El demonio de nombre extraño (11)

Luego de ayudarlo a Carlos con su problema viajamos a Nueva York. Castigo a quienes no saben ni quieren saber.

VIAJE Y ESCARMIENTO.

El día o la tarde-noche transcurrió sin ninguna otra novedad, durante la cena le informé a Siara y a Kaila que tendríamos que viajar casi con urgencia a Nueva York , posiblemente en dos días y me contestaron que por ellas no había problemas en las visas pero que éstas eran de turistas, al igual que la de los muchachos y que sería conveniente que se anexara una visa haciendo referencia a que tenían un trabajo efectivo como custodia de un Empresario.

Eso haría que Migraciones no pusiera la vista en ellos, esto porque eran muy celosos pues mucha gente ingresaba como turistas y pretendía buscar trabajo allí  quedándose por más tiempo que el permitido, -unos treinta o sesenta días- , me pareció una buena acotación y lo llamé a Chao para que hiciera los trámites de ese modo.  Luego de cenar me fui a dormir sin noticias de los cuatro muchachos, me quedé tranquilo porque llamarían solamente si había inconvenientes.

En la mañana, Carlos, aparte de despertarme y alcanzarme la ropa para cambiarme, preguntó que ropa quería llevar para estar en EE.UU. , ya que el vestuario cambiaba completamente por lo menos por el de media estación, como él había hecho la mudanza y sabía que ropa era la que disponía, lo dejé librado a su criterio, me cambié con la ropa que me había preparado para el día y bajé a desayunar.  Antes de sentarme a la mesa del desayuno y después de saludar a todos los presentes hice lo mismo que el día anterior, fui a hablar con la gente de la custodia, nombré a dos Encargados más, les di las recomendaciones, mandé a otros para la casa y regresé a la casa a desayunar tranquilo.

Después de desayunar la miré a Virginia que me miraba con una sonrisa pícara, le guiñé un ojo y no quise averiguar lo que le pasaba por la cabeza.  Hablé con los cuatro que no habían estado la tarde anterior y les dije de reunirnos en mi despacho para ponernos de acuerdo respecto a lo que se debería hacer en Nueva York , lógicamente, lo que más me interesaba era saber que había pasado con lo encomendado. Carlos había pensado en preguntarme sobre el caso y si había mandado a los muchachos a solucionar el tema pero no se animó a hacerlo y me vino bien porque haría como que se me había pasado por alto, además, primero quería saber que había pasado.

Andrey llevó la voz cantante y me entregó los discos duros de la computadora de escritorio y la del portátil, artefacto que habían tirado al agua de un riacho, ya que de prenderla se podría lograr la ubicación, lo que no pasaba con el disco duro, junto con eso habían tirado el celular apagado y algunos artículos chicos de plata y otros de oro, lo cual le indicaría a las autoridades que efectivamente había sido un robo.  Aparte de eso me dio toda una serie de fotografías y un portafolios lleno de papeles personales y de la empresa, esto se había rescatado de una caja fuerte en la que también había Dólares, Euros, Pesos, relojes caros y joyas diversas.

El dinero le dije que se lo repartieran entre todos ellos y las joyas y los relojes las guardo Danny con la premisa de hacerlas tasar y venderlas en EE.UU. para luego repartir el producido. Danny iba a contarme pormenores y le pedí que no lo hiciera, lo único que me importaba era que el trabajo se había hecho y bien.  Me lo aseguraron y me quedé tranquilo, alguien que se había “resistido” a un robo, no jodería más.

Después del almuerzo llegó Chao y las novedades que traía eran de lo mejor.  Las visas estaban listas y no sólo eso, el Canciller había pedido hablar con la persona encargada de toda esa tramitación e hizo acompañar al Abogado a su oficina, fue recibido de inmediato, se presentó con el Funcionario como mi Abogado personal y cuando éste pensaba que iba a haber problemas con algunos de los pasaportes y visas, el Canciller le solicitó que, cuando regresara del viaje, si podía arbitrar los medios para tener una entrevista conmigo, para mi agrado Chao le informó que me trasladaría la inquietud al respecto pero que yo no solía reunirme con nadie en dependencias gubernamentales.

La respuesta fue inmediata, le dijo que si se daba la posibilidad de la entrevista, él acudiría a dónde yo le dijese.  Le agradecí a Chao diciéndole que eso lo veríamos a mi vuelta y me puse a pensar la influencia que tenía el Poder del dinero y no sólo eso, atento a que el equipaje viajaba como “Correo Diplomático” se me dio por pensar que no sería nada raro que el Canciller o alguien muy allegado estuviera en los videos y algo ya habría averiguado de la mudanza del edificio y la desaparición repentina del Presidente de la empresa.

Tenía ganas de correr a preguntarle a Cielo y a Gisela si había descubierto algo pero me contuve, además Chao me estaba diciendo que no se podría utilizar el Hotel Waldorf Astoria porque Empresarios chinos lo habían comprado al Grupo Hilton para reformarlo y convertirlo en un conglomerado de departamentos.  Era una verdadera lástima porque un pedazo grande de la Historia Americana quedaba prácticamente en la nada, sin contar e imaginar los “fantasmas” y recuerdos que rondarían por ese edificio de innumerables famosos de esa nación e internacionales que caminaron esos pasillos y habitaron esas habitaciones.

