El demonio de nombre extraño (14)
Cambios y renovaciones en la Agencia de Seguridad. Gisela y Cielo se desmadran y Azul se va conmigo.
Cambios y renovaciones en la Agencia de Seguridad. Gisela y Cielo se desmadran y Azul se va conmigo.
AGENCIA RENOVADA - AZUL.
Cuando me desperté eran las dos de la tarde, me tomé mi tiempo con el baño, pedí algo rápido para comer y lo llamé a Tai preguntando por novedades y por Chao, me contestó que no había nada por destacar y que los demás hacía poco que habían llegado. Comí tranquilo y cuando estaba en el café apareció Chao , tenía una cara de “destrucción total” , la “noche” lo había “castigado” feo, es lo que suele suceder con los que no están acostumbrados. Me comentó que había pasado un mediodía entretenido.
Los que tenían que “desaparecer” desaparecieron, nadie sabía nada al respecto y no contestaban sus teléfonos. Al presentarse en la reunión fue con dos Abogados y se encontró con que ya había dos Abogados que fueron citados por uno de los Directivos. Estos Abogados eran también del mismo Estudio y se sorprendieron cuando vieron llegar a los dos que iban con Chao , mucho más lo hicieron cuando éste se les presentó y tomaron conciencia de que era el Director General para toda América, de inmediato se retiraron y pidieron disculpas.
Como el tema de las renuncias y lo Legal estaba perfectamente establecido, Chao , antes de que estos se retiraran los consultó respecto al porqué de su presencia y que pretendían defender, habida cuenta que ya sabían cómo estaba estructurada legalmente la sucesión, al no saber dar explicaciones, les preguntó si el Director en Nueva York estaba enterado de su presencia en esta empresa, le contestaron que no, que habían venido directamente citados por el Director de Administración General.
No lo dudó, le dijo a los dos Abogados que pasaran por el Estudio y pidieran sus liquidaciones por orden de él, que cuando pudiera se lo comunicaría al Director del Estudio allí afincado, tampoco les dejó dar explicaciones y los conminó a retirarse o a ser sacados por la Seguridad, de seguido le preguntó el nombre al Director de Administración General y después de que se lo dijo sacó la renuncia legalmente establecida y le dijo que acababa de renunciar a la empresa, que por favor hiciera lo mismo que los Abogados, en el acto nombró a su sucesor en el organigrama. Nombró también al nuevo Presidente y Vicepresidente en ese acto y, como había visto en el hall al tipo que yo había echado el día anterior, preguntó quién lo había dejado ingresar.
Ante esto saltó el Director de Recursos Humanos diciendo que no era posible que se echara al personal sólo porque se le ocurría a alguien “X” . Chao le puso cara de “bueno” y le preguntó si esa persona era pariente de él, le contestó que era el cuñado pero que eso no tenía nada que ver. Después de esto continuó, ya no con cara de tan “bueno” , “ese señor fue despedido por el Presidente General de la Empresa y por no acatar la orden, usted acaba de renunciar también, tiene quince minutos para abandonar la empresa y no volver a poner sus pies en ella” . El tipo se quiso poner violento y Blago lo calmó sólo con ponérsele adelante, Chao lo mandó al custodio con el Directivo para que cumpliera el plazo ordenado.
Pidió una oficina para hablar con los nuevos nombrados y se despidió de todos los restantes felicitándolos porque estaban cumpliendo bien con su trabajo. Luego de hablar con los recién ascendidos, habló por teléfono con el Director de la Agencia de Seguridad, pidió que mandara a un nuevo Encargado para esa empresa.
El estúpido quiso pasarse de listo con Kaila porque ésta no lo dejaba pasar a la reunión, la quiso “matonear” , pretendió empujarla y terminó con un par de dientes rotos y despedido de su trabajo. Chao se lo dijo claro al Director. “O hace usted las cosas mejor que bien o se puede olvidar de su puesto y de las gracias a que está tratando conmigo porque si se presenta allí el dueño de la Agencia descabeza a toda la cúpula y no hay nadie que pueda interceder al respecto” , le aseguraron prontitud y eficiencia.
No pude menos que felicitarlo al Abogado chino, yo no lo podría haber hecho mejor y le pedí que se fuera a dormir un rato pues el cuerpo y la cara se lo pedían a gritos. Me dio las gracias y se fue más que apurado a la habitación. Me quedé pensando en el tema del Encargado de Seguridad de esa empresa y no sé por qué, se me cruzó por la cabeza el marido de Mariángeles , atento a que, si algo se me cruzaba por la cabeza algún motivo valedero había. La más de las veces no eran cosas que se me ocurrían precisamente a mí y se me ocurrió preguntar…
- YAOGUAI, ¿por qué, de pronto y como de la nada, estoy pensando en esa persona que ni conozco …
- ¿Te diste cuenta?, no quiero influir pero es porque yo si conozco a esa persona, es más, estoy seguro que podría cumplir mucho mejor que muchos de los que están en los puestos más altos. Averiguá, hablá con él y después decidí”.
El consejo, viniendo de quien venía, no era para echar en saco roto y ya pensaba en regresar esta noche al Club Nocturno para hablar con él y con Mariángeles . No tenía nada para hacer y bajé un rato al hall para “cambiar de aires” . No bien salí del ascensor me encontré con un torbellino pelirrojo y con Cielo y Azul , iban a buscarme para ir juntos al One World Observatory que se encontraba en el último piso del edificio Nuevo World Trade Center y ver las vistas panorámicas de todo Nueva York . No lo dudé y les dije a todos que se prepararan para irnos.
Llegamos al lugar y nos quedaban dos horas de visitas antes de que cerraran y no las desaprovechamos. El sitio era imponente desde el hall de entrada, la altura del mayor edificio de todo el hemisferio occidental era espectacular, los 541 metros no eran “moco de pavo” y mirarlo desde afuera, hasta su color plateado ya te daba vértigo. Aboné las entradas y una pequeña propina nos allanó el camino para subir en grupo en dos ascensores, la velocidad de estos era espeluznante y si así eran para ascender, me imaginaba para bajar, seguramente con el estómago en la garganta.
