El demonio de nombre extraño. (32)

Mi madre y mi padre se llevan un buen susto y la Policía quiere aprovecharse, parece que tuviera un imán para los problemas. Kande me aclara varios puntos que me hacen entender mejor.

SUSTO DE LOS “VIEJOS” - DUDAS.

Cuando el conjunto musical, según ellos bastante conocido, comenzó con la música, se “prendieron” todos al baile, se apagaron unas luces, se prendieron otras y eso pareció convertirse en un boliche bailable en que todos parecían disfrutar y en el que un iluminador dirigía haces de luces a las distintas parejas. Danny y Roberto se destacaron en parejas junto a Cynthia y Graciela , Iker se sacó el gusto junto a Zulma pero el “plato fuerte” fueron Gisela , Cielo y Kande que bailaban entre ellas tres, ni que decir que le hicieron caer las babas a más de uno.

Lucas que era un excelente bailarín le sacó brillo al piso con Silvina . ¿Yo? , yo no bailaba, le entraba a fiambres, a quesos, al Borgoña y aprovechaba a conversar con Jorge y con algunos conocidos de mis épocas de “bolichero” descubriendo que tan lejano me parecía todo eso.

No bien terminó la actuación del conjunto se comenzaron a retirar todos porque al otro día era laborable y mientras el personal contratado para el efecto limpiaba el lugar y lo dejaba en condiciones para comenzar a trabajar en la mañana, nos fuimos todos a la oficina que tenía Jorge en un piso superior.  Mi amigo no nos falló, el escritorio y una mesa adicional estaban hasta el tope de quesos trozados y fiambres junto a vino y gaseosas.

Cynthia y Graciela se “pegaron” a mis custodios sorprendiéndose de lo que escuchaban porque Jorge , verborrágico y “picado” por el vino, contó del dinero que había recibido para hacer realidad su sueño, también salió el tema del próximo viaje dado que Silvina preguntó qué haríamos en Hong Kong y Gisela se explayó. Decía y ninguno dejó de escuchar, que mientras yo me ocupaba de los negocios de las empresas, ellas paseaban, disfrutaban de hoteles de cinco estrellas, compraban cosas y no faltó la mención a Brasil , Nueva York , lo de Cartagena , el viaje en yate por el Mar Caribe , la estancia en Isla Barú o Bogotá .

Graciela se sonreía sarcástica y pensaba en que tendría que haber sido más cercana a mí, a la vez, con una pequeña o no tan pequeña vena de maldad pensaba en mi última “novia” , a la que conocía bastante, según parece, como forma de justificar que había quedado fuera de consideración, había “desparramado” en el ambiente nocturno que yo no era tan bueno en la cama y que no tenía dónde “caerme muerto” , en otras palabras, que era un “seco de billetes” para sus aspiraciones.

Se tuvo que tragar lo de “la cama” por ella y por no mandar al frente a la prima, pues cualquiera de las dos podría desmentir a esa “ex” pero ahora pensaba contarle con “pitos y señales” todo lo que sabía que yo tenía y hacía, entre otras cosas pensó bien de Kande , “la negra es hermosísima, es imposible competir con ella y no parece una mina interesada, las demás, hasta la más veterana parece una modelo, él está mejor que nunca, viste ropa de primera línea y le deben sobrar los billetes, cuando le cuente esa hija de puta se va a querer cortar las venas” , la miré a los ojos y le dije: “no te conocía esa faceta de vengativa y mala, ¿te parece que vale la pena con “fulana”? ”.  Se ruborizó, se llevó la mano a la frente y pensó: “Es verdad Cynthia siempre tuvo razón” , recordando que la prima le había dicho que yo leía la mente.

Seguí charlando con los demás y como Danny pensó en que le dejara la camioneta, antes de que hablara lo miré y le dije: “Mañana al mediodía en la mansión” , la agarró en el aire, se despidieron las chicas con besos y abrazos y se fueron los cuatro, jamás preguntaría ni pregunté dónde. Lucas tenía un muy buen coche y quería pasar por su domicilio a buscar una muda de ropa y trajes de baño para él y la novia, Cielo y Gisela fueron con ellos e irían luego directo a casa.  Nos despedimos de Jorge a quien Zulma y Carlos le agradecieron y lo llenaron de elogios, nos fuimos “pipones” de la fiesta de inauguración del negocio de mi amigo.

Al llegar a casa ninguno de los dos podía creer lo hermosa que era la mansión y todo el parque y los árboles que la rodeaban, mi hermano tomó una gaseosa admirando el living-comedor y la escalera que nos llevaba a las habitaciones, sin contar con los muebles que había ya que Carlos había hecho un muy buen trabajo adquiriendo, acomodando, distribuyendo y decorando el lugar con los mejores y más cómodos muebles.  El irlandés los acomodó en la habitación que antes tenía Virginia y que él junto con Kande había redecorado a gusto.  Tenía baño y una hermosa vista al parque que disfrutarían en la mañana.  Los saludamos con Kande y los dejamos mirando fotos de los viajes con Gisela y Cielo .

