El demonio de nombre extraño (39)

Se impone el regreso a casa, primero “bolicheamos”, luego pasamos a saludar a Zulma por Toliara. Estando en casa se me ocurre visitar a Jorge y me llevo una sorpresa.

REGRESO CON VISITA - JORGE.

Ni por asomo vayan a pensar que mi mujer se olvidó en la mañana de su ración, me hizo cumplir como un señorito francés, cuando me estaba bañando se metió en la ducha y apoyando un pié en uno de los laterales de la bañera esperó que me arrodillara y la llevara al borde del orgasmo jugando con mi lengua y mi boca en su clítoris y hendiduras, luego, su conchita estrecha y sus movimientos musculares hicieron el resto.  El cuarto de baño absorbió sus gemidos y sus suspiros elevados mientras que el agua tibia ayudó a que lo que corrió piernas abajo se diluyera rápido.  Las otras dos que todavía estaban dormidas y sin dar señales de despertarse, no se enteraron de nada, esto hasta que Kande , feliz con el “mañanero lluvioso” , las despertara rociándolas con un poco de agua.

Les agarró el apuro para cambiarse, les dije que nadie las corría y les pedí que se bañaran, siempre resultaba reconstituyente.  Se metieron las dos al cuarto de baño diciendo que le dolían hasta las pestañas.  Mi mujer, riendo con toda la boca por la forma de caminar de Virginia y Rocío , terminó de secar los aparatos eróticos utilizados y los dejó sobre la cama para que se los llevaran.  Cuando nos estábamos cambiando el celular nos marcaba que ya eran pasadas las doce del mediodía y el día estaba muy gris, amagaba llover a cántaros y Hong Kong no daba para caminar bajo la lluvia.

Al salir del baño, Rocío miró por los ventanales y dijo: “Hoy está para dormir tres siestas seguidas” , estuvimos de acuerdo y después de cambiarse y de los besos cariñosos que las dos no se privaron de darme, se fueron para la habitación.  Hablé con Kande respecto a seguir o no en Hong Kong , yo ya había terminado todo lo que tenía que hacer, había solucionado todos los problemas que aparecieron y me habían conocido en la Familia, si a eso le sumábamos que “hacer turismo” no era muy de mi agrado, las sumas me daban un resultado de “bye, bye Hong Kong” pero… como no estaba solo allí le pedí a la negra que consultara con los demás.

Teníamos las visas para entrar en territorio continental chino sin problemas pero hasta Pekín teníamos unas cuatro horas de vuelo, ir a visitar la Gran Muralla nos llevaría casi siete horas de vuelo y sólo para ir, mirar, sacar fotos y poder decir “yo estuve ahí” .  No tenía empresas subsidiarias en China propiamente dicha, tampoco había Familia a la que presentarme e ir a pasarme tres días recorriendo lugares turísticos archiconocidos por medio de fotos de Internet, no me llamaba la atención para nada, además, estaba de por medio el tema de mi longevidad y mis tiempos eran distintos a los de los demás y volver podría volver cuando quisiera.

Todo esto que pensaba no se lo expliqué a Kande , aparte había otra cosa más que tampoco le dije a nadie, llevábamos más de diez días lejos de casa y yo añoraba poder rascarme las pelotas a gusto en mi casa, comiendo lo que quería, “entrándole” a un buen asado con achuras y a las milanesas con huevos y papas fritas o a la napolitana o a un puchero “de los de antes”(escribo “de los de antes” porque antes era un plato común para las familias y hoy por hoy hacerlo completo costaba un dinero importante) o un guiso de fideos “mostacholi” o fideos con manteca y queso rallado.

Extrañaba el dormir la siesta cuando me diera la gana, caminar por el parque, respirar el aire del terruño y sentirme un tipo de barrio tomando mate con un placer que pocos entienden, salvo que sean argentinos o uruguayos, ¡cómo extrañaba el mate! Mis gustos seguían siendo tan sencillos como lo eran antes del YAOGUAI , con la ventaja de no engordar o que no me cayera mal nada de lo que comiera.

Divagaba con todo esto y la llegada de la comida que, dicho sea de paso, nunca supe que mierda comía, el tema era si me gustaba o no, me sacó de mis pensamientos, Kande me había visto “pensativo” y sabía que cuando estaba así no tenía ganas de compartir con otra gente ni de escuchar voces desconocidas y, por “las de ella” encargó la comida a la habitación. “Además, tengo ganas de comer con vos mirando la lluvia desde los ventanales” , -me dijo- y no me pareció mala idea.

--  Estuviste acertadísima, entre otras cosas estaba pensando en “mis” comidas favoritas, vamos a tener que contratar a alguien que nos cocine como lo hacía Zulma.

--Por ahora no te hagas muchos dramas con eso, Virginia me dijo que ella se va a hacer cargo, que no sos tan “difícil” para hacerte de comer.  Más tarde voy a hablar con todos, si ya terminaste lo que viniste a hacer no tiene sentido que sigamos dando vueltas lejos de casa.

--  Sólo me queda hacer un par de llamados para ver si se cumple lo que pedí y quedo totalmente liberado.

--Como quieras, si querés se los digo yo pero me parece más lógico que te pongas de acuerdo con Gustavo y Sergio directamente, los demás vamos a hacer lo que vos decidas.

Después del almuerzo y del consabido café, estuvimos un rato abrazados viendo como llovía, se había largado con todo y caía agua a baldazos, apenas si se divisaban los muelles del puerto.  Sin soltarla a Kande hice las llamadas correspondientes, al primero que llamé fue al Jefe de Familia para que me informara si se había cumplido mi pedido para con los dos indeseables que había “marcado” , me contestó que después de lo que habían visto, ni siquiera hubo tema de discusión, se fueron y la Familia les dio la espalda, me aseguro que cambiarían algunas cosas y contaba con el apoyo de todos los integrantes.  Lo saludé luego de decirle que partiría en cualquier momento y me interesaba saber que iba a hacer Chao .

