El cuarto chat de mi Esposa
En este episodio les narrare lo sucedido - y sus consecuencias posteriores - en una fiesta de fin de año que fuimos invitados con mi esposa. Les recuerdo, soy Javier, vivo en Argentina, tengo 40 años, casado con Soledad (39 años) y con un hijo de 5 años.
Ya había pasado noche buena y navidad del año 2015 sin mayores novedades. Con respecto a la relación con Soledad todo seguía igual, distantes y pingüinos en la cama como siempre. La separación estaba siempre latente, si es que no concretamos era por nuestro hijo. Lo que si había cambiado en mí era el despertar de un sentimiento de celos que nunca había experimentado por ella, seguramente producto de esas charlas con su amiga - sobre Walter - y lo que había visto en el ascensor.
A todo esto yo seguía husmeando - a través de la notebook de mi esposa - en las conversaciones suyas de su Facebook. Habías charlar triviales con sus amigas, en especial con Daniela, cosas de trabajo y otras tonteras, nada importante, y sobretodo nada sobre ese tal Walter. Intente encontrarlo por el buscador del Facebook, pero no sabía cómo era su apellido; después busque por los amigos de Daniela, pero los tenía oculto. Me di cuenta que la única forma de conocer su rostro es que Daniela le dijera - haciéndome pasar por Soledad - que me agregara como su amiga - cosa que no iba hacer - o que me pasara una foto o su apellido.
Pera vayamos a la historia de este episodio: resulta con un lunes a la tarde Soledad me hablo por celular para decirme que el miércoles 30 - el 31 no trabajábamos ambos - estábamos invitados a una fiesta de despedida del año que se hacía en una vieja casona a las fuera de la cuidad de donde vivimos. Era un clásico para despedir el año para gente entre 30 a 50 años. Nosotros nunca habíamos asistido. Sus amigas - Daniela, Mariela y Verónica – irían; ellas se pusieron de acuerdo para ir todas juntas con sus respetivas parejas.
Yo le confirme que sí, que tenía ganas de ir. Ella se puso contenta, ya que rara vez aceptaba esas invitaciones. Le dije que le pregunte a Rebeca si podía cuidar a Maxi esa noche. Me contesto que ya le había escrito por el Facebook a ella y le confirmo que si podías.
Llegado el sábado por la tarde, mi esposa y mi hijo salieron a pasear un centro comercial de la ciudad. Yo me quede solo en el departamento, por ende encendí la notebook y entre a la sesión de Soledad del Facebook. Ahí leí una charla de cuando no, de su amiga Daniela. Escribían de tonteras, pero en un momento Soledad le pregunta por ese Walter en estor términos:
- Sole dice: ahhh, nena, esta noche voy con Javier, va ir Walter?
- Daniela dice: mmm, no sé, pero si va la Vero seguro que lo invito a él y a su novia. Por qué me preguntas?
- Sole dice: solo por saber…
- Daniela dice: jajaja, pórtate bien, vas con tu esposo ¡
- Sole dice: que decís, sabes que soy re fiel y nunca haría eso. Solo te pregunto para que no se desubique?
- Daniela dice: si, ya se Sole. No, si vos no le das motivo él no va decirte nada…
- Sole dice: nunca se lo daría. Bueno, no vemos esta noche. Vas con tu aminovio?
- Daniela dice: sisi. Besos. Chauuuu
En ese momento veo conectada a Daniela, y se me ocurrió escribirle nuevamente haciéndome pasar por Soledad:
- Sole dice: Dani, que haces?, que te vas a pones estar noche?
- Daniela dice: Sole, bien. No sé, vos?
- Sole dice: tampoco sé. Queres que te preste mi pantalón blanco?
- Daniela dice: jajajaja, nooo, te dije que me iba a comprar uno igual, y lo hice, lo conseguí ¡
- Sole dice: jajaja, no te puedo creer, quiero verlo esta noche…
- Daniela dice: bueno, ya veré, jajaja
- Sole dice: che, vi en una tienda la tanga de hilo dental que me dijiste
- Daniela dice: jajaja, y?
- Sole dice: no me animo comprar una de eso, ni tampoco a usarla, jajaja
- Daniela dice: jajaja, yo te lo voy a regalar una amiga, no te hagas problema ¡
- Sole dice: jajaja, sos loca che. Bueno amiga, nos vemos esta noche
- Daniela dice: chau amiga, nos vemos esta noche
Llegado las 20 horas - la fiesta era a partir de las 10 PM -, Soledad se estaba cambiando, yo me entre a bañar. Mi hijo estaba abajo de la planta baja - vivimos en un departamento dúplex - jugando con Rebeca que ya había llegado.
