El demonio de nombre extraño (5)

Se conforma el equipo que me acompañara por mucho tiempo. Dejo que otro conozca uno de mis “secretos” y Zulma sabe ocupar su lugar.

CUSTODIA DE ELITE - EQUIPO DE INFORMÁTICA.

Eran apenas pasadas las 16,30 horas y tendríamos que estar en el edificio antes de las 18.00 horas, había tiempo de sobra como para estar corriendo, le dije a Tai que moderara la marcha que teníamos tiempo y de pasó aproveché a estudiar los curriculum de los que conformarían el equipo, ellas y ellos eran o podían ser mortales, ninguno pasaba los 32 años, dominaban cualquier tipo de armas y explosivos, eran bastante duchos en el manejo de equipos variados de Informática, ninguno bajaba de un sexto Dan en Artes Marciales como el Sipalki , Ninjutsu y el mortífero Krav Magá que utilizaban las Fuerzas Especiales y Organismos de Seguridad de Israel.  La altura de las dos mujeres oscilaba en el metro setenta y cinco centímetros, la Israelí morocha de tez no tan blanca y cabello largo y liso a mitad de la espalda y la africana completamente negra con el cabello muy corto con pequeños rulos.

Los hombres mostraban una estructura física similar cercana al metro con noventa centímetros y variaban en el color del cabello o el corte de sus rostros, todos ellos habían prestado servicios para sus respectivos países y al término renunciaron para ganar dinero como custodios o mercenarios, se encontraron con que la suya era demasiada capacidad para lidiar con sus compañeros y se les pagaba muy poco para lo que rendían, además, se dieron cuenta que esos trabajos no abundaban, cualquier Dictador de cuarta prefería la abundancia y el “bulto” a la eficiencia y contratar a uno sólo de ellos implicaba no tener a veinte hombres más a su servicio.

Lo que decía el curriculum de cada uno era más que cierto, cualquiera en ese ambiente descubriría si había falencia en los datos y las entrevistas que les iba a hacer eran para descubrir lo que pensaban de mí o de trabajar en grupo sin nada más que un sólo jefe que ordenaba y/o la lealtad que pondrían de manifiesto, en fin, yo tenía métodos que todos ignoraban.

Al acercarnos al edificio se me ocurrió pensar que este tipo de personas no existen como reales en el imaginario popular, son propios de películas de acción y de espionaje y así lo pensaba yo también hacía casi una semana atrás pero están, sin dudas que están y se mueven en un círculo de Poder y dinero que no es para nada popular.  Cuando el automóvil encaró a las puertas del garaje para entrar un efectivo de custodia se plantó con un arma larga delante del vehículo pidiendo que nos identificáramos, podía haber procedido de otra manera pero seguramente había recibido órdenes al respecto y esta clase de inoperancia yo no la toleraba.

Iba a saltar y me propuse actuar de otra manera, mientras el conductor trataba de hacerse entender yo ni me asomé y lo llamé al Doctor Chao diciéndole entre risas que no me dejaban entrar a mi edificio.  Se armó un revuelo total, aparecieron disculpas y genuflexiones, yo ni me asomé por la ventanilla del auto pero tuve claro que, en adelante, no podríamos operar allí y, por otro lado, ¿cuáles eran las funciones que cumplía ese edificio de veinte pisos en el que se ocupaban sólo los dos últimos? , no tenía sentido mantenerlo, era otra de las cosas que me propuse averiguar porque se me hacía que allí había algo raro.

Al entrar en el loft estaba el Doctor Chao acompañado de los cinco hombres y las dos mujeres, los saludé, los presenté con Tai , todos me miraron evaluándome y les dije que pasaríamos enseguida a realizar las entrevistas, previo la entrega de los traductores, comenté que ya conocía el dossier de cada uno pero quería evaluarlos por lo que conversáramos entre nosotros, se sonrieron y accedieron de buena gana a esto.

Mi “detector de mentiras personal” funcionó a las mil maravillas, con preguntas concisas y concretas, por más que respondieran de forma escueta y parca sus pensamientos iban por libres y yo los captaba para enterarme de más cosas que las que me decían.  El tema era sencillo, lealtad para conmigo y para el grupo al 100% y acatamiento sin discusiones, había que trabajar en grupo sin que ninguno mandara más que el otro porque cada uno sabía cómo debía operar en tal o cual circunstancia, les aclaré que Tai era uno más pero por motivos que no venían al caso explicar, gozaba de otro tipo de confianza conmigo.

Cuando terminé de conversar con el ruso, de nombre Andrey , los reuní a todos diciendo que estaba conforme con el equipo, salvo con uno de los posibles integrantes, les hice saber que yo sabía lo que debía hacer al respecto pero los iba a dejar a ellos para que decidieran.  El mexicano de nombre Roberto preguntó quién era y que me había molestado, le contesté lo siguiente:

-Hagamos un ejercicio de grupo, supongamos que algunos de ustedes, a sabiendas de esta entrevista, es contratado para espiar todos mis movimientos pero todavía no tiene nada que informar porque no ha empezado a trabajar, ¿qué le harían ustedes? y ¿qué le podría pasar a este informante frustrado si se entera el que lo contrató que ha sido descubierto? -El americano de nombre Danny , tomó la posta-.