Corté la llamada y luego de unos minutos me llamó Chao para pedirme autorización y quedarse unos días más, quería recuperar el tiempo perdido y estaban pensando en viajar los dos en el regreso.  Le contesté, como era lógico, que esa era decisión de los dos, Shui sería bien recibida por todos, también mandé saludos para ella y para sus familiares más directos.  Le hablé luego al Oficial de Policía amigo de Chao que estaba encargado de la investigación que involucraba a los ex directivos de la empresa.  Le expliqué y me dijo que viajara tranquilo porque yo no figuraba en la causa, es más, me agradeció porque el caso resuelto había significado un gran espaldarazo en su carrera.

Quedaba la Directora General del consorcio de empresas, a ella le dije que, por cualquier problema, se comunicara telefónicamente conmigo o lo canalizara por medio del Director del Estudio Jurídico, además le recordé que la autoridad no se llevaba bien con el autoritarismo pero, que si era necesario no debía temblarle la mano para despedir a quien fuera.  Tampoco me hacía tantos problemas, la Agencia de Detectives se dedicaría a monitorear los pasos de todos los Directivos del total de las empresas diseminadas por varios países, la tecnología daba para eso y más, sabía que no volverían a presentarse los problemas que estaba resolviendo.

De los “externos” no tendría que hablar con nadie más, entonces por último los llamé a Gustavo y a Sergio , en diez minutos estaban golpeando a la puerta de la suite y no di muchas vueltas, les pregunté cuando podíamos partir, la contestación fue clara y concisa, “cuando usted quiera Gonzalo , sólo necesitamos un par de horas para poner todo en marcha” .  La eficiencia de ellos dos y de las azafatas no se podía discutir, el problema se presentaba en la preparación del equipaje de todos los que viajaban.

Otro tema era que no me había olvidado de hacer una escala en Madagascar , precisamente en Toliara para saludar a Zulma y que las chicas les entregaran los presentes, con esto se complicaba la historia porque hasta allí eran unas ocho horas y media de viaje, tendríamos que ver bien a qué hora salíamos porque iríamos “para atrás” con cinco horas de diferencia.  Yo quería llegar, almorzar todos juntos en el aeropuerto, darle los regalos y seguir viaje.  Estábamos a jueves en Hong Kong , eso implicaba que tendríamos que salir a las cinco y media o seis de la tarde, hora de Hong Kong, para llegar el mismo día al mediodía a Toliara .  Saldríamos el viernes a las cinco y media de la tarde, los chicos tendrían un día más para comprar lo de último momento y preparar el equipaje.

Luego de eso bajé con Kande hasta el hall del hotel porque los habíamos citado a todos allí.  Los muchachos ni se mosquearon por la noticia pero a las chicas les agarró el ataque de último momento, les faltaba un regalito más y además comprar un par de maletas o bolsos para llevar todo lo comprado.  Tiempo sobraba y a pesar de la lluvia los locales que había en el hotel estaban todos abiertos, en un abrir y cerrar de ojos las féminas “desaparecieron” . Kande se fue junto con Tai , el chino grandote quería mandarle unos lindos presentes a Maylín y confiaba en el gusto de mi mujer para eso.

Hasta la cena no hubo novedades y después de la misma los muchachos se anotaron para ir a bailar a una confitería exclusiva de la zona del puerto, consiguieron el acceso por intermedio de la representante de RR.PP. del hotel y, atentos a que era la última noche en Hong Kong , fuimos todos.  El lugar se llamaba “CÉ LA VI” , nos ubicaron a todos en cómodos sillones y a nuestras espaldas teníamos enormes ventanales por donde se podía apreciar el conglomerado de edificios iluminados de la ciudad.  Pedimos champan para Kande y para mí, los demás se repartieron en distintos tragos y las consumiciones nos daban derecho a subir a la azotea desde donde se divisaba todo mejor.

Fuimos para ver pero el clima no ayudaba para estar allí al aire libre, eso debía llenarse pero ese día o noche no era el caso, volvimos a nuestros lugares y mientras con Carlos y Virginia nos quedábamos tomando nuestras copas tranquilos, las chicas y los muchachos se fueron a la pista de baile.  Luego de un rato de “sacarles el cuero” a varios de los presentes nos fuimos al otro recinto en que se bailaba.  Acostumbrado a los boliches me di cuenta que el lugar era lujoso y bien montado pero, no pude evitar comparar y, sin dudarlo, el “One” de Nueva York se llevaba las palmas, además, aunque se notaba un nivel adquisitivo apropiado a los precios y al lugar, la gente era muy distinta.

Nuestras chicas eran un capítulo aparte, por físicos y por presencia pues, para variar, estaban despampanantes, Kande y Cielo, si había que aplaudir, se ganaban todos los aplausos aunque las demás, con minifaldas y/o pantalones ajustados acaparaban las miradas de varios lobos y lobas en celo.  Como fuere la diversión era entre ellos y acercarse era como jugar a la Ruleta Rusa, cualquiera se daba cuenta que los “roperos” que las rodeaban no permitirían “confianzas” .  En un momento quedé solo, Carlos se “perdió” seguramente le había echado el ojo a alguien y Virginia se sumo a los que bailaban.

Noté que de una de las aberturas que se habría a un costado de la barra de la confitería, sin puertas y con un cortinado grueso que dejaba ver un espacio en semi penumbras entraban y salían parejas y hombres o mujeres solos, esto me intrigó y pregunté a una de las camareras, no hablaba Español pero me hizo señas con el índice apoyado en la palma de la mano y se fue, regresó enseguida con una china siliconada aunque muy agradable, llamativa y simpática, era de RR.PP. y me contestó en un Español más o menos entendible que ese era un lugar VIP por excelencia y que sólo se accedía por una membrecía especial.  Que lamentablemente yo no estaba autorizado para ello.

De inmediato recordé que me había fijado en un chino alto y delgado, muy atildado y bien vestido al estilo occidental, el mismo nos había dado la bienvenida al ingresar, lo había hecho en Chino y en un Inglés impecable, lo hizo con varios clientes y luego fue apartado por dos chinos más de sus mismas características en el vestir, uno de ellos también delgado y el otro tenía un físico moldeado en gimnasio, no escuché lo que hablaban pero si noté las miradas que dirigían a todo nuestro grupo y me la jugué…  Le pedí a la chica de RR.PP. que hablara con el Encargado porque yo quería acceder a ese lugar, que viera que se podía hacer.

