El demonio de nombre extraño (37)

Paseo con Kande y comentarios variados. En la noche estalla una mini guerra mafiosa para derrocar al anciano Jefe y me veo involucrado junto con Tai.

“GOLPE DE ESTADO”.

Finalmente, unos cuarenta minutos después Kande abrió la puerta de la habitación, vio que estaba a oscuras porque ya la tarde-noche estaba adelantada y después de fijarse en el bulto que había en la cama, pretendió pasar despacio hacia el baño,.  Me desperté apenas abrió la puerta y seguí sus movimientos, la atajé antes de entrar al baño…

--  ¿Será apropiado esto de que mi mujer me ignore después de estar todo el día afuera?

--Mi cielo, nada que ver pensé que dormías y no quería despertarte, jamás podría ignorarte.

Tardó lo que un suspiro en tirarse sobre la cama para quedar a mi lado y comerme a besos, comenzó a contarme como había sido el día de turista y la interrumpí para decirle que fuera al baño tranquila, que ya me contaría con más detalles.  Había prendido la luz del velador y la vi sacándose la ropa apurada para entrar sólo con la ropa interior.  Me desperecé y me levanté, tenía la garganta seca y con una lata de gaseosa me senté frente a los enormes ventanales a mirar las luces del puerto, el reflejo de las aguas y las luces de las embarcaciones más chicas que circulaban yendo y viniendo.

No sé cuánto tiempo estuve así ensimismado en los movimientos, hasta que el abrazo de Kande desde atrás me sacó de ese estado, me besaba en el cuello, me acariciaba el pecho y me dijo al oído que me había extrañado todo el día.  Yo estaba sentado en un sillón individual ancho y ella pasó hacia delante de mi cuerpo para, abriéndose la bata blanca, arrodillarse con las rodillas al costado de mis muslos y luego se sentó en ellos.  Los besos no tardaron en llegar, dulces, tiernos, hasta que comenzó a acelerarse y pasaron a ser apasionados, la negra africana se había excitado y como a mí me faltaba poco, la completó con su aroma a hembra deseosa de macho.

No sé como hizo sin cambiar la posición pero el bóxer desapareció pronto y al pene también, lo “escondió” muy profundamente en el interior de su vagina lanzando al aire un gemido de satisfacción.  No dejó que me moviera y no se apuró, se tomó el tiempo que quiso y sus caderas se movieron lentamente haciendo que el miembro recorriera todos los pliegues de su intimidad, alternaba entradas y salidas como si lo hiciera en cámara lenta y me apretaba utilizando los músculos vaginales como si tuviera una mano allí adentro, cuando estuvo a punto aceleró un poco sus movimientos y acercándose a mi oreja me dijo: “Quiero sentirte vida, necesito sentirte” .

No hizo falta más, terminamos los dos a un tiempo haciendo que sintiera sus contracciones cuando el líquido caliente se depositaba en su interior.  Me había cogido, follado, fucking o fornicado de sentado y me abrazó fuerte transmitiendo lo que sentía, además me lo hacía saber con sus pensamientos.  Tuvimos que bañarnos y ahora juntos pero esta vez, cuando me enjabonaba la espalda, expresó todo su entusiasmo por la visita que habían hecho todos al Buda Tian Tan y al Monasterio de Po Lin .

Según me contaba, los casi trescientos escalones que existen para llegar a la gran estatua de bronce ni se sintieron, además como lo hacían en grupo fue divertido y con muchas paradas porque el paisaje ameritaba descansos para filmar o sacar fotos a postales hermosas que se veían desde las alturas.

Con el Monasterio, al principio, tuvieron un problema, estaba en refacciones y no se permitía el ingreso de turistas, sin embargo cuando ya estaban desmoralizados porque es un lugar para disfrutar por su tranquilidad, paz y con una arquitectura maravillosa, dos señores chinos muy atildados ellos hablaron con el monje de la puerta que se había mostrado intransigente y luego de esto, el mismo monje corrió como cuarenta metros para decirles que ese grupo “especial” podía recorrer las instalaciones.

Una pareja estadounidense se dio cuenta de esto y se les unió para ingresar pero a los dos chinos que hablaron con ellos no los volvieron a ver, seguramente se fueron porque ni ella ni ninguno de los muchachos los ubicó nuevamente.  Se me dio por pensar que los “tentáculos” de determinada organización eran muy largos y Kande pensó lo mismo.  La cuestión es que pasaron allí un día maravilloso y hasta comieron comida preparada por los monjes cocineros, tampoco fue difícil comunicarse porque muchos de ellos hablaban Inglés aunque otros no podían decir ninguna palabra por sus votos de silencio.

De regreso, aunque volvían cansados pararon un rato en las instalaciones de Disneyland Park de Hong Kong , habían disfrutado de algunos juegos y recorrieron algo del lugar pero era muy grande para un rato, luego tomando un tentempié en una confitería decidieron que lo visitarían en uno o dos días desde que abriera hasta que cerrara.  Me enumeró otra serie de lugares para visitar, entre ellos tomar un tren de época que te llevaba al cerro más alto de la isla pero yo pasaba de andar haciendo turismo, no me gustaba desde antes y menos ahora, bastante con que viajaba de continuo a distintos lugares resolviendo más de un problema.

Tomaba un aperitivo antes de cambiarme para ir a cenar y me puse a pensar en el anterior “Portador” , lo primero que se me ocurrió fue insultarlo casi en voz alta porque él no había intentado solucionar nada con las Familias y las empresas hasta que escuché la risa de YAOGUAI resonando en mi cabeza y me obligué a pensar distinto evaluando otro tipo de cosas.

El “Portador” anterior ya era viejo cuando recibió al Espíritu, venía de ciento y pico de años atrás siendo “Portador” , apenas tenía Educación y muy poco conocimiento de Mundo, los transportes no eran los mismos, lo habían agarrado viejo y cansado pero a mí me “embocaron” justo.

--  ¿Es así la cosa, necesitabas a un tipo más decidido y con más energías? , -pregunté mentalmente-.