-Si todavía no comenzamos a trabajar y aclara todo tendría una oportunidad porque lo tomaríamos como un trabajo que tomó por si las dudas, si ya estuviésemos trabajando y lo descubrimos tiene que ser eliminado sin vueltas.  Habría que llevarlo a votación pero creo que si se blanquea hay que contemplarlo y además evitar que lo maten porque el que lo contrató, al verse descubierto buscará de eliminarlo.

-Me parece un buen razonamiento, yo tengo que buscarles alojamiento y también voy a pedirles que me hagan una lista de armamentos y otras cosas que pueden necesitar, mientras tanto conversen y vemos si sale a la luz a quien contrató Svechenko, el Presidente en ejercicio de la empresa rusa para que me espiara, sí, no se sorprendan, sé que se reunió anoche en el departamento de una amante del ruso, jajaja, tengo poderes telepáticos, lo que decidan estará bien para mí.

Nos fuimos al despacho con el Doctor Chao , me dijo que cualquier arma legal, la que fuera, podría comprarse sin problemas por medio de la empresa de Seguridad, para otro tipo de armas también había un vendedor y que, en el estacionamiento del edificio, estaban a disposición tres camionetas blindadas 0 Km para que las usáramos ya, además armamento liviano pistolas Glock calibre 40 de última generación en varios modelos con mira y guía laser y pistolas ametralladoras UZI , cada una con diez cargadores completos junto a equipos de supervivencia y chalecos de Kevlar que parecían camisetas, apenas un poco más gruesas que las comunes.

Respecto al alojamiento, les había destinado provisoriamente cuatro departamentos en distintos pisos, allí me enteré que estaban todos amueblados.  Ante esto le comenté las dudas sobre el edificio pues quería saber para qué se utilizaba en realidad y opiné que teníamos que buscar otro inmueble para uso exclusivo de nosotros.  Nos interrumpieron desde la guardia de Seguridad para avisar que una señorita, de nombre Cielo , buscaba al Doctor Chao y éste me comentó que era la Hacker o Técnica en Informática.

El Abogado la fue a buscar y subió con ella haciéndola pasar directamente a mi despacho, cuando entró me tuve que esforzar para mantener mi cara de póker porque era una belleza de las que se encuentran sólo en tapas de revistas, de hecho ese era su trabajo actual.  Tenía 26 años, estudios terciarios brillantes y una Maestría en Informática, una genia pero el modelaje le redituaba más.

Rubia, de ojos verdaderamente de color cielo con pestañas naturales larguísimas, una boca de labios intermedios que califiqué de “pecadora” , el cabello lacio le caía como cascada y desde la nuca a los pies el cuerpo estaba plagado de curvas, de las mejores curvas.  No usaba maquillaje, no lo necesitaba y su altura andaría en el metro setenta y dos centímetros.  Me sonreí para mí porque pensaba que había sido citada para tratar de “llevarla al huerto” y había quedado con una amiga para avisarle si corría peligro o no.  Una tontería pero a ella le daba cierta seguridad.

La posibilidad del trabajo le interesó, lo encontraba excitante, estaba afuera del sistema del Gobierno y con la posibilidad de viajar a distintos países, el sueldo cuadruplicaba sus ingresos y eventualmente podría hacer algunos trabajos de fotografía modelando.  Cuando le hablé de que podría adquirir los equipos necesarios de última generación, fue el súmmum y se entusiasmó sobremanera con esto pero ahora me tocaba sorprenderla a mí, le dije que aflojara con el entusiasmo y que hiciera una llamada telefónica para que nadie se preocupara, me miró asombrada y llamó a la amiga para decirle que estaba todo bien, luego de esto me volvió a mirar como interrogándome y le dije: “es magia” .

En definitiva y como la amiga también era una especie de discípula de ella en la parte de Informática le pregunté si tenía algún problema en llamarla para que subiera, que las iba a dejar un rato a las dos con Raúl , el chico que la había recomendado, para que confeccionara una lista con los equipos que necesitaría y lo que necesitaríamos los custodios y yo, después las invitaba a cenar a las dos.  Aceptó encantada y pensó, “le tengo que decir a Gisela que se comporte porque cuando lo vea a Gonzalo esta hija de puta se lo va a querer transar” .

Regresé a la reunión de los custodios y, en apariencia, la cosa estaba muy tranquila, resultó que apenas yo me había ido, el croata, de nombre Blago , se había parado y les había dicho a todos que no se gastaran en pensar, que el tipo contratado para espiar era él.  Le había interesado el dinero pero además ese tipo Svechenko no sólo era Presidente de esa empresa era uno de los jefes de la mafia rusa con asiento en el propio Moscú y había que tener mucho respaldo para decirle que no.