Desde los grandes ventanales del observatorio se veía todo “miniaturizado” , tal que se podía imaginar un mundo de hormigas allá abajo y salvando el Central Park , el verde escaseaba. Por donde te movieras tenías para mirar, mar, ciudad, puentes, ríos aparte de dominar todo el lugar hacia los cuatro puntos cardinales.
Los guías te daban charlas en distintos idiomas, podías ver videos y además, te alquilaban una Tablet con la que enfocabas el lugar que querías ver y lo atraías para verlo como si lo tuvieras enfrente, ninguno se privó de alquilar esos aparatos y las Informáticas enloquecidas con esto. Agotadas las dos horas y, en lo particular, demasiado para mí, mirás un lado, luego otro y otro y ya está, ¿qué más podés mirar? , menos mal que se amenizó con un buen refrigerio y con compras en los locales estratégicamente ubicados allí.
Cuando volvíamos en la camioneta Gisela me preguntó dónde había estado anoche porque me habían ido a buscar para ir a un boliche bailable y ya me había retirado con Chao . La miré y se atajó diciendo, “bueno, eso si me lo querés decir” . Me reí con la salida y les conté…
- No sé adónde habrán ido ustedes pero se perdieron la oportunidad de acompañarnos al “Único en su Clase” y, la verdad, estuvo bastante lindo. -Saltó Azul -.
- ¿En serio fuiste al “1-OAK” ?, eso es lo máximo, ¿viste a algunos del Mundo de la Farándula?”.
- Yo no los conozco mucho y no les presté atención, entraron un montón a los que les sacaban fotos en la entrada y después estuve en un VIP al lado de Mike Rourke y de Jennifer López, me dijeron que estuvo Di Caprio pero no lo vi.
- ¿De qué están hablando?, ¿cuál es ese boliche?, ¿cómo es que había artistas?
Ayy Gisela , vos vivís en una burbuja, es el mejor boliche de Nueva York y allí no entra cualquiera, van cantantes, actores, actrices, es de un nivel uno, uno, uno, ¿entendés?
- ¡Qué lo parió! y cómo es, contá, contá.
- Que querés que te cuente, agarrá la Tablet que llevás a todos lados y buscá “1OAK”, a ver que te dice.
Cielo ya lo había buscado y le mostró a las demás, empezaron a dar grititos de “fans” ante las fotos de los actores que aparecían ingresando al lugar y les metí un poco de cizaña…
- Es una lástima que sean tan cholulas, hoy tengo que ir de nuevo y pensé en llevarlas pero “mis chicas” me van a hacer pasar vergüenza, son capaces de pararse para pedir autógrafos o fotos y eso les molesta mucho, de hecho Jennifer López sacó “cagando” a un fotógrafo porque se puso insistente.
- ¡Por favor Gonzalo !, llevanos, te prometemos que nos quedamos calladas, sólo vamos a mirar o a bailar entre nosotras.
- Vos qué decís Tai, ¿valdrá la pena arriesgarse con estas tres desquiciadas?
- Llévelas, si se portan mal lo más probable es que las echen a patadas y si voy no pienso defenderlas.
- El problema va a ser la ropa, vi varias minifaldas y algunas transparencias, eso sí, zapatos de tacos altos y lo más linda que puedan, jajaja, eso en tanto y en cuanto puedan ser más linda, ¡ahhh!, avísenle a Kaila y a Siara por si quieren venir.
Ya empezaron a hacer planes para vestirse y arreglarse, respecto a la hora, les dije que iríamos después de cenar, tipo once de la noche porque cerraban a las cuatro de la mañana. Al llegar al hotel se fueron a su habitación y ya me imaginaba el “despelote” para elegir que debían ponerse, yo la llamé a Mariángeles por teléfono, le pregunté qué tal estaban en ese trabajo, si estaban cómodos, si cobraban un buen sueldo, la respuesta para todo fue “más o menos” , entonces les dije que quería hablar con ella y con el marido porque había salido una oportunidad de trabajo y había pensado en los dos. Le avisé que esta noche iría nuevamente al Club y llevaría a parte de mi personal, que seríamos varios. Me contestó que me esperaba con lugares reservados.
Al final, aparte de las cinco chicas y Tai , se sumaron Roberto , Danny y Andrey . Blago e Iker ya tenían su programa determinado y como estaban liberados de trabajo conmigo, les dije que hicieran “su vida” sin ningún inconveniente. Luego lo llamé a Chao para averiguar sobre la Agencia de Seguridad y su personal directivo, le pedí el listado de éstos y hablé con Cielo pidiendo que vinieran a mi habitación, ella o Gisela , la que estuviera más desocupada y que lo hicieran con su ordenador portátil. En quince minutos Cielo me hizo un dossier de todo el personal directivo de la Agencia en Nueva York y saltaron unos datos interesantes.
Había tres Directores, el Sub Director, el de Finanzas y el de Logística cuyo estilo de vida sobrepasaba con creces a la vida que llevaba el Director de la Agencia, aún a pesar de que éste tenía un ingreso que estaba muy por encima de los nombrados, se notaba incluso en los autos y propiedades que tenían, sin contar que los gastos de tarjetas de crédito de dos de ellos y sus esposas eran demasiado explicativos respecto a que allí había un desfasaje en dinero. Primero quería hablar con Mariángeles y con el marido pero ya daba por hecho que me tendría que quedar un día más en el lugar. Cenamos temprano y si bien es cierto que las chicas estaban arregladas y semi producidas, aún no estaban vestidas para salir a “romper la noche” .
