El culo de esa madura

Version extendida de la historia de una mujer que me encontré un día en la calle.

OK aquí esta la versión completa de esta historia.

Hay una cosa que últimamente me llama mucho la atención en las mujeres, me gustan mujeres de todo tipo, desde flacas pero sin ser anoréxicas hasta a veces gorditas con una bonita cara, desde jovencitas (sin caer en exageraciones y perversiones más profundas) hasta maduras, depende del cuerpo que tengan o lo que proyecten. Pero regresando, últimamente me llaman la atención mucho los culos grandes y más cuando están ceñidos en alguna prenda que dibuja muy bien su forma.

Pues les debo contar que es tanta mí recién afición a estos culos que en la calle voy cazándolos, he visto muchos, pero nunca me imagine que esto pudiera llegar a una de las experiencias más cachondas que me han pasado.

Estaba esperando el camión, que se tarda bastante, que me llevara a mi trabajo (atiendo mi pequeño local deportivo) con mis audífonos puestos cuando empecé a escuchar un claxon de microbucero de esos que chiflan a la belleza de las mujeres seguido, uno tras otro como de tres de estos transportes, me despoje de mis audífonos y voltee a buscar a quien adoraban, pensé que estaría en otra acera pero cuando voltee atrás de mí la vi, una mujer en los 40’s con un vestido delgado de color negro con detalles en amarillo/naranja, tenía unos lentes oscuros grandes que no dejaban ver sus ojos. En una visión rápida note su escote pronunciado dejando a la vista unos pechos me imagino 36C (talla en México) muy sugerentes, una figura muy bien cuidada y unas piernas muy bien trabajadas calzando unas zapatillas de esas que se amarran con solo una cinta al tobillo y tiras cubriendo el empeine.

No sé si me vi muy obvio buscando a la halagada y voltee súbitamente, de nuevo pasaban los autos en donde muchos le chiflaban o piropeaban, unos groseros otros no tanto y me anime a voltear otra vez, para mi fortuna ella ya estaba de espaldas y pude ver su culo, que unido a su cintura marcada se veía fantástico, como solo las mujeres maduras pueden llevarlo, ella volteo de nuevo encontrándose conmigo y su rostro parecía molesto, sonreí tímidamente y ella correspondió

  • ¿Tarda mucho el que va para la zona comercial? – Así no dijo pero es para que me entiendan los que no conocen la ciudad de México.

  • Si un poco… yo tengo ya 10 minutos esperándolo.-

  • Pues a ver si no tarda porque ya me estoy fastidiando.-

  • Sí, esos tipos son muy molestos.- me anime a decir para tratar de ganármela.

Ella sonrió levemente pero no respondió.

El transporte tardo otros 5 minutos más o menos en llegar y lo abordamos los dos, claro, como todo un caballero, le cedí el paso para que ella abordara primero y al mismo tiempo poder disfrutar de más cerca ese culo que se movía desbordantemente frente a mí. Ella pago y se fue a sentar a uno de los asientos que misteriosamente permanecía desocupado para dos personas, pague y me dirigí hacía ella pues son había otro lugar y dos caballeros estaban de pie. Le sonreí y ella respondió igual.

En el primer enfreno supimos la razón por la cual nadie se sentaba ahí, el asiento estaba suelto y fácilmente podíamos caernos. Nos sorprendimos de que casi cayéramos y yo lo acomodé para que eso no sucediera, además que del peso de ambos no era mucho lo que se movía.

Después de batallar con el asiento como en 6 ocasiones y durante 25 minutos, llegamos a nuestro destino, a lo cual yo descendí primero para poder ayudarla. Me agradeció y yo le dije que no había sido nada y le desee un buen día.

Como no tengo un horario de entrada ni salida hice como que iba hacía la otra dirección que ella tomo, rumbo a mi local. Pero después me atreví a seguirla, de lejos sin perderle la pista. Mientras veía ese culo que muchos hombres y algunas mujeres volteaban a ver.

