El demonio de nombre extraño (50)

Luego de Italia se concretan las ganas de salir o “escaparme” solo y me surgen nuevas aventuras

“ESCAPE” - “RELIGIOSAS”.

Salió del baño con zapatos de taco alto, medias negras al muslo, un conjunto de sostén de encaje que tapaba sólo media teta y un culotte que formaba parte del conjunto. “éste lo compré para que vos lo vieras primero, ¿te gusta?” .   El cuerpo absolutamente latino de Carola aún con un par de kilos de más era embriagador, “me podés hacer un favor, date vuelta, necesito admirar tus nalgas, tu cara, tus tetas y tus piernas son admirables pero tu cola merece un renglón aparte” .  Acusó el cimbronazo y se estremeció toda pensando en que había descubierto su zona más sensible.

Se acercó a la cama para tocar el miembro que se erigía amenazador debajo de la sábana y se pasó la lengua por los labios calculando su tamaño, “esto es lo que esperé siempre” , -se repetía- y sin dejar de acariciarlo se me acercó nuevamente para besarnos casi descontroladamente, me destapé, la hice girar y me deslicé hasta alcanzar sus tetas con mi boca, areolas grandes y pezones medianos me esperaban y a ellos me dediqué con esmero.

Era otra de sus zonas más sensibles y me lo pedía casi con desesperación y no me engañó porque comenzó a moverse como electrizada y a tener contracciones sólo con el hecho de mamar sus pechos con fuerza y dedicación, que también hay que decirlo.  En su punto más alto la dejé y bajé hasta su estómago, quiso agarrarme la cabeza para que siguiera pero una mano en el pecho la hizo desistir de la idea y esperó contraída y endurecida mientras besaba su pancita bajando hasta su pubis.

Sabiendo lo que venía abrió sus piernas, flexionó las rodillas y apoyando la planta de los pies en la sábana se preparó para gozar y vaya que lo hizo, el gemido fue profundo y alto cuando la lengua tomó contacto con sus labios vaginales, un pequeño mechón de pelos en forma de triángulo coronaba en lo alto de su vagina y ano depilado y no quise esperar directamente me mandé a absorber el clítoris que se erguía desafiante.

Al hacerlo ya no fue gemido, fue un grito y temblores con movimientos descoordinados, tal que tuve que aferrarme a sus muslos para que no me desnucara, el orgasmo había sido explosivo pero no le di tiempo para una recuperación y seguí insistiendo en toda su cavidad y en el botoncito que parecía latir, “no, no, no” , -decía a viva voz- mientras sus jugos no dejaban de mojarme la cara pues mi lengua enfebrecida no daba abasto para limpiar la zona, uno o dos minutos después, moviéndose como víbora se abandonó a otro orgasmo que la hizo levantar las piernas y temblar a la par que gritaba en sordina porque sus dos manos tapaban su boca con desesperación.

Sus ojos parecían querer salirse de las órbitas y aún con los estertores que la sacudían alcanzó a balbucear, “cogeme, la puta madre, cogeme antes de que me muera” .  Le hice caso aunque lo de morirse apenas si era un decir, se notaba a las claras que quería vivir para seguir gozando de orgasmos que, según pensaba, “nunca así, ¡por Dios, qué polvos terribles!” .  Ella no varió su posición y yo volví a subir para que el glande se ubicara finalmente en su cavidad natural.  Con sus movimientos trataba de penetrarse pero la mantuve en la puerta y luego de mirarla profundamente, empujé.

La “tana-rioplatense” me había pedido mentalmente, “hasta el fondo, hacémela sentir hasta el fondo” , justamente como me gustaba y entró todo, aún a pesar de su boca abierta y sus ojos humedecidos y llenos de lágrimas, le cupo el ariete completo y no me detuve, mis entradas y salidas se aceleraron y ella con gritos, gemidos, puteadas y pedidos de más y más, entró en una sucesión de orgasmos a cual más violento y placentero, en el cuarto que conté me paré y ya no me moví, abrió los ojos como interrogando y pegado a su oreja le dije: “ponete en cuatro” .  No hizo falta decir más, también era lo que quería y tardó segundos en colocarse en posición.

“Me lo vas a hacer mierda, me lo vas a destrozar” , -pensaba- pero se colocó de rodillas y apoyó la cabeza en la almohada dejándome ese hermoso culo blanco a disposición.  Yo esperaba que me mirara con esa mirada pícara que había imaginado y me entretuve pincelando la zona sin entrar, hasta que me miró me pidió con una voz suave, “chupámelo Gonzalo , dame lengua que me enloquece” .  Algo que me gustaba horrores y mi boca primero y mi lengua convertida en un estilete después hicieron de las suyas antes su placer casi desesperado y al borde del llanto histérico.

Spezzami il culo, metti quello che vuoi" , (rompeme el culo, meté lo que quieras ahí adentro) , le salió la “tana” a la uruguaya y no la hice desear, al principio el ano pareció querer devorarse el glande pero el “pijazo” total, brutal, de una y casi violento la llevó a lanzar un “ayyyyyyy” prolongado y a clavar los dedos en la ropa de cama como si fueran garras pero sus caderas no se movieron un ápice.  Apoyaba firmemente mi pubis en sus nalgas y con una especie de sollozo me pidió que esperara un poco, así lo hice por varios segundos hasta que sola comenzó a ondular las caderas.

Después fue el acabose, no me dejaba realizar los movimientos de entradas y salidas, en cuanto quería salir ella

retrocedía y casi que me machucó el pubis a culazos, “jamás me hicieron el culo así, dame más pija, afirmate en mis caderas, reventame las tripas, ¡que pija

me estoy comiendo! y casi me la pierdo, seguí Gonzalo , seguí, ya es tuyo, lo quiero roto”.

Se enloqueció y yo sabía que de otra forma la sentiría más, por eso hice que bajara las rodillas y estirada boca abajo ya no me importaron sus gemidos,

sollozos y algún pedido de clemencia, sus orgasmos se sucedían a intervalos y machaqué su culo a placer removiendo todas sus tripas. Carola echaba

humo y se puso más loca cuando pasé mis manos bajo su cuerpo y me adueñé de sus tetas y pezones, gritaba a más no poder amortiguando sus

gritos con la almohada.