Salimos a las once y media de la noche del hotel, las “niñas” , es decir Gisela , Cielo y Azul estaban espectaculares, las minifaldas y los zapatos de tacos altísimos dejaban adivinar unas nalgas de ensueño y ver un perfecto par de piernas en cada una de ellas, las tres iban de camperas y debajo de ésta, camisas y/o blusas de colores más oscuros y con transparencias, me pude dar cuenta que ninguna usaba sostén. Sin embargo, las que parecían modelos de primera línea eran la israelí y la africana, Kaila vestía todo un conjunto de campera y pantalón de cuero negro que parecía “pintado” en la piel y resaltaba sus formas más maduras y de curvas agresivas.
Siara era un obra de arte para exhibirla orgulloso, la blusa y la pollera acampanada y con tablas, a media pierna, le daba un toque de sencillez que se diluía rápido al notar la línea de sus piernas largas y las nalgas duras y paradas que dejaba entrever su pollera, junto a sus pechos altivos era un imán para las miradas. Ni contar del maquillaje que tenían que, aunque sencillo atraía y “alborotaba” , los hombres de traje, a la moda y notándose a las claras que no eran telas comunes ni de confección. Al llegar y descender de los vehículos se produjo un revuelo con los “paparazzi” que Mariángeles solucionó rápido haciéndonos pasar por una puerta lateral y allí adentro nos quedamos esperando a los muchachos que habían ido a estacionar los vehículos.
La mexicana estaba espectacular también con un conjunto de cuero ajustado pero de campera y minifalda lucía sus piernas estilizadas y todas las curvas que me había extasiado recorriendo en la mañana. Miró de soslayo a Kaila y a Siara y mujer al fin, lo primero que pensó fue… “¡Por Cristo!, es imposible competir con cualquiera de estas mujeres” . Me presentó a Arthur , su marido, estaba un poco reticente pero no “escuché” ningún pensamiento negativo hacia mi persona y nos dimos las manos con total franqueza.
Me tocó a mí presentar a mis invitados y lo hice con el cargo que cada uno representaba, la azafata de mi avión privado, las dos Informáticas, las dos custodios mujeres y a Danny también como custodio y faltaban los tres de los vehículos, Tai , Andrey y Roberto pero aclaré que esa noche eran nada más que mis amigos, ninguno ejercía un rol determinado. Arthur se sorprendió de que dos mujeres ejercieran el trabajo de custodios personales, les pidió disculpas porque no quería discriminar por género pero solía ser extraño en el ambiente, existían pero no como “personales” lo que implicaba un nivel muy elevado de profesionalismo. El que contestó fue Danny :
- Amigo Arthur , ninguno de nosotros es manco pero no quisiéramos enfrentarnos a ninguna de ellas, ni con armas ni a mano limpia, son mortales …
- No lo dudo, no lo dudo para nada, su mirada y su forma de pararse las delata, felicitaciones señoritas, evidentemente le hacen honor a la profesión y ni hablar de su belleza” , -dijo Arthur y las chicas le agradecieron-.
Siempre dije que el Mundo es un pañuelo y esa noche lo corroboré con creces. Arthur era un tipo un poco más alto que yo, de espaldas anchas, musculoso y su cara denotaba un neto corte masculino para nada desagradable, además su esmoquin negro, su “percha” elegante y su predisposición lo hacían un tipo agradable aunque parecía una pantera observando todo el movimiento a su alrededor. Así y todo quedaba un escalón por debajo del físico de “mis” muchachos, por lo menos de Danny y se dio cuenta de ello porque pensó: “ninguno parece ser de los que juegan” . Cuando entraron los tres muchachos que faltaban los presenté y dejé para lo último a Roberto , tenía la idea que les agradaría porque era mexicano.
El grito de Roberto nos sorprendió a todos… “¡ Arturo , María de los Ángeles , años sin verlos, que gustazo mis cuates!” . La sorpresa de los tres se fusionó con abrazos, besos y risas, con una alegría contagiosa que, sin saber de qué se trataba, nos puso bien a todos. Resultó que Arturo se había criado, en gran parte de su infancia, con los tíos en México , por aquello de que los padres trabajaban a destajo en EE.UU. y no podían estar al cuidado de los hijos, hacerse un futuro allí muchas veces implicaba estos sacrificios, desde chicos y hasta adolescentes, aún a pesar de que Arturo iba y venía, se habían sentido muy amigos, él , Arturo , Jacinto y María de los Ángeles.
Jacinto , al ser tres años mayor había “despegado” antes de la relación estrecha pero ellos siguieron hasta que Roberto emigró y Arturo volvió a EE.UU. , la chica había quedado en México . Sin saberlo uno se convirtió en Marine ( Arturo ) y el otro en Navy SEAL ( Roberto ). El Marine sufrió la rotura de su rodilla en una caída y como Oficial joven debió abandonar la fuerza, el otro siguió hasta que renunció para buscar otros horizontes.
Todo eso me lo enteré después porque luego de las presentaciones y los abrazos, pasamos enseguida al interior del Club y nos ubicamos en un lugar preferencial, muy parecido al lugar en que había estado yo anteriormente pero con mejores vistas de acceso, en un lugar similar fue donde había ubicado a Jennifer López la noche anterior. Si ya estabas adentro podías entrar y salir, sino no te dejaban hacerlo los dos tipos de seguridad apostados en el ingreso, lógicamente, desistí de éstos. Le dije a Mariángeles que había venido especialmente a hablar con los dos y que cuando tuviera un poco de tiempo disponible, los esperaba en el lugar, dijo que sí y siguió con su trabajo, Roberto se quedó cerca de la puerta conversando con Arturo , para él no había Arthur que valga.
Las primeras “culos inquietas” que no podían estar sentadas y estaban desesperadas por ver todo el lugar y la gente que en él se movía eran Gisela , Azul y Cielo , en ese orden y que, según me enteré después, las tres dejaron “registrado” todo su paso por el Club, los famosos y famosas a quienes se acercaron, las conversaciones que mantuvieron y todo lo que vieron, las muy “pillas” llevaron cámaras miniaturizadas, una en un camafeo que tenía tres falsos diamantes a la vista, uno de ellos era cámara, otra llevaba una cámara en cada pendiente y la otra en un botón de la camisa y en un prendedor muy coqueto, todo lo grabado se almacenaba en su ordenador personal. Menudo susto les hice pasar en el hotel cuando me enteré de esto y de otras cosas que no me gustaron.
