El demonio de nombre extraño (48)

Lo de España fue genial y lo de Roma, mejor todavía.

FAMILIA “ESPAÑOLA” - ROMA.

Por la tarde ya no llovía casi nada y nos fuimos todos a Usera , el Barrio Chino, el “Chinatown” de Madrid .  Ubicamos con Tai la dirección que teníamos, era un edificio de tres pisos con entrada por la calle principal en que funcionaba una empresa de Importaciones y Exportaciones.  Ya todos sabían que la visita a la Familia correría solamente por cuenta de Tai , Maylín , Kande y yo, absolutamente nadie tuvo nada que objetar al respecto y comandados por una hiperactiva Gisela , se perdieron con sus celulares, filmadoras y tarjetas de crédito en una recorrida por los distintos comercios y atractivos que inundaban la zona.  Nosotros cuatro nos dirigimos al interior de la susodicha empresa.

Nos atendió una chica china de unos veintidós años, chiquita de físico pero muy agraciada, vestía de modo muy occidental y nos preguntó qué podía hacer por nosotros.  No hubo necesidad de que Tai o Maylín se dirigieran a ella, lo hice yo porque el Español parecía ser su lengua de origen, pregunté si era la empresa de la familia “tal” y al contestarme que sí pedí hablar con el Jefe de la Familia…

.-Antes era mi abuelo que falleció el año pasado, creo que ahora debe ser mi padre pero no está en este momento, ¿para qué lo busca? , -me contestó y preguntó-.

.- Necesito que lo ubiques porque debo hablar con él, vengo de muy lejos y no pienso ir y venir.  Si es imposible ubicarlo o muy complicado debo hablar con tu madre y con la persona más anciana del grupo familiar.

.-Puede ser con mi madre que trabaja en los pisos superiores, mi abuela está en la casa porque apenas si puede moverse pero, ¿quién es usted?, ¿para que los necesita? , -preguntó un tanto alarmada-.

.- No es para que te alarmes, ni para que pienses que somos Inspectores ni que pertenecemos a ninguna Triada, los chinos que me acompañan son más que amigos, -se sorprendió porque se dio cuenta que le contestaba sobre lo que pensaba-. Avisale a tu madre que el que los busca es el “Portador”.

.-No me joda hombre, desde chica que vengo escuchando historias sobre un supuesto “Portador” pero son sólo historias ancestrales.

.- Ni te imaginás que tan ciertas son, haceme ese favor, avisale a tu madre.

Me miró sonriente y la “escuché” pensar, “hombre, ni idea de lo que quiere este tío pero por las dudas le aviso a mi madre” .  Levantó el teléfono y hablando en Chino le dijo a la madre que había un tipo buscando a su padre y que como no estaba pedía hablar con ella o con la abuela, oí clarito cuando la madre le preguntó quién era y ella le contestó que decía ser el “Portador” , que era lo único que le había dicho.

El grito de la madre pidiéndole que lo tratara bien y no lo hiciera disgustar fue más que elocuente y se notó que la dejó colgada en el teléfono porque salió disparada a bajar por las escaleras. “Creo que ya viene, desean tomar algo” atinó a decir la chica.  Le hice señas negando con la cabeza y le dije, “el “tío” no quiere nada y espero que no se haya asustado y no se lastime al bajar corriendo por las escaleras” .

No tuvo tiempo a contestarme, la madre apareció en el  último descanso del piso que desembocaba en la planta baja, venía embaladísima y seguramente, al no tener ninguna pared que la detuviera en su loca carrera el porrazo sería tremendo, de no ser por Tai que la detuvo casi en el aire, se hubiera golpeado feo, apurada le pidió disculpas a Tai casi sin mirarlo y le preguntó a la hija, “¿quién es, quién es? mientras se arreglaba el cabello y las ropas, “el señor” le contestó la hija señalándome.

Lo que siguió fue algo que los chicos más jóvenes entienden poco, la mujer, de unos cincuenta años, elegantes y muy bien llevados, primero se llevó las manos a la boca para ahogar un grito de sorpresa y luego le faltó tiempo para hacerme una reverencia que la llevó a arrodillarse diciendo que me pertenecía.  No la dejé llegar con la cara al piso y la tomé de los brazos para incorporarla y decirle que las reverencias no eran de mi total agrado, la hija no entendía nada y el ¡Mamá! que expresó como un reto recibió una respuesta imperativa, “ubica urgente a tu padre, dile que el “Portador” está con nosotros, que no tarde” .

Mientras la hija llamaba por teléfono, acercamos a la mujer a uno de los sillones que se encontraban en una especie de sala de espera y ante su imposibilidad para expresarse Kande le acercó un vasito con agua que extrajo de un dispenser y luego de un sorbo algo se recuperó. “Nos avisó la familia de Londres que los había visitado, sabíamos que en cualquier momento podía llegar, ¡Oh, no lo puedo creer!, mi pobre suegro murió esperándolo, él nos decía que vendría” .

La hija nos escuchaba y nos miraba sin salir del asombro, sólo le dijo a su madre, “hablé con padre, dijo que él y mi hermano vienen “volando”, ¿quién es este señor mamá?” La miré a la chica y la madre contestó echándose culpas, “la culpa la tengo yo, la culpa es mía porque hace tiempo dejé de confiar en que pudiera aparecer y no transmití las historias a mis hijos” .

Le pedí que dejara las culpas de lado, yo no venía a juzgar a nadie, además que casos como el suyo había en todas las Familias y eso era por culpa de los “Portadores” anteriores, amén de que los medios para trasladarse no eran de los mejores.  Después de que entendiera esto le pregunté cómo estaba compuesta la Familia.

La hija nos había servido un café a cada uno y se sumó a la conversación aunque todavía sin entender mucho, mucho menos entendió cuando la madre le explicó que las Familias habían sido creadas para atender y servir al YAOGUAI , un espíritu chino que, a su vez las protegía y les brindaba asistencia monetaria para que se mantuvieran unidas y en progreso, peor fue cuando le dijo, “nosotros le pertenecemos al YAOGUAI .

.-¡Mamá, yo no le pertenezco a nadie y ya estoy grandecita como para creer en historias de espíritus! , -el miedo casi terror se dibujó en la cara de la madre cuando escuchó a la hija y me miró a mí-.

