El demonio de nombre extraño. (33)

Sofía vence totalmente sus temores. Se confirma el viaje largo y mi prima Rocío viene a pasar la noche en casa.

SOFÍA - VIAJE CONFIRMADO - ROCÍO.

Tomaba mis mates tranquilamente después de haber saludado con un regio beso a Zulma y a Virginia , las que no perdieron tiempo para abrazarme y comerme la boca, además recibieron con gemidos las caricias de mis manos en sus nalgas, ambas sabían que hasta allí llegaríamos pero no dejaron de pensar en brindarme el mejor de los placeres en una cama.  Me encantaba, le había tomado el gusto a esto de encontrarme por la mañana con alguna de “mis” chicas y, cuanto menos, acariciarle las nalgas al saludarlas.

Casi de inmediato aparecieron Gisela y Cielo , la “colorada” no tuvo ningún empacho, sin decir “agua va” me estampó un rico beso y se giró para presentarme las nalgas enfundadas en un short cortito, esto generó las risas de la chef y su ayudante que salían en ese momento de la cocina. Cielo , parada al lado, me besó en la cabeza y me abrazó poniendo y moviendo sus tetas en mi cara, lógicamente, también recibió la caricia y un pequeño apretón que agradeció moviendo su culito.  De seguido se sentaron junto a mí y me informaron de las últimas novedades.

Había aparecido una cuenta en las Islas Caimán a nombre de la esposa del Juez de referencia, no tenía forma de justificar ese dinero porque no declaraba ingresos, lo cual implicaba complicidad.  Me mostró en su tablet como quedaba el video grabado y le pedí que lo mandara por los canales “secretos” acostumbrados, en primer lugar a la Prensa que atendía estos casos, con esos datos en su contra, no tenía forma de escapar a sus castigos por más declaraciones que hiciera tratando de difamar las pruebas.

Cuando Cielo terminó de explicarme todo esto, la miré a Gisela y le pregunté qué era lo que quería decirme pues se moría de ganas por expresarme una idea que tenía.  El tema era con los Directores fugados que habían sido ubicados en un pueblo de Paraguay , además de la ubicación había averiguado que tenían cuentas bancarias individuales en un Banco de Paraguay y en un Banco de Nassau en Las Bahamas , cada uno de ellos tenía un total aproximado a los dos millones de dólares y por ello la vida de lujos que se daban en ese país.  La idea de Gisela era armar una cuenta “fantasma” y hacer una transferencia virtual a esa cuenta para vaciarles los fondos.

Quedarían aislados y sin un puto dólar en su haber, el inconveniente era que no se podían mover ese dinero hasta después de cinco años, generaría intereses pero, si se movía antes sabrían quienes eran los beneficiarios.  Tiempo era lo que me sobraba y dinero no necesitaba, le dije que lo hiciera si entendía que no existían riesgos y eso, se encargaron las dos de asegurármelo.

Cuarenta minutos después los dos Directores se quedaron sin un solo dólar en sus cuentas bancarias.  Casi un año después me enteré que estaban presos en el Paraguay acusados y condenados por estafas reiteradas en el rubro inmobiliario.  Dos que pagaron su deuda de una manera distinta pero la pagaron.

Regresó Kande de su entrenamiento matinal y me dijo que se iría a visitar a Roció , la había llamado por teléfono diciendo que estaba más tranquila, que los padres estaban mejor y que tenía ganas de salir a hacer compras.  Le venía bien porque, porque como mujer siempre le venía bien salir a comprar, además, podía.  Se lo comentó por el intercomunicador a Cielo y a Gisela y me quedé sin las Informáticas, ya que no dudaron en prenderse a la posibilidad. Carlos pidió permiso para salir y tampoco se lo negué, quedaba almorzar y dormir una buena y tranquila siesta.

Sabía que uno de los muchachos disfrutaría de la pileta y que un par de ellos dormitarían debajo de los árboles, los tres restantes irían al polígono, ya me enteraría quienes eran porque yo no estaba atento a sus turnos y rotaciones, siempre les dejé a ellos la posibilidad de rotarse cuando se podía disfrutar de lo que podríamos llamar “tiempos de paz” .  Estaba en el living mirando las noticias en la T.V. y el ruido de cristalería rota me alertó, fui para la cocina de inmediato y me encontré a Zulma agarrándose la cabeza y a Virginia parada cerca de la mesa mirándome con una cara de sorpresa total y con las lágrimas a punto de estallar.

Al verme parado en la puerta estalló y comenzó a llorar pidiéndome perdón.  Había sido un accidente de tipo doméstico, tonto diría y el temor era por mi presunta reacción.  La mesa siempre la ponía Carlos y al no estar él lo hizo Virginia , el mantel tenía unos bordes calados y ella usaba unas pulseras con dijes.  Dos más dos cuatro, los dijes se engancharon en el mantel, giró para buscar los cubiertos y lo arrastró, cuatro o cinco copas y un par de platos se hicieron añicos contra el suelo, era una pavada de no ser porque estaba distraído y a mis oídos sensibles sonó como si hubiera estallado un ventanal, por eso mi entrada impetuosa y el susto de ella.

