El culo de Brian

Un artista de rock cachondo e insomne y un chico solitario con un culo espectacular, que le regaló una noche y algo más.

El culo de Brian.

Antes de empezar una aclaración: En la Argentina, país donde nací, si alguien dice: ¡Que culo que tiene Fulano! , no solamente indica que el tiene en cuestión tiene un ojete hermoso, sino también que tiene mucha suerte. Hecha esa salvedad me presento.

Soy puto y estrella del rock argentino e internacional . Chupate esa que no es mi pija. Si te gusto bien y si no anda a cantarle a José José, al Ricardo Montaner (que nació a 30 cuadras de Buenos Aires y se las da de venezolano) , a Ricky Martín o a Mijares. Soy tragasables, comilón, homosexual secreto, gay , puto , joto, marica , queer o como me quieras llamar. Si no te gusta , no me mires , no me veas, si querés llorar , llorá, cambiá de canal y por favor, say no more.

Había pedido seis habitaciones , en el ala de towers de ese hotel de cinco estrellas para mi y para mi banda.. Uno de los cuartos con espejos en todas las paredes y techos, piano bien afinado y computadora con Internet por cable o banda ancha, vestidor y jacuzzi Jabones de sándalo y patchouli.en todos los baños.. Tres cajas de champagne demi-sec francés, vajilla, copas y cubiertos, dulce de leche y crackers , petit fours y canapes de salmón, cream cheese, pepinos y caviar a toda hora, agua mineral con y sin gas Evian o Perrier, gaseosas y refrescos variados, bombones argentinos o belgas, un humidificador de ambientes, tres atados de cigarrillos egipcios , encendedores a gas, nueces, pecanas , macadamias, castañas de cajú y almendras a disposición. Canastos siempre frescos de frutas de estación , aire acondicionado a 18 grados centígrados, adornos florales con rosas, jazmines y tulipanes, y una limousine con vidrios polarizados con chofer durante las 24 horas. Según contrato, esas eran mis exigencias, pero claro, faltaban otras cosas que no se ponían por escrito.. Algunas drogas "recreacionales ", algunos calmantes, pastillas para dormir , ansiolíticos, sedantes para el dolor de espaldas, algún antiácido, un pulmotor y oxígeno a mano, médico permanente, enfermera diplomada y madura, un masajista, y especialmente una pija y un culo joven a mi disposición para descargar mi libido en cualquier momento. Si soy puto y muy calentón , además de estrella del rock argentino e internacional.

Soy Johnny Farías, tengo 32 años aunque confieso 29 y obtuve quince discos de platino hasta ahora y hace mucho, que vengo sonando a toda hora en las radios de Hispanoamérica y que gané mi primer millón para comprarte una casa grande grande, grande como mi corazón....... Si no te gusta no me escuches, si no me aguantas, cambia de canal. Y por favor , say no more.....

Las mujeres se orinan por mi y aúllan mientras me tiran sus sostenes y bombachas, sus tampones y panties, me declaran su amor, gimen, gritan, lloran , menstruan y hasta tienen orgasmos mientras yo canto, mientras muevo mi pelvis, mientras sonrío a la multitud que no veo porque las luces o mi estado mental me lo impiden..

Los varones tambien me admiran , quizás como músico o secretamente me desean. No se . Luego mujeres y hombres y porque no gays compran mis CD, videos y mis DVD, mis posters mi merchandising., inundan mi correo virtual con mails, me envían cartas, poemas , tarjetas.. Pero a mi no me atraen las mujeres , me gustan los hombres, me calientan los machos, me excitan los varones. Muero por una pija , como vos. El orto se me dilata cuando veo a alguien bien varonil o a alguno que me atraiga por cualquier razón. Claro que no puedo ponerlo en las exigencias de mis contratos.

Siempre salgo a escena, o a la calle, con los pantalones ajustados apretándome el bulto y el culito tentador. Mis fotos son retocadas digitalmente para que hombres, mujeres y gays se calienten conmigo, se masturben, me idolatren, sueñen con mi amor . Para ellos soy siempre hermoso, aunque mido 1,67 y peso 65 kg bien musculosos y repartidos. Para mi público nunca tuve acné juvenil, no conozco el dolor, tengo una sonrisa perfecta, nunca tuve diarrea (los ídolos no cagan), y jamás padecí de piojos ni hongos , huelo como los dioses y soy el macho mas macho que conoció la música de este continente sudamericano....

