El cumpleaños de Javier

De como un cumpleaños de lo mas inocente a traves de un juego iba a convertirse en una orgia entre amigos.

El cumpleaños de Javier

Esto que voy a contar paso hace tres años. Yo estaba en un cumpleaños de un amigo, con el que entonces era mi novio y sus amigos. La fiesta era muy normal: mucha comida, música de todo tipo, bebida para dar y regalar,...

Cuando llegue con Luis (pongamos que es el nombre de aquel novio que tuve) ya estaba allí todos los amigos y amigas de Javier. Siempre suelo llegar cinco minutos tarde, ya que tengo muy poca paciencia y no me gusta esperar.

Pues bien, fuimos al cuarto del chico, nos acomodamos y pusimos algo de música en el ordenador y esperamos a que la madre del chico se fuera de casa para estar solos. Y entonces empezamos a hablar de todo un poco, presentándonos (ya que yo no conocía a la gran mayoría, porque ellos eran del norte y yo vivo en el centro) y a partir de ahí pues preguntándonos cosas cada vez mas picantes. Una de las chicas, que parecía ser casi la más tímida, pues dijo que seria ya buena hora para ir a comer. Nadie puso ningún reparo.

La merienda estuvo muy bien, con su tarta de cumpleaños incluida, y aunque no me gustan mucho los dulces, probé un poco. Como en toda fiesta, no falto su guerra de comida, saltando nata por aquí, un poco de papas por allá,... Tocados ya algo por el alcohol, nos volvimos a dirigir a su cuarto y tomamos el tema de conversación del que disfrutábamos antes de ir a llenar los estómagos: sexo.

Como crios pequeños (aunque, ¿quien dice que no lo seamos?) decidimos jugar a acción o prenda. Para los que no conozcan este juego, consiste en que uno vaya diciéndole a la gente, por turnos, una acción que debe hacer, y si no esta dispuesto, debe pagar una prenda de ropa. Siempre suelen ir acciones muy facilitas y poco a poco se le va subiendo el grado de dificultad y erotismo. Éramos más chicas que chicos, por lo que seguramente ellos iban a disfrutar más que nosotras. Muchas de nosotras parecían muy tímidas, simplemente se sabía por la forma de mirar a los chicos medio ebrios o por lo sonrojadas que se ponían cuando les mandaban una acción.

La cosa empezó fácil para nosotras: finge un orgasmo, haz como si te estuvieras masturbando pero por encima de la ropa,... La cosa cada vez fue pasando a mayores y algunas de las chicas ya se habían quitado las botas y las camisetas. A mi me hicieron morrearme con todos los presentes durante un minuto. Hubo de todo: algunos aprovechaban para tocarme el culo, otro no eran capaces ni de sacar la lengua, alguna chica me besaba con tal pasión como si fuera el ultimo beso de su vida,... No estuvo nada mal, fue mi primer contacto lesbico por, así decirlo, y no me desagrado nada. La siguiente prueba fue para la que estaba a mi derecha: el chico que tenía enfrente tenía que chuparle, lamerle y morderle los pezones durante tres minutos. ¡Que envidia la tenia! Ojalá hubiera sido yo aquella chica... hubiera disfrutado como nunca. Aquella chica tenia novio (lo se porque cuando lleguemos y nos empezamos a conocer, nos dijo que su novio era el chico que estaba un par de puestos mas a su izquierda. Vi como le gusta que aquel chaval le comiera las tetas... se notaba, cuando el chico se separaba un poco de sus tetas, que tenia los pezones como piedras; seguro que estaba mojadita un poco mas debajo de la cintura. La siguiente prueba que me toco fue coger una moneda que el chico que me había mandado la prueba había introducido en los calzoncillos de cada uno de los presentes, incluyéndole a el y a mi novio. Al principio dude, ya que mi novio estaba allí y quizás se enfadaba, pero al cabo de un momento me dio igual y mi orgullo salio afuera. Metí la mano en cada uno de los interiores de los slips de todos los muchachitos, entreteniéndome un poco a posta en buscar la moneda, mientras manoseaba las pollas que ahí estaban, aun blanditas. Acariciaba los huevos un poco hasta que cuando veía que estaban algo excitados, cojia la moneda e iba en busca de la próxima. Mi novio no me miraba con muy buena cara, aunque se le notaba en los ojos que el también se estaba poniendo cachondo. Así pase por todos los calzoncillos y al final casi me aplaudieron.