Entendió que, después de lo que yo había dicho, lo habían delatado y sabía que había perdido de los dos lados, que ya estaba “marcado” y era una pena porque se había dado cuenta que en este grupo estaban los mejores.  Con las reticencias de la israelí, de nombre Kaila y del vasco, de nombre Iker , votaron para darle una oportunidad en el grupo pero quedaba todo supeditado a lo que yo decidiera.  Yo sabía, por lo que el croata pensaba que iba a poner su vida en nuestras manos, que sería leal y subordinado y decidí contarlo entre nosotros.  La africana, de nombre Siara , no hablaba pero pensaba que a la primera duda no titubearía para sacarlo del juego, el croata también lo sabía y lo esperaba de todos.

Solucionado este inconveniente, se determinaron otras pautas de trabajo y dejé librado a ellos los turnos de francos de servicios porque yo me iba a mover con sólo cuatro custodios por día.  Después les dije que bajaran a revisar los vehículos y que se fijaran en las armas y lo que había allí destinado para cada uno de ellos, comenzaríamos mañana y el Doctor Chao les enseñaría los departamentos que usarían transitoriamente porque mi idea era habitar todos juntos otro inmueble y llevaríamos a Carlos , Zulma , Patricia y Virginia para que nos atendieran, también les dije que Cielo trabajaría con nosotros y nos ayudaría con todo el trabajo Informático, desde la casa o desde los móviles.

Le pedí a Chao que fuera buscando una propiedad alejada del centro de la ciudad para operar todo desde allí, me contestó que ya se ponía a ello y me informó que el Presidente de la empresa ya había cumplido en la mañana con la efectivización de la renuncia del Director de Recursos Humanos no dejándolo ingresar a sus oficinas tal como yo se lo había pedido y estaba a la espera de tener una reunión conmigo, Chao no le confirmó nada porque sabía que eso quedaría en espera hasta tener todos los datos de los directivos, de paso aprovechó para darme el dossier de doce personas que conformarían el Equipo de Investigaciones.

Con todos estos datos me dirigí a la oficina de Raúl y me encontré allí con Gisela , la amiga de Cielo , era una jovencita de 24 años, pelirroja de ojos verdes y, aunque un poco más baja que su amiga, no tenía nada que envidiarle en cuanto a hermosura y curvas. Cielo me la presentó y la “colorada” , con una mirada pícara me extendió la mano sonriendo y pensó: “Está mucho mejor que lo que me contó Cielo , encima forrado en dinero, yo dejaría que me hiciera todo lo que quisiera” , acto seguido dijo: “Le acepto la cena a la que nos ha invitado” .

Le contesté que lo hacía con gusto y dirigiéndome a Raúl y a Cielo les pedí que, usando los equipos de que disponían, comenzaran a desmenuzar los datos de las cinco mujeres y los siete hombres que les pasaba en las carpetas.  Curriculum laboral, familias, disponibilidades de dinero, ingresos, egresos, comunicaciones telefónicas, amistades, parientes, etc., quería un detalle exhaustivo de la vida de cada uno de ellos y que no se preocuparan de lo podía ser ilegal, esos datos quedaría en mi poder y nadie debería enterarse de esto.

Escuchando eso se metió Gisela en la conversación, “tenemos dos horas antes de ir a cenar, si quieren yo los ayudo con las comunicaciones telefónicas, conozco como se hace todo eso, sólo me tienen que decir desde que día lo quieren y yo voy imprimiendo el movimiento telefónico diario” .  Me pareció buena idea y le dije que lo hiciera, que después en la cena hablaríamos mejor de todo esto.  Me gustaba como pensaba, el tipo de resolución que tenía para encarar y lo expeditiva que era.

Cielo la miraba, en parte sorprendida y en parte orgullosa de su amiga, “que hija de puta, es de lo más osada, no da puntada sin hilo, si la dejan hablar y hacer es capaz de conseguir un trabajo para ella también” , -pensó- y Raúl que se reía sin tapujos le ofreció una computadora para que se pusiera a trabajar, yo me fui a buscar el equipo de mate que había visto en la cocina, me había enterado que lo compró Zulma antes de irse a casa de la hermana, incluso con la yerba mate que más me gustaba, un detalle que me encantó.

Tuve que aceptar que los mates me cayeron de maravillas, el consumo de mateína se convertía en un hábito rayano en la adicción porque se hacía sentir y mucho más cuando no podía disfrutarlo.  Eran casi las ocho y media de la noche y regresaron Carlos, Zulma, Patricia y Virginia de su día franco, después de saludarnos le agradecí a Zulma el detalle por la compra de las cosas del mate y le dije que estaba disfrutándolo, “era lo menos que podía hacer después de la… cena y la salida que disfrutamos” , eso dijo poniéndose toda colorada y me reí para mí porque casi se le escapa lo que verdaderamente pensó: “después de la cogida que me dio” .

Les comenté que había varias novedades, entre ellas que había contratado a un equipo de custodios conformado por hombres y mujeres de distintas nacionalidades y a dos chicas más que se ocuparían de la parte de Informática, a los que luego les presentaría.  Les dije que aún me faltaba por conseguir a una Secretaria que manejara la agenda, llevara los gastos, ordenara algunas cosas en mi nombre y estuviera atenta a cualquier otro requerimiento porque no podría contar siempre con la ayuda del Doctor Chao .