Como sea, nos había conseguido cinco suites de dos dormitorios, terrazas, jardines y vista panorámica a toda la ciudad de Nueva York en el piso 30 del Hotel Four Seasons , en pleno centro de Manhattan , prácticamente frente al Central Park .  El hotel tenía 52 pisos, era moderno, lujoso y disponía de todas las comodidades para sus clientes, me preguntó si estaba bien en ese lugar y/o si me era mejor elegir el Penthouse y habitaciones adyacentes.

Lo consulté con todos y viendo las fotos espectaculares de las habitaciones y otras dependencias del hotel, decidieron quedarse allí, le hice saber que recordara lo de las habitaciones para la tripulación y que estaríamos por cinco días, por lo menos, esto porque a pesar de la agenda armada, no sabía con que problemas nos podríamos encontrar en la familia y/o en las empresas.

La diferencia horaria era de una hora menos y el viaje tardaba aproximadamente unas once horas por ello, saliendo a las 10.00 horas llegaríamos a las 21.00 horas de Nueva York y desde el aeropuerto La Guardia hasta el hotel teníamos una media hora, así que llegaríamos, nos acomodaríamos, cenar en el restaurant o la habitación y descansar para empezar con ganas al día siguiente.

Le pregunté qué pasaba con los vehículos, Chao había alquilado tres camionetas similares a las que teníamos en casa y sólo faltaba la confirmación para que nos esperaran en el estacionamiento del aeropuerto, lo mismo que con las habitaciones del hotel.  La tripulación estaría preparada desde las 09.00 horas de la mañana.  Sin más, le pedí a Chao que confirmara todo y que a las 09.00 horas estaríamos en el aeropuerto para la tramitación pertinente.

Luego de hacer esto y de que el Abogado eligiera una habitación para quedarse con nosotros, cada uno se dirigió a sus propias habitaciones para preparar todo, yo no tenía nada que preparar porque de eso ya se había ocupado Carlos pero quería comunicarme con el Jefe de Familia de Hong Kong para saber si tenía alguna novedad.  Me fui del living casi a desgano porque Gisela con su algarabía y su excitación por el viaje reía sin parar y contagiaba a todos los demás.

La comunicación fue rápida, no tenía nada nuevo para contarme pero me hizo saber su preocupación porque el chino-estadounidense no contestaba los llamados telefónicos, le daba como sin servicio o apagado y tampoco podía consultar con ningún allegado porque no conocía sus números telefónicos, -algo ilógico que le pedí que cambiara con todas las familias, tenía que tener dos o tres modos de comunicarse con ellos- .

Lo que si había hecho, que podía considerarse como nuevo, era hablar, por medio de una video llamada, con el Jefe Absoluto de la TRIADA , por eso pude saber que el Estudio Jurídico representaba por medio de terceras personas las problemáticas legales en que pudieran estos estar involucrados.  Según el Jefe de Familia, le preguntó a este señor, un hombre anciano según me dijo, si había algún inconveniente con la familia de Chinatown que protegía quien él ya sabía.

Yo imaginaba lo ceremonioso de la conversación, con sumo respeto y cuidándose de no herir susceptibilidades, lo concreto es que el Jefe de la TRIADA afirmó que las empresas y negocios de esa familia no habían sido ni serían tocados y que, por favor, se lo hiciera saber al señor XXX -el antiguo portador- .

Allí fue dónde se enteró que el portador había cambiado y el nuevo estaba muy interesado en saber que sucedía con el Jefe de Familia porque no podía comunicarse con él.  Me expresó que el hombre se puso algo nervioso y le pidió que intercediera conmigo para evitar enojos porque sabía lo que sucedía cuando esto acontecía y que él mismo se ocuparía de que le averiguaran que es lo que pasaba con esa familia.

Antes de cortar la comunicación le agradecí y le recordé que nadie debería saber que iría a ese país.  Luego de esta conversación telefónica me quedé pensativo porque no sabía lo que me encontraría y el tratamiento con tales delincuentes escapaba a mi dominio.  Hasta que escuché la voz en mi cabeza…