--Al fin te diste cuenta, yo no decido sobre el futuro “Portador”, por eso hubo demasiados errores a lo largo de toda la Historia o de MÍ historia y cuando saltaste porque te defendías ante una acusación injusta me di cuenta que tu potencial era distinto y actué sobre el viejo para, si se quiere, “cambiar el envase”, el tiempo que ha transcurrido y tus acciones me dieron la razón.

--  ¿De preguntar opiniones nada de nada, no?

--No seas iluso, ¿qué querías que te preguntara?, ¿querés llevar un Espíritu adentro que se manifiesta como un oso?  Ahora tenés Poder de decisión, Poder económico, salud, fuerza, rapidez, determinada impunidad, energías de sobras, libertad para moverte, longevidad, y sí, es verdad, te tocó como producto del azar pero… no podés decir que perdiste.

Lo peor o lo mejor es que no podía discutirle nada, dejé la conversación mental más convencido que nunca de cumplir con lo estipulado y además de hacerlo bien disfrutar sin tapujos de todo lo que se me ofrecía.  Volví a dedicarme a Kande y le pregunté si quería comer en el comedor del hotel o salir a cenar afuera, me contestó sin pensarlo, “tengo más ganas de comer en la habitación y creo que todos estarán en la misma, después del baño se siente el trajín de todo el día” .  No hubo más que pensar y pedimos para cenar en la suite.

Mientras esperábamos la cena le conté a mi mujer sobre los allanamientos y que me había llamado el Oficial a cargo para agradecerme, también le dije que había estado Chao con la novia y dos familiares más para pedir clemencia ante las decisiones de YAOGUAI .  Le comenté que lo había consultado y que perdonaba a las mujeres y a los hijos pero que a los tipos los exiliaría, lo que no supe decirle es cómo lo haría. Kande me iba a contestar algo y le hice una seña para que no hablara, me quedé escuchando, Gonzalo , esta noche van a dormir los dos, sin despertar y descansando, yo tengo que salir de tu cuerpo, ya sabés por qué” .

Efectivamente, después de cenar y de que retiraran la mesa con las sobras, ni tiempo para el café nos dio, el sueño fue como un ataque y apenas si tuvimos energías para llegar a la cama.  No bien Kande revoleó la pierna para pasarla sobre las mías ya estaba dormida y yo, tratando de resistirme pretendí aguantar y no dormirme…  Una pavada total, lo último que recuerdo es mirarla a mi mujer cerrar los ojos y luego el golpe en la puerta que me despertó, me puse la robe y atendí, era mi hermano que me venía a preguntar si podía usar una de las camionetas porque quería ir a almorzar con Silvina a uno de los restaurantes más selectos de la isla, le dije que le avisara a Tai y que se llevara la que quisiera.

Era una tontería, podría haber utilizado un taxi o el servicio de limusina que ofrecía el hotel pero…  allá él si quería volverse loco con el tránsito, así y todo me animé a meterme, con algunos se me daba mejor eso de opinar sobre lo que a mí me parecía y dejarlos luego librados a lo que quisieran hacer, “insisto, llevá la que quieras pero si querés quedar como un Duque con Silvina, pedí el servicio de limusinas y la llevás en un vehículo lujoso, íntimo y poderoso, además, no te vas “enloquecer” con el tránsito y la gente” , -le dije- y se le iluminaron los ojos, me contestó que hablaría con la gente de RR.PP.

Nos dirigimos a desayunar como a las diez de la mañana y estaban casi todos allí, no fuimos los únicos a los que se nos pegaron las almohadas y en algunas caras aún se notaba el sueño.  Las chanzas, las bromas entre unos y otros abundaban refiriéndose al día que habían pasado e intercambiaban fotos pasándolas de uno a otro celular, se notaba que la buena onda reinaba.  Los saludé a Gustavo y a Sergio , era raro que estuvieran junto a nosotros, los pilotos, desde siempre, solían hacer “rancho aparte” y nadie decía nada por esto aunque no eran mal recibidos cuando se acercaban a compartir.

Gisela y Azul hacían los planes para salir a “hacer turismo” , luego lo consultaban con Carlos que era quien dirigía al grupo aunque sólo era una formalidad porque el mayordomo se “prendía” en todas las salidas con el mejor ánimo y desde allí con todos los demás que opinaban.  Saldrían después del mediodía así que estiramos bastante la sobremesa del desayuno, casi al finalizar ingresaron al lugar Chao y Shui , querían hablar conmigo y enseguida supe que era por el “exilio voluntario” de algunos parientes, lo que pensaban no era para alarmarse e hice que presentara a la novia con todos los presentes.

Shui me saludó respetuosamente pero con una sonrisa suspicaz, además lo que pensó sobre mí me hizo saber que era muy íntima con la hermana y la prima y que no le disgustaría conocer la experiencia que ellas vivieron, enseguida recordó que yo la podía “leer” y se ruborizó bajando la vista, luego se “pegó” a Kande que era a la que conocía y recibió de buen grado los saludos y las felicitaciones de todas las demás chicas, al rato ya departía jocosamente con Gisela , Cintia y Azul mezclando el Inglés con el Español chapuceado.

El celular vibrando me sacó de una charla con los pilotos, Roberto y Danny , según parecía los cuatro solían salir juntos y bromeaban con eso.  Era la Directora General del Consorcio, me preguntaba sobre el Oficial porque había ido de parte mía a tratar de averiguar sobre si había quedado algún dato en las computadoras de los implicados en su caso.  Le pedí que le permitiera ver lo que necesitaba aunque, salvo lo que blanquearon las secretarias no creía que hubiera más, la despedí deseándole suerte en el nuevo cargo, tenía por seguro que no me defraudaría.

Todos se fueron levantando para prepararse y Kande y yo nos quedamos junto a Chao y Shui para que me contaran sobre lo que había pasado en la Familia.