Fue como con desgano y regresó como una exhalación, se deshizo en reverencias y casi que palpé el miedo que sentía, “yo no sabía, no sabía, espero que no hablé mal de mi atención” ,

-pensaba con temor-, detrás de ella y casi con el mismo apuro se acercó el Encargado, se dirigió a mí hablando en Inglés, me hizo saber que el personal y las instalaciones estaban a mi servicio, le contesté: “Only Spanish” y trató de hacerse entender en este idioma.  Me pidió disculpas por si la empleada me había hecho pasar un mal rato y mirándola a la chica que bajaba los ojos le contesté que había tenido una atención maravillosa de parte de ella, que más gentileza no podía pedir.

Lo despedí con amabilidad porque se estaba poniendo cargoso con las atenciones y le pedí a la chica que me ubicara en un buen lugar.  Me llevó al lugar VIP , me mostró uno desocupado pero continuó unos metros más, no había escaleras pero se notaba que ascendíamos por una especie de rampa, al final de la misma abrió una puerta disimulada detrás de unas gruesas cortinas y me hizo pasar a un cuarto exquisitamente tapizado en cuero, con varios sillones diseminados por el lugar, una mesa ratona central y unos ventanales cuyos vidrios partían a centímetros del piso hasta casi el techo, desde allí se divisaba todo el boliche bailable y parte del lugar en que estábamos antes.

“Vidrio espejado, privacidad total” me dijo la chica china, le agradecí, pedí que me mandaran dos botellas de champan con seis copas y hablando a un dispositivo en su muñeca hizo el pedido recalcando la urgencia, luego se quedó esperando mientras yo miraba a la pista de baile y veía las contorsiones de “mis” chicas.  Giré y la vi parada, entonces la “escuché” , descubrí que no sólo estaba para atender mis necesidades de ubicación o bebidas, también estaba físicamente a mi disposición.  Mucho no me interesaba y le iba a pedir que se fuera pero la “voz interior” se hizo oír, “entrale Gonzalo , entrale que me encanta” .

No me iba a poner a discutir con él, además tenía razón la china estaba muy bien, alta para el promedio de las mujeres chinas y resaltaba aún más con los zapatos de tacos altos, debía tener algún tipo de mezcla de razas porque las piernas no eran flacas ni torcidas y destacaban sobresaliendo de su minifalda y aunque las nalgas eran un tanto sumidas su culito era llamativo pues lo equiparaba con caderas bien formadas.  La delantera era para tener en cuenta aunque la forma de bol en una medida creo que de copa 100, que se hacían notar por lo chico de su espalda, me daba a entender que allí había cirugía.  La cara era muy agradable, de sonrisa fácil, labios rellenos y totalmente entregada a mis deseos.

Le hice señas para que se sentara a mi lado y lo hizo sin vacilaciones, no tardé en acariciarle el rostro y el cuello lo que hizo que recostara mimosa su cara en la palma de mi mano, me acerqué a darle un piquito y la detuve cuando quiso avanzar, luego mirándola a los ojos le pregunté:

--  ¿A qué se debe este cambio de actitud y la posibilidad de este privado que es distinto a los demás?

--Nos llegó la información de que usted es un C.E.O. (Chief Executive Officer) de varias empresas importantes y había que atenderlo a cuerpo de rey, hasta ahí lo que sé pero debe ser algo más que eso porque mi jefe estaba muy nervioso y creo que temeroso.  Él sólo me pidió que lo atendiera bien, lo demás y mis ganas corren por cuenta mía, no suelo darme así con los clientes pero usted me resulta “especial”.

--  Debo reconocer que tampoco me resultás indiferente y ardo en deseos de tocar y acariciar esos dos montes que tenés sobre el pecho.

No hicieron falta más palabras, me miró poniendo una mirada pícara e incorporándose comenzó a desabotonar los botones de su camisa, se notaba que estaba orgullosa de sus tetas y el sostén blanco de lencería fina y cara y sin tirantes que cubría sólo la mitad de la areola le hacía aún más honores.  Le pedí que no se sacara la camisa, no lo hizo pero pude apreciar poco porque se arrodilló pronto en el piso alfombrado, bajó el cierre, me aflojó el cinturón y la ayudé incorporándome para que lo bajara.  El pantalón junto con el bóxer quedó apretujado en mis tobillos y me agradó ver su cara de sorpresa cuando vio mi miembro erecto y en plenitud.

De inmediato le miré la boca y para mi gusto era demasiado chica, la mamada no sería de mi agrado, se tendría que dedicar sólo al glande porque introducirlo totalmente como me agradaba iba a resultar peligroso, ya me había pasado y no era agradable el roce de los dientes.  La tomé de las manos y la hice incorporar, entonces levantó su falda para sacarse la tanga que arrojó a un costado y se sentó sobre mis muslos apoyando las rodillas al costado de ellos.  Besaba mi cuello diciendo, “despacio, despacio” y lo acomodaba con su mano en su hueco empapado.

No me movería, iba a dejar que ella manejara la penetración y al darse cuenta de mi intención dijo, “gracias” y calzó el glande en el lugar empapado para empezar a deslizarse.  Aproveché para desabrochar el sostén pasando las manos entre su camisa entreabierta y mis labios se apoderaron de unos pezones chiquitos pero totalmente endurecidos.  No pude ver sus muecas pero escuché los gemidos por la chupada vigorosa de sus tetas y los sonidos onomatopéyicos por el dolor que le producía la penetración.

Cuando estaba por la mitad se detuvo, luego entró y salió un par de veces sin pasar de profundidad y se estremeció toda con algunos temblores, el orgasmo no había sido grande ni prolongado pero sirvió para lubricar más toda la cavidad.  Hizo que levantara mi cabeza apoyando las dos manos en mis oídos, se acercó a besarme y mirándome profundamente se dejó caer penetrándose hasta el final. “¡Ahhh mierda, es enorme!” , expresó en Chino casi gritando en mi oído y se quedó quieta, sin hacer gestos pero con los ojos llenos de lágrimas.  Se confió pensando que entraba toda y aplastó el glande contra el útero.