  • Yo te voy a decir lo que pasó con ese Jefe de Familia y vos tenés que saber que yo estoy enterado de todo lo que sucede, sólo tienes que saber preguntar.  Por un acuerdo ancestral entre el YAOGUAI y la comunidad china de alto rango político dirigencial, militar y/o de organizaciones delictivas, a estas familias ni a ninguno de sus miembros se las toca o se las molesta o incomoda, este acuerdo establece severos castigos si no se cumple que, sin necesidad de que intervengas, yo me encargo de hacer cumplir”.
  • El Jefe de Familia en cuestión fue asesinado por uno de los guardaespaldas del Jefe de la TRIADA local, digamos que fue un accidente porque le aplicó un golpe mortal pensando que atacaría a su Jefe, al cual le cabe mucho de culpa porque, sin hacer caso a las recomendaciones y para demostrar su poderío, mandó a incendiar un restaurant de los cinco que son de su propiedad para que le pagaran por todos ellos el canon de protección que le cobran a todos los comerciantes”.
  • También mandó a incendiar tres camiones de la empresa de transportes que también es de la familia, aunque en este caso no hubo heridos que lamentar, esto para que pagaran un “peaje” que le cobran a todos los transportes de empresas chinas.  El Jefe de Familia fue a increparlo por lo que hacía y sucedió lo que sucedió, cometido el hecho del asesinato, hicieron desaparecer el cuerpo y trataron de tapar todo para no generar un altercado con el Jefe máximo de ellos que está en Hong Kong y que recién te referían”.
  • Este Jefe “americanizado” no cree en lo que para él son cuentos de “chinos viejos” y no cree en el respeto que se les debe a los mayores por ello, lo más probable es que vaya a negar con su superior todo problema que pueda existir, así que mal puede decir que él, el Jefe máximo y absoluto que se va a ocupar de averiguar todo.  Le van a mentir y él tendrá que trasladar una mentira, algo que, de saberse, afectaría enormemente a su honor”.
  • En este caso hay dos cosas por hacer, hay que eliminar ante los ojos del Jefe local al guardaespaldas y ocuparte vos de este Jefe pero tendrás que hacerle saber al Jefe máximo lo que estás haciendo y eso de la video conferencia o video llamada sería una muy buena solución, después me tendrás que autorizar a “abandonarte” por un rato una noche en que duermas y yo regresaré antes de que despiertes.  Lo de la autorización es porque, de “abandonarte” sin tu permiso expreso te generaría dolores casi difíciles de soportar y hay cosas que debo hacer sí o sí”.

Lo que me hacía saber el YAOGUAI no me generaba ninguna tranquilidad pero me aclaraba absolutamente todo el panorama y me dejaba más que explicitado que, en lo que hace a eso de aprender estaba como bebé con pañales.  No me alcanzarían tres o cuatro vidas para terminar de entender y saber, tenía algunas ventajas, enormes ventajas pero, tal como dice el refrán: “El Diablo sabe por Diablo pero más sabe por viejo” y eso me quedó grabado a fuego

Pensar y actuar como si “me las supiera todas” no me traería más que tropezones y dolores de cabeza pero, aún así, cuando actuase debía tener muy claras mis formas y modos de proceder, habida cuenta que muchas cosas ya las había aprendido.  Me fui a dormir temprano, me esperaba un largo viaje por delante.

Carlos me despertó temprano, le dije, como no dándole importancia, que me ocuparía de lo suyo cuando regresara pero que se quedara tranquilo que habría soluciones, me agradeció y lo aceptó pensando en que yo no le fallaría.  Cuando bajé ya estaban todos desayunados y aunque estaban tranquilos y listos, las mentes de todos estaban activas y ansiosas.

Zulma me sirvió un muy buen desayuno y me deslizó en voz baja un “cuidate” que le agradecí con un leve toque en sus muslos.  Ya con todos preparados y sin que faltara ningún papel ni documento, nos fuimos al aeropuerto en dos camionetas que quedarían allí hasta nuestro regreso.  Nos recibió la tripulación y esta vez fue Sergio directamente el que precintó los equipajes con las etiquetas de “Correo Diplomático” y me mostró un papel con la autorización para las mismas.

Gisela , haciendo uso y… abuso de su conocimiento del avión, luego de saludar efusivamente a todos los tripulantes, pasó a mostrarles las comodidades e instalaciones a todos los que no lo conocían, esto de dicharachera y alegre terminó abruptamente cuando el avión comenzó a moverse, fue cuando se sentó, se puso el cinturón y se quedó muda ante la risa y el cachondeo o “cargadas” de los demás.

Ya en el aire, Azul , la azafata, nos ofreció un refrigerio, que salvo Chao y yo, ninguno rechazó. Cielo no abría la boca, las emociones la sobrepasaban y optó por irse con Gisela a la cabina, seguramente a volverlos locos a preguntas al piloto y copiloto, indudablemente con el beneplácito de los dos porque eran dos bellezas a las que daba gusto tenerlas cerca.

Pasado el mediodía, después de comer, los chicos y las chicas de la custodia se “hundieron” en sus asientos, salvo Siara que se enfrascó en la lectura de un libro, Cielo y Gisela estaban de muy amena charla con Azul que me había puesto a escuchar desde lejos, ésta, un tanto excitada les preguntaba por Danny y por la posibilidad de salir juntos alguno de los días.