Cuando salgo de ducharme veo a Soledad ya cambiada. Se había vestido con unas sandalias, pantalón de jean suelto y una remera, para nada sexy. Ahí le dije que se ponga el pantalón blanco que le había regalado ya en su momento, que solo lo había usado una vez conmigo. Ella me contesto que se lo había puesto las dos últimas veces que fue a los cumpleaños de sus amigas. ¡ Hacelo por mi amor ¡, quiero verte linda? Bueno me contesto, y se fue a ponérselo. Esa actitud me llamo la atención, ya que en otras circunstancias me hubiera dicho que no. En un momento salió del vestidor, me miro, se puso las manos en garra y me pregunto: Te gusta gordo?, después dio una vueltita. Yo me quedé sorprendido ¡
Se vistió con los mismos tacos - color negro, de plataforma de 8cm - y la misma remera que tenía puesta. La remera era escote en V, color negra, suelta, para nada ajustada y un poco escotada. El pantalón le queda pintado – nada nuevo -, pero a diferencia de la última vez, se había puesto en vez de una bombacha vedetina - bombacha que tapa la totalidad de su cola, muy ancha arriba y abajo un poco más fina - una bombacha tipo culotte - esa que tapan la mitad de la cola arriba y abajo son caladas, mintiéndose en la cola - que le queda hermosa. La remera era corta, por ende se dejaba ver el culotte a través del pantalón, le queda sexy esa combinación.
Ya estábamos listo, nos despedimos de Maxi y de Rebeca, y partimos a la fiesta. Rebeca se quedó sorprendida a ver a Soledad con ese pantalón tan ajustado y transparente. Al parecer nunca la había visto con esa vestimenta. Al bajar del departamento nos encontramos con Osvaldo - el portero del edificio -, nos saludó cordialmente como siempre. Justo en ese momento a Soledad se le callo las llaves del departamento al piso, ella se agacho a recogerla, al hacerlo quedo a mi vista de Osvaldo su cola con ese culotte que se le transparentaba todo a través del pantalón. Obvio que el aprovecho para mirarla de los pies hasta la cabeza. Ella se dio cuenta, pero hizo como no pasara nada y nos marchamos.
Al llegar a la fiesta nos encontramos con sus amigas y sus parejas. Obvio que estaba Daniela y su ami-novio. La muy turra se había puesto el pantalón blanco - que supuestamente Soledad (ósea yo) le había dicho que se lo pusiera - con una camisa negra ajustada. El pantalón blanco que se había comprado era casi igual al que tenía Soledad. Ellas al verse que estaba vestida casi igual se sorprende y se empiezan a reír; entonces Daniela le dice a Soledad: nena, te hice caso, me puse el pantalón, pero no me dijiste que te ibas a poner el tuyo? Soledad quedo descolocada con esa pregunta, no sabiendo que le estaba preguntando, entonces, yo inmediatamente interviene en la charla, y le pregunte a Daniela sobre su supuesto nuevo novio. Nadie se dio cuenta. Soledad no entiendo nada de la pregunta y Daniela creyó que había metido la pata por haber revelado una charla con su amiga.
A todo esto Verónica - amiga de Walter - estaba en la fiesta con su novio. No había indicio de un tipo alto y grandote como la era la descripción de él. Fue pasando la noche y los tragos nos iban y venían, hasta Soledad tomaba, a pesar que ella no está acostumbrada a tomar alcohol. La verdad la estábamos pasando bien.
De repente mi esposas sale a bailar con Daniela, el morbo me gano, al verla a las dos vestida con esos pantalón blanco casi iguálales, tuve un erección inmediata. La verdad que parecían gemelas con ese pantalón. A Soledad se le veía bien el culotte a través de pantalón y Daniela se le marcaba bien el culo, y por ahí, según el color del juego de luces se le veía las tiras de la tanga de hilo dental. Eso me puso re loco de calentura
Ellas bailaban y bebían mientras yo las observaba sentado en un sillón con los demás hombres. No tardaron en acercárseles algunos chicos -calculo que tendrían 30 años - que ellas se encargaban de espantar. Daniela se movía sensualmente, en cambio mi esposa se movía en forma natural - como recordaran ella es tímida -; la gente que estaba al alrededor comenzaron a comentar entre ellos y las miraban descaradamente.