Tai se quedó cerca, eran sus modos y su forma de entender esto, tampoco era de confraternizar demasiado pero los demás se largaron a hacer lo mismo que las chicas, a su total criterio. A poco de estar disfrutando del champan helado, se acercó la mexicana a charlar conmigo…
- Debo decir que estás despampanante, de lo más bello y hermoso que veo por aquí.
- Eres un adulador porque esas dos chicas que te custodian volvieron locos a todos los fotógrafos y a mí, me volvieron loca preguntando quienes eran, si eran actrices o modelos, son dos bellezas y Siara no te cuento, dejá el tendal de admiradores y admiradoras a su paso.
- Es verdad, no dudo que son hermosas pero ellas no entran en mi cama y no me agotan como alguien que conozco.
- Mejor ya no sigas porque la mejor “batalla” de mi vida me ha dejado varias secuelas, principalmente cuando me siento, aunque reconozco que son dolores que me place recordar.
La sonrisa abierta, plena y feliz fue contagiosa y mucho más cuando a sus palabras se unió el gesto de tocarse una de las nalgas pensando, “¡Cristo santo!, sé que no se puede pero daría lo que fuera para que me siguiera penetrando como un animal salvaje y a la vez suave, hermoso y delicado”. No pude resistirme a contestarle, “espero que el “animal” del que hablaste esta mañana te haya tratado bien” . No pudo largarse a decirme que quería más porque se acercaron Arturo y Roberto uniéndose a la conversación. Uno se retiró y quedamos los tres para ir a lo nuestro.
- Se los voy a dejar claro de entrada, surge una posibilidad de trabajo para los dos y aquí no talla para nada lo personal, yo hago claras diferencias entre una y otra cosa, tampoco me pregunten el por qué de pensar en los dos, es como un “instinto animal” que me surge cuando decido confiar en alguien, me basta un apretón de manos sincero, -la RR.PP. se ruborizó-.
- Se agradece esa confianza y debo decirle que Roberto me habló maravillas de usted, como jefe y como persona y de lo bien que se siente a su lado, díganos lo que pretende de nosotros.
- En principio saber si sus ingresos son suficientes y como se sienten en esto de servirle a otros o a que aspiran.
La que se salía de la vaina para lanzarse a hablar era Mariángeles pero no para despotricar en contra de algo o alguien, sus frustraciones pasaban por el hecho de tener un título de Licenciada en Administración de Empresas y no poderlo ejercer tal como quería, ser extranjera, aún a pesar de la nacionalización, la limitaba mucho y sus intentos chocaron muchas veces con Directivos que buscaban su cuerpo por sobre su capacidad. Lo de Arthur era distinto, trabajaba “en negro” , subcontratado por alguien que ofrecía sus servicios a la empresa, lo mismo que sucedía que todo el personal de Seguridad del Club Nocturno.
Preguntar y saber el nombre del tipo que los subcontrataba me generó una bronca tremenda y a duras penas me controlé para no demostrarlo, además porque era más que seguro que lo hacía con otras empresas más. La voz sarcástica del YAOGUAI me sacó unos segundos de la conversación, “te dije que te ibas a encontrar con montones de estos problemas que el anterior “portador” no supo o no quiso solucionar”. Rebobiné cuando lo escuché decir a Arthur , “es lo que pudimos encontrar para mantenernos y aunque un poco “a los saltos”, estamos bastante bien”.
Le pregunté a él si estaba en condiciones de ejercer lo mismo que aquí pero en una empresa que tenía casi tres mil hombres trabajando. “Es un salto enorme pero lo mío es la Seguridad, me perfeccioné en esto, puede que varíe el número de efectivos o las horas de trabajo pero no creo que sea tan distinto” . Quedé conforme con esto y le pregunté a la esposa si se animaría a “manejar” una Dirección de Finanzas en una empresa, “¿acaso es una broma Gonzalo ?, eso no es tan difícil como muchos creen, entran dos, sale uno por gastos variados y queda uno para dividendos, en los papeles los números siempre “cantan”” . También quedé conforme con su respuesta y ahora quedaba la otra parte…
- Bien, ahora viene la parte más dura de todo esto, conmigo lo personal no interfiere para nada con el trabajo, el buen trato o la confianza no tiene nada que ver con las exigencias que les planteo a cualquiera que trabaja para mí, exijo dedicación plena, integridad, lealtad y no admito ningún tipo de “agachadas” o corrupción y, además, mis decisiones son inapelables. No discrimino a nadie ni soy quien para juzgar pero, que se atengan a las consecuencias si me fallan, incluso generando o anteponiendo problemas personales entre ustedes y que repercutan en su labor.
- Te escuchamos atentamente Gonzalo pero todavía no sabemos a qué obedece todo esto. -dijo Mariángeles -
- El tema es así, también soy dueño de la Agencia de Seguridad Mundial, -el salto de sorpresa que dio Arthur no pudo disimularse-, me encontré con muchas fallas en el personal jerárquico de la misma en Nueva York y voy a necesitar reemplazar al Sub Director de la Agencia y al Director de Finanzas de la misma y para ello los necesito a ustedes. Ustedes dirán que tan capacitados se sienten para ocupar esos puestos y para cumplir estas exigencias.