Las dos, casi al unísono, le contestaron que se llevaban muy bien con todos pero que en el grupo había una especie de acuerdo no escrito para no compartir ni entrar en intimidades, no obstante ello, no la desanimaron, le dijeron que lo intentara, que “lomo” no le faltaba para atraerlo y que si estaba liberado de trabajo, el “jefe” no pondría ningún tipo de objeción porque era muy abierto al respecto.  Ya más suelta, les preguntó por mí y si “pasaba” algo conmigo, aquí la que se lanzó con su desparpajo habitual fue Gisela

  • Más de una de nosotras querría que nos “empotrase” pero es muy difícil, te “adivina” hasta lo que pensás y ni siquiera valdría eso de ponerse en bolas o regalarse delante de él, estoy segura que sólo “le van” las mujeres pero es la clase de tipos que “deciden” el cuándo y con quien, ni Cielo ni yo somos feas ni “santas” pero él te hace sentir como si pudieras “patinar” a la primera de cambio quedando como una adolescente estúpida” .
  • Lo que me estás queriendo decir es que es una “figurita difícil” y esas son las más lindas de conseguir. -contestó Azul - .
  • Jajaja, si la conseguís, disfrutala pero si no, “a llorar a la Iglesia”, vos preguntaste y yo te contesté, todo lo demás es problema o alegría tuya y en una de esas hasta te pedimos compartir.
  • ¡Giselaaaa, siempre tenés que salir con una de las tuyas!, -reaccionó Cielo - .
  • Es joda tonta, me voy a dormir un rato.

Gisela se trasladó a uno de los asientos y Cielo se quedó conversando con Azul , ya no pude seguir escuchando porque se acercó Chao a consultarme como veía el problema de la familia en EE.UU. , en realidad venía pensando en preguntarme qué era lo que había hablado con el Jefe de Hong Kong pero no se animaba a lanzarse, decidí explicarle todo, habida cuenta que él era parte de una de las familias más importantes, sino la más importante de todas…

  • Tu Jefe de Familia no sabía nada, es más, habló con el Jefe máximo de la TRIADA quien le aseguró que no había ningún problema, ambos están, como decimos los argentinos, “en bolas” de lo que verdaderamente pasa.-Yo observaba la cara de asombro de Chao y continué explicando-:Yo tengo otros modos de enterarme de lo que pasó y te aseguro que el Jefe de la Familia de Chinatown fue asesinado e hicieron desaparecer su cuerpo, el culpable es el Jefe de la TRIADA local porque quiso sobrepasar los acuerdos milenarios y le miente a su propio Jefe máximo.
  • Gonzalo, lo que me está contando es de una gravedad extrema.
  • Ya lo sé y sé los castigos que amerita, por ello, luego de visitar a la Familia y antes de ir a las empresas necesito tener una reunión privada, en un hotel o un restaurant con el Jefe de la TRIADA local.  Será a pedido del Jefe máximo desde Hong Kong para que no pueda negarse y con un Empresario muy importante ligado a empresas chinas.  En la misma sólo estarán presentes, el Jefe de la TRIADA, el empresario, el custodio principal de cada uno, el posible sucesor de la TRIADA local que el Jefe máximo nombraría y vos.  Además que el que está en China esté atento a contestar una video llamada apenas yo lo pida, ¿estás en condiciones de lograr algo así sin decir que el Jefe chino-americano fue asesinado?
  • Sí, lo puedo coordinar para mañana hablando con el Jefe de la TRIADA y con mi Jefe de Familia pero para que éste acceda rápido a dar esas órdenes sería necesario hacerle saber que el empresario occidental es en realidad “el portador”, con eso no podrá negarse ni estirarlo.
  • Está bien, hacelo así, estará más atento a la llamada y le quedarán claras muchas cosas.

Lo dejé a Chao enfrascado en las llamadas y me dediqué a estudiar un poco todo el trabajo que me habían preparado Cielo y Gisela con los Directivos de las empresas que visitaríamos.  Ese fue el momento que aprovechó Azul para acercarse y de forma melosa preguntarme si me podía ser útil en algo, el aroma a hembra excitada me “movió” un poco pero me mantuve firme en la contestación y en la mirada sin llegar a ser descortés, “te agradezco mucho Azul, por ahora no quiero nada, cualquier cosa le digo a las chicas que te avisen” , luego seguí con los papeles que estaba leyendo.

Había notado que tenía desprendidos dos de los botones de la chaqueta y dejaba asomar un apetecible canal entre sus tetas bien formadas y sin mirarla le dije: “Azul, me parece que se te desabrocharon dos botones de la chaqueta” , me dio las gracias, se obligó a sonreír y se fue casi derrotada, Cielo se sonreía de costado.  Tardé un rato en la lectura de los datos que tenía a mano y como no había más que hacer y me puse a “mirar para adentro” , todavía faltaban como cinco horas de viaje.

Dormí por casi cuatro horas y la comodidad de los asientos que se podían hacer cama ayudó bastante, al despertar los vi a todos enfrascados en las “suyas” , algunos leyendo, otros conversando, otros estirados en sus asientos pero nadie desentonando, fui al servicio y cuando salí ya me estaba esperando Chao , mientras yo dormía había concertado todo lo solicitado con una única salvedad que no me pareció mal, el Jefe máximo de la TRIADA quería participar de las conversaciones si yo lo autorizaba y solicitó ver todo desde el primer momento, Chao le había dicho que sí.  Almorzaríamos en el privado de un restaurant previamente elegido dónde se pondrían cámaras y una pantalla plana por la que podría mirar y eventualmente participar.  El almuerzo-reunión fue fijado para las 13.00 horas.

Llegamos a horario al aeropuerto LA GUARDIA y eran las 21,10 horas cuando caminábamos por los enormes pasillos repletos de locales dónde las chicas aprovecharon para comprar alguna ropa que le faltaba y recuerdos mientras esperábamos a los miembros de la tripulación. Chao en el interín hizo contacto con quienes vinieron a traernos las camionetas, los despachó y se acercó a nosotros con las llaves de cada una.

