El cumpleaños de Raquel

Mi esposa descubre un pollon negro

Conocí a Raquel hace 6 años y en lo primero que me fijé fue en sus tetas. Usaba una talla 110 y le encantaba (y todavía) mostrarlas con grandes escotes y que los hombres la miren. Ella es morena, mide 1.68 y aunque tiene unos kilitos de más, hace girar más de una cabeza cada vez que sale a la calle. Nos hicimos novios muy pronto y al año ya vivíamos juntos. En el sexo todo era maravilloso, Raquel era muy morbosa, no le decía que no a nada y en los primeros años probamos de todo: follamos en sitios públicos, dejaba que la atara a la cama, veíamos porno y me dejó que le follara el culo, algo que ella ya había hecho pero que para mi fue la primera vez.

Hace como un año me empezó a rondar por la cabeza la idea de tener unos enormes cuernos. Una noche de sábado que habíamos regresado de fiesta (Raquel, cuando bebe, se desinhibe aún más) en la que todos le habían estado mirando las tetas y estoy seguro que también la habrá sobado, ella estaba calentísima. Pusimos la tele y en el plus echaban una porno, así que nos pusimos a verla. Normalmente, cuando vemos una porno, Raquel le da por criticar a las actrices, que si finjen, que si no la están pasando bien... Aun así se moja mucho y le encanta follar después. Esta vez no fue la excepción y se puso a criticar las escenas mientras yo le iba metiendo mano y metiendole los dedos en el coño. Ella se ponía cada vez más caliente hasta que empezó una con una tetona morena (que a mi me recordaba un poco a Raquel) y un negro con la polla más grande que he visto en mi vida. No solo era larguísima, sino que además tenía el grosor de una lata de cerveza. En cuanto Raquel la vio noté como me apretaba su coño los dedos.

El negro se folló a la actriz en todas las posiciones posibles durante casi media hora. En ese tiempo, mi mujer no dijo ni media palabra sobre la película y se corrió un par de veces, la última de ellas mientras el negro se corría , sacaba su polla y se podía ver como chorreaba el semen por el coño de la actriz que estaba totalmente abierto después de haber recibido ese rabo. Cuando terminó la escena Raquel me pidió que la follara y empecé pero estaba tan caliente que no duré ni 1 minuto y me corrí en todo su culo y sobre su coño. Ella se quedó enfadada porque me hubiera corrido tan pronto, me tiró del pelo y me acercó la cara a su coño para que se lo comiera, a pesar de que estaba lleno de mi semen. En cuanto estaba cerca me vino a la cabeza la idea de que el semen era del negro que acababa de usar a Raquel y me dio otra vez un calentón que no pude evitarlo y me lancé a comerle el coño hasta que se corrió.

Nos fuimos a dormir, exhaustos, y a la mañana siguiente desperté mientras Raquel me comía la polla. Pronto me la empecé a follar y le dije al oido:

-"Creo que la película de anoche te gustó mucho"

-Mmmmm- respondió ella

-Sobre todo la escena del negro- le dije y noté que su coño me apretaba mucho y que ella abría los ojos para verme, sorprendida- ¿Alguna vez habías visto una polla tan grande?

-N-n-no, dijo acelerando el ritmo con el que recibía mis embestidas

-¿Y te calentó verdad?

-S-s-si, follame, si

-¿Te gustaría que te follara ese negro?

Raquel me miró con ojos de morbo y no respondió.

-Dime puta, te gustaria tener ese rabo negro dentro

Me sonrió y me dijo: "Si, me encantaría" y se comenzó a correr.

Yo le respondí que me encantaría verlo y me corrí también dentro de ella.

El resto del día hicimos como si eso no hubiera ocurrido y el tema no volvió a salir cuando follamos en la semana. A mi me daba verguenza insistir y no sabía muy bien como se lo iba a tomar. Al viernes siguiente, que nos quedamos en casa, a la 1 Raquel encendió la tele y puso el porno. Volvió a chacer de crítico de cine hasta que salió una escena en la que dos negros se follaban a una rubia sin piedad. Otra vez se quedó callada y note que se empapaba. Follamos toda la noche como locos y yo le volví a sacar el tema de que la follara un negro y ella se corrió mucho.

Durante un par de meses repetimos mas o menos la misma rutina cada vez que podíamos. Veíamos una porno, ella se calentaba mucho con las escenas de negros y después follábamos. Era algo que nos calentaba a los dos pero nunca lo hablábamos después ni veíamos la posibilidad de cumplir una fantasia que los dos, obviamente, teníamos. Por estas fechas, se acercaba su 35 cumpleaños y Raquel estaba deprimida. Decía que ya estaba más cerca de los 40 y que se iba a poner fea. Yo la animaba, le decía que estaba buenísima, y que notaba como los hombres la miraban con deseo. Pero ella no atendía razones y seguía deprimida y sin ganas de cumplir años. Ante su actitud, se me ocurrió un regalo que además podía ayudar a avanzar en nuestras fantasías.

Finalmente llegó el día de su cumpleaños fuimos a cenar y nos tomamos un par de botellas de vino. Cuando volvimos a casa le dije que le tenía un regalo que le iba a hacer olvidar esa tontería de que ya estaba fea. Mi regalo consistía en un camisón negro, transparente, que se le ajustaba al cuerpo y que la hacía ver como una puta de lujo. La verdad estaba impresionante, me daban ganas de abalanzarme sobre ella y follarla.

Ella se puso el camisón y me miró, burlona, y preguntó: "¿Te acuerdas que el cumpleaños es mio, no? Como, exactamente, este camisón va a hacer que yo me sienta mejor".

Le sonreí de vuelta y saqué una camara y le tome una foto. Raquel se sorprendió, nunca me había dejado sacarle fotos. "Te voy a tomar estas fotos, voy a taparte la cara, y las voy a colgar en Internet. Veremos que respuestas recibes, y verás como te siguen deseando los hombres. Los vas a volver locos".

Raquel me sonrió y comenzó a posar de formas provocativas. Cuando terminamos de hacer las fotos me la follé y después me fui al ordenador a descargar las fotos, taparle la cara y subirlas a la web.

Me metí a una web que se especializa en fotos de novias y esposas y, tras haberle tapado la cara, subí 10 de las fotos que le acababa de tomar e incluí un breve texto explicando que Raquel estaba deprimida por cumplir años y que esperabamos comentarios sobre lo bien que le había sentado el cumplir un año más. Le di al botón de subir fotos y me empalmé pensando en los que se pajearían viendo a mi novia. Me fui a dormir pronto y cuando llegué Raquel ya dormía. Me acosté a su lado y me empalmé pensando en todo lo que había pasado a lo largo del día.

A la mañana siguiente despertamos con una resaca importante por las botellas de vino que habíamos bebido durante la cena. Ninguno de los dos mencionó nada sobre la noche anterior y, después de ducharse, Raquel se fue a trabajar y yo libraba ese día. Me quedé en la cama una hora más y luego me hice un café y me fui al ordenador. Cuando lo encendí recordé las fotos que había subido la noche anterior y me fui a la cuenta de correo para mirar si tenía respuestas. No me esperaba tener más de cien mensajes en el buzón de entrada. Empecé a leerlos de uno en uno y me empecé a empalmar con las burradas que le decía los tios.

Después de leer los primeros diez, le escribí un correo a Raquel: "Viejita, ¿te acuerdas de las fotos que subi ayer? Pues ya tienen más de cien comentarios y no veas los piropos que te echan y las cosas que te quieren hacer". Seguí viendo los correos, poniendome perdido leyendo los comentarios y borrando los que pensaba que no le gustarían a mi novia. Mientras los leía, seguían entrando correos y yo iba leyendo como podía, hasta que me llegó un correo de un tal José que no tenía título. Lo abrí y simplemente había un breve texto: "Tu mujer está buenísima, parece veinteañera. Mira lo que ha provocado" e incluia una foto de una polla negra que estaba durisima. Era el rabo más gordo que había visto en mi vida, podría haber sido el de un actor porno. Me quedé mirando embobado la pantalla cuando sonó el teléfono. Era Raquel que estaba furiosa, ya no se acordaba de la sesión de fotos ni de que las había colgado y quería que las bajara inmediatamente. Mientras me estaba echando la bronca le reenvié el correo de José y, simplemente, le pregunté si estaba frente a un ordenador y que comprobara su correo. Me siguió diciendo que era un pervertido y que bajara las fotos inmediatamente. Hasta que vio el correo de José. Lo supe porque de repente se quedó callada y yo aproveché para preguntarle. -Segura que quieres que las baje?

Ella no contestó. -Porque no mejor las dejo y esta noche leemos los comentarios y ya me dices si quieres que las quite o las dejamos. Raquel me respondió con un escueto "vale", aunque me parece que no me estaba prestando ninguna atención.

Colgamos y quedamos de vernos en casa esa tarde y yo le respondí a José diciéndole que había dejado a mi esposa sin habla con su herramienta. También le confesé que teníamos la fantasía de que follara con un negro, aunque ella todavía tenía bastantes dudas. Me respondió al instante, se ve que estaba conectado, y me dio su msn. Me dijo que lo agregara para que habláramos sobre Raquel.

Apareció al instante y lo primero que me preguntó fue: -¿De verdad quieres ver como folla con un negro? Respondí que sí sin dudarlo. -¿estás seguro? Piénsatelo bien. Si es lo que quieres tiene fácil arreglo. Dimelo y te garantizo que para el sábado me la puedo estar follando en frente tuyo. Me quedé pensando y tardé en responder que sí, que estaba seguro. Pasó toda la mañana haciendome preguntas sobre Raquel, sobre lo que le gustaba, lo que había probado y con lo que fantaseaba.

Cuando me dí cuenta era casi la hora de comer y había quedado con unos colegas. Antes de irme me volvió a decir que el sábado se la estaría follando y me dio una serie de instrucciones para hacer con mi novia cuando volviese a casa. Me despedí con una erección tremenda y tuve que ducharme, hacerme una paja y prepararme para salir. Durante la comida lo único que podía pensar era en cuando llegara a casa Raquel. Después de la sobremesa me despedí de mi amigo y fui a una sex shop a comprar algunas de las cosas que me había pedido José para esta noche. No podía creer lo que estaba haciendo, pero la erección que tenía estaba tomando todas las decisiones.

Cuando llegué a casa faltaban 15 minutos para que llegara Raquel. Me di una ducha rápida y preparé lo que me había ordenado José. Puse una porno interracial que había comprado en el DVD y me traje la lap top al salón. Mientras esperaba a que llegara Raquel me empalmé al ver como dos negros se follaban a una rubia. Mientras veía la escena, se escuchó el ruido de la puerta que se abría, era Raquel que volvía del trabajo. La volteé a ver, estaba preciosa con un vestido de verano que dejaba ver su escote y unas alpargatas con tacón. Soltó su bolso, se sentó junto a mi en el sofá y se quedó absorta mirando la pantalla.

Yo me puse de rodillas frente a ella y le abrí las piernas, que ya había abierto de forma inconsciente viendo como se follaban a la rubia en la televisión. Comprobé que estaba chorreando y que el tanga que llevaba estaba empapado, como había predicho José.