Aún penetrándola la tomé en mis brazos y me levanté para apoyar su espalda en el asiento del sofá, sabía lo que se venía y cruzó las largas piernas por mi cintura, la tenía totalmente a mi disposición y mis movimientos se convirtieron en un pistoneo constante a una velocidad moderada mientras apretaba sus pechos duros pero sin dudas rellenos… “No debo, no debo” , pensaba con intensidad tratando de contener un orgasmo que se le avecinaba casi violento pero, una cosa es pensar, otra muy distinta es hacer que el cuerpo te responda cuando el placer se hace dueño de él.

Finalmente estalló con un gemido fuerte y contracciones liberando el placer, lo que ella no sabía es que yo no la dejaría disfrutarlo con plenitud.  Su lubricación chorreaba por la zanja hacía el agujero de su culo y en un pestañeo saqué el miembro de un lado y lo introduje en el orificio más pequeño, llegué de una hasta la mitad y ahora no fue gemido, fue un grito bastante alto que se convirtió en una especie de lamento cuando continué entrando hasta que mis testículos chocaron con sus nalgas y allí me quedé unos segundos mirando sus gestos de dolor y notando los movimientos infructuosos porque mi cuerpo y mi peso no le permitían moverse con comodidad.

--¿Qué me hiciste? , -preguntó llorisqueando-…

--  La cola preciosa, te hice la cola y no me vayas a decir que no estabas acostumbrada porque dilató bastante rápido.

--Nunca fue con un miembro tan grande, jajaja, el 90% de los orientales no pasa de la media, movete despacio, ya pasó la sorpresa y quiero gozarte.

Se recuperó y lo tomó bastante bien pero a pesar de las entradas y salidas un tanto apuradas me era incómodo, ella se dio cuenta y dijo que me sentía más estando en cuatro.  Venía genial y salí de ella para que se acomodara dejando el culo al aire con la falda levantada sobre sus caderas, luego, poniendo las manos sobre el asiento del sofá pareció ofrecérmelo.  Aunque fui bastante delicado la volvió a sentir, el caso es que esta vez su gemido fue de placer y sus movimientos se acoplaron pronto a los míos, hizo un buen trabajo con sus músculos apretando y liberando al miembro pero ni punto de comparación con Kande o con Cielo .

Traté de llevarla rápido al orgasmo porque no daba para más, lo logré y cuando estaba en lo mejor de su orgasmo, le llené las tripas de leche, algo que hizo que se retorciera más potenciando su placer.  Decía que no daba para más porque notaba que cuando lo hacía por el mero hecho de hacerlo, como en este caso, el físico me respondía pero surgían las comparaciones y al aparecer en ellas la morocha y la rubia, en ese orden, nunca eran provechosas para la pareja de turno.  Al lado de ese reservado había un pequeño cuarto de baño y la china, después de recuperarse en parte de sus temblores, salió apurada hacia allí, lo hizo tapando su culo con una mano y diciendo que enseguida regresaba.

Tardó muy poco y al regresar, ya vestida y arreglada, vaporizó el ambiente, “disculpame, si no me iba rápido dejaría todo lo tuyo sobre el sofá” , seguido a esto, como sincronizado golpearon la puerta con el pedido de las bebidas y le pedí que compartiera conmigo, fue ella la que destapó la botella y sirvió las copas diciendo:

--Me sorprendió tu tamaño pero me hizo sentir muy bien, espero haberte hecho disfrutar.

--  Que no te quepan dudas, yo también me sentí bien, ahora, cambiando de tema, ¿vos no sos totalmente china, no?

--No, mi madre era tailandesa, mi padre chino pero trato de tener modos parecidos a los occidentales, ¿se nota mucho?

--  Quizás por ser occidental, noté algunas diferencias en el físico aunque lo importante es que vos te sientas bien con lo que sos y demostrás.

--Eres, ¿cómo decirlo?, atractivo pero “raro”, te movés como un americano del norte pero parecés un latino europeo, nada que ver con un latinoamericano.

--  Jajaja, debe ser porque soy argentino y latino por descendencia, mi educación es más “europeizada” y creo que lo de “latinoamericano” es propaganda política, no la voy con la hipocresía de decir que “somos todos iguales”, quizás lo seamos porque somos personas y hay que respetarse como tales pero las diferencias son abismales, no sólo físicas sino también de Educación y de Culturas.

--No me asombra escucharte decir eso, en Oriente, las diferencias también son muy notorias.

Terminamos las copas y por los ventanales vi que Kande , Gisela y Rocío habían terminado de bailar y miraban para todos lados, seguramente buscándome, se lo comenté a la china, de la cual ni sabía el nombre y me dijo que ella ya bajaba y les avisaba.  La despedí con un beso y me quedé disfrutando de la tranquilidad del lugar, pasaron unos tres o cuatro minutos y el lugar se llenó de presencia femenina y masculina, todos, sin excepción, se dejaron caer en los mullidos asientos, mi mujer se puso de inmediato a mi lado y Gisela , Rocío, Azul y Cintia se arrodillaron en los sofás para mirar las contorsiones de los que bailaban, admirando de paso las luces y las instalaciones, pronto surgieron los celulares para filmar.

Me reí para mis adentro porque Tai pensó aliviado que por fin me había encontrado, muchas veces no tenía en cuenta eso, el chino no se quedaba tranquilo si yo me desaparecía sin él saberlo, sabía que podría defenderme de cualquier eventualidad pero… necesitaba estar a mi lado o en las cercanías.  La que se intrigó por el lugar fue Kande , le expliqué que cuando pregunté por los otros reservados para estar tranquilo, el propio Encargado me había mandado a éste, seguramente por algún tipo de “recomendación externa” , la sonrisa me dio a entender que se imaginaba de quienes había provenido esa “recomendación” .

