El cumpleaños de Victoria (1)

Es un relato plagado de sadismo extremo, ejercido por esta poderosa y maravillosa mujer junto a sus inseparables camaradas del Club Sado, por el mero placer de ejercer el mal por el mal.

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El cumpleaños de Victoria

Este relato, dividido en dos partes, es uno más de la serie que empezó con la "Sádica Orgía de Victoria" y "El adiestramiento de Rudolf".

Victoria, la cruel protagonista de la historia, personifica en si misma a los siete pecados capitales de la Biblia, pero a diferencia de las historias del libro sagrado, donde el mal es vencido. Aquí, es Victoria la que se alza triunfante ejerciendo una fatal atracción, fascinación y seducción sobre el lado más oscuro del alma humana.

Es un relato plagado de sadismo extremo, ejercido por esta poderosa y maravillosa mujer junto a sus inseparables camaradas del Club Sado, por el mero placer de ejercer el mal por el mal.

El relato continua explicado por el fiel mayordomo de la Archiduquesa.

En la fastuosa y sádica orgía celebrada en su mansión de Madrid, Victoria había experimentado intensos e increíbles placeres torturando salvajemente hasta la muerte a algunos de sus esclavos y esclavas. Se había excitado de lleno con el terror infundido a sus víctimas.

Era una agradable sensación de supremo gozo que estaba dispuesta a repetir, ¿y que mejor fecha que el día en que cumpliría sus veinticinco añitos?.

Faltaba para ello aun largos meses, los suficientes para preparar una macro fiesta en donde pudiera dar rinda suelta a sus mas perversos y crueles instintos.

De hecho, no hacia mucho que la Señorita había celebrado junto a su amado y en la más estricta intimidad su veinte cuatro aniversario; pero los veinte cinco era diferente, los quería celebrar a lo grande, como se merece una efeméride de esta índole.

En su mente empezaron a tejerse malvadas y sádicas ideas. Yo mismo fui testigo de algunas de ellas cuando de sus hermosos labios pude escuchar como se las contaba al Príncipe Hans. Ideas, que hacían estremecer de espeluznantes y horribles.

Pensando en ello su sexo se mojo, sintió una agradable cosquilleo y una placentera sensación recorría su divino cuerpo.

Llamo entonces a Chuani.

¡Adórame!. ¡Perra!.

Mientras Chuani recorría con su lengua las maravillosas nalgas de Victoria, esta se excitaba el sexo masajeándolo con sus dedos.

Una vez humedecidos los daba a lamer a su esclava que se los chupaba enteramente metiéndoselos hasta el fondo de su garganta.

¡Esclava! ¡Acércame mi consolador!.

La china, como a veces la llamaba despectivamente Victoria, le trajo una cajita de plata en el interior de la cual había el exclusivo y lujoso consolador de la Señora.

Hans asistía fogoso a la provocadora escena. Hasta que contemplando la sensual belleza de Victoria se excito de lleno y empezó a masturbarse.

Vikky lo observaba con una excitante expresión de pasión y placer. Se introducía lentamente el esplendoroso vibrador en su precioso clítoris hasta que exploto en un intenso orgasmo.

Cuando se hubo corrido, Victoria presiono con fuerza la cabeza de Chuani contra su coño y orino en su boca.

Luego la arrastro hasta obligarla a tragar la polla del Príncipe que se corrió también en la boca de Chuani.

Aunque un ejército de guardaespaldas impedía a los curiosos fisgar en su vida privada. Su extraordinaria belleza, juventud y el hecho de encontrarse entre las diez mayores fortunas del planeta, hacían de Ella un blanco perfecto para los paparazzis y las revistas de moda.

Así que para celebrar su cumpleaños con tranquilidad tendría que buscar un lugar escondido de los objetivos de las cámaras fotográficas y de los periodistas.

Y que mejor lugar para tal fin que un remoto país en África Oriental donde la explotación de los recursos naturales y de las materias primas, entre ellas importantes minas de diamantes, cobalto, platino y uranio, así como las escasas industrias y las grandes plantaciones agrícolas obran en su poder.

Se podría afirmar que Victoria es la dueña absoluta de este país.

Para seguir manteniendo sus privilegios, la Archiduquesa financia y mantiene a una férrea dictadura militar encabezada por un corrupto y sanguinario coronel que obedece ciegamente los designios que ella le da a través de sus emisarios o ejecutivos.

Todo y las precarias condiciones en que trabajan los obreros de sus empresas se les pueden considerar unos privilegiados, ellos aun pueden llevar un mísero jornal a sus casas. Al contrario que la inmensa mayoría de la población, que vive en la más absoluta de las miserias en un país donde la esperanza de vida es de las más bajas del mundo.

Las infraestructuras sanitarias y educacionales son casi inexistentes, mientras el ejército es uno de los más bien pagados, armados y poderosos de la zona.

A principios del siglo XX el país era una colonia Alemana donde la aristócrata familia de la Archiduquesa poseía grandes extensiones de tierra, que les fueron arrebatadas en el proceso de descolonización de África.

Victoria siempre deseo recuperar las posesiones despojadas a su familia que consideraba un injusto expolio por parte de los gobiernos independentistas.

La Archiduquesa decidió trasladase y con ella todo su sequito de criados y esclavos, incluido su perro Rudolf, que por supuesto viajo encerrado en una pequeña jaula, a la fabulosa mansión que posee en Miami Beach para centrar desde allí las actuaciones preparatorias de su fastuoso cumpleaños.

Así que hizo llamar de inmediato a sus dos mejores mentores en África Oriental. Una especie de embajadores en los países en que la Archiduquesa posee negocios, ellos son los verdaderos encargados de velar por sus intereses.

Agresivos e influyentes ejecutivos, profesan hacia Victoria una verdadera devoción. Son sus esclavos de clase alta.

Bajo las órdenes de estos Directores Generales se encuentran otro numeroso grupo de ejecutivos medios encargados de ejecutar los mandatos de sus superiores.

Competitivos natos, Victoria incita y alienta rivalidades entre ellos, deja que se devoren, que compitan a ver cual le puede ofrecer mas riquezas, mas poder.

En esta carrera sin límites algunos han llegado a recaudar verdaderas fortunas en negocios tan poco claros como el tráfico de armas o de estupefacientes. Pero la Archiduquesa carece de escrúpulos y poco le importa la procedencia de su riqueza.

Juntos forman una especie de Consejo de Administración a escala mundial que mueve los hilos de la economía planetaria.

Sus compañías gestionan una gran parte de los recursos naturales y energéticos. Mueven grandes cantidades de dinero en las bolsas de todo el mundo, condicionando incluso decisiones gubernamentales de los países más poderosos.

Elegantemente vestidos con impecables trajes oscuros, dos atractivos señores, uno de mediana edad y otro mas joven, avanzaron por los suntuosos salones de la mansión de la Archiduquesa.

Victoria estaba inmersa en una fabulosa y espaciosa bañera ovalada dándose un calido baño de espuma, rodeada de agradables perfumes y de velas aromáticas. Chuani, vistiendo uniforme de doncella, permanecía inmóvil a su lado.