.- El YAOGUAY te acaba de escuchar y te aseguro que no está nada contento con tu respuesta, es muy bondadoso pero también suele ser muy cruel para resolver, eso también está incluido en las historias, sin embargo, algún poder de decisión tengo yo en el tema y estoy más adaptado a los tiempos.  Estar dentro de la Familia implica aceptar las reglas impuestas hace milenios, así y todo yo no le cierro las puertas a nadie para que la abandone, claro está que para la Familia esa persona pasa a convertirse en un paria, se pierde todo parentesco y cualquier ayuda de la comunidad o intentar el regreso o el perdón no se contempla, la pena es desaparición y muerte, lo mismo es cuando no se mantiene el secreto con los de afuera.

.-¿Qué me está diciendo?, estamos en el Siglo XXI y usted me viene con historias del año cero que no tienen ningún asidero.  Yo no creo nada, veremos que dice mi padre al respecto.

.-Perdónela por favor, perdónela, es porque ignora por mi culpa, yo estoy dispuesta a pagar por ella.

La chica tenía sus razones que yo sabía que cambiarían cuando el “oso” hiciera su aparición, sólo había que mostrarse y la madre estaba aterrada por lo que yo pudiera hacer o del modo en que pudiera reaccionar.  No le contesté nada e insistí en que me dijera cuantos eran de Familia, resultaron ser seis hijos, tres varones y tres mujeres, la hija que estaba con nosotros y uno que estudiaba en la Universidad eran los menores y únicos solteros, más la suegra anciana que andaba mal de salud y no salía de la casa.  A la vez Maylín le decía a la chica que ella era de la Familia colombiana y pensaba parecido hasta que se encontró con la realidad del espíritu respirando en su cara.

La china-española no pudo preguntar nada más, en ese momento entraron al lugar el Jefe de Familia y uno de los hijos mayores, me vieron hablando sentado al lado de la señora, los dos se arrojaron al piso con reverencias y les pedí que se levantaran, el padre pedía perdón por la tardanza, el hijo no decía nada y cuando la hija intentó decir algo, bastó una mano levantada para detenerla y una mirada del padre para que se llamara a silencio.  Me dirigí al Jefe haciéndole saber que yo debía ver a toda la Familia junta porque quería presentarme y hacerles saber quién era en realidad, como eso no era posible en ese momento, le di mi número de teléfono en una tarjeta y le dije que me llamara a la hora de la cena, que estaba alojado en el Hyatt .

Le hice saber que en ese momento me daría la dirección del lugar en que nos encontraríamos todos, recalqué el todos, con nueras y yernos incluidos y para que, de paso, aprovechara el tiempo y les refrescara a los integrantes de la Familia respecto a que era el “Portador” y a quien portaba, con sus pro y sus contras porque no quería tener un problema como el de recién, también le dije que aquel que se mostrara reticente o no estuviera en la reunión, sería expulsado de la Familia, con todo lo que eso implicaba.  En realidad no me jodía lo que había dicho la chica y no expulsaría a nadie pero me venía bien para que le diera un repaso a la historia y les metiera un poco de miedo a todos ellos.

Los padres estaban pálidos y me despedí de ambos inclinando ligeramente la cabeza, lo mismo hicieron quienes me acompañaban y salimos a la calle.  El lugar estaba atestado de gente caminando, conociendo, comprando y degustando los manjares que se ofrecían en distintos comercios.  Era evidente que el barrio Usera-el Chinatown español- en Madrid estaba turísticamente preparado para mostrarse, agradando a los visitantes y repleto de comercios, restaurantes, locales de suvenires y una gente de lo más amable y “entradora” .  Ubicamos al grupo que estaban sacando fotos, filmando y de muy amena charla con los lugareños. Kande y Maylín se reían porque preguntaban si habían dejado alguna mercadería en los comercios, pues bolsas y bolsitas denunciaban los recorridos.

Al regresar subí rápido a la habitación, quería saber que había pasado con lo acontecido en la mañana, Kande me siguió hasta el momento en que llamé al ascensor, se salía de la vaina para contarles a las demás lo que yo había dicho en la ducha, ante esto le dije que se quedara, que yo sabía lo que quería y que podía contarle a las chicas, se colgó de mi cuello, me besó y me dejó parado ante la puerta del ascensor, subí riéndome solo y entré en la suite esperando que nadie me arruinara el día.  Vibró el celular y crucé los dedos cuando vi que era el Director del Estudio Jurídico, me llamaba para darme las últimas novedades.

Según parecía, la Justicia y el Fisco, no se habían andado con chiquitas, habían dado vuelta la contabilidad de la empresa madre y de las subsidiarias, las cuentas bancarias habían sido congeladas y se hacía un relevamiento de gastos e ingresos desde el momento en que el susodicho Conde había asumido la Dirección General.  También me dijo que había como doce detenidos, el movimiento de las cuentas con el ingreso y retiro de los fondos era causal suficiente para acusarlos de “Evasión de Divisas” y de “Fraude Fiscal” , se habían allanado las propiedades y en cada una de ellas se efectuaba un inventario de los bienes, incluso de la ropa para determinar las fechas de compra y si coincidían los gastos con los ingresos.

Todo estaba orientado a una acumulación de pruebas que permitiera sumar años a las condenas que se esperaban por la evasión y el fraude, estaban ensañados con eso e incluso habían aparecido denuncias y demandas de empleados por el destrato que el Conde hacía con ellos.  Me hizo saber que, en su inmensa mayoría los empleados no serían despedidos pero algunos no tendrían la misma suerte, salvo que los que compraran la embarcación o las propiedades quisieran la misma dotación, algo difícil y lamentable pero eran cosas que sucedían en todas las empresas.

Luego se despidió diciendo que me tendría al tanto de otras novedades, al quedar solo me volvieron a atacar esas ganas de mandarme a mudar, necesita cierto espacio para mí pero en ese momento no podía, ya se vería, en lo inmediato sólo quedaba dormir una buena siesta fuera de horario, por lo menos hasta que alguien jodiera con algo y es lo que hice, me desparramé en la cama que, aunque de colchones duros para un mejor dormir, se me antojó mullida y confortable.