Los dos se miraron y se tomaron de las manos pensando casi al unísono, “eso sería maravilloso, todos nuestros sueños hechos realidad de la noche a la mañana y con la posibilidad de ayudar…” , dejé de “escucharlos” porque sus pensamientos derivaron a la familia y a sus frustraciones pasadas. “Puedes contar con nosotros, nuestros “gustos” no infieren en el hecho de que nos queremos por sobre todas las cosas y cumpliremos a rajatabla con nuestras obligaciones” , esto me lo dijo Arthur casi tartamudeando y lo que más me agradó de toda la conversación fue que en ningún momento pensaron en “subirse a ningún caballo” por los puestos y cargos que les ofrecía. Sólo les pedí que esperara novedades para mañana por la tarde ya que yo haría una visita a la Agencia para solucionar los problemas personalmente.
La llegada de unas alborotadas y excitadas mujeres nos sacó del momento y el matrimonio se retiró para seguir con lo suyo. Me hablaban las tres sin parar como si fueran adolescentes y el aroma que dejaban llegar a mi olfato emanando de sus entrepiernas denotaba el grado de excitación. Les pedí que se sentaran y tomaran algo pero que trataran de hablar de a una porque me atosigaban con la “cháchara cholula” . Según parece habían estado con varios actores y actrices yanquis y extranjeros, me dijeron los nombres pero yo no “cazaba” ni uno, en realidad más que actores cinematográficos eran de distintas series que antes solía ver pero nunca me preocupe por saber los nombres de los protagonistas.
Se habían sacado fotos con ellos con algunos que otros fotógrafos que andaban por el local separados del redil de la puerta de ingreso. La que más parecía disfrutar de todo esto era Gisela y les pedía a las demás que la acompañaran para continuar el “tour” por las instalaciones y la pista de baile. Azul estaba un poco seria y dijo que ni loca volvía a la pista, lo que generó las risas sin tapujos de las otras dos seguido de las “cargadas” y bromas por la “novia” que se había conseguido. Esto me interesó y le pregunté a la azafata que era lo que había pasado, me contestó escuetamente, “nada, no pasó nada, estas dos que joden” pero pensó toda la respuesta de forma natural y, lógicamente, la “escuché” de pe a pa.
Sucedió que una de las actrices con que se encontraron en la pista, madurita aunque de buen ver, pensó también su nombre pero yo no la conocía, se quedó prendada de la cara y los ojos claro de la azafata, enseguida entabló conversación con ella y, sin decir “agua va” , a la vista de todo el mundo la abrazó y le partió la boca con un beso mezclado con deseo y desesperación, a la vez que le apretaba las nalgas con ambas manos. Como pudo zafó de eso y había regresado seguida de las dos amigas que la enloquecieron con las risas y chanzas. Sus pensamientos no quedaron allí y ahora la cosa fue conmigo, “si hubiera sido Gonzalo lo dejo que me parta el culito y me lo llené de chirlos a la vista de todos, me tiene recaliente y sometida a lo que desee pero no da pié para decirle nada” . Sabiendo que había pensado eso me dio como una oleada de calentura que se trasladó a mi miembro y comenzó a inquietarse.
No sé si era por ella misma o por la presencia y el recuerdo de Mariángeles o por el culo de la africana o imaginar los gritos de Cielo cuando le rompiera ese culo chiquito pero, mi mirada con respecto a Azul cambió y no la dejaría pasar de esta noche sin que mordiera mi almohada o se atorara con mi pija en la garganta y me lancé: “No te enojes Azul, a mí me hubiera gustado estar en el lugar de esa actriz” , el respingo fue por partida doble, no sólo por lo que le dije sino porque mi mano buscó su entrepierna y mis dedos juguetearon por sobre su tanga mojada. “¡Por Dios Gonzalo ! tocame un poco más, meté los dedos y creo que voy a acabar gritando como una loca” . Le pedí con voz firme que ni se le fuera a ocurrir, que lo gozara en silencio, que me demostrara si era cierto que me daría ese gusto. Abrió grandes los ojos y asintió con la cabeza mordiéndose los labios para no gritar a la par que se movía sin tratar de llamar la atención pero buscando que mis dedos ingresaran dentro de su intimidad.
La telita de la tanga no fue obstáculo y cuando dos dedos penetraron profundo mordió la servilleta en que estaba envuelta la botella de champan y ahogó el grito pero no pudo evitar la tensión de su cuerpo. Cuando se recuperó me miró, se movió como para devolverme la atención y le dije que no. “No hables, no cuentes, ni digas nada, cuando volvamos al hotel después de que subimos te venís a mi habitación, andá con las chicas y ya sabés, silencio absoluto” . Hablarle así, con total tranquilidad pero con firmeza en las palabras casi la hace tener otro orgasmo y se aguantó para decirme él, “si mi señor” que pensó, ya vería a que tanto llegaba la sumisión que “disfrazaba” .
Al irse no pude evitar mirarle el culo duro y compacto que tenía y pensé que se lo haría sin contemplaciones. Tai parecía dormitar en uno de los sillones de los costados aunque yo sabía que estaba atento a todo, Kaila y Siara estaban en la barra del VIP con tres tipos que parecían de lo más cargosos y esperé que no se “pasaran de rosca” y que ninguna de ellas se enojara, a los demás no se los veía. Se acercó Mariángeles para hablar conmigo y ante una seña se sentó a mi lado para decirme:
- Estamos los dos en el aire y a mí me tenés anonadada y más sincera aún, con ganas de que me rompas el culo a lo bruto, a lo guaso, a lo “animal”.
- Jajaja. No me tientes mexicana, sos una viciosa, no me tientes…
- ¿Por qué es todo esto Gonzalo ?, porque no creo que haya sido por el momento que pasamos juntos. Lo que nos ofrecés supera ampliamente todas nuestras expectativas y nos abre un panorama impensado y no sólo en lo económico.
- Para que lo sepa la “Hechicera mexicana” es el resultado de mi “instinto animal”. Surgió la posibilidad, charlé con ustedes, bueno, con vos hice un poco más que charlar y me decidí a otorgarles mi confianza, ahora depende de los interesados.
- Quedate tranquilo que no te defraudaremos, es más, ya lo hablamos con Arturo , jamás te daremos la posibilidad de pensar mal de nosotros por hacer lo que no corresponda.