Los dos eran Profesores de Educación Física y, en la mañana y por la ventana, los vi corriendo alrededor de la propiedad junto con Andrey y Blago , Tai e Iker estaban en la casa, nunca salían todos juntos.  Me tomé mi tiempo porque “jugamos” un rato con la negra, después nos bañamos “jugando” un rato más en la ducha y bajamos renovados y felices a desayunar.  En la cocina estaban todos y Silvina no podía creer la ductilidad y capacidad que tenía Zulma para hacer rápido y suculentos desayunos, “imagino lo que deben ser las comidas, habría que doblarte el sueldo y llevarte para casa” , -dijo Silvina bromeando-.

La contestación vino rápida: “Sé que lo decís en broma pero aunque tenga que trabajar gratis de al lado de Kande y Gonzalo no me saca nadie” .  Saltó Gisela , “Jajajaja, me parece que estamos todos en la misma, logramos un grupo leal e indisoluble que sólo él puede liderar” , -dijo la “colo” - y yo sabía que era cierto porque nadie pensaba nada en contrario.

Luego del desayuno hicimos la recorrida por toda la casa y hasta yo me sorprendí pues en el altillo o mirador, además de un cuarto de baño muy coqueto, habían armado una habitación para una sola persona que haría las delicias de un o una adolescente, era largo y estaba separado por una puerta corrediza que comunicaba a un trastero bien ordenado, la vista con grandes ventanas era hacia los cuatro costados de la propiedad.

Luego tocó el sótano con la bodega, las habitaciones que allí había y la Sala de Informática que Gisela se ocupó de abrir con la cerradura visual. Lucas entendía más que yo de computadoras, lo mismo Silvina pero, como era lógico lo que allí había sobrepasaba largamente sus expectativas.  Mi hermano preguntó para qué tantas maquinarias y Gisela le contestó muy suelta de cuerpo, “para lo que quieras y hasta podemos hacerles los pasaportes legales y después ponerlos en el sistema de Gobierno como si lo hubieran hecho en cualquier oficina de ellos, aunque, en realidad se utiliza mayormente para los datos empresariales de las empresas que tiene Gonzalo .

La que se interesó enseguida fue Silvina , “nosotros no tenemos pasaportes y tenemos que pedir turno para ir al sitios que nos corresponde por domicilio para sacarlo, ¿vos me decís que lo podés hacer acá?” . Gisela me miró pidiendo una aprobación, “fuiste vos la que hablaste de más, ahora vas a tener que trabajar, hacelos” .  Se sentó encima ante el teclado y en menos de diez minutos aparecía en la pantalla grande el pasaporte de Silvina , enseguida fue lo mismo con el de mi hermano, por último los incorporó al sistema de Gobierno y luego se los entregó.  “ Listo, ahora vamos, por hoy no trabajo más” , -dijo- y fue la excusa ideal para salir de allí y no aclarar ninguna pregunta más.

Mi hermano había dicho que tenía ganas de comer un regio asado con chinchulines y mollejas y Zulma lo estaba haciendo, tan bien o mejor que cualquier asador profesional, en una gran parrilla que teníamos en un lugar cerrado cercano a la piscina, que nos permitía comer adentro en caso de lluvia y totalmente ventilado por ventanales corredizos, Virginia se ocupaba de las ensaladas ayudada por Cielo .  La mesa en el lugar podía albergar a más de treinta comensales con unas dependencias más chicas para una cocina, cafetera express y lavadero, cubiertos, manteles, platos y vasos los teníamos a mano, alojados en los muebles empotrados que había en una de las paredes.

Hacia allí nos fuimos todos para almorzar con los trajes de baño puestos y apenas una remera que cubría los cuerpos.  Casi nos comemos hasta los platos, estaba todo exquisito y la carne era de calidad de exportación, luego tocó el turno de la pileta y las exposiciones al sol y como siempre sucedía, aquí hubo un desbande de físicos como para admirar.  Lo había visto a mi hermano mirar casi sin disimulo el hermoso culo en tanga de Cielo y alcancé a “escuchar” a Silvina , “¡madre mía, cómo me calientan estos tipos!” y me cerré para no tener que “escuchar” a ninguno de los dos.

La tarde transcurrió tranquila, las mujeres se pusieron a ver en la Internet que era lo que se podía visitar en Hong Kong , hablaban de subir los casi trescientos escalones a la estatua del Buda Tian Tan visitando la arquitectura del Monasterio Po Lin o pasar a la Isla de Lantau por medio del teleférico más largo del mundo y visitar una hermosa aldea de pescadores o apostaban por cuáles serían los mejores hoteles en los que nos podríamos alojar, podían elegir lo que quisieran pero en realidad sería Chao quien nos consiguiera las ubicaciones y las excursiones turísticas.  Daba por descontado que lloverían las invitaciones de parte de la Familia a la que iba a ver o de parte de las autoridades de las dos empresas enormes que había allí pero me mantendría en mis trece e iría a un buen hotel.

Mi hermano quiso recorrer un poco la propiedad y nos fuimos los dos solos a caminar, estuvimos hablando de los “viejos” , según parecía, la pasaban sensacional en la Costa y se reía diciéndome que los dos se habían puesto de acuerdo para tratar de no volver a pasar un invierno en el país y no bien regresaran de la Costa se irían a un país cálido por un tiempo, como ellos decían, “siguiendo al sol” .