-¿Por qué estás tan mojada mi vida?, le pregunté metiendo un dedo en su coño. Ella me respondió con un gemido.

-Dime corazón, te calentó la foto que te envié? Ella apartó su atención de la pantalla por un segundo, me miró a los ojos y se puso roja aunque asintió levemente.

Siguiendo las instrucciones de José, le dije que el ordenador estaba junto a ella y que por qué no leía los comentarios que había recibido por sus fotos mientras yo le iba comiendo el coño. Le pedí que los leyera en alto, para ir escuchando, y que me fuera diciendo que sentía de los comentarios y sugerencias que recibía. Cuando apenas había leído dos de los cientos de mensajes que ya tenía mi buzón de entrada, ya se había corrido. Yo seguía chupando mientras ella leía y notaba como se iba excitando cada vez más. Entonces escuché que se abría una ventana del msn y Raquel dejó de leer.

-¿Quién te habla, cari?, le pregunté inocente aunque sabía perfectamente la respuesta.

-Un tal José, me respondió, y en su avatar tiene la foto que me enviaste esta mañana. Yo seguía chupando y noté como se humedecía.

-Habla con él, le animé. Antes de que terminara la frase, Raquel ya estaba hablando con el.

Empezaron a hablar y yo seguía comiendole el coño y metiéndole los dedos. De vez en cuando paraba y le pedía que me leyera lo que estaban hablando, pero ella no quería. Me miraba, se reía, a veces se ponía roja y seguia escribiendo. Después de 10 minutos insistiendole, pero en los cuales nunca dejé de comerle el coño, me dijo que José preguntaba por el regalo que le había comprado ese día. Que fuera por el. Le dije que le iba a encantar y me fui corriendo a buscarlo.

Era un consolador, de esos reales que parecen pollas, que estaba moldeado con la verga de un actor porno. Volví corriendo a mi lugar entre las piernas de Raquel, mientras ella seguía chateando. Tan metida estaba en la conversación que no se dio cuenta de mi regreso y de que apuntaba la enorme polla a su coño mientras yo seguía lamiendola. Mi novia soltó un aullido de sentir que la abrían en dos. Nunca había sentido algo tan grande penetrándola y, por un momento puso de lado el ordenador y miró entre sus piernas para verme a mí, con cara de vicioso, mientras le intenraba meter esa enorme polla de plástico en el coño. Raquel tenía un dilema, no sabía si mirar como poco a poco se la iba clavando, o si seguir hablando con JOsé, a quien había olvidado por completo. Optó por intentar ambas cosas, aunque cada vez gemía más.

En cuanto se puso a hablar con nuestro amigo, se corrió, y eso que solo le habia entrado la mitad del consolador. Nunca había visto así a mi novia y no podía creer lo que estaba sucediendo. mi novia estaba chateando con un negro que se la quería follar y yo le estaba follando el coño con una enorme polla negra. Raquel se siguió corriendo durante la siguiente hora y media hasta que me pidió parar. Cerró la ventana del messenger, me dijo que estaba cansada y que se iba a dormir. Se fue corriendo a la cama y yo me quedé ahí con cara de gilipollas, y con la polla durísima porque en todo este tiempo no me había corrido.

Cuando me acosté, Raquel ya dormía y toda la habitación olía a sexo.

A la mañana siguiente desperté al escuchar unos gemidos y porque la cama se movía. Al abrir los ojos pude ver a Raquel con el enorme consolador negro que le había comprado la tarde anterior. Tenía los labios del coño salidos y el clitoris tambien se veia excitado. Apenas se había metido la mitad pero ya gemia como puta y, por lo mojado que estaba el consolador, parecía que ya se había corrido alguna vez. No se dio cuenta de que ya me había despertado y me quedé mirándo como follaba ese consolador mientras me iba empalmando. Después de 10 minutos mirándola, se había corrido una vez más y había conseguido meterselo todo. Yo miraba extasiado como su coño se abría para abarcar al invasor y no podía dejar de mirar su clitoris, que crecía cada vez más. No pude resistirlo más y me decidí a ayudarla. Cogí la mano con la que se estaba follando el coño y comencé a moverla con ella.

Raquel simplemente me sonrió y me preguntó soltando un gemido: "¿Perdona mi vida, te desperté?". Me deslicé entre sus piernas y comencé a lamerla como había hecho la noche anterior. "no pasa nada", le respondí en una de las pausas, "Me encanta despertar así. Y dime, mientras sigo probandote ¿qué te pareció José?".

Raquel se quedó callada un momento, lanzó un suspiro y me dijo: "Cariño, Gracias. Me gustó mucho, creo que nunca había estado tan excitada". Aunque sentí una punzada de celos en el estómago me excitaba mucho saber que mi mujer habia practicado cibersexo con un negro, que se había excitado con su polla descomunal y que mientras tanto yo estaba comiéndole el coño y follándola con una réplica de esa verga. "¿Te puedo preguntar de qué hablaron, que al final no me contaste nada?".

Raquel se corrió y cuando se recuperó un poco me preguntó seria: "¿Estás seguro de que estás preparado? No quiero lastimarte".

Le respondí que lo estaba y me dijo simplmente "ok, allá tú".

-"Verás cari, José se dio cuenta inmediatamente, no sé como, de que soy un poco sumisa. Es muy dominante y bueno, tu has visto su herramienta, tendrás que admitir que tiene razones para serlo".

-"Claro", dije en voz muy baja. No me terminaba de creer que me estuviera hablando sobre otro tio, al que yo le había contado sobre el lado sumiso de Raquel, y que mi reacción fuera estar empalmado.

Aunque había fantaseado con esto, me daba miedo hacia donde se estaba dirigiendo y me daba cuenta de que la cosa se me podía ir de las manos en cualquier momento.

-"Pues me estuvo preguntando sobre lo que hemos hecho, sobre mi experiencia y mis fantasías...

-Y tu le contaste todo...

-Si, estaba super excitada, contigo ahi chupandome como solo tu sabes hacer, como estás haciendo ahora. Además el puso la cam y estaba viendo como se pajeaba y eso me puso todavía más caliente... No podía más del calentón que traía, a pesar de que racionalmente sabía que era una mala idea y no me estaba gustando, pero estaba deseando que continuara su relato mientras le seguía chupando y follando el coño con el consolador. "Y qué más hicieron?". le pregunté con deseo.

-Pues el me estuvo dando instrucciones para el día de hoy

-Qué? ¿Como que instrucciones?

-Quiere que quite las fotos que subiste y que ahora, antes de que me vaya, me tomes algunas fotos con el consolador pero solo se las vamos a mandar a el. No me podía creer que José le estuviera dando órdenes a mi novia y, sobre todo, que ella le estuviera haciendo caso. Pero, una vez más, la polla fue la que pensó por mí y antes de que me diera cuenta ya estaba con la cámara entre las manos tomándole fotos mientras se follaba esa polla de goma.

Los primeros planos del coño de Raquel, peludo y estirado al máximo me la estaban poniendo durísima. A ella también le excitaba la situación porque se corría constantemente al estarse exhibiendo para unas fotos que servirían para que se masturbase un chico negro diez años más joven que ella. Y aunque la había "conocido" la tarde anterior, ya había conseguido "dominarla".

Después de una corrida más, me dijo que ahora tenía que tomarle fotos chupando el consolador, que así se lo había pedido José. Yo cumplí como un autómata y mientras sacaba fotos de mi mujer chupando aquel rabo tan realista, no pude aguantar más y sin siquiera tocarme me corrí en el pantalón del pijama.

Raquel se dio cuenta y simplemente se rio. Dijo que ya estaba bien, que se le hacía tarde y se metió a la ducha. Yo me quedé ahí sin saber muy bien que hacer. Cuando salió del baño me dijo que se iba a trabajar pero que esperaba que me conectase y le enviase las fotos a José, que así lo había ordenado la noche anterior.

Raquel se marchó a trabajar y yo, una vez más, me hice un café y me fui al ordenador. Lo primero que hice fue conectarme al msn, pero no ví a José conectado. Comencé a bajar las fotos de la cámara ydepsués me fui a la web donde había colgado los relatos y los bajé, siguiendo las instrucciones de Raquel. Cuando terminaron de bajarse las fotos de la cámara, las mire todas y no pude evitar pajearme y volverme a correr mientras seleccionaba diez para enviárselas a José. Después le mandé un correo a Raquel diciéndole que ya había bajado las fotos y le había enviado las nuevas a José. Le adjuntaba una foto en la que se le veía con las piernas abiertas y con el consolador metido hasta el fondo, mientras hacía una meca de dolor y placer que me fascinaba. Al final del correo le preguntaba si le gustaba lo que veía.

Raquel me respondió a los 5 minutos diciéndome que se había excitado mucho con la foto. Que no podía creer que fuera ella y que pensaba que era una de las chicas de las películas que habíamos visto. Me confeso´que había tenido que irse al váter a correrse y que tenía muchas ganas de llegar a casa. Mientras terminaba de leer el mail de Raquel, José se conectó. Lo saludé y lo primero que me dijo fue:

-Raquel me ha contado que tuviste un pequeño accidente esta mañana. NO me podía creer que ya se lo hubiera contado. ¿Cómo? Antes de que pudiera articular una palabra más, José me dio la respuesta:

-Ayer le dí mi móvil y me llamó esta mañana a contarmelo No me podía creer que Raquel le hubiera llamado. Todo iba demasiado rápido. Antes de que dijera nada, José volvió a la carga.

-Veo que estás callado, supongo que estarás confundido pero ayer te pregunté si estabas seguro y te dije que el sábado me la estaría follando. Me equivoqué, creo que no será el sábado sino mañana, el viernes.

-¿Cómo estás tan seguro?

-Porque Raquel está encoñada con mi polla y no se le va a quitar hasta que no me la folle. Da igual a estas alturas que tu le digas que no. Le insististe, la llevaste hasta mí y ahora no te puedes echar para atrás. Si te portas bien, me la follaré en tu casa frente a tí. Pero si decides ponerte tonto y decirle que no me vea, me la voy a tener que llevar a mi casa y devolvértela a la mañana siguiente. ¿así que como va a ser? Me quedé pensando unos instantes hasta que finalmente me decidí:

-Quiero verlo, haré como digas.

-Bien cornudo. Esta noche harás todo lo que te diga Raquel y sin rechistar. Ahora quiero que cuando te duches te rasures todo el vello púbico.

-¿Qué? ¿Por qué?

-¿No quedamos en que te ibas a portar bien? Tu lugar no es hacer preguntas, es obedecer. Pero igual te lo voy a contar. Resulta que ayer a Raquel le gustó mucho que tuviera la polla depilada. Y me dijo que le encantaría ver el contraste de nuestras dos pollas depiladas. La mía parecerá la de un hombre y la tuya de un niño, jaja No me lo podía creer, pero no tenía alternativa. Quería ver como botarían las tetas de Raquel mientras se estuviese empalando en esa polla, así que simplemente accedí.

-Bien, después quiero que salgas a la calle y que vayas a comprar algo de lencería para esta noche. Tu novia me va a dar un show con la cam y quiero algo que me vaya a gustar. ¿Entendido?