Ya no volvieron a salir a bailar, salvo mi hermano que lo hizo nuevamente con Silvina y algunos de los muchachos que estaban de “cacería” , así me lo hizo saber Roberto y tuve que reírme para mis adentro porque sabía que lo de “cacería” , mal que nos pese, es una utopía machista, en todo el Reino Animal la que “caza” es la hembra y si se deja “cazar” es sólo porque ella quiere para darle cabida a los “pavoneos” del macho, al margen de esto, las demás se pusieron a comentar del lugar y de lo bien que lo habían pasado en Hong Kong , además de las ganas de verla nuevamente a Zulma y saber cómo le estaba yendo.

Después de un rato ya no tuve más ganas de estar allí y le dije a Kande que quería irme, que me tomaba un taxi, si los demás querían quedarse era un tema de ellos, la negra, por lógica, se vino conmigo y también lo hizo Tai después de avisarle a los muchachos.  Mi mujer ni siquiera preguntó si alguna quería regresar con nosotros, no me vio bien, se dio cuenta que no era físico y se colgó de mi brazo sin decirme nada.

Me volvió a pasar algo que ya me había sucedido en otros lados similares, estaba como saturado, aturdido y quizás asqueado de esos sitios de diversión nocturna, posiblemente fuera porque no bailaba o no tenía interacción con otras personas, iba bien, de buen ánimo, miraba el lugar, me gustara o no, tomaba una copa y después eran ganas de salir corriendo.

El caso es que nos fuimos a la parada de taxis y uno de ellos no llevó rápido al hotel, en la suite y al lado de Kande que se sacaba la ropa para ponerse cómoda me sentí mejor.  Se acercó desde atrás y por el rabillo del ojo vi que sólo tenía puesta una mínima tanga, me abrazó besándome en el cuello, no estaba excitada pero las tetas apoyadas en mi espalda no pasaban desapercibidas y me preguntó:

--¿Qué pasó cielo, te aburriste?

--  Casi te diría que es hastío, antes vivía de noche en esos lugares, tomaba algo, hablaba con uno u otro, salía de un boliche para irme al de enfrente en que volvía a hacer lo mismo encontrándome con otros conocidos y en el exterior eso no me llama, además, a vos te lo puedo decir, la música me aturde, me hablan fuerte y me retumban las voces, los olores son muy disímiles, ya no me siento cómodo yendo a “bolichear”, por otro lado, no se crece al pedo.

--  Te entiendo, a mí me pasa igual prefiero ir a comer a un buen restaurant, ¿nos estaremos poniendo viejos?

--  Viejos no pero posiblemente sea parte del crecimiento intelectual, uno gana experiencia con otras cosas y perder la noche aturdiéndose ya no llama tanto la atención.

Luego de la filosofía de entrecasa nos bañamos juntos, hubo mimos, caricias, toqueteos, abrazos pero no pasó de allí, el sexo no era una urgencia, estar juntos sintiéndonos el uno al otro se imponía.  Nos secamos ayudándonos y nos fuimos a la cama abrazados y sonriendo, sabiendo que esos momentos nos unían más como pareja, hasta notaba que, al abrazarme, el calor que desprendía el cuerpo de Kande no era ardiente, era cálido, con esa calidez especial que sólo surge en los momentos íntimos que se comparten.  Nos dormimos sin pensarlo.

Nos despertamos como a las once, Kande ya tenía “sus” maletas listas y terminó de guardar todo lo mío en la única que yo llevé.  En el almuerzo estuvimos juntos y los primeros en retirarse fueron los pilotos y las azafatas, ellos debían estar antes para preparar todo, los tuvo que llevar Iker en la camioneta porque las seis valijas y los dos bolsos no entraban en un taxi, de paso el vasco llevó lo de él y un bolso grande que estaba etiquetado con el nombre de Zulma. Luego del almuerzo decidí que nos fuéramos enseguida, en caso de tener que esperar lo haríamos en el hermoso aeropuerto pero le aliviaríamos el trabajo a Sergio con el tema de los equipajes.

Lo hicimos así y a las tres y media de la tarde estábamos en condiciones de embarcar pero hubo que esperar hasta las cinco por el tema del manifiesto de vuelo y el horario dispuesto.  Paseamos, tomamos algo en una de las confiterías del lugar y aproveché para llamarla por teléfono a Zulma , el celular satelital que ella tenía no tenía problemas de horarios ni de señales por antena y me atendió eufórica al segundo timbrazo.

Puse el altavoz para que todos la saludaran y le avisamos que estaríamos en el aeropuerto de Toliara cerca de las doce del mediodía, que sólo era una visita de pasada para darle unos regalos y nos podríamos encontrar en la confitería de pasajeros en tránsito. Petro estaba al lado de ella y nos dijo que él hablaría con el Oficial a cargo para poder ingresar al sector sin problemas.  Embarcamos sin inconvenientes y partimos rumbo a Toliara .  El viaje se hizo más corto de lo esperado y la tranquilidad del salón de pax en tránsito del pequeño aeropuerto se vió convulsionado cuando las chicas la vieron a Zulma que venía del brazo del marido caminando hacia nosotros.

La chef estaba resplandeciente y con un nuevo look que la favorecía y rejuvenecía, se había cortado el cabello, lo tenía corto y lo peinaba con raya al costado como si fuera un varón, tenía puesta una blusa de color claro que le marcaba los pezones de esas tetas duras y paradas y desde la cintura portaba una pollera larga típica de la zona pero que en su cuerpo la diferencia se resaltaba.  Los abrazos no faltaron y me dediqué a “escuchar” todo lo que contestaba y lo que pensaba. Petro podía estar tranquilo, en ella todo era felicidad y el tema de la dosis de violencia en el sexo lo había dejado completamente de lado, ni lo extrañaba ni lo necesitaba al lado de “su” hombre.

