El demonio de nombre extraño (35)

Zulma se queda en Madagascar y llegamos a Hong Kong. Primero fue la “limpieza” en la gran empresa con problemas que parecen perseguirme. Le cumplo la promesa a Cintia.

HONG KONG - “LIMPIAR” EMPRESAS.

Hay poco más que contar de Toliara , decir que, luego de prepararla todo el día, la última noche en el lugar le hicimos una fiesta de despedida a Zulma uniendo a la misma a seis o siete parejas que también eran clientes del hotel y que participaron activamente de las risas y los buenos augurios para la nueva feliz pareja. Kande , Virginia y las Informáticas se encargarían de hacerle llegar todas sus cosas por medio de encomiendas aéreas y podría contar también de las lágrimas y los abrazos que surgieron entre Virginia , Carlos , Kande , Gisela y Cielo , que hicieron emocionar al mismo Tai .  Nos habíamos convertido en una familia y un pedazo grande de esa familia, que posiblemente no volveríamos a ver, quedaba en territorio de África.

Hubo que “adornar” al Oficial a cargo de la zona, hasta que Petro arbitrara los medios para fijar la residencia definitiva de Zulma pero no hubo mayor problema.  A las diez de la mañana embarcamos nuevamente rumbo a Hong Kong , tendríamos unas nueve horas de viaje, por nuestros relojes llegaríamos a las nueve de la noche pero en Hong Kong serían las dos de la mañana, había que adelantar los relojes cinco horas.  No bien salimos de Toliara , Chao, que estaba de lo más “mansito” y servicial aunque siempre lo fue, se encargó de avisar nuestro horario aproximado de llegada para tener las camionetas preparadas y para que nos trasladaran al hotel.  Demás está decir que nunca más hice mención a la aparición del oso ni me aproveché de esto para el trato con él que siguió siendo el mismo de siempre.

En Hong Kong estaba por terminar el invierno y esperábamos que no hubiera mucho turismo, según lo que habíamos averiguado por Internet y por los dichos de Chao , era un hormiguero de gente y se podrían tardar horas para salir del aeropuerto.  Llegamos a horario y el lugar resultó ser espectacular, impresionaba ver esa construcción futurista y la cantidad de aviones que había estacionados en las mangas de ascenso y descenso de pasajeros.  Nos dirigieron directamente a una de esas mangas y cuando descendimos por ellas a un gran salón nos encontramos con una cantidad inesperada de negocios de free-shop.

Ya en el avión las chicas conversaban sobre ir a comprar alguna cosa en el Free mientras esperábamos a que nos atendieran de Migraciones pero no tuvieron tiempo para nada.  El hormiguero de gente estaba pero ninguno contó con las conexiones de la Familia.  Nos recibieron tres chinas hermosísimas con el uniforme de RR.PP. y nos ubicaron enseguida en un gran salón Vip, allí nos esperaban el Jefe de la Familia y otro hombre casi anciano al que reconocí enseguida como el Jefe de la Triada-Madre rodeado de seis custodias que, aunque estaban elegantemente trajeados, metían miedo de sólo mirarlos.  Las reverencias no tardaron en llegar, a las que correspondí pero no me aguanté y les hice saber de buenas maneras que no me agradaban, luego presenté a mis acompañantes y Kande recibió un trato preferencial que se notó.

No hubo ningún inconveniente con lo de las reverencias pero los que estaban enormemente sorprendidos por el trato que me dispensaban eran mi hermano y mi prima, sabían que tenía dinero pero los dos ancianos chinos demostraban ser dos personajes muy importantes pues eso se notaba, no sólo en el trato de la gente de Relaciones Públicas sino también en la disposición del Jefe de esa oficina que se acercó a alcanzarnos los pasaportes sellados y visados.  El Abogado, Jefe de Familia y Director General del Estudio Jurídico nos hizo saber que las cuatro camionetas estaban a nuestra disposición y una de ellas llevaba el equipaje de todos.

Teníamos lugares reservados en el Hotel Intercontinental Hong Kong y según Chao y el Jefe de Familia allí mismo nos distribuiríamos las ubicaciones.  Les agradecí a todos ellos por concurrir a pesar de la hora que era y el Jefe de la Triada-Madre me hizo saber de la disposición y servicio de la Organización dejándome una tarjeta con su teléfono y domicilio particular, se retiró de allí luego de pedirme una licencia para ello, a la que no tuve inconvenientes en acceder.  El viaje hasta el hotel duraría unos veinticinco minutos y pensé que, por la hora, estaría todo más tranquilo, craso error, la actividad era infernal y se notaba también en el tránsito, evidentemente Hong Kong, al igual que nos pasó en Nueva York , era otra de las ciudades que nunca duerme.

El hotel estaba situado frente al puerto, a la postre uno de los puertos más grandes del Mundo, arribamos al lugar con seis camionetas, la delantera era la que nos llevaba mostrándonos el camino y por detrás lo hacía otra, que seguramente nos custodiaba.  La fachada del hotel era imponente, adentro era fantástico y de un lujo superlativo, los magníficos ventanales de su comedor o su confitería nos brindaban una vista maravillosa del puerto que también parecía funcionar en horario nocturno.  Me habían otorgado una de las suites más lujosas del lugar y los demás se repartieron en otras habitaciones del mismo piso que no le iban en zaga en lujosas, las chicas consiguieron que les dieran habitaciones para tres, Gisela , Azul y Cintia en una, Cielo , Virginia y Rocío en la otra, las demás fueron todas para dos personas.

Nos obligamos a dormir porque teníamos el horario cambiado y nos iba a costar recuperarnos.  Dormimos como lirones y a las diez de la mañana estábamos desayunando junto a Lucas y Silvina , faltaron las chicas a las que vimos en el almuerzo pero los muchachos estaban todos, sentados en mesas cercanas a nuestra ubicación.  Me di cuenta que estábamos apartados del común de los otros clientes del hotel y, según me lo hizo saber Tai , toda el ala del hotel en que estábamos, la ocupábamos sólo nosotros, no había otras habitaciones ocupadas.  Esto me “sonó” a “seguridad extra” que excedía las atribuciones de Chao pero decidí no decir nada y usufructuarlo.

Al que le dije esto fue a Tai , todos ellos debían saber que habría empleados u otros clientes que estaban allí para, siguiendo directivas del Jefe de la Triada-Madre , servirnos de apoyo ante cualquier eventualidad, algo que seguramente sucedería cuando nos movilizáramos por la ciudad.  De alguna manera serviría para que no se hicieran ninguna “película” sobre seguimientos “sospechosos” . Tai se sonrió diciendo que lo daba por descontado pero igual se lo informaría a los muchachos.