No sé por qué por nunca me metía en cosas de esas pero, le pregunté cuando se casaba y me miró como si estuviera loco…

--Ni en pedo y menos que menos con Silvina , la pasamos bien, nos pusimos de acuerdo en disfrutar lo más que podamos juntos pero, cada cual hace su vida , -me contestó-.

--  Pensé que era una cosa más firme, como la presentaste como tu novia…

--Jajaja, seguí tu ejemplo, con dinero y soltero te atacan por todos lados y con novia de por medio se atempera un poco la cosa.  La que me encanta es esa Cielo , es un bombonazo.

--  Te diría que lo intentes porque es una mina fantástica pero vas a “hacer sapo”, en confianza te digo, ninguna de la casa te va a dar bola, mi relación con todas ellas es “especial”, todas están conmigo, yo con Kande y con todas ellas, ¿se entiende?  No está “blanqueado” pero en la casa lo tienen claro, todas son muy dadas y simpáticas pero, tratás de tocarle un dedo a alguna y te salta ella y todos detrás, directo a la yugular.

--Te hiciste un harén, ¿las compraste a todas?  ¿Cómo hacen con los muchachos porque hay que reconocer que tienen sus “lomos”?

--  Lo del harén podría decirse que es cierto pero no menosprecies ni ofendas, ninguna se vende, la cosa pasa por lealtad y sentimiento, cosas de mujeres que no me molestan y en parte me benefician, respecto a los muchachos que, te aclaro son todos mercenarios como los de las películas, no son tipos comunes y para ellos las chicas son como las hermanas menores, salvo con Kande que saben que el único que podría hacerle “sombra” es Tai.  Ellos hacen su vida aparte como pasó con Graciela, la prima, Roberto y Danny, es todo afuera de la casa.

Se quedó un tanto pensativo porque su mentalidad siempre fue más cerrada con el tema “mujeres” y luego opinó que si para mí estaba bien, él no tenía porque llevarme la contraria.  Aproveché entonces para preguntarle si quería o no quería acompañarnos con Silvina a China .

--Sí, vamos, no hay problemas, además me encantaría conocer esos lugares, nos va a quedar una experiencia grata, yo me arreglaré o no cuando regresemos.

--  Yo no soy mucho de andar “de turista” así que te vas a tener que quedar con todas las chicas y con dos o tres muchachos porque nunca llevo a todos a las empresas.  Alquilo varias camionetas y ustedes de mueven con ellos de conductores, otra cosa, el trato con ellos es, digamos “de amistad”, no hay órdenes, hay pedidos y no son tratados como empleados.

--Lo entiendo, no hay inconvenientes con eso, ya noté el trato y la disposición en la mesa.

--  Olvidate de gastar en algo, ellos y las chicas tienen efectivo y tarjetas de créditos para gastos de representación sin límites.

--No te privás de nada ni dejás que otros se priven.

--  Está para gastarla, no te la dejan meter en el último cajón.

Luego de esta charla y de saludar a los muchachos de Seguridad, regresamos para la casa y la miré a Silvina con otros ojos, tenía cabello oscuro, un rostro muy agraciado, llamativo incluso sin maquillaje, lindos y grandes ojos negros y una boca de esas “para besar” , de labios tentadores.  Medía 1,70 aproximadamente y toda su piel era muy blanca, tirando a pálida, las tetas no combinaban con lo enjuto de su torso y llamaba a mirarlas porque, a pesar de su firmeza, parecían enormes, aunque no llegaban a unos 90 de taza, los muslos estaban proporcionados al culito parado, algo propio de quien hace ejercicios de continuo.  De todos modos, ni la quería “escuchar” ni iba a intentar nada con ella.

El color de la piel de Silvina contrastaba enormemente con el color bronceado que tenían las chicas, ella comentó que las envidiaba y saltó Gisela para decirle que antes ella estaba más blanca y la habían ayudado mucho los bronceadores.  En el tema se metió Kande , “lo que tendrías que hacer es darte un poco con la máquina de rayos, te activaría la melanina y luego el sol te “pega” mejor para el bronceado, eso sí, tené cuidado con la exposición a los rayos porque te puede pasar lo que a mí” .  Lo dijo seria y todos la miramos extrañados.  La carcajada repleta de dientes blancos nos sorprendió y nos sumamos con algarabía.

No quisieron quedarse a cenar y luego de que se fueron Kande me abrazó y me dijo que le parecía que se había mandado una “cagada” por apurada.  Le contesté que sí lo decía por invitación a la “novia” de mi hermano, ya lo sabía, él me había contado que sólo era una cuestión de comodidad y de llevarse bien, “igual vamos a ir con ellos, no me jode para nada, de última si se sale de carril tendrás que encarrilarla vos, jajaja”. La dejé con las demás y me fui al despacho a hablar por teléfono con Chao .