Se puso muy contenta con los regalos pero más contenta aún por las demostraciones de cariño de todos.  En un aparte me dijo que jamás se olvidaría de mí y que no iba a dejar que me olvidara de ella porque tenía el número de todos y llamaría de vez en cuando para saber de nosotros.  Como se podrán imaginar le dije que no sólo no la olvidaríamos sino que ante el mínimo problema que tuviera que no dudara en llamar, me vendría a Toliara sin dudarlo, para ayudarla o para subirla al avión y traerla de vuelta a casa, además me ocuparía de que la hermana siguiera recibiendo el dinero que ella le pasaba mensualmente.  Luego de tomar algo todos juntos, nos despedimos con alguna que otra lágrima y continuamos el viaje.

Seguíamos yendo para atrás en el tiempo, salimos de Madagascar a las tres de la tarde del viernes y luego de diez horas de viaje, llegamos a Buenos Aires , el mismo viernes a las siete de la tarde, el tema de los husos horarios es una cosa de locos y te descompagina todo el organismo aunque paliamos bastante el problema porque aprovechamos para dormir todo lo que podíamos.  Así y todo, llegar a casa fue como haber llegado a un oasis después de atravesar un desierto, era pleno verano por eso a las ocho de la noche recién comenzaba a oscurecer.

Carlos y Virginia quisieron ponerse a preparar algo para comer o beber y la orden fue tajante, “no jodan con preparar nada, si tienen hambre se ponen de acuerdo y piden la comida a un catering, por otro lado, trataremos de pasar el fin de semana sin que nadie joda, no le avisen a nadie que llegamos” .  Allí saltó Kande a decirme que le había hablado a Kaila avisándole de nuestra llamada y Cielo y Gisela habían invitado a Azul y a Cintia a la pileta el sábado o el domingo, según se recuperaran del viaje.

Ya estaba, sólo me quedaba por cruzar los dedos y esperar que nos dejaran descansar.  Mi hermano y Silvina se despidieron diciendo que la habían pasado de maravillas y luego del abrazo con ambos le dije a Silvina que las puertas siempre estaban abiertas, que Kande y yo nos sentimos muy bien compartiendo… el viaje y la estadía con ella, se sonrió pícara y me contestó que no nos desharíamos tan fácil de su presencia y mientras me decía esto pensaba en cómo hacer para gozar nuevamente con nosotros dos o conmigo solo.

Luego de que ellos dos se fueron, cada cual puso rumbo a su habitación, habíamos comido algo en el avión así que el pedido al catering fue “pizza y fainá” , seis de distintos gustos y era casi como un “antojo” porque en Hong Kong ni hablar de comer pizza, eso sí, le dije a Virginia que para mí, plato, cuchillo y tenedor, estaba podrido de los palitos chinos y los pedacitos de comida repartidos en distintas cazuelas, además le pedí que pusiera vasos de tragos largos para tomar la gaseosa, allá era en latas o en unos vasitos de cerámica.

Muy acostumbrado a lo occidental no me hallé nunca con esa forma de comer, comían con los palillos la comida que había dentro de los cuencos de sopa, lo que implicaba salpicaduras a granel luego tomaban el caldo directamente desde el cuenco o plato, si nuestras madres o abuelas nos veían hacer eso nos calentaban el culo a chirlos.

Por otro lado, era lógico comían sentados con las piernas cruzadas en almohadones y sobre mesas bajas, ¿cómo hacés para llegar con la comida a la boca sin que en el trayecto no caiga ninguna gota sobre el mantel o la ropa? , esto no lo podés hacer ni con la cuchara.  No hay caso, a mi no me sacaban de la mesa alta y pudiendo arrimar la cara a la cuchara y al plato.

Admito que en los hoteles internacionales la cosa es distinta, las mesas son altas y aparte de los palillos te ponen cubiertos pero, los ves comer a tu lado o vas a un restaurant y te choca.  Jajaja, una vez me tenté con fideos, de esos amarillos y finitos que se ven en las películas, los pedí porque quería saber cómo lo preparaban pero… lo vi comer fideos a un chino a mi lado y se me fueron las ganas, ni tenedor con cuchara ni un carajo, lo levantan con los palitos y los absorben con el consabido “ruidito” hasta que los cortan con los dientes, deben ser ricos, a mí se me dio vuelta el estómago y ni siquiera intenté levantarlos con el tenedor y enrollarlos en la cuchara como hicieron varios de los que me acompañaban.

Cuando llegaron las pizzas las devoramos, un par de risas, comentarios sobre las comidas y cada cual a su dormitorio, urgía un buen baño y la cama propia.  Nos quedaban un poquito de fuerzas para enjabonarnos mutuamente y jugar con nuestros cuerpos aunque ni hablar de ir a más y llegar al sexo, creo que si Kande me lo pedía, esa noche se lo negaba.

La gloria para mí fue la mañana, el sol que inundó la habitación y que me obligó a correr las cortinas, el canto de un par de zorzales que parecían hablarse y el repiqueteo de algún que otro jilguero me hicieron sentir pleno, además, aunque estaba todo cerrado por el aire acondicionado, yo podía sentir el aroma del pasto, las flores y el tan particular de la casa.

Luego de las cortinas regresé a la cama donde Kande remoloneaba boca abajo esperando por mis caricias y algo más, sus caderas se movían sutilmente y toda su mente estaba enfocaba en un único pensamiento, “tomame, necesito sentirte” .  No esperé y la cubrí con mi cuerpo, coloqué mi miembro entre sus piernas para que gozara con él y me hiciera gozar con sus movimientos sutiles mientras se lubricaba con sus jugos.  Apoyé mis manos en sus antebrazos colocados al costado de su cabeza y jugué con su cuello y nuca besando y mordisqueando la zona, sus ronroneos se hacían oír y el glande buscó por si sólo el orificio estrecho de su vagina.  La penetración fue lenta ante sus gemidos que se incrementaban pidiendo más profundidad.