Entré en el baño y agachando la cabeza como de costumbre, anuncie:

¡Alteza!. Dos caballeros solicitan su audiencia.

¡Hazlos pasar inmediatamente!.

La Señora, sin ni siquiera inmutarse por su desnudez medianamente tapada por la espuma, siguió relajada y tranquila, tumbada en el baño saboreando una larga copa de champaña.

¡Buenos días Excelencia!.

La Archiduquesa, sin mediar palabra, estiro majestuosamente su brazo dando a besar su perfecta mano derecha acabada en unos finos dedos coronados de largas uñas pintadas de rojo carmín y adornados de hermosos anillos de oro y piedras preciosas.

Los apuestos ejecutivos doblaron su cintura y besaron respetuosamente la mano de su Diosa.

¡A Sus pies Divina Majestad!. Rezo uno de los atractivos directivos al tiempo que se inclinaba hasta el suelo para homenajearla besándole los pies.

Sonriendo bellamente por las muestras de sumisión, Victoria arqueo silenciosamente su maravilloso pie donde luce un tatuaje con la imagen de un scorpió, símbolo de su signo zodiacal y un pequeño anillo en el dedo anular. Sacándolo de la bañera dejo adorarse por aquellos apuestos caballeros.

Richard, el más joven de los dos, se metía los hermosos deditos del pie de la Archiduquesa en su boca y lamía con pasión entre medio de ellos.

Mientras que Robert, el más maduro, pasaba la lengua por el suave talón y el tobillo adornado con una fina cadenita de brillantes.

¡Basta ya!. Ordeno Victoria.

¡Tomad asiento!.

¡Mayordomo!. ¡Sírvanos un aperitivo!.

Entre su doncella y yo nos dispusimos a servirles unos canapés de caviar y unas copas de champaña.

He ordenado vuestra presencia ante mí, para comunicaros que he tomado la decisión de confiar en ustedes una misión muy. Pero que muy especial. La organización de la conmemoración de mi veinte cinco aniversario.

Supongo que no hace falta decir cual de importante y prioritario es este evento ¿verdad?.

La Archiduquesa expuso detalladamente sus sádicos planes para celebrar pomposamente su aniversario.

Deseo que las celebraciones giren entorno al imperio romano y sus crueles espectáculos en el anfiteatro. ¡Siempre me ha fascinado el tema!. Seguidamente sonrió malévolamente.

¡Quiero un espectáculo que sirva para enaltecer mi endiosada persona!.

¡Pero Alteza!. Para ello se necesitaran muchos esclavos dispuestos a sacrificarse. Dijo Richard.

Jajajajajajajajajajajajajaja. ¡Por supuesto!. Pero para esto os tengo a vosotros. Para que hagáis realidad mis deseos. ¿No?

Le habría sido fácil dotarse de presos políticos o disidentes que llenaban las cárceles del país y que el sanguinario Dictador se los hubiera entregado con mucho gusto.

Pero a la Archiduquesa le daba mas morbo que hubiera entrega y sumisión hacia ella.

¡Excelencia!. Dijo uno de sus galantes y fieles ejecutivos.

Podríamos crear una secta con el fin de captar adeptos para llevar a cabo sus planes.

¡Bien¡. ¡Apruebo su propuesta!. ¡Perfecto Robert!.

El plan pasaba por recuperar el palacio de estilo neoclásico que había pertenecido a su familia en tiempos del II Reich y que ahora se encontraba en un estado de abandono y deterioro absoluto. La situación de la mansión lo convertía en el sitio perfecto para celebrar su fiesta alejada de toda mirada ajena.

Deseo que se reconstruya el palacio lo más fiel posible a su estructura original. Pero dotado de la modernidad, lujo y comodidades propias del rango que me caracteriza.

A medida que la conversación avanzaba y sus despiadadas ideas iban tomando forma, Victoria se iba poniendo cada vez más y más cachonda.

Su lengua mojaba sugerentemente sus carnosos y brillantes labios.

¡Que hermosura!

¿Quién en aquellos momentos hubiera podido resistirse a sus sádicos caprichos?.

Espontáneamente las manos de los dos mentores se deslizaron por encima de sus pantalones hasta manosear sus abultados penes.

Entre gemidos y jadeos de placer, Victoria se masajeaba delicadamente su clítoris.

Entonces reposo encima de la bragueta de uno de sus adictos ejecutivos la planta de su maravilloso pie y fijo en él su lujuriosa mirada llena de deseo.

El ejecutivo dejo salir del pantalón su aprisionado miembro. Victoria iba deslizando lentamente su pie encima de él con suaves movimientos rotatorios.

¡Por favor! ¡Mi Ama!. ¡Tengo esposa e hijos!.

Jajajajajajajajajaja, y a mi que me importa tu esposa e hijos. En tu inmunda vida lo único que debe importarte es mi coño si es que de verdad quieres a tu mujer y a tus hijos. Jajajajajajajajajajaja.

Así que….., ¡Dame placer! ¡Estupido!.

La suave y aromatizada espuma se deslizaba por la brillante, bronceada y húmeda piel de la Archiduquesa, que alzada ahora de pie, apoyaba una de sus hermosas piernas en el exterior de la bañera facilitando que la lengua de su ejecutivo recorriera todo su mojado coño.

Ya algo mas relajada, una vez se hubo corrido en la boca de su fiel ejecutivo, Victoria se dispuso a salir del baño.

En aquellos precisos instantes reptando por el suelo, hizo su aparición, después de una larga convalecencia Gao-Ly, su otra esclava personal. Su desnudo cuerpo todavía mostraba las terribles cicatrices provocadas por los afilados tacones de la Archiduquesa durante aquella sádica orgía celebrada en Madrid.

Pero la consecuencia más nefasta para ella ha sido quedarse muda de por vida. Victoria le desgarro irremediablemente sus cuerdas bocales introduciendo sus largos stilettos en le garganta.

¡Llegas a tiempo perra!. ¡Calzame tus sandalias preferidas!. Victoria sonrió maliciosamente señalándole las lujosas sandalias con las que la había torturado brutalmente hacia unos meses.

Gao-Ly se puso a temblar, quizás temiendo que su Ama volviera a martirizarla con los afilados tacones.

Viendo la angustia de su esclava, Victoria se dispuso a pasar un buen rato con ella. La atormento introduciendo su fino taco de oro macizo en la boca. Pero esta vez no hubo consecuencias físicas sino tan solo sicológicas.

¡Chupa perra!, ¡Chupa mis tacos¡. Jajajajajajajajajajajajaja…Te traen agradables recuerdos ¿verdad?.

Gao-Ly succionaba el fino taco y lamía su larga extensión hasta el talón del delicado pie de su Diosa.

Chuani había envuelto el mojado cuerpo de su Ama con un suave albornoz blanco.

Durante la comida, entre risas y frivolidades sobre como debería ser la fiesta se ultimaron los detalles de la conmemoración.

Victoria agarro a Robert por la corbata y lo abordo con pasión dándole un morreo.