Me puse a reír y la abracé para que no le diera mayor importancia, “lo hice sin querer” repetía pero como noté las tetas duras apoyadas en mi costado se me cruzó enseguida que la siesta no iba a ser tal y ya me estaba haciendo a la idea de que disfrutáramos los tres de la tranquilidad de la tarde.  Le pedí que no se hicieran problemas y tuvieran cuidado al levantar los vidrios, de lo otro hablaría cuando termináramos de almorzar pero está visto que los planes pueden fallar por distintas circunstancias o porque aparece algún pelotudo que te arruina los momentos.

A punto de sentarnos a comer me llamó Sofía desde la Fundación para explicarme de un problema que les había surgido, según me contaba, una Entidad había pedido una ayuda a la Fundación pero cuando se investigó resultó que esa Entidad recibía subsidios estatales más que suficientes para mantenerse y para realizar las refacciones que querían en su Sede, por este motivo la solicitud de ayuda fue rechazada.  Las autoridades de la Entidad asesoradas por algún “vivillo” habían denunciado a la Fundación aduciendo que el capital inicial era un “lavado de dinero” , algo muy tomado de los pelos pero ahora había un Fiscal en lo Económico que rompía las pelotas pretendiendo intervenir la Fundación.

No era un tema para que yo me ocupara y así se lo hice saber a Sofía , “eso es un tema que maneja el Estudio Jurídico, avisale a Chao y quedate tranquila porque todo es legal” .  La contestación que me dio me hizo cambiar los planes para la tarde, “sí, eso lo doy por descontado, sólo quería avisarte y de paso escucharte porque hace un montón de tiempo que no hablamos y quedaron cosas pendientes” .  Me agarró justo en un momento en que yo estaba pensando con la cabeza del pene y me sonó a “tengo ganas de estar con vos y busqué una excusa” .  Le dije que salía para allí y en el camino le hablaba a Chao .

Al escucharme que decía “salgo para allá” , se levantó Tai y le dije que no se preocupara, le comenté al pasar que iría hasta la Fundación a solucionar un problema y volvía en un par de horas.  Salí con el auto y lo llamé a Chao para explicarle el problema pidiéndole que se comunicara con Sofía , luego me enteré que no sólo lo hizo con ella, llamó a la Fiscalía para hablar directamente con el Fiscal General y con el Juez que entendería en la Causa, resultó que nadie estaba enterado de nada.  Resultado: La Entidad en cuestión fue intervenida judicialmente y al Fiscal se lo procesó por “Abuso de Autoridad y mal desempeño de sus funciones” , algo que, por ser un perejil, le costaría el puesto.

Llamé a Sofía para avisarle que no me detuvieran en la puerta y, lógicamente, no tuve inconvenientes de ninguna índole, ya me estaban esperando.  Al bajar del auto se apersonaron Sofía y María Victoria para saludarme y decirme que el Fiscal que venía por los denunciantes no llegó a entrar, se armó una discusión porque llegó Chao y en otro auto apareció uno de la Fiscalía que parecía ser un Jefe y la emprendió a gritos con el que vino con la presunta denuncia, también me dijo que Chao le aseguró que se quedara tranquila, el que parecía Jefe de los Fiscales le pidió disculpas y ya se habían ido todos. “Me alegro que no haya llegado a mayores pero, me gustaría tener unas palabras contigo” .

María Victoria entendió rápidamente la “indirecta” y se retiró para dejarnos conversar a solas, no bien salió la Vicepresidente de la oficina le dije: “Me sacaste de la mesa del almuerzo, esta me la vas a pagar yendo a almorzar conmigo” .  Aceptó de inmediato con la condición de que eligiera un buen lugar.  Si tomaba la autopista el Hotel Sheraton me quedaba cerca y no pensaba perder el tiempo, entre directamente al estacionamiento y fuimos al selecto restaurant que sabía que ese hotel tenía.  Nos otorgaron una mesa con una ubicación inmejorable y le pedí que eligiera mientras iba al sanitario, así lo hizo y aproveché para tomar una habitación en el décimo piso.

Guardé la tarjeta-llave en mi bolsillo y regresé a la mesa, todavía no había elegido y le propuse algo distinto, “¿comemos aquí o preferís mayor intimidad?” , me contestó rápido, “prefiero la intimidad aunque no sé si voy a comer algo de comida” .  No había más que hablar, le pedí al maître que nos subieran el almuerzo a la habitación y nos dirigimos al ascensor.  La habitación le encantó pero no miró mucho de ella porque entró delante de mí y luego de mirar el mobiliario se giró para echarme los brazos al cuello.  Su cara, sus gestos y su mirada denunciaban el deseo que la asaltaba y el beso no tardó en llegar, un beso lleno de urgencias, de necesidad y de ganas de sentir.

Las lenguas se desesperaron con movimientos apasionados y los labios parecieron fundirse, los gemidos entrecortados y parcialmente apagados no tardaron en aparecer incentivados por mis manos en sus nalgas duras y porque el bulto de mi miembro se apretaba sobre su pelvis y vientre plano.  La apretaba contra mí cuerpo y ella movía sus caderas sin pretender despegarse, el beso en el cuello la desarmó y me hizo notar el placer que sentía.  La abracé para arrimarnos a la cama y me dijo:

--Años de casada y nunca se me ocurrió hacer una cosa así, con vos siento una necesidad que no me puedo explicar, estoy para que me hagas lo que quieras y trataré de corresponderte.