Lo enganché regresando de Panamá , se alegró mucho con la posibilidad de viajar a su tierra y enseguida se hizo cargo para ocuparse de todo, incluso de gestionar las visas para, en caso de darse la oportunidad, ingresar al territorio de China , ya que Hong Kong , si bien es cierto que pertenece a China parte de su territorio es peninsular y el otro es una isla, tiene una determinada autonomía.  Las visas para pasar a la parte continental de China tardaban normalmente de una semana a diez días en gestionarse, él, por medio de sus “conocidos” , lo haría en dos días.  Le di todos los datos y quedó en mantenerse en contacto.

Esperé la cena mirando un rato de tele, había pedidos de renuncias a granel y más de una remoción había sido por medio de despidos.  Escuché las declaraciones de un Juez importante, el mismo había sido suspendido de sus funciones, como el Poder Judicial era independiente del Ejecutivo, poco podía hacer el Gobierno al respecto y, de acuerdo a sus reglamentaciones, tampoco podían despedirlo, había que hacerle Juicio y sólo quedaba afuera de ese sistema si se lo condenaba, en definitiva, todo “acomodado” para los que formaban parte de ese Poder.

No era tan simple el problema, condenarlo y echarlo por recibir sobornos implicaba rever todas las sentencias de su mandato y no se podía tomar a la ligera, lo que implicaba todo un montón de tiempo perdido en alegatos y burocracia, además, acorde a lo que decían los periodistas, él, a su vez, contraatacaba aduciendo que el video era falso y que no tenía nada que ocultar.  Todo esto era algo que me sacaba de quicio, armaban las Leyes para perseguir a “perejiles” y ellos pretendían siempre zafar de la corrupción a que eran habitúes.

Las llamé a Cielo y a Gisela para preguntarles si se podía hacer un video en que se viera el trabajo del programa de reconocimiento facial uniendo los puntos del rostro que indicaran que el individuo en cuestión era efectivamente él, con una seguridad del 100% y agregar al mismo el de reconocimiento de voz, algo así como lo que solía salir en las películas.  Me contestó que sí, incluso no se sabría ni cómo ni dónde fue grabado, le pedí además que hiciera una investigación exhaustiva sobre las cuentas y los saldos que podría tener en otras partes del Mundo, de lograr toda esa información se mandaría a los Medios, a la Suprema Corte y al Organismo encargado de su enjuiciamiento por los mismos canales utilizados anteriormente.

Faltaba más de una hora para cenar y las dos se fueron a ver que podían adelantar, independientemente de esto, lo llamé al Director de la Agencia de Detectives y le pedí datos pormenorizados de seis “personajes” más que pertenecían a ese Poder Judicial.  Investigarían hasta la crema dental que utilizaban e iba a acelerar los tiempos para los enjuiciamientos, asimismo presionaría por medio de demandas del Estudio Jurídico.  Gastaría un poco de tiempo y dinero pero si me dejaba llevar por la bronca que me asaltaba por momentos hubiese hecho una “carnicería” y dejado el tendal.

El YAOGUAI se reía abiertamente y me hacía retumbar los sesos…

--“Lo único que te faltaría es armar un grupo “exterminador” que, actuando desde las sombras, eliminé a todo aquel que haya recibido sobornos, apañe a delincuentes o esté metido hasta las narices en casos de corrupción, en mis tiempos hubiera sido posible, ahora es mucho hablar, hablar y hablar y nadie toma decisiones, generando con esto más problemas que se podrían solucionar desde una terraza, un buen francotirador a distancia y blancos bien elegidos”

Me dejó pensando pues me parecía una prueba que me estaba poniendo y le contesté:

--  No dejés que ni siquiera lo piense ni me des ideas, con diez blancos bien elegidos y advertencias pertinentes se podría lograr que varios se olviden de rapiñar y robar, amén de que ayudaría a que cerraran la boca otros tantos que los defienden, aunque hoy por hoy no se debería, es algo como para “tener en carpeta”, nada más que eso

--Lo que hacés está bien, tomalo como broma, todavía no me acostumbro a que mis “soluciones expeditivas” no son las que mejor se adaptan a estos tiempos de Leyes a conveniencia ni acomodos” .  -Lo dejamos ahí y me negué a seguir pensando en esas alternativas-.

Cenamos y me informaron Cielo y Gisela que el trabajo ya estaba prácticamente terminado, faltaba confirmar lo de una cuenta en un banco de las Islas Caimán , algo que se podría hacer mañana a primera hora.  Las escuché por deferencia porque había entrado en un estado de, digamos, poco interés, lo único que tenía ganas de hacer era irme a dormir y que nadie me jodiera, lo había experimentado bastante, fue una de las cosas por las cuales me fui de mi casa cuando era más joven, me molestaba la mínima pregunta al respecto y mi “vieja” era mandada a hacer para eso, nunca entendió eso de “tengo ganas de estar solo” .

Para ella, venir a cada rato a mi habitación con el “necesitás algo” , “te sentís bien” , “¿querés que llame al médico?”, “estás molesto por algo”, “¿tuviste algún problema en el trabajo?” y otras preocupaciones por el estilo era una constante que me sacaba de quicio y con un poco más de la mayoría de edad opté por la convivencia conmigo mismo.  Seguir allí era para entrar en un mar de discusiones sin sentido tratando de imponer mi razonamiento que, en su casa y en su mentalidad de madre, no era lo que correspondía. Virginia me miraba con ganas y pensaba en cómo hacer para tenerme adentro de su culito y lejos estaba de incentivarme con esto.

