podrían ubicarme.  Al llegar al hotel dudé entre quedarme un día más o seguir viaje, después pensé que ante el problema que se les presentaría iban a venir Sonja y Rosario a contarme sus “dramas sorpresivos” y no tenía ganas de lidiar con eso, así que luego de darme un regio baño, liquidé la cuenta y seguí viaje.

En lugar de seguir hacia Madrid , tomé un desvió y me dirigí a Palencia , sin correr y tranquilo en una hora y media estuve allí, son casi 60 kilómetros pero fui disfrutando cada árbol con que me crucé.  Me encontré allí con un pueblo maravilloso situado a orillas del río Carrión , me alojé en el centro mismo de la ciudad en un hotel con nombre de “Congresos” o algo así, me atendieron muy bien y pedí información para visitar algunos puntos importantes de la ciudad, el folleto que me dieron fue más que explicativo y tenía para recorrer un rato largo.

Como recién era el mediodía y recordé que en España se suele almorzar tipo tres de la tarde, dejé las cosas en la cómoda habitación y me fui a caminar por el centro de la ciudad, comí algo en uno de los negocios de la zona céntrica y enfilé a ver la Catedral de San Antolín o el sitio de La Bella Desconocida como también se la conoce, imponente como casi todas las construcciones antiguas que tuviesen que ver con lo religioso.

Gente que atendía un puesto de venta en las inmediaciones me dijo que adentro se podía observar un lugar muy lujoso y una serie de obras de arte, entre ellas una obra del Greco pero…  no hay caso, yo no la voy ni la iré con los interiores de las iglesias o catedrales y en esto no tiene nada que ver mi “morador interior” , es de “motus propio” porque no creo que Dios necesite tanta opulencia.

Mis pasos me llevaron luego a la Plaza Mayor donde lo que me llamó la atención es la cantidad de columnas que parecen mantener a toda la estructura de edificios que la rodea, el lugar no me entusiasmó demasiado y caminé un rato por la Calle Mayor , estaba plagado de negocios chicos y grandes ubicados por detrás de columnas similares a las que había visto en la Plaza, pensé sonriendo que menos mal que había ido solo, si estuvieran las mujeres andarían de parabienes entrando y saliendo de uno y otro local.  Todo allí era peatonal y la gente era de lo más amable sin el bullicio enloquecido de las grandes ciudades.

Ya con hambre de almuerzo me metí en un restaurant y mientras el mozo me explicaba de distintos platos típicos vi que de unas de las mesas habían pedido langostas, le pregunté si había y con un buen vino helado me empasté de langostas, lo único que me jodía de éstas es que tenía que ensuciarme los dedos pero estaban riquísimas y con una salsa en una cazuela para mojarlas allí que te gastabas los dedos de chupártelos, quedé como para no comer langostas por un año, luego fue el café y como el cansancio del mal dormir de la noche anterior y el viaje me hacían mella, encaré para el hotel a dormir una buena siesta.

Ya en el hotel aproveché para llamarla a Kande por medio de una video llamada, estaban en la playa y la algarabía parecía total, “es Gonza chicas, es Gonza” , gritó mi mujer y escuché los saludos de todas gritando a más no poder, la tranquila gente de Zarautz debía estar alborotada por estas enfebrecidas niñas.  Me contó que Gisela , Cielo , Azul , Cintia , Rocío y Virginia estaban haciendo topless y, de alguna manera compitiendo con cuatro o cinco turistas suecas que pasaron sin sostenes y las miraron como retándolas, “entre nosotros, las dejaron por el suelo” , -me dijo riendo-.

Era de esperarse, las tetas de “mis” chicas parecían dibujadas, luego preguntó por dónde andaba y le conté de mi estadía en Burgos , que había seguido para Palencia desde donde la llamaba y que trataba de estar un día en cada lugar, hacer noche y seguir a otro porque había un montón de cosas para ver pero como eran ciudades chicas estaba todo muy cercano.  Se acercó Tai junto con Maylín a saludar y como dijo que me quería preguntar algo Kande le dio el teléfono y se quedó charlando con la china.

“¿Cómo la está pasando jefe?, estaba un poco preocupado” , me reí de la salida del chino grandote pero interiormente me encantó su preocupación…

--  Quedate bien tranquilo Tai, estoy muy protegido, en confidencia te cuento que anoche tuve una experiencia mortal, tuve que recurrir dos veces a tirar polvos en un inodoro como cuando en Roma y armé un “escenario” pero quedó todo rebien .

--Por favor jefe no me cuente esas cosas y no se meta en líos, Kande y yo nos preocupamos.

--  Es que los líos aparecieron solos, en todo lo que nos rodea parecen existir estas clases de “líos”, basta con que haya hombres o mujeres, además, lo que hice fue muy necesario, no te voy a contar pero buscá noticias de la prensa de Burgos, allí debe haber un despelote de aquellos, jajaja.  Sos el único en quien puedo confiar para hablarlo, además de Kande por supuesto.

--Le agradezco la confianza Gonzalo y hágame el favor de cuidarse.

--  Listo, te lo prometo, dame con Kande y disfruten de la playa.

Lo saludé y después con Kande fueron un par de arrumacos y besos telefónicos, me dijo que me extrañaba mucho y le prometí que en un par de días regresaba.  Luego de que corté la comunicación apenas si hice tiempo para sacarme la ropa y creo que cuando apoyé la cabeza en la almohada ya estaba dormido.  Fue una siesta espectacular de unas tres horas y me levanté escuchando el pitido del celular avisando de una llamada.  El YAOGUAI debe haber interferido porque no escuché nada y tenía tres llamadas de Sonja y dos de Rosario .