--  Vamos a hacer mi cielo, vamos a hacer porque esto es “de a dos” .

El traje sastre, la blusa y los zapatos pronto quedaron en el piso a un costado, la lencería era de primera y el sostén apenas podía para mantener sus tetas erguidas que llenaron totalmente la palma de mis manos.  No usaba tanga y al desprenderle el corpiño le pedí que subiera a la cama, lo hizo y se apoyó en el respaldo exhibiendo sus medias ajustadas a los muslos y el culotte, los brazos, como con timidez tapaban sus pechos descubiertos pero la lujuria de su mirada la traicionaba.  No tardé en desnudarme y me pegué a su lado aún con el bóxer colocado.

La volví a besar profundo y pronto dejé sus labios para besar todo su rostro, cuello y descender por su pecho, sus brazos se abrieron para que sus manos apretaran la sábana contrayendo los dedos con fuerza y su respiración se tornó agitada, vi en un momento que tenía los ojos cerrados pero sus gemidos, los espasmos involuntarios de su cuerpo y el aroma a hembra que impregnaba mi nariz me afirmaban en la idea de hacerla gozar con besos y lamidas.  Sus pezones chiquitos y duros resultaron más que sensibles y él, “ si Gonza, si, besalos, mordelos, chupalos, ¡por Dios!, me vas a enloquecer chupándome las tetas, seguí así” .

Claro que seguí pero sólo hasta que la sentí contraerse como para tener un orgasmo y continué mis lamidas y besos descendentes.  Al llegar a su entrepierna comenzó a temblar y cuando bajé su ropa interior y rocé los labios de su vagina no se pudo aguantar, levantó su torso para aferrarse de mi cabeza y pareció querer que la penetrara con toda ella, “sí, sí, sí, sabía que lo ibas a lograr” , -dijo- y su orgasmo, levantando la pelvis, gimiendo alto y temblando, no se hizo esperar.  Me mojó la cara y eso no me importó, quiso que esperara un poco y no le di bola, mi lengua la penetró lo más que pude y luego lamí todo su clítoris haciendo que se contorsionara y expresara, “piedad, piedad, Gonza me vas a matar” .

No iba a morirse por ello pero gozaría más de lo esperado, estaba decidido a ello porque la “escuché” pensar en medio de sus contracciones y surgieron reproches y algunos insultos a su marido por su descubierta condición homosexual, “dos hijos, casi diez años de casados y nunca pudiste lograr que tuviera un orgasmo así, no soy yo, no soy yo” , eso es lo que pensaba y estaba claro que no era ella porque sus temblores se sucedían y cuando absorbí su clítoris y lo mantuve entre mis labios mientras jugaba con mi lengua en él me tuve que agarra fuerte de sus caderas para evitar que me despidiera con sus movimientos y apenas si podía disimular su grito de descarga cruzando un brazo sobre su boca.

No podía ni quería dejarla descansar y pataleando para sacarme los bóxer fui ascendiendo nuevamente por su cuerpo transpirado lamiendo y besando su humedad, sus movimientos viboreantes me hacían saber de su gusto y cuando llegué a su boca entreabierta traspasé sus aromas en un beso compartido que respondió mientras me abrazaba fuerte pasando mis brazos por la espalda.  Mi ariete estaba a punto de reventar, más dureza no podía pedir y el glande se ubicó sólo en la entrada de su vagina empapada pero cuando comencé a introducirme en ella, su grito fue como de desesperación, “¡no, Gonzalo , no!, ¿qué me estás metiendo?, no lo aguanto, me duele, no sigas, por favor no sigas.” .

Por un momento quedé desconcertado y la miré pensando que era una broma, el lugar era estrecho pero, ¿dos hijos y tan ajustado? Me quedé quieto sin avanzar ni retroceder esperando a que se soltara para contarme lo que pensaba y no me mintió en nada, “después de mi segundo hijo tuvieron que cortarme un poco y me cosieron por demás, quedé muy estrecha, la de mi marido más o menos la aguanto pero la tuya es enorme, me estás haciendo ver las estrellas” .  Me armé de paciencia, era más miedo que otra cosa y, sin sacarla, seguí con mis besos en toda su cara, labios, pómulos, cuello y párpados a la vez que acariciaba una de sus tetas con una mano y le decía que sería cuidadoso.

Comenzó a aflojarse pero yo notaba como sus músculos vaginales me apretaban tal como si fuera una adolescente, no porque los contrajera ex profeso sino porque era verdaderamente estrecha y, a pesar de la lubricación, entrar no era fácil.  Por momentos me asaltaba la idea de ingresar de un solo golpe, me aguantaba porque sabía que esto la lastimaría y despacio, muy despacio, avanzaba cada vez un poco más, ella lo sentía porque apretaba sus labios y cerraba sus ojos dejándose hacer.  Notar cómo se abrían las carnes al ir penetrándola me desquiciaba y cuando comenzó a moverse lentamente supe que la batalla estaba ganada.