Yo viajaría con Tai , Cielo , Gisela y Azul , en las otras dos viajarían los ocho restantes.  Luego de un viaje relativamente corto por autopistas y cruzando el hermoso puente de Brooklin iluminado a pleno como tantas veces se vio en películas y series ingresamos a plena isla de Manhattan con sus calles, negocios y edificios iluminados “a giorno” .

Cielo , Azul y Gisela , turnándose sacaban medio cuerpo por las respectivas ventanillas y gritando, riendo y agitando los brazos disfrutaban de las luces y el tránsito en la quinta avenida.  El hotel quedaba al finalizar el Central Park prácticamente en Chinatown, en la esquina de la calle 57 y yo no decía nada ni demostraba nada, sólo una indicación a Tai para que las dejara disfrutar pero me sentía como si fuera parte de una de las miles de series televisivas en que mostraban a esa ciudad a pleno con sus pro y sus contras.

Miraba lugares como si fueran ya conocidos, los asociaba a los vistos en cine y televisión, de hecho eran los mismos pero se sentían distintos estando allí.  Finalmente llegamos a la esquina en que se encontraba emplazado el hotel, tres de los muchachos llevaron las camionetas al estacionamiento del hotel y los demás fuimos a registrarnos.

Del trámite y la distribución se ocupó Chao , me había pedido que yo no moviera un pelo, ni siquiera para llevar un bolso porque era “el Empresario” , iba muerto conmigo el pobre, no le di ni cinco de pelota, le pregunté dónde era la suite, tomé la tarjeta y me dirigí con Tai que dormiría en el dormitorio anexo, las chicas se alojaron juntas y las Informáticas se llevaron con ellas a Azul .  Una vez instalados le dije a Chao que viera el tema de la cena pero que me diera una hora porque tenía que hablar con los custodios.  Mientras esperábamos a que vinieran todos aproveché a hablar con Tai :

  • Tai, mañana tenemos una reunión-almuerzo en un restaurant de la zona con el Jefe de la TRIADA

local, en la misma participará éste, el custodia principal, el sucesor que tiene en vista el Jefe máximo de Hong Kong y todo será seguido por una video conferencia desde Hong Kong por el propio Jefe. -Le conté lo acontecido con el Jefe de Familia chino-americano-.

  • Ese hombre está loco, firmó su sentencia de muerte, yo sé que ni usted ni el otro lo dejarán que se salga con la suya.
  • Precisamente pero el escarmiento lo tengo que dar yo.  Vos estarás conmigo y con Chao, cuando verifique que fue el custodio el que lo mató te voy a hacer una seña o te hablaré en español para que procedas contra él.  Primero hay que inutilizarlo y luego quebrarle el cuello para que lo vean los dos Jefes de la TRIADA, lo demás corre por cuenta mía.
  • Perfecto, estaré a la espera de su señal o su orden.

Con Tai no hacían falta más explicaciones.  Al resto de los muchachos y las chicas les dije que estuvieran dentro del restaurant como dos parejas que almorzarían allí y los dos restantes serían dos amigos en una mesa individual.  Les pedí que estuvieran atentos porque seguramente la gente restante en el restaurant serían integrantes de la TRIADA pero estimaba que no habría inconvenientes porque todos ellos recibirían órdenes de su Jefe de Hong Kong , independientemente de esto, les recalqué que, ante cualquier problema, no tuvieran piedad de nadie.  Nadie hizo acotación ninguna.

Después de cenar, algunos en la habitación y otros en el restaurant del hotel, cada cual se retiró a descansar del día y del viaje porque al otro día había que salir a las nueve y media a más tardar, tendríamos que visitar a la familia de Chinatown .  Antes de la hora prevista inicialmente ya estaban las camionetas esperando en las puertas del hotel, fui con todos los custodias y con Chao .  Nos detuvimos frente a una casa enorme, en la puerta y en las cercanías había varios muchachos chinos que no nos miraron muy bien que digamos.

“Escuchándolos” supe enseguida quien tenía la voz cantante y daría el alerta en caso de belicosidad, le pedí a Tai que se dirigiera a ese en particular y le dijera que fuera urgente a buscar al Jefe de Familia, que sólo queríamos hablar.  Se negó de plano y le hizo frente a Tai junto con otros dos más, Chao les pidió que se calmaran para no salir lastimados y yo hablé para mí diciéndole a Tai en español que no los matara pero que no tuviera piedad pues las palabras de Chao las tomaron a risa y se sumó uno más envalentonándose con la amenaza de lastimarnos.  Los demás custodios ni se movieron de la camioneta esperando la reacción del chino grandote.

¿Ustedes lo vieron? , pues yo tampoco, los movimientos fueron rapidísimos y en un pestañeo los cuatro estaban gritando y en el suelo con brazo, tabique, costillas y vaya a saber uno que otra fractura más. Chao se dirigió a otro joven que quedó estático y mudo y le ordenó que fuera a buscar al Jefe de Familia, éste entró corriendo a la casa y salió acompañado de una anciana que rondaría los 90 años (los ancianos chinos tienen una edad indescifrable) , rodeada como de diez chinos más.