--Pasó que el marido de mi cuñada y el marido de una prima junto a un sobrino político, de buenas a primeras, esta mañana, prácticamente con lo puesto renunciaron a la Familia, dejando libres, en el caso de los casados, a sus hijos y a las mujeres para que hicieran sus vidas sin contar con ellos, retiraron la mitad de sus fondos bancarios y sin más, se fueron vaya a saber adónde, -dijo Chao -.

--  Bueno, según lo conversado ayer con tu hermana y con tu prima, fue lo acordado para que el YAOGUAI no procediera con todos más drásticamente, ¿eso no te lo contaron?

--No, de eso no hablamos.

Shui contestó casi automáticamente pero rápidamente se dio cuenta de la doble intención de mi pregunta, se sorprendió y los colores carmesí de su rostro la traicionaron, era evidente, por lo menos para mí, que Lixue y Yun sólo le habían contado de las cogidas y de cómo se sintieron con eso.  Seguí hablando como si nada pero la miré a Kande sonriendo cuando pensó, “¿me parece a mí o la noviecita de Chao está caliente con Gonzalo ?” , de inmediato se dio cuenta que la había “escuchado” y me dijo en voz baja, “perdón, se me escapó” .

Les expliqué a grosso modo lo que había hablado con la hermana y la prima de Shui , lógicamente sin decirles que se habían ofrecido a algo más que darme las gracias por interceder. Shui , un tanto curiosa se lanzó a preguntarme si sabía lo que había hecho o dicho el YAOGUAI para que los tres implicados decidieran huir de ese modo, abandonando no sólo a sus familias sino también sus empleos y medios de vida.  Le contesté que, sinceramente, no sabía y seguí…

--  Ya les dije y lo reitero, para ciertas y determinadas cosas, él es el que decide, no pierde tiempo con consultas y ni siquiera yo me entero, de todos modos, me alegró que no haya habido muertes de por medio .

Para terminar la conversación le dije a ambos que le avisaran al Jefe de Familia que la reunión la realizaría pasado el mediodía del día siguiente.  Esto le dio pie a Shui para invitarnos a almorzar con todos ellos y ya que se reunía la Familia ellos aprovecharían para formalizar su unión.  En principio me vi tentado de aceptar ese almuerzo pero decliné la invitación diciendo:

--  Shui, Chao, agradezco enormemente la invitación pero no me parece conveniente, ustedes van a formalizar su compromiso y el agasajo debería ser sólo para los dos, si yo estoy en el almuerzo les restaría protagonismo, es más es preferible que me presente al evento unas tres horas después del almuerzo y sé porque se los digo, la “aparición” puede aflojar algunos estómagos y no es conveniente empañar todo” .

Chao insistió pero Shui se dio cuenta que lo que yo decía era cierto, según nos comentó, ella misma después de la cena, cuando vio al oso tuvo que hacer un esfuerzo por no vomitar y aguantar otras “flojedades” que casi la hicieron pasar vergüenza, Kande se sonrió porque, en otras palabras, Shui nos decía que casi se “caga del miedo” .  Me surgió un interrogante y se los planteé:

--  Chicos, yo tengo una duda, ¿cómo van a hacer con uno en América y otra en China?, ya deben saber que la distancia no fortalece ninguna relación, verse dos o tres veces por año no hace esto muy duradero.

--Lo sabemos y la idea es que ella haga un curso intensivo de Español y se mude a La Argentina .

--Mi padre ahora no puede negarse y como máximo en seis meses yo estaría radicándome allá, según Chao , allí podré ejercer funciones similares en el Estudio que él dirige y podré estar a su lado.

Notaba que la china se cuidaba mucho de pensar en algunas cosas mientras hablaba conmigo intercambiando palabras en Chino o Inglés que Kande o Chao me traducían, sin saber que el Abogado chino y hoy prometido se había guardado bien de, posiblemente por omisión u olvido, hacerle saber que yo podía entender cualquier idioma.  La intervención de mi mujer contando que a ella también le había resultado difícil dejar todo lo anterior para radicarse en un lugar totalmente desconocido pero que finalmente, con la buena gente que se encontró, se le hizo más sencillo adaptarse y dejar de lado a conocidos y allegados.

Mientras ella escuchaba a Kande y yo le pedía al camarero que nos acercara unos aperitivos, bajó un poco sus defensas y pensó en dejar de lado a dos compañeros de estudios con los que aún seguía viéndose y en la esposa de uno de ellos con las que tenía algunas “escapadas” rememorando lo que había aprendido con otra ex compañera de sus épocas de estudiante. ¡Mirala vos a la Abogada china! , como se diría soezmente por mis pagos, “ese culito no lo hiciste cagando” .

Me hice el tonto como si no les prestara atención y llevé la conversación para el lado de Lixue y Yun

--  Volviendo a tu hermana y a tu prima, espero que la decisión de los maridos no las haga decaer y puedan estar más liberadas, no sé como la llevarán con sus hijos pero ellas me demostraron que tienen ganas de ser y un potencial enorme como mujeres y personas.

--Yo las vi muy bien y más liberadas que nunca, -contestó rápidamente Shui y entusiasmada con lo que sabía siguió pensando- “y cogidas como nunca, con los culitos a la miseria pero con ganas de recibir más, ¡quién pudiera!” .

Allí se cortó, bajó la vista y se ruborizó, tan normal y levemente como solía hacerlo de modo cotidiano y ni Chao ni Kande pensaron nada extraño.  Yo le miraba los labios rellenos y aunque de boca chica, invitaban a morderlos, el físico menudo y frágil, en apariencia, te incitaban a rodearlo con brazos fuertes y protectores, además, recordando su culito duro y parado, no tan chato y “oriental” provocaba que mi libido actuara y, seguramente por tratarse de una china, ésta era potenciada por el “Espíritu” , como fuere, me estaba excitando.

--  Hicieron muy bien en decirles que me vinieran a ver, yo no soy de solicitar, ni buscar nada de nadie pero, si me viene a pedir y saben cómo hacerlo, soy de entregarme sin trabas buscando de satisfacer las necesidades del que pide o por lo menos es lo que intento, con ellas fue así y creo que no fueron defraudadas.