El tope fue su clítoris sobre mi pelvis y no pudo aguantar el largo suspiro de satisfacción, luego fue salir una sola vez para volver a entrar y se soltó.  Me abrazaba fuerte y su torso estaba quieto pero sus caderas comenzaron a moverse como si una inercia ancestral las guiara, casi sin darme cuenta su pasividad primera pasó a ser un algo desenfrenado con gritos, suspiros, gemidos y pedidos de más y más, “sí Gonzalo sí, partime al medio, reventame toda, dame más, más fuerte, haceme sentir esa pija, ¡no sabés lo que significa esto para mí!” .  Le di, claro que le di, por momentos el ritmo era tremendo y sólo se escuchaba en la habitación el sonido acuoso que provocaba el miembro al entrar y salir y los grititos que motivaban las contracciones de sus orgasmos encadenados.

Tenía el cabello mojado por la transpiración y como quería besar sus pechos, la giré como una pluma y quedó sentada sobre mí con el miembro instalado en lo más profundo de su intimidad.  Tomar el mando la enloqueció más, yo incorporé un poco el torso para adueñarme de sus tetas y aferrándolas con las dos manos me ocupé indistintamente de besar y absorber sus pezones a los que les faltó poco para reventar de tan duros y sobresalidos que estaban.  Ella no cesaba de moverse, yo pinzaba su clítoris con dos dedos y no podía parar con los orgasmos que le provocaba su recientemente descubierto desenfreno orgásmico.

“¡Llename, por Dios, llename!” , gritó desaforada y como tampoco aguantaba más acabé en lo más profundo, con tanta fuerza e intensidad que un pequeño chorro de semen salió hacia afuera disparado como una escupida.  Se dejó caer sobre mí, totalmente desmadejada, intentaba hablar pero no podía, no la dejaba esa mezcla rara de sollozos y risas motivado por el momento vivido, le acomodaba el cabello esperando que se calmara y llamaron a la puerta.

Atendí rápido con una toalla chica tapando mis partes y al cerrar me giré para empujar el carrito con la comida dejando caer la toalla.  Ella me miraba desde la cama, estaba boca abajo y la imagen era sólo superada por el culo de Kande o de Cielo .  No se iría de allí sin que le hiciera la cola, esto lo tenía fijo en mi mente y ver sus nalgas expuestas incentivó a quien comenzó a reaccionar.  Me miró la entrepierna y dijo:

--Ahora entiendo el por qué de mis dolores iniciales, esa pija es un instrumento de tortura, bueno lo fue de entrada para mí, ya tengo claro que es un instrumento de puro placer, aunque, de haberla visto antes, no sé si me quedaba.

--  Todo dilata Sofi, hay que saber tomarse los tiempos.

--Nunca pude lograr lo que me hiciste sentir y después que me cosieron fue peor que peor, era todo un martirio pero veo que te gusta mi cuerpo porque estás reaccionando de nuevo.

--  Aparte de todo tu cuerpo es tu cola cariño, fue lo primero que te admiré y quiero que sea toda mía.

--Por allí me animo un poco más sin tantos temores, aunque lo tuyo mete miedo. Matías siempre quería por la cola, eso fue lo que llevó a sospechar de sus inclinaciones que terminé confirmando, fue un golpe tremendo para mi ego pero los hijos, la familia, los sentimientos y el diálogo ameritan aceptar algunas cosas, vivimos juntos, a veces hay intimidad pero ya no somos el uno para el otro y no hay reproches.

--  Te diría de comer después porque ya no aguanto las ganas de tener esa cola a mi disposición.

--Dale, te espero con ganas pero tomate tú tiempo, nunca recibió algo tan grande y no creo que sea tan fácil pero estoy decidida a salir de aquí como una mujer excelentemente bien cogida.

Que más quería yo, mi agilidad se puso de manifiesto y enseguida estuve arrodillado detrás de esas nalgas que me atraían como un imán.  Mis manos se hicieron dueñas de sus nalgas duras y mi boca y lengua de su zanja y de su agujerito marrón que parecía palpitar.  Se quedó como expectante hasta que el primer lengüetazo le demostró un placer inesperado, que la hizo apretar las almohadas y expresar, “¿qué me hacés Gonza, el placer me recorre toda la columna como si fuera electricidad, seguí, seguí” y era cierto porque a la vez la “escuché” pensar, “esto nunca me lo hizo Matías , es maravilloso, ¡qué estúpida que he sido!” .

Fue un rato largo de apretar y acariciar sus nalgas y penetrar con uno o dos dedos una oquedad un poco más acostumbrada y relajada acercando saliva y flujo pero la lengua, que parecía más dura y larga, la enloquecía haciendo que sus movimientos y gemidos se incrementaran.  Ni loco la dejaría salir de allí, había tenido por lo menos un orgasmo más y no quería llegar a otro sin sentirme adentro, “entrá Gonza, entrá, rompeme el culo, te necesito y necesito entregártelo” .  No esperé más y la hice incorporar para que quedara en cuatro pero se acomodó mejor, dejó las nalgas paradas y apoyó la cabeza en la almohada.