Un poco antes de las nueve entró Kande para pedirme que la dejara ir con las chicas a recorrer algunas discotecas, tenían ganas de ver otros ambientes de la noche madrileña y algunos detalles de decoración que le servirían para el Complejo, no se lo negué pero le contesté con sorna…

.- Es maravilloso, te digo de casarnos y te querés ir sola a mover el culo para que otros te miren. Me agarró la chanza en el aire.

.-Que miren todo lo que quieran pero este culito tiene un único dueño, es salida de chicas y vamos a festejar la noticia aunque les dije que vos no querías que se supiera, sólo para que no te jodan y no te digan nada.

.- Hiciste bien, ¿pensaron en ir a algún lugar específico?

.-No, como dicen por aquí, saldremos un rato de gira por varios de ellos.

Se metía Kande en el baño para prepararse y vibró mi celular, era el Jefe de Familia para darme la dirección de la casa y me dijo que estarían todos allí esperando.  Le contesté que en un rato llegaba y luego de cortar la comunicación le avisé a Tai para que se preparara.  El lugar quedaba cerca, a pocas cuadras de la Plaza Puerta del Sol y en el GPS nos figuraba como Barrio Centro y Justicia , al llegar nos encontramos con una casa hermosa, un chalet enorme que mezclaba líneas coloniales con modernas, el portón de entrada estaba abierto y un camino asfaltado rodeado de un amplio parque nos llevó hasta el frente de la casa, estacionamos al costado junto a otros automóviles de alta gama.

Nos recibió el matrimonio ya conocido y la anciana emocionada a la que pensé que le daría un toque de energía extra que les sacaría a sus nietos.  No quise reverencias y me presenté con ellos, lo hice con Tai y a su vez ellos se fueron presentando de uno en uno, luego de esto nos invitaron a tomar algo o a cenar pero no acepté, les dije que primero tendría que hacerles conocer a mi “morador interior” y noté algunas sonrisas suspicaces en nueras e hijas, bien vestidas y arregladas de lo mejor pero sin nada especial en cuanto a físicos o caras, los varones no salían de sus caras de serios.  Pude saber que estaban allí porque el padre lo había ordenado pero para nada convencidos de las historias.

Pedí que pasáramos a un lugar más íntimo y con un poco de espacio, el sitio elegido fue un comedor cerrado con dos puertas para entrar o salir, a una le hice poner llave que guardó Tai y en la otra se quedó parado él.  En los matrimonios de los hijos había uno con dos chicos y otro con tres, que habían quedado en otras casas con los padres de las nueras, a ellas las miré y les dije que estuvieran tranquilas, los cinco chicos estaban bien cuidados por sus otras abuelas, las dudas se les instalaron en sus rostros, principalmente porque no entendían que yo supiera eso.

Toqué por unos segundos a dos hijos varones y a un yerno, les coloqué las manos en los hombros mirándolos fijos y a cada uno les absorbí un poco de energía que luego trasladé a la anciana, la mejoría en su semblante fue notoria y lo notaron todos comentando en susurros.  Corrí la mesa grande hasta casi apoyarla en la puerta cerrada y dije que en salvaguarda de mi ropa debería sacármela pero para que las mujeres no vieran, dos de los varones sostendrían un mantel que dejaba casi todo mi torso y mi cabeza al descubierto.

Las risas de las mujeres se hicieron oír y la anciana junto con la esposa del Jefe querían hacerlas callar pero como les daría el “espectáculo completo” esas risas no durarían mucho.  El mantel no duró tampoco mucho tiempo en las manos de los chinos más jóvenes, gritaron histéricamente casi tanto como las mujeres y dos de ellos trataron de escapar encarándolo a Tai , quedaron desparramados a los pies del gran oso que los miraba erguido y serio.

Fue el Jefe de Familia quien, aún temblando, los tomó del cuello de sus ropas y los arrastró hacia donde estaba la esposa y la madre.  Aún en cuatro patas quedaba más alto que las mujeres y se fue acercando despacio a la hija menor que temblaba como una hoja expuesta al viento, la miró de frente directamente a los ojos y le arrojó un rugido potente en plena cara, el resultado fue el de una chica china absolutamente convencida de la existencia del YAOGUAI y ganada por un desmayo repentino.

No volvió a rugir pero recorrió las caras de cada uno de los presentes y acarició con el dorso de su garra la cabeza de la anciana que lloraba en silencio recordando a su marido fallecido.  Una sola de las hijas, la mayor, experimentó junto con el miedo un estremecimiento enorme que provenía de su entrepierna, pudo disimularlo ante todos pero el oso la miró y esbozó una especie de sonrisa de la que la joven se hizo cargo encendiendo sus mejillas cual si fuera un farol de color rojo.  Luego de esto lo miró a Tai que le pidió a los dos jóvenes chinos que volvieran a sostener el mantel, así lo hicieron y volvió Gonzalo .

Me cambié en silencio mientras las mujeres atendían a la desmayada que se recuperaba lentamente, una vez cambiado la anciana pidió besarme las manos, accedí a ellos y volví a acariciar sus cabellos blancos, la esposa del Jefe hizo lo mismo con esa mano y la chica, ya recuperada, se levantó y se acercó temerosa para extender luego su cuerpo frente a mí, se aplastó de cara al suelo pidiendo perdón, la ayudé a levantarse y pregunté:

.- ¿A algunos de los que se negaron a escuchar a los mayores les quedan dudas de la existencia del “Portador” y del YAOGUAI?  Estoy para ayudarlos y a disposición de ustedes pero las normas son estrictas, infringirlas implica pagarlas de un sólo modo, eso está muy claro en la Historia que les contaron y que deberán repasar.

Después de esto le dije al Jefe de Familia que ahora si le aceptaba un buen whisky con hielo, volvimos todos al living y lo felicité por la familia que había logrado, luego como para darme corte me dirigí a las nueras…

.- Tu madre que se llama “tal” y que se quedó cuidando a tus hijos “tal”, “tal” y “tal”, aún sin ser de la Familia y por eso no puede verlo, sabe más que ustedes de la existencia del YAOGUAI, podés comentarle que lo viste y lo que sentiste, ella sabe que deberá guardar el secreto, en cambio la tuya que se llama “tal” y que cuida a tus hijos “tal” y “tal”, no sabe ni conoce, así que es preferible que siga ignorando .

