El cumpleaños de mi primo

La fiesta del dieciocho cumpleaños de mi primo la celebramos en mi casa, por ser esta más grande. A mi no me apetecía demasiado, encontrarme a mis treinta y cinco, con un montón de casi adolescentes haciendo el loco en mi jardín y en mi piscina, pero no me parecía mal regalo.

La fiesta del dieciocho cumpleaños de mi primo la celebramos en mi casa, por ser esta más grande. A mi no me apetecía demasiado, encontrarme a mis treinta y cinco, con un montón de casi adolescentes haciendo el loco en mi jardín y en mi piscina, pero no me parecía mal regalo.

La fiesta se celebró, y como había sido viernes por la noche, Cris, que así se llama mi primo, se quedó todo el fin de semana. Y qué fin de semana.

El sábado por la mañana había quedado para pasar el día en mi piscina con una compañera de trabajo recién separada, que me contara sus penas y los últimos cotilleos. Ella fue la que me enchufó, y nos conocíamos desde la universidad. No pensé que el hecho de que estuviera mi primo fuera a condicionar nada.

A mi ya me conocéis de otros relatos. Susi, mi amiga y compañera de trabajo, tiene un año más que yo, pero parece más joven. Es bonita de cara, y tiene un cuerpazo. Menos culo que yo, y más tetas. Cris es portero de fútbol, y tiene cuerpo de atleta. No es que esté excesivamente musculado, pero tiene buenas piernas, buenos biceps, y los abdominales marcadillos.

Cuando llegó Susi, Cris estaba tomando el sol sobre una de las tumbonas de la piscina, con las gafas de sol puestas, y parecía dormido. No me extrañaba, pues la fiesta duró hasta bien entradas las tres de la mañana.

-No sabía que tenías visita -me dijo Susi al verle.

-Es Cris, mi primo, el más pequeño -contesté-. Celebró su 18 cumpleaños anoche y se queda todo el fin de semana.

Susi se bajó las bajas de sol para verlo mejor.

-Pues que 18 más buenos tiene tu primo.

-Jajaja -me hizo gracia que lo mirara así, doblándole la edad-, no seas asaltacunas, si es un crío.

-Tú no sabes lo necesitada que estoy desde que me separé.

-Va, seguro que no tanto, ya nos conocemos -le dije guiñándole un ojo.

Cris seguía en la piscina totalmente ajeno a nuestra conversación. Y nosotras nos preparamos un café y nos pusimos el traje de baño, que consistía en unos minúsculos bikinis que, considerando que estaba allí mi primo, igual enseñaban demasiado. Pero no le dimos demasiada importancia.

Nos fuimos hacia la piscina y nos metimos en el agua, sin importarnos que estuviera Cris allí. Nos pusimos a hablar relajadas de la gente de la oficina, temas triviales. Pero de vez en cuando nos tirábamos al agua, y en una de esas le salpicamos, y despertó sobresaltado.

-¿Qué...? -empezó a preguntar, pero se calló en seguida.

-Cris, te presento a Susi -le dije-. Es una compañera de trabajo, y una amiga de hace mucho.

Cris se levantó y se inclinó para darle dos besos a Susi, que estaba dentro del agua.

-Qué sueño, no me había enterado de nada... -dijo desperezándose.

-Pues sigue durmiendo si quieres, que intentaremos no molestarte.

-No te preocupes, prima -contestó-, no creo que me quede dormido ya, voy a darme un baño.

Y dicho y hecho, se tiró de cabeza a la piscina salpicándonos a las dos. Dio un par de brazadas, se relajó un poco en el agua, y mientras nosotras seguíamos la conversación.

De vez en cuando le mirábamos disimuladamente. Lo cierto es que el niño tiene un cuerpazo. Y Susi de vez en cuando me hacía señas como recalcándolo, sin que él se diera cuenta.

Cuando se aburrió de jugar solo en la piscina, se acercó a nosotras. Comenzamos a hablar de la fiesta, de que ya era mayor de edad y las cosas que podía hacer a partir de ahora, y las que no, claro. El tema fue yendo de una cosa a la otra, y Susi le preguntó si tenía novia, a lo que él dijo que no.

De repente, Susi propuso hacernos unas fotos los tres juntos, lo cual me pareció estupendo. Fui a por la cámara, y cuando regresé estaban los dos hablando tan animados.

-Venga, primero tu primo y yo -dijo Susi.

Empecé a hacerles fotos. Primero se pusieron al lado, cogiéndose de la cintura, luego se puso ella detrás como abrazándole, luego él la cogió en brazos. Estaba divertido.