Saludó con una inclinación de cabeza a Tai y a Chao y a mí me miró como despreciándome, hizo llevar a los heridos adentro y le dijo en chino a Chao que el Jefe de Familia era el hijo pero en ese momento no estaba y que sacaran al occidental de su vista.  Yo me sonreí sin moverme ni un centímetro y Chao , muy serio, le contestó que lo que le pedía era imposible porque el occidental era “el Portador” .

Yo puedo jurar que, por primera vez en mi vida, vi a una anciana china ponerse blanca como el marfil y dejarse caer de rodillas para poner enseguida la frente contra el piso pidiendo, a viva voz casi gritando y con sonidos lastimosos, que disculpara su arrogancia, que no sabía, que perdonara a su familia y no sé qué otras cosas más porque dejé de escucharla, le pedí a Chao que le dijera a varios que también se habían echado al suelo imitando a la anciana que se levantaran y yo me acerqué y la levanté tomándola de las axilas, parecía un trapito en mis manos.

Chao le pidió privacidad para conversar y que acercara a la conversación a los miembros más antiguos y a algunos jóvenes.  Con un par de golpes de palmas y cuatro gritos reunió en un cuarto interior y sin ventanas a casi veinticinco personas entre hombres y mujeres.  Pregunté si todos eran parte de la familia, dijeron todos que sí y efectivamente y tras mirarlos sus pensamientos me lo corroboraron, le pedí a Tai , tal como la vez anterior que cerrara y trabara las puertas, éste lo hizo sin discutir ante la cara interrogante de Chao .

Luego de esto y cuando Tai me avisó por el intercomunicador que estaba todo bien, me saqué la campera y la camisa.  Cuando el oso apareció hubo una especie de desbande generalizado, salvo con los ancianos que se inclinaron rápidamente.  Convertido y todo, casi largo la carcajada porque el primero que cayó de culo al suelo fue Chao y se movía hacia atrás arrastrando las nalgas y ayudándose con las manos, con los ojos y la boca completamente abiertos, al chocar su espalda en la pared se giró y clavó la frente en el suelo, todo duró un poco más de treinta segundos y ya normal le grité a Chao para que les dijera que se quedaran tranquilos, no le salían las palabras y debí aplaudir un par de veces para que se despabilara.

Luego del pedido de éste, algunos se acercaron a ayudar a dos mujeres y a un joven desmayados y a otra que tenía un ataque de nervios y rasguñaba las paredes sin emitir palabras, me reía interiormente por esto, descubriendo un sadismo que desconocía en mí.  Cinco o seis de los más viejos seguían en el piso y los ayudé uno por uno a incorporarse, ya con la ropa puesta y recordándole a todos que nadie que no fuera de la familia podría enterarse de esto porque yo lo sabría y tomaría represalias con el infidente y con el que lo supiera, le pedí a Tai que abriera.

El custodio ingresó y fue el que tuvo que traducir porque Chao no podía salir de su asombro y lo mandé a tomar algo fresco.  Quedaron como diez personas con nosotros dos y le pregunté a la anciana qué había pasado con el Jefe, ésta me contestó que había ido a ver al Jefe de la TRIADA muy enojado y ya no había regresado.

Lo miré a Tai y me hizo una seña para que lo dijera, entonces le tomé las manos a la china y le dije que ya no regresaría, que lo habían asesinado y que ese hombre tendría que responder ante mí por eso. Tai lo tradujo tal cual y hubo lágrimas y lamentos con gritos destemplados en varios de ellos pero no en la anciana que me pidió como favor que tratara de traer el cuerpo del hijo.

Le contesté que averiguaría que había pasado con él y si estaba se lo traería yo mismo o le ayudaría a buscarlo.  Le pregunté luego si ella estaría en condiciones de asumir el liderazgo y todas las obligaciones, me contestó que ya había pasado su tiempo pero una de las sobrinas estaba más que capacitada para ello pues conocía los negocios, había estudiado y tenía la suficiente autoridad, le pedí que me la mostrara aunque ya la había individualizado por sus pensamientos, incluso la había mirado fijamente, era una mujer que andaría en los 45 años, bastante agradable por cierto.

Se me presentó con una profunda reverencia y pregunté, siempre por intermedio de Tai , si alguno tenía dudas para que ella fuera nombrada, no hubo ningún pensamiento en contra y se alegraron por ello.  Le pedí lo mismo que a todas las familias, nada de castigos indiscriminados pero tampoco permisividades.

Dejamos los números de teléfonos para que me llamaran ante la más pequeña duda para actuar con algún problema o con algún miembro díscolo y les aseguré que nadie más los molestaría, haciendo hincapié en que deberían dejar de lado a los matones en la puerta, no quise que me explicara el por qué de estos allí ubicados, ya lo sabía.  Ahora quedaba ir a la reunión y encargarme del Jefe de la TRIADA .