¿Tu también tienes esposa e hijos?.

¡Sí, Majestad!. Pero a mí, me da lo mismo.

Jajajajajajajaja. Así me gustan mis hombres, duros y sin perjurios.

Con un fuerte frenesí lo tumbo literalmente encima de la mesa, esparciendo por el suelo parte de su contenido. Desabrochándole el cinturón y bajándole los pantalones se lo follo allí mismo.

De una sacudida, Victoria arranco los botones de su blanca camisa para proceder luego a besar y lamer el rasurado torso de Robert.

Robert recorría con su lengua los erectos pezones de Victoria. Esta jadeaba complacida y tirando del canoso pelo de él lo morreo con pasión. La Archiduquesa se movía lentamente, saboreando el instante.

¿Te gusta ponerle los cuernos a tu mujer?. Sonrieron los dos con extremada maldad.

¡Me encanta mi Diosa!.

Victoria agarro entonces una vela encendida y se dedico a verter cera ardiente en el pecho de su prisionero mientras seguía moviéndose con pasión hasta que los dos alcanzaron unos violentos orgasmos.

Al acabar, Su Excelencia alargo a sus directivos unas copas vacías de champaña.

¡Arrodillaros ante mi!.

Los dos obedientes ejecutivos se postraron ante su Ama. Victoria, con una hermosa expresión de vicio, arrimo su preciosa vulva a las copas y las lleno con su lluvia dorada. Abriendo entonces las piernas y ligeramente de cuclillas termino de mear en el suelo.

Inmediatamente Chuani y Ly- Gao se aproximaron a cuatro patas para lamer los orines que su Diosa había salpicado en el pavimento.

Victoria mojo la suela de su zapatilla en el charco de meados y levantando levemente la suela indicó a sus esclavas que se la limpiaran con la lengua.

¡Mayordomo!. ¿A que espera en llenar mi copa de cava?.

¡Brindemos por el éxito de la misión que les he encomendado!.

Espero no me defraudan y cuiden hasta el menor detalle.

Por supuesto yo no viajaré a África hasta que mi palacio no este completamente listo. No hay lugar alguno en este asqueroso país que reúna las condiciones suficientemente dignas para acoger a una Diosa como yo. Jajajajajajajajaja.

¡Queda bajo su responsabilidad los preparativos de MI conmemoración y espero sean una agradable sorpresa para MI!.

De lo contrario hago que les fusilen!. Jajajajajajajajajajajajajajajaja.

Ante las caras de asombro de sus ejecutivos. ¡Es broma!. Jajajajajajajaja.

Aun postrados de rodillas, Robert y Richard engulleron los exquisitos meados de Diosa Victoria y besándole los pies partieron hacia África aquella misma tarde.

Con la complicidad del régimen dictatorial a los hombres de Victoria les costo poco recuperar las tierras que antaño habían pertenecido a los Archiduques Von Kummer Haider.

El ejercito se encargo de desalojar a los pobres campesinos y ganaderos que habitaban aquellas tierras.

Siguiendo sus instrucciones se trabajo duro día y noche para terminar las obras con la mayor brevedad posible. Cumpliendo con todos los caprichos de la Archiduquesa, se doto al palacio de los lujos más asombrosos e inimaginables.

En las inmediatas cercanías de la mansión, Victoria dispuso que se construyera un pequeño anfiteatro romano destinado a ser el centro de las fastuosas fiestas conmemorativas de su aniversario.

Sus directivos en África Oriental crearon una secta con la finalidad de captar adeptos para poder llevar a cabo los sádicos planes de Diosa Victoria.

Durante unas semanas representantes de dicha secta visitaron aldeas y barrios humildes donde habitan las gentes más pobres y míseras del país.

Ofrecían, en nombre de Su Alteza la Archiduquesa, dinero suficiente para mantener a toda la familia el resto de sus vidas a cambio de que alguno o algunos de sus miembros ingresaran en la secta.

Esta propuesta, que parece del todo descabellada, no lo es en absoluto en un país en donde la mayoría de la población vive en la indigencia absoluta, hurgando día a día en las basuras para poder llevar algo de comer a sus vacíos estómagos y a los de sus hijos.

En poco tiempo consiguieron reunir a varios centenares de voluntarios.

Hombres y mujeres de todas las edades dispuestas a sacrificarse para que sus familias pudieran tener una vida mas digna. Incluso, en algún caso, eran familias enteras las que desesperadas y cansadas de vivir como ratas se entregaban completamente a la secta.

Para albergar a tan gran número de adeptos se acondiciono una especie de campamento aislado totalmente del resto de la sociedad.

Robert y Richard convertidos en dirigentes de la secta empezaron a aplicar sobre ellos, con el asesoramiento de incondicionales expertos, las técnicas mas sofisticadas de manipulación y control de la conducta. Utilizadas por sectas destructivas y basadas en la implantación de rígidas reglas sobre horas y modos de comer, dormir, lavarse, ir al baño etc

Privando a los residentes del sueño y del sentido del tiempo, se creaba en ellos desorientación y vulnerabilidad.

Se les despojo de las ropas y de los pocos utensilios que habían traído del exterior haciéndoles vestir uniformemente a todos con una especie de túnica blanca.

Con el fin de anularles completamente su personalidad se les rasuro la cabeza y el cuerpo entero, tanto a hombres como a mujeres, fuesen grandes o pequeños.

Se les prohibió tener relaciones privadas entre ellos, se destruyeron las individualidades mediante la denuncia ante el grupo de las debilidades, sentimientos y dudas de cada uno.

Tengo hambre, con lo que me dan no tengo suficiente. Le confeso Lucia, una mujer de mediana edad, a una compañera sectaria.

Al cabo de poco rato, Lucia era castigada sin comida durante tres días y una semana encerrada en una jaula al aire libre como ejemplo y objeto de burla entre los demás.

Se les imposibilito de reflexionar en soledad y de mantener relaciones sexuales sin permiso de los líderes, que eran quienes decidían según el comportamiento de cada cual si podían tener o no relaciones sexuales.

Todo y su ausencia, la Divina y Sagrada figura de Victoria era diariamente presente y venerada a todas horas y en todos los lugares del campamento, mediante gigantescas fotografías o proyecciones suyas donde aparecía Ella como la Líder Suprema e incuestionable.

Una vez destruidos todos los lazos, tanto físicos como emocionales con el mundo exterior, se inculco a los adeptos un sentimiento de culpabilidad, exagerando las faltas de la anterior vida y reforzando la lealtad y obediencia ciega a la autoridad Divina de los líderes, principalmente de Victoria.

Desalentaron toda crítica y se premiaba o castigaba alternativamente similares actos.

Hoy debemos felicitar a Obongo por su entrega y sacrificio en bien de nuestra comunidad, por el trabajo realizado en la dura tarea de cortar leña.

Obongo, un joven muchacho y como la mayoría de los residentes de raza negra. Felicitado por todos los demás a instancias de los Lideres de la secta.

Al cabo de unos pocos días. Richard, delante de toda la comunidad.