Carlos se adelantó y dijo que esas también, de alguna manera, eran funciones del Mayordomo y que si Patricia lo ayudaba porque tenía conocimientos administrativos, se podrían ocupar de ese trabajo, al menos hasta que encontrara a alguien más capacitado para el mismo.  Me pareció una buena idea y se lo comuniqué a Chao apenas entró con el grupo de custodios. Carlos me preguntó también si luego podría hablar algo personal conmigo y supe que era algo relacionado con el novio o pareja, le dije que luego porque ahora quería hablar de algunas cosas con todos ellos.

La mandé a llamar a Gisela y a Cielo , todo obedecía a que cuando entraron los hombres y las mujeres del grupo “escuché” algunos pensamientos de tipo sexual en los que recién se conocía, algo que se acentuó cuando ingresaron la colorada y la modelo rubia, ergo: quise aclarar todo de entrada.

-Todos los aquí reunidos conformaremos un grupo especial de trabajo, regido fundamentalmente por la confidencialidad y la lealtad, todavía no conversé bien con Gisela pero creo que aceptará formar parte de este grupo, los demás están adentro.  La mayoría de las cosas que realicemos serán de estricto secreto para oídos ajenos al grupo, algunas cosas las sabrán todos y otras sólo muy pocos pero en ningún caso, ni siquiera la información más nimia podrá salir de nuestro conocimiento por lo tanto, amigos, amigas, parejas, conocidos o parientes jamás deben saber nada de lo que hablemos o hagamos.  No me voy a poner a explicarles a ustedes lo que implicaría este tipo de infidencias o traiciones.

-Los ingresos son más que buenos abonados en Euros para no sufrir devaluaciones, gastos no van a tener y estarán rodeados de lujos y comodidades, por eso, si quieren estar y permanecer además de cumplir tendrán que buscarse las coberturas adecuadas sobre el trabajo que realizan y si no quieren estar, es el momento de dar un paso al costado, yo no estoy para obligarlos a aceptar nada en contra de su voluntad, -ninguno dijo nada en contrario y más de uno pensó que las oportunidades de este tipo no eran para dejarlas pasar-.

-Hay otra cosa que quiero que quede clara, ya vieron que ninguno es feo y no creo que sean “témpanos de hielo”, es más, siempre pensé que “cada cual de su culo un pito” y no pienso limitar a nadie pero tengan por seguro que pierden todo si ese culo o ese pito generan el más mínimo inconveniente en el desenvolvimiento del trabajo.  No admitiré “parejitas”, caras de enojos, distracciones, celos, exigencias, discusiones y/o falta de profesionalidad.  Aclarado este punto preséntense entre ustedes, yo me voy a bañar porque en una hora tengo que salir con Gisela, Cielo y Tai.  Zulma reservá una mesa para cuatro en el mejor restaurant que conozcas, tengo ganas de cenar una buena carne.  Asimismo, le dejo dinero a Chao para vayan a cenar todos, juntos o separados, al lugar que prefieran, utilicen los vehículos estacionados abajo.  Mañana comenzamos el trabajo del grupo, tres hombres y una mujer a las nueve y media de la mañana. Carlos preparame la ropa y contame lo tuyo.

Había hablado más que claro con todos ellos y los doscientos cincuenta Euros que dejé para cada uno les era harto suficiente para que cenaran y se divirtieran.  El baño me vino de perlas y cuando salí ya tenía preparada la ropa interior y un conjunto sport compuesto de pantalón, remera, chaqueta y calzado náutico de última moda.  Le hice una seña a Carlos para que me contara…

-Quería que por mi boca supiera que, como ya le deben haber dicho, soy gay y tenía una pareja de nombre Cristian.  No sé cómo se habrán enterado porque me cuidé mucho sobre esto pero ya no hay motivos para hacerse ningún problema, anoche fui a la casa después de salir del bailable, no me esperaba y me lo encontré en la cama con otro jovencito, corté toda relación pero hubo una escena y dijo que me va a hacer la vida imposible y es posible que lo haga porque es empresario y tiene muchos recursos.  Si trae algún tipo de inconvenientes puede contar con mi renuncia al puesto.

-Te agradezco que te hayas “blanqueado” contándome esto pero sucede que yo no te voy a aceptar ninguna renuncia, prefiero solucionar el problema a mi manera, para mi es claro, aunque te disguste, “muerto el perro, se acaba la rabia”, soy claro, ¿no?  Te necesito conmigo porque sé de tu fidelidad y tu lealtad, es más, como vas a tener que estar muy cerca de mí, te voy a contar un secreto que nadie sabe y tengo por cierto que morirá contigo.  Yo supe que eras gay y el nombre de tu pareja desde un primer momento en la entrevista que tuvimos, así como que es Director de una empresa importante, del mismo modo en que sé la desilusión que estás sintiendo y las ganas que tenés ahora de ir a buscar tus cosas y reventarlos a los dos.