-Si

-Pues hala, no te entretengo más. Voy a ver las fotos que me mandaste y te espero esta tarde. Me metí a la ducha y me pajeé pensando en los acontecimientos de las últimas 24 horas. Después cogí un rastrillo y siguiendo las instrucciones me rasuré todo por primera vez en mi vida. Al salir de la ducha me sentía raro pero no le dí mayor importancia y me vestí y me fui a comprar algún conjunto para Raquel. Los boxers me rozaban la piel recien rasurada y no podía dejar de empalmarme todo el rato pensando en lo que iba a hacer.

Estuve casi una hora en una sex shop. buscando conjuntos para Raquel. Al final decidí por comprarle un conjunto de lencería que consistía en un tanga negro diminuto, un corsé, un liguero y mallas de rejilla. Comí por ahí y volví a casa hacia las 5. Aunque pensé en conectarme, la verdad es que no tenía muchas ganas de toparme con José y decidí echarme una siesta para esperar a que Raquel volviera de trabajar.

Desperté cuando sentí una mano en mi polla. Abrí los ojos y ya era de noche, pero Raquel me miraba con una sonrisa y me dijo al oido: "Me encanta que te hayas rasurado, no sabes las ganas que tenía". Me quedé un poco sorprendido pero no le dije nada y comencé a tocarla y noté que estaba empapada así que intenté moverla para que se montara sobre mi polla pero me frenó:

-No corazón. Esta noche le voy a dar un show a José y no quiere que me folles.

-¿Qué?, pregunté bastante enfadado, ¿Cómo que no quiere que te folle?

-Tranquilo, cari, solo serán unos días hasta que folle con él. En cuanto terminó de decirlo se me puso dura y ella lo notó, así que comenzó a hacerme una paja más rápido y a decirme al oído:

-Verdad que quieres que me folle José con su polla? Sabes, me he acostumbrado al tamaño del consolador y creo que si me follas ahora ni te voy a sentir... Y en ese momento me corrí, en toda su mano, mientras ella se reía y me decía que se iba a divertir mucho teniéndome de cornudo. Sacó su mano de mi pantalón toda pringosa y me la acercó a la boca. Yo la miré con cara de asco, pero ella me ordenó que lo limpiara. Así que sin más remedio empecé a lamer.

Cuando la dejé limpia me dijo que me diera prisa, que José había dicho que le preparase un baño. La miré con cara de pocos amigos pero no dije nada y me fui a prepararle la bañera. Raquel entró al cuarto de baño desnuda y no pude evitar de admirar su cuerpo y empalmarme. Se metió a la ducha e hice lo que pude para dejarla bien limpia sin saltarle encima del calentón que me estaba dando de bañarla para José. Cuando le estaba limpiando la espalda, Raquel me dijo que le acercara una cuchilla y crema de afeitar porque José le había dicho que la quería sin pelo en el coño.

No me lo podía creer, yo le había rogado durante años que se depilara el coño y siempre me había dicho que no, pero con el tal José bastaron 24 horas para que mi novia le cumpliera el deseo. Cuando terminé de quitarle todo el pelo, la verdad que quedó espectacular y comencé a darle besos y a lamerla. Raquel gimió y me dijo que estaba muy bien y que aunque no la podía follar, se la podía chupar cada vez que quisiera. Pronto se corrió y me dijo que estba bien, que quería estar lista para el show que le iba a montar a José. Le traje lo que le había comprado esa mañana y se lo dí: "Quiere que te pongas esto para el show". Raquel lo miró, divertida, y me echó del cuarto de baño para cambiarse y me dijo que me conectara y que preparara los juguetes.

Salí del baño excitadisimo. Me llevé el ordenador a la habitación y lo puse en la cama, junto al consolador que obviamente usaríamos. Me conecté al msn y ahí estaba José que en cuanto me vio me dijo que le pusiera. Me preguntó por Raquel y le dije que estaba terminándose de cambiar. Me pidió que le pusiera la cam y me puse un poco nervioso pero finalmente lo hice. En cuanto me vio me dijo que quería verme desnudo. Yo le respondí que esperaramos a Raquel, que la del show era ella.

-Recuerda que si sigues así, cuestionando mis órdenes, no podrás ver cuando me la folle mañana.

No lo dudé más y me quité toda la ropa y me pare frente a la cam. José empezó a reir y a decir que con razón Raquel se había puesto tan cachonda con su polla y que ahora entendía lo que le había dicho de que conmigo no se corría cuando la follaba. No podía creer que Raquel le hubiera contado eso y que no se hubiera corrido una sola vez en el tiempo que llevabamos juntos pero preferí no decir nada y obedecer cuando me ordenó tumbarme en la cama boca arriba para esperar la llegada de mi novia. A pesar de la situación, estaba terriblemente excitado y no había manera de ocultar la erección que tenía. José se burló de mí y me ordenó ponerme el consolador negro junto a mi polla para esperar a Raquel y que pudiera comparar las diferencias y elegir lo que más le gustase.

A los dos minutos de estar esperando a mi novia como me había ordenado José, escuché que sonaba el móvil de Raquel y que ella contestaba. José, mientras tanto, no me decía nada en el messenger. Estuve esperando unos minutos así, hasta que se abrió la puerta del baño y finalmente salió Raquel. Iba espectacular, la mire de arriba abajo y parecía una puta. Los zapatos de tacón negros resaltaban sus piernas, que estaban cubiertas con las medias de rejilla. El tanga transparentaba los depilados labios de mi novia y el corsé resaltaba sus enormes tetas.

Raquel ni siquiera me volteó a ver, seguía hablando por teléfono, hasta que José le debió decir algo y yo le escuché responder: "Jaja, que fuerte, parece tan pequeña a su lado". Eso no ayudó a bajar mi erección. Era verdad. Mi polla dura ni siquiera llegaba a la mitad del tamaño del consolador, ni de largo ni de ancho. Raquel siguió hablando por teléfono y me dijo simplemente que me asegurara que la cam siempre estuviera enfocada hacia ella. Se subió a la cama y, sin quitarse los zapatos de tacón, se puso a 4 patas y sacó el culo para José. En ese momento José puso su cam y pude ver lo que mi novia había visto la noche anterior y que tanto le había excitado.

Raquel siguió posando y no se perdía detalle de la pantalla y de lo que hacía José. A mi ni me hacía caso y yo estaba ocupada buscando sacar los mejores planos de la acción. Después de un rato así, escuché que Raquel decía al teléfono:

-Te puedo comer la polla?

José le debió de decir que sí, y Raquel se puso a comer el enorme consolador negro que yo tenía junto a mi polla. Comenzó a chupar como una loca, intentando metérselo todo en la boca. De vez en cuando, sus tetas rozaban mi polla que estaba a punto de estallar. Mi novia solo gemia cada vez que sentia la polla de goma en su boca. En uno de esos roces no pude mas y me corri sobre sus tetas. Raquel se comenzó a reir y le contó a José lo que había sucedido. Raquel me puso el teléfono al oído y escuché a José decirme:

-¿Qué te pasa cornudo? ¿Quién te dijo que podías correrte? Has ensuciado a mi puta, así que ahora lo limpias, entendido?

Respondí con un tímido si señor y cuando iba a ir por una toalla, Raquel me dijo que esperara. "Quiere que lo limpies con la boca". Aunque no tenía ningunas ganas, hice lo que me dijo y comencé a limpiarle las tetas de mi corrida, mientras ella seguía mamando ese consolador y escuchando lo que le decía José al teléfono. Raquel empezó a reírse y me anunció:

-José dice que me quites el tanga y que lo huelas.

Lo hice, lentamente, y cuando las tuve entre mis manos pude ver que estaban empapadas. Las olí y el olor a la excitación de mi novia invadió mi nariz. "Si, es un cerdo, lo está oliendo y se está empalmando otra vez", escuché a Raquel decir al teléfono. Después volvió a soltar una risita y me ordenó mirando mi polla: "José dice que te tapes esa cosita para evitar accidentes y que te pongas el tanga". Después soltó una carcajada. Yo no me lo podía creer pero la obedecí. Los dos se estuvieron riendo de mi, hasta que me ordenaron seguir grabando.

Pasé un par de horas viendo como mi novia hablaba por teléfono con José, se follaba esa polla de goma y se corría una y otra vez. El tanga me resultaba incomodísimo, sobre todo porque estaba empalmadísimo viendo a mi novia comportarse como una puta. Cuando Raquel botaba sin parar con el consolador entero metido, gritó: "Follame, cabrón, mañana quiero que vengas a mi casa y me folles delante del cornudo de mi marido". Raquel tuvo el mayor orgasmo que he visto mientras gritaba nuestra dirección y le decía a José que lo esperaba a las 8. En ese momento yo me corrí sin tocarme.

No pegué ojo en toda la noche pensando en lo que sin duda iba a ocurrir al día siguiente. Por un lado estaba exitadísimo por lo que iba a pasar pero por el otro tenía miedo de como iba a cambiar nuestra vida ese encuentro. A pesar de mis dudas no había marcha atrás. Yo había empujado a Raquel hasta aquí y ahora que finalmente la había convencido no podía decirle que había cambiado de opinión. Además, aunque se lo dijera ahora, ella ya se había decidido e iba a ser imposible que cambiara de opinión. Así que en menos de 24 horas la vería siendo follada por otro hombre.

Finalmente me pude dormir a las 6 de la mañana y a las 8 Raquel me despertó poniendo sus muslos sobre mi cara y ordenándome que le comiera el coño porque se había despertado muy caliente pensando en lo que le iba a deparar el día. Lo hice de muy buena gana mientras escuchaba a mi novia decir las ganas que tenía de estar a 4 patas con la polla de José taladrándole el coño. Raquel se corrió mientras le chupaba y metía dos dedos y cuando terminó volteó a ver mi polla y se compadeció. Se la metió en la boca y fue suficiente para que me corriera. Lo tragó todo y se fue a ducharse entre risas sin decirme nada más.

No puedo describir lo lento que se me pasó todo el día a pesar de que me pasé toda la mañana ordenando la casa para la noche. A las 5.30 Raquel me llamó para decirme que en media hora estaría en casa y que quería la bañera llena para empezar a prepararse para su cita. La ayudé a bañarse, tallándole todo el cuerpo y también a depilarse las axilas, las piernas y el coño hasta que salió de la bañera y comencé a secarla. "Entiendo que estés excitado corazón pero me haces daño, ya me seco yo", me quitó la toalla y se fue a la habitación a terminar de secarse ella. Se acostó en la cama y me dijo que me acercara, que podía secarle los pies porque no llegaba. Corrí a sus pies, literalmente, y se los sequé con esmero. Después me pidió que le pintara las uñas de los pies porque se lo había pedido José. Corrí por el barniz y mientras se las pintaba no podía evitar mirar entre sus piernas y empalmarme al ver su coño y pensar en como iría a cambiar después de que lo follara la enorme polla de José.

Cuando terminé de pintarle las uñas y de soplar para que se secaran ya eran las 7.30 y faltaba solo media hora para la llegada de nuestro invitado. Era hora de vestirse y lo primero que se puso mi novia fueron unos zapatos de tacón de 15 centímetros que resaltaban sus piernas y le hacían sacar el culo. Luego se puso un tanga de hilo dental negro y encima de eso el camisón que le había regalado para su cumpleaños y con el que le había hecho esa primera sesión de fotos. Mientras la miraba embobado me ofreció una explicación:

"José quiere que me la ponga porque dice que como es una prenda muy simbólica de como ha cambiado mi vida desde mi cumpleaños". Me quedé aturdido por la explicación, no recuerdo si respondí y si lo hice habrá sido con un tímido "vale".

