El Cumpleaños

De anfitriona en el cumpleaños de mi hermana chica

Me había quedado sola en el motel, mi jefe se tuvo que marchar a  atender asuntos de su familia, y aún la luz del sol alumbraba en la calle por lo que no me parecía bien salir a esa hora, me daba vergüenza que me vieran saliendo de aquel lugar, así que esperé a que anocheciera para irme más tranquila.

Para aprovechar el tiempo me fui a duchar y en vista que la habitación tenía espejos gigantes en las paredes y techo usé la cámara del teléfono para sacarme fotografías desnuda, sobre la cama copie las poses sensuales de las chicas que se desvisten para las revistas, como inclinar la espalda y levantar el trasero, ponerme en cuatro patas, y tonteras de ese estilo, hasta que anocheció y me fui.

En casa estaba esperándome mi hermana menor, que en dos semanas más  cumplirá quince años, para contarme sus planes de hacer una fiesta con todos sus amigos y compañeros de colegio, y, por supuesto, confiaba en que la apoyaría con los papás para los permisos y la ayudaría a organizarla.

El principal problema era el dinero, mi hermanita quería DJ, luces y una barra con mucho alcohol, y yo sólo tenía una persona a quien recurrir, mi jefecito, así que lo llamé de inmediato para contarle la situación y pedirle su ayuda.

Aceptó colaborar, pero en lugar de darme dinero, el mismo se iba a hacer cargo de organizar la fiesta, la excusa perfecta para venir a meterse a mi casa y hacerse conocido de mi familia, así que no me quedó más remedio que invitarlo y presentárselo a mis papás.

Así, una tarde después del trabajo nos fuimos a mi casa y se porto extremadamente simpático, le llevó flores a mi mamá, una botella de vino a mi papá y unos chocolates a mi hermana, se presentó como un tipo “separado” y con dos hijos, entregado al trabajo y feliz de haberme conocido y de ser mi amigo, y me llenó de elogios, lo único que le faltó por decir es que yo era fantástica en la cama y que me ponía en cuatro patas cada vez que el quería. Nos bebimos el vino, planificamos la fiesta y con la excusa de ir a comprar algunas cosas me sacó de la casa, claro que las cosas ya las tenía compradas y ocupamos el tiempo en escuchar música del equipo de su auto, mientras me ocupaba de chuparle el pico con tantas ganas que todos lo vidrios quedaron empañados y mi pelo tieso porque me acabó en la cara y en el cabello.

Finalmente llegó el día de la fiesta a la que mi “novio” no pudo asistir por tener un hijo enfermo, la hicimos un sábado a la noche, en que se llenó la casa de adolescentes, los muchachos vestidos de la  formas mas variadas, y las niñas de jeans o vestidos, pero todos extremadamente ajustados.

La primera parte de la fiesta fue puro alcohol, rápidamente algunos se emborracharon y la mayoría se empezó a desinhibir, pidiendo que bajaran las luces y comenzar el baile. Mi preocupación era mantener a la vista a mi hermanita para que no se portara demasiado alegre con alguno de los invitados, o por lo menos que los papás no la pillaran infraganti.

Como buena anfitriona le llevé algo de beber al que ponía la música, un chico bastante delgado, de no más de 18 años, muy prendido con la fiesta y que era el centro de atención de las muchachas, que le sonreían y le coqueteaban, y que al verme tan cerca de el me odiaron inmediatamente. Desde la altura del puesto del DJ podía observar a mi hermana, que se veía muy feliz con sus amigos.

El sujeto en cuestión me contó que estaba terminando la secundaría y que ponía música en la fiestas para juntar dinero, ya que quería ir  a la universidad fuera del país, y que también daba clases de baile, y para demostrarlo dejó una canciones programadas y me sacó a la pista, donde en medio de todos me hizo girar y moverme de una manera increíble, nunca me tocó un bailarín tan bueno,  literalmente hacía lo que quería conmigo, y yo me dejaba hacer, la forma en que me manejaba provocaba que lo viera de más edad que la tenía, más hombre, fuerte, lo que me puso muy caliente, muy excitada.