Pincelé la zona haciendo que temblara y el glande por si solo buscó el agujerito palpitante, nunca tuve necesidad de apretarlo para que se pusiera más duro como hacen en las películas porno, cuando estaba duro, estaba duro y no había vuelta de hoja con eso.  Enseguida emboqué el recto y seguí su recorrido por toda su sedosidad, la sintió desde principio a fin pero no me dijo nada, a mí no me dijo nada, a la almohada la llenó de gritos y puteadas por la pija que la perforaba, llegar al final le arrancó un suspiro con mezcla de alivio y satisfacción aunque de inmediato supo lo que era que, verdaderamente, le rompieran el culo.

Mi velocidad de entradas y salidas se incrementó haciendo que el sonido de mi pelvis golpeando sobre sus nalgas se expendiera por toda la habitación.  Tras un momento de gritos por el dolor que experimentó se acopló a los movimientos y toda su locura momentánea se trasladó a sus caderas, por un rato no se supo quién se cogía a quién y aparecieron sus orgasmos, a cual más violento e intenso y cuando comenzaba con el cuarto de ellos absorbí algo de su energía y hundiéndome profundamente en sus entrañas se las llené de leche potenciando su orgasmo que se liberó con un grito que no quiso contener, cualquiera que la hubiese escuchado sabría que había sido un grito de placer y no de dolor.

Se había dejado caer de bruces y quedó laxa con los brazos en cruz y las piernas apenas entreabiertas que dejaron ver el agujero abierto de su ano al retirarme despacio.  La dejé allí y fui a lavarme, al regresar me puse a acomodar la mesa para almorzar, tarde pero almuerzo al fin, terminé de hacerlo y la escuché sollozar, me acerqué a la cama y me senté a su lado…

--Gracias Gonzalo, me hiciste pasar la mejor tarde de mi vida, tengo la vagina y el culito tan abierto que no los puedo cerrar pero estoy repleta de felicidad.

--  Debe ser porque también aportaste lo tuyo, andá a darte una ducha, esto todavía no terminó, hay que almorzar y falta el postre.

--Esperame dos segundos, apenas si me puedo mover pero el postre no me lo pierdo.

Tardó realmente poco y volvió desnuda para sentarse junto a mí, había pedido comida fría que amenizamos con un buen vino, nada especial, fue apenas como un tentempié.  Hablamos y nos reímos de sus caras, gestos y lo que me supuso penetrarla, me contó algunas cosas de su matrimonio que escuché sólo por deferencia porque no me importaban en lo más mínimo hasta que dijo:

--Siento que me brota la felicidad por los poros, cuando se entere María Victoria se va a querer morir, te tiene unas ganas tremendas desde el primer día, -se calló de inmediato cuando la miré serio-.

--  No estoy acostumbrado a que se ventilen mis intimidades aunque en este caso te lo podría permitir porque noté entre ustedes dos una complicidad más que íntima, -se ruborizó-.

--No sé cómo te enteraste, tuvimos algunos acercamientos íntimos en la época de Facultad por eso somos confidentes y sé que es leal y una tumba para los secretos, además no tiene novio ni le interesa tenerlos, no es lesbiana pero es muy selectiva.

--  Siendo así puede que en algún momento nos pongamos de acuerdo para salir juntos pero quiero recordarte que esto es sólo sexo, no hay otras connotaciones, aunque, a decir verdad, no me gustaría que andes revoleando la concha con el primero que se cuadre.

--¡Gonzalo, que decís!, ni se me ocurre, una porque no está en mi naturaleza, no sabés lo que me costó decidirme con vos y otra porque la vara ahora es altísima.  Eso ni lo pienses, no te voy a molestar en nada pero tratá de no olvidarte de mí.  Es más, si hay otra vez me gustaría ver cómo le rompes el culito a María Victoria , ella dice que tiene experiencia pero creo que nunca la cogerán como hoy a mí.

Lo mejor para mi ego era darme cuenta que lo que decía era absolutamente coincidente con lo que pensaba.  Terminamos el almuerzo y yo ya estaba listo para otro round, mi pija también y ella la notó.  Luego de unos besos y de notar que estaba toda mojada no fuimos nuevamente a la cama pero ahora fui yo quien se recostó sobre el respaldar y la dejé que hiciera.

Experiencia casi cero pero se las ingenió para meterse un poco más de la mitad en la boca y apretarla con los labios al salir mientras usaba su lengua.  No quise forzarla, recién comida sería para disgusto y le dije que se ubicara para hacer un 69, abocado a ello, mi lengua en su vagina, clítoris y mis dedos en su culito hicieron que se esmerara un poco más penetrándose la boca.

Cuando tuvo su orgasmo mi pene palpitaba y no lo soltó, lo entró lo más adentro que pudo y se aguantó mi acabada tragando a medida que expulsaba mi leche en contracciones.  Su torso hacia la cabeza estaba en el metiers de secarme las bolas, en cambio sus caderas se movían temblando y haciendo que mi cara se llenara de sus fluidos.