Llegó un momento en que ya no quise aguantar más y la inundé con una acabada magistral que potenció su enésimo orgasmo y la dejó tirada boca

abajo y desmadejada aunque aún tuvo tiempo para pedirme: “descorchame el culo, sacala haciendo ruido” , era la primera vez que me pedían esto y

no me hice rogar, el “plop” sonó casi tan fuerte como su grito y sola fue calmando sus temblores.  Había sido un “polvo” espectacular con una mujer

verdaderamente “de fuego” .

Luego de un rato de relax el whisky con hielo nos reanimó un poco y nos fuimos a bañar cuidando de que no se mojara el cabello, después de

enjuagarnos me besó y me pidió hacerla completa, ni siquiera me dejó contestarle y se arrodilló rápido para ponerlo a punto con la boca y comenzar

una mamada tremenda, ella sola se cogió la boca entrando hasta la garganta y sacándola impregnada de babas, fueron cinco o seis movimientos

y tomando su cabeza entré profundo para que la acabada pasara directamente por su garganta, tragó con placer mirándome con una cara de goce total.

Mientras nos vestíamos, me agradeció por todo lo que les ofrecía y me contó que era la primera vez que le “metía los cuernos” a Hugo ,

“nunca me pasó por la cabeza pero sabía que de hacerlo tenía que ser así, no creo que lo haga nuevamente pero ahora sé lo que significa el verdadero placer.

Hugo fue el primero y nunca nos privamos de nada pero esto fue el delirio total”.

La miré con seriedad y le contesté: “Espero que no se te ocurra estar experimentando con quien se te cruce y que eso arruine la relación personal y

empresarial”. “No Gonzalo quedate tranquilo, esta fue una circunstancia especial que no me puedo explicar pero que resultó maravillosa, no volverá a pasar

con otros... con otros dije porque si volvés a Italia te aseguro que no te podrás escapar”.

Lo que me decía lo corroboraba con sus pensamientos.  Después de esto, entre risas acomodó todo lo comprado en un par de bolsas para ella y

otras para la nuera y me pidió de ir a almorzar al comedor para esperarlos allí, “eso si puedo moverme con cierta comodidad porque me dejaste el culo

hecho flecos, bueno, en realidad yo quería que me lo dejaras así, me encantó, dolió lo suyo pero me encantó y mejor lo dejamos aquí porque me estoy calentando

mal de nuevo, estoy toda irritada pero sos como adictivo”.  Hablaba con total naturalidad y no pude menos que reir ante sus salidas y aún lo hacíamos

cuando salimos y bajamos en el ascensor.

Terminábamos el café cuando aparecieron todos, radiantes de felicidad porque habían podido hacer todos los trámites necesarios y, según entendían,

en una semana estarían trabajando a full, hasta se habían puesto de acuerdo con los delegados de la empresa para facilitarles el servicio a todo el

personal a precios más acomodados a sus presupuestos.  Tomamos café mientras las mujeres, después del agradecimiento de Carla, se apartaron

de nosotros para revisar las bolsas de compras dando grititos de conformidad.

Hugo me dijo que esperaba que Carola no hubiera abusado de mi generosidad, “olvidate de eso Hugo, el placer es siempre mío, mi mujer y las chicas

que viajan conmigo se ponen chochas cuando se habla de viajar porque pueden comprar a discreción, estoy como acostumbrado, eso sí, con tu mujer hice

algo que nunca hago, la acompañé a comprar y eso es matador, así que ahora me voy a dormir un rato, luego haré las valijas, alquilo un auto y partimos a

Calcata, desde allí de nuevo a España, los dejó a ustedes con todas las posibilidad para explotar”.  Padre e hijo estaban emocionados y cuando se

retiraban Hugo no pudo evitar darme un abrazo enorme que retribuí con ganas.

Luego de la siesta que me vino fenomenal y de preparar la valijas, alquilé un auto en el mismo hotel y nos fuimos los tres para Calcata , llegamos,

tras una hora y media de viaje por lugares pintorescos, como a las ocho y media de la noche y nos fuimos directamente al hostal donde estaban

hospedados, a unos setecientos metros del pueblo propiamente dicho.

Se daba justo la hora de la cena y tras el abrazo de Kande diciendo que me había extrañado se acercó Patricia para darme un abrazo enorme, no

podía parar de llorar y la dejé, resultó que, acorde a los datos que ella tenía, sus ancestros habían sido de los primeros en habitar ese pueblo que,

verdaderamente parecía de la época medieval y que después, por obligaciones gubernamentales abandonaron el lugar dispersándose.

Me contaron que en la época de los años 30’ el Gobierno italiano desalojó a todo el pueblo por el eminente peligro de derrumbe y quedó abandonado,

estaba edificado en lo alto sobre una meseta volcánica, la cosa no resultó así, no hubo tal derrumbe y después de muchos años fue vuelto a habitar

por los llamados “hippies” que descubrieron el lugar y se hicieron “dueños” de él.  Poco a poco se convirtió en un gran centro cultural y turístico.

La emoción de Patricia estaba dada porque uno de los recordatorios a los fundadores de ese lugar mediaval hacía hincapié en su apellido.

Le pregunté si había posibilidades de acceder a algunos documentos que más que seguro estarían en el edificio de la Comuna y me dijo que no era

necesario, ella ya tenía lo suficiente en fotos y recuerdos para mostrarles a sus familiares aunque las emociones que había vivido no podría relatarlas,

Kaila también estaba emocionada y me abrazó para darme un gracias muy sentido en mi oído.  Al margen de todo, esto la africana me miraba con

ternura pero sus pensamientos me hacían saber que una “guerra-amistosa” se llevaría a cabo no bien nos retiráramos a las habitaciones y debía

reconocer que, aún habiendo miles, era la única que me “movía la estantería” .

Al retirarnos a descansar, bueno, algunos sólo fuimos a las habitaciones, lo de “descansar” es un decir.  No bien ingresamos la “pantera” se ocupó de

desnudarme mientras me besaba, me acariciaba y trataba de contarme las experiencias del día en ese pueblo tan pintoresco pero como siempre dije

que el arte de la seducción y el erotismo bien entendido es innato de la mujer, no tuvo mejor idea que contarme todo mientras se sacaba la ropa

dándome la espalda y agacharse frente a mí al bajarse el jeans elastizado sin flexionar las rodillas hizo que se me olvidaran muchas de las cosas que

me contaba.