Mi hermano y Silvina miraban asombrados, no sólo les llamaba la atención el paisaje de los grandes barcos y los botes de distintos tamaños impulsados por las velas chinas tan características que navegaban o la dedicación del personal sino también el lujo que parecía que se respiraba en el ambiente.  Ya lo había notado en otros hoteles, además de lujosos son lugares caros y la gente, las vestimentas y el trato son distintos, hasta las chicas que trabajan alquilando su cuerpo son de un nivel de trato y de presencia muy elevada, totalmente mimetizadas con el ambiente, de lo contrario no podrían buscar “trabajo” en esos lugares.

El trabajo de un efectivo de custodia, de élite, de primerísimo nivel, es de una competencia absoluta, sus conocimientos están impregnados en ellos y viven siempre pendientes de cualquier tipo de movimiento extraño. Kande era una de esas personas y mientras bromeaba con Silvina respecto a que era lo que podían ir a comprar en los negocios del hotel, se acercó a mi oído y me dijo: “Cielo hay una pareja china que nos está sacando fotos con el celular” .  Me los mostró y me hizo notar que la mujer actuaba tapando las mesas de los muchachos con su espalda pues impedía que estos vieran los movimientos sutiles de su acompañante al mover el celular.

Me iba a levantar para encararlos y preguntarle el por qué de las fotos y Chao , que en ese momento entraba con Carlos , se me adelantó para saludarlos con risas y abrazos.  Decidí esperar para ver que acontecía, era evidente que eran de la Familia o del Estudio pero, sin dudas, conocidos de Chao , aunque por la familiaridad demostrada me inclinaba por la Familia.

Me levanté impaciente para acercarme a la mesa de ellos y Chao me presentó como el Presidente del Estudio Jurídico, los saludé muy amablemente y resultó que no eran ni de la Familia ni del Estudio en sí, era una pareja de Detectives Privados que habían trabajado anteriormente con el Estudio, realizando investigaciones para ellos y trataban con Chao antes de que éste hubiera sido transferido a la parte Americana, por ello el conocimiento que existía.

En la práctica Chao me los presentó como conocidos de años anteriores y que habían trabajado para el Estudio, ellos adujeron haberse encontrado allí porque les gustaba desayunar en ese lugar observando el puerto, todo lo demás lo averigüé “escuchándolos” .  Hice mención al tema de las fotografías que se podrían sacar en el lugar y el caballero dijo que era una vista espléndida pero que no habían traído cámaras para ello pero pensó, “salvo las fotos que le sacamos a cada uno de ustedes para averiguar quiénes verdaderamente son” , ella nos miraba a Chao y a mí y pensó, “nos descubrieron, nos vieron sacándole fotos, lo mejor es irnos rápido de aquí” .

La mujer amagó con levantarse para despedirse, le pedí que aguardara unos instantes y mientras Chao traducía mi pedido le hice una seña a Tai que se acercó rápido con Andrey y Blago a la mesa.  Al colocarse detrás de ellos, el hombre hizo el además de levantarse pero mi mano sobre la suya lo inmovilizó, ya no pudo moverse y la mirada de sorpresa de la mujer fue más que evidente y así quedó porque me senté al lado de ambos e hice lo mismo con ella.  No podían moverse pero podían pensar y comencé entonces con una serie de preguntas que Tai traducía. ¿Quién los había contratado?, ¿para qué?, ¿qué querían o pretendían?

Chao no entendía que pasaba pero no se animaba a preguntar, por ello le pasé los teléfonos de ambos “endurecidos” y le pedí que buscara en la galería de fotos, lo hizo y no vi las fotos pero si vi la cara de sorpresa de éste cuando comenzó a ver las fotos.  Tenían fotos desde que entramos al hotel, incluso de la gente que estaba en las camionetas y nos habían traído y escoltado, no se habían dado a conocer con nosotros pero los muchachos y yo los habíamos visto descender de las mismas hasta estar seguros que estábamos bien en esas instalaciones, luego se habían retirado sin que casi los notaran.

Aparte de las fotos, hasta de las puertas de las habitaciones y quienes ocupaban cada cual, supe de una libreta en que anotaban todo lo que acontecía y que, a medida que abandonábamos la habitación para desayunar, se habían puesto micrófonos y cámaras en ellas.  Un último mensaje recibido por quien hacía esa tarea, -una colaboradora de ellos que vestía ropas de la empresa de limpieza de habitaciones- , decía que esperaba a que salieran las mujeres, que eran las únicas habitaciones que faltaban.  No sabían quién los había contratado, sólo tenían un par de números telefónicos y una cantidad girada a una cuenta al efecto.

La llamé a Cielo que para vinieran rápido las tres al comedor y que trajera la tablet, me avisó que ya estaban en el ascensor, salieron porque había pasado una señora a limpiar la habitación.  Lo mandé a Tai y a Blago para que la retuvieran y revisaran si efectivamente tenía micrófonos y cámaras, luego de esto lo llamé al Jefe de la Triada-Madre , no bien me atendió le pedí urgente por el traductor y no bien estuvo le pregunté a boca de jarro si me había mandado a espiar.  Me lo negó enfáticamente, adujo que eso no lo haría nunca sabiendo que era el “Portador” ya que sabía que algo de ese estilo, conociendo parte de la capacidad del YAOGUAI era imposible de hacer.

Lógicamente me preguntó el por qué de esa afirmación y le conté a grosso modo lo de las fotos de la pareja y lo de la persona que estaba “alambrando” las habitaciones.  Se puso furioso y me pidió autorización para sacarlos de allí e interrogarlos con gente especializada, le dije que sí, a sabiendas que más no les podía sacar porque era imposible, no sabían más, sólo lo del teléfono para avisar cuando tuvieran todo el trabajo compaginado pero ese dato no se los daría, aproveché para pedirle que me mandara un detector electrónico que no llamara mucho la atención.  Tampoco era necesario porque le preguntaría a la mujer por los lugares en que había colocado los micrófonos y las camaritas.