Mientras Raquel terminó de vestirse (que fue bastante breve) y de maquillarse (en esto si tardó un poco más), me pidió que trajera una silla de la cocina al dormitorio. Cuando la traje me pidió que me sentara y cuando lo hice me cogió la cabeza y me dio un beso.

"Gracias por esto amor, por empujarme a esto. Quiero que sepas que pase lo que pase hoy siempre voy a querer estar contigo. Y que aunque te diga cosas que parezcan crueles, lo hago porque me doy cuenta de que le gusta a tu pollita", me dijo Raquel y movió la mano para comprobar que estaba muy empalmado. Tras notar mi excitación, simplemente se rio y me djio: "Ahora ven a la cama a comerme el coño en lo que llega José" y se fue andando a la cama a acostarse y abrió las piernas. La seguí y me arrodillé en la cama para empezar a probarla por encima del tanga. En cuanto me acerqué vi que estaba empapada, deseosa de polla. Me fui con cuidado de que no se corriera, después de unos 15 minutos la notaba a punto de correrse y me dijo que parase porque la primera corrida de ese día se la iba a dar José.

Raquel me ordenó que me desnudara y después me dijo que le quitara el tanga, que estaba empapado por la comida de coño que le acababa de hacer. Cuando las tuve entre mis manos me ordenó olerlas para que viera lo excitada por otro macho. Mientras las aspiraba me dijo que me desnudara y la obedecí al momento. Me ordenó que me pusiera su tanga y sin pensarlo demasiado hice lo que me pedía, después me dijo que me sentara en la silla que acababa de subir y que pusiera las manos detrás de la silla. Le hice caso y la escuché que iba al armario a buscar alguna cosa. Cuando volvió noté que eran unas esposas y antes de que pudiera protestar, ya estaba atado a la silla, sin poder hacer nada al respecto. "josé quiere evitar accidentes y que me manches, pero quiere que no te pierdas detalle", me dijo Raquel con una mirada de zorra que nunca le había visto.

Justo en ese momento sonó el timbre y Raquel corrió ansiosa a abrir, vistiendo solo el camisón transparente y con los pezones durísimos por el juego previo. Escuché que se abría y cerraba la puerta y oí a José decir "qué buena estás puta, mejor que en cualquier foto" y escuché los sonidos de lo que supuse era un beso. Después de unos 10 minutos en el recibidor, en los que supongo que José le estuvo metiendo mano a mi novia lo escuché decirle que fueran a la habitación para que le presentara al cornudo.

Cuando entraron mi novia tenía el camisón subido por el ombligo y su coño se veía abierto y totalmente mojado. José me miró esposado a la silla y con las bragas de mi mujer y simplemente se rió mientras se acostó en la cama y le hizo señas a mi novia de que lo acompañara. Los dos estaban acostados y mi novia empezó a acariciarle por encima del pantalón. José me volteó a ver y me dijo, "Joder, si que está deseosa de polla la puta". Mi novia respondió quitándole los zapatos y los pantalones a José, dejándolo solo en boxers. Éste la miró y le dijo: "Muy bien zorrita, ahora quitamelos solo con la boca" y mi novia respondió poniendo el culo en pompa y acercando la boca al calzoncillo del tipo que acababa de conocer hacía 15 minutos.

Raquel empezó a bajarle el calzoncillo como pudo y pronto logró liberar la enorme polla que tanto le había excitado por la webcam. El rabo de José golpeó en la cara a mi novia que puso una cara de incredulidad y le salió del alma un "Dios, qué rabo". José se rió y terminó de quitarse los boxers él mismo. Después cogió a Raquel del pelo y le dijo: "Mira putita, si consigues meterte toda mi polla en la boca, sabré que te cabe también en el coño y entonces te follaré". Mi novia lo miró asustada y también miraba la enorme tranca de nuestro invitado. Yo, desde mi silla, no podía hacer nada para impedir que José hiciera con ella lo que quisiera. La soltó del pelo y Raquel se fue directa a su polla. La cogió con las dos manos y la miró, entre aterrada y excitada.

La visión de mi novia con ese rabo entre sus dedos, que no alcanzaban a rodearlo era demasiado. Sin perder más tiempo Raquel se la metió en la boca y, con trabajos consiguió meterse la cabeza de la polla en la boca. No se la sacaría en un buen rato. Una de las características de mi novia es que es muy competitiva, así que conociéndolo como la conozco supe que no pararía hasta no meterse la polla entera. Raquel empezó a chupar y a intentar meterse toda la polla. Pronto le vinieron las primeras lágrimas a los ojos y se tuvo que sacar la polla mientras tosía y le daban arcadas. Después empezó a lamer los huevos y a lo largo del enorme tronco lubricándolo bien. Tras descansar un poco, Raquel volvió a la carga y pronto tenía la mitad de la polla de José en su boca. No veía la forma de que le cupiera entera, pero Raquel no se iba a detener.

Durante media hora, vi a mi novia con el rabo de José en la boca, parecía hipnotizada, decidida a probar que podría. La excitación que sentía al ver a mi novia comportarse de esa forma y los comentarios de José sobre lo bien que la mamaba y lo caliente que estaba la perra fueron demasiado y me corrí cuando Raquel había logrado meterse 3/4 partes de la polla de José. Él se dio cuenta y se lo contó entre risas a Raquel, quien se sacó la polla de la boca, me volteó a ver y me dijo: "José tenía razón, qué bueno que te até porque no te habrías podido estar quieto. Su nuevo amigo aprovechó la pausa para sugerirle que se pusiera de rodillas frente a mi. Raquel lo hizo y José se puso a medio metro mío. "Para que el cornudo no pierda detalle vas a seguir chupando aquí frente a el".

Pude ver en los ojos de mi novia una excitación que nunca había visto y después volvió a intentar meterse toda la polla en la boca. Después de 15 minutos así consiguió metérsela entera. Mi polla volvía a estar durísima y a punto de reventar otra vez, a pesar de que no podía tocarme. Cuando los labios de Raquel tocaron los huevos de José, soltó una exclamación que pude escuchar a pesar de que tenía toda su polla en la boca. Aunque los ojos los tenía entrecerrados y con lágrimas se veía extasiada de haber conseguido metersela entera, después de una hora y media intentándolo. Estaba tan sorprendido de la determinación de mi novia y del aguante de José que no se había corrido. "Mira la puta, tiene ganas de que me la folle porque le ha cabido entera", dijo el enorme negra que aprovechó para coger a mi novia del pelo y follarle la boca mientras ella gemía. Parecía que disfrutaba con la follada de boca que le estaban dando.

José se corrió en la boca de mi novia esa primera vez. Sacó su polla de su garganta y se corrió en su boca, ordenándole que no se lo tragara. Mi novia le obedeció y pronto le empezó a escurrir por la comisura de los labios y a salpicar sus tetas. Cuando José terminó de correrse, le dijo que se hincara frente a mi y que dejara que todo se le escurriera a las tetas. Raquel me miró con lujuria y dejó que se le escurriera la corrida mientras se tocaba el coño, Estuve a punto de correrme solo de verla comportarse así. Cuando escupió todo, José le dijo que me diera un beso para darme las gracias por la idea. Raquel gateó hasta mí y me dio un beso con la boca llena de lefa y a mi me excitó tanto que le devolví el beso, caliente perdido.

Raquel se cogió las tetas y se las juntó, dejándome ver lo manchadas de semen que estaban. Se acercó a mi oído y me dijo:"Limpiame las tetas corazón, para que José me folle como tú querías. Aunque en ese momento me arrepentí de haber empujado a Raquel hasta este punto, otra parte de mí estaba terriblemente caliente con la situación. Y esa parte de mi cerebro fue la que ganó porque me lancé a comerle las tetas sin pensar en nada, mientras Raquel gemía y me decía lo mucho que iba a disfrutar follándose a José frente a mis narices. Después de un rato limpiándole las tetas y pensando en lo que iba a pasar no pude evitar correrme otra vez. Mi novia notó que paré y miró como me corría sin hacer nada para estimularme. Se lo contó a José entre risas y este le respondió divertido: "Pobre, con razón estás tan necesitada. Ya está bien puta, vuelve a la cama" y Raquel se paró como un rayo y se fue a su lado a avalanzarse a comerle la polla. Esta vez le entró entera a la primera y muy pronto logró que se le pusiera durísima otra vez.

José le pidió que pararan y que fuera a donde estaba yo. Le dijo a Raquel que apoyara sus brazos en mis hombros y que sacara el culo. Rápidamente, mi novia estaba frente a mí, mirándome a los ojos mientras su nuevo amigo se acercaba a ella por detrás. Le dio una nalgada y mi novia lanzó un gemido de dolor, así que le dio un par de azotes más. Después le metió un dedo (lo supe por la cara que puso Raquel) y exclamó: "Qué mojada está esta zorra" y mi novia simplemente gimió como respuesta.

Se puso detrás de ella y le separó un poco más las piernas. Su enorme polla estaba a la entrada de su coño. Le clavó solo la cabeza y Raquel soltó un alarido de dolor. "para, me haces daño", le dijo mi novia, pero JOsé no le hizo caso y se la siguió metiendo poco a poco. Mi novia seguía chillando del dolor y yo no podía hacer nada para evitarlo. Después de unos 15 minutos consiguió metérsela entera. Raquel soltó un "ahhh" de dolor, que pronto se transformó en un "ahh" de placer. José se quedó quieto, dejando que mi novia se acostumbrara al tamaño y mi novia empezó a gemir y a mover las caderas, intentando que le entrara más polla. Su cara se había transformado. Tenía los ojos en blanco, la boca abierta y no paraba de jadear y de repetir "Joder, joder".

José empezó a sacársela y metérsela lento y mi novia se corrió por primera vez aquella tarde. Supe que se había corrido porque empezó a eyacular y su flujo me salpicó en las braguitas que llevaba puestas, ocasionando que me corriera una vez más. Esta vez ninguno de los dos se dio cuenta, estaban demasiado metidos el uno en el otro como para hacerme caso. Después de media hora follando así pasaron a la cama y lo hicieron en todas las posiciones imaginables. Raquel se corrió unas 10 veces mientras José la follaba sin piedad. Mientras mi novia estaba a 4 patas gimiendo como puta, José le anunció que se iba a correr. Raquel le gritó: "Síi, córrete dentro" y siguió follandolo como salvaje hasta que finalmente se corrió dentro de ella.

Los dos quedaron tendidos en la cama, rendidos. Después de unos diez minutos José dijo que nos dejaba para que habláramos entre nosotros y que esperaba que la experiencia se repitiera. Se vistió y se fue y nos dejó a los dos solos. Yo, a estas alturas, volvía a estar caliente perdido. Raquel fue por la llave de las esposas y me liberó. En cuanto lo hice me abalancé a besarla y ella, entre risas, me dijo que veía que me había gustado el espectáculo.

