El cuarteto
Una noche de marcha cuatro amigos, dos de ellos son pareja, pero al final son cuatro cuerpos hambrientos de sexo y desenfreno.
De manera tímida íbamos caldeando el ambiente, de momento solo besos y caricias, lenguas que se cruzan, que entra y salen, que se saludan y se saborean, miradas cruzadas, ojos de deseos, requiebros del cuerpo, suspiros de alma que bajan a lo mas terrenal, y del deseo, el morbo y el vicio que en pocos minutos nos estarán acercando al infierno del placer y del goce
Pepe, mira a Fran, se sonríen, y se desprenden de suspensor y el gayumbos, ya estamos los cuatro completamente desnudos, nos besamos, nos miramos, Fran se agacha y quedándose en medio de los tres, nos acaricia los huevos, agarra nuestras pollas y sujetándolas con ambas manos, se mete la tercera en la boca, la lame, la degusta, la traga hasta la garganta se la engulle en los mas profundo de su glotis, y cierra los ojos.
Ahora me toca a mi, es mi nardo el que degusta, Manu también se agacha, me lame los huevos, lo besa y agarrando la polla de Pepe se la come, parece querer desgastarla de tanto lametones.
Miro a Pepe me sonríe, deseo su boca, necesito sentir su lengua húmeda y jugosa jugando en el interior de mi boca, quiero sentirla en cada una de mis cavidades, lo necesito, necesito entregarme al placer sin control, a ese placer que solo con algunos he conseguido, y Pepe es experto en dármelo.
De nuevo Manu me lame los huevos, Fran se da cuenta de su boca y la busca, se besan a través de mi polla, y me la comen dulcemente resbalando sus bocas unidad en un húmedo beso através de mi rabo.
Pepe. Se aleja de mi boca, me sonríe, me lame la oreja, se va desplazando se pone detrás de mi, lame mi oreja de nuevo, mordisquea mi nuca, me susurra al oído.
Relájate y déjame hacer.
Se arrodilla a mis espaldas, me abre las piernas, me pide que me apoye en las cabezas de Fran y Manu. Me hecha un poco para adelante, se que le gusta mi culo, su olor su sabor, abre mis nalgas, mete su nariz entre en mis nalgas y como queriendo evitar que el aroma de mis entrañas se evapore, oprime mi nalgas contra mi nariz, siento su aliento sobre mis huevos, por segundos noto que ni respira, solo huelo, solo se deleita con mis olores íntimos.
Mis pezones reclaman mi atención, mis huevos y polla están servidos con dos bocas expertas, dos bocas que me conocen y saben como hacerme disfrutar.
Mi culo se abre, deseo sentir a mi camionero jugando con el abriéndolo, lamiéndole, escupiendo en el y realigerándole con su generosa lengua.
Tiro de mis anillados pezones, me relamo, entreabro los ojos, en frente a un tío buenísimo, pero totalmente sumiso esperando mis órdenes.
Le digo que se tire al suelo a lamerles los huevos y las pollas a los tres machos que me están dando placer a mí.
Quiero ser su juguete, un juguete solo para ellos, para su disfrute y para hacerlos disfrutar.
El sumiso se arrastra entre mis piernas se cuela entre ellos y yo, y lame lo que puede, sus manos permaneces a su espalda, juntas como si estuvieran atadas.
Fran y Manu, levantan la mirada hacia mí, sabes, que son órdenes mías, y en estos casos lo mejor es obedecer y disfrutar.
De mi garganta salen gemidos salvajes, mis cuerpo se tensa una y otra vez a punto de conseguir el orgasmo, mi polla dura, como pétrea roca, mis huevos fabricando semen a toda marcha, por mi capullo, un hilo viscoso sale y llega casi al suelo, Manu saca la lengua y lo traga, Fran le solicita su parte y lo comparten en un beso abrasador.