Todos se sorprendieron de estas afirmaciones y la anciana soltó una carcajada contagiosa que los hizo poner bien al verla tan feliz y contenta.  Le dije al Jefe que presumiblemente viajaría mañana pero que ya tenía mi teléfono para consultarme por cualquier eventualidad ya que, de alguna manera, se solucionaría cualquier problema que surgiera.  Regresamos al hotel y recordé que Kande me había dicho que irían a un boliche que se llama “Opium Madrid” o a otro que se llama “Joy Eslava” o a otro más alejado que se llama “Fabrik” , según ellas allí se movía la mejor “noche” de Madrid y estuve tentado de ir a buscarlas pero desistí cuando vi que la cama me esperaba.

Volvieron como a las cinco de la mañana, era indudable que allí se manejaban otros horarios más parecidos a los nuestros, me hice el dormido para que Kande no se pusiera a contarme, aunque, según la “escuché” no había sido gran cosa, ni hubo nada para copiar para la puesta del futuro Complejo bailable que llevaría su nombre.  En la mañana me contó pero se notaba que no la había entusiasmado, así y todo me hizo reír mucho porque me comentó que ante tanta “carne de primera” enseguida se veían rodeadas de insoportables “giyipollos”

.- Gilipollas” Kande en España se les llama así a los que nosotros llamamos “pelotudos””

.-Bueno eso, como se diga, estaba lleno de ellos o aparecían como por arte de magia.

Ya allí no quedaba nada por hacer y no me aguantaba más en ese lugar, mi “culo inquieto” me pedía seguir viaje y como quedaba pendiente la idea de regresar a casa después de tomar un poco de sol y disfrutar del mar, en el desayuno les pedí opinión al respecto, habida cuenta que había que ir a Roma y estar allí dos días. Roma nos iba a insumir unas diez horas de vuelo y San Sebastián unas cuatro horas.  Yo propuse ir a Italia primero, si salíamos rápido llegaríamos de noche para dormir y en la mañana ellos harían turismo y yo me dedicaba a la empresa, por la tarde visitaría a la Familia y nos quedaba un día para cumplirle la promesa a Patricia. Eligieron primero Italia y a la una de la tarde pusimos rumbo al Aeropuerto de Roma .

No eran las once de la noche cuando llegamos al Aeropuerto Roma-Fiumicino , el Aeropuerto Internacional también conocido como “Leonardo Da Vinci” , no perdimos tiempo, alquilamos los vehículos allí y nos dirigimos al centro de Roma , más precisamente a la Ciudad del Vaticano , nos alojaríamos en el hotel NH Collection Roma Vittorio Veneto , teníamos unos cuarenta y cinco minutos de viaje y como no avisamos a nadie, contratamos a un taxista para que fuera delante de la caravana.

No había diferencia horaria y a las doce y media de la noche ya estábamos instalados y prestos a dormir.  En la mañana un desayuno compuesto de café con leche con medialunas de manteca, de entrada nomás me alegró el día, era casi característico para nosotros y en ninguna parte había podido desayunar así.

Me comentaba Tai que la familia china era relativamente chica, se habían instalado con un negocio de importaciones y exportaciones en las proximidades de la Plaza de San Pedro provenían de Milán donde se encontraba la mayor cantidad de miembros de la comunidad china y se dedicaban al mismo ramo pero habían cambiado el producto, ya no eran telas, ahora el producto estaba dedicado al tema religioso y poco a poco esa comunidad con inmigrantes de una localidad cercana a Beijing alquilaban o subalquilaban los locales a precios altísimos rodeando la Plaza tan famosa del Vaticano .

Sin haberlo pensado estábamos más cerca que nunca y me decidí a ir temprano a conocerlos, por otro lado los datos que me habían dado de los Directivos de la empresa en Italia no eran para alarmarse ni para hacer modificaciones en su Junta Directiva y había dos motivos para no preocuparme por ellos, Gisela y Cielo se habían esmerado en desmenuzar todos los datos que había de ellos y no había saltado nada relevante para el control personal y por otro lado, las repercusiones de lo acontecido en España haría que se cuidaran aún más para no ser apuntados por el inflexible Presidente de la empresa.

Aparecer en la empresa y sus subsidiarias italianas implicaría todo un movimiento de parte de los Directivos, el italiano era muy particular en sus demostraciones y seguramente pretenderían agasajarme con fiestas y reuniones a las que yo les escapaba, decididamente era preferible que ni apareciera por la empresa, de todos modos, algún acto de mi presencia en Italia debería hacerlos sentir vigilados y le pedí a Miguel que se apersonara con Carlos en el edificio central de la empresa.

Miguel llevaba un Poder que lo habilitaba como mi Representante Legal, con autorizaciones expresas para proceder a las modificaciones que estimara necesarias en cualquiera de las Direcciones de la empresa y lo acompañaría Carlos como mi Secretario personal también con Poderes para actuar en mi nombre.

Los atenderían a cuerpo de rey y les dije que decidieran ellos sobre concurrir o no a los agasajos que les podrían brindar, por mi parte, me dedicaría a la Familia china, los demás tenían vía libre para hacer turismo, yo quería estar poco tiempo allí y le dije a Kande que usaran los vehículos si querían movilizarse hacia otros puntos de la Ciudad, Tai y yo nos movilizaríamos a pie pues la Plaza de San Pedro quedaba casi “a la vuelta de la esquina” , incluso desde los ventanales de las habitaciones del hotel se podía observar la cúpula de la Iglesia de San Pedro como si la tuvieras al alcance de la mano.

A las diez de la mañana estábamos parados en el frente del local de la Familia china, era imponente y había un flujo importante de gente que entraba y salía del mismo porque comerciaban también al menudeo y no sólo productos religiosos, allí adentro se vendía de todo “como en botica” , artículos deportivos relacionados con el fútbol, artículos de electrónica y casi, casi de lo que uno pudiera desear, entramos y le dije a Tai riendo que era una suerte no haber traído a las mujeres.