Fue un hermoso 69 y después de limpiarme se giró para besarme y para que nos pasáramos mutuamente nuestros aromas.  Después fue el baño y con su enjabonada y sus caricias a mis huevos y miembro me hizo reaccionar de nuevo, la completó afirmándose en el borde y dejando el culito a mi disposición, a pesar de los gritos no la perdoné, esta vez entré como me gustaba.

Pegado a sus glúteos me quedé quieto esperando sus movimientos que no tardaron en llegar, volvió a enloquecerse y tuvo un orgasmo apoteótico pero no quise acompañarla a pesar de sus quejas al respecto y sus ganas de que lo lograra aunque más no fuera en su boca.  No hubo caso y terminamos el baño para cambiarnos, tomarnos una copa para relajarnos y emprendimos el regreso, cuando la dejé en la esquina de la Fundación eran casi las siete de la tarde y había sido una tarde hermosa.

Al llegar a casa descendía de auto y las vi llegar a Kande y a las chicas, atrás de ellas entró mi prima Rocío con su autito nuevo.  Las cuatro riendo se lanzaron a saludarme y a besarme, se notaba que lo habían pasado bien y lo corroboré al mirar la cantidad de paquetes que había adentro de la camioneta…

--  No quiero ni mirar los paquetes porque la tarjeta está temblando.

--Gonza, no seas malo, es todo para que vos nos veas lindas.  La traje a Rocío porque quiere hablar con vos, de paso se queda hasta mañana, -me dijo Kande -.

--  Hola Rocío, ¿cómo están tus padres?

--Hola primo, mucho mejor, papá mejoró mucho con el cambio de medicación y mamá ya camina sola, muy poco aunque comparado con lo de antes que no podía moverse de la cama es una maravilla.  Vine porque no tuve oportunidad de agradecerte todo lo que hiciste, Kande insiste en que no lo haga pero yo necesito hacerlo.

--  Tendrías que haberle hecho caso a Kande.  No me jodas con agradecimientos.

--Para vos ahora puede ser normal pero nos cambiaste la vida a los tres, el ingreso mensual, el coche, la clínica, la internación, la operación, las prótesis, la casa remodelada a nuevo, los profesionales que van a casa a atender a mamá.  Lo hablé con los dos y quieren que pases por casa, papá me pidió que te lo ruegue.

-- Si puedo algún día paso por allí, estoy muyyyy ocupado con los negocios y ya sabés que me pone mal eso de escuchar agradecimientos.  Mandales un beso enorme y decile que los quiero.**

Cargadas de paquetes se fueron para adentro de la casa a encontrarse con Zulma y Virginia , varios de los regalos eran para ellas y abriendo envoltorios, por un rato largo se olvidaron del Mundo.  Saludé a los muchachos y me encerré en el despacho para hablar por teléfono con Chao , me contó lo que había sucedido con el Fiscal y me hizo saber que ya tenía las visas por si las necesitábamos para ingresar en el territorio de China , por mi parte le hice saber que, si no surgía ningún inconveniente de último momento, en dos días estábamos viajando, igualmente le avisaría con tiempo.

Cuando me disponía a cortar la comunicación, recordó algo y me pidió que no cortara, le pregunté qué era lo que quería decirme y se explayó…

--Me ofrecieron la posibilidad de comprar un nuevo avión, el Bombardier Global 7500 , es un avión más grande, tiene capacidad para 19 pasajeros, más autonomía, lugar privado para la tripulación, dormitorio privado, comedor, sala de estar y baño con ducha.  Tiene sólo seis meses de sacado de fabricación y únicamente dos viajes a Estados Unidos, pertenece a una empresa que presentó quiebra y es una oportunidad única, además no hay que traerlo de Francia, está estacionado en uno de los hangares del Aeroparque Metropolitano.

--  Está bien, si vos considerás que es negocio hacelo pero con una sola condición, no cambio a la tripulación.

--Me tomé la libertad de consultarlo con Gustavo y ellos están en condiciones de hacerse cargo porque conocen el avión y sus especificaciones, no tienen inconvenientes en pilotarlo, lo que si sería necesario es una azafata más porque es más grande y aumenta la capacidad de pasaje, amén de las reglamentaciones vigentes.

--  Lleva a la tripulación para que lo vean y si hay conformidad, cerrá el trato, respecto a la azafata, hablá con Azul, que la convenza a su compañera Cintia, es un personal altamente aconsejable.

Volvería a encontrarme con Cintia y la posibilidad no me desagradaba, ya veríamos si se podía dar.  En la mesa de la cena conversé con Kande sobre la posibilidad de ir con un avión nuevo pues podíamos hacer el vuelo sin escalas.

--Está bien vida, eso es una decisión que a vos sólo te compete, yo lo voy a disfrutar igual pero mirando la ruta de viaje y sabiendo que teníamos que hacer escalas te iba a pedir de hacer una escala en Madagascar , me encantaría pisar nuevamente tierra africana.  Una vez fui a Antananarivo que es la capital y me encantó.