Llegamos con tiempo al restaurant, lleno de ornamentaciones chinas, muy lujoso y ocupaba casi un cuarto de manzana o más con una entrada ostentosa simulando un arco chino.  Las chicas y los muchachos estacionaron alejados y se acercaron al lugar caminando, conversando y riendo como si fueran “normales” y no dejaron de notar, en realidad las notamos todos, a unas cinco camionetas negras enormes y deducimos que “ellos” ya habían llegado.

Tai , Chao y yo dimos un par de vueltas para volver y estacionar luego en un lugar al frente y reservado para nosotros.  Nos atendió, con toda la amabilidad del caso y con reverencias a Tai y Chao , a mí apenas y como para cumplir, un hombre chino, posiblemente el dueño o encargado del lugar porque se me hacía que el establecimiento era de LA TRIADA local, nos pidió en chino dirigiéndose a Chao que lo siguiéramos.

Luego de trasponer casi todo el local, entramos en una habitación en que se encontraban tres chinos elegantemente vestidos al estilo “americano” y con gafas de sol (jajaja, ni ahí que eran custodios) , uno sentado y los otros parados frente a un pequeño bar detrás de cuyo mostrador había un camarero, saludamos inclinando un poco la cabeza y continuamos hasta otra habitación.

Allí había una mesa ricamente servida y tres hombres sentados, uno en la cabecera y otros dos a sus costados.  Los dos de los costados, uno alto y delgado muy bien vestido y el otro indudablemente el custodio del jefe, se levantaron de inmediato al nosotros entrar, el jefe, de más o menos 1,70 metros y tirando a rollizo y con ojos de mirada huidiza y traicionera, lo hizo como reticente, como si no le gustara lo que estaba haciendo.

Al costado de la mesa una gran pantalla plana nos mostraba a dos hombres chinos de mucha más edad, uno de ellos bastante anciano y con ojos muy vivaces e inquietos, el otro era el segundo al mando de, digamos LA TRIADA madre, saludé a ambos con una inclinación de cabeza, ellos respondieron del mismo modo porque les había dicho Chao que no hicieran ostentación con las reverencias o el saludo pues yo sería un simple Empresario.

El jefe local me indicó que me sentara y habló en Inglés, le pedí que por favor lo hiciera en chino para que pudieran traducirme, salvo Chao que lo sabía, nadie tenía porque enterarse que yo los entendía.  Ellos se sentaron, yo no llegué a hacerlo.

  • Bueno, hablaré en chino y sea preciso y concreto, la reunión es a pedido del anciano jefe pero yo no tengo que ver con ningún negocio de ningún Empresario.
  • Seré concreto y quédese tranquilo, no vengo a proponerle ningún negocio, quisiera que me explicara por qué mandó a incendiar uno de los restaurant y tres camiones de la familia “xxxx” para cobrarles cuando sabe que no deben ser molestados.  También me gustaría saber quién mató al Jefe de esa familia, que hizo con el cuerpo y por qué le miente a su Jefe tan abiertamente afectando absolutamente su honor ante mí.

No bien Chao tradujo rápidamente todo lo dicho, la habitación se convirtió en una especie de caos y tanto los dos de la pantalla como el Jefe local y el otro comenzaron a gritar, le avisé en español a Tai , “ese es tu hombre” , éste pegó un salto como un felino y le aplicó al custodio un golpe en la nuca que lo desmayó en el acto pero no lo dejó caer, lo mantuvo pegado a su pecho sujetándolo con un brazo sobre su cuello, empujé con un manotazo en el pecho al segundo jefe local que quedó aturdido y sentado en el suelo junto a una pared, continuando el movimiento del brazo tomé al jefe local con una mano ubicada entre su cuello y su hombro y lo inmovilicé.  Como ya me había sucedido con otros, podía mirar pero no podía moverse ni un ápice.

Le grité a Chao que les pidiera a los de la pantalla que se callaran, miraran y escucharan.  La voz le salió medio aflautada pero los dos chinos se callaron al instante y se quedaron mirándonos. “Ese hombre es quien asesino al Jefe de la Familia que yo protejo y eso no debo permitirlo” , señalándolo le pedí a Tai que procediera y, ante los ojos atónitos de todos los demás, le quebró el cuello haciéndole girar la cabeza hasta prácticamente mirarlo de frente a los ojos, el sonido fue espeluznante.

La fuerza que aplicó con su mano sosteniendo su quijada fue brutal y creo que la cabeza no giró completamente porque chocó con el hombro contrario de mi custodio, luego dejó deslizar el cuerpo hasta el piso como si fuera un trapo.  El que estaba en el suelo del otro lado de la mesa no llegó a intervenir para nada, el grito del Jefe máximo pidiéndole que se quedara quieto lo dejó estático.  El que yo tenía inmovilizado abrió grandes los ojos pensando en el lugar dónde estaba enterrado el cuerpo del Jefe de familia y preguntándose quién era yo…

  • Yo soy el “Portador” y junto con el YAOGUAI vas a comprobar lo que les pasa a quienes me desobedecen y no creen en mí o se ríen de mi existencia.