Al verlo a Tai noté que se acercaba a atendernos un chino cuya edad oscilaría en los cuarenta años, vestía muy elegante con un traje gris de estilo italiano y zapatos al tono, por la forma de moverse y por un par de órdenes que dio me figuré que era el dueño del local y por ende el Jefe de Familia.  Esto porque sabíamos que el Jefe de Familia anterior había fallecido hacía casi dos años cuando aún vivían en Milán , una mujer china muy elegante también y de rasgos muy finos y cuidados atendía la caja registradora y la evalué como la esposa del Jefe.

Ésta no me engañaba, lo poco que se veía del torso, tapado con el qipao que se le cerraba en el cuello, denunciaba unos pechos amoldados con cirugía, otros tres dependientes más, todos jóvenes que no pasarían los veinte años, dos chicas y un muchacho, más otros dos trajeados que actuaban como seguridad en el local, de estos supe por mi “voz interior” que sólo uno era de la Familia, lo mismo sucedía con el joven dependiente que era el novio de una de las hijas pero sin nada formalizado.

El Jefe se dirigió directamente a Tai y hablándole en chino le preguntó que deseaban, “nada en especial pero las preguntas al señor por favor, es el que manda, yo sólo obedezco” , -le contestó con la seriedad habitual-.  Entonces se dirigió a mí y le expliqué que sólo estaba mirando y esperando a que hubiera menos gente para decirle lo que pretendía, se lo dije en Español y Tai le tradujo al instante, lo que motivó que se quedara más que intrigado.

Lo primero que le pasó por la mente es que éramos hombres de la Triada aunque dudó un poco por mi condición de occidental, ya que era muy difícil que un occidental militara en esta Organización, luego nos dejó y se fue a hablar con la esposa que, efectivamente, era la cajera, enseguida pensé que tendría que “escuchar” a esa mujer pues su mirada más que de intrigada fue de interesada.

Compré una pila de suvenires para llevarle a mi madre y ropa deportiva de marca y de calidad para mi hermano, pagué con la tarjeta mirando profundamente a los ojos a la mujer, la cual me sostuvo la mirada muy segura de sí misma y dejé las bolsas en un rincón de la tienda cerca de la caja, le avisé que seguiría mirando y mi mirada fue hacía los pechos de la china, ésta en lugar de cohibirse pareció aspirar para hacerlos notar, decididamente, si no lo era, el Jefe sería cornudo.

Pasado el mediodía, cuando el caudal de gente había disminuido, las dos chicas bajaron las persianas de las vidrieras y los clientes salieron, seguramente los chinos pararían para almorzar.

.-Cerramos al mediodía, usted dirá que era lo que se le ofrecía, -me dijo el Jefe acercándose un tanto cauteloso-.

.- Sólo quería hacerle saber que soy el “Portador” y necesito hablar con todos los integrantes de la Familia, sin uno de los custodios y sin el pretendiente de su hija, - Tai le tradujo y ni siquiera se inmutó-.

.-Sí, claro, ya escuché muchas veces esa historia pero yo no estoy para historias de ancestros, vaya tranquilo y feliz estancia en Roma , -me dijo alcanzándome los paquetes y extendiendo la mano para saludarme-.

La mujer que miraba desde la caja y él en primer lugar fueron los únicos que vieron cuando la mano que estrechaba se convertía en una mano peluda con garras que no lo dejaba moverse, lógicamente el otro que lo vió fue Tai que esbozó una sonrisa sarcástica.

Los gritos de él y de la mujer resonaron en todo el local, fueron cuatro o cinco segundos y volviendo mi mano normal lo solté para que fuera a dar de culo al suelo con los ojos muy abiertos, aterrado y con la boca en “O” donde podía entrar un bate de beisbol.  Sus movimientos fueron como los de una víbora, giró rápidamente sobre sí mismo y se “planchó” a lo largo, de cara al suelo y repitiendo palabras ininteligibles en idioma Cantonés.

No hice ningún intento por levantarlo, eso lo trataron de hacer sus hijos que se alarmaron por el grito y por la actitud balbuceante del padre, yo me acerqué a la mujer y le tomé las manos que temblaban, le dije que me gustaba mucho y quería verla a solas pero que ahora tenía que decirle al custodio y al pretendiente de la hija que se fueran porque había que hablar en intimidad con toda la Familia dependiente del YAOGUAI .

Tardó unos pocos segundos afirmando con la cabeza y seguidamente golpeó la manos atrayendo la atención de todos, despidió a los dos solicitados diciendo que no volvieran hasta dentro de dos horas porque tenían que tratar un tema que sólo le competía a la familia.  Luego de que salieron, mandó al hijo mayor vestido de traje a que bajara las persianas, lo hizo rápido y el local sólo quedó iluminado por las luces artificiales.

Le di tiempo al padre para que les explicara rápidamente a los hijos como era la historia y “la voz” me pidió que lo hiciera parar, Gonzalo quedó una clienta que se encerró dentro de uno de los probadores, es de las que roban mercaderías y si te ve habrá que hacerla polvo” .  Le pedí que parara con las explicaciones, hice como que pensaba y de seguido expresé que había una ladrona oculta en uno de los probadores, además le ordené a Tai que buscara en el probador más lejano.

Regresó enseguida trayendo con los pies en el aire a una mujer vestida con un conjunto deportivo moderno y un bolso cargado de mercaderías junto a una cantidad respetable de Euros y unas cinco tarjetas de crédito con distintos nombres, algunos masculinos y más que seguro robadas, gritaba en italiano pidiendo que la soltaran que nos iba a denunciar a todos, que no teníamos derecho a retenerla, mi mano en la cabeza la silenció completamente y quedó con la cabeza inclinada hacia un costado, saqué los billetes que le di a la esposa del Jefe, Tai la encerró en un probador y le pedí que continuara con la historia para los hijos, que esa persona no molestaría.