--  Como si eso fuera problema, correr no nos corre nadie, le decimos a Gustavo que arme un plan de vuelo haciendo escala en Madagascar y vemos de pasar un día allí, lo que no sé es que nos van a pedir para poder pernoctar allí.

--Dinero cielo, dinero, estoy segura que con unos cuantos dólares las autoridades nos darán permiso, sino seguimos viaje, por lo menos lo intentamos.

La “escuchaba” pensar a Rocío y como ya se había enterado por Kande del próximo viaje a Hong Kong , se moría de ganas por preguntarme si la podía llevar.

--  Vaya a saber que “pajarito” le contó a Rocío de nuestro próximo viaje a China y ahora le brillan los ojos por las ganas de ir.  Esto de llevar a gente “de afuera” y no llevar a mis incondicionales, no me convence, por ello, si mañana nos entregan el avión nuevo, pasado mañana viajamos todos.  Rocío, Zulma, Virginia y Carlos, por la dudas preparen sus “petates”.

Hasta Tai se reía por el desbande que se armó en esa cocina, hablaban todas a la vez, además Carlos se sintió “una” más y se prendió en los preparativos, yo me escapé de allí y me fui a sentar al living para saborear un buen whisky, los muchachos se fueron a sus habitaciones.  Había puesto el ambiente en penumbras y se iluminó el cuarto al vibrar mi celular, era Chao , estaba cerrado el trato por el avión y la tripulación había dado el visto bueno, sólo faltaba que Azul convenciera a su amiga Cintia , algo que no dudaba que sucedería.  Quedamos en que partiríamos en dos días y haríamos una escala de un par de días en Madagascar .

Corté la comunicación y seguí con mi bebida, no tenía ganas de volver a la cocina porque todavía escuchaba voces y risas y le mandé un mensaje a Kande , en él le decía que el avión ya estaba comprado y salíamos en la tarde-noche del día subsiguiente.  Le pedí además que ella se ocupara junto con Cielo y Gisela de ver el tema de la documentación de todos porque no quería sorpresas.  Enseguida se vino para el living, se tiró encima de mí y, aparte de decirme que me quedara tranquilo que ella se ocuparía de todo, me preguntó que tenía ganas de hacer, “salvo Carlos , las demás estamos alzadísimas” , -dijo-, lo noté claramente por su aroma a hembra y antes de “enloquecerme” por ello, le dije que me iría a dormir.

Habrían pasado unos cuarenta minutos cuando, aún entredormido, las escuché, el perfume de Kande era inconfundible, el de Rocío también y estaba claro que no usaría la habitación que le habían preparado.  Una a cada lado de la cama y el sonido de sus ropas cayendo en el piso me retumbó en los oídos, además, las fosas nasales se impregnaron del aroma de sus entrepiernas y el instinto actuó sobre mi miembro haciendo que una carpa de proporciones se formara con la sábana y el soporte que la elevaba.

Desperté de inmediato notando como Kande , más que pronto, se hacía dueña de lo que le pertenecía y en dos movimientos lo guardó en su garganta, Rocío no quiso ser menos y se ocupó de mis testículos, los absorbía suavemente y los dejaba rápido para continuar con lamidas, pensaba en lo que Kande le había dicho, “no le gusta que te los lleves a la boca mucho tiempo, sólo lamelo” .  Le hacía caso y lo estaba haciendo muy bien.  La negra me transportaba porque sus labios más gruesos se hacían sentir en el tronco cuando ascendía en la mamada hasta llegar al glande.

Aún en la oscuridad veía sus siluetas y noté que mi prima estaba más rellena donde más se necesitaba, estar libre de los problemas que la aquejaban en la casa, alejada de imposiciones y ¿por qué no? miedos, debido al “trabajo” anterior más la gimnasia que podía hacer por su tiempo libre rendía sus frutos en las tetas, igual de paradas pero más rellenas y en un culo como para llevarte al infarto, el vientre plano y los muslos tersos la hacían doblemente atractiva y no, esto no fue con mirar sus siluetas a lo oscuro, había prendido la luz del velador y las vi clarito a la negra y a la blanca haciéndome disfrutar, la tomé del brazo a Kande para que se acercara y le comí la boca como a ambos nos gustaba, no había lugar de su cuerpo que no me gustara pero esos labios eran “los labios” .

Ella no se quedaba atrás, estaba estirada sobre mi cuerpo y me apretaba las tetas contra el pecho, buscando con el movimiento de sus caderas hacer coincidir el ariete en su conchita que aún algo estrecha, se había convertido en una viciosa de mi pene.  El peso se incrementó porque Rocío también se estiró a lo largo sobre el cuerpo de mi mujer y trataba de meter las manos entre mi pecho y las tetas de ésta para acariciarlas y apretarlas mientras la besaba en cuello.

Pronto la dejó y fue bajando besando y lamiendo su espalda y su columna. Kande gemía y se movía gozando las caricias y al llegar a su entrepierna sentí su mano que aferraba mi miembro y lo colocaba en la abertura vaginal.  Me quedé quieto y ella se deslizó sola para penetrarse lo más que podía, los dedos o la lengua de Rocío trabajaron su culito porque incorporó el tronco dando un largo gemido y se dejó caer para que no quedara nada afuera.