-Ahora os hago yo a vosotras -dijo Cris.

Me metí en el agua y empezamos a posar para él. Primero de forma inocente, luego como una broma empezamos a hacer posturitas, en plan sexi las dos, cada vez un poco más. Ahora que si nos dábamos un piquito, ahora que si nos tocábamos el culo, que si yo abrazaba a Susi y cogía sus tetas con las manos.

El juego se iba volviendo cada vez más caliente, hasta que Susi dijo:

-Jo con tu primo, mírale el bañador -no me había fijado antes, pero se le notaba un buen bulto dentro. El muy tonto con nuestro jueguecito se había puesto a mil, vamos, que se lo estaba pasando superbien a nuestra costa.

-Susi -dijo entonces él-, ¿nos haces fotos a mi prima y a mi ahora?

-Claro, venga, ven al agua.

Se tiró al agua y me cogió de la cintura, y Susi empezó a hacernos fotos. Igual, empezó todo como inocente, pero empezamos también a hacer el tonto mi primo y yo, de tal manera que, sinceramente, yo misma empecé a excitarme. Nunca había mirado así a mi primo, pero nos lo estábamos pasando muy bien.

Entonces mi primo empezó a volverse cada vez más atrevido. Ahora me besaba el cuello en una foto, en otra me cogía en brazos cogiéndome prácticamente por las nalgas... Una de las veces me abrazó por detrás, y entonces pude sentir su polla contra mi culo a través de la tela. Me subieron los calores, pero reconozco que eso me excitó como pocas cosas. Aún no sé por qué, pero me apreté contra él, y él no tuvo otra que cogerme las tetas con las manos.

-Eh, no te pases... -le dije sin mucha confianza.

-Perdona prima, no quería molestarte.

-No te preocupes, pero no te pases.

La cosa no llegó a más, pero llegó la hora de comer y teníamos hambre. Saqué tres pizzas que tenía en la nevera y las hicimos al horno. Durante la comida estuvimos hablando y riendo tan ricamente. Y luego decidimos hacer una pequeña siesta, así que Cris se tiró en el sofá, y nosotras subimos a la habitación.

Cuando estábamos arriba empezamos a comentar la jugada.

-De verdad que me tiraba a tu primo ahora mismo.

-Pero, ¿qué dices? -contesté-. Si es un crío.

-Es mayor de edad.

-Desde hace un día sólo.

-Es más -me dijo atrevida-, seguro que tú también te mueres por hacérselo.

-¿Qué? -contesté ofendida.

-Venga, no seas mosquita muerta -dijo ella-. He visto cómo te pegabas contra él antes.

-Es que está para comérselo -le dije riendo-, ¿a que sí?

-Esta noche nos lo hacemos con él.

-Ni hablar -contesté.

-¿Sabes qué echo de menos? -me preguntó de repente cambiando de tema.

-Qué.

-¿Te acuerdas aquella vez en nuestro cuarto en la uni?

-Sí, claro -me puse colorada-, pero me prometiste que no volveríamos ni a mencionarlo.

-Ya, pero te juro que voy tan cachonda que te lo haría ahora mismo -y pasó uno de sus dedos acariciando mis muslos.

-Déjalo y duerme la siesta, anda.

-De verdad, llevo un buen rato empapada, mira -y tomando mi mano me la puso en su coño. Deslicé un dedo y lo estaba, a lo que no pude evitar ponerme yo, aún más.

Le sonreí y me bajé directa a meterme entre sus piernas. Le hice la mejor comida que seguro le habían hecho nunca, hasta que explotó en mi boca. Me tumbé, y ella hizo otro tanto, pero se entretuvo mucho más que yo. Empezó a meterme los dedos y a follarme con ellos. La muy zorrita quería algo más.

-Te gusta, ¿eh?

-Mmm..., sí, sigue por favor.

-Te gustaría que fuera la polla de tu primo, seguro.

Empecé a imaginarme la situación, mi primo follándome como nunca, metiéndome su polla dura y caliente en mi coñito... Y cuando sentí la lengua de Susi jugando con mi culo y sus dedos follándome el coño, me corrí como nunca antes.

Cuando me recuperé del orgasmo lo único que pude decir fue:

-¿Cómo lo hacemos?¿Para tirárnoslo hoy?

Ella se sonrió y me besó en los labios satisfecha. No tardamos en quedarnos dormidas.