Siguió titubeante contando lo que le habían transmitido los abuelos y los padres y sentado al lado de la mujer le pregunté cómo podríamos vernos, el miedo le duraba pero el aroma a mujer no me engañaba, contestó con una voz apenas audible que a las cinco de la tarde tendría que estar en tal dirección, supe porque lo pensó, que allí, en el segundo piso “A” , tenía un departamento “de soltera” o que cumplía esporádicamente esas funciones.  Cuando las hijas comenzaron con las preguntas las interrumpí…

.- Sólo tienen que saber que están unidas de por vida al YAOGUAI, las va a ayudar siempre pero con él no caben rebeldías ni que den a conocer el secreto de su existencia y vos -señalé a una de las hijas- ni comentarlo con tu novio hasta que sea parte de la Familia, ni se te ocurra pensarlo como lo estás haciendo ahora, él y yo sabemos lo que cada uno piensa, no hay perdones si se es desleal con él o conmigo y la pena es capital, ahora pónganse todos frente a mí y no teman.

Sólo fue la parte de arriba del “oso” pero fue suficiente, el hombre se volvió a postrar, las hijas se abrazaron temblando pero sin apartar la vista, el hijo quedó sentado y blanco de espanto y la mujer entró en una especie de estado catatónico con temblores y grititos agudos, nadie la atendió y se fue calmando de a poco, quedó desmadejada después de haber tenido el mejor orgasmo de su vida.

Quedaba otro tema por resolver y le señalé a Tai los probadores, ya no era yo el que decidía, “él” me había hecho saber que no me metiera en sus decisiones, esa mujer le había robado a la Familia y por ende a él y no podía permitirlo amén de servirle de ejemplo a todos.  Siempre con la transformación a la vista lo señaló a Tai para que la dejara a sus pies, el chino lo hizo y se retiró dos pasos hacia atrás cuando el oso apoyó la garra en la cabeza de la mujer.

Lentamente, ante diez pares de ojos horrorizados, lo que era una persona junto con sus ropas quedó reducido a un polvo gris totalmente inodoro.  Nadie se movió, nadie profirió una palabra pero todos pensaron que les podía tocar a ellos, Tai no preguntó, entró en un cuarto chico que había a un costado y regresó con un escobillón y una pala, juntó todo, pasó un trapo para dejar todo tal cual estaba y fue a arrojar el polvo en el excusado.  Al volver, Gonzalo , es decir yo nuevamente, me estaba poniendo la camisa y les contaba a los miembros de la familia que el YAOGUAI no permitía el robo hacía él o la Familia y sus decisiones muchas veces no dependían de mí, la completé diciendo, “imaginen ustedes si son desleales  con él” .

Luego de esto, les dejé mi número telefónico y me despedí para que solos comentaran su experiencia, recordándoles que podían contar conmigo cuando fuera, en persona o por medio de allegados buscaría de solucionar cualquier problema que tuvieran y que mereciera solucionarse.  Al salir me lamenté por la ladrona pero Tai me dijo que esa decisión no estaba en mí, era evidente que eso excedía mi proceder y tuve que aceptarlo así pensando incluso que “era una menos” .

En el hotel nos sirvieron de comer sin el problema del horario y lógicamente, ni rastros de la comitiva.  La llamé por teléfono a Kande y me dijo que estaban recorriendo el Coliseo Romano, que habían estado en la Fontana Di Trevi andaban enloquecidas de un lado al otro y me contó que a ellos se les habían unido Miguel y Carlos , que en la empresa todo estuvo bien y no quisieron agasajos.  Además me dijo que ya tenían pensado pasar por otros lados igual de interesantes y ocuparían todo el tiempo que pudieran.  Le contesté que se manejaran a gusto y corté la comunicación pensando que no me había fijado en las curvas de la cadera de la china que vería en un rato.

Salí temprano del hotel, no quería sorpresas con el tránsito y preferí irme en un taxi que tomé al salir del hotel,

sabía, por lo que vi en el mapa, que la edificación quedaba cerca del Jardín Botánico de Roma , tendría unas veinte o treinta cuadras para llegar allí.

Ascendí al taxi e intenté hablar en Italiano, "buon pomeriggio signorenon parlo la lingua ma la capisco chiaramente, parliamo lentamente, ho un traduttore -

(buenas tardes señor, no hablo el idioma pero lo entiendo claramente, hablemos lentamente, tengo un traductor)" .

El Infierno podrá ser grande pero el Mundo es un poroto y ya comenzaba a pensar que “mi yo interior” tenía algo

que ver en esto. No bien me senté, el taxista, un hombre como de cuarenta y dos o cuarentay tres años me miró por el espejo y yo hice un comentario

para mí pero en voz alta, “puta madre, espero llegar a tiempo” , la respuesta no se hizo esperar y fue en un Español “rioplatense” , “hay mucho tránsito y

tardaremos unos diez o quince minutos, no queda lejos, ¿Argentino, no?, yo soy Uruguayo”.

Lo miré con cara de asombro, nos reímos los dos y nos presentamos, su nombre Hugo , el viaje fue de lo más

ameno y aprovechando el tono “aporteñado” me contó que hacía quince años que vivía en Roma y unos diez que era taxista, él y la mujer eran hijos

de italianos con parientes en Roma y cuando le tocó quedarse sin trabajo aprovecharon las facilidades que se les daba por ser hijos de “tanos” y se

vinieron con un hijo de siete años.

Hoy tenía casa propia y tres taxis uno de los cuales también era explotado por el hijo, me preguntaba por

Buenos Aires porque allí había trabajado siempre cuando vino desde Uruguay , le conté que yo vivía a unos cuarenta kilómetros y resultó que conocía

toda la zona, había sido Viajante de Comercio para una fábrica de pinturas y añoraba todo aquello.  Enseguida nos tuteamos y luego de hablar de él,

me dijo:

.-A vos no te debe ir nada mal, por el hotel en que parás y la “pilcha” que tenés puesta, yo diría que muy bien.

.- No me quejo, es una historia larga, un conocido me heredó una empresa importante y ahora viajo por todos lados, de una empresita de Servicios y

Entregas a Domicilio pasé a ser dueño de una multinacional pero no hago “banderas” con esto, salvo por la guita que gasto en el hotel nadie conoce

lo que hago o tengo.  Vos me venía al pelo, yo estoy con mi esposa, custodios y amigos que trabajan para mí, que te parece si esta noche nos llevás a

una buena Trattoría, tengo ganas de comer las mejores pastas.