--Para nada, aparte de reverdecer todas las Tradiciones e historias van a defender con uñas y dientes a Gonzalo .

--Jajajaja, eso nos pasa a todas las que lo conocemos, mi hombre es maravilloso , -dijo Kande sin ninguna otra connotación especial-.

Luego de que se fueron quedamos Kande y yo solos, los demás estaban de turistas y me dieron ganas de hacer lo mismo, no daba para dormir, estábamos pasados de vueltas con el tema del sueño y recordé el servicio de limusinas que le había recomendado a mi hermano, ni loco me iba a poner a manejar en el tránsito de Hong Kong .  Le dije a Kande de irnos a cualquier lado en ese vehículo y me pidió regresar a la Isla de Lantau para visitar Tai O , la Villa de Pescadores, le habían comentado que los Tanka , los moradores de esa villa eran gente muy apacible y amable y vendría bien para alejarse del loquero que era la ciudad.

Dicho y hecho, nos costó un buen rato llegar pero se hizo breve porque desparramados en los lujosos asientos de la limusina y tomando una copa, disfrutamos del paisaje, de la gente y del enloquecido tránsito.  A medida en que nos aproximábamos a la Villa de Pescadores el paisaje iba cambiando, no era tanto cemento y se divisaban más nítidas las colinas matizadas de distintos verdes.  Atender nos atendieron bien y fueron más que amables, no sólo con nosotros sino con todos los turistas pero… había que hacerse a la idea de pensar como turistas sin hacer demasiado hincapié en la limpieza o en los lujos a los que estábamos acostumbrados.

La tan famosa “Venecia Asiática” con sus casas sobre pilotes, para mí, resultó deprimente, propiamente una villa de emergencia argentina o una favela de Río de Janeiro pero de calles anegadas, el aroma tampoco era agradable y no quise subir a una de las barcas que te paseaban por la zona inundada de botes, botecitos y barcazas que se desplazaban de un lado al otro.

Los ojos y los gustos de turistas suelen ser “tolerantes” si se quiere y con esa “tolerancia” nos acercamos a los puestos de comida callejera que por allí abundan.  Sobre lo que degustamos no tengo nada que decir, con la negra nos “matamos” comiendo cangrejos, calamares, tanto secos y salados como con distintas salsas, nos divertimos, comentamos y compartimos la comida, tal como lo que demostrábamos ser, una pareja, casi como de luna de miel, haciendo turismo.

Estaba lleno de visitantes, algunos de ellos en tours programados y había escuchado a los guías haciendo referencia al cuidado que debían tener con los arrebatadores por los bolsos, las billeteras o las cámaras y celulares, a nosotros, ni los chicos más chicos para pedirnos monedas se nos acercaron.  No, no era por algún aura en particular, los tres chinos ocupantes de una camioneta negra que había estacionado cerca de dónde nosotros estábamos se habían encargado de hablar con los cabecillas que “manejaban” a toda esa troupe de jovencitos que pululaban entre los turistas.

Desde allí en más, se “corrió la bola” hasta en los puestos de comida y todo fue de maravilla, Kande , que de tonta no tenía nada, también se percató de esto y, no bien comenzamos a movernos entre los puestos, me dijo: “parece que tenemos vigilancia protectora” , le contesté que ya me había dado cuenta pero que los ignoráramos, después de todo era una ventaja.  Regresamos atiborrados de pescado y mariscos, el conductor de la limusina también y nos agradeció muy deferente el haber compartido con nosotros la comida.

Llegamos al hotel de noche, prácticamente a la hora de la cena y ya estaban todos en el hall y la confitería contando sus experiencias. Silvina y mi hermano estaban resplandecientes, luego del almuerzo en un restaurant en que además de la buena atención y excelente comida recibieron toda una serie de atenciones, habían salido con la limusina a recorrer todo lo que se podía ver en Hong Kong haciendo turismo desde un automóvil tan particular.

--Nosotros hicimos algo similar con Cielo y Gonzalo en Nueva York , -dijo Gisela y la amiga pegó un salto en el asiento-, *la diferencia es que después de comer y pasear nos fuimos a bailar a un boliche cercano al restaurant y nos tomamos hasta el agua de los floreros, jajaja. (“Ni loca les cuento que allí Gonzalo* me desvirgó el culito”), -pensó para sí y me arrancó una sonrisa-.

De inmediato tomó la posta de la palabra Azul y contó que habían ido a pasear en tren que en realidad es un funicular que los llevó hasta la cumbre Victoria , que es el lugar más alto de Hong Kong y que en el trayecto habían disfrutado de un paisaje hermosísimo porque se podían divisar los rascacielos de la isla, la bahía y todo desde un marco de vegetación muy cuidada, dijo que habían pasado unos momentos maravillosos y gastaron las memorias de los celulares y cámaras.

Nos comentó también que el “trencito”(le quedó trencito) se llama The Peak Tram porque localmente a la cumbre Victoria se la denomina Peak(pico) y siguió contando…

--Teníamos ganas de subir a pie, nos dijeron que el trayecto nos insumiría unas dos horas, caminando iríamos, Cintia , Virginia,Rocío , Roberto y Danny , le avisamos a Cielo y no quiso, nos dijo que se quedaría con Gisela , le dijimos también a ella que viniera y se negó rotundamente a ir caminando por una especie de sendero, no hubo forma de convencerla.

Kande , Tai y yo largamos la carcajada, “el que se quema con leche, cuando ve a una vaca, llora” , les dije recordando un refrán de mi tierra.  Continuó contando Azul , Gisela nos contó de su mala experiencia en Brasil y aunque nos dijeron que era seguro, preferimos subir en el “trencito”, más vale prevenir que curar…” .  Ahora ya las risas fueron de casi todos y Gisela siguió con la broma…

--Ustedes jodan nomás total a la que le rompieron la cabeza fue a mí, menos mal que estaba Gonzalo que entabló una lucha sin cuartel para defenderme” .  La conversación fue en ese tono jocoso hasta que sonó mi celular.

