El curso

Dos amigos deben dar una conferencia a unos universitarios y allí conocen a unas alumnas.

EL CURSO.

Cuando se levantó vio que Silvia no debía haber llegado muy fina. Su disfraz de enfermera estaba tirado de cualquier manera en un rincón de la habitación.

Después de ducharse desayunó y salio de casa para dirigirse al aeropuerto donde debía encontrarse con su compañero Juanma. Allí tomaron un vuelo que les llevó a Barcelona donde asistirían a la universidad para dar unos cursos de informática en los que su empresa participaba.

Junto con el rector, y los distintos jefes de departamentos, los monitores compartían una mesa rectangular en un pequeño estrado en un aula magna cuyo aforo semicircular se levantaba diez filas.

“Bueno yo soy Luis Miguel González y como ha dicho Nicolás voy a ser el monitor de informática durante estos tres días”

Al sentarse Juanma le pasó un pequeño trozo de papel:

“Vaya como están las niñas de la primera fila”

Justo frente a ellos estaban sentadas tres chicas que cursaban su tercer año en la carrera de periodismo y se habían matriculado al curso Tecnología e información, para cubrir los créditos de libre configuración. Las tres pertenecían al negociado de alumnos que a su vez había sido el encargado de proporcionar estos cursos. Vero era alta, castaña con los ojos marrones. Era la más parada. Natalia era un bombón, una rubia de ojazos azules y pinta de saber “latín”. Por último, Laura era una preciosa morena de pelo corto piernas increíbles y un punto Cleopatra. Las mataba callando:

-Uf, vaya como está el Juanma ese, ¿no? -comentó Vero a sus amigas.

-Ya te digo, para hacerle un favor -contestó Natalia.

-Pues a mí me da más morbo Luis -dijo Laura mirando al monitor.

-Tampoco está nada mal -asintió de nuevo la rubia.

Al acabar la presentación del curso los dos compañeros salieron al porche de la entrada a fumar. Juanma le hizo señas a Luismi quién giró disimuladamente. Se les acercaban Cleopatra y su séquito. Hubo un cruce de miradas entre todos y sonrisas antes de la despedida:

-Hasta la tarde.

Las siguieron con las miradas. Vero y Natalia subieron a un Clio rojo, mientras a Laura la esperaba su novio en un A4 azul. El tipo era le típico “ciclado” de gimnasio salido de HMYV:

-Vaya la rubia como está, joder. Y mira pidiendo guerra -comentó Juanma mientras veía como se iba el coche rojo.

-Pues la Laura también mira sin complejos -apuntó Luismi.

El curso duraría dos días y medio en horario de mañana y tarde. Había matriculados veinticinco alumnos de la Facultad de Periodismo. La mayoría chicas entre las que destacaban éste trío.

Durante el curso los acercamientos entre el grupo de amigas y los dos monitores fueron constantes. Cada vez que había un descanso para fumar acababan los cinco hablando. Una de las veces en que Laura pidió fuego a Luismi le pasó sus generosas tetas por el brazo en señal inequívoca de que quería guerra.

El martes fue el primer día del curso, por la mañana había sido la presentación y por la tarde empezaron las clases. Laura se preocupó en llegar pronto y coger la primera fila. Desde la presentación se había quedado pillada con el monitor de informática. Le resultaba muy morboso. Rondaba los cuarenta años, bastante mayor que ella que tenía veintiuno. Aunque sin estar tan bueno como su compañero Juanma la atracción que sentía aumentaba por momentos.

Aquella noche le dio varias excusas a Iván, su novio, para no quedar con él. No tenía ganas de que se la metiera. Solo pensaba en Luis Miguel.

Tras meterse en la cama, su excitación era máxima y no pudo resistirse a hacerse una magnifica paja pensando en él. Después de acariciarse su velludo coño comenzó a imaginarse como sería un polvo con su monitor.

Ella iría a su despacho a pedir una revisión de examen. Vestiría en plan provocativa con minifalda y escote. Luis Miguel se haría el duro, entonces ella se le insinuaría. Se pondría de rodillas frente a él y empezaría a cogerle el paquete. Tras abrir la cremallera sacaría una enorme polla, mucho más grande que la de su novio, y empezaría a pegarle una mamada. Después de un rato su monitor le ordenaría que parara y que se pusiera de pie.

Luego dándole la vuelta la inclinaría sobre la mesa al tiempo que le levantaría la falda y la penetraría violentamente sujetándole los brazos en su espalda. Ella gritaría de gusto y excitación mientras Luis Miguel la insultaría y le ordenaría callar.

De repente su dedo aceleraba la fricción sobre su clítoris para terminar en un fenomenal orgasmo. Notando como su flujo vaginal lo inundaba todo descendiendo hasta su raja del culo.

Durante los dos días siguientes, el juego de miraditas y comentarios de doble sentido siguió dando mucho juego entre los cinco. La noche del jueves decidieron que era un buen día para salir a tomar unas copas ya que al día siguiente sería la clausura del curso.

El grupo final que se apuntó a salir de copas lo conformaban unas doce personas. Los tres monitores, los tres únicos chicos matriculados y seis chicas. Por supuesto el grupo de Cleopatra encabezaba la delegación.

Tras la cena a base de tapeo empezaron las primeras deserciones. Nicolás el monitor mayor y jefe de los dos amigos en la empresa abrió la veda, le siguieron varias chicas y un par de chicos. De manera que tres horas después se encontraban en un bar de copas bailando, las tres chicas y los monitores más uno de los alumnos.