Tai me había avisado que efectivamente la mujer era quien ponía los artefactos mandada por la pareja y me fui para arriba luego de decirles a las chicas que se fueran a comprar algo en los comercios que tenía el hotel y que Lucas se quedara con los restantes hombres.  Efectivamente la señora retenida me dijo dónde estaban colocados todos los micrófonos y las camaritas, fue fácil, bueno, para mí fue fácil, sólo le preguntaba y ella pensaba dónde estaban.  Tampoco sabía nada, era mandada por la pareja que no le había dado información.

A los veinte minutos llegaron tres tipos bien trajeados, uno de ellos se fue a hablar con el encargado de las cámaras de seguridad del hotel y los otros dos junto con Tai y Blago llevaron a los “espías” a una camioneta donde los subieron y se fueron sin esperar al restante que se fue en otra camioneta que lo esperaba en las puertas del hotel.  Según me dijo Tai , las cámaras del hotel, “por un problema técnico ”, estuvieron desconectadas desde la nueve de la mañana hasta que nos reintegramos al comedor a almorzar.

Mi hermano estaba intrigado por todo el movimiento que había visto y me preguntó qué pasaba, le contesté que esa pareja nos había estado sacando fotos y habían sido detenidos para averiguar con qué propósito lo hacían. Chao estaba pálido porque sabía quiénes se los habían llevado y temía por el conocimiento que tenía de la pareja, le puse una mano en el hombro y le dije: “Tranquilo Chao, yo sé que eran conocidos pero no tuviste nada que ver en lo que tramaban” .  Respiró más cómodo y parecía que se descontracturaba pero tenía claro que esos tres no aparecerían más.

Me fui a la habitación y les pedí que me avisaran a la hora del almuerzo, quería estar solo para tener una “charla” con alguien de mi interior.  Llegué a la habitación y le pregunté: “¿Cómo puede ser posible que me aparezcan a mi todos estos problemas?, a todos lados que vamos surge un problema distinto, ¿sabés algo de lo que pasa con estos tres que se llevaron recién?” Me contestó con un cierto tono burlón…

--“Ya te avisé de antemano que no sería fácil porque toda esta gente estuvo mucho tiempo desatendida y muchos “se cortaron solos”.  Te puedo ayudar cuando decidas que hacer pero no te puedo aclarar las cosas porque eso es parte de tu obligación como “Portador”, sólo te diré que hay gente de la empresa involucrada, que tiene que ver con la mano de obra para la confección de ropa, si, ya sé lo que me vas a decir, que la empresa no tiene nada que ver con la ropa o la moda pero hay dos o tres allí que hicieron un negocio aparte usando sus conexiones”.

--“Otro problema lo vas a tener con algunos integrantes de la Familia, hay cuatro o cinco allí que quieren desbancar al Jefe y a sus posibles sucesores pues representar a esta Familia en particular abre muchas puertas y abulta muchos bolsillos y de repartir entre todos no quieren saber nada.  Todo esto tendrás que hablarlo claro con el Jefe”.

Luego ya no dijo más nada y era al pedo preguntar sobre lo mismo y por lo que entendí, mi permanencia en Hong Kong no sería para pasear o hacer turismo.  En el almuerzo hablé con todos y les dije que Chao les había hecho un itinerario turístico para que recorrieran distintas partes y atracciones de Hong Kong , sería algo así como un contingente turístico privado atendido por dos Guías especializadas que hablaban Español.

--  Creo que hoy está programado una visita al Centro Comercial y a la Avenida de las Estrellas.  Chao, Tai, Andrey y yo no los vamos a acompañar tenemos que atender otros asuntos, queda a cargo Kande y no se priven de nada, la mayoría ya sabe como pienso, disfruten el día.

--Si tenés que visitar a las Familias o presentarte en la empresa, lo más lógico es que vayas con tu mujer, yo hago de Andrey y que éste se una al contingente , -opinó Kande y era algo que estaba esperando-.

--  Jajaja, no te enojes mi vida, estaba esperando que saltaras, ya tenía pensado que a cargo del grupo quedará Carlos.  Carlos, ya sabés que opino de las órdenes y atiendan lo que dicen las Guías porque estamos en un país en que sus costumbres están muy arraigadas y son completamente distintas a las que conocemos.

--Atienda lo suyo tranquilo Gonzalo , nosotros lo pasaremos de lo mejor.

Las Guías estaban esperando y tardaron nada en ir a sus habitaciones para recoger cámaras, filmadoras y un pequeño abrigo, aunque el clima era muy agradable.  Con Kande , Chao y Tai subimos a mi suite y los puse al tanto de lo que me había enterado sobre algunos “negocios particulares” en los que estarían complicados directivos que, a la postre eran los que habían mandado a los Detectives.  Según la información que me había pasado Cielo , los dos teléfonos que el Detective tenía agendado correspondían al Director General que hacía las veces de Presidente del consorcio de empresas porque en Hong Kong era un conglomerado de siete empresas y al Director de Finanzas de las mismas.

Los hijos de puta estaban tan confiados en su rol de grandes empresarios “intocables” que ni siquiera habían usado teléfonos descartables.  No podíamos descuidarnos con esto porque no sabíamos aún que respaldo tenían en efectivos o en qué lugar operaban.  Por lo que había dado a entender mi “morador interior” , la empresa estaba vinculada a la fabricación y distribución de prendas de ropa de marca falsificadas y teniendo una idea de cómo se operaba en todo el sudeste asiático, no sería de extrañar que hubiera de por medio tráfico de personas para hacerlos trabajar como esclavos.

Luego de conversado esto les dije que era para que tuvieran una idea aproximada de con quienes tratábamos pero que, de todas maneras, se trataría de averiguar más antes de proceder y eso lo pensaba hacer yo “escuchando” a cada uno de estos delincuentes.  Después me dirigí sólo a Chao y a éste le pregunté por la relación con el Jefe de Familia, hacía él y hacía los otros miembros porque, se lo dije sin vueltas, según lo que me había dicho el YAOGUAI , había tres, cuatro o más integrantes de la Familia que lo querían desbancar en una suerte de “golpe de estado” familiar.

El Abogado chino creía que estaba “sentenciado” por el YAOGUAI y ni loco se le ocurrió “esconderme la leche” o darme vueltas con sus respuestas.  No tenía ningún tipo de quejas sobre el Jefe de Familia ni tampoco sabía que existieran disconformidades entre los miembros y, efectivamente, reconocía el prestigio que implicaba tener el título de Jefe de la Familia número. 1 en la comunidad.  Le pedí entonces que hiciera una reunión con él antes de presentarles el YAOGUAI a los integrantes…

--  Como comprenderás Chao, si él me lo dice es algo que no tiene lugar a dudas ni discusión.  La reunión es para ponerlo en antecedentes al Jefe de la existencia de estos “disconformes” y hacerle saber que el que mora en mí pidió castigo para la rebeldía de estos miembros y los castigos que él aplica no son precisamente “tirones de orejas” y en esto no pesa ningún tipo de parentesco.