La pantalla acusaba un nombre así anotado por mí en la agenda, decía “Jefe-Madre” y contesté rápido yéndome hacia un lugar apartado porque me extrañó enormemente el llamado.  Por teléfono no me iba a dar datos, sólo me dijo que necesitaba hablar conmigo con urgencia para ello me invitaba a cenar a su mansión y me mandaba un coche para buscarme en la puerta del hotel en una hora.  No me sonó a orden y sí a pedido de un favor especial, le contesté que mandara el auto pero yo iría siguiéndolo con el mío y con mi custodio pues no me movía sin él.

Aceptó y dijo que me esperaba, lo llamé a Tai y le cpomenté que en una hora salíamos para la casa del Jefe de la Triada-Madre , me despedí de los que conformaban el entorno alegando un compromiso de último momento y me fui para la suite a darme un baño, por lógica Kande me siguió, se moría de ganas por preguntar adónde tenía que ir pero no dijo ni una palabra.  La dejé con la duda hasta que me metí en la ducha, desde allí la llamé…

--  Te diría que te bañaras conmigo pero me llamó el Jefe de la Triada, quiere consultarme algo con urgencia y no puedo desairarlo .

--Ya me di cuenta que le avisaste a Tai , imagino que no van mujeres y por eso no me dijiste.

--  ¡Kande!, ¿te dio un ataque de celos?

--No tonto, sé que no llevan a las mujeres a esas reuniones pero eso no quita que no me preocupe, no me inspiran confianza, siempre pienso que van a tratar de clavarte un puñal por la espalda.

--  No sé para que será porque por teléfono no me diría nada, de todos modos, quedate tranquila, está Tai y ya sabés que si puede haber algún tipo de peligro me avisan desde mi interior, jajaja.

Me dio un beso y me dijo que iría a cenar con las chicas y después me esperaba con la cama calentita.  A la hora en punto estaba con Tai esperando en la puerta del hotel, paró un Audi negro, un chino de traje descendió, se presentó y me pidió que lo siguiéramos, que el Jefe le había pedido que sólo me mostrara el camino.

El viaje duró un poco más de treinta minutos y lo más engorroso fue salir de la locura del tránsito, ya después se hizo más tranquilo y las casas, a cual más grande, se hicieron más espaciadas, luego entramos en un pueblo en el que doblamos por cuatro o cinco calles distintas hasta que desembocamos en una entrada que tenía similitudes con los arcos chinos que existían en las distintas comunidades de los países en que se formaban.

Tai me comentó que todas esas vueltas tenían un sentido lógico para la seguridad del lugar, si los que entraban al pueblo eran extraños, al llegar al arco de entrada los de la casa estarían perfectamente al tanto de quienes y cuántos eran.  Lo escuché y lo recordé pero ni miré por dónde andábamos estaba de “charla mental” con el YAOGUAI .  Le había preguntado si sabía lo que pasaba, lo que me contestó no me dejó para nada tranquilo.

--“Te acabás de meter en el medio de un intento de Golpe de Estado en la Organización.  El Jefe no sabe nada y cuenta con vos sólo para que le digas quienes son de extrema confianza pues se enteró por el Jefe de Familia que podés leer la mente, te lo aviso antes de que lo descubras y te sorprenda”.

--“El tema es así el Jefe de la zona asiática en Tailandia , Indonesia , Malasia y Singapur donde se encuentra la mayor comunidad china emigrada cree tener derecho a ocupar el puesto de Jefe Máximo para ello cuenta con la ayuda del sobrino del Jefe actual que lo va a traicionar para estar de segundo al mando porque ahora sólo está como cuarto hombre de la, digamos Corte y eso sólo porque es el sobrino del “mandamás””.

--  Sí pero, a menos que lo maten directamente en la cena, no creo que eso sea posible, está muy bien custodiado o por lo menos eso es lo que imagino.

--“El sobrino compró al cocinero y a dos de los camareros, no sería de extrañar que lo envenenen con la comida o la bebida porque no se permiten armas en la cena”.

--  Con decirle que no tome nada o que cambien el menú diciéndole el porqué sería suficiente.

--“No seas iluso o casi tonto Gonzalo , los tipos saben que se juegan el todo por el todo y si no son expeditivos serán los primeros en perder.  El plan “B” por si falla la comida en la aparición a tal hora de un grupo tipo comando, hay ocho efectivos dispuestos a escalar el muro trasero de la mansión y otros ocho que descenderán de un helicóptero posándose en el parque frente a la residencia, esto porque tienen que eliminar a los Jefes más importantes y al grupo principal que rodea al Jefe actual”.

La cosa no “pintaba” nada bien, tendría que reunirme a solas con el Jefe y explicarle rápidamente cual era la situación pero, lo primero que hice fue avisarle a Tai cuál era la información que había recibido, el chino escuchó en silencio y me pidió que decidiera los pasos a seguir, él acataría cualquier decisión.

Lo primero que le dije es que él sería quien tomara el mando de la defensa y así tendría que acatarlo el Jefe Máximo.  Primero habría que cortar los lazos que sostenían todo, el sobrino, el Jefe de la zona asiática, sus custodios, el cocinero y los dos mozos debían ser capturados vivos, a los comandos se los esperaría antes de entrar a la casa y al helicóptero habría que abatirlo apenas tocara tierra, eso sí tenían algún tipo de armas en la casa para lograr esto.

La seguridad era muy estricta pero, vestidos al modo occidental, nos recibió el Jefe en la puerta junto a dos ancianos y pidió que no nos revisaran, a uno de los ancianos lo conocí de haberlo visto por la transmisión desde Nueva York y además estaba el intérprete.  Los cuatro hicieron las reverencias del caso aunque el Jefe no fue tan evidente con ellas, habida cuenta que sabía que no me gustaban demasiado.