La única que se percató de esto fue Kande y muy sutilmente me preguntó si quería café o ya me iba al dormitorio, me dio pié para decirles que no quería tomar café y me iba a dormir, no me bañé, me desnudé y me metí en la cama tapándome sólo con la sábana.  Dos o tres minutos después apareció ella, se desnudó como algo normal, sin ningún tipo de movimiento sensual como para incentivar mi libido y entró en el baño para ducharse.  Cuando regresó yo estaba completamente dormido y aunque no hizo ruidos, al poco tiempo cruzó una pierna por encima de las mías y se durmió plácidamente.  Nadie puede imaginar lo que agradecía yo este tipo de actitudes, hablaba de atención, de entendimiento y de respeto por tu pareja.

A las tres de la mañana vibró mi teléfono, Kande no lo escuchó pero para mis oídos era como un sonido de campañas anunciando la misa.  La hora no daba para llamadas extrañas, el número era desconocido y pensé en alguna Familia que no tenía en cuenta la diferencia horaria.  Atendí y era mi madre llamando desde la casa de un vecino, habían entrado en la casa cuando dormían, les robaron dinero, los celulares, la camioneta, se acordó que tenía una libretita en que anotaba los números telefónicos y me llamó.

Eran cuatro tipos y cuando salían de la casa, tres subieron a la camioneta y uno no pudo subir, mi padre había peleado con el último de los ladrones por salir y le había abierto la cabeza con un jarrón de vidrio.  Los otros escaparon con la camioneta.  El lesionado quedó detenido y ahora acusaba a mi padre por las lesiones, alegando que pasaba por la calle cuando sucedió todo, que mí padre salió como loco y lo confundió con un ladrón, ergo: los dos demorados, uno en la Comisaría por averiguación de antecedentes y el otro en la salita de primeros auxilios para que lo curaran.

Yo sabía lo que venía después, “apurarlo” en la Comisaría para que nombrara a un Abogado (el Abogado del pueblo le tira unos pesos al Oficial para que lo llamen si hay casos en que la posibilidad de “rapiñar” algún dinero está latente) , “asustarlo” con la denuncia por lesiones y amenazarlo con presuntos procedimientos y tratar de sacarle más dinero (tener esa camioneta y haber alquilado esa casa implicaba dinero de por medio) .

Mi “viejo” conocía el metiers y no lo pasarían por arriba pero el mal rato no se lo quitaba nadie, más el que ya había pasado, se negó a lo del Abogado y le dijo a mi madre que lo pasaría en la Seccional sentado en un sillón y que tratara de llamarme. Kande se había despertado cuando dije “hola” contestando el celular me miraba esperando enterarse del problema.  Tranquilicé a mi madre y le dije que ya le estaba mandando a un buen Abogado y salía para allá.  Le conté a Kande y rápidamente se vistió a la par mientras lo llamaba a Tai y a Cielo .  A ésta le pedí que me ubicara la camioneta por medio del GPS oculto y me hiciera llegar los datos por el celular.

Mis padres habían alquilado una casa grande en un pueblo de la Costa Argentina llamado Cariló , era una zona de las consideradas más que caras, las calles del lugar eran de arena dura y las casas estaban rodeadas de vegetación con árboles variados, mayormente pinos y casuarinas, el lugar pertenece a la Localidad de Pinamar y limitaba con la Ciudad de Villa Gesell .  Había que recorrer 430 kilómetros en el menor tiempo posible y Gisela entredormida nos dijo que era mejor llamar a un servicio de taxi aéreo por helicópteros hasta el aeropuerto de Villa Gesell y desde allí alquilar un auto, la idea era genial y se hizo así.

Estaba molesto por toda la situación y le adosé las culpas al YOAGUAI preguntándole mentalmente si todo lo que me estaba pasando era consecuencia de la permanencia de él en mi interior ya que los problemas parecían perseguirme y jodían a mis familiares, me contestó con toda paciencia…

--“No Gonzalo, no te equivoques, admito que me dejé estar porque no me preocupé de tus padres, ellos disfrutaban de su tiempo juntos y me desentendí pero, bajo ningún punto de vista, tiene esto que ver con algún “pago extra” que yo pueda exigir, el tema aquí es el dinero, si tu padre no hubiera alquilado en este lugar caro no hubiera sido tenido en cuenta por delincuentes, si no hubieses ido al Hyatt no te hubieras encontrado con tu prima “trabajando” para otros.  No necesito nada de los demás sólo de ti y hago que cuentes conmigo ofreciéndote incluso la potestad de preguntarme lo que quieras” .  -No sonaba enojado y no tuve empachos en pedirle las disculpas del caso por pensar mal-.