--Es indudable que si él se lo dice así tendrá que ser, espero que mis familiares más directos no estén metidos en nada de esto.

--  Cuando decide castigar yo no cortó ni pinchó en eso Chao, me hace dormir o aprovecha cuando duermo como ya pasó en Nueva York y la “limpieza” de toda esa rama familiar la hace él, recordá lo que le pasó a toda la familia de quien mató y quién se metió con el Jefe de Familia de Chinatown.

--Es verdad y me da escalofrío de sólo pensarlo.

Kande se quedó intrigada porque no sabía nada de esto y preguntó qué era lo que había pasado.  Al contarle muy someramente expresó, “es muy cruel y expeditivo”“Es verdad, -le contesté- pero todo integrante de las Familias sabe lo que puede acontecer si se lo desobedece y en esto tengo que recontra re-putear al “Portador” anterior pues nunca se preocupó por atender las necesidades de ninguna Familia y muchos integrantes perdieron la fe, el respeto y la consideración hacía lo que él debe representar para todos ellos” .

Luego de estas aclaraciones Chao se puso en comunicación con el Jefe de Familia y quedamos en reunirnos cenando esa noche en el mejor restaurant de Hong Kong , después nos fuimos para el edificio principal de la empresa.  Lujo, opulencia y un cierto grado de ostentación no faltaba en ninguno de los edificios de las empresas que habíamos visitado, la de Hong Kong , que era la de mayor movimiento comercial y financiero, no fue la excepción.

Las grandes puertas giratorias de la entrada principal nos depositaban en un enorme hall en que se destacaba un mostrador de informes atendido por varias empleadas, evidentemente seleccionadas por catálogo, de seguido se hacían notar unas puertas con detectores de metales, a continuación de éstas el hall se hacía más grande y en forma de “U” tenía cinco puertas de ascensores al fondo y seis de cada lado.

El consorcio y las siete empresas tenían su sede central en ese edificio, divididas las empresas acorde a los pisos que ocupaban, cinco pisos por cada empresa más terraza con helipuerto incluido.  El edificio estaba ubicado en pleno circuito comercial y financiero de la ciudad y nos costó llegar al lugar porque el movimiento en las calles, efectivamente era un hormiguero de gente, turistas y tránsito que enloquecería a cualquiera, pues bien, adentro del hall en que estábamos, salvo por el turista y el tránsito, el movimiento de empleados, visitantes y personal de seguridad era similar.

Sobre el inmenso mostrador de informes se podía leer un tablero con la ubicación de cada una de las empresas y los cuatro, con Kande tomada de mi brazo, nos quedamos parados allí mirando el cartel pues el plus que te da el saber que eras el dueño de todo eso te inflaba bastante el ego y esperaba ver como procedían los empleados y los efectivos de Seguridad porque seguramente nos observaban, de hecho lo habían hecho desde el momento en que entramos, ni Kande ni Tai pasaban desapercibidos.

No preguntamos nada en el mostrador y nos sentamos en unos cómodos sillones destinados a quienes esperaban, dos o tres minutos de reloj y se acercó una joven esbelta, vestida con un traje sastre que le quedaba maravillosamente, aunque bastante pechugona para ser china, que se identificó como de RR.PP. y nos preguntó que deseábamos, demás está decir que detrás de ella se acercaron tres efectivos de seguridad que se colocaron a nuestro costado.  Le contesté en Español, ese era mi idioma y a ciencia cierta me jodía bastante tener que hablar en el idioma local o en Inglés o Francés, después de todo el dueño era yo y tendrían que hablar “mi” idioma si querían comunicarse conmigo.

Chao se dio cuenta de mi actitud y le contestó que yo sólo me comunicaría en Español, a la vez le dije a él que llamara a uno de seguridad, le di mi tarjeta como Presidente de la empresa que los nucleaba y le pedí que se la hicieran llegar al Jefe a cargo del turno para que se presentara a la brevedad junto a mí, lo hizo y el efectivo salió disparado hacia uno de los ascensores.

La joven lo miró sorprendida y preguntó quiénes éramos. Chao le dijo que mejor llamara al Director de Relaciones Públicas porque el señor no hablaría con nadie en otro idioma que no fuera el Español y agregó, “queríamos ver al Director General de las empresas y me parece que se les avecina un problema por esto del idioma” .

La chica se fue de nuestro lado y se metió en una de las oficinas adyacentes a las que se ingresaba por detrás del mostrador de informes.  Unos minutos después salió acompañada de una mujer china de unos cuarenta años, vestida con ropas de excelente calidad, un físico no tan menudo, también con evidente cirugía en sus pechos, de cabello lacio y de una presencia avasalladora aunque agradable.

Venían hacía nosotros pero se le adelantó el Jefe del turno de seguridad quien se acercó a mí y me saludó con reverencias, al igual que lo hicieron los tres efectivos que venían con él.  La mujer que se acercaba, al ver esto se demostró cauta y en un Español, bastante precario, se presentó como la Directora de RR.PP. y me preguntó que se me ofrecía. “Ahora entiendo mejor cuando me habla pero voy a exigir un curso acelerado de Español o se quedan todos sin trabajo, quiero ver a la brevedad al Director General del Consorcio” .

No bien dije eso le extendí la tarjeta que me identificaba como Presidente de la Empresa y su palidez fue evidente, era uno de los directivos que yo podía “renunciar” sin explicaciones y las “purgas” acontecidas en otras empresas eran noticias que se extendieron como reguero de pólvora, aunque se recompuso rápido y me dio la bienvenida a la vez que recibía las presentaciones de mi esposa, mi Abogado personal y mi custodio.  Me pidió por favor que la acompañáramos señalándonos la puerta por la que había salido anteriormente.  Antes me giré y le dije al Jefe de Seguridad que viera la posibilidad de que el Director de la empresa en Hong Kong se acercara hasta allí, Chao le tradujo y se puso a la tarea de comunicarse con el susodicho directivo.