.-No sé hable más, conozco un par de lugares que parecen bodegones pero te querés comer hasta los platos, ¿cuántos serían?

.- Traé a quien quiera de los tuyos, los míos son con dieciseis, de buen comer todos y con vestimenta informal porque a ninguno le importan las

apariencias.

.- Le digo a mi esposa y a mi hijo con la novia y pido el lugar, pasó por el hotel a las nueve de la noche, ¿te parece bien?, ¿pregunto por Gonzalo ?

Le dije que sí pero por las dudas le dejé una tarjeta con mis datos donde figuraba como Presidente de la empresa,

se sorprendió por la empresa que era y no, no fue un capricho con un desconocido, mientras hablaba yo lo iba “escuchando” y supe que era un “laburante”

de aquellos, era un tipo frontal, trabajador y dedicado a lo suyo, no hubo de por medio ninguna mentira y siempre fue transparente aún cuando supo

que yo tenía lo que tenía.

No me quería cobrar cuando me despedí de él y desde la ventanilla le dije, “dejate de joder con las boludeces,

vos estás laburando y yo de turista gastador, otro día no me cobrás, comprale flores a la patrona”, no llegó a contestar porque le dejé un billete importante

sobre el asiento del acompañante y me fui al edificio.  Estaba de lo más alegre de haber conocido a Hugo .

Faltaban cinco minutos para las cinco de la tarde y la china ya estaba en el departamento, luego del ascensor no tuve

necesidad de tocar el timbre del “A” , abrió la puerta apenas aparecí en el pasillo, me hizo pasar rápido y se la notaba nerviosa y expectante, se había

maquillado muy bien pero sutilmente y estaba muy sensual con un vestido ajustado que resaltaba sus pechos y la curva de sus nalgas que, para mi beneplacito,

existían y que no tardé en tener en mis manos.  No le contesté cuando me ofreció algo de tomar, sólo la abracé estrechándola contra mi pecho y le comí la boca.

No se sorprendió, al contrario, lo estaba esperando y comenzó a gemir casi lastimosamente al estilo oriental cuando mi

lengua recorría todo el interior de su boca y mis labios parecían querer devorarla.  Mis dos manos rodeaban su cintura moldeada y bajaron pronto para apretar

las carnes tersas de sus nalgas, chiquitas, compactas pero muy bien formadas, los gemidos se incrementaron y echó las manos hacía atrás para bajar el cierre

del vestido, no bien lo logró se separó de mí para dejarlo caer, sólo hasta las tetas, allí quedó enganchado y tuvo que usar las manos para que siguiera libre

su recorrido hasta el piso alfombrado.

Medias al muslo y zapatos de taco alto fue lo único con lo que quedó vestida, permitió que la mirara y luego volvió a besarme

con ganas, luego del beso descendió acariciando mis costados y se ocupó de mi pantalón tanteando el bulto que se notaba aguerrido.  Lo apretó con una mano

y me miró asombrada, estaba muy caliente la china pero pensó que no podría con lo que tenía en la mano y un cierto temor la asaltó.  Pensó que nunca había

tenido algo tan grande adentro y supe que no le hacía asco a nada, tipo que le gustaba, tipo que se volteaba pero hoy se invertirían los papeles, la cogida sería

memorable y quedaría rota y con la energía justa para regresar a la casa.

Iba a intentar algo que nunca había hecho pero que se la comía toda, se la comía.  Estaba depilada por completo y eso me

gustó, la levanté aupándola como si no pesara nada y la llevé a la cama, la apoyé para que quedara boca arriba y mientras se incorporaba y me miraba cruzando

las piernas me saqué la ropa, quiso mirar mejor y una mano en las tetas la empujó sobre la cama, mi boca y mi lengua se apoderaron de su conchita para ella fue

una mezcla de placer y de caos porque cuando estaba en su punto más alto con gemidos y contracciones la tocaba para que se quedara dura, unos segundos

después volvía a empezar.

Actuando así hice lo que quise con mi lengua mientras mis dedos de a dos o de a tres incursionaban en su concha y culo,

no le daba tiempo a gritar, alzar la voz o resistirse, rápidamente la endurecía y la dilataba sin que pudiera decir nada, haciendo así la dejé terminar un par de veces,

se contraía y se movía enfervorizada pero cortaba sus gritos de placer, lo peor o lo mejor le acontecía cuando apretaba con el pulgar y el índice su clítoris sobresalido,

parecía levitar en la cama y quedaba sostenida por su cabeza y la planta de los pies.  Lloraba y se reía y su mente era un torbellino de sensaciones.

Algo similar a esto pasó con su boca, la puse a lamerme y se dedicó sólo al glande a la par que me quería pajear con la mano,

le aparté las manos y le dejé la boca expuesta, pasar de la mitad era imposible, las arcadas se sucedían y amagaba con vomitar, hasta que me cansé y presioné

un poco más, abrió los ojos grandes y no le di tiempo a más, la endurecí y la penetré hasta la garganta, llegué a entrar y salir un par de veces así, luego aflojaba

y volvían las arcadas.

Quería que fuera  un “completo” e intenté nuevamente cuando ya tenía ganas de terminar y el endurecimiento fue para que su

nariz pequeña chocara con mi pelvis, le tomé la cabeza y la aflojé para que se diera cuenta que la tenía toda en el fondo y le llenaba la garganta de leche obligándola

a tragar.  No pudo decir ni “ay” , la saqué despacio y con los ojos lagrimeando me repetía, “prima volta, prima volta” (primera vez) , de todos modos, la muy puta se relamió,

se sonrió y me la limpió a base de lengua bien aplicada.

No se me bajó y me puse a jugar con sus pechos redondos rellenados de una talla 90 que sobresalían por su espalda enjuta,

los pezones parecían de piedra y la posición se prestaba a un “misionero” que no tardé en ejecutar.  Abrió las piernas y las manos mordiéndose los labios como

si se aprestara para ser ofrecida en sacrificio, fui despacio y en la mitad ya no pudo aguantar más, el “per favore non posso piú” (por favor no puedo más) gritado y

lloroso se hizo escuchar en todo el departamento.