No habían pasado dos horas y estábamos alquilando un auto de alta gama en las instalaciones del aeropuerto de Villa Gesell .  No bien subimos Kande , Tai y yo al helicóptero, lo llamé a Chao , no hizo falta explicarle mucho y al llegar al Destacamento policial de esa localidad se notaba una actividad inusual para la hora (casi las seis de la mañana) .  Había varios autos estacionados en la puerta del Destacamento y al entrar al mismo nos recibió mi padre que estaba sentado en un banco de madera frente al mostrador de la Guardia, además había allí adentro cuatro Abogados (dos habían venido desde Villa Gesell y dos desde Pinamar ) , el Jefe y el Subjefe de la Policía de Pinamar y llegaba junto con nosotros el Fiscal de la causa.

Chao había “tocado pito” por todos lados, los dos Oficiales a cargo del Destacamento estaban recibiendo una regañada de aquellas mientras los Abogados se presentaban ante mí, sabiendo quien era en realidad, lo mismo hizo el Fiscal pidiéndome las disculpas del caso y sin darles mayor importancia me preocupé más por saber cómo estaba mi padre, éste lo saludó a Tai y la miró apreciativamente a Kande a la que le presenté como mi flamante mujer, la saludó muy amablemente diciéndole que estaba encantado de conocerla aún en esas circunstancias y me dijo, “con tu madre, por esta sorpresa, te arreglás vos” .  Yo sólo me sonreí, sabía los reproches que me esperaban.

Luego de esto el Comisario pidió hablar conmigo y nos fuimos a la oficina, estaba con el Subcomisario, el Oficial a cargo del Destacamento y el Fiscal, yo entré con Kande y Tai que sin decirles nada se ubicaron a mis costados y por detrás.  El problema principal radicaba en que habían soltado al lesionado sin acusarlo de nada y mi padre aún seguía demorado habiendo sufrido él el asalto y el robo.  Las culpas recayeron sobre el Oficial y dije que no levantaría cargos ni haría denuncias por lo robado pero esperaba que se tomaran las medidas disciplinarias del caso, algo de lo que, según dijeron, se ocuparían.  Nos fuimos de allí rumbo a la casa de mi padre y Kande me miró interrogándome.

Sabía que yo había “escuchado” a algunos de los que estaban en la reunión y obtuvo una primera respuesta enseguida pues le dije a mi padre que lo dejaba en la puerta de la casa porque tenía que solucionar de forma urgente un problema que luego volvía para presentarle a Kande a mamá y para invitarlos a almorzar, no me dijo nada, sabía que era inútil pasar sobre una decisión mía.

No bien lo dejamos a él, le dije a Tai que ubicara una dirección por medio del GPS.  Según lo “escuchado” , el Oficial conocía a los integrantes de esta bandita y sabía que vivían en una casa alquilada por temporada en Villa Gesell y desde allí operaban asaltando a moradores de las casas alquiladas por los veraneantes.  Solamente el susto que se había llevado mi madre ameritaba un castigo que, de acuerdo a mis conceptos y a mis nuevos “instintos” , no se podía pagar con prisión.

La casa en cuestión era un dúplex que se hallaba bastante alejado del centro de la Ciudad, era un poco más de las siete de la mañana y no había movimientos en la calle, los trasnochadores ya habían regresado de los boliches y para los demás, estaba fresco para la playa, así y todo estacionamos a unos cincuenta metros de la casa en cuestión.  La puerta cedió rápido, la cerradura común no pudo con los conocimientos de Kande y los tipos que dormían tranquilos sabiendo que la Policía no los molestaría no tuvieron un despertar muy dulce que digamos.

Los cuatro estaban desnudos porque el ambiente estaba calefaccionado y uno de ellos tenía la cabeza vendada, supe quien era al instante, posiblemente el que menos sabía de todos ellos por cuanto resultó detenido cuando los otros escapaban.  Estaban arrodillados con las manos en la cabeza y les pregunté por el dinero, los celulares y la camioneta, aunque sabía dónde estaba ésta porque Cielo me había pasado los datos del lugar en que se encontraba, apenas a doscientos metros de donde residían, estacionada como si fuera cualquier vehículo esperando por su dueño.  Enseguida pensaron las respuestas y aunque no hablaron, lo supe de inmediato.  Ya no me servían, ninguno de los cuatro tenía un valor para mí, ni siquiera como personas.

El primero que se hizo el “gallito” fue el de la cabeza vendada, recriminó nuestra actitud pero pronto quedó duro y mudo no bien puse la mano sobre su hombro. Tai buscó y encontró siete celulares, una pistola 9 mm y el dinero que guardaban en una bolsa escondida en la alacena, además se notaba que había artefactos chicos y un par de computadoras portátiles robadas en otros lugares, junto a un par de llaves de autos, una de ellas con un llavero con la foto de mi madre.  Hice que guardara el dinero, las llaves y los celulares de ambos.

Cuando el de la cabeza vendada comenzó a desintegrarse el terror se hizo dueño de los otros tres e intentaron levantarse. Kande y Tai ya sabían que si intentaban levantarse debían dormirlos de un golpe y eso fue lo que sucedió, luego mandé a mi mujer a que buscara la camioneta para que se fuera yendo hacia la casa de mis padres, que me esperara en la esquina, algo que hizo sin preguntar.