Entre baile y baile se acercaban a la barra a pedir y fue aquí donde se hicieron las parejas. Vero y Oriol, uno de los alumnos, llevaban conectando muy bien todo el curso y ahora estaban enrollados a punto de dejar el grupo reducido a cuatro miembros.

Entre la conversación, los monitores se enteraron que ambas alumnas tenían novios. Laura salía con Iván el musculitos del AUDI, mientras que Natalia salía con Patrick un francés que hacía “teleco” en Madrid.

Pero pese a estar emparejados no querían desperdiciar ninguna oportunidad de pasarlo bien, así que tras varias rondas de alcohol los cuatro decidieron seguir bebiendo en la habitación del hotel donde estaban hospedados los chicos.

Cogieron un taxi que les llevó al hotel. Una vez dentro de la habitación doble que compartían los monitores se acomodaron y Juanma puso unas copas. Guardaba una botella de whisky y refrescos. Continuaron riéndose y se formaron las parejas. Juanma con Natalia y Luismi con Laura.

Ya no reían, estaban morreándose los cuatro al tiempo que comenzaban a desnudarse mutuamente. Cada pareja tumbada en una cama.

Juanama miraba al techo mientras Natalia se esforzaba en quitarle la camiseta y descubrir el cuerpazo que la había tenido excitada desde el primer día de curso. En la otra cama era Laura la que se dejaba besar y desnudar por el otro monitor. De repente se oyó un grito de exclamación en la otra cama. Al mirar vieron que Natalia sostenía el impresionante miembro de Juanma:

-Que cacho de polla -dijo Natalia impresionada antes de llevar su boca hasta ella y tratar de engullirla.

Laura permanecía tumbada en la cama, ya sin ropa interior disfrutando de una comida de coño que le daba Luismi. Ella solo gemía al tiempo que el chico se afanaba en abrirse paso con la lengua en la espesa mata de pelo negro. Ésta visión le producía excitación. Hacía mucho que no veía un sexo tan cubierto. Su novia lo llevaba rasurado y Genia no tenía tanta cantidad.

Laura se corrió en la boca de Luismi con un grito ahogado por las manos sobre su boca.

En la otra cama, Natalia se dejaba llevar por el desenfreno. Cabalgaba sobre la polla de Juanma acariciándose las tetas blancas de pezón prominente. Su montura acariciaba todo su cuerpo:

-Aaahhh, diooss, siiii.... -disfrutaba la rubia de la profunda penetración.

-Vamos tía no pares de moverte. -La animaba Juanma.

-Dios que grande, joder.

Luismi estaba ahora de pie al final de la cama y tenía a Laura cogida por la cadera. Ésta estaba a cuatro patas recibiendo las terribles embestidas de la polla de su monitor que no resultaba ser tan grande como en su fantasía. Él aceleraba el ritmo y ella gritaba hundiendo la cara contra el colchón:

-Pero no te calles, grita joder... -le pedía el hombre. Cosa que la chica no hacía.

Tras unos minutos de bombeo Luismi se iba a correr y ahora le tiró del pelo a la chica para que levantara la cabeza. Ella al verse sometida y notando la polla de él tan adentro no se contuvo más y comenzó a gritar al tiempo que su monitor se corría dentro de su coño.

En la otra cama Natalia recibía los últimos empujones de la enorme verga de Juanma. El hombre estaba sobre ella que permanecía tumbada boca abajo y haciéndose una paja, lo que les llevó al orgasmo juntos.

Tras unos minutos de relajación en que fumaron y bebieron los cuatro desnudos, las parejas se intercambiaron.

Laura estaba recibiendo la verga de Juanma mirando al techo. El hombre apoyado en sus brazos empujaba contra su vagina. La chica abrazada a él y con las piernas abiertas gritaba y alababa el tamaño del miembro del monitor con cada embestida. Sus impresionantes tetas morenas se mecían al compás del empuje.

En el otro extremo de la habitación Natalia recibía un duro castigo anal por parte de Luismi. Ella estaba de pie contra la pared mientras él se esforzaba en dilatar aquél ano con su gruesa polla. Los gritos de ella delataban tanto el desgarro anal que le estaba produciendo como la excitación que le producía la situación. No lo pudo aguantar y comenzó a masturbarse al tiempo que estaba siendo enculada llegando rápidamente al orgasmo. Los gritos de placer de ella aceleraron la eyaculación de Luismi en el interior de los intestinos.

Por su parte, los movimientos rápidos de Juanma estaban llevando a Laura a la locura y justo antes de correrse dentro se la sacó y se masturbó sobre la chica, regando con esperma caliente el precioso cuerpo moreno de la joven.

La imagen final de la orgía dejaba a Natalia en un rincón arrodillada frente a la pared mientras de su culo aún salían restos de semen de Luismi. Su orgasmo había hecho que sus piernas se doblasen.

El monitor descansaba en un pequeño sillón del esfuerzo por el castigo infringido a la chica con la polla semi erecta y aún con restos de la batalla.

En la cama de al lado, Laura reposaba con los ojos cerrados y restos de semen por todo su cuerpo, desde el ombligo hasta las tetas.

Juanma tirado en el suelo con su desproporcionada polla todavía erecta.

A la mañana siguiente, en la clausura del curso los cuatro aparecieron más cansados que de costumbre y es que casi no habían dormido.

Sobre las cinco de la mañana las chicas abandonaron el hotel y a las nueve de la mañana comenzaba el curso.

Al final se despidieron los cuatro en el porche del aula magna de la Facultad de Periodismo. Allí, a ellas, les esperaban sus respectivos novios. Los monitores se miraron y sonrieron antes de salir con destino al aeropuerto.