Tuve romances con cuanta estrellita o modelo en ascenso me propusieron, claro que con fines publicitarios. Una vez , de vacaciones en el Uruguay tuve que entrar en una gomería para reparar las llantas de mi Mercedes, y había un almanaque de esos con chicas semi desnudas con las tetas al aire o el culo a disposición mirando al sudeste y me di cuenta que había tenido "romances" con todas, menos con la señorita junio. Claro que no había cogido con ninguna. Yo prefería en realidad a ese uruguayo de Maldonado, con barba de tres días, pelo largo y con las manos y uñas manchadas de grasa y el pantalón ajustado en la entrepierna, que estaba cambiando las cubiertas de mi auto.

Todas las entradas estaban vendidas. Los shows eran un éxito pero yo no podía dormir. Las adolescentes hacían guardia en la planta baja del hotel en la calle y gritaban mi nombre y coreaban mis canciones y aullaban, y no podía pegar un ojo aunque me habían inyectado un calmante..

"Si mi amor es tu agonía, muérete en mis brazos, apaga las luces y sueña conmigo, si mi amor es tu sueño, agoniza por mi..."

Se sabían todas las letras, las mismas que a veces yo me olvidaba en escena.

Me puse una peluca rubia, anteojos de sol, mi peor ropa, unos zapatos gruesos de suela bien alta de goma y desafiando los consejos de todos: mi secretario, mi agente de prensa, mis guardaespaldas, mi manager, salí corriendo del hotel en un taxi sin ser reconocido. Estaba caliente, y me iba acariciando la pija mientras el auto surcaba la noche húmeda de Buenos Aires, las inmensas avenidas, los parques casi desiertos : eran como las dos de la mañana. El taxi fue avanzando entre arboledas fragantes de jacarandá y lapacho, y yo miraba al cielo, hasta que se perdía entre edificios altos y carteles luminosos. Había una ligera brisa que me acariciaba los huevos , que desafiando la lógica, besaba mis tetitas, aireaba mis axilas, y terminaba tocando mi pija erecta , como si esta fuera una flauta dulce..

Bajé en aquella esquina conocida de mi primera juventud, cuando no era Johnny Farías y todavía me llamaba Luis Alberto Domínguez. Cuando tenia 18 años y lloraba de amor por un machito de 25 que no me quería y que me humillaba en ese antro nocturno al que ahora me estaba acercando. Y yo para darle celos o para que prestara atención, terminaba besando y acariciando obscenamente a cuanto viejo se me acercara. A veces terminaba en un hotel por horas, borracho, dolorido y mal cogido por varios. Otras despertaba en la calle sucio y pestilente ante el primer bocinazo de los autos de alguna calle perdida . Claro que también conocí buena gente y tuve amores o por lo menos lindas camas y buenas acabadas. También bailé todos los éxitos de aquel entonces, solo o acompañado pero siempre disfrutando de la música.

Cuando llegué a aquel local nocturno bajando las escaleras que tanto habia transitado en otros tiempos, estaban pasando un tema mío , es como si el disc jockey supiera que yo había llegado y me saludara con los honores que se brindan a un antiguo parroquiano ahora famoso:

"Si ya no me quieres , no me lo digas, miénteme, engáñame, cállalo. Deja que mi alma te ame locamente y abrázame fuerte, muy fuerte, mi amor.... Si ya no me quieres, no me lo digas, miénteme, miénteme...".

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Estaba lleno aquel antro gay famoso, como en las mejores épocas, como cuando un tal Luis Alberto Domínguez, o sea yo, se moría de deseo por un tipo que no le daba ni la hora. La música fuerte, los perfumes persistentes, el humo de los cigarrillos, los efectos de luces, los sudores de tantos hombres, bailando, caminando , desplegando su seducción en la oscuridad, y las voces., los ruidos, casi no habían cambiado. Eran sofocantes, perturbadores, angustiosos. Sentía deseos locos por tocar otra carne, besarme locamente con alguien, olvidar por unas horas que era un artista famoso, y coger maravillosamente con algún ser anónimo : penetrar algún culo redondo y sensual, chupar alguna pija caliente y jugosa..... Estaba cachondo.

Adentro del lugar los anteojos estaban demás y como siempre usaba maquillaje , no creí que me reconocieran sin una gota de pintura y con esa peluca rubia que me sentaba muy bien.

Me dirijí a la barra, y pedí un tequila. Necesitaba algo fuerte, algo que me diera valor para ser por un rato lo que ya no era. Para volver a ser un gay caliente que busca compañía , un hombre solo que necesita sacarse de encima. ese ardor , esa fiebre, esa lava volcánica , esa inquietud, ese incendio que quema su vientre, su sexo, sus venas y que amenaza con convertirse en una catástrofe...