Kande me tomaba del brazo y se acercó a mi oído para decirme: “¿por qué sos tan malo e imperativo con todos? , la miré sonriendo y le contesté: “Una porque soy el dueño y no me disgusta que lo sepan, dos, porque a veces no soy yo quien actúa así” , lo entendió y ya no preguntó más.  La mujer nos llevó a unas oficinas muy lujosamente puestas en la planta baja, había tres oficinas y en un hall más pequeño dos ascensores que, por lo que pude observar, tenían sólo seis pisos marcados e imaginé que eran en los pisos de las oficinas directivas de cada una de las empresas.

No sabía cómo proceder y tenía sus temores respecto a la forma y los modos en que nos había atendido, sus pensamientos me lo hacían saber y no tuvo mejor idea que ofrecernos algo para tomar mientras esperábamos, le contesté en el acto y de mal talante, “usted es tonta o me está tomando el pelo, le dije que quería ver al Director General y lo quiero ver YA, no pienso esperar o me acompaña o me dice como llegar a sus oficinas pero, YA” .  La mitad de las cosas no me las entendió y Chao le tradujo en el mismo tono.  Allí se le fue la seguridad a la mierda y balbuceó algo respecto a que había salido a almorzar y aún no había regresado.

Es de aclarar que toda la información financiera y económica de la empresa que me habían hecho llegar Cielo y Gisela era impecable, lo mismo acontecía con los directivos que habían sido investigados, sus ingresos y el nivel de vida eran, si se quiere, lógicos, acorde a los ingresos que tenían, por eso me intrigaba lo que me había hecho saber el YAOGUAI , aunque, lógicamente ni se me ocurriría contradecirlo o mucho menos dudar de él.  Ante la contestación de la de RR.PP . le pedí que me llevara con el que estaba a cargo en la empresa y resultó que de los ocho Directores del Consorcio de empresas sólo estaba ella, cuyo cargo en sí no tenía poder de decisión y el Subdirector General al que no ubicaban dentro del edificio.

Le pedí a Chao que fuera anotando todo esto y a ella que me llevara a cada una de las oficinas de los directivos.  Subimos en el ascensor directamente a las oficinas del principal directivo y encontramos a las Secretarias de amena charla y jarana entre ellas, las dos muy atractivas, una de mayor edad y occidental le preguntó en Inglés a la de RR.PP. que hacíamos todos allí, a sabiendas que cuando no estaba el Director nadie podía subir a ese piso.  Se notó una tirantez entre ellas que la Directora solventó de inmediato,

--El señor y sus acompañantes pueden entrar en cualquier dependencia del edificio porque es nada más ni nada menos que el dueño y Presidente de la empresa” .

A la occidental se le vino la noche y no sabía cómo pedir disculpas, se presentó como la Secretaria principal del Director General y de inmediato pensó, “le tengo que avisar urgente, debe estar en la fábrica” , aunque a nosotros nos dijo que el Presidente había salido a almorzar y tenía que realizar una diligencia. “Posiblemente debe haber ido a la fábrica, el problema que no me sé ubicar para llegar, ¿tendría usted la dirección?” , -le contesté y pregunté enseguida-.  Dijo que no sabía dónde podía estar porque no le había informado pero… ¡sí adivinaron! , pensó la dirección y acercándome a Chao le dije al oído que anotara lo que le decía.

Me di cuenta que la otra Secretaria no entendía ni “J” de lo que hablábamos, pertenecía a un segundo nivel y el aroma de mujer excitada de la Secretaria principal me hizo pensar que la oriental estaba a punto de ser seducida.  Les pedí que regresaran a sus tareas y que me llevaran a las oficinas del Subdirector General, también recordé pedirle a la de RR.PP. que el cartel con el listado de nombres de los Directivos que estaba en el hall debería ser cambiado, en lo sucesivo se eliminaría la palabra Presidente y Vicepresidente con que se autodenominaban los Directivos principales.  Trataba de calmarme pero me estaba enojando mucho con las cosas que descubría.

Kande se dio cuenta de mi incomodidad, me pidió en voz baja que me calmara y eso me hizo sentir bien.  La Secretaria principal del Subdirector nos hizo pasar enseguida, se presentó y me hizo saber que no tenía conocimiento de dónde se encontraba dicho Directivo, eran verdad, sus pensamientos no decían lo contrario y a pesar, del nerviosismo que presentaba, trató infructuosamente de ubicarlo por medio del celular pero le entraba directamente el correo de voz y mis oídos lo captaban con nitidez.  Otro al que Chao anotó porque esa empresa funcionaba con los directivos de segundo nivel y eso me lo hizo saber el pensamiento de una de las Secretarias del área de Recursos Humanos.

Luego de esto no quise seguir, me despedí de la Directora de RR.PP. , dándole la directiva expresa respecto al idioma Español que tendrían que, ella mejorarlo y los demás empleados que atendían al público, aprenderlo y hablarlo tan bien como a los demás idiomas.  Además, a ella no se lo dije directamente pero me dirigí a Chao y marcando las palabras para que ésta entendiera le dije:

--  Doctor, mañana va a tener que venir con un grupo de Abogados de la firma y proceder a la remoción de varios Directores, respecto a la señora que nos atendió vi en el informe presentado que su curriculum está para otro nivel que el que ocupa como Directora de RR.PP. porque tiene un título en Economía, vea de ubicarla mejor.

La mujer entendió perfectamente lo que le dije a Chao y me agradeció con una reverencia, le dije que la mejor manera de agradecerme era no dando ningún tipo de información sobre lo escuchado y dedicándose a su trabajo para que este tipo de inconvenientes no se presentaran más en la empresa.  Cuando salimos al hall nos esperaba el Jefe de Guardia de la seguridad y el Director General para Hong Kong de la empresa de seguridad, se presentó con toda la parafernalia de reverencias a las que no les di mucha bola y le pedí hablar en privado.

Entramos todos a una oficina y lo felicité porque la empresa no tenía motivos de quejas y había notado que el personal cumplía sus funciones con normalidad, no investigaría la empresa que él dirigía pero mañana tendría que estar presente porque el Doctor Chao junto a un grupo de Abogados y dos de mis custodios, actuando en mi nombre, procederían a efectivizar las renuncias de algunos directivos y no quería ningún tipo de inconvenientes con ellos y le recalqué: “Al que se ponga en duro, lo sacan de patitas a la calle y no se lleva nada de la empresa” .  Demás estar decir que acordó inmediatamente que estaría presente y que no habría inconvenientes.