Le dije de inmediato que el intérprete se dedicara a traducir sólo lo mío pues yo entendía perfectamente el idioma aunque no lo hablara y que no me explicara nada, que me urgía hablar con él a solas y/o acompañado con la gente de su más extrema confianza.  Se extrañó por esto pero pasamos todos a un privado.

Se sorprendieron cuando les hice saber lo que me había informado el YAOGUAI , uno de los ancianos expresó que no podían estar seguros de ello y lo miré más que serio diciéndole:

--  Si le tengo que mostrar al YAOGUAI lo tendría que matar por haberlo visto, a usted y a todos los presentes, confórmese con esto, -le dije y transformé mi rostro para parecerme al Jefe Máximo, lo cual provocó la sorpresa de todos, incluso la del propio Tai que abrió grandes los ojos-, si no queda conforme, me voy por dónde vine y se arreglan ustedes con este lío, vine a ayudar al Jefe no a que me pongan trabas por incredulidades.

Fue más que suficiente ya que el incrédulo fue llamado a callarse con dos gritos que metieron miedo, luego de eso me preguntó qué es lo que pretendía hacer…

--  En principio permítame ingresar en la cocina, yo le digo quienes son los traidores y los detienen sin matarlos, después me presentaré con los Jefes de las ciudades y se hará lo mismo con quienes pretenden dar el golpe, desgraciadamente uno de ellos es su sobrino, el otro es el Jefe de la zona Asiática y los custodios que puede haber traído.

No me contestaba nada pero el furor se le notaba en los gestos y en la mirada, el viejito dulce y apacible se había convertido en un tigre sediento de sangre que pensaba en desollar a sus enemigos.  Yo sabía que dirigir a una Organización de esta naturaleza implicaba tomar decisiones fuertes, rápidas y con un cierto tono de crueldad pero lo que el anciano pensaba aún en contra de los de su propia sangre iba más allá de cualquier especulación, ni hablar de las familias de los implicados, así y todo, no me metería y traté de aislarme de lo que pensaba, “hacés bien, eso no te tiene que afectar” , me hizo saber la “voz interior” .

Entramos con tres custodios más a la cocina y les marqué a los dos camareros que fueron reducidos de inmediato, el cocinero, dando un grito se quiso abalanzar sobre nosotros blandiendo una cuchilla de proporciones pero el disparo de la pistola con silenciador de Tai le destrozó una rodilla y se desplomó gritando enloquecido, pronto fue apresado, atado y amordazado tal como los otros dos.  En el bolsillo del delantal del cocinero se encontró una pipeta conteniendo un líquido incoloro y unas pipetas similares se encontraron en los bolsillos de las chaquetas de los camareros, “quédense tranquilos, después que beban de estas pipetas los dejaremos ir” , les dijo el Jefe enarbolando una sonrisa sádica que desconocía.

Nadie se percató de nada extraño y cuando ingresamos a la sala dónde se encontraban los otros Jefes zonales para cenar dos de ellos se pararon y me saludaron con reverencias, fueron el de Nueva York(500.000 miembros) y el de Bogotá(10.000 miembros pero una posibilidad de negocios ilimitada) a quienes ya había conocido oportunamente, es más, como el de Nueva York me había visto actuar adquirió una palidez no esperada, enseguida lo leí y era sólo miedo sumado al respeto, otra connotación no había allí.

Estaban también los Jefes de San Francisco (700.000 miembros) , España (260.000 miembros) , Perú (800.000 miembros, comunidad muy numerosa aunque de muy escasos recursos para negocios) , Inglaterra (130.000 Miembros) , Canadá (400.000 miembros) y el de la zona Asiática que entre los distintos países sumaba casi Dos millones de miembros, también estaba el sobrino del Jefe, un tipo de unos cuarenta años, totalmente occidental en sus gestos y vestimenta, muy atildado y educado pero con unos ojos huidizos y traicioneros.  Todos preguntaron extrañados quién era, es el “Portador” dijo el de Nueva York.

Es lo único que se escuchó porque el Jefe Máximo muy rápidamente ordenó a sus custodios que actuaran, éstos, de inmediato, inmovilizaron al sobrino, al jefe de la zona Asiática y a sus dos custodios, uno de ellos hizo un amago para resistirse y sin mediar advertencia alguna fue degollado ante los sorprendidos ojos de todos los demás.

Seguidamente los ataron fuertemente a las sillas y el Jefe ordenó enérgicamente a todos los otros que se callaran, el silencio se dejó oír en la sala aunque no en sus mentes, nadie entendía nada pero…  El sobrino del Jefe Máximo pensaba en que los habían sorprendido y el jefe de la zona Asiática pensaba, “no saben nada, no tienen nada, cuando lleguen mis soldados acabaré con todos” .

El anciano se dirigió a todos, “Fuimos traicionados por estos dos, tratarían de envenenarnos y si fallaba tomarían la casa con comandos, nos matarían a todos y se harían cargo de la Organización”“No puede ser, es imposible” , -decían todos atropellándose para hablar-.  Para demostrarlo hizo traer al cocinero y a los dos camareros, “es información que me trajo directamente el “Portador”, confío en él pero como ustedes no lo conocen como yo, estos tres perros se van a beber estas pipetas que tenían preparadas para rociar nuestras comidas o bebidas, a menos que nos digan quién los mandó y que recibieron a cambio por la traición” .

La voz era calma pero sus pensamientos eran un torbellino con sed de venganza, rompió una de las pipetas y la acercó al que yo le había marcado como el más débil de los tres y que “cantaría” enseguida, tiró de los cabellos del tipo para que levantara la cara y éste comenzó a rogar pidiendo clemencia, dijo a viva voz que la orden había surgido del sobrino y les había ofrecido 50.000 dólares americanos a cada uno por el trabajo, que les había dado un anticipo de 10.000 y cuando todo estuviera terminado les daría el resto.