- Ya se los dije, lo que cada uno haga es cosa de cada uno, en tanto y en cuanto no perjudique su trabajo o traiga inconvenientes en la empresa, el buen trato debe ser primordial pero quien no cumpla debe saber que tiene medio pié en la calle y otra cosa más que también se lo voy a decir a tu marido, el trabajo es por la capacidad que tienen pero no la voy con el nepotismo, ayudar a la familia está muy bien pero utilizar la posición de uno de los miembros para lograr “posicionarse” no lo veo bien y creo que sabés porque te lo digo.
- Lo entiendo y los dos pensamos de la misma manera, la ayuda será “hasta ahí” luego que cada cual crezca por sus propios medios sin que infiera en nuestras obligaciones.
- Me alegra y, de alguna manera, me alivia que piensen así, puedo estar equivocado pero creo que el mexicano es “familiero” por demás y el yanqui suele pensar que ayudar a un mexicano a progresar implica que te llenen el patio trasero con familiares y eso no le gusta a nadie porque sólo se suele confiar en los que se conocen, salvo yo que tengo un “instinto” diferente, jajaja. Ahora me voy a ir y mañana los llamo después de arreglar todo para que pasen por el hotel.
- No lo tomes a mal pero, ¿querés que vaya al hotel cuando salga de aquí?
- No mi cielo, te lo agradezco de corazón pero pienso dormirme todo, mejor piensen bien y hablá con tu marido sobre todo lo que tengan que hablar y por lo que les prometí no se preocupen, allí decido yo.
Me despedí de ella y lo llamé a Tai para decirle que me iba solo, en un taxi, que les dejaba las camionetas y que los iba a necesitar a las diez de la mañana, luego me fui para el lado de la pista de baile para avisarle a Azul . En un rincón de la misma, en sendos sillones, me encontré con Gisela y Cielo , como dicen los españoles, “dándose el lote” y metiéndose mano a lo loco con dos tipos rubios y a Azul , en otro sillón, que trataba de zafar de los abrazos de una “veterana” . La toqué en el hombro y le dije que me iba, se levantó rápido junto a la “señora” que me encaró como para abalanzarse sobre mí, ni tiempo le di para que dijera algo, le apoyé la mano en el hombro y la dejé dura mientras la acomodaba nuevamente en el sillón. Cielo vio todo el movimiento y cuando se dio cuenta que era yo le gritó a la pelirroja, “ ¡Gise , Gonzalo! ” .
Poniendo cara de ofendido no les di ni cinco de pelota a ninguna de las dos y, riéndome para mis adentros, salí para el lado de la puerta con Azul pisándome los talones, lo saludé con la mano en alto a Arturo y salí al fresco caminando hacia la esquina en que estaban los taxis estacionados. Adentro del vehículo le pedí a Azul que le dijera al conductor hasta adónde íbamos, se lo dijo y se arrinconó cerca de la puerta mientras yo la miraba, no se aguantó y habló:
- No hice nada Gonzalo, te juro que no hice nada, la estaba aguantado sólo por hacerle “la pata” a las chicas, los dos muchachos estaban con esta mujer pero ya me estaba por escapar de allí …
- No digas más nada porque encima les estás “cargando el fardo” a tus amigas, ya hablaré con ellas” . Yo me divertía con esto y ella estaba cada vez más apesadumbrada.
Al llegar al hotel fuimos directamente al ascensor y luego a la habitación, entré con ella siempre detrás de mí y cuando me acerqué a la barra para servirme una gaseosa noté que no me seguía, se había quedado parada esperando mis órdenes, “que me diga lo que quiere que haga, estoy desesperada por servirlo” -pensó-, eso me vino bien, di la vuelta, la miré y le pregunté si iba a seguir vestida o quería que yo la desnudara, el tono de voz la estremeció, “no me hagas esperar, si querés algo de mí, desnudate y después hacelo conmigo, veremos si me gusta” .
Quería comportarme como un tipo que practicaba la “Dominación” y me sentía un ridículo total, una cosa era llevarse por la situación, por el momento o por la calentura y que se te “escaparan” un par de chirlos en las nalgas o emplearas un poquito de violencia en las penetraciones o un tirón de cabellos o forzar a una garganta desacostumbrada para que aceptara un pene un poco más grande que lo habitual y otra muy distinta era ejercer violencia y humillaciones contra otra persona por el mero placer de hacerlo. Sabía desde antes lo que era la violencia y mucho más lo entendía ahora siendo el “Portador” . Ahora la conciencia no me molestaba, no jodía, ni me inhibía para ser violento en ocasiones pero la bendita o maldita esencia estaba en contra de ejercerla para el placer sexual y me aferraba bastante a ella.
Los hombres o mujeres que se decían “Dominantes” o simplemente “Sádicos” me causaban repulsión, humillar, insultar, causar dolor, lastimar hasta sangrar a un semejante me provocaba incluso las ganas de hacerle sentir en carne propia el dolor, la humillación y los castigos que propinaban a otros. Antes del YAOGUAI, los dos idiotas infelices que conocí y que actuaban así, pagando además para castigar a una mujer, recibieron tal paliza que por un tiempo largo no les debieron quedar ganas ni de mirar un par de tetas.
Posiblemente o casi con seguridad no los haya curado a ninguno de los dos porque son como los violadores que siempre, por su pensar putrefacto regresan, a hacer las mismas cagadas pero supieron cómo era eso de “causar dolor” o lo que sentía el otro. Otro caso era la mujer que se esclavizaba o gozaba recibiendo dolores y castigos junto a humillaciones, éstas se me hacían pobre idiotas con enormes carencias afectivas, me provocaban una infinita pena y las consideraba dignas de lástima.