Entre “pitos, flautas y otras menudencias” , no nos dormimos, nos “desmayamos” como a las dos de la mañana y como pensábamos regresar después de

cenar quise quedarme en la cama hasta, por lo menos, las diez de la mañana...  Iluso total, habían quedado en dar una última vuelta por el pueblo

caminando en grupo y fuimos todos.  Como sea disfruté de esa caminata y de la alegría que manifestaban todos por encontrarse allí pero, por

momentos, me vi envuelto en imaginaciones trasladándome a las carencias y a la simpleza de la gente de esa época aunque nunca podría hacerme

una idea cabal y preferí dejarlo allí.

Después del almuerzo ocupamos la tarde en recorrer los alrededores del pueblo, asombrándonos del lugar en que el pueblo estaba enclavado y

pensando cuan difícil debía ser el acceso en su época, tras la cena, emprendimos la vuelta, la tripulación ya se había marchado para hacer el plan de

vuelo dejando aclarado que dejaríamos pasajeros y seguíamos para Vigo .

Tocaba volver a España pero esta vez directamente al Aeropuerto de San Sebastián que, según leí se encontraba en el Municipio de Fuenterrabía en

la provincia de Guipúzcoa , la cual es una de las tres provincias que conforman la Comunidad Autónoma del País Vasco con San Sebastián como capital

y ciudad más poblada.

Nos quedaban unas ocho horas de vuelo y pensaba dormirme todo.  Apenas era medianoche cuando nos despedíamos de Roma y le avisé a Gustavo

que la espera en Vigo sería de más o menos tres horas, quizás menos, me contestó que no había problemas, ellos se quedarían en las inmediaciones

del aeropuerto o en el mismo avión.

A poco de despegar nos reunimos con Kande , Cielo , Gisela y Miguel para que tomaran conocimiento de lo que pensaba hacer en Vigo , para eso, le

pedí a las Informáticas que realizaran un dossier urgente de los directivos de esa empresa, ya que no teníamos nada respecto de ella, a Miguel le

pedí que se comunicara con gente de la empresa de Seguridad para que nos esperaran con una camioneta para nosotros tres ( Tai , Miguel y yo) y

cuatro efectivos en otra para proceder en la empresa.

Lo hizo de inmediato hablando a la central de España y el propio Director de la Agencia nos esperaría en Vigo , las chicas por su parte aprovecharían

el viaje para sacar todos los datos posibles agregando a los datos personales los datos de los inmuebles que le pertenecían a la empresa y quienes

los ocupaban. Kande me preguntó que pasaba con esa empresa, le conté que me había enterado “muy interiormente” que esa empresa existía y

Chao la había pasado por alto porque dependía de la central italiana, además me habían informado de los desfasajes que allí existían y yo iba a

aprovechar el viaje para “limpiar” un poco.

Lógicamente me preguntó si no quería que me acompañara y le pedí que se ocupara con Carlos de toda la gente, nosotros teníamos una hora y

media de vuelo entre ida y vuelta y calculaba que en unas tres horas finiquitaba todo y me volvía a pasar unos días en la playa con todos.

--  Algo que podés hacer es hablar con Iker, para que vaya consiguiendo el alojamiento y que los espere con los vehículos en San Sebastián, avisale cuantos somos y que llegaremos aproximadamente a las ocho de la mañana, yo me arreglo después para alquilar un auto y llegarme a Zarautz, creo que nos podemos quedar dos o tres días.

--Listo vida quedate tranquilo que yo me ocupo, ahora creo que se te notan las ganas de irte a dormir, prometo que hoy te dejo descansar, “flojito”, jajaja.

Me fui para la habitación del avión pensando que no había absorbido energías de nadie y Kande no sabía que Carola , “la tana de fuego” me había

dejado un poco maltrecho, algo que terminó de completar ella la noche anterior, no importaba, no era nada que una buena cama no aliviara.

Me dormí la vida, ni la escuché a Kande cuando se acostó y menos cuando se levantó para desayunar con todos, sólo me di cuenta cuando se

despidió y en momentos en que el avión decolaba nuevamente y se estabilizaba, me levanté para bañarme y cambiarme con un excelente traje que

ya había preparado Carlos .

En el aeropuerto de Vigo nos estaban esperando gente de la empresa de Seguridad con el Director de España a la cabeza quien se presentó de

forma muy deferente haciéndome saber que se encontraba a mi disposición, lo saludé en el mismo tono y rápidamente lo puse al tanto de lo que

venía a hacer, le pedí que, mientras yo miraba el ingreso a la empresa, él debía ponerse en contacto con la gente de Seguridad para que no

interviniera en favor de los Directivos expulsados, “con eso nos evitamos problemas y no tendré que despedir a ningún desubicado” , -le dije-, ya a esta

altura la fama me precedía y no puso absolutamente ninguna objeción.

El trayecto hasta la empresa que se encontraba en el centro de la ciudad nos insumió unos diez minutos y pude observar que era una ciudad bellísima

a la que me hubiese gustado conocer mejor.  La empresa, como casi todas las que recorrí, tenía un hall a todo lujo y un gran movimiento de personas

en su interior, ya le había pedido a Miguel que se identificara él como Abogado en representación de la empresa madre, que no me nombrara a mí y

pidiera hablar con el Director General.  Así lo hizo en el mostrador de informes y luego de la comunicación telefónica pidieron que nos acompañaran a

las oficinas del Directivo.

Subí con Miguel , Taí y el Director de la empresa de Seguridad junto a un hombre de su confianza.  Nos atendió una rubia como de treinta años, de

excelente buen ver y en un escritorio a su lado se encontraba una castaña que fisicamente no tenía nada que envidiarle a la primera, imaginé

enseguida que eran Emilce y Laura , las secretarias preferidas y mantenidas del Director General.  Nos pidió que tomáramos asiento que cuando se

desocupara nos atendería, el Director General de Seguridad amagó con decir algo y una seña mía lo frenó de golpe, nos sentamos en sillones ubicados

al efecto y esperamos hablando de bueyes perdidos.

En realidad no tan perdidos porque aproveché para preguntarle al Directivo de Seguridad como andaba la marcha de la empresa, lo saqué de los

pensamientos al preguntarle porque por la cabeza le pasaba, “de acuerdo a lo que sé, me parece que hoy va a haber una limpieza general en esta empresa y

sin contemplaciones”, luego comenzó a desgranar los logros de la filial en España y después de escucharlo le contesté señalándole mi celular,

“es indudable que no me esconde ninguna, de hecho tengo aquí los resultados de su gestión y no tengo menos que felicitarlo por ello” .  El hombre se

puso ancho de orgullo y me giré para atender a la secretaria que le hablaba a Miguel .

