El culo de la familia 1

Como me inicié dando el culo y la panocha a mi familia. Contaré cada cogida con algún miembro de familia, desde mi padre, dos de mis hermanos, todos mis cuñados, dos tíos, mi padrastro, mi compadre. Lo prohibido es lo más delicioso y excitante.

La primera vez que mi culo recibió dedo fue gracias a mi papá, quien gozaba cuidarme cuando estaba pequeña y me enfermaba. Hasta que un día mi mamá llegó del mandado antes y lo vió masajeando mi panochita y chupando un dedo para luego meterlo en mi culo. Supongo que por eso desde entonces me gusta que me den por el culo. Esa fue la razón por la que se separaron y ya sólo lo veía un par de veces al año y siempre con algún miembro de la casa presente.

En mi familia soy la más pequeña de 6 hermanos, la más puta, la más cachonda y la más atrevida.

Mi papá me envició estoy casi segura, que fue por él que me encanta llenar mi culo. El caso es que ya casi no lo vi con el pasar de los años hasta que después de cumplir quince años lo busqué en su casa, el destino estuvo a mi favor porque un día antes mis abuelos se habían ido de visita a San Luis y mi padre estaba sólo. Se sorprendió al verme, me abrazó y Me dió un beso. Me ofreció una soda y acepté, fuimos a la tienda y el estaba muy orgulloso de mi y me presumió con sus vecinos. Aclaro que siempre he sido gordita pero bien proporcionada, mis piernas carnosas, mis nalgas bien y mis pechos grandes. Llegamos a la casa y me dijo que si tenía hambre que si quería algo, que podía pedir lo que quisiera porque siempre había sido su princesa, su favorita y que siempre lo sería. Le dije que mejor cocinaba para los dos. Y aunque la cocina de mi abuela era amplia y fresca, me quité el blusón argumentando que tenía calor. Terminé de cocinar y cada que podía pegaba mis tetas en sus brazos o paraba mis nalgas para alcanzar el salero o tomar una tortilla. Me tiré un vaso de agua en las piernas y le dije que sentía helado. Siempre me gustó vestirme con mallas y blusones porque se notaban mis piernas, mis nalgas y mi panocha se marcaba muy bien. Él me dijo que si quería me quitara las mallas al cabo estamos en la casa y nadie te ve. Yo las bajé hasta mis rodillas y le pedí que ayudara porque se me hacía bolas en los pies. Levanté una pierna y el aprovechó para ver mi panocha y luego me quitó la otra y puso las mallas en su silla para que se separan. Pone en sus hombros y dice que me hace caballito y los dos nos reímos.

Lavamos los trastes juntos y cada que podía me rozaba las nalgas y la cadera con su verga. Yo pegaba mis tetas a sus brazos y paraba mi culo como Petra en celo. Nos sentamos a ver la televisión y me jala a sus piernas y me dice como cuando eras bebé. Y yo lo miro mientras él me besa la nariz y la mejilla me ofrece hacerme caballito pero de frente y coloca mis piernas en sus hombros y haciendo a un lado mi calzón me comienza a lamer delicioso y fuerte y me dice que es mejor de lo que recordaba. Que él desde que nací se enamoró de mi y que siempre que podía chupada mi panocha y mi culo porque le gustaba el sabor del jugo que me salía. Sigue mamando mi panocha y lengueteando mi culo hasta que me vengo deliciosamente mojando su cara y su camisa. Me enderezar y le ofrezco mis tetas, para que se prenda como bebé hambriento. Me caliento otra vez y abriendo su pantalón comienzo a mamar su verga dura, la meto hasta mi garganta y el me coge así rápido hasta que la saca y me baña la cara con su leche, me ordena limpiarla con mi lengua y yo feliz obedezco. Me toma de la mano y nos vamos a su cuarto. Me tira en la cama y comienza a masajear mi panochita y chupando mis tetas. Yo queriendo mamar su verga otra vez me quiero acercar y el me dice que no. Que está vez quiere mi panocha y me monta sobre él mientras me va penetrando en la puchita. Yo como loca me deleita en su verga que aunque no era grande si estaba gorda por lo que me encantó y él empieza a meter uno, dos y tres dedos adentro de mi culo. Creo desde entonces me fascina llenar mis dos entradas con verga, fruta o lo que se pueda. Nos dormimos un rato y cuando nos despertamos nos metimos a bañar, se encamina la verga y me la deja ir en el culo susurrando como siempre quise cogerte y comerme tu culo. Se viene en mi culo, nos enjuagamos y me despedí diciéndole que luego lo vería otra vez. Pero entre los estudios, el trabajo y las cogidas que ya me daba con mi padrastro ya no pude volver a verlo sólo una vez más antes de que falleciera. Él era alcohólico y falleció a los cincuenta años. Para mi siempre será el primero que supo darle a mi culo lo que quería.

80mula.

Espero les gusten mis aventuras incestuosas y calientes. Soy la puta comevergas de mi familia. Espero sus comentarios.