Lo primero que se me cruzó por la cabeza es ignorarlas pero en cambio busqué en Internet las noticias del periódico de Burgos y según parece, los policías no pudieron ocultar nada ni mirar para otro lado, la Prensa estuvo a su lado cuando ingresaron a la vivienda y se encontraron con todo el cuadro, para más fue una Periodista quien escuchó los ruidos en el cuarto en que tenían encerradas a las chicas y pidió que abrieran las puertas forzándolas, había fotos de las chicas mayores de edad y las otras estaban difuminadas.  Las cámaras enfocaron el secuestro de todos los C.D, conteniendo los videos y los papeles que comprometían a varios personajes de la ciudad, aunque ellos ya los tenían por otra fuente.

Según parece el revuelo en la comunidad era total y el periódico hacía saber que tenían pruebas concretas a disposición de la Justicia, es más, se guardaron poco porque detallaban el listado con nombres y apellidos aclarando como salvedad que la Policía procedería a observar los videos para pedir a la Justicia la elevación de las respectivas órdenes de detención y allanamiento.

Se especulaba con que había habido una fuerte discusión entre el jefe de la organización delictiva y su segundo, de resultas de la cual se habían matado entre ellos y se buscaba además a otros dos pues se los solía ver siempre juntos y habrían escapado ignorándose su paradero.  Para mi ventaja, en ningún lado se hacía mención a la denuncia anónima y posiblemente le achacarían todo a los “fugados” .

“Pueblo chico, Infierno grande” dice el dicho y aunque era una Ciudad el espíritu de pueblo de la comunidad se mantenía así que, indudablemente, sobraría dedos para apuntar a los del listado.  Se daba por sentado que el “fulano” asesinado de una violenta cuchillada en el pecho era el jefe de las tratantes, violadores y secuestradores, habida cuenta que la propiedad estaba a su nombre y la Prensa hacía hincapié en esto, máxime sabiendo que tenían los videos que lo comprometían.

Pensé inmediatamente que la empresa también estaría revolucionada y lo llamé al Director General en Madrid , éste me confirmó que ya estaba enterado de todo y había procedido a nombrar a otro Directivo a cargo, amén de confeccionar un Comunicado de Prensa para deslindar responsabilidades.  Por ese lado me quedaba tranquilo aunque no me afectaba demasiado.

Corté con el de Madrid y no la llamé a Rosario , pasaría a verla cuando regresara a San Sebastián , imaginé que en ese momento tendría la casa llena de policías y yo no iba a meter la cabeza en la boca del lobo para que me cosieran a preguntas tratando de averiguar si conocía o no al “fulano” .  No había forma de relacionarme y yo no les iba a dar ninguna posibilidad de hacerlo.

Ya se había hecho de noche y me cambié para salir y ver como venía la mano con la “fauna” nocturna, además volví a pensar en el culo de Rosario y tenía ganas de ponerla, que mejor que tratar de ver si había “pique” con las locales.  Consulté sobre qué lugar se podría ir para tomar una copa tranquilo y me recomendaron uno que quedaba en la Calle Mayor, a escasos doscientos metros del hotel, de paso me preguntaron si cenaría en el hotel y al ver que, en una pantalla grande y plana de un televisor colocado en el restaurant, estaban pasando las noticias de lo acontecido en Burgos , me ubiqué cerca de ésta y me dispuse a cenar allí.

Acicateados por la Prensa las autoridades Policiales y Judiciales habían actuado con celeridad y habían hecho detenciones a lo largo de todo el día, no sólo la de los comerciantes que yo había visto en la lista sino también la de varias personas más, entre ellos al cura y a varios integrantes de la iglesia de la zona que, aunque no pertenecieran directamente a ella, eran de los denominados “ayudantes” o “chupacirios” .

Las cámaras mostraban el momento en que el cura era llevado detenido y según declaraciones del Fiscal de la Causa, la Curia había ordenado la no injerencia de ésta en lo que acontecía con estos involucrados.  Esto era algo lógico en lo que a lo Judicial respecta pero no dejaba de verse como una forma de “lavarse las manos” .

No dejaba de causarme gracia porque, en apariencia, todo era según el cristal con que se mirara y no exento de una determinada ideología del que hacía las declaraciones.  Demás está decir que, respecto a los curas, los detractores aprovechaban la ocasión para “apuntar todos los cañones” hacia la relación que solía haber desde los Sacerdotes para con los feligreses menores y los padres de éstos.  Esto era algo que “no me iba ni me venía” , que se rompieran los cuernos entre ellos, para mí no dejaba de ser el producto de lo que habían cosechado a lo largo de muchos años y que la Iglesia siempre se preocupó por “tapar” .

La condena social pasaba más por esto que por lo de los muertos encontrados y por lo de los secuestros, las violaciones o la trata de jovencitas que seguía los carriles normales de la Justicia propiamente dicha.  Terminé de cenar viéndola a Rosario apabullada por Periodistas en la puerta de la casa, a los que, en su ignorancia, no les podía explicar la doble vida del marido, luego me fui silbando bajito a tomarme el whisky que añoraba.  El sitio al que fui era agradable, el público era bastante heterogéneo, las mujeres eran agradables a la vista y más de una me miró, fundamentalmente por no ser habitué pero ninguna “despertó al oso” y preferí irme a dormir relativamente temprano.

Continuará…

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