Ella después de disminuir su paso pensé que me había descubierto (que tontería, iba algo retirado de ella y ella nunca volteo) pero la sorpresa que me lleve fue enorme, entró a una de las Sex – shop que hay por el lugar. Me aventure a acercarme más, los cristales de esta tienda son polarizados y no podía ver yo para adentro pero tal vez ella sí me vería, así que me metí como si nada. La tienda es algo grande y tiene un exhibidor de películas justo en medio y en las paredes de la tienda rebosaban cantidad de consoladores, vibradores, ropa, juegos, vaginas, etc.

No la vi, y pensé que era muy tonto y que me había confundido pero por fortuna no fue así. Tras una vista rápida por el local, me percate que ella estaba viendo las bolas chinas, tan de moda. Así que me puse a ver las películas. Ella tomaba unas, las tocaba las veía y re veía hasta que elabore mi plan y lo lleve a cabo. Cuando ella tomaba unas bolas nuevas yo ya estaba a espaldas de ella y por el rabillo del ojo la observaba, así que cuando se preparo para tomar otras me gire con un par de películas en la mano y la moví bruscamente y ella tiro las bolas y yo las películas. El dependiente volteo a vernos y yo hice una mueca de disculpa.

Tome las bolas chinas, unas de gel de color morado y se las extendí pidiendo disculpas, ella se quedo congelada al verme y yo fingí encontrarme igual.

  • Lo… lo siento… disculpe.-

Ella no dijo nada hasta que vio las películas. Una era de Private y la otra una de tantas. Sonrió maliciosamente y me extendió las películas.

  • Toma, se te han caído tus… películas.-

  • Gracias… pero no son mías, son para un amigo que me pidió… que…-

  • No te preocupes, no importa. Mira yo he venido a buscar también algo para "una amiga".-

Me sonroje, me arme de valor y di mi punto de vista.

  • Bien, pues espero que le guste a tu amiga pues esas de gel son muy buenas.-

  • Y tú ¿Cómo lo sabes?- dijo sonriendo

Que sonrisa tan linda y llena de malicia me arrojo.

  • Es que tuve una amiga que ocupaba de esas cosas y esas de gel según ella eran las mejores para empezar.-

  • ¿Y quien te dijo que son para empezar? si ya las he probado antes.- Ella se dio cuenta que se había echado de cabeza (desengañado) y los dos después de una pausa comenzamos a reír.

Ese día como en la mayoría de las mañanas llevaba pants para trabajar y ella desvió la mirada al bulto que era ya muy visible. Bajo su gafas oscuras para observar más natural el bulto bajo mi cintura. Se relamió los labios y yo intente disculparme

  • No te preocupes, no tienes nada que no haya visto antes.- Su respuesta me animó.

  • No, no lo has visto antes.- dije con media sonrisa.

Ella sonrió, se acerco a mí, volteo al mostrador donde el encargado jugaba solitario en su computadora y movió el resorte del pants y de mi trusa para ver en su interior.

No tengo un pene descomunal como los que luego describen aquí, es más bien lo normal (16 cm.), sin circundar y con los vellos recortados.

Se relamió de nuevo los labios y tiro de nuevo las bolas chinas para ponerse de espaldas a mí y agacharse para recogerlas, pegándome todo su culo a mi erecta herramienta. Después se volteo y me dio un beso en la mejilla, sonrió y se fue a pagar las bolas chinas dejándome como pendejo ahí parado (de las dos formas).

Me anime de valor y solo pague una película para poder ir tras la señora y llevar el DVD que era mi pretexto de haber llegado hasta allá. Salí lo más rápido que pude y la alcancé a ver de lejos que esperaba en la parada a que pasara el transporte.

Ella sintió cuando llegue casi corriendo a su lado y me miro de nuevo por encima de sus gafas, de nuevo sus ojos miel me observaron ladinamente.

Que estúpido, no sabía que decir y me quede mudo con la boca abierta cuando pasaron de nuevo unos viejos en su micro y me gritaron "socio". Ella rió del comentario, alzo sus cejas rápidamente y se acerco más a mí. Yo por enojo dije entre dientes:

  • Estúpidos.-

  • ¿Te molesta? – me dijo ella haciendo alusión a los piropos que le mandaban

  • ¿A ti no?