¡Obongo es un inútil!. ¡Un ser despreciable! al cual no debemos tomar como ejemplo y como castigo por su falta de entrega hacia nuestra comunidad debe ser castigado.

La totalidad de sectarios veía con buenos ojos que se castigará al muchacho y a actos similares.

Como correctivo. Dijo Richard. Permanecerás de rodillas con los brazos en cruz durante todo un día frente a una fotografía de nuestra Líder Suprema.

Así poco a poco los castigos tanto físicos como psíquicos iban siendo aplicados a los adeptos.

Los discípulos, convertidos ya en auténticos esclavos, acabaron aceptando ciegamente la jerarquía suprema de Su Diosa, renunciando a pasados valores y creencias.

Llegado ha este punto sus mentes se moldearon a las exigencias y caprichos de Su Líder Suprema e incuestionable.

Era ya noche oscura cuando en el campo "Diosa Victoria" como lo habían bautizado sus numerosos adeptos, esperaban ansiosos que su Líder Suprema les dirigiera unas palabras a través de un video conferencia.

Era la primera vez que Victoria se dirigía a ellos después de nueve largos meses de dura instrucción en el campo de la secta.

En el momento de la conexión una multitud de fervorosos fieles gritaron histéricos llenos de emoción por ver y oír las palabras de su Sagrada Diosa.

La cámara enfoco primero un plano general donde Victoria aparecía sentada con las piernas cruzadas en un placido trono, para dar lugar a una imagen entera de su hermosa cara.

¡Os agradezco vuestra entrega sin límites hacia Mi Augusta Persona!.

Más y más gritos de histeria colectiva. Los responsables de la secta pudieron comprobar in situ que los métodos de adiestramiento de sus adeptos había surgido efecto.

Victoria prosiguió….

Ha llegado el momento de pediros una demostración palpable de esta devoción y entrega sin límites.

Se, que lo que voy a pediros es una prueba dolorosa, pero necesaria para demostrarme, demostraros y demostrar al grupo que me pertenecéis completamente.

Se trata de dejaros marcar a fuego vivo en vuestras nalgas Mi Real Escudo, como señal inequívoca de vuestro sometimiento hacia mí.

Al unísono centenares de adeptos gritaron:

SÍ, SÍ, SÍ, SÍ, Sͅ…….Estamos dispuestos a entregar nuestras vidas por Usted Sagrada Diosa.

Victoria sonreía más que satisfecha con los resultados conseguidos por sus ejecutivos y mentores en África Oriental.

Aquella misma noche empezaron a marcarse al rojo vivo en las nalgas de los más fervientes adictos la corona imperial con las siglas DV. El olor a carne quemada y los gritos de dolor llenaban el aire del campamento.

Tan solo unos escasos desdientes se opusieron a ser señalados con el escudo de la Archiduquesa.

Los pocos discrepantes se vieron arrinconados y humillados por parte del resto de miembros de la comunidad.

¡Traidores!. ¡Cobardes!. ¡Ineptos!. Eran algunos de los insultos que recibían a la vez que eran escupidos a la cara.

Alentados por los dirigentes, las masas apalearon a más de uno, dejándolos en un lamentable estado.

Al día siguiente fueron expulsados, teniendo que afrontar las terribles consecuencias que esto acarreaba tanto para ellos como por sus familias.

Amenazas, persecución, represión y hundimiento en la miseria más absoluta.

Faltaba escasamente un mes para el aniversario de Victoria cuando su ostentoso jet privado tomaba tierra en el diminuto aeropuerto de la capital, que se encontraba ahora en obras de ampliación para acoger al resto de jets de los selectos invitados del Club Sado que se esperaba acudieran a la espectacular celebración.

Su Alteza Real descendió majestuosamente del avión. Una ligera brisa removía su lacia melena negra, vestía una larga blusa blanca con el cuello alzado y un brutal escote que dejaba entrever sus sinuosos pechos y marcados pezones.

Enfundada en unos ajustados leggins de cuero negro y alzada sobre unos zapatos de salón italianos de brillante charol, con afilada puntera y finos tacos aguja de 15 centímetros de altura, que estilizaban su ya de por sí hermosa y divina figura.

Al pie de la escalinata fue recibida por el Dictador y el resto de miembros del gobierno militar como si de una dignataria jefe de estado se tratará.

Después de los habituales saludos castrenses, el Tirano se inclino ante Ella y le beso la mano.

¡A sus pies Divina Majestad!.

El saludo fue acogido por la Archiduquesa con una leve sonrisa.

Una compañía de las Fuerzas Especiales del poderoso ejército le rindió honores. Acompañada del Coronel Dictador paso revista a la formación que vestía para la ocasión con uniforme de gala.

Seguidamente desde una tribuna instalada en el mismo recinto del aeropuerto, contemplo una parada militar en su honor.

Un helicóptero de la Fuerzas Armadas, puesto a su disposición, traslado a Su Excelencia al palacio residencial reconstruido lujosamente según sus gustos y caprichos.

A su llegada le aguardaban sus dos lacayos de confianza, Robert y Richard que tras humillarse a sus pies y besarle el empeine en señal de respeto y sumisión la acompañaron a visitar su nueva residencia.

Los directivos guiaron a la Archiduquesa por los grandes salones de aquel maravilloso palacio neoclásico.

Pasillos repletos de espejos, salones con altas bóvedas sostenidas por un sin fin de blancas columnas de mármol acabadas con ricos capiteles corintios chapados en oro. Pinturas originarias del tiempo en que su familia ocupó el lugar, ahora debidamente restauradas.

Amplias habitaciones de baño, equipadas de bañeras con grifos de oro y adornados con piedras preciosas. Suelos de brillante mármol y más de treinta lujosas habitaciones destinadas a albergar a sus distinguidos invitados.

El mobiliario, todo de estilo rococó recargado, abundando los ornamentos dorados.

El palacio esta rodeado de un lago artificial y de exuberantes jardines repletos de fuentes ornamentales y como no, una inmensa piscina finlandesa.

Una amplia avenida de unos 300 metros une la Villa con el anfiteatro romano que Victoria hizo construir a su gusto.

La Archiduquesa contenta y satisfecha con la obra realizada agradeció a sus mentores dándoles unos calidos besos en la boca a cada uno.

Al día siguiente una limousine traslado a Su Alteza Real acompañada del resto de líderes de la secta "Diosa Victoria" hasta el campo donde hacia horas le aguardaban sus fieles adictos. Victoria jamás acude puntual a las citas, es costumbre suya hacerse esperar durante horas para así realzar su talante de Diva inalcanzable.

Al entrar en el recinto, decenas de fieles exaltados se abalanzaron literalmente encima de la pomposa limusina en que viajaba la Archiduquesa; para ver, tocar, adorar a su bella Diosa.

Algunos de ellos resultaron gravemente heridos a causa de las lesiones recibidas al lanzarse encima del vehículo. Numerosos guardas de seguridad tuvieron que intervenir para contenerlos.

Lejos de quedar afectada por estos graves incidentes, Victoria se sintió poderosa y rebosante de orgullo y soberbia.