Yo no quería hacer desaparecer a los cuatro, debían dejar a alguno para que actuara el Fiscal, para ello, tomé un almohadón grueso, puse la pistola en la mano de uno de los desmayados y usando el almohadón como silenciador le volé la cabeza al mayor de ellos, ese quedaría allí, como si hubieran discutido y lo habían matado, las huellas acusarían a uno en particular y la desaparición los hacía más culpables aún.

El teléfono del muerto tenía agendado el nombre del Oficial de la Policía y le hice dos llamadas usando la mano del muerto pero no le di tiempo a que contestara y cortaba la comunicación.   Mientras mí custodio recogía en un bolso, venda incluida, al primer desintegrado y yo hice desaparecer a los otros dos que también se ocupó de recoger.  Salimos normalmente y cuando nos subimos al auto llamé al Fiscal…

--  Disculpe que lo moleste, lo llamaba porque acabo de encontrar la camioneta, la hice ubicar por medio de un transmisor oculto que tienen todos mis vehículos, estaba frente a un domicilio que tiene dos dúplex, posiblemente los ladrones estén allí pero yo no me voy a quedar a averiguarlo, tengo copia de la llave y ya me la estoy llevando, de última yo no estuve aquí ni le hablé. *Bien, le agradezco, buenos días”* .

Me dijo que él se ocuparía de averiguar y yo di todo por concluido, esos cuatro no asaltarían más a nadie.  Cuando llegamos a casa de mis padres, le di a éste las llaves de la camioneta, los celulares y el dinero, amagó con preguntar y le contesté antes de que terminara de hablar, “menos pregunta Dios y perdona” , ya no insistió, con él no había problemas, el problema lo tuve con mi madre que se presentó sola con Kande , congeniaron enseguida y me estuvo “cagando a pedos” un rato largo por no haberlos hecho partícipes de nuestra unión.  Mi mujer y Tai se reían sin ningún tipo de disimulo y yo me armé de toda una santa paciencia para no contestarle mal.

Nos fuimos a almorzar al mejor restaurant de la zona y lo pasamos de lo mejor, Tai aprovechó para dejar en el inodoro del restaurant los dientes que no se quemaban y que había guardado en una bolsita en sus bolsillos, lo otro lo llevaría a nuestra casa, Kande tuvo que contestar todo un interrogatorio y la dejó mucho más que satisfecha a mi inquisidora madre, tanto así que quería que nos quedáramos a pasar todo el día, algo a lo que me negué aduciendo los preparativos del viaje a China , de paso aproveché para decirles que lo haría con mi hermano y una amiga de él.

Finalmente, después de una sobremesa extensa, volvimos al aeropuerto de Gesell y al no haber helicópteros alquilamos una avioneta que nos llevó al aeropuerto en que quedaba nuestro avión y allí nos pasaron a buscar, previo llamado.  A las seis de la tarde estábamos en casa.  Llegué desesperado por darme un regio baño pues tenía los olores de la pólvora y de la adrenalina impregnados en el cuerpo y la nariz.  La ducha me puso a tono y ya estaba terminando cuando entró Kande en la bañera, estaba completamente desnuda y me pidió, con la mejor cara de pícara que tenía, que la ayudara a enjabonarse la espalda.

Logró lo que siempre logró durante el largo tiempo de vida que compartimos, calentarme hasta las muelas.  Necesité abrazarla, besarla, acariciarla y no perdí tiempo para ello, nos besamos comiéndonos los labios y las manos de ninguno de los dos se quedaban quietas, no podían ni querían quedarse quietas y eso parecía aumentar las ganas y el placer.

Amagó a arrodillarse en la bañera para darme una mamada y no la dejé, quería sentirla piel con piel mientras la besaba y acariciaba su espalda mojada por el agua tibia de la ducha.  Mis manos descendían lentamente hasta llegar a los maravillosos montes de sus nalgas y los gemidos que se le escapaban al acariciarlos y apretarlos parecían trasladarse a todo mi miembro.

Cabeceaba encabritado y se refugiaba entre los húmedos labios y el calor de su entrepierna mientras ella trataba de hacer coincidir el glande con su abertura plagada de lubricación, logró calzarlo poniéndose de punta de pie con una sola pierna y la otra sobre el borde de la bañera, quiso apurarse pero aunque la posición era incómoda la penetré despacio, el abrazo, con un brazo debajo del mío y el otro por sobre mi hombro, no se hizo esperar y se unió al gemido largo y placentero que dejó escapar al lado de mi oído cuando llegué a lo más profundo que la posición permitía.

La incomodidad no podía hacer que se moviera demasiado pero los apretones de sus músculos vaginales se hacían sentir, yo me movía lentamente y seguía tan estrecha como siempre o lograba con sus apretones que la estrechez se hiciera sentir.  Sus gemidos más notorios y sus contracciones desacompasadas me hicieron saber de su placer y lo noté recorriendo todo su cuerpo.