  • No, me hacen sentir atractiva.-

  • Pero no necesitas de eso. Eres atractiva por si sola, sin ningún comentario que lo reafirme.-

  • Pero me gusta, es como si yo te dijera que esa verga que tienes se me antojo mucho. ¿No te gusta oír eso?

  • Claro… pero también me calienta.

  • Y a mí. A ver dime un piropo o algo que me excite. Hazlo, veras que es hasta relajante para uno.-

  • Bueno… Ese culo que tienes es… delicioso y no sabes que haría con el.- dije mientras cerraba mis manos como apretándolo.

  • Muy bien, muy rico… ¿Tienes tiempo de invitarme un refresco para calmar el calor?

Por supuesto que no decline la invitación. Fuimos a una fuente de sodas y la invite a desayunar pero no quiso, solo pidió un té helado y yo hice lo mismo.

  • ¿Y en serio ibas por tú película a la sex shop o solo ibas siguiéndome?

  • ¿En serio las bolas chinas son para una amiga o para ti? – respondí con una pregunta par ver si me salía del compromiso.

  • Yo pregunte primero. Y espero que respondas con la verdad.-

  • ¿La verdad? Pues iba siguiendo la dueña de tan imponente figura.-

  • Gracias, ¿ves como sirven los piropos?

  • Ahora respóndeme tú.

  • Las bolas chinas son para mí… - dudo un momento y siguió.- Es que mi esposo no me atiende muy bien que digamos, la verdad es que me trata como a una reina pero en el sexo él ya no puede darme a lo que tenía acostumbrada, es 15 años mayor que yo y nos divertimos con juguetes pero a mi me falta una verga de a de veras

  • Pero con ese cuerpo y la experiencia que has de tener no te ha de hacer falta una.-

  • Eso crees, pues los piropos no me faltan y más cuando visto como hoy pero de eso no pasa, ninguno se anima

En sus ojos se veía la desesperación y el deseo por encima de sus gafas. Lo pensé tal vez muy poco pero me valió menos lo que pasará.

  • Te animarías a venir conmigo a un hotel.

Después de pensarlo un poco…- No sé, nunca lo he hecho con un desconocido. Se ve que eres un chico confiable pero… una nunca sabe.-

  • Mira, esta es una oportunidad única para los dos y tal vez nunca vuelva a pasar, te aseguro que estoy completamente sano y si quieres vamos por unos condones. Yo también estoy nervioso, nunca me había atrevido a esto pero… hagámoslo.-

Ella dudó un poco pero me sonrió y me tomo de la mano para decirme que confiaba en mí. Así que salimos de ahí y nos dirigimos de nuevo a la sex shop, en donde compramos una cajita de condones texturizados y un lubricante. En cuanto salimos de ahí tomamos un taxi que nos llevara a un hotel cercano y discreto. Fuimos a dar a uno de tantos llamado "El Paraíso" y ahí pedimos una habitación sencilla. Ninguno había hablado, nuestras manos seguían entrelazadas hasta que antes de salir del ascensor, ella me empezó a besar muy fogosa.

Nuestras lenguas peleaban por más espacio en la boca del otro y nos mordíamos tal cual se busca comer un manjar delicioso. Salimos del elevador para dirigirnos hasta la recamara que nos habían asignado y para entonces ya íbamos metiéndonos mano.

Abrí la puerta y nos encontramos con una habitación decorada por una cómoda, una mesita, dos sillas y una king size. Parecíamos novios. Ella dejo caer su bolso sobre una de las sillas mientras seguíamos con nuestro beso y por encima del pants tocaba mi polla mientras yo trataba de agarrar entre las dos manos ese enorme y delicioso culo.

Subí su falda e hice a un lado su pantaleta, estilo bikini para poder tocar directamente sus carnes y ella me metía mano para sobarme la verga que ya estaba muy dura.