Supe que eran los dedos porque los sentí como una caricia cuando la negra saltaba saliendo y entrando, estaba a punto de terminar posiblemente con convulsiones y temblores y se me ocurrió una maldad, me acerqué a su oído y le dije: “el culo de todas es para mí o para vos, tu culo es sólo mío” .  El salto que dio parándose fue el de una pantera y prácticamente arrancó el culo de los dedos de Rocío .

Luego volvió a arrodillarse poniendo las piernas a mis costados y agarrando el pene con sus manos, lo dirigió al agujerito de su culo y se fue penetrando despacio hasta la mitad, después se sentó como auto castigándose por el error cometido y se aguantó el grito de dolor mordiéndose los labios.  Se acercó a mi cara para besarme y me dijo: “disculpame amor, no volverá a suceder, soy total y absolutamente tuya” .

Rocío se dio cuenta de cómo era la cosa y se quedó parada al costado de la cama, la llamé para que cruzara su cuerpo y me permitiera besar su entrepierna, lo hizo rápido y dejándome la vagina y el culito a disposición las manos de ambas se aferraron a las respectivas tetas a la par que se comían la boca con desesperación.  El orgasmo de las dos no tardó en llegar y los gemidos no se convirtieron en gritos porque los apagaron con sus labios.

Yo no terminé y Kande entendió como un “castigo” el hecho de que no terminara en ella, me lo demostró con la mirada y eso es lo que pensó… “Soy una tonta, no terminó en mí por dejar que jugaran con mi culo, nunca más, si alguna que no sea él juega con mi culo le parto los dedos” .  Estaba dolida pero también enojada consigo misma. Rocío la besó tímidamente y le preguntó si estaba enojada, le dijo que no pero le aclaró que nadie más tocaría su culo porque era de “uso exclusivo” , apesadumbrada mi prima intentó pedirle disculpas y le contestó que ya estaba, que ella no sabía nada, que el problema no era ella.

Enseguida la buscó para besarla y metiéndole dos dedos en la vagina le dijo: “mi hombre te está esperando y estoy segura que primero quiere una mamada profesional” .  Se dedicó a ello  con besitos y lamidas que no me excitaban, no había perdido la dureza pero esa mamada no tenía nada de profesional o era sólo para clientes que acababan rápido.

Kande la aportó diciendo: “a él se le hace así” y se la metió en la boca hasta chocar su nariz en mi pubis, la dejó llena de saliva y luego se la señaló, Rocío se encontró de golpe con media pija en su boca y cuando amagó una arcada, Kande , arrodillada a su lado le empujó la cabeza con una mano y le metió dos dedos en la vagina, los que comenzó a mover con rapidez.  Se atoró y tuvo una arcada grande pero no vomitó e incentivada por los dedos de mí mujer que ahora aferraban su clítoris intentó nuevamente hasta que lo logró por sí sola.

No lloraba pero sus lágrimas caían cuando Kande la incorporó y la hizo sentar arriba del ariete que comenzó a penetrar esa vagina estrecha que parecía querer tragarse todo el tronco, tardó poco para que el glande chocara con el útero y comenzó con sus movimientos que me parecieron exagerados.  Se había tirado encima de mi pecho para besarme y la negra, que seguía arrodillada apretaba sus pechos con una mano y jugaba con tres dedos hundiéndolos profundamente en el culo de mi prima y allí si entendí el por qué de los movimientos.

“Quiero todo Gonzalo , rompeme bien la concha y luego seguí con mi culo, Kande te lo está preparando y me voy a enloquecer de placer” .  El orgasmo se le avecinaba y paré los movimientos pidiéndoles que hicieran un 69, “vos vas arriba” , -dijo Kande - y se prendió enseguida a devorarle la vagina.  El culo de Rocío quedó a mi disposición, en realidad los dos agujeros porque mi mujer se ocupaba de su clítoris haciéndola saltar cada vez que lo absorbía.  Primero penetré nuevamente su vagina, dos o tres veces para lograr una mayor lubricación y después apoyé el glande en el agujerito más chiquito, fue una delicia escucharla gritar y gemir hasta que sólo fueron pedidos de más y más fuerza.

Esto me llevó a incrementar mis entradas y salidas y ya que estaba a cambiar de agujero a placer.  La cogida fue de órdago y Kande apenas si podía acallar sus gritos cuando el orgasmo se hizo dueño de todo el cuerpo de Rocío que se movía desesperada y temblaba.  Me nutrí bastante de su energía como para dejarla “de cama” y corriéndola un poco hacia adelante metía la mitad del miembro en la boca de Kande y se la llené de leche, esto sólo fue suficiente para que ella también tuviera un orgasmo que la dejó más que complacida.

Tuve que moverla a Rocío para que se quedara durmiendo a un costado de la cama, quedó boca abajo, con el culo parado y con el ano abierto porque ni fuerzas le quedaron para contraer esos músculos.  Yo me acosté en el medio y Kande no tardó en trepar su piernas a las mías para dormirse enseguida en su posición favorita.  Había sido un día sexualmente agitado pero me sentía totalmente complacido, mañana sería otro día.

Continuará…

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