Estaba bailando muy entretenida cuando apareció un compañero de mi hermana, uno bastante alto y corpulento, tratando de llamar mi atención, pensé que me invitaba a bailar, pero yo no quería soltar al DJ. Como no le hacía caso me toma del brazo y me arrastra hasta donde estaba mi hermana, en bastantes malas condiciones, en el piso, muy pálida y con vomito sobre su ropa. Trate de levantarla pero pesaba mucho, así que con ayuda del chico, quien la cargó en brazos la llevamos a su habitación, para lavarla un poco, cambiarle la ropa y tratar de reanimarla, lo que conseguimos después de un rato. También me cambie la ropa, porque el vomito de mi hermana se me pegó en los jeans y top que traía puesto, y opté por utilizar un mini vestido, bien escotado y unas sandalias con taco para que se me vieran bonitas la piernas.

Superado el incidente volvimos a la fiesta y me puse a bailar con el muchacho que socorrió a mi hermanita, la calentura no se me había pasado por lo que me movía muy sensualmente, muy provocativa, como queriendo seducir a mi acompañante. Bailamos muy pegados, me toma fuerte de las caderas, mete una pierna entre las mías y nos frotamos al compás de la música, se inclina hacía adelante lo que me obliga a colgarme de su cuello y teniéndome con la espalda bien arqueada mete las manos debajo de mi vestido agarrando con fuerza mi trasero, lo que me pone mas caliente aún, me gira poniéndome de espaldas a él y siento su miembro duro pegándose a mi colita.

Estaba toda caliente, con el chorito mojado, con ganas de que me metieran una verga bien dura, cuando, tuve que atender un llamado de mi papá, que ya se iba a dormir y esperaba que la fiesta durara un rato más y todos se fueran a sus casas. Ante eso fui a hablar con el DJ para ponernos de acuerdo cuanto rato más de música se colocaría para terminar el cumpleaños. Ahí me reclamo que lo había dejado muy excitado, que le debía otro baile, que tenía varios pasos muy entretenidos que enseñarme.

La música sonaba fuerte pero cada vez había menos gente en la pista, algunos no bailaban por que estaban borrachos y otros porque estaban escondidos por lo rincones toqueteándose en la oscuridad. Salí a recorrer para asegurarme que mi  hermanita no estuviera haciendo algo malo, interrumpiendo a las parejas, encendiendo la luz de las habitaciones.

Al final la encontré en la calle conversando con varios de los asistentes a su cumpleaños que ya se iban retirando a sus casas, también me despedí de ellos, y fui a terminar con la música y encender las luces para que todos se dieran cuenta que la fiesta había terminado, la mayoría tenía como marcharse, pero algunos no podían irse por lo lejos que vivía y no era recomendable que se fueran en la oscuridad, además de que muchos estaban bastante borrachos, como en mi casa no hay demasiadas habitaciones disponibles todos se quedaron amontonados unos al lado de los otros en el piso de la casa, con mi hermana al centro de todos, como una abeja reina.

Todos parecían dormir placidamente, así que en silencio ordene un poco las cosas, y me iba a servir un traguito ya que en toda la noche no había bebido nada, cuando aparece el chico con el que había estado bailando, -te acompaño con un trago- me dice, -bueno- le contesto, conversamos un rato, apagamos la luz, y comenzamos a besarnos y tocarnos, saco su pene del pantalón y lo acaricio con mis manos, esta durísimo y para no desaprovecharlo me lo llevo a la boca, pensando que eso era todo lo que ocurriría, pero el chico tenía otra idea en mente levantándome en sus brazos, depositándome sobre la mesa de la cocina, quitándome la tanguita y colocando mis piernas en sus hombre para luego embestir mi vagina con su verga, -parece que has hecho esto muchas veces- le digo, no me contesta, parece que está muy concentrado en lo que hace, permanece en silencio, concentrado en meterme su miembro que se siente tan rico, tan duro, tan fuerte.-que rico me lo metes, rico, rico-, hasta que acabó dentro de mí, regándome por dentro con su leche. Fue una exquisita manera de terminar la noche y una excelente fiesta de cumpleaños.