El primer tequila me relajó un poco y más el segundo hasta que dije no voy a terminar borracho. Seguí tomando, pero agua mineral y nada podía apagar mi sed, ni mi deseo de otro hombre. Paso uno y sin ningún disimulo me acarició la pija y buena sorpresa se habrá llevado. Estaba a mil. Pasaron dos gordos, morochos y muy peludos con la camisa colgando de sus cinturas y uno me dijo casi en secreto "ay rubio mi amigo está loco por vos, se llama Néstor pero le decimos Amanda" Yo soy Elio pero me dicen " la Yolanda"

Amanda y Yolanda, los ositos panda, pensé.

Amanda me sacó a bailar y a los gritos me dijo que me parecía en rubio a ese negro ordinario y piojoso del Johnny Farías, y yo le dije quién es?. La gorda sin contestarme bailaba y bailaba y movía el trasero que daba gusto. Para el este y el oeste pa delante y pa tras. Ay Amanda que no la tengo blanda pensé. Y bailamos y bailamos y comencé a sudar y a sentir que me hacía agua , le di un beso en la mejilla y lo dejé solo en el medio de la pista.

Antes de llegar a la barra lo vi. Lo vi , como en aquella canción de Fito Páez, lo vi, pero no dibujaba margaritas en el mantel.. Era un chico flaco, alto (bueno mas alto que yo) , de nariz grande ojos inmensos . brazos y piernas largas . Miraba todo como con sorpresa o como con miedo, estaba solo y parecía desentonar ante tanto ruido y acción.. Estaba paradito contra la pared como cuidando el culo, y seguía la música con un leve movimiento de los hombros y del cuello. Llevaba puestos unos pantalones viejos como los mios que le marcaban bien el bulto y luego observé que también se ajustaban cariñosamente a su culo.

Pedí un agua mineral y una gaseosa y con gesto amable le ofrecí la gaseosa a el . La rechazó y cuando le dije que por favor me hiciera el gusto de aceptarla, se puso colorado y la tomó y cuando lo hizo acarició sin darse cuenta mi mano con la suya flaca fria , con uñas comidas... Y sentí un temblor, un golpe eléctrico, la flecha del destino.

Me miró a los ojos y pareció reconocerme , pero no dijo nada , le dije que yo era Luis Alberto Domínguez, y el me dijo me llamo Brian. Brian Achinelli. Casi largo la carcajada. Esa costumbre de poner nombres extranjeros de ciertas madres argentinas....... Hola Brian le dije, hola Luisito contestó. Y el dimininutivo me pareció tierno y dulce Me dijo tener 19 años recién cumplidos, pero no los representaba y ser profesor de dibujo en una escuela primaria.

Al rato de conocernos, tomó mi mano y como quien no quiere la cosa la besó. Y yo entonces, mas experimentado y seguro busqué su boca y le di un beso largo y apasionado. Aparte del temblor de hacía unos instantes, el contacto con esos labios me pareció algo ya vivido, quizás en otra vida y el me devolvió el beso en el medio del ruido y de la multitud y lo llevé al piso de arriba y detrás de una columna nos besamos apasionadamente cientos de veces y mi lengua danzaba con la suya y mi saliva se casaba con su saliva y mis labios recibían el regalo de su sabor dulce e ingenuo.

Dijo que hacía poco que "estoy en esto", como queriendo indicar su poca experiencia con hombres, pero sus besos en mi boca parecían sabios y sus manos en mi pelo una caricia experimentada y su cuerpo delgado pegado al mío, una hiedra centenaria que me envolvía y que se refregaba contra mi sexo, mi inteligencia, mi corazón.

En la penumbra de la sala y con la protección de aquella columna baje mis manos por su espalda y acaricié su culito , redondo , chiquito y apretado, su culo virgen que me dijo era lampiño, su culo de bebé espolvoreado con talco de fécula apenas perfumado, su culo que se abría a mi contacto como un durazno brisco maduro , como una fruta exótica y sensual. Y mientras lo besaba y acariciaba, el buscó mi sexo, con sus manos largas y sus dedos huesudos y finos y abrió el cierre de mi bragueta y urgó entre mi ropa interior hasta que encontró mi glande ya mojado , mi tranca gorda bien erecta, mi garcha pordiosera, mi verga al palo, dura como una piedra y anhelante como un campo seco por la lluvia.

Le dije " No sigas chiquito que me voy a venir ". Porque sentía tantos deseos tanto placer que temía acabar ahí y ahora, y se agachó y antes de guardar mi pija en el interior de mi bragueta, la besó muy suavemente como si fuera el soplo de un angel.

Yo me lo quería coger ahí mismo, pero me di cuenta que era imposible por lo que delicadamente le propuse ir a un albergue transitorio, pero el se negó con cierta vergüenza: "Nunca fui y no creo que vaya nunca a un lugar asi" y finalmente me invitó a su casa.