Me miró sorprendido y se llevó la mano a la cara para tapar la boca abierta en “O” y para reprimir un grito por la sorpresa.  Yo me sonreí porque el gesto y el ademán me resultaron muy femeninos…

-Sucede que tengo una muy rara, llamémosle “habilidad” que siempre oculté, lo cierto es que cuando yo quiero y a poco que me concentre puedo “escuchar” lo que el otro piensa y para demostrártelo te diré que es lógico que estés pensando que estoy mintiendo y que no te animes a preguntarme si puedo decir el nombre de tu “ex” pareja que, según vos se llama Cristian Federico Gimenez Loira, ¿te bastan esos datos para creerme?

-Sí Gonzalo, me bastan y disculpe la duda, tenga por seguro que puede confiar en mí, usted verdaderamente es la clase de tipo, como dicen los argentinos, “que se las sabe todas”.

-Jajajaja…  ¿Por qué te crees que estoy hablando esto contigo?, despreocupate por ese fulano, si te jode en algo le mandamos al croata o al ruso para que pasen un rato “agradable” con él y te aseguro que no le van a quedar ganas de molestarte.

Después de la charla reveladora con Carlos salí al loft y estaban esperando Tai , Cielo y Gisela , ambas sin cambiarse las ropas pero, con el cabello cepillado y producidas con un maquillaje tenue y sabiamente aplicado parecían más bonitas y se los hice saber. Zulma me acercó los datos del restaurant “estilo campo” en que había reservado los lugares y no se le notó ningún gesto pero pensó: “ambas son hermosas y les tengo un poco de envidia, en fin…”

La miré sonriendo, le di las gracias y le dije al oído: “vos también sos hermosa” y antes de que tuviera tiempo de ponerse colorada le pregunté adónde iban a ir a comer y también antes de que contestara le dije que no se fijaran en gastos.  Cuando bajábamos en el ascensor le di los datos con la dirección a Tai para que lo ubicara en el GPS, quedaba también en unos de los barrios más caros de la capital y tardaríamos unos treinta minutos en llegar.

Nos sentamos los tres en el asiento trasero y le pregunté a Gisela si su acercamiento había sido una casualidad o tenía ganas de buscar un trabajo, me contestó rápido…

-No, para nada, te voy a decir la verdad, sólo la acompañé a Cielo esperándola en un café para que me llamara por teléfono y cuando más preocupada estaba porque fuimos unas tontas ya que no sabía ni en que piso estaba, me llamó y me quedé más tranquila.  Al llamarme de nuevo para pedirme que subiera porque estaba a punto de conseguir un trabajo sensacional, me puse recontenta y cuando te vi, me enamoré.

Giselaaaa !, ¿qué estás diciendo?, -el grito y la pregunta de Cielo nos sorprendió-.

-Dejala, dejala hablar porque ahora me tiene que contar todo.

-¿Cómo que estoy diciendo, Cielo ?, la verdad, ¿no dije acaso que iba a decir la verdad?, ¿no te das cuenta que Gonzalo deja que nos expresemos y tiene más “noche” que nosotras dos juntas y que varios de los especímenes que conocemos?

Ya me estaba encantando esto de “escuchar” lo que los otros pensaban sin que me atosigaran o me aturdieran los pensamientos de todos, me salía como “natural” . Cielo tenía miedo que la verborragia de la amiga le echara a perder la oportunidad que tenían porque estaba convencida que era única. Gisela , por su lado, no mentía ni disimulaba, en otras palabras, no era de las que “esconden la leche” y estaba bien que se mostrara así aunque habría que aleccionarla en estos aspectos.  Siguió hablando…

-Nosotras dos vivimos juntas en un departamentito que alquilamos, yo trabajaba de dependienta en una tienda pero siempre Cielo aportó más por el tema de las fotos.  Nuestra pasión es la Informática, ella es una genia, yo quería seguirle los pasos y tratábamos de comprar equipos acordes pero nos costaba mucho porque son muy caros, para colmo, me quedé sin trabajo, a ella le habían bajado las producciones y tuve que abandonar la universidad, el llamado de Raúl para un trabajo fuera del sistema de Gobierno, sin jefes que se creen sabihondos y “superados” con el tema fue una bendición.

-Bien, hasta aquí fenomenal pero, ¿por qué te largaste a decir que ayudarías?

-Lo que menos quiero es joderle las posibilidades a Cielo pero cuando vi los equipos que tenía Raúl a su disposición, me volví un poco loquita, para colmo entraste vos con toda tu facha de hombre bien puesto superando lo que me había contado Cielo y pediste esos trabajos, fue como en una película policial y no me pude contener para prestarme a ayudar.De todos modos, tengo claro que todo depende de tu decisión.

Para esto Tai ya estaba estacionando en el privado del restaurant y descendimos del auto sin que nos abriera las puertas, siempre opiné que el conductor-custodio tiene que hacer su trabajo vigilando primero las inmediaciones y esto no lo puede hacer a conciencia si tiene que ocuparse en otros menesteres.  Los metros que quedaban hasta la puerta del restaurant los hicimos con Tai al costado, un paso atrás de nosotros y con ambas bellezas aferradas a mis brazos.  En la puerta me pidieron el nombre y luego de darnos la bienvenida nos llevaron a una mesa reservada que le otorgaba una cierta intimidad al lugar, todo el restaurant estaba decorado con motivos camperos y los camareros y camareras vestidos como paisanos.