En el centro del campo se instalo un podio con un trono. Diosa Victoria bajo de su vehículo y avanzó con la firmeza de una Reina por una roja alfombra sembrada de pequeños brillantes.

Sus fieles, completamente desnudos por expreso deseo de Su Líder Suprema, se lanzaban a su paso para besar y lamer el suelo donde pisaban sus zapatos.

Victoria es una Diosa y lo demuestra a cada momento, en cada movimiento. Exhalando sensualidad por todos los poros de su sedosa piel, en su majestuosa forma de andar cruzando un pie delante del otro y en el voluptuoso movimiento de su perfecto culito.

Ocho robustos hombres avanzaban de rodillas entre los fanáticos adictos que permanecían postrados ante Su Augusta Persona totalmente desnudos y con la frente pegada al suelo profiriendo alabanzas y rezos.

Centenares de brazos se alzaban hacia al cielo efectuando varias veces el movimiento de arriba a abajo y viceversa, mientras repetían una y otra vez.

Alteza Real y Divina Majestad, Reina y Diosa Victoria, por usted existimos, por usted vivimos y por usted moriremos.

Victoria, sentada en su trono ligeramente inclinada hacia un lado, mostraba la desnudez de sus bronceadas y perfectas piernas cruzadas graciosamente una encima de la otra y acabadas con sus maravillosos pies calzados con unos sensuales stilettos dorados.

Los ocho escogidos adeptos llegaron al pie del trono y permanecieron con la frente pegada al suelo. La Archiduquesa los observaba mostrando su habitual malévola sonrisa.

Me complace que me entreguéis vuestra virilidad por propia voluntad como prueba de total y absoluto sometimiento hacia mí. Estoy sobradamente orgullosa de vosotros.

Es mi deseo que seáis castrados radicalmente, sacrificando eternamente vuestra condición sexual a Mí Sagrada Persona y os convertíais así, en mis inseparables eunucos. Jajajajajajajajajajajaja.

Antes de proceder a la amputación de vuestros órganos sexuales os concedo el privilegio de besar mis zapatos.

Si hay alguno que desee dar marcha atrás. ¡Adelante!.

Ninguno de los ocho hombres abjuro de su cometido. Uno a uno, en una demostración de valentía y sumisión total, se arrastraron a sus pies y besaron con suma devoción la punta del sagrado zapato de Su Líder Suprema.

¡Coged al primero!. Ordeno Robert, convertido en uno de los Líderes de la Secta, a dos miembros de la Guardia de Seguridad Personal de la Archiduquesa.

El ejecutivo introdujo en la boca del esclavo una mordaza para mitigar los chillidos del desdichado adepto.

Los ojos de los restantes incondicionales expresaban temor y la sudoración de sus frentes, angustia.

Temor y angustia que complacían a Victoria, que gozaba de ver el sufrimiento a que eran capaces de llegar por Ella sus abnegados fieles.

Con un afilado cuchillo, Robert, mutilo radicalmente el pene y los testículos del hombre y como de un satánico ritual se tratará se los ofreció a Su Alteza Real.

Después siguieron el resto de los ocho adictos. Cuando ya solo faltaba uno….

¡Espera!. Exclamo Victoria dirigiéndose a su leal ejecutivo.

Victoria se levantó de su sillón, enfundo sus manos con unos elegantes guantes de cuero negro y empuñando el estilete con una mano y amarrando los genitales con la otra, extirpo, mostrando sádico placer, los órganos sexuales del último de sus fieles esclavos.

A partir de entonces, cuando ya los ocho castrados se hubieron recuperado del trauma físico que supuso la amputación de sus miembros genitales, se convirtieron en los devotos eunucos al servicio de Diosa Victoria.

La Archiduquesa dispuso que llevaran puestas permanentemente unas capuchas de cuero que permiten cerrar todos los orificios de la cara. Asegurándose, si a Ella le apetecía, un control total de sus sentidos.

Ellos son sus ejecutores, sus verdugos. Se turnan día y noche para estar permanentemente a su disposición.

Faltaban unos días para el "Gran Acontecimiento", como se denominaba el veinte cinco aniversario de la hermosa Victoria.

La Archiduquesa acompañada de Robert, Richard, sus arquitectos y otros cargos medios, visitaba su particular anfiteatro romano donde aun se terminaban de rematar los últimos detalles en la decoración de la Tribuna Real, destinada a albergar a la misma Victoria y a sus distinguidos huéspedes del Club Sado.

Un palco situado a un nivel algo inferior era destinado al resto de invitados como el Coronel Dictador, la cúpula militar, sus acompañantes y la Junta de Altos Ejecutivos.

La tribuna o podium Real se accede por una escalinata de mármol que comunica con la avenida que procede de la residencia de la Archiduquesa.

A juego con el palacio, la tribuna esta ornamentada y equipada a todo lujo, el dorado es el elemento primordial en la decoración.

Blancas columnas de mármol con capiteles corintios sustentan un techo con un inmenso espejo. A ambos lados de las columnas, Victoria hizo colocar unas argollas y un gancho central.

Unos majestuosos divanes dorados colocados en forma oval rodean el espacioso compartimiento destinado a Sus Excelencias.

Situado en la parte delantera de la tribuna hay él magnifico trono de Su Alteza Real, de estilo rococó, tapizado con autentica piel de leopardo.

Completa la decoración de la Real Tribuna numerosos cojines de lame dorado y una gran mesa de cristal a semejanza de la que se utilizo en la cena que la Archiduquesa ofreció en Madrid.

Deseo que los esclavos destinados a servir en la Tribuna Real, en el día de mi aniversario, sean embadurnados por todo su cuerpo con pintura dorada para que no desentonen con la decoración. Dijo la Archiduquesa

¡Alteza!. Sugirió uno de los allí presentes que parecía tener conocimientos de medicina.

Esto seria condenarlos a una muerte por hipertermia en pocas horas.

Victoria curiosa y sorprendida escucho las explicaciones del anatomista.

La pintura taponará los poros de la piel impidiendo la transpiración. Evitando evaporar agua y así regular la temperatura corporal lo cual les provocará un golpe de calor. La muerte se producirá por falla circulatoria, respiratoria y electrolítica.

Jajajajajajajajajajajajaja. ¡Divertido! ¡Me parece muy divertido!. Jajajajajajajajajaja.

Otra cosa seria que a los primeros síntomas se les aplicará hielo u otro sistema de refrigeración.

Frívola y sádicamente Victoria prosiguió:

¡No!. ¡Un aliciente más para mi fiesta!. Será divertido comprobar el tiempo que aguantan mis esclavos antes de caer fulminados. Jajajajajajajajajajaja.

Sonriendo aun mas malévolamente.

Jajajajajajajajajajaja. Será un honor para ellos morir para mayor gloria de sus líderes y divinidades, especialmente en el día del aniversario de su Diosa. ¿Verdad?.

Dirigiéndose a sus ejecutivos:

Quiero que os ocupéis de ello… y …..por supuesto. Cuando haya una baja su lugar lo ocupará inmediatamente otro esclavo y así hasta que no hayan terminado las celebraciones de mi aniversario. Jajajajajajajajajajaja.