Salí de allí puteando como un marrano, estaba molesto con el anterior “Portador” y a la vez con los Directivos de las empresas, no podía llegar a entenderlo, tenían ingresos en sueldos, viáticos y movilidad que eran muy superiores a la de Directivos de otras empresas que no me pertenecían, viviendas de lujo gratuitas, podían contactarse con lo más selecto de la sociedad, no se los presionaba con controles y auditorías y sin, embargo, terminaban siempre por excederse y hacer cagadas que los perjudicaban haciéndoles perder todos los beneficios.

Al final terminaba por ser cierto el dicho aquel que decía, “El ojo del amo engorda el ganado” , como fuere, desde ahora en más, la Agencia de Detectives tendría que hacer un relevamiento más seguido con cada uno de los integrantes de los Directorios de cada empresa, ellos serían “el ojo del amo” .

No bien subimos a la camioneta le pedí a Tai que pusiera tal dirección en el GPS, el lugar resultó ser una gran tienda, estacionamos la camioneta en las cercanías y decidimos que haríamos al respecto para averiguar qué pasaba allí adentro.  De Tai y Kande surgió la idea de recorrer la tienda comprando algunas -bastantes- prendas que, dicho sea de paso, luego repartió entre las chicas, eso sí, pagaron en efectivo, nosotros esperaríamos en las inmediaciones.

Averiguaron que en los fondos había una puerta custodiada por dos chinos y cuando Tai se acercó a preguntarles no sé qué pavada, le pidieron que se retirara sin darle ninguna información pero se dio cuenta que ambos estaban armados, de inmediato se acercó un empleado para decirles que allí había dependencias privadas y nada para ver, pidieron disculpas y salieron cargando un paquete enorme con ropa adquirida para disimular.

No obstante ello el custodio chino escuchó nítidamente ruido de maquinarias detrás de la puerta custodiada, por ello, estábamos convencidos de que allí funcionaba la misteriosa “fábrica” .  Aquí el tema se presentaba distinto, no quería recurrir a la Triada pero tampoco quería arriesgar a ninguno de los muchachos tomando por asalto el lugar.  La solución me la dio Chao pues me preguntó por qué no darle intervención a la Policía pero no a cualquier Delegación Policial, él tenía amistad con un ex compañero de estudios que hoy comandaba un grupo especial para combatir el Tráfico de Personas, el Narcotráfico y la Trata de Blanca y sería cuestión de hablar con él para que se hiciera cargo del tema.

Me dijo también que si fuera posible, el Director del Estudio Jurídico tenía a varios Jueces conocidos que firmarían las órdenes de allanamiento necesarias.  La alternativa me agradaba, si el Policía era de fiar se le podría trasladar el asunto, máxime que sabía que la Triada no tenía nada que ver en esto porque al haber de por medio un Directivo de la empresa ellos no estarían metidos en ese entuerto.

De todas maneras lo consulté telefónicamente con el Jefe Máximo y me lo confirmó, es más me dijo que esas personas habían aprovechado que la Triada no se metía con ellos y estaba armando una Organización que era chica pero los perjudicaba, por ello le comenté que intervendría legalmente por medio de la Policía, de paso le pregunté por el amigo de Chao .

Lo que me contestó me agradó pues hizo referencia a que era uno de los pocos que no figuraban en la nómina de ellos, lo mismo pasaba con los integrantes de ese Grupo Especial, según me dijo, eran una especie de “Intocables” , me reí por la semejanza pero me era más que interesante.  Me despedí de él diciéndole que trataría de solucionar ese asunto de aquí a dos noches.  De allí nos fuimos a conversar con el amigo de Chao , nos recibió y trató muy amablemente, tomamos un café y le comenté que sabía de una Organización que se estaba iniciando y que posiblemente traficaba con personas para hacerlas trabajar como esclavos en fábricas textiles.

Se sorprendió con esto aunque me dijo que tenían algún tipo de versiones pero nada en concreto, ante esto le dije que podría darle información de un lugar y nombres pero necesitaba que actuara en dos días.  Enseguida pensó que teniendo el dato del lugar actuaría sin más pero sería difícil acceder a una orden de allanamiento sin pruebas concretas.

Me miró y opinó que le interesaba aunque había un problema por resolver y que eso sólo se podría lograr con un trabajo previo de Inteligencia en el lugar para poder presentar ante el Juez.

--  Le propongo algo, ¿qué pasaría si nosotros le conseguimos la orden de allanamiento y usted el trabajo de Inteligencia lo hace en un día?

--Con la orden en la mano puedo proceder ya y sin tener que dar explicaciones.

--  Le entiendo pero yo necesito que el trabajo de allanamiento se haga mañana en la noche o pasado mañana en el día.

--No habría problemas para ello pero… ¿por qué quiere que se haga mañana en la noche o al otro día?

--  Porque la información que tengo es que los directamente involucrados son Directivos de mi empresa y no quiero a la Policía metiendo las narices allí.  Mañana los hago “renunciar” y ustedes pueden actuar en la noche o al otro día, es más si se “mueren” al pretender escapar no me molestaría.

--¿No me estará pidiendo algo en particular, no?

--  No, para nada, mire, me voy a sincerar con usted, tengo a mi alrededor a siete custodios que han sido integrantes de Fuerzas Especiales de sus países y existe una determinada relación con el señor XXXX, que entiendo que usted sabe quién es.  Me resultaría fácil “arreglar” este tema de forma, digamos “ilegal” pero si tengo que deber algún tipo de favor prefiero que sea con los “legales”, el Doctor Chao me habló de usted, sé de su honestidad e idoneidad, además se llevaría todos los honores.

--Hay algo que es cierto, esta gente, con dinero puede estirar por un rato largo cualquier condena.

--  Usted no sabe algo, el Estudio Jurídico que representa el Doctor Chao me pertenece, así que por ese lado no tendrán defensores y dudo que existan otros Abogados con tanto predicamento y contactos en Hong Kong pero… de pasarle algo antes de las detenciones nos ahorraría mucho papeleo y “a buen entendedor”...

--Es clarísimo pero no le aseguro nada, que Chao me consiga la orden y no actuaremos hasta mañana en la noche o pasado mañana.

Le dejé mi tarjeta con mis números personales, lo mismo hizo Chao para ponernos en contacto si él o cualquiera de sus hombres tuviera algún tipo de inconvenientes y salí muy conforme con la conversación mantenida, estaba seguro que todo saldría bien.  La orden de allanamiento con la fecha en blanco se consiguió el mismo día y fue Chao el que se encargó de llevarla.  Lo que el Policía habló con éste sobre mí no lo pregunté ni lo quise “escuchar” pero di por descontado que no sería nada malo porque el Abogado chino me lo hubiera dicho.