Comencé a entrar y salir despacio porque sabía que eso la desesperaba pero sólo fueron dos veces, después nos olvidamos del Mundo por un rato cuando incorporó sus caderas y dejó la cabeza y parte del torso apoyado en la cama.  Allí no había problemas de oídos indiscretos que te hicieran contener y la habitación insonorizada absorbió todos sus gritos y exclamaciones de placer, cada uno de sus orgasmos parecía potenciarme y llené su vagina hirviente con el enorme placer de escucharla gritar su felicidad.  Se había dejado caer sobre la cama y conmigo aún adentro no paraba de estremecerse y temblar ante cada contracción, al quedarse quieta comenzó a reír feliz y se giró saliendo de abajo para comerme la boca con un beso en que me demostró todo su amor.

Luego de bañarnos bajamos a desayunar, era media mañana y estábamos todos allí, Virginia había hecho un desayuno espectacular, se había levantado temprano con Carlos y pidieron todos los ingredientes, en la mesa no faltó nada, tostadas mermeladas, dulce de leche, café, leche, crema, jugos de frutas naturales.  Nos matamos en ese desayuno, nos hacía falta disfrutar de nuestros sabores.

Los muchachos ya habían corrido un rato recorriendo todo el perímetro de la propiedad, se habían duchado y estaban como nuevos y por un momento todo se trocó en risas por las caras que traían Gisela y Rocío , parecía que aún tenían la almohada pegada a sus caras y creo que sólo se despertaron cuando se les abrió el apetito viendo lo que había en la mesa.

Rocío nos dijo que tenía ganas de quedarse pero, a la vez extrañaba mucho a sus padres y se iría antes de almorzar, sabía que había hablado por teléfono todos los días y estaba tranquila por su salud y por la atención que le brindaban pero, necesitaba volver a verlos y yo no iba a ser quien le negara esa posibilidad, Kande había hecho buenas migas con mi tía y se ofreció a acompañarla, se fueron en el coche de mi prima y llamaría a Blago o a Iker cuando quisiera que la fueran a buscar.

Gisela y Cielo se metieron en el sótano para controlar sus equipos y acoplar todos los nuevos que habían conseguido en China por intermedio de un hacker que respondía a los “amigos” de la Triada-Madre. Las dos estaban que “se salían de la vaina” por probar lo último de la tecnología.

Ya después del almuerzo, según parecía, había que recuperar lo que les faltaba de sol en sus cuerpos, por eso varios hicieron de “lagartos” . Tai y Carlos fueron a ver a los muchachos de la Seguridad para que les pasaran las novedades y en un momento me vi solo y pleno dentro de esa enorme casa que irradiaba buena energía y quietud, primero pensé en dormirme una buena siesta pero se me cruzó por la cabeza ir a visitarlo a Jorge en su nuevo negocio, de paso compraría una buena colección de hormas de quesos y vería si había algún vino bueno, aunque más no fuera para tener.

Le avisé a Tai donde iría y ante sus preparativos le dije que lo haría solo y que después la pasaría a buscar a Kande .  Manejar el Audi me pareció maravilloso y en poco tiempo estuve estacionado en la amplia playa de estacionamiento que tenía el establecimiento de mi amigo.  El enorme local se veía con mucho movimiento de clientes y no quise ir a verlo porque no querría cobrarme lo que llevara así que deambulé por las góndolas compré un par de cajas de vinos buenos y algunas hormas de queso.

Me acordé de Iker y de Carlos y llevé quesos españoles e ingleses junto a varios chacinados y hormas de fiambres surtidos para hacer unas picadas y no, no me olvidé del “jamón de pobres” , la riquísima “mortadela” tuvo su lugar de privilegio.  Aboné religiosamente en una de las cajas y luego de que un empleado me ayudara a cargar todo en el coche regresé al edificio para saludar a Jorge.

Había notado que el local rebosaba de personal de Seguridad, me pareció excesivo el número de efectivos pero yo no pensaba imponer a mi Agencia (Jorge ignoraba que la tenía) y él sabría qué tan peligrosa era la zona en que estaba.  Estaba por entrar nuevamente y mi “voz interior” se hizo oír, “vas a tener que andar con pies de plomo, a tu amigo lo tienen semi secuestrado,  hay una banda de piratas del asfalto que roban las mercaderías de los camiones y la comercializan por medio de los negocios de tu amigo y de otros comerciantes más” .

La noticia me cayó para la mierda, fue como una patada en los huevos pero traté de calmarme y me volví hacia el auto para seguir preguntando tranquilo.

--  Necesito que me expliques que es esto que está pasando con el negocio de Jorge y con él.

--“Tu amigo está involucrado indirectamente y eso hace que esté condicionado y, como dicen ustedes, “hasta las manos” con la mercadería robada”.

--  Eso es imposible, Jorge no es un delincuente ni mucho menos.

--“Nadie dice que lo sea, firmó una entrega de mercaderías sin saber que eran robadas, lo extorsionaron con eso y tuvo que seguir firmando por sucesivas cargas.  Lo obligan a vender esa mercadería en los negocios que tiene, lo mismo hacen con otros tantos comerciantes, lo “disfrazan” todo por medio de una Agencia de Seguridad privada y no los dejan ni tocar el teléfono”.

--  Eso es simple, hago la denuncia y que lo investiguen para que salte todo el embrollo.

--“A veces no te entiendo los razonamientos, pareces idiota, si hacés la denuncia el primero que va preso es tu amigo, ¿cómo justifica que lo extorsionaban?, en los papeles es responsabilidad absoluta de él”.

Primero me puse a putear enojado porque parecía que los problemas esperaban por mí, quería descansar un fin de semana tranquilo y me venía a encontrar con esta sorpresa.  Hacerme el boludo y mirar para otro lado no podía, Jorge era “mi” amigo, “mí” hermano del alma y no podía dejarlo de lado.  Después, cuando me calmé lo pensé mejor, no era porque los problemas esperaban por mí y no me dejaban descansar, el tema era que existían porque la corrupción y la delincuencia no descansan.  Esto de Jorge había comenzado hacía una semana y vaya a saber cuántos comerciantes pasaban por lo mismo, además estaba seguro que existirían los que se “prendían” en esto para llevarse ganancias mal habidas.