Cuando hay lástimas o penas de por medio o hacia alguien es muy difícil excitarse, la libido se esconde y eso es lo que me estaba sucediendo con Azul . Se quitó la ropa con celeridad, sin ningún tipo de sutilezas o sensualidad y se acercó a mí con la vista baja, debo reconocer que su físico era más que agradable, con los zapatos todavía puestos mediría 1,75 como mucho y como marco de su cabello destacaba un rostro hermoso de nariz acomodada al conjunto, ojos claros y llamativos y una boca que se deseaba besar.
Las tetas debían andar en una medida 85 y sus pezones endurecidos sobresalían casi un centímetro de su areola mediana y más oscura, hacia abajo no se notaban adiposidades en las caderas que dejaban adivinar un culo bien formado cuya forma ya había mirado, su vientre era totalmente plano, su pubis abultado y los labios de su vagina depilada estaban totalmente cerrados marcando una sola línea que los dividía, muslos, piernas y pies le hacían honor al conjunto.
Se acercó a desnudarme con un temor palpable y pensando que la iba a recibir con un “correctivo” , hasta se obligaba a aflojar su cuerpo, esto con la idea de que, el no estar tensionada haría más llevadero el dolor del golpe. La actitud y el modo de pensar de la azafata me estaba sacando de quicio porque en eso no había cambiado, para mí, “hacer el amor” , “coger” , “follar” , “trincar” o como se le quisiera llamar pasaba por la participación y la búsqueda de la satisfacción de los participantes, buscando el placer recíproco logrado con caricias y besos, no con golpes y humillaciones.
Sin ninguna duda lo hizo rápido y bien, apenas rozando mi piel con la punta de los dedos y se arrimó a mí para que la abrazara mientras me acariciaba el pene flácido y los testículos tirando a “marchitos” . Levantó la cara para mirarme y le pregunté, “¿y ahora qué?” . Me contestó solícita, “dejame a mí que te lo hago reaccionar” , para esto se arrodilló y comenzó a mamarlo sin preliminares, le entraba todo en la boca y jugaba con su lengua alrededor del glande, se aferraba a mis glúteos y aspiraba buscando la erección que esperaba. La tomé de las axilas y la hice incorporar, le di un piquito en los labios y abrazándola la llevé hacia la cama diciéndole:
- Azul, si pretendés que te golpeé o te maltrate para cogerte y que goces con eso, vas “muerta” a mi lado, yo necesito, besos, caricias, ternura y si en la “aceleración” aparece un poco de rudeza o dureza compartida, bienvenido sea, es para satisfacción de ambos pero si creés que la solución pasa por arrastrarte, arrodillarte y recibir humillaciones y golpes para poder sentir algo de placer, te equivocaste conmigo… Prefiero que te vistas y te vayas a tu habitación, ni paja me voy a hacer en tu nombre porque ni siquiera estoy excitado.
Acusó el impacto y, sin aspavientos ni gritos, sus ojos se llenaron de lágrimas que comenzaron a caer por sus mejillas, “no puedo de otra manera Gonzalo, es largo de explicar pero, me enseñaron así, tanto que las caricias y mimos no me excitan ni me incentivan” . No era necesario que me explicara nada podía “leer” todo lo que estaba pensando como si fuera en un libro abierto pero yo, a esa altura, estaba empecinado en hacerla gozar con “mis métodos” …
- Vamos a hacer un trato, si te enseñaron así, dejame enseñarte con mis modos, sólo te pido un poco de colaboración, de última, si no gozás habrá sido un “polvo” más, ¿estamos de acuerdo? , me dijo que si y, echándome los brazos al cuello, me besó con ganas y con pasión indisimulada, mi miembro reaccionó enseguida y nos dejamos caer sobre la cama.
Quedó encima de mí y moviéndose con ganas acomodó el miembro entre sus piernas, la giré y quedamos los dos de costado, mi pija quedó cobijada en ese lugar calentito y mojado y aproveché para pellizcar con fuerza uno de sus pezones, el salto fue evidente y no pudo disimular el gusto, la volví a girar para quedar con ella nuevamente encima y le dije:
- Así, mi putita azafata, subí, date y dame placer…
- ¿De verdad me dejás?…
- Soy todo tuyo . -Parecía chico con juguete nuevo, su mirada, su cara y su sonrisa de felicidad lo decían todo-.
- Esto no va a ser tan fácil -dijo al asir mi pene para colocarlo en la puerta de su vagina-.
- Entrá despacio quiero sentirte en todo el recorrido, -le respondí acariciando sus dos tetas-.
Claro que la sintió y me hizo sentir todos sus pliegues mientras se movía suave para que el “ariete” se acomodara, apenas comencé a entrar desistió de la idea de “clavarse” de una sentada como había pensado y se fue penetrando como si fuera a lastimarse, de hecho creo que es lo que hubiera pasado, Entré justito, la punta del glande toco su útero cuando se juntabas las pelvis, el gemido largo y el ¡ayyyy! que dejó oír cuando estuve completamente adentro me llevó a darle un chirlo en los muslos, algo que pareció encenderla.
Ni siquiera tuvo que acomodarse por el grosor o la longitud, lo fue haciendo a medida que se penetraba y logrado el “beso de pelvis” se desató. Comenzó una “cabalgata” que casi me desarma, no por el golpe de su pubis ya que las nalgas eran muy mullidas, fue por la intensidad de sus movimientos, por los gemidos casi gritos y porque al llegar al orgasmo parecía sentirse como “realizada” y me lo hacía saber pidiéndome más fuerza, más energía y más profundidad (me confesó luego que era la primera vez que ella podía ser la que ejerciera el rol de “dominante”, que no fue tal pero no era importante aclararlo) .
En el primer orgasmo, si bien lo sintió y lo disfrutó, se contuvo temiendo que yo me molestara porque se gestó rápido y no pudo aguantarlo. Como no hice mención al respecto, para el segundo, la confianza en mí y en ella misma era distinta y se brindó como una hembra mostrando el potencial de su placer, gritó sin contención, pidió que “la rompiera” , gimoteó, rió, me mojó con su eyaculación cristalina y pegajosa y apretó mis manos en sus pechos pidiendo más presión sobre ellos, sus músculos vaginales parecían exprimirme. De seguido y cuando aún tenía contracciones se dejó caer con todo el cuerpo sobre mí y me besó la boca con desesperación.