“Señor, creo que hoy va a ser imposible que sean atendidos porque el Director tiene unas reuniones urgentes que atender” , allí se pudrió todo porque cuando me paré yo para contestarle entró Pilar y se quedó parada en la puerta mirándome, tuvo una pequeña duda pero de inmediato preguntó…

--¿ Gonzalo ?, ¿qué hacéis aquí?

--  Hola Pilar, andaba de paseo y me llegué hasta aquí para hacer realidad la adivinación respecto a que tus jefes durarían poco en sus cargos.

--¿Qué está diciendo señor y tu menos confianza Pilar , dedícate a lo tuyo que la secretaria soy yo, ¿quién es usted señor?, -preguntó desafiante y alzando la voz la rubia-.

--  Dejame adivinar, vos debés ser Emilce y quien está a tu lado Laura, ¿no?, pues bien, yo soy el Presidente de la multinacional y quiero que sepan que ambas están despedidas, las quiero fuera de la empresa ya, además dejen sus autos en el estacionamiento de la empresa y tienen un día para desalojar los departamentos que ocupan, todo es propiedad de la empresa y ustedes no tienen porque conducir esos autos ni vivir allí.

--Usted no puede hacer eso.

--  Si que puedo, retiren sólo lo que sea de uso personal y van a ser acompañadas a la calle por el personal de Seguridad, no tengo más nada que hablar con ustedes.  Pilar(se había sentado y tenía la boca abierta del asombro)espabilá un poco y reunime al personal directivo restante, menos el Director General y su hijo ellos ya han “renunciado” a la empresa .  -A pesar de la sorpresasalió corriendo a cumplir con lo pedido- .

--¿Qué es lo que sucede aquí, quiénes son ustedes? , -preguntó furioso el recién “renunciado” Director saliendo de su oficina-.

--  Al fin lo conozco, soy Gonzalo XXXX y le comunico que usted a “renunciado” a la empresa, retire sólo sus cosas personales y será acompañado por el personal de Seguridad a la calle.

El pobre idiota amagó, sólo amagó a venirse encima de mí y Tai lo golpeó en el pecho con la palma abierta de su mano y lo desparramó por el piso.

--  Tai, acompañalo a la oficina y que retire sólo el celular, las llaves del auto y la ropa que tenga, después acompañalo hasta la puerta.  Otra cosa más señor, tiene dos días para mudarse de la casa que es de la empresa, vencido ese plazo será desalojado por la fuerza.(Dirigiéndome al Director de Seguridad) , usted, por favor, haga lo mismo con el Director de Administración que es sobrino de este señor, no hay “tu tía” y no admito reclamos, que los Abogados se encarguen.**

Las secretarias gritaban e insultaban y sin mirarlas les hice señas a dos personas de Seguridad para que las sacaran, salieron de allí poco menos que flotando porque las tomaron de los brazos y ya no hubo forma de resistirse.  Le pedí a Miguel que llamara a los Abogados de la empresa para finiquitar todo este problema, luego entré a la oficina del “renunciado” a esperar a Pilar, pedí que primero entrara ella sola.  Entró a la oficina con cara de susto, le indiqué que se sentara en el sillón y le hablé:

-- No me interrumpas, lo de Italia, lo que pasó en Roma se queda en Roma, tu obligación ahora es cumplir en el nuevo cargo que vas a tener, te voy a exigir lealtad y capacidad de gestión como Directora de Administración de la empresa en Vigo y voy a poner al frente de la empresa al Subdirector General debido a tu recomendación.

--Pe, pe, pero hombre, lo de adivinar fue una mentira, ¿sabías todo de antemano? y ¿es verdad lo que me estás ofreciendo?

--  Para nada, no fue ninguna mentira, si recordás bien la adivinanza fue antes de que supiera dónde trabajabas, después até cabos y mandé a mi equipo a investigar las actividades de este tipo y de la familia, te aseguro que hay como para hacer un libro con las tropelías de estos dos.

--  Contestando tu última pregunta, sí, es verdad, tendrás que hacerte cargo de la Dirección y elegir a quienes te van a rodear, ¡ojo!, a “cara de perro” porque no quiero errores ni trepadores, aparte de todo, estás muy bonita hoy, haceme un favor, fijate si ya llegaron todos y pasen que quiero hablar con ustedes.

Estaba anonadada, no sabía si darme las gracias por el piropo o avisarle a los que esperaban, a lo único que atinó fue a besarme la mejilla y darme las gracias luego fue a pedirles que pasaran.  El Subdirector me gustó, era un hombre joven, de unos cuarenta y cinco años, me presenté con él y le dije que pasaría a ser el Director General con todas las prerrogativas del cargo, le hice saber que él era recomendado por Pilar y que yo tenía una relación de amistad con ella, además le expliqué algunas cosas más…

--  Usted aquí es el que manda en mi nombre, la Dirección de Administración será ejercida por Pilar y la de Recursos Humanos seguirá con el actual Director.  No quiero despidos injustificados pero tampoco quiero a inoperantes, sé por los estudios que mandé a realizar que la empresa puede funcionar muy bien sin despedir gente, en treinta días me hará llegar a mí o al Estudio Jurídico un balance de gestión que detalle los gastos que no eran inherentes a la empresa, todos ellos y creo que me comprenden lo que quiero decir.

--  Cualquier anomalía detectada será motivo de denuncia penal y no hay excusas que valgan con esto, ustedes señores Abogados ya saben que yo no soy de “medias tintas”.  Respecto a la Seguridad, bajo ningún punto de vista pueden los renunciados o despedidos ingresar a la empresa, que reclamen por medio de Abogados, consigan técnicos de informática y quiero un detalle, rastreo y control exhaustivo de todos los discos rígidos.

-- Gonzalo , perdón, señor Gonzalo

--  Pilar, vos podés seguir llamándome Gonzalo, no hay problemas con ello, ¿qué dudas tenés?

--¿Nos tenemos que hacer cargo ya de las Direcciones?

--  Por supuesto mujer, los Abogados van a hacer ahora las actas correspondientes y ya quedan a cargo, reitero, con todas las facultades que eso implica, salvo el uso de los bienes inmuebles de la empresa que eran usados por los que ya no están, esos bienes serán vendidos a la brevedad y de eso se encargarán los Abogados del Estudio Jurídico.