¡Sí Alteza Real!. Contestaron sumisamente sus dos ejecutivos.

El anfiteatro era una construcción de forma ovalada, rodeado de una gradería destinada a ser ocupada por el resto de adeptos de la secta que no tuvieran un papel destacado en los bárbaros espectáculos que se iban a representar en honor de Su Alteza Real y Divina Majestad Reina y Diosa Victoria Fernández Von Kummer Haider.

Los sumisos espectadores llenarían el anfiteatro con la finalidad de engrandecer la vanidad de la despiadada Archiduquesa.

Aquellos días que faltaban para el aniversario, Victoria los pasó en su ostentoso palacio terminado de ultimar detalles para recibir a sus huéspedes.

Los primeros en llegar fueron Esther, la despampanante y cotizada modelo rubia de ojos azules achinados, sensuales y carnosos labios y el Príncipe Hans de Baviera que ahora se lo montaban juntos.

La Archiduquesa los recibió en la entrada de palacio con unos largos morreos tanto a su ex-amante como a la modelo.

Al siguiente día.

¿Que te parece Vikky si nos damos una vuelta por la capital?. Pregunto Esther.

¡Bien!…….. si te apetece…..

¡Mayordomo!.

Sí, ¿Alteza?.

¡Preparé inmediatamente la limousine!.

La Archiduquesa hizo presentarse ante Ella a Robert y Richard.

Hemos decidido hacer una visita a la capital. Hagan que se tomen las medidas indispensables para que nuestra estada en la ciudad sea lo más placentera e intima posible.

Los dos mentores activaron en poco rato todo el dispositivo imprescindible para garantizar la seguridad y privacidad de las dos distinguidas Damas y del Príncipe.

Al momento el auto estuvo al pie de la escalinata de palacio. Yo de pie, con el uniforme de chofer firme, al lado de la puerta esperando a las dos bellas Señoritas y al apuesto Caballero.

Vikky y Esther vestían de manera informal. Unos jeans bastante ajustados, blusa negra para la Archiduquesa y blanca para la modelo. Las dos calzaban unos zapatos de salón con el imprescindible taco de aguja, habitualmente usado por Sus Excelencias.

Hans también iba con unos jeans y camisa blanca

El palacio dista unos cien kilómetros de la capital. Durante el trayecto estuvimos escoltados, además de los coches de la escolta personal de Victoria por un par de helicópteros de las Fuerzas Armadas y algunos vehículos policiales.

La capital es una ciudad caótica. Coches ya pasados de época, infinidad de motocicletas y una multitud de gente mísera a pie deambulando de un lugar a otro. Al ver la lujosa limousine se arrojaban a su paso pidiendo caridad.

Pobrecitoooos….¿no?. Dijo Esther. ¿No crees, Vikky, que tendríamos que hacer algo por ellos?.

¿Que perversa idea se te esta pasando por tu linda cabecita, Esther?.

Jajajajajajajajajajaja. Sonrió la modelo.

¡Chofer! ¡Detenga el auto!. Me ordeno la bella Esther.

Al instante me dispuse a abrir la puerta del automóvil para que los tres jóvenes se apearan.

Una multitud de bocas hambrientas se amontono en la inmediata cercanía de la limousine, mantenidos a ralla por la temida policía gubernamental y los guardias de seguridad de Su Alteza.

Sobresalía de entre la multitud una vieja mujer faltada de brazos.

¡Traed ante nosotras a aquella anciana!. Dijo Esther a los guardias.

Ya ante las hermosas Damas

¿Quieres ganarte 1 dólar?. Le pregunto Esther, ante la sorprendente mirada de Vikky y Hans.

¡Sí!. Contesto enseguida la pobre mujer.

Con un dólar podría comer durante una semana o mas.

¡Empezamos mal!. ¡Imbecil!. Debes decir ¡Sí. Mis Amas!. Le recrimino Esther.

Veamos vuelve a repetirlo.

¡Sí. Mis Amas!

¡Muy bien!. ¡Ahora límpianos los zapatos!.

La anciana dudo sin saber como hacerlo, hasta que se inclino al suelo y se arranco con los dientes un trozo de ropa de su maltrecha camisa con lo que pretendía limpiar los costosos zapatos de las distinguidas Damas.

¡Que haces….!.¡Estupida!. ¡Nuestros zapatos se limpian con la lengua!. Explotaron a carcajada limpia Vikky, Esther y Hans.

Ante las cientos de miradas perplejas de la multitud que se apilaba en el lugar, la anciana empezó a lamer los zapatos de Esther. Observada por unas sonrientes y perversas jóvenes y del Príncipe.

¡La suela!. ¡La suela esta sucia!. ¡Límpiala!.

La mujer pasaba una y otra vez su lengua por la suela y el taco de Esther.

¡Ahora las de mi amiga!. Dijo la bella modelo, dándole un puntapié en la boca.

Vikky se sustento en la espalda de Hans, introdujo la puntera del zapato en la boca de la mutilada y apretó con fuerza, produciéndole una angustiosa sensación de ahogo.

¡Vamos limpia el zapato!. ¡Negra inútil!. Le grito la malvada Archiduquesa.

La pobre mujer no podía ni moverse. Victoria le refregaba la suela en la cara y le clavaba el tacón con fuerza en la mejilla.

¡Toma tú Dólar!. ¡Te lo has ganado!. Le grito Esther, tirando la moneda en el suelo mientras que con la otra mano encendía un cigarrillo con un billete de cien.

Mientras contemplaban a la inválida anciana intentar agarrar la moneda con la boca.

Jajajajajajajajajajajaja.

¡Vamos que ya lo tienes!. La animaban Victoria y Hans.

¡Ven aquí pordiosera!. Le grito Vikky.

Otra vez de rodillas frente a Ella.

¡Abre tu asquerosa boca!.

La anciana más miedosa que hambrienta obedeció al acto, momento en que Victoria aprovecho y le tiro otra moneda como si de una hucha se tratara.

Luego fueron Esther y Hans los que se unieron a la humillación.

Jajajajajajajajajajajajajaja.

Hasta que la boca de la anciana estuvo repleta de monedas y tubo que escupirlas para no ahogarse.

La multitud allí presente, más que exaltada, se peleo para poder coger alguna de aquellas míseras monedas.

Jajajajajajajajajajajajajajajajajaja. Fijaos como pelean para coger nuestro dinero.

Después de esta piadosa demostración de caridad, Vikky y sus acompañantes comieron juntos en el único restaurante de lujo que hay en la capital.

Ya de vuelta a palacio, en el amplio compartimiento de la limousine, la modelo y el Príncipe se enzarzaron en un si fin de mimos, carantoñas y morreos.

Todo bajo la atenta mirada de la Archiduquesa que se masturbaba con delirio y pasión.

El poder me pone. Exclamo Esther.

Y a mi también querida. Replico Vikky.

Jajajajajajajajajajajajajaja.

Noa, la bella mulata de ojos color miel y cabellos castaños claros, no tardo en llegar a la residencia de Diosa Victoria.