La tiré en la cama y me fui entre sus piernas a comerle el coño, que estaba totalmente abierto y chorreando la corrida de José. Ella gimió y me dijo que era un buen cornudo. Después de correrse un par de veces me puse sobre ella y le dije que me la iba a follar. Me quité las bragas y metí mi polla de un empujón. No se sentía como otras veces, apenas lo notaba alrededor de mi polla. Empecé a follarla y despues de un minuto ella me miró y me dijo: "Avísame cuando estés dentro". Con eso fue suficiente y me corrí dentro de ella. Nos fuimos a dormir, pero sabía que nuestra vida había cambiado.

¿No estás orgullosa de mí?”, me preguntó Raquel a la mañana siguiente después de tomar el desayuno que le llevé a la cama. “¿Por qué?”, pregunté sin saber muy bien a qué se refería. “Pues de qué va a ser tontito, de que me cupiera toda la tranca de José en la boca”, me dijo riendo y quitándose las sábanas. Me quedé embobado mirando su cuerpo desnudo. El coño todavía lo tenía rojo de la follada que le habían metido la noche anterior y el interior de sus muslos estaba manchado de restos de semen reseco. Esa visión trajo a mi mente las imágenes de la noche anterior y no pude evitar empalmarme, a pesar de que la experiencia no había sido del todo como yo la imaginaba.

Raquel se dio cuenta de mi erección y se rió. Empezó a pajearme y me susurró al oído: “Yo creo que tu pollita si está orgullosa de mí. Le encantó haberme visto comportarme como la puta de un negro, como tu me pediste mi amor...”, en ese momento me corrí sin quererlo, pero no pude contenerme. Raquel se mosqueó un poco y me hizo limpiarle la corrida que habia caído fundamentalmente en su mano. Después me dijo que le tenía que comer el coño pero suave, porque le seguía doliendo de la noche anterior. Abrió las piernas y me puse entre ellas y comencé a lamer. De cerca su coño se veía inflamado y abierto y todavía le seguía saliendo la lefa de José. No me acostumbraba a verlo totalmente depilado y me encantaba. Empecé a lamer muy lento y a los pocos segundos le arranqué el primer gemido.

No importa que te corras enseguida, cornudito. Con José y tu lengua, no necesito nada más”, dijo entre jadeos antes de correrse. En ese momento sonó el móvil de Raquel que lo cogió y, tras comprobar que era José, me cogió la cabeza con las dos manos y me empujó hacia su raja para que se la comiera mientras hablaba con él. La sensación de estarle comiendo el coño a mi novia en el que todavía quedaban restos de su amante negro, mientras hablaba por teléfono con él es de las más humillantes que había vivido hasta ese momento. “Si, si estoy muy caliente cielo”, la escuché decir por el teléfono, “tengo al cornudo comiendome el coño y estoy pensando en tu polla. Tengo ganas de metermela entera otra vez”.

Mi novia se corrió un par de veces más y finalmente colgó. Al despedirse de José, me inquietó escuaharla decir: “Te esperamos esta noche”. A pesar de que no me gustaba el rumbo que estaban tomando las cosas, volvía a estar empalmado. Raquel se dio cuenta y me dijó: “Fóllame con tu pollita, haz que me corra, dame todo lo que tienes”. En pocos segundos estaba sobre ella montándola. La penetré con mucha facilidad y mi novia me dijo: “eso, muy bien, follame el coñito usado de puta”. Eso fue demasiado para mí y me volví a correr dentro de ella. Raquel bastante mosqueada me hizo quitarme de encima e ir a buscarle su consolador favorito, con el que se masturbó hasta correrse un par de veces. Cuando terminó me advirtió: “Ya que no me puedes complacer por las mañanas como quier, José se va a quedar a dormir esta noche” y se metió a la ducha sin darme ninguna explicación sobre lo que haríamos ese día.

Se empezó a vestir, poniéndose un tanga y sujetador a juego, de una tela blanco casi transparente. La braga no ocultaba en nada los labios de su coño y la parte de arriba apenas alcanzaba a tapar sus pezones. Sus enormes tetas amenazaban con salirse en cualquier momento. Se veía espectacular. Después se puso un vestido de verano de flores, muy corto y que dejaba ver un hermoso escote y unas alpargatas que realzaban su culo. “Adiós cornudito, qué pases una buena mañana. Te espero aquí a las 6 para que me prepares para mi cita de esta noche. Diviértete”. Sin dejarme decir nada ya se había ido y me quedé ahí confundido y arrepentido de haberle insistido tanto con que me cumpliera esta fantasía. No estaba resultando para nada como lo había imaginado.

Pase el día intentando trabajar, aunque en el fondo no podía dejar de pensar en lo rápido que habían evolucionado las cosas. Aunque me arrepentía, también reconocía que era una de las experiencias que más me habían excitado. Pronto dieron las 6 y Raquel llegó poco después llena de bolsas. Parecía que había estado de compras. Sin decirme nada sobre qué había hecho todo el día, me ordenó seguirla a la habitación y desnudarme. Lo hice bastante extrañado. Ella se tumbó en la cama, se subió el vestido y se abrió de piernas. Cuando me fije entre sus piernas pude ver que los labios de su coño estaban totalmente abiertos y que el pequeño tanga estaba atrapado entre ellos, sin duda excitándola a cada paso que daba. Sus muslos estaban manchados. “Joder”, pensé, “ya ha follado otra vez”. Raquel me leyó la mirada porque me dijo severa: “Sí cornudo, he estado con José y eso que ves es su corrida. Ahora quítame las bragas y póntelas”. Me quedé de piedra y, una vez más, mi polla se apoderó de mi capacidad de raciocinio e hice lo que me dijo. Su tanga estaba realmente empapado, tanto de sus jugos como de la corrida de su amante. La sensación pringosa de ponérmela no fue lo que más me gustó. Pero a estas alturas que iba a hacer.

Raquel se rió cuando vio mi cara de asco y me dijo: “Muy bien corundito, así me gusta. Ahora ve a poner la bañera y límpiame un poco con la lengua, como tú sabes”. Empecé a llenar la bañera y obedecí a mi novia, que se corrió un par de veces antes de que su baño estuviese listo. Después repetimos el ritual de preparación de la noche anterior. Esta vez, además, se hizo una lavativa por instrucciones de José. “Me va a desvirgar el culo esta noche cornudito”, me dio mi novia por explicación. Casi no me habló durante las casi dos horas en las que la estuve bañando, lavando, depilando y retocando las uñas de pies y manos.

Raquel me pidió que le trajera las bolsas que había comprado y se las llevara a la habitación. Empezó a vestirse. Esta vez no se puso nada de ropa interior. Solamente un liguero y unas medias de rejilla. Estuvo maquillándose vestida sólo con eso y unos altísimos zapatos de tacón negros. No pudo evitar empalmarme mirando lo buena que estaba y recordando cuando solo yo la follaba. Cuando terminó de maquillarse se puso un vestidito negro espectacular. Era muy abierto por el frente, asi que se alcanzaba a ver el perfil de las tetazas de mi novia. Y además era muy corto, apenas llegaba a donde el liguero se enganchaba con las medias. Se veía impresionante y mi polla, a punto de reventar, daba fe de ello. Mi novia se dio cuenta y se volvió a reir. Me llevó al estudio y me dijo que me sentara frente al ordenador. Cuando lo hice me cogió las manos y otra vez me esposó a la silla. Encendió el ordenador y sacó un pen drive de su bolso. Abrió una carpeta y comezó un vídeo. Justo en ese momento tocaron a la puerta y mi novia volvió a reir: “Justo a tiempo. Me voy a cenar, pero estaré de vuelta para cuando termines de ver este vídeo en el que podrás ver lo que hice el día de hoy. Te quiero mi amor. No te vayas y espérame despierta” y se marchó.

El vídeo empezaba con mi mujer sentada en una cama, que suponía era la de José. Mi novia estaba sentada con las piernas abiertas y las tetas fueras y empezaba diciéndome: “Hola cornudito, espero que disfrutes de la cena tanto como nosotros. Verás, como esta mañana te corriste otra vez y me volviste a demostrar que no me puedes follar, a partir de ahora ya no vas a follar más conmigo. Ese privilegio está reservado para un hombre de verdad, como José”. Y cuando dijo ésto se inclinó y la cámara mostró la enorme tranca de José fuera de los pantalones. Mi novia comenzó a devorarla con lujuria y pude escuchar como José me decía: “Joder cornudo, sí que tenías hambrienta a la puta”.

Con su nueva técnica mi novia logró tragarse toda esa verga en poco tiempo. La primera vez que me corrí, sin ninguna estimulación, fue cuando mi novia, con la tranca de su amante metida hasta la gargante, recibió la ordén de José de “decirle al cornudo que lo quieres”. No pude evitarlo al ver a mi novia con la boca abierta al máximo farfullando algo que se asemejaba a un te quiero.

La segunda vez que me corrí fue cuando José decidió sacar a mi novia en pelotas al balcón de su casa, que estaba en un segundo y hacer que se apoyara contra el barandal y sacara el culo. Mientras José la follaba mi novia no paraba de gemir y de gritar, a pesar de que cualquiera que pasara por ahí podía verla. De repente, José le susurró algo al oído y mi novia se puso a gritar a todo pulmón y sin importarle que nadie la oyera: “Soy la puta de este negro”.

Mi última corrida esposado a la silla ocurrió justo después de que José se corriera en el coño de mi chica y le ordenara: “Muy bien guarra, ahora ponte el tanga para que no se escape nada y que el cornudo tenga su recompensa”.

El vídeo terminó después de más de dos horas de grabación en las que mi adorada novia era follada en todas las posiciones. Tuve que esperar unos veinte minutos más a que regresaran de su cena. Cuando lo hicieron Raquel se veía que estaba un poco borracha. Aún así seguía viéndose espectacular. Vino al ordenador y miró que me había corrido. Le gritó a José “Uy corazón, corre. Ven a ver como se ha puesto el cornudito que le ha encantado el documental que le hemos dejado”. Antes de que llegara su amigo, me dijo al oído: “Te quiero tanto mi vida, gracias por empujarme a hacer esta fantasía. Se que es duro para ti, pero me encanta que seas tan generosa conmigo. Y me encanta hacer de puta para ti, cornudito mío”. Me dio un morreo y comenzó a enseñarme las tetas y a preguntarme si me gustaba su atuendo.

Cuando llegó su amante le dijo que me soltara. “Hoy van a cambiar un poco las cosas. Tú, Miguel, vas a estar libre. La que va a estar esposada es la puta hambrienta y tu le vas a ayudar a que se meta mi rabo”. Raquel me soltó las esposas y cuando estuvo libre José me volteó a ver y me dijo: “A ver, cornudo, ofréceme a tu mujercita que anoche estabas muy poco participativo”. Me quedé parado sin saber que hacer así que José volvió a tomar la iniciativa. “Venga cornudo, enséñame sus tetitas, su coñito, pídeme que la folle... Bueno, aunque pensándolo bien medio restaurante le vio el coño y las tetas a la guarra que tienes por novia”.