Sólo dos besos más o menos largos y reptó para meterse en la boca el falo todavía en su plenitud, lo escribí bien “meterse en la boca” porque no hubo ni besitos ni lamidas, ni preparación, desapareció todo de una aspiración profunda y al llegar a tocar con su nariz mi vientre, lo sacó rápido luego de una arcada y dejando un río de saliva, me miró con los ojos llorosos y volvió al gusto mutuo. Esto de entrar profundo lo hizo varias veces y cada vez que la arcada la obligaba a sacarse la pija de la boca parecía contraer su cuerpo, “como lo estoy gozando Gonzalo , no sabés como lo estoy gozando” pensaba casi gritándolo porque el sonido de su pensamiento era como un grito.
No me quedé quieto mientras ella me mamaba e hice algo que incentivó sus entradas y salidas, la tomé del cabello junto a sus orejas y ayudaba a la penetración levantando incluso la pelvis. Ella me urgía porque quería mi leche en su garganta, “quiero su leche, quiero su leche” resonaba en su cabeza y yo, a esta altura de las cosas, quería romperle el culito y terminar en lo más profundo. Nuevamente me aguanté y la hice dejar la mamada, no entendía nada y me miro interrogándome pero el mando lo tomé yo y moviéndola con facilidad la puse de espaldas, llevé sus piernas a mis hombros y comencé a jugar con mis dedos en el agujerito marrón y en su clítoris sobresalido y palpitante.
Al ponerla en esa posición, se aflojó inmediatamente esperando lo que fuera pero mi pulgar en su culo, junto con tres dedos de una mano en la vagina y el índice y el pulgar de la otra mano masajeando y apretando su clítoris, la hicieron comenzar con los movimientos nuevamente y tensionar el cuerpo entero por las sensaciones. Sus gemidos eran constantes y el moverse de un lado para el otro no lo hacía fácil por eso fue el chirlo fuerte al costado de su nalga con la mano que había abandonado el clítoris y la orden seca pidiéndole que se calmara un poco actuó como sedante de acción rápida, de seguido saqué la mano que aún estaba en sus intimidades y cambié los dedos por el grueso del glande en la puerta del agujero más chiquito.
Ya no había contemplaciones que me frenaran y concluí en que los dos queríamos lo mismo, sin más lubricación que la que había hice fuerza para entrar y no me detuve hasta que mis huevos tocaron su piel. Sabía lo que pasaría y mis brazos habían rodeado con fuerza a sus muslos, no aflojé la presión hasta que pudo hablar sin gritar y pedirme en voz alta que la sacara, que la hacía mierda, que era muy grande, hasta que concluyó con que me quedara adentro sin moverme. Antes fue un sólo grito y se extendió desde que entré y ubiqué el recto hasta que estuve profundamente instalado en ese culito al que le tenía ganas. No me moví hasta que ella sola comenzó con un vaivén suave, la azafata sexi había experimentado una verdadera “rotura de culo” y vaya que lo sintió.
“Despacio Gonzalito, movete despacio, no sé si seguiré soportándolo” , la que quería sentir dolor se acobardaba ante lo que le costaba aguantar, yo no decía ni palabra, solamente la miraba serio viéndola que algunas lágrimas se escapaban de sus ojos claros. Era hora del “goce anal” y los movimientos de entradas y salidas comenzaban a suceder, primero despacio y salía por completo para que hiciera el movimiento lógico de contracción y volvía a entrar arrancando otro gemido de dolor-placer.
Luego de un rato, su participación fue plena, ya paraba y empujaba más con sus nalgas y los pedidos de más profundidad se sucedían. Lamer el costado de sus muslos mientras entraba y salía con un ritmo más acelerado la desencajó, el orgasmo se hizo sentir y cuando estaba entregada a él, me dejé llevar en una estocada profunda y la inundé de leche con mi acabada. El “¡sííííí!” sonó fuerte en toda la habitación y me sentí bien porque entendí que la cogida había sido placentera para los dos, ella me lo corroboraba pensando que nunca creyó que iba a tener todas las sensaciones juntas que tuvo.
El sueño nos vencía y ni ganas de ir hasta el baño teníamos, intentamos hablar y parecían incoherencias, entonces con una enorme sonrisa se abrazó a mí y apenas apagué la luz, nos quedamos dormidos. No sé cuánto tiempo había transcurrido cuando me desperté por unos golpes suaves en la puerta, me puse una robe y fui a abrir la puerta, ya imaginaba quienes serían y puse cara de “hombre serio” . Gisela y Cielo estaban paradas en la puerta, no se animaban a hablar y yo las miraba sin decir nada. Sin esperarlo, la que habló fue Cielo …
- Gonzalo, nosotras queríamos hablar con vos porque nos parece que…
- Paren, paren, no tienen nada que decir ni explicar, ya vi lo que tenía que ver y entendí lo de “sólo mirar y bailar entre nosotras” creo que me equivoqué con mis expectativas o con lo que yo entiendo por confianza pero, en todo caso hablamos después de almorzar, si siguen hablando la van a despertar a Azul y va a ser algo engorroso. Nos vemos luego.
Cerré la puerta de la habitación dejándolas con la boca abierta por la sorpresa y por el “golpe” que les había dado hablando de lo que me dijeron para que las llevara y de “la confianza” . Me sonreí por la pequeña “maldad” que había ejercido con las dos haciéndoles saber que no eran “exclusivas” , por otro lado, tenía claro que no me asistía ningún derecho sobre ellas ni podía exigirles nada que yo no les brindaba pero a mi sentido machista de “pertenencia” le había caído como el culo que se dejaran “ganar” por el primero que se le cruzaba. Preferí no pensar más y me fui a dormir nuevamente.
Continuará…
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