Antes de hacer algo debía pensar bien en cómo procedería, lo primero era averiguar el nombre y la dirección de la Agencia de Seguridad, para eso le pregunté a un efectivo que estaba en la puerta pues parecía ser el que mandaba en esa zona, si podía decirme adónde debía dirigirme para contratar los servicios de la Agencia.  Me dio el nombre de la empresa que estaba impreso en un escudo de su camisa y me dijo que lo buscara en Internet pero, no pudo evitar pensar en la dirección y en una tal Greta que era quien los dirigía en nombre del ex Comisario Claudio XXXXX que era su marido y el dueño, con eso tenía suficiente.

Desde el auto, sin descuidar el tránsito pedí en voz alta, “llamar a Kande , era fantástico esto de usar la computadora del auto para utilizar el teléfono sin usar las manos.  Atendió enseguida y le dije que la pasaba a buscar en minutos, que se despidiera y me esperara en la puerta, no quería pasar a saludar a mis tíos, estaba embalado con otras cosas en la cabeza.  Saludé a Rocío con la mano y Kande subió mostrando algo de preocupación…

--¿Qué pasó cielo, hubo algún problema?

--  Lo hubo, lo hay y seguramente lo habrá pero, hay que proceder con calma y efectividad.

Antes de explicarle algo a mi mujer, la hice llamar a Cielo , le pasé los datos que tenía y solicité un detalle exhaustivo de esa Agencia y de sus integrantes, que se pusieran con ello de inmediato porque al llegar quería tener algo listo, después le expliqué a Kande lo que me había pasado en lo de Jorge y los que me había dicho el YAOGUAI al respecto, me contestó después de escucharme…

--Tienen que tener algo muy bien montado, robar los camiones con mercaderías es lo más fácil, reducen a los custodios y ningún conductor de camión se hace el loco, se deshacen del GPS del camión y aquí es dónde se comienza a complicar todo, hay que llevar el camión a un lugar alejado de miradas indiscretas, sacar toda la mercadería, desmantelarlo o dejarlo en un lugar más o menos alejado y luego hacer el reparto de la mercadería con camiones propios que pertenezcan a alguna empresa XXXX o no identificables, tiene que haber muchos involucrados.  Otra cosa que habría que ver es que Compañía de Seguros responde a los robos de mercaderías.

--  ¿Por qué metés en el medio a las Compañías de Seguros?

--Porque la carga tiene que salir asegurada por Ley y si son muchos robos tienen que denunciarlos, allí puede haber alguien metido en el tema que pase por alto esto o alguien en la recepción de las denuncias evitando las investigaciones.

--  No sería de extrañar, la Agencia de Seguridad parece pertenecer a un ex Comisario y todavía debe tener contactos que le respondan a él, tendré que llamarlo a Matías, él debe saber quién es.

Mi olfato me hizo notar enseguida que Kande destilaba adrenalina, se enfrascó enseguida en pensamientos destinados a la manera en que se podía proceder sin perjudicar a Jorge , seguramente pasaría lo mismo con los demás muchachos al enterarse de esto.  Al llegar a casa le pedí a Carlos que bajara la mercadería del auto y nos fuimos con Kande al sótano.  Las Informáticas habían adelantado muchos los datos relacionados que les pedí.  La Agencia figuraba a nombre de Claudio XXXX , un ex Comisario Mayor retirado de la Policía Federal que estuvo a punto de ascender a Comisario General, último cargo del escalafón, el que llegaba a ese cargo generalmente pasaba a ser el Jefe de toda la Policía, así que contactos, adentro y afuera, debían sobrarle.

Cielo y Gisela , las dos con sus respectivas tangas de color amarillo y fucsia, estaban sentadas frente a sus consolas y tenían varios papeles preparados que Cielo de inmediato se apuró a colocar en una carpeta.  Luego de saludarlas a las dos con un piquito, lo mismo hizo Kande , terminaron con las impresiones de los datos y Cielo me entregó una carpeta con hojas y fotos.  Le pedí que en la pantalla grande me mostrara todo lo capturado.  Aparecieron allí las fotos de los siete principales dirigentes de la Agencia de Seguridad, por lo menos de los que conformaban la Junta Directiva porque figuraba como una S.A.(Sociedad Anónima) .

El Presidente de la misma y socio mayoritario era el tal Claudio XXXXX , como Vicepresidente figuraba su esposa, Greta XXXXX , luego los cinco restantes figuraban como Directores de Áreas, todos, en distintos grados, eran retirados de la fuerza policial.  Seguramente habría Jefes de Secciones, Coordinadores, Supervisores y una extensa lista de efectivos porque cubría un amplio aspecto de Objetivos, era un aproximado de doscientos cincuenta objetivos que abarcaban barrios privados, mansiones particulares, custodias personales, comercios y traslados de acompañamientos.

Su radio de operaciones estaba limitado a la Provincia de Buenos Aires, la Capital Federal y parte de la Provincia de Santa Fe. Gisela se estaba ocupando de hacer un detalle pormenorizado de las propiedades, cuentas bancarias y de ingresos y gastos de cada uno de ellos y sus familiares, le pedí que sólo se dedicara a los de la Junta Directiva y llamé por teléfono al Director de la Agencia de Detectives para que se ocuparan de la lista del personal a fin de averiguar cualquier detalle importante.

Le dije a Cielo que con lo que me había dado podría comenzar a ver que se hacía pero que me importaba mucho averiguar a qué tipo de comercios le brindaban Seguridad pues entendía que según los comercios y las mercaderías que vendían podríamos saber que golpes darían, asimismo se tenían alguna empresa subsidiaria en el ramo de transportes o si le brindaban servicios fijos a alguna empresa de este ramo.

Ambas chicas quedaron trabajando con sus encargos y llamé a todos los demás a mi despacho, había que idear un plan para desmantelar toda una red de corrupción y delincuencia que parecía estar muy bien organizado, además y para mí lo más importante, hacerlo zafar a Jorge del problema en que lo habían metido.  Mientras esperaba a los muchachos lo llamé a Matías , él y Kaila junto a sus respectivas parejas tenían que venir a cenar a casa.  El operativo “Piratas” se ponía en marcha…

Continuará…

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