Luego de que se hicieron todos los papeles correspondientes firmé los cambios pertinentes, lo dejé al Director General para que se ocupara de su nuevo cargo, me despedí de los Abogados y del Director de la empresa de Seguridad española y le dije a Pilar que la acompañaría a sus nuevas oficinas, porque quería conocer a la gente que la rodeaba y aprovechar para tomar algo porque nadie me había convidado nada desde que estaba allí.

Miguel y Tai se quedaron en ese piso y yo me fui con la gallega que estaba en el aire, nos fuimos a su nuevo despacho, en el lugar estaban todos alborotados y dentro de la oficina del Director había whisky, me tenté pero pedí un café.  En el piso había dos secretarias y seis empleadas más, todas mujeres y una más linda que la otra, Pilar , por costumbre fue a la cocina a prepararme un café y yo me quedé en el marco de la puerta observando y “escuchando” a las empleadas.

Una de ellas, rubia de unos cuarenta años, intrigada pero atenta a su trabajo pues no la “enganché” pensando mal de todo lo que parecía rodearla, se acercó a preguntarme quién era yo y si sabía que había pasado en la Dirección.

--  Mi nombre es Gonzalo XXXX y soy el Presidente de la empresa y ya les va a llegar el memo avisando que Pilar es la nueva Directora de Administración, vos sos Blanca, ¿no?, creo que vas a mantener tu puesto porque nunca tuviste nada raro con el Director anterior y sos muy responsable en tu trabajo, luego lo consultaré con Pilar.

--Gracias señor y usted disculpe pero la Seguridad lo sacó casi a golpes al Director anterior y ninguna sabía que pasaba.

--  Ya se van a enterar bien pero muchas cosas van a cambiar acá. -Justo regresaba Pilar con el café- .  Pilar hacé que pasen de a una, voy a tener una charla con ellas y vos, con Blanca ya hablé .

Hablé con cada una de ellas y supe “escuchando” que había dos que eran amantes del hijo del dueño, de las demás no tuve nada que decir.  A Pilar le dije esto y decidió cambiarlas de oficina antes que echarlas porque eran buenas empleadas, yo las hubiese echado porque eran un riesgo y fuga de información pero le di la derecha, además le dije que viera el tema de las secretarias, para mí Blanca estaba bien pues era una de ellas pero Pilar debería decidir si seguía con las dos o no.

Luego del café y de que me dijera que ahora me tenía más ganas que antes y que ya había vuelto a estar para que “la mirara y la tocara” , nos lanzamos a reír a viva voz por esto, habida cuenta que cuando quedó en la habitación del hotel dijo que estaba para que “ni la miren ni la toquen” .  Le aseguré que ganas no me faltaban pero me esperaban en el aeropuerto para irnos hasta San Sebastián y ya habían pasado las dos horas que me había fijado para la “limpieza” en la empresa.

No me dejó ir sin antes darme un abrazo enorme y como estábamos dentro de su oficina aprovechó para “comerme la boca” con todas las ganas, beso que retribuí afirmando las palmas de mis manos en esas dos hermosas nalgas gallegas, no pudo reprimir el gemido que pareció salirle de las entrañas y me obligué a separarme, “por favor, no me falles ni te falles a vos misma” , fue lo único que le dije y me retiré luego de saludar a todas las empleadas. Tai y Miguel me esperaban en el hall central y desde allí salimos para el aeropuerto dejando atrás otra empresa encaminada y “purificada” .

De camino le avisamos a Gustavo y no tardamos nada en ponernos rumbo a la costa vasca.  Unos cincuenta minutos después estábamos en el coqueto aeropuerto de los Países Vascos y rápidamente activamos el alquiler de dos autos, uno para nosotros y otro para los chicos de la tripulación, los esperamos un rato por el tema de la tramitación y luego salimos los dos juntos desde la hermosa ciudad turística bañada por las aguas del marCantábrico hacia Zarautz , a las tierras de Iker y a tratar de recorrer gran parte de la Provincia de Guipúzcoa .

Desde el auto le hablé a Kande y nos dijo dónde nos esperaban, ella y yo, Kaila y Patricia , Graciela y Cynthia , Virginia y Rocío y Maylín y Tai teníamos habitaciones en el hostal de los padres de Iker.  Carlos , Miguel y Andrey se alojaban en otro hostal a apenas ochenta metros de éste, conjuntamente con las azafatas y las Informáticas, más Gustavo y Sergio .  Todos juntos no se habían podido conseguir, esto más que nada porque Iker quería que estuviéramos en la casa de los padres, que dicho sea de paso nos recibieron y atendieron como si fuéramos hijos.

Allí en Zarautz , guiados por el custodio vasco nos dedicamos a recorrer sus calles y sus bellezas naturales, su puerto, sus playas y los distintos barrios a cual más bello.  Disfrutamos con Kande , en realidad con todos, de la conjunción de mar, playa, ciudad moderna de calles ordenadas y edificios no tan altos y luego de éstos la vista que se extiende hacia una parte de llanura que poco a poco se estira hacia el Cielo con una conjunción maravillosa de sierras chicas y otras más grandes convertidas casi en montañas, toda una colección de postales espectaculares que sólo puede atesorar la retina pues no hay foto que alcance a detallar la belleza de los lugares.

La atención y predisposición de la gente de los lugares que recorríamos se contradecía con las noticias de “Separatismos” y otras propagandas utilizadas a conveniencia políticas de pocos.  Es verdad que el idioma tan especial que tienen se “mete” en medio de todo diálogo o conversación pero es muy respetable porque forma parte de su cultura y de su esencia, a mí, no me costaba entenderlo porque me ayudaban “interiormente” y cuando alguno del grupo no entendía, siempre estaba Iker atento para la traducción.

Las caminatas, los recorridos, la atención brindada por los lugareños, la degustación de manjares de la zona y la vitalidad del vasco para llevarnos de un lado al otro, feliz y excitado por dar a conocer lugares de su terruño, la primer tarde y el día posterior, nos agotó, nos dejó “para la cama” y sin ningún tipo de idea sexual de por medio, apenas si había ganas de cenar pero... con Kande la cosa era especial.

Para la mañana del tercer día, renacieron fuerte esas ganas que me asaltaban de apartarme de todos, tenía decidido un cambio de planes un tanto brusco pero nadie podía discutir mis pedidos, apenas si lo intentó Kande , casi como por inercia aunque aceptó enseguida mis planes, me conocía muy bien y sabía junto con Tai que no había peligros que yo no pudiera solventar, por las mías o “ayudado” .

