El cumpleaños de mi novia
- La del cumpleaños se supone que era ella y quien obtenía el mejor regalo era yo.
Hace unos 2 meses, me hice novia de una chica bastante guapa, con unas curvas bien pronunciadas, además de inteligente.
La semana pasada fue su cumpleaños, así que me sentía nerviosa pues no sabía muy bien qué regalarle. Realmente por el poco tiempo que llevamos, hay tantas cosas que aún no conocemos la una de la otra. Sin embargo se me ocurrió obsequiarle un cuadro al óleo que yo misma elaboré en mi clase de pintura, consideré que sería un lindo presente.
Justo el día de su cumpleaños la llamé por la mañana, la felicité y quedamos de vernos por la tarde, pues ambas trabajamos, así que era el único momento en el que nos podíamos ver.
Mi plan era ir a su departamento, llevarle el regalo y posteriormente salir a cenar algo a un buen restaurante, ir al cine o hacer alguna otra actividad. Así que sólo nos pusimos bien de acuerdo y quedamos en que ella me esperaría.
Yo me apresuré a llegar, al cabo de unos minutos me encontraba afuera de su departamento, me animé a tocar y ahí estaba ella, muy bien arreglada y con una sonrisa de oreja a oreja.
Me saludó con un suave beso en la boca, al cual respondí. La abracé suavemente mientras la felicitaba y entregaba el obsequio. Me agradeció con otro beso un poco más intenso que me provocó cierta excitación, la cual disimulé muy bien.
Me pidió que la acompañara a su recámara, pues iba por su bolso y algo con qué cubrirse por si hacía frío.
Yo accedí gustosa y mientras ella elegía qué suéter le combinaba más, yo me encontraba de pie esperando mientras observaba lo bien que se veía.
Le pregunté si en verdad le apetecía salir, a lo cual me contestó que sí, aunque también se la apetecían otras cosas. Su respuesta me tomó por sorpresa pues lo dijo con un tono de voz un tanto seductor. Yo pregunté qué más quería hacer, a lo que ella me respondió con otra pregunta. — ¿Tú qué crees? — Me dijo mientras se acercaba a mí y me empezaba a besar lentamente mientras sus brazos me rodeaban.
Entre beso y beso me fue llevando hacía la pared, pegó su cuerpo al mío al mismo tiempo que subía la intensidad de sus besos. Yo podía sentir sus senos tan firmes sobre los míos y eso me excitaba demasiado. Mis manos que se encontraban en sus hombros, fueron abriéndose paso primero por su espalda, su cadera, hasta llegar a sus glúteos, los cuales apreté con fuerza mientras empujaba más su cuerpo al mío.
No dejaba de besarme, pude sentir cómo me metía su lengua y jugaba con la mía, sabía realmente cómo subir mi temperatura, me besaba con más pasión y eso me encantaba. Tras unos besos arrebatados, me llevó hacia la cama, me recostó lentamente y se puso sobre de mí.
Comenzó nuevamente a besarme, de vez en cuando me daba pequeños mordiscos, besaba mi cuello y pasaba su lengua sobre el lóbulo de mi oreja, eso terminó por erizarme por completo, ella se dio cuenta así que siguió haciéndolo.
Puso una de sus piernas en medio de las mías, mientras seguía dándome besos mientras yo buscaba pegarme más a su cuerpo. Bajó hasta mis senos que se encontraban cubiertos aún por la ropa que llevaba.
Ella rápidamente comenzó a quitarme la blusa y después el sostén, pudo notar que mis pezones lucían ya erectos, imagino que se le antojaron pues pasó suavemente la punta de su lengua sobre ellos, los succionaba tan bien que sentía cómo mi sexo se calentaba. Con una mano empezó a masajear uno de mis senos mientras que el otro ya se encontraba dentro de su boca, lo chupaba y daba pequeños mordiscos que me hicieron gemir levemente mientras yo acariciaba su cabeza.
Me estaba mojando, quería sentirla más abajo, parece que me adivinó el pensamiento pues pasó de besarme los senos, a recorrer con su lengua todo mi abdomen. Y llenándome de caricias, llegó hasta donde estaba el broche de mi pantalón el cual desabrochó con astucia, bajó el cierre y entre beso y beso comenzó a quitármelo mientras ponía cara de deseo. Yo me seguía apretando los senos mientras mordía mi labio inferior. Realmente deseaba que me hiciera suya.
Terminó por deshacerse de mi pantalón y dejarme con la pura tanga, la cual no duró mucho en mí, pues comenzó a quitármela hábilmente con los dientes, mi chica me estaba calentando demasiado. Podía sentir el calor de su aliento sobre mi sexo.
Cuando ya me mantenía completamente desnuda, abrió ligeramente mis piernas mientras se acomodaba boca abajo, a manera de que su cabeza quedara bien enfrente de mi vagina, pude sentirme bastante lubricada, mis flujos vaginales se hacían presentes, sentí cómo empezaba a acariciar mi sexo y pasar suavemente sus dedos sobre mi monte y mis labios mayores, yo iba muy bien depilada así que eso provocó que el contacto se sintiera más. Poco después sentí su lengua sobre mi vagina, recorría mis labios menores con suavidad, formando ochos con su lengua, hasta que llegó a mi clítoris, el cual comenzó a chupar con antojo, yo reaccioné inmediatamente gimiendo de placer y dando un pequeño brinquito. Creo que eso la excitó pues comenzó a lamerme más y más rápido. Me gustaba tanto el placer que sentía que con mis manos, agarré fuertemente su cabeza y enterré mis dedos entre su pelo para que no se separara de ahí, incluso la empujaba aún más. Ella seguía chupando mi sexo, succionaba mis labios mayores y yo solo escuchaba cómo tronaban en su boca, seguía jugando con mi clítoris que a esas alturas estaba bastante duro, lo apretaba con su lengua y en ocasiones me metía la punta en mi orificio vaginal. Todo era tan placentero, lo que provocó que me empezara a mover más rápido, levantaba la cadera por todo el placer que sentía mientras ella apretaba fuerte mis piernas que ya se encontraban sobre sus hombros como queriendo que no me escapara. Disminuyó la velocidad con la que me lamía y comenzó nuevamente a tocarme con sus dedos, de los cuales dos sin avisar, me penetraron fuertemente, yo me volví loca y le pedí que lo hiciera más rápido e intentara con tres, ella gustosa accedió, las embestidas eran demasiado intensas que entre gemidos le pedía más y más, yo solo sentía cómo mi respiración se agitaba mientras mis senos rebotaban de arriba hacia abajo, jadeante le dije que no parara y en cuestión de segundos, pude sentir que estaba a punto de explotar, sus tres dedos dentro de mí y su pulgar masajeando mi clítoris, me llevaron a un orgasmo tan placentero que todo mi cuerpo se arqueo mientras mis manos sujetaban fuertemente las sábanas, mis fluidos escurrían en gran cantidad que ella no dudó en pasar su lengua y probarlos.
yo recuperaba poco a poco mi respiración mientras ella se incorporaba a mi altura, me besó en la boca y pude probar mi propio sabor, cerré los ojos y ambas nos quedamos abrazadas.
Al cabo de unas horas me despertó con un beso en la frente y me regaló una sonrisa pícara. La del cumpleaños se supone que era ella y quien obtenía el mejor regalo hasta ese entonces era yo, quería que estuviéramos en igualdad de condiciones, así que sin medir palabra, me giré rápidamente para quedar sobre ella, le dije sonriente — Ahora es mi turno, mientras comenzaba a besarla con deseo… y bueno, lo que ocurrió después ya es otra historia.