Con ella, con “mí” Kande nunca era un “polvo” , aún en los momentos apurados o de ganas rápidas siempre hacía sentir su entrega, en gestos, en besos, en apretones o contracciones, había logrado que se sintiera “mí” hembra, “mí” mujer y me lo demostraba cada vez que era menester, muchas veces pensé que no le retribuía con la misma intensidad pero la dulzura de la mirada de esa pantera negra que podía ser mortífera me decía de su necesidad y sus sentimientos por mí.  Sus “fantasmas” habían desaparecido y si estaban los había ocultado en un rincón oscuro e inaccesible, tan alejados que nunca amagaron con ni siquiera aparecer.

Se recuperó de su orgasmo íntimo y placentero, giró su cuerpo después de besarme y me dijo, “te necesito en la cola como vos sabés” .  No hizo falta más, abrió las piernas y apoyó ambas manos en el borde de la bañera incitándome con el movimiento de sus nalgas en ese agujerito apretado y oscuro que parecía latir.  No hubo preliminares, el glande encontró rápido el camino del recto y la penetré sin detenerme hasta que mi pelvis chocó contra la dureza de sus nalgas.  El ¡uuuggggg! del principio que demostró el dolor cambió enseguida por el ¡ahhhh! que anunciaba su placer.

Mis movimientos se fueron acelerando y ella acompasó rápido el ritmo moviendo sus caderas, me ponía loco ese movimiento pues no eran glúteos flojos que se movían, lo macizo de éstos no lo permitía, eran sus caderas las que se movían casi como “manejándome” a su antojo y yo, feliz de la vida con esto.  Me pedía más y más no se podía, llegó un momento en que en el recinto se reproducían a gusto tres sonidos, los golpes de mi pelvis contra sus nalgas, sus gemidos de placer ante cada embestida y mis exclamaciones guturales pretendiendo entrar más adentro de lo que se podía.

Lo pidió y se lo di, el orgasmo fue simultáneo y me vacié en sus entrañas escuchando su grito de placer amortiguado con la toalla que tenía en su boca.  Aún adentro de ella me sentía palpitar ante sus apretones musculares que disminuían lentamente.  Mis piernas aguantaban quizás porque eran las del oso pero me temblaban más porque trataba de mantenerla para que no se desplomara y no quise nutrirme, el agotamiento mutuo era muy íntimo de los dos y no quise “robarle” nada.  Salí despacio de ella y me senté en un extremo, ella primero se arrodilló y luego se sentó en el otro extremo, nos miramos y la risa de satisfacción surgió plena.

Se incorporó y se arrimó para sentarse entre mis piernas dándome la espalda, besar su cuello y apretar sus tetas en la caricia fue algo instantáneo, automático que le agradó sobremanera pero, como siempre pueden un poco más, se incorporó y me dijo, “si seguimos no respondo y estamos “fusilados”, vamos a enjuagarnos que para mí fue un día agitadísimo, conocí a mi suegra y me “ametralló” a preguntas y espero que las respuestas la hayan dejado satisfecha, jajaja” .

No pude menos que seguirle la broma y dar por terminado el baño contestándole, “es casi como lógico, es la primera novia-esposa que le presento, raro es que no te haya preguntado por nietos o posibilidades” .  Sólo me miró y me dijo, “esas son cosas de mujeres y no tenés porque enterarte” .  Le había preguntado, estaba seguro que lo había hecho.

A pesar del trajín del día y del agotamiento por lo del baño no podía dormirme, Kande lo notó y sin mover su pierna que pasaba sobre las mías me preguntó:

--¿Qué pasa amor, no podés dormir?

--Es que me pasan por la cabeza un montón de interrogantes, no sé si lo que hago es lo que corresponde y no tiene que ver con lo Religioso a lo que no le doy ni cinco de pelota o con lo que dictan los Sistemas de Gobierno por medios de sus Leyes, tampoco tengo penas por los que han tenido que pagar, en esencia no sé si soy un simple asesino o un vengador anónimo o un “rompedor de reglas” que hace lo que los inútiles no pueden.

--En principio tendrías que entender que sos Gonzalo y desde allí sin condicionamientos de ninguna índole comprender que las auto-denominaciones conducen sólo a equivocaciones.  Tuve una Instructora que era una fiera, le des la característica que quiera a la palabra fiera, ella nos decía y nos remachaba con que el peor enemigo de uno mismo en la conciencia y auto-denominarse como que uno es tal o cual cosa, nos decía, “ustedes son soldados y deben hacer lo que tienen que hacer, el del otro lado es el enemigo y piensa igual, va a tratar de hacer lo que sea para destruirlos, el secreto es anticiparse y ganarles de mano sin adjetivos impuestos o auto-impuestos por ustedes mismos”.

--  Sí, bueno pero…

--Es que no hay “peros” que valgan, ninguno de nosotros piensa distinto, para todos sos Gonzalo , a lo sumo “el Jefe” no hay otras denominaciones y cualquiera sabe que lo que hacés es “lo que debe hacerse”, es una de las mayores causas por las que somos incondicionales.  No vamos ni vas a cambiar al Mundo, sólo aportar un granito de arena ante las injusticias haciéndole pagar a los “malos”.

No dije nada mas, le di un beso y le pedí que durmiéramos, algo a lo que me entregué sin nuevos inconvenientes.

Continuará…

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GUILLEOS1 se los agradece.