En el desayuno les dije a todos que cuando se cansaran de las playas o de recorrer todo lo que pudieran en dos o tres días, emprendieran la vuelta al aeropuerto de San Sebastián sin mi compañía, que estaríamos comunicados por el celular satelital.  Yo alquilaría un buen vehículo y me lanzaría a recorrer algunos pueblos, ciudades y lugares de España , había mucha Historia antigua que impregnaba a todo ese país y quería disfrutarla a solas porque podía y porque se me antojaba, mi mujer, como era lógico en ella, no dijo ni pio, tampoco pensó nada en contrario.

Alquilé una hermosa camioneta último modelo y me lancé a recorrer, enfilé volviendo para el lado de Madrid , había 400 y pico de kilómetros para llegar allí y montones de bifurcaciones a distintos pueblos y localidades donde me tomé mi tiempo para recorrer y disfrutar de lugares medievales y de pueblos que sólo había visto en fotos turísticas, ni sé los nombres de las localidades en que me metí.

En un momento el almuerzo lo tomé en una auténtica fonda con vino casero que ni siquiera sabía que era de la región, me tentó y me dejó para el “arrastre” , algo que tuve que solucionar saliendo de la carretera y durmiendo la mona un par de horas debajo de unos árboles acogedores.  Me reía solo, el tipo medido con el alcohol o al cual no lo afectaba tanto, había caído derrotado por un par de vasos con vino “patero” , ni contar las bromas que me tuve que aguantar de mi “morador” .

Llegué a Burgos cuando comenzaba a anochecer y busqué alojamiento en el mejor hotel que encontré, siempre hay uno de lo mejor cuando en el lugar se explota el turismo y con Euros para gastar sin límites se abren todas las posibilidades.  Ya alojado me di un regio baño que me recompuso totalmente, me cambié con ropas en que se notaba la calidad, me puse zapatos que combinaban con la indumentaria y salí a caminar buscando un buen restaurant para cenar pues no me apetecía quedarme encerrado en el hotel ni tampoco movilizarme en el vehículo.

Mis pasos me llevaron a la que supe era la Parroquia San Esteban , una edificación maravillosa, completamente iluminada y de un estilo gótico, imposible de realizar hoy en día.  Estaba obnubilado y maravillado contemplando esa edificación y no me percaté que salía gente de una misa, creo que debía ser la última de la noche porque eran cerca de las 21,30 horas.  Sin darme cuenta retrocedí y golpeé con mi cuerpo el costado del cuerpo de una mujer, ésta perdió el pie al momento en que bajaba un pequeño escalón y se torció el tobillo, no dio con toda su humanidad por el piso porque giré con celeridad y alcancé a sostenerla con mis brazos antes de que tocara el suelo.

Por una décima de segundos la mujer, de unos 45 años, cabello semi recogido de color castaño claro, ojos vivaces de color indefinido, de rostro y boca agradable y un cuerpo repleto de curvas que no vi pero que mis brazos parecieron absorber, me miró intensamente y pensó sin tapujos: ¡Dios mío, que agradable se siente estar rodeada de unos brazos de hombre joven y guapo! Esto duró apenas segundos y se soltó amagando un enojo que no era tal porque enseguida se sonrió.

A su lado capté los pensamientos y las vibraciones mentales entremezcladas de disconformidad y diversión de la que supe era la hija: “Mírala a mi madre, abrazada con otro hombre que aparte de estar guapo y chulo recibe sus sonrisas, por lo menos es más mirable y deseable que el idiota del Cura” .  Cuando miré a la hija, me tembló un poco el piso, eso entendiendo que debería estar acostumbrado porque las bellezas de mujeres que me rodeaban todos los días eran para enmarcarlas en murales.

Sin embargo, la jovencita de cabello castaño largo, lacio que le caía a los costados de su cara, tenía un rostro oval hermoso, boca de labios, ni muy gruesos ni muy finos pero tremendamente apetecibles y una marca como un hoyuelo en la comisura izquierda de su boca que se marcaba con su sonrisa, la hacían más deseable aún, su cuerpo era estilizado pero vestida de jeans elastizados denunciaba curvas muy bien puestas y la campera desabrochada hacía notar un par de tetas a las que no pude definir en tamaño pero, como siempre decía, “de las que te llenan de placer la palma de la mano”.

Hasta allí era una hermosa mujer digna de admirar, el tema fue cuando fijé mi mirada en sus ojos, grandes, grises y profundamente “decidores” , posiblemente serían de color cambiante y ya todo el conjunto despertó en gran parte a mi instinto animal y creo que hasta el Espíritu del oso se conmovió.  Eran ojos de una pantera a punto de saltar, bien para atacarte y destruirte o bien para recibir y entregar caricias de felino.

Me disculpé rápidamente con la señora y les comenté que había retrocedido admirado por la arquitectura del edificio y había chocado con ella sin darme cuenta.  La señora se sonrió pensando: “no es de acá” y me presenté con mi nombre, la madre respondió que ella era Rosario y la hija se llamaba Sonja, me extrañó el nombre de origen ruso pero no dije nada. Sonja , aunque un poco reticente para largarse a hablar, me dijo que era agradable pero le causaba gracia mi acento, allí fue cuando le dije que era argentino y que me sentía pésimo por el mal rato que les había hecho pasar.

Rosario pensó de inmediato: “Ojalá todos los ratos fueran tan malos como este, se siente muy bien estar a su lado, no debo, no debo aunque me gustaría que me siguiera abrazando” , Sonja , por el contrario, fue más directa con sus pensamientos, “Cristo santo te mira y te hace desear sentirte una hembra desatada, me mojo toda, nunca me pasó algo así” .  Todo esto pasó muy rápido y al movernos de lugar Rosario acusó un pinchazo en el tobillo que la hizo apoyarse en el hombro de la hija.

De inmediato me puse en cuclillas y le pedí permiso para verle el tobillo, se puso de todos colores diciendo: “por favor, no corresponde” pero, en definitiva, no se animó a negarse y, apoyando el pie con el zapato de taco mediano en mi muslo, me dejó tocarla en la zona afectada, no era prácticamente nada y unos masajes aplicados con los pulgares pronto eliminaron el bultito que se había formado al encimarse dos ligamentos chicos.