Las dos hermosas jóvenes se dieron un calido y afectuoso morreo. Victoria y Noa sentían una fuerte atracción sexual entre ellas.

Durante los siguientes días las dos Diosas jugueteaban y se mostraban cariñosas y alegres la una con la otra. Pero sin dejar de exhibir su habitual crueldad con las sirvientas y criados.

Todo y que Victoria había llevado consigo a personal de servicio de su confianza, cocineras y a sus dos doncellas particulares, el resto de servidumbre de palacio, unos cuarenta criados, estaba formada por inexpertos adeptos a la Secta Diosa Victoria.

Se me encomendó a mí la difícil tarea de aleccionarlos a todos en unas pocas semanas.

Victoria y Noa tomaban un aperitivo servido por una adolescente e inexperta muchacha. Las dos Damas charlaban y bromeaban animadamente sobre el día del acontecimiento.

Estoy deseosa de que llegue ya el día. Dijo Victoria a Noa. Seré muy cruel e implacable con mis esclavos.

Jajajajajajajajaja. Rieron las dos bellas jóvenes.

La muchacha les servia estaba algo resfriada y empezó a toser. De un impulso, Noa, se levantó de su aposento y le propino un fuerte revés con la mano derecha, en la cual llevaba un grueso anillo en el dedo meñique, partiéndole el labio a la criada y dejándola sangrando sin parar por la herida.

¡Lo siento Vikky!, quizás he sido demasiado brusca pero…..no soporto que un ser inferior tosa, estornude o bostece en mi presencia.

No te preocupes Noa…., sabes que apruebo todas tus decisiones. Jajjajajajajajajajajaja.

¡Mayordomo!.

¿Si Alteza? . Me persone inmediatamente ante Ella.

¡De rodillas! ¡Imbécil!

¿No era usted el encargado de aleccionar a esta mocosa?

¡Sí Alteza!. Conteste.

¿Acaso no le enseño que esta absolutamente prohibido hacer cualquier ruido que perturbe nuestra Divina tranquilidad?.

¡Perdón Majestad!. No, no lo hice, aun.

¡Desnudadlo!. ¡Rápido!. Ordeno Vikky a sus eunucos.

Dos castrados me desnudaron con extrema violencia destrozándome la vestimenta de mayordomo.

¡Las manos a la nuca!. ¡Esclavo!. Grito irritada Victoria.

Vikky y Noa empuñaban unas tremendas fustas de cuero terminadas en una pequeña bola metálica.

¡Cuenta los latigazos!. ¡Perro!

Zas,zas,zas,zas,. Unaço tras otro los azotes golpeaban mi espalda.

Las dos Damas reían como diablillos. El dolor era muy intenso. La bola metálica estaba haciendo su cometido. Desgarrarme la carne.

Veinte dos, veinte tres. Zas, zas, zas, zas. Seguían golpeándome cada vez con mayor violencia. Sentía un tremendo escozor en mi piel.

Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja.

Cuarenta y cinco, cuarenta y seis. La vista se me nublaba y mis sádicas torturadoras no paraban de flagelarme.

A penas si podía aguantarme arrodillado. Caí al suelo.

¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!. Grite fuerte. ¡No puedo mas!.

¡Vikky!. ¡Tu mayordomo es un quejita de mierda!. Exclamo Noa.

¡Lo se querida!. Quizás vaya siendo hora de buscarme a otro. Jajajajajajajajajajaja.

¡OH noooooo, Dios mío!, esto seria terrible para mi. Pensé angustiado.

Inmediatamente reaccione y me abalance a besar los pies de Victoria. Me dio una fuerte patada en la boca.

¡Aparta zángano!. ¡Quien te ha dado permiso para adorarme!.

Al tiempo que hincaba sus finos tacos en mi mano.

¡De rodillas!. ¡Inútil!. ¡Todavía no ha terminado tu castigo!. Grito nuevamente Victoria.

Recibí sesenta azotes. Mi espalda estaba llena de grandes tajos por donde fluía la sangre.

Me deje caer al suelo absolutamente agotado.

¡Mayordomo!. ¿No crees que debes mostrarnos tus respetos?.

Bese con devoción y consideración las palmas de las dos Damas que me habían azotado.

Victoria arqueaba la fusta con sus manos. Avanzo lentamente y vacilando hacia un rincón del salón donde medio escondida y llorosa estaba la pobre criada.

¿Que te parece que hagamos con esta inútil, Noa?.

No se…. Vikky, algún castigo tendremos que aplicarle ¿verdad?.

¡Ya se!. Dijo Victoria. ¡Que tal si hacemos que le cosan la boca!.

Jajajajajajajajajajajajajajaja. ¡Perfecto Vikky!. Dijo Noa, dando un calido morreo a Victoria.

¡Pero quiero ser yo la que lo haga!.

Jajajajajajajajajajaja. ¡Sí te ilusiona……!. Dijo Victoria frívolamente y encogiendo los hombros.

¡Agarrarla!. Ordeno Vikky a sus eunucos.

La sirvienta lloraba y no paraba de temblar.

¡No por favor!, ¡no me hagan eso!. ¡Se lo suplico!.

Noa enfundo unos cortos guantes de cuero negro mientras tres forzudos eunucos aguantaban a la muchacha por los brazos y el tercero fijaba la cabeza de la criada para facilitar que la cruel Noa pudiera cosérsela con comodidad.

iiiiiiiiiiiih. Gritaba la muchacha, mientras Noa sonreía malvadamente, observada de cerca por una no menos satisfecha Victoria.

Con una mano le pellizcaba fuertemente los labios, mientras que con la otra, clavaba la aguja enfilada con hilo dorado en la carne de los morros de la criada.

¡Sujetarla fuerte!. Ordenaba Noa a los eunucos.

La muchacha batallaba inútilmente para deshacerse de las rudas manos que la aprisionaban.

Noa, con sádica expresión en su bello rostro, atravesaba una y otra vez los labios de la esclava.

¿Como va a comer ahora Noa?. Preguntó sarcásticamente Victoria.

¡No se!, y si la dejamos que muera por inanición. Respondió cruelmente Noa.

Las dos bellas jóvenes se rieron con ganas ante la llorosa cara de la pobre muchacha.

Aun con mi espalda masacrada después del salvaje castigo a que me sometieron mi Ama y su pérfida amiga Noa, tuve de incorpórame rápidamente a mi tarea.

En los siguientes días terminaron de llegar el resto de los selectos huéspedes de Su Alteza Real La Archiduquesa. Miembros todos ellos del exclusivo Club Sado donde solo son admitidos jóvenes multimillonarios, de buen aspecto físico, amantes del lujo mas refinado, carecidos de moral alguna y que hayan demostrado sobradamente su cruel sadismo.

Las Damas y Caballeros del Club Sado mantienen sin perjuicio relaciones promiscuas entre ellos.

Sus Excelencias se alojaron en las lujosas suites del nuevo palacio.

Para asistir a la celebración llegaron también desde diferentes partes del mundo altos directivos de las grandes empresas propiedad de la Archiduquesa.