Los hombres con camisa a cuadros, pañuelo al cuello, faja de cuero en la cintura, facón cruzado en la parte de atrás de la cintura, pantalones de paisanos abotonados a los tobillos (se les llama “bombachas de gaucho”) , todos calzaban alpargatas y las mujeres de cabellos largos con una larga y única trenza (creo que eran pelucas) tenían vestidos ajustados en el torso con tirantes y escote redondo y bajaban desde la cintura, acampanados hasta los tobillos, calzaban zapatillas sin taco.  Destacaba al costado un gran fogón redondo con dos asadores y diversos costillares vacunos que clavados a un hierro con forma de “T” se asaban a las brasas,  Se estaba fenomenal allí y el olor del típico asado argentino hacía que se despertara el hambre.

Dejé que Tai eligiera el lugar para sentarse y luego lo hicimos nosotros, pregunté a las chicas si tenían predilección por algún tipo de vinos, dijeron que no, entonces pedí el mejor vino tinto en existencia dejando la elección de la marca al maître que nos atendía, lo mismo hice con la entrada de quesos y achuras que nos ofreció.  Ellos tres miraban todo el lugar porque, muy gauchesco, muy gauchesco pero el lujo se dejaba ver en las instalaciones y no quedé al margen de apreciar esto.  Le hablé a Tai

-Hoy vas a probar la exquisitez de la carne argentina que seguro que en China no se consigue, pedí lo que quieras, lo mismo ustedes chicas aunque ya deben estar acostumbradas al asado.

-Jajaja, hace milenios que no comemos asado, era prohibitivo por el costo y menos que menos chinchulines, riñoncitos, molleja, de sólo pensarlo se me hace agua la boca y ni hablar del vacío o el asado de tira y todo en este lugar que es de lo más lujoso, -habló Cielo que estaba acelerada y siguió Gisela -.

-Cuando cobremos el primer sueldo, te invitamos nosotros, si nos alcanza…

-Jajaja.  Con el sueldo de Cielo seguro les va a alcanzar pero vos estás afirmando y ni siquiera tenés un trabajo confirmado...  A menos que Cielo te recomiende, ¿vos que opinás Cielo, se lo habrá ganado?

La “colorada” se quedó expectante y algo pálida esperando por la respuesta de su amiga, “es una caradura pero creo que nos va a servir, saber, sabe” -dijo sin dudarlo- . Después de reírnos un rato por la cara de susto de Gisela , Tai , también riendo, acotó en chino, “parecía que se le desmoronaba el castillo” , de seguido llegó el momento de hablar en serio con las dos…

-Las invité hoy para aclarar algunos puntos en particular con las dos, ambas van a firmar un Convenio de Confidencialidad y efectivamente, el trabajo de ustedes dos será como en las películas, habrá que interceptar comunicaciones, arreglar semáforos, hacer escuchas telefónicas, averiguar cuentas bancarias, ubicar lugares y celulares, anular cámaras de seguridad y cualquier otra cosa que se presente y puedan hacer.  Cobraran un sueldo que oscilará en creo que diez mil Euros mensuales, el de Cielo será un poco más porque tiene hasta una Maestría en el tema y un plus aparte cuando haya que hacer todo eso desde un móvil con Gisela apuntalando desde la central.  La dedicación será absoluta, podrán disponer de francos y vacaciones pero las necesito cerca la mayor parte del tiempo.  Los equipos serán nuevos elegidos por ustedes mismas, los que necesiten, así haya que traerlos desde el otro lado del Mundo.  Habrá que viajar a otros países, en principio lo tendrá que hacer Cielo pero no descarto que lo hagan las dos.

A medida que les decía todo esto, tanto Cielo como Gisela escuchaban en silencio una con los codos sobre la mesa apoyando la cara en ambas manos y la otra comiendo pero muy atenta, yo seguí…

-No habrá legalidad o ilegalidad que valga y tendrán que adquirir los mejores equipos portátiles, incluidos intercomunicadores y teléfonos para todos, también micrófonos todos los cuales deben pasar lo más desapercibidos posible.  Tengo diecisiete empresas distribuidas en varias partes del Mundo y muchas subsidiarias.  No pienso engañarlas existen muchos directivos corruptos que hay que “limpiar” en esas empresas y varios de ellos asociados con organizaciones que tiene actividades delictivas.  Los muchachos y chicas del grupo operativo son los mejores y la información que ustedes deben brindarles para que operen con tranquilidad no puede ser tomada a la ligera.  Además habrá un grupo que nos aporte la información primaria, es decir, los que busquen pistas de la corrupción, nos dan los datos por tal o cual individuo y ustedes deben desmenuzar su vida.  Ahora quiero escuchar sus impresiones.

Se miraban las dos y por respeto, Gisela quería que hablara Cielo pero ésta estaba tan obnubilada por toda la información recibida que no atinaba a decir palabra, hasta que se “destrabó” .