Si le gustaba ser cogida iba a ser cogida pero como yo quería y “mi interior” parecía alentarme gozando tanto como yo lo hacía

al penetrarla escuchando sus gritos, de pensar eso a volver a endurecerla fueron segundos y las carnes abriéndose se hicieron sentir, no gritaba pero sus ojos fijos

mirando el techo dejaban escapar lágrimas que no dudé eran por el dolor de una penetración que nunca antes había tenido.  Me faltó muy poco para chocar con su

pelvis pero eso no me detuvo, no era yo o sí, tampoco me puse a pensarlo, sólo sé que forcé lo más que pude su interior para que nuestras pelvis se juntaran.

Se sintió o sentí como que algo se abollara allí adentro y pensé que había traspasado el cuello del útero, después de tres o cuatro

El ariete parecía un émbolo y cada vez que empujaba la presión en las paredes dejaba escapar un chorrito de flujo hasta que el

orgasmo la sorprendió y la dejé gritar sin importarme que los vecinos escucharan el, “di piú, di piú” (más, más) que casi vociferaba, no acabé y la dejé que sola se fuera

calmando y aminorando sus contracciones.

"Mia madre, questo è il paradiso e l'inferno insieme, sono distrutto" (Madre mía, esto es el Cielo y el Infierno juntos, estoy destruida) , -decía-

y apretaba con fuerza mis brazos ante cada nueva contracción que la asaltaba.  Al final la china había terminado por calentarme por demás y no quería moverme porque

si lo hacía volvería a comenzar el pistonéo y aún quedaba un culito por abrir.  Estaba empapada con sus flujos y con la transpiración, la producción del maquillaje ya no

existía y, así y todo, estaba resplandeciente.  Salí despacio y vi que no había roto nada pero el hueco que quedó era importante.

De comedida nomás o porque así estaba enseñada, quiso pararse para servirme una copa, parar se paró pero tuve que agarrarla para

que no se fuera al suelo, las piernas no le respondían, las tenía como entumecidas y la dejé acostada, serví dos copas y regresé, le entregué una y me dijo que nunca había

gozado tanto, el aparatito traductor que estaba sobre la mesa de luz me tradujo y le contesté, “con el culito roto te va a costar moverte pero estoy obligado a hacerlo” , escuchar

la traducción hizo que palideciera... (Con un culo rotto, ti costerà muoverti, ma sono costretto a farlo) .

Me rogó para que no lo hiciera por allí, decía casi llorando que no podría tolerarlo y me dio pie...

.- Es tu castigo, al YAOGUAI no le gusta que le metas los cuernos a tu marido de la manera indiscriminada y promiscua con que lo hacés, desde hoy, si tenés ganas comprá

consoladores, y, a menos que quieras terminar convertida en un montón de polvo, olvidate de los cuernos.

El miedo casi terror que la asaltó hizo que su piel se pusiera poco menos que transparente y comenzó a tocarme el miembro para que

éste recupera su vigor, también uso la boca para ensalivarlo y cuando lo tuvo en condiciones giró y se puso en cuatro arrodillada sobre la cama.

Sus nalgas parecían temblar cuando arrimé el glande y empujar por empujar no servía de nada, ni siquiera lograron algo los chirlos que l

e pegué en cada nalga, había que dilatarlo con paciencia y lograr que entraran los dedos como cuando lo hice anteriormente.  Pensarlo y zambullir mi boca cual si fuera ventosa

sobre el agujerito fue sólo uno, mi lengua comenzó a ejercer presión y junto con la saliva lograba penetrar un par de centímetros.  Oleadas de placer empezaron a notarse en la china que parecía saltar y escupiendo en el lugar fueron mis dedos los que comenzaron a incursionar.

El índice y el medio se movían a gusto y al empujar un poco más soltó un quejido, la queja sólo logró que penetrara más y al querer dar un

brinco, la endurecí y me dediqué a usar los pulgares para estirar las paredes que ya no se resistían, en ese momento no podía apretar el esfinter y me coloqué para que el ariete

hiciera su trabajo, el glande comenzó a entrar y la aflojé para que sintiera.  Su grito no tardó y se movió pero era tarde, de allí no me movía nadie y el golpe de cadera hizo que la mitad pronto estuviera adentro, lo suyo ya era desesperación y tiraba manotazos hacia mi pierna hablando entrecortadamente.

Tampoco era cuestión de hacerla sufrir nada más que porque a mí se me ocurría y la volví a endurecer, ya no se resistió y entré hasta el final,

al contacto con la piel de las nalgas me moví entrando y saliendo hasta chocar y volver a salir, lo hice unas diez o doce veces y luego instalado en lo más profundo la aflojé y me

quedé esperando su reacción, fue la esperada, llevó la mano hacia atrás y tocó sólo mi pelvis apenas notando el miembro. "È tutto dentro? non può essere, ora mi dispiace a malapena",

(Está todo adentro, no puede ser, ahora apenas lo siento), -dijo con cierta sorpresa-.

Eso pareció incentivarla y con el resto que le quedaba comenzó a moverse en forma casi desenfrenada, “sí, sí, sí, sí,” gritaba cuando le sobrevino

el orgasmo y como yo tampoco me había quedado quieto, las ganas parecían apretarme los testículos y regué todo su interior a la vez que soltaba un gemido de liberación.

El lugar era estrecho por demás y aunque ella no podía manejar los músculos del esfinter, las propias contracciones me apretaban como si me ordeñaran pero aguanté pegado a ella

hasta que se pudiera recuperar y no me privé de acariciar su cintura, su espalda y sus tetas que colgaban deseosas de mimos.

Quedó como que no quería más, yo me había dado un “gustazo” con la china provocadora y me salí despacio para ir a darme una ducha,

al regresar del baño todavía continuaba en la misma posición, habían pasado dos horas y me apuré a vestir, ella se quedaría un rato más, la mano en la mejilla actuó de “extractor”

de energía y se durmió, yo tenía que irme pero sin cansancio.  Tomé un taxi y de camino al hotel la llamé a Kande para avisarle que a las nueve de la noche debíamos ir a cenar todos

a una Trattoria, le pedí que trataran de regresar con tiempo pues las reservas estaban hechas para todos.

Continuará...

Por favor, valoren y comenten,

GUILLEOS1se los agradece.