Vivía en un suburbio de la zona oeste, a unos cuarenta y cinco minutos de viaje, y me dijo que no gastara en taxi que me saldría muy caro. Mejor caminaríamos hasta la estación del tren y asi lo hicimos y hablamos, hablamos y yo no quería decirle quien era y el me contaba de sus cosas y a mi me encantaba su voz, su sonrisa, su juventud y especialmente me volvían loco sus piernas largas y su culo .

Era un culito chiquito como dos pomelos grandes y rozagantes, bien paradito y se movía con tanta sensualidad que de solo verlo se me paraba. Ya en el tren nos sentamos juntos y el calor de su pierna me hizo erizar la piel y calentar como si fuera un adolescente. Los dos estábamos tan calientes que se notaban en nuestras braguetas sendas erecciones húmedas.

Bajamos del tren en un barrio humilde, y caminamos siete largas cuadras hasta llegar a la casa de su abuela con quien vivía y para no despertarla me indicó una escalera que me pareció insegura, temía caerme pues sufro de vértigo y el que me dijo haber estudiado circo, me hizo subir a sus espaldas y asi a babucha a cogocho, con mi enorme garcha al palo y a mil apretada a su cuello y mis huevos colgando mas abajo, me apretaba a su cabeza con terror. Me llevó hasta su cuarto y alli sin encender la luz , y descalzo , se acercó a mi para decirme que me desnudara, mientras me ofrecía su lengua rosada y bella..

Me puse en bolas y el hizo lo mismo y lo empujé contra la cama y le acaricié el orto , se lo pellizqué y besé, le pasé la lengua una y otra vez a esas nalgas lampiñas y redondas que me volvían loco, y le comí el culo como si fuera un manjar Que culo mas hermoso, un culo que parecía unas gemas preciosas. Y el apretaba sus nalgas contra mi cara y mi lengua iba y venía por su hoyito delicado y se introducía mas y mas en su interior.

El gemía, gritaba y meneaba el culo contra mi lengua. contra mi cara y yo le ponía la mano en la boca como podía, para que no lo oyeran, y seguí comiéndole el culo hasta que no pude mas y al final lo di vuelta y me puse a chupar su pija.. Era una garcha hermosa y lampiña, gruesa y larga, con prepucio, y una cabeza enorme que engrosaba la punta y amenazaba con salir en cualquier momento. Y tragué aquella verga hasta el fondo y sentia como pulsaba, latía y crecía enorme en mi boca y chupé y chupé hasta que precedido por un grito urgente , el chico me llenó la boca de su leche , cubrió mi cara y mi pelo con su leche, inundó mis hombros y cuello con su leche entre suspiros calentísimos y yo me quedé caliente como siempre.

Puse un dedo en su orto y luego dos y repasé con crema aquel culo que me enloquecía y de costado levanté su pierna izquierda, larga y musculosa para poder ponérsela mejor en el orto, y mi pija grande como la de todo petiso , asi dicen, se fue metiendo presurosa por las paredes de seda de su culito del culo espectacular de ese muchacho flaco, alto, tan sensual y caliente como vergonzoso..

Lo penetraba mas, cada vez como si no tuviese fondo , como si mi pija midiera un metro de largo y en un momento me pareció que se quejaba , que le dolía, pero luego corroboré que gemía de placer y que su hermoso hoyito esta abierto de par en para a mi verga.. Y toqué sus nalgas, y lo di vuelta una vez mas y el quedó apoyando su cabeza contra la almohada y con el culo bien al aire y se la volví a meter con cierta brutalidad y pasión , como hacia mucho no lo hacía, y bombeaba , bombeaba hasta que la constante fricción, me llevó a un orgasmo increíble y desesperado de cinco chorros fulminantes. Y el movía ese culo divino de derecha a izquierda y de adelante hacia atrás y yo lo penetraba como quien abre la puerta al jardín de todas las delicias, como quien por fin , supera algún antiguo miedo, como quien retoma el camino abandonado que le permite aprender a vivir.

Con mi leche aún quemándole en el culo, Brian me besó y yo le devolví el beso y se quedó angelicalmente dormido en mis brazos. Al rato yo también me quedé dormido, con una paz desconocida y nueva.

Cuando desperté amanecía y lejos me esperaban conciertos, notas , promociones y un pasado que quería olvidar.

En mis brazos dormía un angel y contra mi verga estaba su culo , el culo de Brian.

galansoy.

Escríbanme a mi mail y valoren este relato al final de la hoja . Muchas gracias. Abrazos g.