La escena me generó un mayor morbo cuando una persona alta se acerca a Daniela, la saluda con un beso y después Daniela se lo presenta a Soledad. No cabía duda, ese era el famoso Walter.
Al rato esta persona - supuestamente Walter - empieza hablar con mi esposa en forma natural, ambos se reían, se comentaban cosas. A Daniela no la veía. El supuesto Walter le ofrecía trago seguido a mi esposa, ella tomaba, notaba que ella estaba distendida. Después llego Daniela, Verónica y con otra chica - en teoría la novia de ese tal Walter - y Soledad al cabo de unos minutos se regresó a los sillones donde estaba sentado.
Como a las 4 de las mañana retornamos a nuestro departamento; Maxi dormía en su dormitorio y Rebeca en el tercer dormitorio – yo lo uso para trabajar -. Soledad se fijo si Maxi estaba durmiendo bien - tiene pesadillas seguido - y después entro a nuestra habitación. Yo inmediatamente cerré la puerta y la arrincone contra la pared, comencé a besarla apasionadamente, después le baje el pantalón y el culotte de a la vez - en forma muy brusca - y le empecé a tocar su concha que estaba empapada – no la tiene totalmente depilada -. Le pregunte porque estaba así de mojada, ella se puso nerviosa y simplemente me dijo que tenía ganitas. Entonces se me ocurrió pedirle que se ponga el ajuar de nuestra noche de bodas – se lo puso en el hotel ante de hacer el amor -, compuesto por una tanga de encaje, sostén transparente y portaligas, todo de color blanco. Ella dudo, pero después me dijo ya vengo y se metió al vestidor.
Al cabo de unos minutos salió del vestidor y me dijo: Mira las cosas que me haces poner? Yo estaba ya desnudo en la cama con pija dura, ella apago la luz de la habitación como siempre - cosa que destentaba que haga eso - he inéditamente se subió arriba mío, note que estaba súper mojada. Si más ni menos corrí su tanga y enterré mi pija hasta la raíz de su concha jugosa, mi esposa la sintió y gimió con un ¨uuuuuu¨. Sentía que la punta de mi pene tocaba fondo y la empecé cojer sin cuartel. En ese momento le dije al odio que me encantaba como le queda ese pantalón, que me calentaba mucho. Ella no decía nada, solo gemía ¡
Después la volteé, la puse en la posición de 4 y la penetré por la concha que la tenía bien abierta. Allí podía observar la tanga de encaja al costado de su culo y las portaligas, era una imagen espectacular, veía como sus nalgas rebotaban a cada embestida. Yo notaba que ella contenía su vos para no despertar sospecha a Rebeca, a pesar que teníamos cerrada nuestra puerta.
Por último la puse de costado y la clavé así. Ahí le dije: viste como te miro Ovando cuando te agachaste a juntar las llaves?, ella me contesto con un ¡No¡ y después agredo: que te estás pensando que soy una puta o que ! Pero en ese instante ella empezó a decirme ¨si dame más, así, ahhhhh …. Cojéeme fuerte¨. Hasta que en una de esas embestida me dice: ¨Dámela toda amor, así amor, me gusta que me estés metiendo toda la verga, dame más, así dámela toda si, así ahhhhhhh si, que rico lo haces¨. Tales palabras no me sorprendió, ya que cuando Soledad está a punto de tener un orgasmo dice cosas muy fuertes. Al escuchar sus palabras no pude más y me vine inundando su concha que rebalsaba de mi leche y de su orgasmo. Fue delicioso sentir las contracciones de su vagina mientras exprimía hasta la última gota de mi semen.
Justo en ese instante un grito fuerte no sorprendió, era mi hijo que se despertó abruptamente - evidentemente estaba soñando -; como buen instinto de madre, Soledad salió disparando para su cuarto, no consiente que estaba vestida con esa lencería erótica y su concha llena de semen goteando. Yo la seguí por atrás, alcanzándome poner un bóxer. Al entrar al cuarto de Maxi ya estaba Rebeca calmándolo - vestía un short y remera de dormir - , ella abrió los ojos sorprendía al ver a Soledad con esa lencería, se levantó y se fue al cuarto, deseándonos buenas noche. Soledad tranquilizo a mi hijo y después volvió a nuestro dormitorio para descansar. Obvio que se sintió avergonzada que Rebeca la viera asi.
Continuara …