Aunque me sentía profundamente humillado, bruscamente le saqué las tetas del vestido a Raquel y le levanté la falda, exhibiendo su sexo rasurado que ya se veía bastante mojado. Con la voz entrecortada y masturbando a mi novia, que movía las caderas obscenamente, le dije: “Fóllate a esta puta, por favor, que yo no sé qué hacer con ella y necesita polla. Mírala, está muy buena y tiene el coño empapado pensando en tí”, le dije resignado y dispuesto a jugar el papel que le había rogado a mi novia que hiciéramos desde hacía mucho tiempo y que ahora no había forma de parar. José se rió, “Muy bien, veo que de verdad quieres que me la folle cornudo. Quítale el vestido”. Le obedecí al instante y mi novia se quedó sólo con los zapatos de tacón, el liguero y las medias. Estaba irreconocible y de verdad parecía una puta.

José me ordenó que la esposara con las manos a la espalda y fue por algo a una mochila que había traído. Hice lo que me dijo y cuando regresó ví que traía entre sus manos un collar de perro y se lo puso al cuello a Raquel, que la miraba expectante sin poder mover las manos. Al collar le adjuntó una cadena de metal que colgaba a manera de correa. “Muy bien, cornudo. Ahora, para empezar, ponle a tu novia el asa de la correa entre sus dientes y párate a mi lado”. Hice lo que me dijo y contemplé a mi novia esposada, en tacones, medias y liguero y con una correa entre los dientes. La situación obviamente le encantaba, porque los pezones estaban durísimos y su sexo se veía abierto y húmedo. Mientras admiraba a Raquel, José se quitó los pantalones exponiendo su enorme polla, que empezaba a ponerse dura. Me sentí intimidado al estar a su lado. No sólo era mucho más grande que yo en todos los sentidos, sino que además yo llevaba las braguitas de mi chica así que me veía bastante ridículo.

A ver putita, miranos bien a los dos y decide a quien le quieres dar la correa esta noche, al cornudo de tu marido con su pollita que se corre sin tocarla, o con un macho de verdad”. Antes de que terminara la frase Raquel ya estaba de pie junto a José poniéndole la correa en la mano, despertando las risas y burlas de su amante. En cuanto tuvo el control de mi novia, tiró de la correa con fuerza y Raquel casi pierde el equilibrio. Cuando estuvo de rodillas frente a él, miraba su rabo con ojos de lujuria. José me volteó a ver y me ordenó: “Sé un buen cornudo, anda, sosténmela para que tu novia me la pueda mamar”. Me quedé de piedra, nunca había tocado una polla que no fuese la mía y, desde luego, esto no era para nada lo que tenía en mente cuando le pedí a Raquel que se follara a un negro. Raquel se dio cuenta de mis dudas y me miró, cachonda perdida y con ojos suplicantes: “Por favor, cari, ayúdame”.

Con las manos temblorosas le cogí la polla y se la apunté a mi novia a la boca. Ella la engulló, hambrienta y comenzó a mamar mientras yo me quedé ahí al lado, sosteniéndola y viendo a mi novia querida comportarse como una puta e intentando metersela todo. José me felicitó por ser un cornudo tan atento y cogió de la correa para regular el ritmo de la mamada y yo quité la mano. Más que una mamada, se estaba follando su boca sin piedad, metiéndole toda la tranca y sacándola, mientras Raquel hacía lo posible por mantener el ritmo. De vez en cuando le sacaba la polla y mi función era volvérsela a meter en la boca, a veces restregársela por la cara y otras sostenerla para que ella la lamiese de arriba a abajo. Su cara era un poema, de salida total y llena de saliva y no pude evitar correrme.

Raquel se dio cuenta de reojo, porque me tenía de frente y vio como empezaba temblar y pronto se manchaban sus braguitas. Siguió a lo suyo y al poco tiempo se percató José, quien se burló de mi y me dio la correa. “Anda cornudo, llevala a la cama”. Cuando estuvimos en la habitación José se tumbó en la cama y me dijo que pusiera a Raquel sobre él. Primero me hizo comprobar qué tan mojada estaba y le metí un dedo con el que pude comprobar que estaba terriblemente excitada, como nunca la había visto. Después me ordenó que le apuntara la polla al coño de mi novia que comenzó a bajar sobre ese enorme trozo de carne. Una vez lo tuvo dentro yo tenía que ayudarle a mantener el equilibrio y a follarse esa polla. Estuvieron así una media hora hasta que José se corrió dentro de mi novia.

Se tumbaron los dos en la cama y poco después me ordenaron que le comiera el coño a mi novia. Estuve asi un buen rato, caliente perdido, y conseguí que se corriera un par de veces. “¿Sabes qué toca ahora cornudo?”, me preguntó José y, antes de que le respondiera me dio la respuesta, “ahora le voy a follar el culo a tu novia. Ponla a 4 patas”. Cuando estuvo en la posición que quería me hizo lamerle el culo, para prepararlo para esa tranca. Mi novia solamente gemía como puta y José la acercó la polla a la cara para que se la terminara de poner dura. Otra vez le empezó a hacer una follada de cara brutal y cada vez que embestía la cara de mi novia, su culo se pegaba más a mi lengua.

Pronto José se la quiso follar. Me ordenó que le separara los cachetes del culo y que se lo ofreciera. Caliente perdido, hice lo que me había dicho y con total naturalidad, mientras le abría el culo, le supliqué al nego: “Fóllate a esta puta, por favor, lo necesita”. José se la empezó a claver poco a poco y aunque mi novia gritó de dolor en un primer momento, pronto se acostumbró al tamaño de su amante. José me dijo que le diera un beso de buenas noches a Raquel. Así lo hice, a pesar de que estaba toda pringada, y cuando terminé José me dijo: “Muchas gracias cornudo, ahora puedes irte. Ya no te necesitamos”.

Me quedé de piedra, no me podía creer que me estuviera echando de mi propia habitación. Pero por alguna razón obedecí. Sabía que era lo que quería Raquel, así que con la cabeza gacha salí de mi recamara. El resto de la noche lo pasé escuchando a mi novia gemir como puta y gritar como loca que era su puta para siempre. No pude evitar pajearme un par de veces hasta que me quedé dormido.

Desperté a la mañana siguiente escuchando los gritos que daba mi novia cada vez que se la clavaba José. No, no había sido una pesadilla, un negro se la estaba follando como si fuera una cualquiera.

Escuché como se corrieron los dos, justo después de que mi novia gritase a todo pulmón "llename el coño". Después de un par de minutos en silencio escuché como me llamaban. Me acerqué a la puerta de nuestra habitación y, sin saber muy bien qué hacer, toqué a la puerta.

Cuando entré Raquel estaba de cara a la puerta, tumbada sobre José, con las piernas abiertas y con su polla todavía dentro. Me dijo que me pusiera de rodillas y que quería que le chupara el coño mientras tenía ese rabo dentro. La miré con cierta incredulidad, pero pensando en que entre antes empezara antes terminaría, me puse de rodillas y contemplé el coño de Raquel, totalmente abierto por ese trozo de carne y rojo por el abuso que había recibido. Sin embargo, se notaba que estaba realmente excitada.

El olor era fuertísimo pero, obedientemente, empecé a lamer y ella soltó un suspiro y me dio ánimos "Muy bien cornudito, sigue así".

Todavía con la polla de José clavada en donde yo nunca había estado, mi novia empezó a mover las caderas y se notaba que estaba cada vez más caliente. Era inevitable, pero de vez en cuando lamía un poco de su polla. Los últimos días habían estado llenos de sorpresas y de cosas nuevas para mí y también para Raquel, aunque ella parecía adaptarse de maravilla a estos cambios. Me sacó de mi trance cuando me dijo: "Sabes amor, me gusta mucho que me des besitos mientras tengo la polla de José dentro. Me hace ver que aceptas esta situación y me calienta muchísimo".

La miré un momento, sonreí, y no dije nada. Simplemente seguí lamiendo y Raquel siguió gimiendo y con su razonamiento. "¿Sabes qué me haría ver que no tienes problemas con que folle con José amor?", me preguntó. Yo paré un momento de mi labor y, asustado, le dije: "¿Qué mi vida?".

Raquel se incorporó y se sacó la polla de José, que hasta ahora había servido como tapón. Un rio de lefa salió de su coño y fue a caer sobre el negro, que todo este tiempo seguía tumbado debajo.

Bruscamente, me cogió de la cabeza con ambas manos y me acercó a su coño, para que pudiera seguir lamiendo. Estaba hecho un asco y la verdad no me apetecía mucho, pero no me dejaba mucha opción.

Hasta tuve arcadas, pero ella no paró hasta que se corrió. Mi novia me besó con mucha ternura y, mirándome a los ojos, me dijo: "Cielo, para saber que estás bien con todo lo que está pasando, quiero que le limpies la polla a José como me limpias a mí el coño.

Se ha quedado todo manchado y quiero que se la pongas dura para que me folle. Así los dos estaremos seguros de que esto es lo que quieres".

La miré con incredulidad y antes de que pudiera responder nada, estiró la mano y me cogió la polla, que estaba durísima a pesar de todo lo que había pasado. Raquel empezó a pajearme y en menos de 10 segundos me corrí, provocando sus carcajadasa. "Ya hablaremos de esto cabronazo, no puede ser que te corras tan pronto. Vamos a tener que entrenarte para que dures más".

En ese momento no le presté demasiada atención, jamás se me cruzó por la cabeza lo que tenía en mente mi perversa novia. Si antes de correrme no quería comerle la polla a José, tras mi accidente la idea no me hacía ni puta gracia. Pero Raquel no me dio demasiada opción y me empujó la cara a la entrepierna de su amante negro. Quedé todo pringado por el semen que había escurrido del coño de Raquel, pero empecé a lamer. Y los dos se miraron y rieron cómplices. Entonces Raquel me dijo:

"VEnga mi amor, no seas tímido, métetla en la boca. Demuéstrame que te gusta que me folle este negro". Raquel sostuvo con una mano la polla morcillona de su amante y con la otra me cogió del pelo y me empujó. Sin pensarlo demasiado abrí la boca para protestar y antes de darme cuenta tenía mi primera polla en la boca. Tardé en asimilar lo que pasaba, porque Raquel empezó a bombear mi cabeza. Salí de mi mundo cuando José me dijo: "Ojo con los dientes, cornudo o te doy una ostia".

Seguí mamando y cada vez le encontraba más el gusto. En un momento, José comentó: "joder, con el cornudo, nació para mamar". Y yo, sin darme cuenta, solté un gemido mientras tenía esa enorme polla, cada vez más dura, en la boca.

Raquel y José rieron a carcajadas y mi novia comentó: "Pero que mariconazo estás hecho, mi vida. Con razón el sexo contigo era tan aburrido, lo que querías era un pollón negro" y los dos rieron.

Al cabo de unos 15 minutos haciendo lo mejor que podía para que me cupiera ese rabo en la boca, me dí cuenta de que tenía la polla durísima. Y la de José también volvía a estar a punto. Durante todo este tiempo, Raquel había estado ahí al lado masturbándose y estaba con ganas de guerra. "Mira que buen cornudo estás hecho", me dijo José, "Hoy por ser la primera vez con esto basta. Pero la próxima te la vas a meter entera, como la guarra de tu novia".