Comencé a secarlo ante los ojos de todos y no lo hice de manera rápida como lo había hecho anteriormente, lo sequé haciendo que se notara en su rostro la descomposición que sufría y como lo iban ganando las arrugas y el encogimiento.  Los dos chinos de la pantalla se sentaron abruptamente y “occidentalizaron” sus ojos, parecían redondos de la sorpresa, tan redondos como sus bocas abiertas sin emitir palabras, Chao que comenzó mirando tapó su cabeza con las dos manos y apoyó la frente sobre la mesa, el segundo jefe local, primero se agarró la cabeza y acabó haciendo una reverencia apoyando la cara contra el piso.

Ya habían visto lo suficiente y apuré el “trámite” secándolo rápido y dejándolo caer a mis pies.  Una vez hecho esto me senté, le pedí al segundo que se levantara y me dirigí al Jefe máximo en China pidiéndole disculpas por lo que había tenido que ver y por la decisión que había tomado pero, sin lugar a dudas tenía que tomarse y debía ser por mi mano, independientemente de que, sin que nadie pudiera interceder, el castigo aún no había terminado.

El chino lo entendió perfectamente al traducirle pero no podía decir ni una palabra, ya no era sorpresa, el terror lo dominaba.  Levanté la voz para decirle que yo ya me tenía que retirar y que él debía arbitrar los medios para que pudiera salir del lugar sin inconvenientes.  Allí pareció reaccionar y nombró al segundo jefe como principal para esa zona, el mismo, aparte de los agradecimientos al hombre de Hong Kong llamó a los hombres que estaban en el cuarto aledaño e hizo que se presentaran ante el Jefe máximo quien les transmitió las “novedades” .

Me despedí de todos ellos con las reverencias del caso y salimos de allí caminando tan tranquilos como habíamos entrado, bueno, en realidad Tai lo tuvo que ayudar un poco a Chao porque las piernas no le respondían mucho que digamos.  Las chicas y los muchachos estaban atentos, se levantaron de sus lugares y nos siguieron, nadie intentó cobrarles lo consumido.

El próximo paso era volver a la casa de la Familia para decirle a la nueva Jefa y a mujer anciana dónde estaba enterrado el cuerpo de su hijo.  Resultó que era una bodega abandonada cerca de los muelles y ella mandó a varios de los jóvenes que allí estaban a desenterrarlo y traerlo.  Ya tenían mi número de teléfono pero dije que sólo estaría hasta pasado mañana.

Regresamos al hotel aproximadamente a las tres de la tarde, salvo Chao que se fue a la habitación acompañado de la sonrisa socarrona de Tai , todos los demás nos fuimos al comedor dónde se armó una mesa a nuestro pedido y almorzamos como si fuera el último día, rodeados de tranquilidad y del lujo del lugar.

Cuando estábamos por el café aparecieron Cielo, Gisela y Azul-la azafata se había “pegado” a estas dos- , venían alborotadas, con las ventajas del dominio del idioma que tenía Azul , habían pedido un taxi que las llevó hasta el lugar donde habían estado las famosas Torres Gemelas , allí, según nos contaba Gisela , se había erigido el nuevo edificio, el New World Trade Center de casi 550 metros de altura y una enormes piscinas que recordaban el lugar donde estuvieron las torres emplazadas.

Gisela no quiso subir al observatorio del nuevo edificio por cuyos enormes ventanales se puede ver toda la ciudad y aledaños, porque entendía que debíamos ir todos juntos y eso fue algo que me agradó, es más atendiendo a que la reunión que tenía agendada Chao con los directivos de una de las empresas era a las once de la mañana, los liberaba a todos con la condición de la disponibilidad plena a las diez de la mañana del día siguiente.

Yo no era muy amigo de estar recorriendo lugares turísticos o confraternizar en bares o mirar vidrieras, con recorrer uno o dos lugares me daba por “bien pagado” , de última, aunque no lo decía, contaba con una enorme ventaja que los demás no tenían, si algo me quedaba por mirar o visitar, podría volver cuando quisiera, tiempo y dinero me sobraban para eso y más.

Los pensamientos de todos me hacían saber que la posibilidad de salir solos o en grupos les gustaba y querían disfrutarlo.  Ni siquiera tenían que pedir dinero para ello, los viáticos diarios para cada uno, salvo la tripulación, eran de 2.000 Dólares y ya se los había entregado Chao multiplicados por los días que nosotros estimábamos que íbamos a estar.  Yo fui el primero en levantarme diciéndoles que me iba a dormir una buena siesta y que después, iba a ir a dar unas vueltas en taxi por distintos lugares. Tai amagó a decir algo y bastó una seña para que no continuara, sabía que no tenía nada que temer.

Cielo no decía nada pero, me sorprendieron sus pensamientos, “si podemos escaparnos de todos ellos, en una o dos horas lo venimos a despertar y aprovechamos a quedarnos un poco más junto a él.  Cada vez le tengo más ganas y no quiero esperar más, la experiencia con Gisela va a resultar alucinante, me mojo toda de sólo pensarlo” .  Ni que decir que las ganas se despertaron al instante y subí al ascensor haciéndome la “película” e imaginando a esos dos esculturales cuerpos desnudos, en mi cama y a disposición de lo que los tres quisiéramos hacer…

Continuará… Por favor, valoren y comenten, GUILLEOS1 se los agradece.