“Qué mal rato le estoy haciendo pasar hombre y encima le ensucio todo el pantalón”, decía apesadumbrada aunque de la boca para afuera, mientras tanto se apoyaba en la hija y se quejaba en voz baja, sólo por quejarse porque el dolor no era significativo y porque pensaba, “me gusta, me gusta que me esté tocando, es distinto, parece como que un calor extraño me sube por toda la pierna, ¡Dios no lo permita, me estoy excitando!, mi marido no está y es una pena que mi hija esté rondando, que si no...  ¡Ayy me desconozco!, ¿qué estoy pensando?” .

El aroma de las dos hembras excitadas parecía clavarse en lo profundo de mi nariz y ni quise “escuchar” lo que pensaba la hija porque su mirada de pantera decididamente había cambiado a la de felino mimoso. “Me ha dejado como nueva, ya no me duele nada, ¿no se me ocurre como podemos pagarle tanta gentileza” , decía y a la vez pensaba: “por favor, no se vaya, no se vaya” coincidiendo por primera vez con el pensamiento de la hija que en todo momento pareció fastidiada con la conversación que la madre mantenía conmigo, no porque era conmigo, sino porque querría ser ella la que lo hiciera.

Yo me trataba de limpiar en poco el pantalón pero quedó una pequeña mancha a la que no le di importancia.  Mirándola a las dos, me decidí a hablarles:

--  Ninguna de ustedes tiene nada que pagar, desde el principio esto fue culpa mía, soy yo quien tendría que buscar de resarcirme con ambas y, como llegué hoy a la ciudad en tren de conocer y disfrutar de las bellezas de toda la zona y no conozco nada, me aprovecharía para pedirles un favor, esperando que no lo tomen a mal. -La joven no se aguantó-

--Díganos señor Gonzalo , bueno, digo, si mi madre quiere…

--Faltaba más hombre, ¿qué necesita?

Quedaron expectantes y casi, casi que dispuestas a acceder a lo que les pediría, aún sin saber lo que sería.

--  Me gustaría que me dijeran cual es el mejor restaurant de la zona para cenar y lógicamente que me acepten una invitación a compartir esa cena.

--Es que, bueno, mire, no sé si es correcto, que no está mi marido con nosotras y luego la gente habla por hablar.

--  Señora Rosario, Sonja, disculpen si las ofendo pero si es por su marido, no es inconveniente, le avisa y también lo invito a cenar a él, mis intenciones son las mejores y me encanta conocer a gente nueva, vivo casi en el fin del Mundo y compartir con europeos que hablen Español me pone de parabienes.

--Lo de mi padre va a ser imposible, está en viaje de negocios en Madrid y volverá en un par de días.  Madre, nosotros íbamos a ir a cenar y estando tres personas nadie tiene porque pensar mal, anda, di que sí y podemos ir a ese restaurant nuevo tan bonito.

--Aunque mi hija se lanza a hablar sin permiso, lo que dice no me parece mala idea, -interiormente pensaba: “de paso sigo un rato más en la compañía de este hombre guapo y excitante”- .

Me preguntó si tenía movilidad y le dije que había dejado la camioneta en el hotel pero no sería inconveniente el ir a buscarla.  Explicó que no era necesario, el restaurant quedaba a unas cuatro cuadras y como ninguna de las dos conducía, se movilizaban con taxi.  Caminamos y la conversación se hizo más distendida con las dos, rumbo al restaurant comencé a contestar preguntas de toda índole, no diré cuales fueron, aunque sí que fueran las previsibles, me atosigaron las dos con sus interrogantes y yo las atosigué con las respuestas.

El lugar era maravilloso, iluminado con decoración de época y enorme, estaba todo armado en la entrada y salón principal de un castillo medieval, los tres nos quedamos atónitos mirando el lujo y la composición de todo el lugar pero aliviados porque los comensales vestían muy informales.  El maître, de riguroso frac, nos recibió en la entrada principal preguntándome si teníamos reservaciones, le respondí que no las habíamos hecho pero el billete de 100 Euros nos consiguió lugares preferenciales enseguida.

Se sentaron luego de que a ambas les acercara la silla, me agradecieron y Rosario pensaba en lo que implicaría la adicción en un lugar como este y que parecía que se estaban aprovechando de mi buena voluntad pero no era para despreciar.  En cambio Sonja pensó en que, subiendo las escaleras habría habitaciones preparadas para dar rienda suelta a cualquiera de sus gustos sexuales.

Me sorprendió este modo de pensar y se me ocurrió que eran propios de alguien con ganas de experimentar y vivir sensaciones que “latían” , desafiando a lo considerado “prohibido” , alguien que pensaba así vivía cohibido o auto marginado o “atenazado” por las enseñanzas repletas de tabúes y/o miedos inculcados y, sin ninguna duda, el tenor de mis pensamientos tenía mucho que ver con que salieran de oír misa a esas horas de la noche y quise llevar la conversación para esos terrenos.

--  Rosario, usted me dijo que se trasladaban en taxis a su casa, por lo tanto deduzco que no debe ser muy cerca, lo que me extraña es verlas salir de misa tan tarde.

--Yo soy de ir a misa todos los días y cuando Sonja no está estudiando me acompaña, hoy se dio un caso especial, no pude venir más temprano y como pensábamos salir a cenar afuera porque mi marido salió de viaje aprovechamos a oír la última misa.  ¿Usted es de ir a misa Gonzalo ?

--  No Rosario, no soy practicante, creemos en los mismos Referentes religiosos pero no soy de ir a misa, tengo una pelea íntima entablada desde hace tiempo con la Curia pero, agradecería que dejemos aquí el tema, como en el fútbol o la política siempre hay muy marcadas diferencias, yo soy más de practicar el respeto por lo que el otro piensa.

“Algo que mis padres no hacen porque están siempre pendientes de lo que hagan o digan los demás y lo peor, de lo que hago o dejo de hacer marcando las pautas que a ellos se les ocurren” -pensó Sonja con algo de inquina-.  De a poco, yo iba entendiendo algo más de todo.  La comida fue espectacular en base a carnes y ensaladas, todo regado con un vino excelente que me recomendó el maître y al que, entre los tres, le hicimos los honores.