Mi agasajo llego a su fin solo para ver como ella se alejaba un poco de mí para poder ponerse de rodillas y bajarme el pants, sacar mi polla de mi trusa y empezar a besarla poco a poco, lamía desde los huevos hasta la punta, solo lamía. Por fin se decidió y se la metió lo más que pudo, era una experta, lo demostraba a cada mamada que me hacía y yo me sentía en las nubes. Después saco sus tetas del escote y bajo su bra para pasarlas por mi verga. De recordarlo siento escalofríos.

  • Para o me vas a hacer llegar.-

  • Te la vuelo a poner a punto.- Retó

Siguió mamando con entusiasmo, solo se detuvo para ir por el lubricante, se puso un condón en el dedo y siguió mamando. Pensé que el condón era para ella pero empezó a buscar mi ano y me di cuenta de mi error, ella me quería a mí. Comenzó sobando suavemente el ano y sus alrededores.

  • ¿Qué haces?

  • Te voy a dar el mejor placer que nunca nadie te ha dado.-

Tenía razón, antes ya alguna mujer había jugado con mi ano pero no como ella lo iba a hacer. Mi excitación crecía a cada momento y la polla ya hasta me dolía, casi nunca había estado excitado hasta ese grado. Entonces ella metió su dedo fácilmente gracias al lubricador y el condón y yo cada vez más excitado. Hasta que se dejo de chuparme la verga y se levanto para empujarme contra la cama y yo caer en ella.

  • Quítate la ropa.- ordenó al tiempo que me enseñaba el dedo que me había penetrado.

¿Que hacemos? Digo, te están cogiendo por el culo pero se siente rico y luego, una señora de un portento sin igual, pues me tuve que quitar la ropa.

  • Acuéstate y jálatela.- De nuevo ordenó mientras se acercaba a mí.

Me hizo doblar las piernas para quedar con las plantas de los pies sobre el colchón y tener acceso a mi ano, de nuevo empezó a sobar y después a meterme el dedo, yo estaba en las nubes y mientras me masturbaba. Tanto era el placer que pronto sentía el orgasmo. Y le avisé, me puso de pie y continuamos en la misma posición que al principio, ella me ofrecía sus tetas mientras me decía:

  • ¡Vamos papi, aquí, dámelo! Mmm

Trate de aguantar lo más que pude, que no fue mucho y cuando sentí el primer espasmo dirigí mi eyaculación a sus tetas. Tres chorros espesos y fuertes fueron los primeros en salir, uno de ellos, el primero directo a su rostro, los otros dos golpearon sus tetas y luego otros tres pero menos espesos y menos fuertes acabaron por llenarle sus pechos.

Mi excitación no termino ahí pues la visión que tenía de ella era como para parármela de nuevo. El primer chorro espeso de mi semen que fue a dar a su rostro, caía lentamente por su frente, sus gafas, la del lado izquierdo, a un lado de su nariz y se dirigía hacia la comisura de sus labios, carnosos y rojos de la mamada que me había dado. Y en sus tetas, desde su cuello hasta los pezones, completamente llenas y ella se batía más con sus manos pasando todo mi semen por todas sus mamas mientras me veía de nuevo por encima de sus gafas que bajo un poco para seducirme aún más y se tocaba con al punta de su lengua el labio superior.

Se levanto después de unos segundos, me beso ahora más tiernamente y me empujo a la cama.

  • Esperma aquí, me voy a dar un regaderazo rápido.- Me dijo y se dio media vuelta, saco las bolas chinas de su bolso mientras inclinaba su cuerpo para dejarme ver de nuevo ese culo que tanto me gustó y después se fue al baño meneando sus caderas de un lado a otro muy sensualmente.

Que señora, que movimiento, ¡que culo!

Si ella me había cogido (follado) por el culo, ahora me tocaba a mí cogérmela a ella y eso fue lo que sucedió después

Pero como decía la nana Goya, "eso es otra historia" y si les gustaría oírla les pido manden su comentario u opinión al respecto. Gracias por tomarse su tiempo en leer esta historia y espero les haya gustado.

Ah, también si alguien me puede decir como integrar imágenes se lo agradecería mucho.