Me alejó la cara de su polla, reluciente y me ordenó sostenérsela. Raquel gateó hacia él, se puso en cunclillas sobre esa polla y mientras yo la sostenía, empezó a clavársela y a gemir. Sin que nadie me lo pidiera, comencé a lamer su clitoris mientras se empalaba, poco a poco, en ese enorme trozo de carne. Cuando la tuvo dentro, empecé a lamer los huevos de su amante, mientras escuchaba a mi novia gritar y gemir como loca.

Se la estuvo follando durante una hora hasta que finalmente se corrió en su coño. Yo me dispuse a limpiarla y también a él. Después se dieron una ducha, en la que Raquel se la mamó y se tragó su corrida, mientras yo les preparaba el desayuno. Después de desayunar, me dijeron que me quedase limpiando la casa y que ellos saldrían de compras. Me dijeron entre risas que no me preocupase, que tambien iban a comprar algo para solucionar mi problemita.

Estuvieron fuera todo el día y, de hecho, llegaron hasta bien entrada la noche. Yo me había quedado dormido en el sofá, asumiendo que José volvería a dormir en mi cama esta noche. Desperté cuando sentí una mano tocándome la polla y cuando abrí los ojos, me alivié al ver que era Raquel y que a pesar de todo se había acordado de mí.

"No sabes lo bien que la hemos pasado amorcito", me dijo mientras me pajeaba y José miraba desde un segundo plano.

"Y además José me ha estado metiendo el rabo todo el día, así que vengo llena de lechita para ti, mi cielo". En ese momento me corrí una vez más, a pesar de que intenté aguantar lo más que pude.

Raquel no dijo nada, simplemente se levantó la falda y puso su sexo rasurado a escasos centímetros de mi cara para comprobar lo que me había dicho. El cabrón se la había follado ya. Después de que Raquel se corriese un par de veces le tocó el turno a José que me metió la polla y empezó a follarme la boca sin piedad. CUando la tuvo dura, empezó a follarse a mi novia por enésima vez ese día.

Raquel me dijo que me acercara y cuando estaba frente a ella me dijo: "Mi amor, yo te quiero mucho y esto es por tu bien. No puede ser que dures tan poco follando... Así que José y yo te vamos a dar una oportunidad. Te voy a comer la polla mientras José me la clava. Si duras lo mismo que él, me demostrarás que no tienes un problema de eyaculación precoz... Pero si te corres antes de tiempo vamos a tomar medidas para entrenarte".

Empecé aprotestar pero Raquel se metió mi polla en la boca y lo único que pude hacer fue suspirar aliviado. Era algo que no había hecho desde el día de su cumpleaños y desde el día que subí sus malditas fotos. Estaba en la gloria. "Mira cielo, la tuya me cabe entera sin problemas", me dijo Raquel y siguió mamando.

Les pregunté que tipo de entrenamiento me iban a hacer y les dije que no terminaba de verlo claro. Pero mi novia me dijo que callara, que yo acababa de correrme y que seguro tenía que durar más que José. Era super morboso sentir el vaivén de Raquel mientras el negro se la iba follando a 4 patas. Raquel me comia la polla con un ansia que nunca habia visto. Me calentaba un montón las vibraciones que notaba en mi polla cada vez que Raquel gemía por la follada que le estaba dando José. Y evidentemente pasó lo que tenía que pasar, al cabo de 5 minutos.

El placer de sentir a mi novia comiendome la polla fue demasiado y teminé corriéndome en la boca de mi novia que se tragó mi corrida sin mayores problemas. Los dos se burlaron de mi y Raquel me dijo, después de darme un tierno beso: "Mi cielo ve a mi bolso que verás un regalo para tí. Me alejé de la habitación escuchando el rechinar de la cama y los gemidos de mi novia. En su bolso había una caja del tamaño de una colonia, envuelta. La tomé y volví de nuevo a la habitación. Cuando estuve de nuevo frente a los amantes, Raquel me hizo señas de que me acercara a donde ella estaba.

Desenvolví el regalo y me encontré una caja negra que ponía "The Curve". Y si, era una jaula para mi polla, que se cerraba con candado y que haría imposible que tuviera una erección. Raquel vio mi cara de horror, me quitó la caja de las manos, y empezó a manipularla alrededor de mi polla que estaba totalmente flácida tras la mamada.

"Es por tu bien, cielo, verás que en unos días te acostumbras". No podía creer lo que estaba pasando, pero una vez más no dije nada y pronto estaba con el cacharro puesto y con la llave colgando del cuello de Raquel. Caía justo en el canalillo que marcan sus tetas.

Después me hicieron ponerme sus bragas y sentarme en una silla frente a la cama para verlos. Me empecé a calentar y noté como la sangre se me iba a la polla, pero pronto noté dolor, pues la curva famosa no me permitía empalmarme. Fue una tortura mirar durante una hora como José se follaba a mi novia. Terminó dentro y yo me dispuse a limpiarlos, algo que se había convertido en una rutina en unos cuantos días. después me echaron de la habitación y me fui a dormir al sofá, desde donde pasé una noche terrible, escuchando los alaridos de mi novia.

La mañana siguiente, de domingo, la pasaron todo el día encerrados, follando. Les preparé la comida y siguieron a lo suyo. Finalmente, a las 12 de la noche, José se marchó porque tenía que trabajar al día siguiente.

Nos quedamos Raquel y yo solos y pensé que podría terminar esta historia que claramente se me había salido de las manos. Mi sorpresa ocurrió cuando vi que Raquel no llevaba la llave de mi curva en torno al cuello. "Se la llevó José", me explicó, "es para que dures más, mi amor, y porque no quiere que me intentes follar hasta que vuelva a verme". No me lo podía creer. Una fantasía que suponía que tenía que ser morbosa para los dos se estaba convirtiendo en una pesadilla. Ahora no me iba a poder correr en quien sabe cuánto tiempo. Mi novia se encaminó hacia la ducha y, antes de cerrar la puerta, me dijo: "Ah, por cierto, el próximo finde me voy a ir con José y unos amigos suyos". Iba a protestar, pero la puerta ya se había cerrado.

Pase una de las peores semanas de mi vida con el cinturón de castidad que me había puesto mi novia y encima José se había llevado la llave. Además me había ordenado ir con sus bragas mojadas todos los días, incluso a trabajar, "para que te quede claro tu lugar, cornudito", me decía mi novia.

Raquel pasó toda la semana frotándose contra mi polla (enjaulada), y diciendome cosas sobre todo lo que iba a hacer el fin de semana con José y sus amigos. Para Raquel también debió de ser una semana difícil porque no paraba de hacer que le comiera el coño y la masturbase, lo cual no ayudaba en nada a mi calentón.

A mitad de semana Raquel llegó a casa después de pasar por una sex shop en la que compró un enorme consolador hueco que me hizo poner sobre mi polla enjaulada. La empecé a follar mientras me decía las ganas que tenia de volver a sentir una polla, aunque fuese de goma, y me llamaba un buen cornudo. No ayudó, ni a mi calentura ni a la de Raquel, los constantes mensajes y llamadas de José. Cada vez que ella hablaba con él se ponía como moto y se empezaba a frotar, o me hacía follarla con el arnés.

El miércoles me quedé trabajando por la mañana desde casa y, a medio día, caliente como estaba a pesar de no poderme siquiera empalmar, me conecté al msn y ahí estaba José.

-¿Cómo lo llevas, cornudo?, me preguntó nada más verme

-Bien, respondí escuetamente

-Te arrepientes de haberme presentado a tu noviecita? No contesté nada

-Dime cornudo, te arrepientes de haberme presentado a la puta de Raquel, ahora que no la vas a volver a follar y que tampoco te podrás correr?

-Si, un poco -Pues yo no cornudo. Está muy buena y es muy guarra. Y sólo estamos empezando, espérate y verás. Como sabes, el viernes voy a pasar a recoger a Raquel a tu casa. Quiero que la vistas como mucama para mí y para mis amigos, entendido?

-Si señor

-Muy bien cornudo, así me gusta. No te tengo que explicar como la quiero vestida. Quiero que nos ponga calientes a mí y a mis colegas. -Si señor

-Excelente. Una cosa más amigo, a partir de hoy quiero que le comas el coño a Raquel pero no se puede correr. Hasta el viernes que yo la vea nada, ¿entendido? Como no cumplas con lo que te digo te vas a quedar dos meses con la pollita encerrada, ¿entendido? -S... Si, señor.

-Muy bien cornudo. Ya me voy. Por cierto que Raquel ya no se está tomando la píldora, así que quizás te la devolvemos con bombo, jeje Antes de que pudiera objetar algo José ya se había desconectado.

La verdad es que a pesar de como había cambiado la situación no podía negar que me excitaba, y mucho. Si no hubiese tenido el cinturón de castidad es probable que me hubiese masturbado. Pero no podía así que, resignado, intenté trabajar algo y seguir con mi día a pesar de que en lo único en lo que podía pensar era en sexo.

Esa noche, cuando llegó Raquel, le expliqué lo que me había ordenado José de que no se podía correr. Cuando le quité la falda le empecé a besar y a lamer los labios. Notaba como crecía su excitación y cuando estaba a punto de correrse paraba. Me gustaba atormentarla de la misma forma que yo, sin poderse correr. Me hacía sentirme más cercano a ella. A la mañana siguiente fui a comprar el atuendo que me pidió José. El día se me hizo interminable, y también a Raquel. Por la noche volví a tocarla y chuparla y excitarla al máximo pero sin dejarla correr.

A la mañana siguiente Raquel despertó con un calentón que nunca había visto. Me ordenó masturbarla y lo hice, pero muy poco para evitar que se corriera y sufrir yo el castigo. Me duché con ella, para asegurarme que no se tocase y seguimos cada uno con su día. Esa tarde Raquel volvió a casa sobre las 6, caliente como una perra. Le preparé un baño, en el que tuve que estar apartándole las manos de su coño constantemente. Cuando le rasuré el coño para tenerlo como le gustaba a José estuvo a punto de correrse. Parecía, literalmente una perra en celo, frotándose contra cualquier superficie que encontraba con tal de correrse. La sequé suavemente, para evitar el orgasmo que sentía que estaba a punto de llegarle.

Cuando la noté más relajada le ayudé a vestirse con el atuendo que le había comprado la tarde anterior. Cuando estuvo lista se veía espectacular. Como una puta de lujo. Los zapatos negros de tacón hacían que su culazo saliera un poco más. Las medias blancas le llegaban a mitad del muslo y se enganchaban a un liguero negro. La falda negra y transparente del disfraz de mucama ni siquiera le tapaba el coño, que se veía entero ya que el tanga negro también era transparente y hacía poco por tapar la exitación de mi novia. Sus enormes tetas estaban sostenidas por un bra negro y transparente que le estaba pequeño y sus tetas amenazaban con salirse en cualquier momento. Encima llevaba un pequeñísimo delantal blanco y en torno al cuello un pequeño babero blanco. Estaba espectacular. Me dieron ganas de follármela. Pero no podía.