Conversando de todo un poco, me enteré que el marido de Rosario era el Directivo más importante de una empresa subsidiaria que dependía de la empresa central con asiento en Madrid , precisamente, la que habíamos visitado hacía poco tiempo y no pude dejar de “escuchar” mentalmente un risita solapada, ¿cómo? , no sé pero siempre se las ingeniaba para que se me cruzaran personas que se relacionaban directa o indirectamente con la opulencia de mi cargo en las empresas.

En un momento dado, el vino de la zona vasca había soltado bastante la lengua de Rosario y ante el disgusto de Sonja , comentó que si su marido se enteraba que había cenado con un desconocido tan guapo en este restaurant, le iba a armar un escándalo.  Yo también me solté un poco y me dirigí a ellas con el tuteo que hasta ahora no teníamos…

--  Te hago una pregunta, ¿el desconocido guapo y el lugar te gustan?-“no sólo me gusta, me encanta y me excita”, pensó sin que asomara ningún rubor -.

--Pues sí, sin ninguna duda, no te lo voy a negar pero creo que la compañía y la excelente velada no se debe empañar con mentiras.

--  Si tu marido se llegara a enterar y se disgusta, no le mientas, dile que conociste a una persona que por circunstancia “x”, las invitó a cenar a ambas y que esa persona fue tan amable hasta para dejarte una tarjeta con sus datos,-del tarjetero saqué y le entregué la tarjeta que me identificaba como Presidente de la empresa “tal” de Madrid - .

Leyó la tarjeta, me miró a mí, luego a la hija y dijo: “pero tú, pero tú…” , no continuó se lanzó a reír con todas sus ganas, llamando incluso la atención de otros comensales.  Yo sabía porque reía, la que no sabía nada era Sonja que miraba a su madre sorprendida.  Me acerqué a la joven como para comentarle al oído el por qué de la risa de la madre, apoyé una mano en su muslo rozando con dos dedos su entrepierna y le dije: “Tengo muchas ganas de enseñarte a disfrutar de los placeres que te negás a dejar salir a flote, a cualquiera que te venga en ganas experimentar, me siento tan tuyo como quiero sentirte mía, pensá en cómo podemos hacer” .

No dijo nada, el interior de sus muslos pareció temblar pero contuvo su rubor, se sonrió como si hubiera escuchado algo referido a su madre y la miró.  Ésta le explicó a la hija que esa tarjeta era “la horma del zapato” para el padre, le expresó algo así como… “Aunque no lo creas, este señor, tan amable y considerado con nosotras, es el dueño de la empresa de que depende todo el futuro laboral de tu padre” . Sonja se sonrió y la charla se hizo más esclarecedora.  Resultó que el empedernido religioso era el padre y la mujer a su lado estaba obligada, por una educación arcaica y dependencias a demostrarse como una mujer fiel, devota y asidua concurrente a los oficios sin importar lo que ésta pensara o deseara.

Estas frustraciones que arrastraba desde siempre las trasladaba y canalizaba con la hija generando una relación de “mierda” porque no se llegaba a entender que los jóvenes actuaban de otras maneras, tenían otros intereses, sentían, necesitaban sentir distinto, estaban más cercanos a las tecnologías que te hacen conocer lo bueno y lo malo de todo lo que fue determinado por medio de escritos ancestrales.

Tampoco, estos “adultos mayores” que arrastraban frustraciones, llegaban a comprender que, los estudios que desarrollaban los jóvenes, los alejaban de hipocresías instaladas o enquistadas o de “pecados” establecidos por quienes no se animaban a vivir y a sentir, inventando “carteles acusadores” para el proceder de los otros. (¡Qué casualidad, siempre son los “otros” los que hacen las cosas mal!

Los jóvenes buscaban “vivir”, tan simple como eso, “vivir”, sin “dedos acusadores” o preconceptos que los hicieran sentirse marginados y la falta de diálogo, comprensión, entendimientos y la opresión ejercida desde chicos, sumado a las dependencias de los mayores los hacían frustrarse y sentirse mal con la vida que les tocaba y con los mayores del entorno que los rodeaban.

Ergo: sumaban y sumaban frustraciones que podían transformarse en rencores u odios o vivían temerosos buscando a quien los entendiera sin importar quienes fueran o se rebelaban para hacer su propia vida desembocando en “cagadas” , golpes, choques y sopapos por el faltante de la imprescindible educación familiar y la ignorancia de los límites para según qué, pues sabido es que limitar por limitar lleva a lastimar y lastimarse.

Rosario se “mordía” para no sacar a relucir muchas de las cuentas pendientes que tenía con su marido y para que la hija no se enterara, lo que no podía saber es que yo “escuchaba” esas “cuentas” palabra por palabra y cuando se le “escaparon” silenciosamente un par largos de lágrimas que descendía por las mejillas, hice lo mismo que con la hija aunque, en este caso, ascendí la mano acariciando desde la rodilla por el interior de su muslo, rocé la piel que continuaba de la media y acusó un estremecimiento que disimuló en forma de sollozo, de seguido toqué con dos dedos los labios vaginales empapados, a la vez que le decía al oído: “Si vos querés y te animás, yo puedo ayudarte a realizar ese montón de fantasías que no te animás a expresar, asegurándote el mejor placer y una infinita discreción” .  Tampoco dijo nada pero me miró fijo y asintió dos veces con la cabeza.

Ese momento pasó, lo que no pasó es la calentura que tenían las dos y el contagio que me provocaban con sus aromas a hembras, felizmente se incorporaron para ir al servicio las dos juntas y me dieron el respiro suficiente como para que disminuyera la erección pues, de pararme primero, no habría podido disimularla.  Aproveché para pedir la adicción y abonar la cuenta y cuando volvieron tomamos el café y les dije que quería pedirles algo más, me autorizaron a que lo hiciera y pedí llevarlas a la casa en mi camioneta, no me podía permitir que fueran solas, me harían sentir mal.  Accedieron a esto y nos fuimos caminando hasta el hotel, ahora sí, tomadas una de cada brazo.  No quisieron entrar a tomar algo en el bar y fuimos los tres hasta el estacionamiento.

La camioneta les encantó y a mí la casa, un chalet muy bonito, estaba en un barrio residencial, seguramente con parque y piscina, las dejé, esperé a que entraran y me retiré silenciosamente.  Volví al hotel y ni siquiera quise bañarme, apenas si pude sacarme la ropa y la cama me recibió con todo su cariño, lo último que me pregunté antes de dormirme es, “ ¿quién de las dos me llamaría primero?” , porque si de algo estaba seguro es de que llamarían.

Continuará…

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