Las siguientes pruebas os las podéis imaginar: quitarle la ropa interior a una solamente con los dientes, masturbar a otro en cinco minutos e intentar que se corriera, sentar a una chica en una silla vendándole los ojos y hacer que tocara las pollas de todos para que adivinara cual era la de su novio o amigo,...

Al cabo de cinco o seis pruebas más, todos estábamos más calientes que el palo de un churrero. Una chica de enfrente de mí empezó a acariciar el miembro del chico que estaba a su lado que, por cierto no era su novio. Lo sabíamos porque antes no los había dicho. El chico hizo otro tanto y le agarro los pechos para ir apretándolos paulatinamente. La chica que había al lado de ella se acerco a su bolso y saco de éste tres consoladores, dejándonos a todos boquiabiertos. Se acerco a la pareja que ahora uno estaba encima del otro, la chica del muchacho. Se metió la polla de plástico en la boca sensualmente, lubricándolo bien, y lo apunto al culo de la chica.

El chico bombeaba sin parar el coño de la rubia y ella gritaba. De pronto la jovencita que había detrás de ella le introdujo despacio el consolador. Ella se movía como para que se estuviese quieta la de detrás suyo, pero lo único que consiguió fue que se lo metiera mas deprisa, provocando unos gritos mayores de dolor. Otro chico se unió a aquel trío follándole a la rubia por la boca; y yo me puse tumbada debajo de la chica que le metía el consolador a la rubia, para comerle el coño. Fue una sensación rara y a la vez excitante. Note como sus flujos corrían por mi boca y mis labios y su clítoris se hacia grande y duro. Introduje un dedo en su culo y sus flujos fueron más abundantes, así que lo moví con rapidez para poder volver a meter otro. Se corrió la chica en mi boca y no desperdicie nada de lo que soltó por su coño. Unas manos me levantaron del suelo y cuando estuve de rodillas me metieron un trozo de carne en la boca para que la endureciera. Era mi novio:

Así que te gusta comportarte como una zorra, ¿no? Pues vas a ver como lo vas a ser delante de todos mis amigos.

Otro chico vino por detrás e hizo que me sentara encima de su polla. Empecé a mover lo mejor que sabia mientras mi novio agarrandome del cabello metía su boca muy adentro mío. La chica a la que había hecho correr vino y empezó a comerme los pezones, mordisqueándomelos de vez en cuando (que dulzura de placer).

Otra persona se apunto y me metió algo por el culo, supongo que era un dedito porque era fino y pequeño, aunque a pesar de eso a mi me dolía porque aquel agujero era virgen aun. Poco a poco lo que entraba por mi culito era mas y mas, y el dolor se hacia cada vez mas inaguantable. Mi novio me callo de una bofetada y una enorme polla me atravesó el culo. Empecé a gemir, primero de dolor y poco a poco fue convirtiéndose en placer, disfrutando de las caricias y embestidas que me ofrecían todas aquellas personas. Se fueron intercambiando los turnos a petición de mi novio, ya que decía que como quería ser una zorrita que iba a darme ese placer y que todos disfrutarían de mi esa tarde.

Después de que me hubieran comido el coño tres chicas, me hubieran follado seis pollas por el coño y ocho por el culo, hubiera comido yo otras tantas y se hubieran corrido en mi cuerpo incontables veces, conseguí correrme por enésima vez. Todos quedamos exhaustos, sobre todo yo.

Después de unas risas de vergüenza por todo lo que había pasado, alguien propuso que nos vistiéramos y saliéramos a dar una vuelta por ahí. Todos casi al unísono dijimos que si y a los diez minutos estábamos riendo y saltando por la calle. Aquel cumpleaños jamás podrá borrarse de mi memoria.