Cuando desperté estaba atardeciendo, y oí ruído de agua desplazándose. Miré por la ventana y vi que Susi nadaba tranquilamente sola en la piscina. Bajé para darme un baño yo también, y cuando pasé por el comedor vi que Cris aún dormía en el sofá.

-Venga, dormilón, despierta, que esta noche no vas a dormir.

Luego me fui directa a darme el baño. Cuando llegué a la piscina vi que Susi se estaba bañando desnuda. Eso me divirtió, y supe cuáles eran sus intenciones. Al recordar me humedecí de nuevo, y decidí tirarme yo también desnuda. Al poco llegó Cris y cuando se iba a tirar al agua se dio cuenta.

-Va, tírate hombretón.

-Es que..., estáis desnudas, no sé...

No nos quitaba los ojos de encima, y en el bañador volvía a notársele de nuevo la erección.

-Pues desnúdate tú también y te tiras, así estamos todos iguales -le dije atrevida.

Se sonrió, y al quitarse el bañador nos quedamos las dos mirando el miembro de Cris, que llevaba una buena erección. Se tiró al agua inmediatamente, lejos de nosotras.

Nosotras nos acercamos otra vez.

-¿Nos hacemos fotos? -preguntó Susi.

-Yo no -dijo Cris.

Nos quedamos las dos mirándole.

-Me da un poco de vergüenza salir desnudo en las fotos.

-Va, no seas crío -le dije-, venga Susi, coge la cámara.

Ella corrió a por ella y empecé a hacer posturitas con mi primo, más o menos como antes. También me puse detrás y apreté mis tetas bien contra su espalda. Pero aproveché para cogerle la polla con las manos. Dios, estaba durísima, no sé qué le mediría, pero caliente y grande.

-Jo primo, que pollón gastas -le susurré al oído.

Casi pude sentir que se endurecía más. Se dejó hacer, pero en seguida se dio la vuelta y se puso detrás mío. De repenté sentí todo aquel trozo de carne apretado contra mis nalgas. Susi no paraba de hacernos fotos.

-Prima... -me dijo al oído después de mordisquearlo un poco-, ¿por qué no te abres un poquito para que pueda metértela?

Estaba tan caliente que ni siquiera lo pensé, me abrí para él, y en seguida pude sentir cómo aquella polla se colocaba a la entrada de mi coño. Me apoyé contra la escalera de la piscina y Cris, cogiéndome de la cintura clavó poco a poco su polla en mi interior. Casi me corro en ese momento, sintiendo cómo entraba cada centímetro de su piel en mi coño.

Susi dejó de hacer fotos y se sentó justo a nuestro lado, mirando cómo me follaba mi primo, y empezó a tocarse. Cris se volvió algo atrevido.

-Mira cómo está tu amiga, ¿por qué no la ayudas un poquito?

-Buena idea -dijo Susi.

Se puso con las piernas abiertas justo delante de mi cara, y yo empecé a comerle el coñito, que lo tenía empapado, mientras seguía recibiendo la polla de Cris desde atrás. Así estuvimos un rato, hasta que Susi decidió que quería más.

-Déjame un poquito a tu primo, anda, no seas egoísta.

Ni siquiera pude contestar. Cris salió del agua, cogió de la mano a Susi y se la llevó a la tumbona. Se tumbó bocarriba y Susi se sentó encima de él, clavándose la polla durísima que me había estado follando hacía un momento.

-Ven prima -me dijo Cris mientras Susi lo cabalgaba.

Me abrí de piernas en su cara y mientras seguía follándose a Susi de aquella manera, a mi me regalaba unos lengüetazos de órdago en el coño y en el culo. Susi empezó a besarme y nos dimos toda la lengua que podíamos. Yo me sentía más perra que nunca.

-Chicas, daría lo que fuera por una mamada a dos bocas ahora mismo.

Y las dos nos pusimos manos a la obra. Yo le mamaba los huevos y le masturbaba, mientras Susi metía y sacaba de su boca aquel pollón. El pobre no tardó en correrse.

-Dios, cuidado chicas, que me corro.

El primer chorro le llenó la boca a Susi, pero el siguiente me la llenó a mi. Le limpiamos la polla sin dejar de mamársela y él no hacía más que sonreírnos. Cuando acabamos con él se le veía más que satisfecho.

-Primito, ni se te ocurra pensar que esto termina aquí. Ya nos puedes dar un buen orgasmo a cada una con es polla que tienes y antes de que acabe el día.

Se le volvió a poner dura en un momento.

-Eso está hecho.