A pesar de que entre ellos hay alguna mujer, mayoritariamente son hombres felizmente casados y ejemplares padres de familia que profesan una fascinante adoración hacia la persona de Diosa Victoria, hasta el punto de someterse totalmente a sus crueles caprichos.

Los altos cargos se alojaron en un espacioso chalet adjunto a la residencia de la Archiduquesa.

El palacio estaba exclusivamente reservado para los distinguidos miembros del Club Sado.

En la víspera ya del aniversario, Victoria y sus ilustres huéspedes se trasladaron, después de una fastuosa cena, al anfiteatro.

Hacia horas que veinticinco de los más fieles adictos a Diosa Victoria, esperaban su llegada totalmente desnudos y postrados de rodillas.

Victoria estaba exultante, vestía un largo chaquetón de cuero negro que le llegaba hasta los tobillos y calzaba unas altas bucaneras de fino taco de aguja.

Nada mas llegar sus adeptos pronunciaron unas oraciones de adoración a su Diosa.

¡Sagrada Diosa Victoria, a sus pies nos postramos, nuestras vidas le entregamos para Su mayor goce, honor y gloria. Oh Venerada Diosa Victoria!.

Uno a uno besaron y lamieron las botas de la Archiduquesa, que los contemplaba engreídamente desde las alturas con las manos reposadas en su cintura, adornada con una cadenita de oro, de modo que su chaquetón quedaba sujeto hacia atrás dejando al descubierto su precioso sexo desnudo.

A las doce en punto de la madrugada ordeno a sus eunucos, que llevaban sus cabezas cubiertas por las obligadas capuchas de cuero:

¡Empalar a este esclavo!. Señalando al azar a uno de ellos. Jajajajajajajajajajajaja.

Inmediatamente cuatro de sus castrados esposaron las manos a la espalda del pobre infeliz y lo tumbaron boca abajo encima de una especie de mesa ovalada.

Dos de ellos aguantaban extremadamente abiertas las piernas del condenado.

¡Lubricarle el culo con aceite!. Ordeno Robert.

Un experto anatomista, contratado por Victoria, se disponía a insertar por el ano de la victima, mirando de no dañar ningún órgano vital, una barra de acero.

¡Espera!. Ordeno tajantemente la hermosa Archiduquesa.

¡Calentar la barra al rojo vivo!. Jajajajajajajajajaja. ¡Quiero el máximo de sufrimiento posible en mi honor!.

¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!.¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh!.

El dolor de aquella gente debía de ser terrible. Sus horrendos gritos se propagaban en el silencio de la noche a kilómetros de distancia.

El verdugo iba introduciendo la estaca atravesando la región abdominal hasta que le salio por el hombro derecho sin dañar el corazón prolongando la agonía que podía llegar a durar hasta dos o tres días.

La risueña expresión que reflejaba la hermosa cara de Victoria delataba el sumo placer que experimentaba en aquellos instantes. Placer y gozo que eran compartidos por el resto de sus perversos acompañantes.

La Archiduquesa ordeno ensartar a sus victimas una por una, provocando la angustia de los desdichados que esperaban sus turnos postrados de rodillas ante Ella.

Iba escogiendo al azar quien debía de ser la próxima victima.

¡Ahora empalar a este!. Dijo Victoria señalando a un segundo adepto.

Antes de ser agarrado por los eunucos, el esclavo repto por el suelo hasta poder besar y lamer las altas botas de su bella Diosa.

¡Gracias Divina Majestad!. ¡Gracias por dejarme morir por Usted!. Imploro el infeliz adepto.

Victoria estaba rebosante de placer. La Archiduquesa sonreía satisfecha, una vez mas demostraba que en sadismo nadie la superaba.

La pérdida de la propia voluntad y el grado de sumisión a que habían llegado los adeptos era tan grande, que en vez de suplicar o rebelarse, aceptaban humildemente y con resignación el cruel destino que su Reina y Diosa les condenaba.

¡Vikky!. Dijo Noa, complacida dando un largo beso a la joven Archiduquesa. ¡Esto es sublime!.

La siguiente victima en ser empalada era una mujer bastante mayor.

¡Ahora le toca a la vieja!. Dijo Victoria con aire de desprecio.

¡Aplicar con ella un empalamiento doble!. y ¡Procurad no dañar órganos vitales!. Quiero que se mantengan vivos el máximo de tiempo. Jajajajajajajajajajajajaja.

En un arrebato de soberbia Victoria escupió en la cara de la pobre infeliz a la que iban a ejecutar, inmediatamente el resto de adictos se abalanzaron sobre ella para lamer la saliva de su Diosa.

Jajajajajajajajajajajajajajajaja.

Viendo tanta entrega y humillación la Archiduquesa estaba sobradamente gozosa.

El verdugo inserto primero una barra por el ano hasta la altura del estomago y luego otra por la vagina.

Una vez calvadas las estacas al suelo el propio peso del cuerpo hacia que las barras fueran introduciéndose lentamente en medio de atroces dolores.

¡Veamos!. Dijo el Príncipe Hans a sus eminentes camaradas. ¡Quien de estos desgraciados gritara más fuerte!. Unas sonoras risas resonaron en el aire.

¡Apuesto por el gordo!. Contesto la despampanante Esther, señalando a uno de los fieles adictos que era algo más gordo que los demás.

Rápidamente los ejecutores sujetaron al desdichado mientras el martirizador le penetraba la barra de acero ardiente por el culo.

¡AAAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! , ¡Ayayayayayayayayayayyayayayayaya!.

Exclamaba atrozmente el sumiso gordito.

Jajajajajajajajajajajajaja. Reía Esther. Creo que este se ha sobrepasado.

Entre risas y alcohol los invitados de la Archiduquesa disfrutaban de lo lindo de las terribles torturas inflingidas a los adictos fieles a Diosa Victoria.

La majestuosa Vikky, ensañándose aun más con sus fieles adictos, acomodo su desnudo sexo encima de la boca de uno de ellos mientras era empalado, refregándoselo y obligándole a lamerle el coño.

Mientras la incandescente barra penetraba en el interior del pobre sumiso produciéndole un inmenso dolor, Victoria gozaba de lleno.

¡Chupa!, ¡Chupa!. ¡Esclavo!. ¡Dame placer!. Se reía alocada la joven Archiduquesa.

Hasta que en medio de violentos espasmos alcanzo un descomunal orgasmo.

Humillando al máximo a su victima orino en el interior de su boca.

¡Bebe cabron!. ¡Trágate mis meados!. Jajajajajajajajajajajajaja. Todos sus invitados rieron con Ella sus malévolas ocurrencias.

Los empalamientos se alargaron hasta entrada la madrugada momento en que Sus Excelencias, como debíamos dirigirnos a los distinguidos miembros del Club Sado, se retiraron a descansar.

Antes Victoria ordeno clavar al suelo a los empalados.

Yo aproveche para acostarme un par de horas nada más. Al amanecer tenia que empezar con los preparativos para la gran celebración del cumpleaños de mi hermosa Reina y Diosa.

(CONTINUARÁ)