Chao nos había dejado y se movió en taxi, era el mejor modo para trasladarse por la ciudad, nosotros volvimos al hotel, teníamos que prepararnos para la cena con el Jefe de Familia, hizo bastante rápido y su egreso coincidió con la vuelta de los “turistas” al hotel, alborotados turistas de nuestro entorno.  A la hiperactividad de Gisela se le unía Azul , cuando estaban juntas era una revolución, en este caso era peor porque Cintia no se quedaba atrás a la hora de sus expresiones y también Rocío a la que se le notaba una soltura que Kande notó y me lo comentó.  Era evidente que los “fantasmas” habían quedado bastante de lado. Silvina se aguantaba de mostrarse igual porque estaba con Lucas pero ganas no le faltaban.

Estábamos en la confitería del hotel tomando una copa cuando llegaron y me tomé un rato de tiempo para escuchar su rally turístico.  Respecto a la parte de los comercios y las compras no las dejé explayarse demasiado, me bastaba con ver la cantidad de bolsas y me imaginaba lo bien que lo habían pasado.  Sólo amagaron con comenzar a mostrarme lo que habían comprado pero las corté de plano agarrándome la cabeza, Kande riendo les dijo que ella también había comprado ropa para todos en una de las grandes tiendas que visitaron y que después se las repartiría, eso las sacó del ametrallamiento que me hacían sufrir y comenzaron a hacerlo con mi mujer.

Después siguieron con la famosa Avenida de las Estrellas , en que lo único rescatable era la estatua en bronce de Bruce Lee y otra serie de comercios con suvenires, “imagino que algunos habrán comprado, ¿no?” , -pregunté-, Carlos se agarró la cabeza y la apoyó en la mesa, “son terribles, regatearon, hablaron hasta por los codos, volvieron locos a las dependientas y a las Guías, no creo que quieran salir más con nosotros” , -decía Carlos ante las bromas de Gisela y Cintia -.

De hecho, las dos Guías permanecían cerca, yo las miré, les agradecí el acompañamiento y les pedí que regresaran mañana por la mañana porque el itinerario era para visitar el Buda Tian Tan o Buda Gigante y el MonasterioPo Lin que se encontraba a los pies de la colina en que se erguía el Buda.

Nos quedaban como dos horas para salir hacia la cena programada y arreglé con Chao para que se pusiera de acuerdo con Cielo y Gisela , “afinando el lápiz” con los curriculum de los Directivos que reemplazarían a los que estaban.  Ya me había decidido removería a todos los Directivos actuales, salvo a la Directora de RR.PP. a la que, si las condiciones curriculares la beneficiaban por sobre los que estaban pasaría a ser la Directora General , quería que también vieran el tema de las Secretarias, era indudable que algunas no podrían permanecer en la empresa, aunque eso sería, sin ser dictatorial, trabajo de la nueva Directora.

Le pedí a las chicas y al Abogado que lo tratado, editado e impreso para entregármelo no debía salir de los tres, así me lo afirmaron y se fueron a la habitación de las chicas.  La miré con ganas a Azul y Kande , que la “agarró en el vuelo” le dijo a ella y a Cintia , “ustedes dos se vienen conmigo, no me gusta el uniforme que usan y quiero ideas para cambiárselos” .  Les dije a los demás que yo luego tenía una cena de negocios e irían sólo con Kande y con Tai , por ello, cada cual que “se buscara la vida” para cenar en el hotel, salir o ir a divertirse a cualquier otro lado, de hecho había excelentes lugares en que se podía disfrutar de una exquisita cena y espectáculos.

Nos fuimos a tomar el ascensor e íbamos serios los cuatro, no porque estuviéramos particularmente serios, yo creo que es un “algo especial” que suele darse en los ascensores, se habla muy poco o nada cuando se está adentro de ellos.  En el pasillo hacia la suite, Azul le preguntó a Kande que idea tenía con el uniforme, ella las abrazó a las dos y les dijo en voz baja como para que yo no escuchara, “me tienen que ayudar a sacarle el estrés a Gonzalo , la reunión de hoy lo puso mal, igual si no quieren está todo bien” .  La escuché perfectamente y también escuché el “vamos” que las dos contestaron e imaginé las sonrisas de satisfacción.

Abrí la puerta y pasé directamente al baño de la habitación diciendo, “hablen lo que tengan que hablar, yo me voy a dar un baño ”.  Terminé de desnudarme y cuando entraba a la enorme bañera abrieron la puerta de la habitación, “te bañamos nosotras” , -dijo Kande - y enseguida pusieron manos a la obra.  Si ya venía medio “morcillón” por la que me veía venir, no bien mi mujer abrazó mi cintura pegando sus pechos erguidos a mi espalda, tuve la reacción esperada, “me encanta porque nunca hay que hacerle mimitos para que reaccione” , -dijo Azul metiéndose en la bañera y haciéndose dueña.

Tal como lo esperaba, las tres estaban totalmente desnudas y la chiquita no tuvo que esperar a que nadie le pidiera nada, se arrodilló mientras el agua de la ducha le daba en la espalda y engulló mi pija como si fuera un simple chupetín a la par que con las dos manos se aferraba a mis nalgas a las que apretaba y soltaba, similar a como hace un gato en la caricia.  Yo tiraba la cabeza hacia atrás para que la africana me besara en el cuello y me acariciara el torso.  No la veía a Cintia porque estaba arrodillada detrás de Kande jugando con sus agujeritos.

Lo supe enseguida por los suspiros que dejaba escapar junto a mi oído, entonces le pedí a Azul que se levantara pues quería que primero nos bañáramos entre todos, me encantaba verlas enjabonarse, besarse y pasarse las manos por todo el cuerpo y si encima lo hacían conmigo, mejor que mejor. Azul parecía reticente a besarla a Cintia pero le duró poco, el chirlo fuerte que le di en una de sus nalgas y el pedido para verla besarse con la rubia se aunó al suspiro por el castigo y se prendió a la boca de Cintia que estaba esperándola.  Se comieron las bocas con desesperación y gemía haciendo que repercutieran los sonidos en el cuarto de baño.