-Es un sueño, es lo que soñé desde que tuve la primera computadora y me empecé a interesar en todo esto, contá conmigo Gonzalo, le voy a dedicar un 110% de mí a todo esto.  Ahora entiendo mejor lo que dijiste en esa charla respecto a no abrir la boca y la lealtad que había que poner de manifiesto, cualquier dato que se filtre puede perjudicar a todos.  Muchos de los equipos que se necesitan no se pueden comprar en cualquier tienda del ramo, hay que recurrir al mercado negro de la Internet Profunda y se encuentran verdadera maravillas pero va a ser necesario comprar en efectivo.

-Si es por eso no hay problemas pero como los equipos tendrá que evaluarlos el que los compre, la compañía de Kaila o de Siara o las dos juntas les otorgara la confianza y la seguridad para incursionar en los peores antros, son expertas en varias artes marciales y en el uso de armas.

-¡Uffff!, tengo la adrenalina a mil por hora y eso que todavía no empezamos a teclear.

Mientras la rubia hablaba, la pelirroja devoraba todo lo que se le ponía adelante, como canalizando todo su nerviosismo por medio de la comida y parecía no prestar atención pero yo “escuchaba” que su mente, no sólo procesaba lo que decíamos sino que evaluaba cuales serían los mejores equipos a adquirir, además se encontraba sexualmente excitada pensando en lo que le gustaría hacer conmigo en una cama y en “darle flete” a todos los conocidos y conocidas que tenía ya que no existía nada que los atara a ellos, Cielo había pensado lo mismo.

Me sorprendió porque aunque eran un montón de pensamientos juntos, los tenía perfectamente ordenados como si tuviera compartimentos mentales diferentes para cada pensamiento.  Por otro lado, el aroma que desprendía y los pezones endurecidos que dejaba

entrever la remera me estaba excitando pero debía mantener mi lugar, hoy, no habría ninguna posibilidad.

-La que parece que está en otra cosa es Gisela, ¿habrá entendido todo lo que dije?, -le pregunté a Cielo en voz alta y riendo-.

-Te apuesto lo que quieras que te puedo repetir palabra por palabra todo lo que dijiste.  Yo opino igual que ella que esto es como un sueño y podés confiar ciegamente en mi también aunque tengo un par de preguntas que hacerte, por ejemplo, ¿Quién no daría órdenes o nos pediría información?, ¿Cuántos encargados habría?, porque “muchas manos en un plato…”, ¿dónde viviríamos? está claro que vamos a manejar una información muy jodida y no es caso que andemos solas y sin protección por la calle o en casa.

-Las preguntas valen y están hechas en el momento justo.  Las órdenes o pedidos porque no me gusta ordenar, en lo que respecta a trabajo, van a provenir sólo de mí, no hay otros jefes o Encargados, ni siquiera entre ustedes.  Hoy las llevo y las dejo en su departamento, vengan mañana al mediodía con un bolso con sus pertenencias más íntimas y les daré un departamento en el edificio para vivir, esto será provisorio porque quiero comprar un inmueble en el que podamos estar todos juntos, ya veremos lo que encontramos.Ahora vamos a comer porque entre Tai y vos nos van a dejar sin nada para alimentarnos.

Seguimos disfrutando de la cena y, de vez en cuando, surgía algún interrogante que dilucidé.  También le dije a Gisela que debería cambiar en poco su faz extrovertida, que era genial escucharla entre nosotros pero para fomentar la confianza en la gente del grupo había que tragarse gestos y palabras, ellos, por estilo de vida y de trabajo, no eran muy proclive a hablar demasiado y miraban con desconfianza al que así lo hacía, ninguno podía ser tomado como un compañero de facultad o de oficina y lo entendió clarito.  Después de una variedad exquisita de carne de exportación adobada con excelente vino (muy poco para Tai ) , nos tocó entrarle a los postres y terminamos para el arrastre.

Las llevamos hasta la casa y cuando descendieron en la puerta del edificio, me despidieron con un beso en la mejilla y acercándose a mi oído Gisela me dijo: “Lástima que sos el jefe y no corresponde pero no te imaginás las ganas que tengo de llevarte a la cama conmigo” , puse sonrisa de tonto y las dejé que entraran sin contestarle, yo también le tenía ganas y no sólo a ella, Cielo se había “destapado” y me pensaba para lo mismo y, ¡qué joder! , estaba seguro que no faltaría oportunidades.

Al regresar a la cochera había sólo una camioneta estacionada, dentro del loft cómodamente sentados y tomando un rico café que sabía preparar Zulma , estaban, la chef, Carlos , Virginia y el vasco Iker .  Éste, extrañamente por la parquedad que solía exponer, le contaba a las mujeres y a Carlos que era de la Provincia de Guipúzcoa , oriundo de un pueblito chico pero muy bello que se encontraba a orillas del mar Cantábrico, decía que el pueblo se llamaba Zarautz y tenía un poco más de veinte mil habitantes.