“Éste se salvó, veremos que opinan los otros dos” , -dijo-.  La respuesta de los otros fue similar con ruegos y llantos para que no los mataran, incluso el cocinero explicó que el sobrino había ido a la casa para convencerlo pero que él no quería, entonces había amenazado a su familia.  Con éste el Jefe ya no se aguantó, le tapó la nariz para que abriera la boca y vertió el contenido de la pipeta en la boca del infeliz luego se la hizo cerrar por uno de los custodios y volvió a taparle la nariz para que tragara.  En menos de un minuto y con convulsiones mientras echaba una blanca y espesa espuma blanca por la boca, el tipo dejó de existir.

Uno de los Jefes, el de San Francisco , dio un salto, se armó de un cuchillo de los que había sobre la mesa y se lanzó hacía el Jefe de la zona Asiática, el grito fulminante del Jefe Máximo lo detuvo en el aire, “no los toquen, el “Portador” y el YAOGUAI quieren interrogarlos”“Tienen que morir, tienen que morir” vociferaba producto de la rabia y la bronca por el intento de asesinarlos.  Allí hablé yo…

--  Van a morir después que digan todo lo que saben y quienes estaban involucrados además de ellos dos, por lo pronto hay que prepararse para defender la casa.

Les dije así y le pregunté al Jefe si no necesitaba más a los camareros, me contestó que no, que se ocupara la custodia pero, yo los necesitaba para dar mi golpe de efecto y le pedí que me los dejara, asintió con la cabeza y ante los ojos aterrorizados de los demás Jefes los absorbí dejando un saco de piel a mis pies, luego le di un cuchillo filoso al Jefe de Bogotá y le dije que él sabía qué hacer para que los otros no escaparan caminando, me entendió enseguida, tomó el cuchillo y les cortó los tendones por detrás de las rodillas con sendos y certeros tajos, ninguno se inmutó por los gritos de los traicioneros descubiertos.

Tai ya había organizado a los defensores de la casa, había más de veinticinco hombres para la defensa y lo que no faltaban eran armas.  Al acercarnos a él les daba las últimas indicaciones, “recuerden bien, es su vida o la de ellos, traten de no apuntar al cuerpo, de seguro llevarán chalecos, apunten a la cabeza o mejor aún, a las piernas pero usando ráfagas cortas, dejen que se acerquen a unos veinte metros, ellos no esperan resistencia” .  Noté que además de las pistolas ametralladoras M10 , tenían fusiles M16 americanos y al lado de Tai se encontraban dos hombres que portaban Lanzamisiles (Tierra-Aire) FIM 92 Stinger también americanos, Tai portaba un tercero.

Quedaba poco tiempo para que se cumpliera la hora en que se haría el asalto y les pedí a los Jefes que buscaran refugio, tenía un bunker al efecto y allí se refugiaron todos juntos, debido a ello, sin que ninguno lo notara, cuando los acompañé “escuché” a cada una de sus mentes, principalmente la de los dos custodios personales del Jefe Máximo pero la de esos tipos no era sólo lealtad, también era devoción por su jefe.  No terminé de cerrar las puertas cuando escuché el primer tableteo de un fusil y después fue como una película de guerra en que sonaban disparos y explosiones de un lado y del otro.

Al sonido del motor de un helicóptero fue silenciado abruptamente por una explosión ensordecedora a la que después le siguieron dos más, al llegar al lugar ubicado para la defensa en los fondos de la mansión lo vi correr a Tai portando un fusil de paracaidista y abatir a uno de los mercenarios que se había cobrado la vida de tres chinos, el tipo aún se retorcía cuando el chino grandote llegó a su lado y lo remató con un tiro en la cara.  De los ocho tipos que intentaron el asalto por tierra sólo quedaron vivos dos de ellos y muy mal heridos porque los defensores de la casa se ensañaron con los restantes.

Los de la casa perdieron a diez defensores, ocho muertos en el acto y dos tan mal heridos que murieron en el transcurso de las curaciones que no fueron tales, fue más bien una verificación de las heridas producidas por el estallido de una granada. Tai era un témpano y cuando me acerqué para saber si podía ayudar a los heridos, me contestó, “ya están muertos” .  El helicóptero, un BELL UH-1 IROQUOIS , aquellos famosos de las películas de la guerra de Vietnam , quedó esparcido por el parque en trozos humeantes, hierros retorcidos, armas y restos humanos, ninguno sobrevivió, fueron nueve con el piloto.

En apariencia, la pequeña guerra había terminado, los Jefes salieron para ver el estropicio y el de Inglaterra y el de Perú se amargaron muchísimo porque dos de los muertos por los atacantes fueron sus custodios. Tai me preguntó si quería interrogar a los heridos y le pedí que me llevara con ellos, no fue gran cosa lo que averigüé, eran mercenarios (no precisamente de los mejores) y habían cobrado dos millones de dólares por adelantado, el resto hasta completar cinco millones sería pagado al terminar el trabajo, no sabían quienes estarían en la casa y tampoco conocían al piloto del helicóptero.

Lógicamente, el tipo no contestaba oralmente mis preguntas, sólo pensaba las respuestas y acorde a sus propios códigos, moriría sin decir nada.  La orden que tenían era tomar prisioneros a todos los que estuvieran cenando, nadie se les resistiría porque no estaban armados, solamente había dos que tendrían un naipe que era un As de Pica, al mostrarlo serían apartados y se ejecutaría a los restantes.  El mercenario hablaba en Inglés, yo se lo transmitía a Tai en Español y éste al Jefe Máximo en chino.  El anciano preguntó quién los había contratado, la respuesta fue, “una mujer china joven y rubia” , ella los había contactado y llevado el dinero en efectivo.

Le pedí al Jefe que me mandara a buscar la billetera del sobrino, los celulares y que se fijaran si tenían el naipe acordado.  Mandó a su custodio que regresó enseguida con los celulares, los dos naipes y con la billetera del pariente, busqué y no encontré fotografías pero las había en el teléfono celular, se la mostré al herido y le pregunté si esa era la mujer, negó con la cabeza pero pensó, “es esa pero cuando vino con el dinero era rubia” .  Después de interrogar al otro me di cuenta que no sabía nada, era sólo un peón y decidí que ya no podía sacarles más nada, le comuniqué al Jefe lo de la mujer y los dejé, ellos se encargarían.