Vi que quedaban 15 minutos para que llegara José y me arrodillé frente a Raquel y comencé a soplar lentamente sobre su coño, para terminar de ponerla caliente y en su punto para el fin de semana. Quizás era por la castidad, pero cada vez disfrutaba más de mis cuernos. El tiempo pasó volando y sin que me diera cuenta José ya estaba al lado nuestro. No lo pensé en ese momento, pero era obvio que el tio no sólo tenía la llave para liberar mi polla, también tenía las llaves de nuestra casa pues nadie le había abierto.

"Joder, si que has puesto guapa a la puta", me dijo nada más verla. Raquel, caliente como estaba, corrió a abrazarlo y comenzó a frotarse contra su pierna.

"Muy bien cornudo, veo que además la has tenido sin correrse y bien caliente como te dije, así me gusta", dijo a modo de felicitación. Los sobeteos que le daba mi novia surtieron efecto y pronto estaba empalmado.

"Mira lo que has hecho puta, ahora me vas a tener que bajar el calentón", le ordenó José. Mi novia se levantó la falda pero el negro la detuvo.

"No zorra, no te quiero ensuciar todavía que tienes que estar presentable para conocer a mis amigos... Cornudo ven aquí", me ordenó. Fui a su lado y me exigió ponerme de rodillas y hacerle una mamada mientras Raquel lo pajeaba. Hice lo que me ordenó.

Aunque no me apetecía pensé que así quizás me soltaría de mi castidad y al menos podría disfrutar del fin de semana pajeándome. Me puse a chupar mientras Raquel lo masturbaba frenéticamente. Se estaba poniendo muy caliente de verme chupar y de no haberse corrido en tantos días. Tras estar varios minutos así, de los que recuerdo poco, José se vació en mi boca. "Así esta mejor", dijo satisfecho abrochándose el pantalón. Le dijo a Raquel que cogiera un abrigo y se fue con mi novia sin siquiera liberarme. Me di una ducha y después de un par de horas en los que me tranquilicé un poco me llegó un mensaje de texto al móvil. Era de Raquel y me decía que fuera a mirar al correo.

Temeroso de lo que me podía deparar encendí el ordenador y me fui al mail. Tenía un mensaje de José, sin título. Lo abrí pensando que sería una foto explícita de mi chica, pero sólo había un enlace a una web. Lo pinché y se abrió una pantalla en la que un cronómetro indicaba que quedaban 15 minutos para el inicio del show. Mi mente no registró, o no quiso registrar, que el show se llamaba "Preñando a Raquel".

Cuando finalmente entendí de que iba a tratar el espectáculo que estaba por empezar intenté acceder al contenido y resulta que era de pago. No me lo podía creer. Llevaba una semana sin follar a mi chica y ahora, no sólo no la iba a follar, sino que iba a tener que pagar para poder ver como la usaban a su antojo José y sus amigos de los que no tenía referencias pero me fiaba poco. Y encima se la iban a follar a pelo, por lo que entendía del título. Me quedé mirando el cronómetro sin saber muy bien que hacer. Cuando quedaba un minuto me decidí, fui por la tarjeta de crédito y pagué los 50 euros que me pedían para ver a mi novia. Cuando lo hice me dí cuenta de que no lo estaban grabando sólo para mí, sino que estaban emitiendo en vivo a todo aquel que pagara.

Pude comprobar que antes de que empezara el video habían 300 tíos conectados. Cuando se levantó el telón Raquel estaba vestida tal y como salió de casa, sentada en un sofá, rodeada por 4 tíos negros que nunca había visto. Supuse que José estaba tras la cámara cuando le empezó a hacer preguntas. Raquel, mirando a la cámara, explicó que acababa de cumplir 35 años y que tenía un novio que se excitaba viéndola follar con negros. Mientras hablaba Raquel no paraba de reir. Tenía las manos sobre los muslos de los dos chicos que tenía a su lado y ellos no paraban de tocarle los muslos, las piernas, la tripa y las tetas.

Mientras le metían mano Raquel siguió contando que yo estaba en casa, probablemente viendo el vídeo y que tenia puesto un cinturón de castidad.

-¿Quién te vistió?, le preguntó José tras la cámara

-El cornudo de mi novio

-Y sabía que te iban a follar 5 tíos? -No, sabía que me ibas a follar tú y unos amigos, dijo Raquel frotando los paquetes que tenía a su alcance entre risitas que denotaban un calentón importante.

-¿Y por qué estás tan caliente puta? ¿Pasas hambre con tu novio? -Si, lleva 3 días calentándome para que esté lista para hoy. José hizo un zoom al tanga de mi novia que estaba literalmente empapado por la excitación que sentía en ese momento.

Los negros siguieron metiéndole mano y José salió a cuadro. Les explicó como me había conocido y que Raquel le había confesado que tenía la fantasía de que la preñase un negro y que por eso habían organizado esta pequeña fiesta. Después dijo que necesitaban 5 candidatos más para completar el gang bang de Raquel y que para eso se tenían que poner en contacto conmigo, para que yo hiciera el casting y asegurarme que eran negros y bien dotados. Después miró a la cámara y dijo muy seriamente: "Y como no nos envíes 5 machos no te voy a quitar el cinturón de castidad en un año, cornudo de mierda".

No lo podía creer, en la pantalla apareció un cintillo donde venía mi móvil y mi msn... Miré el contador y ví que en ese momento habían 3, 000 personas conectadas. José se dirigió a Raquel: "A ver puta, dile a la cámara para que lo sepa tu novio, que es lo que vamos a hacer aquí". Mientras 4 tios le metían mano y con unos ojos de guarra salida miró a la cámara y me dijo, a mí y a los 3000 tios conectados: "Te quiero mucho mi vida, pero me muero de ganas de que me la claven estos negrotes".

Uno de ellos le empezó a meter un dedo mientras hablaba y estaba a punto de correrse. José le preguntó. ¿Y qué más puta? Dile al cornudo a qué has venido para que no le quepa duda". A que me follen 10 negros a pelo y a ver si me preñan". En ese momento tuvo un orgasmo impresionante mientras los 5 tios la miraban, sobaban, se reían de ella y de mí. José le ordenó: "Ya esta bien de tanta charla puta, ponte a mamar". Mientras veía a la puta de Raquel ponerse de rodillas y empezar a comer las enormes trancas que le ofrecían, mi teléfono empezó a sonar. Abrí el msn y tenía centenares de invitaciones.

La mayoría de las llamadas y tios del messenger eran personas que me querían decir que era un cornudo, o que mi novia estaba muy buena. Entre llamada y llamada veía en la pantalla como Raquel se ponía ciega a comer rabo y, por los movimientos de la cámara, pude ver que la zorra se estaba masturbando frenéticamente. Pronto se la empezó a follar José mientras Raquel chupaba una de las pollas y pajeaba otra. Con su mano libre se masturbaba frenéticamente. Intentaba seguir la acción pero al mismo tiempo tenía que contestar el teléfono, hablar en el messenger y ver las fotos de los tios con los que hablaba.

Me llevó 6 horas encontrar a los 5 candidatos y en ese tiempo los 5 tios se habían corrido al menos dos veces en el coño de mi novia. José me llamó a las 2 de la mañana para explicarme que citara a los 5 candidatos en mi casa al día siguiente a las 2 y que ahí seguiríamos grabando el vídeo. "Pero esta vez no vas a tener que pagar por ver", dijo descojonándose. Apague mi móvil y me dediqué a mirar en la pantalla como los 5 tios le volvían a llenar el coño a mi novia que no paraba de gritar, gemir y pedir a gritos que la follaran duro.

Antes de irse a dormir, el video terminaba con un zoom del pubis de Raquel que estaba literalmente empapado de leche. Mi novia miraba a la cámara y se despedía "qué pena que no estés aquí cornudito, con lo que te gusta darme besitos después de que me follan".

Me fui a dormir, con las pelotas más hinchadas que nunca, pero sin poder hacer nada para remediarlo. Dormí muy mal esa noche, como venía siendo costumbre desde que conocimos a José, y el día siguiente se me hizo larguísimo. La noche anterior ya había citado a los tios en casa a las 4 de la tarde y solo me quedaba esperar. Después de un día en el que no pasó absolutamente nada que recuerde, Raquel llegó a las 2 de la tarde a casa. No venía sola, la acompañaban José y los 4 rabos que la habían estado follando la noche anterior y supuse que también esta mañana. Raquel llegó hecha un cromo.

No le habían quitado el uniforme de mucama, que estaba lleno de manchas. Se veía como si la acabasen de follar 5 negros... Nada más entró en casa me dio un beso que tenia restos de semen de alguno de los machos. A estas alturas no me importaba, en lo único en lo que pensaba era en correrme. José me ordenó quitarle el disfraz de mucama y ponermelo yo. Mientras lo hacía, los 5 tios y RAquel no paraban de reirse de mí. Después mi novia se tumbó en la cama y le empecé a lamer todo el cuerpo, especialmente su coño, limpiando los restos que le habían dejado los machos. Raquel empezó a jadear y a correrse pronto. Su coño no tenía nada que ver con el que recordaba, estaba totalmente abierto por las trancas que la habían estado follando durante las últimas 20 horas.

Pronto José le puso la polla en la boca para que se lo comiera. Cuando se empalmó, que no tardó mucho, se la empezó a follar mientras yo veía como la hacía gozar y de vez en cuando le sostenía la mano. Uno a uno se la follaron y cuando terminaban me hacían limpiarles el rabo y comerle el coño a mi novia para limpiarlo para el próximo. Después de 2 horas así, empezaron a llegar los 5 tios que había buscado el día anterior que también se la follaron.

Cuando terminaron, los otros 5 volvían a estar empalmados y se la volvieron a follar y durante las próximas 6 horas Raquel tuvo una polla en cada orificio. Casi todos se corrieron en su coño, aunque otros no aguantaron y se corrieron en su boca, culo o tetas... Poco a poco los machos se fueron yendo y a las 5 de la mañana sólo quedaba José que finalmente se apiadó de mí y le dio la llave a Raquel.

"Probablemente ya está preñada la puta, pero te vamos a dar una oportunidad de que tu también la preñes". Me quitó el cinturón de castidad y me empalmé en seguida. No me importó nada, la metí en el coño de Raquel y me la follé con toda la rabia y calentura que tenía acumuladas. Pero no notaba ninguna fricción, su coño estaba totalmente abierto después de lo que se había metido el fin de semana. Ella pareció leerme la mente porque me preguntó "¿ya estás dentro? y tuve la corrida más intensa de mi vida. Raquel me miró, nos besamos y abrazamos y, sin decir nada, José se marchó.

No volvimos a saber de él en un tiempo. Ese mes Raquel se retrasó en su regla y se quedó embarazada. Cuando me lo dijo ninguno de los dos mencionó nada sobre su vídeo ni sobre lo que había pasado. Yo pensé mucho en todo lo que había pasado y reconocí que a pesar de todo me excitaba mucho. Seguíamos follando a diario, pero notaba a Raquel distante. Era obvio que no disfrutaba tanto que con los negros.

Así que al mes, después de una cena romántica, le dí la llave del cinturón de castidad a Raquel y le dije que ella decidiera lo que hacíamos a partir de ese punto. No era la fantasía que yo tenía en mente, pero la veía tan contenta que quería que siguiera así. Ella me miró, me sonrió, me dio un beso en la boca y me dijo: "llévame a casa de José, cornudo, que extraño su rabo".

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