La besé a Kande pero el beso no duró mucho, se sentó haciendo que el agua tapara su intimidad y se prendió a su chupete preferido, lo introducía totalmente y lo apretaba con los labios jugando con la lengua, permanecía así unos segundos y salía para volver a absorberlo.  Esto me desesperaba porque manejaba perfectamente los tiempos y los apretones, mientras tanto, sus manos no estaban quietas, una por delante y otra por detrás, se hicieron dueñas de la entrepierna y el culito de Azul que ya empezaba con sus grititos característicos.  No podía ver lo que le hacía pero entre ella por abajo y Cintia aferrando sus tetas y pezones le daban un placer inusitado.

No tardó mucho en tener su esperado polvo y los temblores y gemidos lo denunciaron, los acompañaba con pequeños saltitos hasta que tuvo que apoyarse en mí para no caer. “Casi que no pudiste acabar guasa, hija de mil me pusiste como una moto” , -le dijo Cintia que la abrazaba con evidente cariño-.  Nos enjuagamos rápido y a medio secar nos fuimos a la cama. Kande se “apropió” de la “petisa” y no bien se apoyó en el respaldo de la cama, le abrió las piernas y se zambulló entre ellas haciendo que Azul diera saltitos elevando su culito. “No podés, no podés, negra hermosa, me vas a matar a polvos” , -decía entrando en una seguidilla de pequeños orgasmos.

Me puse al lado de mi mujer y la azafata rubia se arrodilló en la cama delante de mí, estiró su cuerpo hacia adelante y aferró con su boca y labios el glande que parecía palpitar, su culo quedó a disposición de Azul que no tardó en meter sus dedos en la vagina, hasta ese momento, desconocida. Kande se masturbaba con una de sus manos y no bien metí dos dedos en su maravilloso culo y los moví, comenzó con un orgasmo fuerte que se trasladó a Azul y de ésta a Cintia .  No sé como hice para que no me llevaran con ellas, pues la habitación era un concierto de gemidos en distintos tonos y el aroma parecía golpearme en la nariz.

“Cogeme Gonzalo , ahora cogeme a mí pero no te olvides del culito de Azul , -me pidió Cintia girando el cuerpo-.  Se puso en cuatro mostrando sus dos agujeritos, uno de ellos empapado con sus fluidos, no llegó a incitarme moviendo las caderas, no le di tiempo y el grito que dio por la penetración que chocó con su útero obligó a Kande a dar un salto dejando a Azul para taparle la boca, enseguida lo hizo mejor porque se puso adelante y arrimó la cabeza rubia a su entrepierna.  Ya no gritaría de dolor pero si lo haría del placer que sentía al acelerar mis movimientos de entradas y salidas en ese conducto estrecho.

Azul , que al igual que Gisela nunca se quedaba quieta y mucho menos en la cama, se levantó y, apoyada en sus caderas, se adueñó del culito de Cintia , sus dedos jugaban en el agujero que no se resistía ni al paso ni a los movimientos que hacía entrando y saliendo.  La rubia no aguantó y Kande le tuvo que apretar la cabeza para que no gritara como desaforada cuando el orgasmo se manifestó.

Trataba de controlarse para no estallar totalmente y cambié de agujero, alcanzó a decir “noooo” pero no fue suficiente, entré sin hacer demasiada fuerza pero lo hice lentamente hasta que mi ingle chocó contra sus nalgas, movió la cabeza para decir, “me rompiste de nuevo culiao, dos segundos, dame dos segundos y hacelo mierda que me encanta” .

No sé si esperé dos segundos pero el ritmo que le imprimí a mis movimientos la enloqueció porque, sacando la cabeza de entre las piernas de Kande , comenzó a pedir que le diera más fuerte y más profundo.  Le hice caso y llegó un momento en que, entre los orgasmos cortos que tuvo y la fricción exclamó: “Pará, lo parió, pará que me estás matando, pará Gonzalo por favor” , el tono era de ruego y me moví despacio a la vez que absorbía algo de su energía, el resultado cuando salí fue una Cintia casi destruida, lo único que la mantenía era su obsesión por ver cuando le partía el culito a Azul .

“Ahora a ella, Gonza” , -me pidió con el resto que le quedaba- y dirigiéndome a la “petisa” le dije:

--  Azul, tu amiga me dijo que tu culito no está capacitado para recibirme, ¿vos que opinás?

--Jajaja, ella no sabe que vos podés hacerlo cuando quieras y como quieras, vení, mirá tontita, yo te voy a demostrar como mi culito se come la soberana pija de su único dueño .

La competencia entre las dos parecía instalada desde hacía tiempo y Azul no tardó en ponerse en cuatro mientras Kande que se reía y Cintia se pusieron a los costados.  A ella le gustaba el rigor pero yo quería lubricarlo antes pues no quería que me doliera a mí, por ello entré en su vagina y me moví sin hacer caso de los movimientos casi compulsivos del principio.  La sintió y se quejó hasta que escasos segundos después me pedía que le rompiera el culo como yo sabía, el chirlo se escuchó en toda la habitación y le pedí que se callara, luego dijo, “dame más” esperando, como aconteció, que le calentara la otra nalga.

Después, ya suficientemente lubricado, cambié de agujerito y la entrada fue violenta, hasta cruel diría porque resonó el golpe de mi pelvis en todo el cuarto.  Quiso aguantar el grito pero nunca podía, algo siempre se escuchaba aunque en esta ocasión Kande estaba preparada, cruzó las piernas sobre su espalda como si fuera a montarla y con sus dos manos le tapó la boca, lo que no pudo evitar fueron las lágrimas.

Cintia se sorprendió muchísimo con la entrada brusca en el culito de su amiga y se tapó su boca abierta reprimiendo un ¡ohhhhh! que no pudo evitar lanzar. “Hija de mil tu madre, yo me muero si tengo que aguantar tremendo pijazo.  Te voy a comprar un consolador igual de grande y te voy a coger todas las tardes, sos muy puta petisa, bueno somos, jajaja” .

De seguido, tras decir eso se puso debajo de su cuerpo y se prendió a sus pezones como si fuera un ternero hambriento, la suma resultó en un orgasmo espectacular que casi despide a mi mujer de su espalda, no lo hizo porque no estaba sentada sobre ella pero la contracción fue tremenda y también le robé bastante de energía, estaba seguro que esta noche no saldrían de joda.

Luego de recuperarse un poco y de darnos las gracias, se cambiaron y se fueron como podían, el premio y la acabada mitad en su conchita y mitad en su culo la recibió Kande , ella feliz de la vida con esto.  Quedaba una ducha rápida y cambiarnos para ir a cenar.

Continuará…

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GUILLEOS1 se los agradece.