Quedaban los que esperaban en el comedor y con ellos había mucha bronca acumulada, antes hablé con los Jefes que me seguían atentos a cualquier cosa que yo quisiera pedir, pretendía que hicieran un cuestionario para interrogarlos pero no pude lograr mucho, con ellos todo pasaba por las decisiones del Jefe Máximo. Tai que era seguido por los hombres del Jefe que estaban atentos a lo que pudiera ordenar, me hizo saber en voz baja que era mejor que el Jefe preguntara, me pareció correcto por un principio de autoridad pero no estaba en condiciones de preguntar mucho, las emociones, el enojo y las ganas de venganza lo nublaban lo suficiente como para no permitirle un interrogatorio lógico.

Hablé con él en un aparte y le dije que había que interrogarlos pensando bien las preguntas y que por ahora no era necesaria la violencia, yo lo ayudaría con las preguntas para que él quedara como que era quien decidía, a regañadientes reconoció que lo único que quería era cortarlos en pedazos y reconocía que así no lograría mucho.  Primero fue con el custodio, no sabía más que lo básico y su labor sólo consistía en seguir a su Jefe, no sirvió de mucho y luego de avisarle al Jefe, el mismo le dijo a Tai que le dijera a sus hombres que se lo llevaran, que no lo quería ver más y ellos sabían qué hacer.

Tai me pidió autorización para ir con ellos a averiguar algo…  En el viaje de regreso al hotel me contó que cuando salió al patio había mucha gente cargando en camionetas y camiones chicos los trozos de metal del helicóptero, era evidente que la gente del pueblito de las inmediaciones se había movilizado para “limpiar” el lugar y pronto esos restos de metal serían chatarra compactada.

También me dijo que los cadáveres y los pedazos de cuerpos eran llevados a una construcción distante a unos cien metros de la casa principal, fue allí adónde acompañó a los hombres que llevaban al custodio del Jefe de la zona Asiática, resultó que allí funcionaba un horno donde desaparecieron los restos de todos los caídos y a este tipo lo arrojaron vivo, poco pudo hacer porque estaba atado como matambre y entre dos lo hamacaron y lo lanzaron, también me dijo que por la cantidad de restos y cuerpos que había era probable que trabajaran toda la noche.

Cuando Tai regresó a mi lado el sobrino del Jefe hablaba hasta por los codos y el intérprete tomaba nota de todo lo que decía.  El tío me había pedido autorización para cortarle los dedos índice y pulgar de la mano derecha pues con ello tendría acceso a toda la documentación y valores que guardaba, lo hicieron rápido con unas pinzas afiladas y los pusieron en frío.  Rogó, pidió por su familia y sus hijos, lloró pero ninguno de los que escuchaba se condolió de lo que decía y gran parte de la familia propia y de la gente que lo rodeaba en la zona que dirigía serían eliminados y, tal como me lo había pedido el YAOGUAI , yo permanecía indiferente a esto, era un tema que sólo a ellos le competía.

Cuando ya no tuvo nada que decir y yo había exprimido todos sus pensamientos al respecto de sus acciones y de quienes lo apoyaban, le dije al Jefe que podían llevárselo, me solicitó como favor especial que lo “disolviera” , esa fue la palabra que uso, para que todos los demás volvieran a ver, le contesté que lo haría con dos condiciones y sin darle tiempo a contestar seguí, una es que lo desnuden y otra que me sirvan un buen vaso de whisky, se sonrió entendiendo que sería más efectivo y ordenó que lo hicieran rápido.  Ya desnudo hice que lo subieran a la mesa en que íbamos a cenar y que cortaran sus ataduras.

Yo sabía que con sólo tocarlo lo dejaría mudo e inmovilizado, todos los que miraban se dieron cuenta de esto y procedí apoyando una mano en su hombro, a medida que hacía esto, las reacciones de los que observaban eran distintas pero el temor y el miedo fueron el denominador común.  Tanto el Jefe de Inglaterra como el de Bogotá no pudieron controlar sus nauseas y vomitaron sin poderse contener, sin embargo, el Jefe Máximo sintió un placer inusitado como si se potenciara con el espectáculo.  Luego de tomar el whisky le saqué toda la información pertinente al Jefe asiático pero luego éste fue llevado a los fondos de la mansión.

Al quedar solo con los Jefes el anciano me dijo que yo debería estar siempre a su lado y que nadie discutiría si me nombraba su sucesor, le agradecí pero le contesté que esa no era mi labor, había accedido a ayudarlos por el buen trato que me habían dispensado siempre y agregué: “El YAOGUAI y yo estamos comprometidos con las familias y las empresas que mantienen todo el andamiaje, de todos modos, de surgir algún problema grave, no duden en contar con mi ayuda” .

Le pedí autorización para retirarme y me mandó a dos de sus custodios para acompañarme a salir del laberinto pueblerino, cambiamos números telefónicos, les avisé al de Inglaterra y al de España que pronto estaría por allí, los saludé a todos que no se cansaban de hacer reverencias, lo mismo que a Tai y nos largamos rápido de allí.

Tai parecía muy complacido, de hecho se había comportado a la altura de un verdadero líder pero yo, a pesar de que la conciencia no me pedía cuentas y que la adrenalina del momento no me permitió detenerme a pensar en ninguno de los implicados eliminados, no estaba muy complacido que digamos y mi “voz interior” se percató de esto… “No sé porque no estás bien, hiciste todo correctamente y esa gente se ha convertido en tu aliada incondicional para lo que fuera que se te ocurriría pedirles” …  Quizás necesitaba ese “apoyo” porque mi respuesta la expresé en voz alta: “Jajajaja, debe ser porque tengo un hambre tremendo, vine a una cena, en apariencia de negocios y lo único que conseguí fue un vaso de whisky y muchas emociones” . Tai se dio cuenta que no hablaba con él, me miró y se sonrió.

Continuará…

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