El mismo tenía una edificación típica con calles bien distribuidas, una playa hermosa y extensa de más de dos mil metros donde se practicaba mucho surf en un mar de color azul, explicaba que era un lugar muy bien explotado turísticamente pero limitado para el que tenía otro tipo de aspiraciones.  En definitiva, según pensé yo, algo similar a lo que pasaba con nuestros pueblos ubicados en la Costa Atlántica Argentina.

Nuestro ingreso cortó el relato y Carlos me pidió disculpas porque habían utilizado el lugar para tomar un último café, amagaron con retirarse y les pedí que se quedaran un rato más porque me gustaba escuchar lo que Iker contaba, además le dije a Zulma que no la iba a perdonar si no nos preparaba un regio café a los dos, algo que se puso a hacer con celeridad y gusto como si fuera una mujer complaciendo a “su” hombre, de hecho es lo que pensaba.

Noté que el vasco se había tensionado con mi presencia, pensaba en recibir algún tipo de recriminación e hice que lo descartara enseguida porque le pedí que siguiera contando como era su terruño.  Entendí rápidamente por lo que “escuchaba” que él necesitaba expresar esos recuerdos para sentirse unido a sus raíces.

Después de que se explayara de las maravillas del País Vasco mezclando en su relato en Español algunas palabras del idioma Euskadi tan propio de los habitantes de la zona vascongada, con la deferencia agregada de la traducción, le prometí que visitaríamos toda la zona porque yo también tenía una empresa en Guipúzcoa y lo comprometí a que nos hiciera de cicerone mostrándonos “in situ” todo lo que contaba.  La alegría de Iker expresada en la sonrisa amplia y con sus ojos fue palpable y aseguró que conoceríamos lugares que ni siquiera conocían los turistas.  Me enteré, sin preguntar, que Patricia , Kaila , Siara y el mexicano Roberto se habían ido a bailar solos y que los tres hombres restantes habían rumbeado a algún local nocturno.

Todos se retiraron, le di franco a Tai para todo el día y Zulma quedó dando vueltas ordenando platos y tazas ya ordenados, la veía moverse y sus pensamientos y aromas me hacían saber de las ganas que tenía para que la poseyera.  No sólo eran ganas de coger, follar, hacer el amor o “echarse un polvo” , quería que la tomara, que la hiciera sentir que era de “mi propiedad” y demostrármelo con su entrega.

Sucedió lo lógico, me agarré tremenda “calentura” y la abracé fuerte cuando me daba la espalda, apretar sus tetas altivas con mis dos manos e incrustar mi miembro endurecido contra sus nalgas derivó en un suspiro de satisfacción y placer que me puso como un burro.

-Sí, Gonzalo, sí, por favor, me cuesta aguantar, tomame, cogeme, rompe como quieras y por dónde quieras.

Ya no pudo seguir hablando, dejé sus tetas, bajé mis pantalones junto con la ropa interior, levanté su vestido que quedó enrollado en su cintura, rompí la tira de su tanga de un tirón y la penetré rápido y profundo por la vagina sin hacer ningún tipo de escala.  Atiné a taparle la boca porque el grito de dolor unido al de satisfacción aturdiría a todos los vecinos del barrio.

Comencé a entrar y salir en un ritmo acelerado que, en principio, no pudo seguir abandonándose a un orgasmo incontenido que aflojó sus piernas y manteniéndola de la cintura la dejé apoyar el torso en la mesada para seguir entrando y saliendo con una aceleración que hasta a mí me sorprendía. Zulma no podía seguir ni acoplarse a mi ritmo, lo intentó pero la sucesión de orgasmos cortos que la asaltó acabaron con sus ganas de participar y se abandonó a lo que yo quisiera.

Yo empujaba lo que más podía a la par que apretaba sus pezones protegidos por un sostén que, por lo fino y suave de su tela, debía ser de tul o algo similar, ella tiraba su culo hacía atrás pretendiendo algo que la física de los cuerpos no permitía.  En un momento solté sus tetas, me enderecé como para dar un último envión y llenarla de leche y noté que su culito palpitaba expectante y como llamándome.

El movimiento fue casi por inercia, salí de un lugar y entré sin permiso expreso en el otro, lo esperaba, claro que lo esperaba porque levantó su cuerpo y agitó los brazos abiertos en cruz, escuché un fuerte sonido gutural y no pude taparle la boca, tenía atravesado y mordía con fuerza el rollo de papel de cocina evitando el grito.  Mis ganas no me permitían aguantar más y su recto recibió toda la leche caliente que pude expulsar mientras notaba que su orgasmo anal apretaba con contracciones fuertes a mi miembro derrotado.

Tardé un ratito en salir de ella esperando que nos recuperáramos, cuando lo hice, tapándose el culo con la mano y expresando su alegría en una sonrisa que se le dibujaba en toda la cara, salió corriendo hacia el baño.  Al poco rato salió arreglada, peinada y radiante.  Le pregunté si no se iba a quedar y me contestó que no, que era mejor así, que sabía cuál era su lugar, además Virginia la estaría esperando y no quería ni tenía deseos de dar explicaciones.  Me dio las gracias que retribuí, nos saludamos con un beso en los labios y después de que se fuera, fui a la habitación y me desplomé en la cama.

Continuara.

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Guilleos1