Me tumbo mas hacia adelante apoyándome en ellos, Pepe, ya consigue meterme la lengua, mi culo ha cedido, estoy abierto. Manu, me lame de nuevo la polla, mientras llega con su mano derecha a mi culo, toca mi agujero, toca la lengua de Pepe entrando y saliendo en ese caverna que me hace retorcerme de placer ante las embestidas de esa insolente lengua, ve que estoy totalmente dilatado, nota como estoy dispuesto.
Se incorpora, me apoya con las dos manos sobre la barra. Se sienta de espaldas a la barra, el culo sobre el suelo, mi polla a la altura de la boca, los demás le miramos, se busca en el calcetín, saca un frasquito de poppers, sobre la barra, han aparecido casi de modo mágico condones y lubricante.
Inhala del frasquito, me lo pasa, rota y vuelve a el, me lo vuelve a pasar, una inhalada intensa, miro a Pepe, esta listo, estoy listo.
Fran se arrodilla detrás de Pepe, su culo queda a la altura de su boca, y entre sus piernas la polla de Manu tiesa, gloriosa apuntando el cielo
Noto el liquido pegajoso en mi culo, resbala por mis piernas, la polla de Pepe, apuntalándose poniéndose en posición, ajustando altura, presionando mis nalgas, abriendo, venciendo la resistencias de mis glúteos, mis esfínteres claudican, mi columna ante el envite tiembla me abro mas de piernas y me rindo.
Manu se ha colocado debajo de mí, lame mis huevos, la polla que rompe mi culo, los huevos de Pepe, y se junta bajo este con la boca de Fran.
Fran se lubrica el culo, se ajusta el rabo de Manu, y se sienta encima de el, su lengua lame el esfínter de Pepe, mordisquea sus nalgas y brinca encima de la potente verga de Manu.
A penas ocupamos un metro cuadrado del bar, allí estamos los cuatros, disfrutando, gozando, gimiendo, a veces chillando.
Pepe disfruta de cada envestida, cada clavada es mas profunda, sus manso flagelan mis calientes nalgas, las acerca a mi boca, las chupo, las muerdo, el sumiso sigue allí rozándonos, oliendo a sexo, a culo abierto, a pollas rompedoras , oye nuestros gemidos, de vez en cuando se acerca y trate de lamer al vuelo la polla de Pepe según sale de mi culo, o la de Manu antes de que Fran se la vuelva a hundir hasta los huevos.
Es una bonita estampa. Fran contra la barra, entre mis piernas., Pepe, el macho el camionero de pie tras de mi dándome un follada salvaje trepidante, como nunca habían visto a nadie follarme.
Fran tras el. Abrazado a sus piernas lamiendo su culo y con la polla de Manu ensartada en los más profundo de su culo.
Corre el poppers de nuevo, alargamos los movimientos, estiramos estos momentos de placer, pero aun no queremos corrernos.
Pepe sale de mi, el sumiso se lanza a su polla, la desenfunda y la limpia, se tira a mis nalgas y busca su recompensa .El camionero y yo nos abrazamos, nos besamos aparta su culo de la boca de Fran y este con ayuda del sumiso se incorpora desde el suelo el nabo de Manu tieso como mástil de bandera, sale de la acogedora gruta que lo había cobijado, el sumiso no quiero su festín de olores y sabores y lo limpia siguiendo un ritual establecido como antes lo había hecho con Pepe. Después cuando Fran se incorpora y no abraza, le refresca el culo con su lengua, lo huelo, lo saborea y cuando o ha cumplido su objetivo se retira sigilosamente, despacio, como si aquello nunca hubiera pasado.
Solo unos cuantos sobres de lubricante y condones vacíos, sobre la barra, eran los testigos mudos de esta media hora de placer sublime de juegos adultos, de amistad incomparable.
Los condones habían desaparecido junto con el sumiso, nadie lo había visto cogerlos, pero allí no estaban, seguramente esto formaba parte de sus vicios mas privados, sus deleites mas íntimos, sus degustaciones para bajeras y depravadas.
La gente volvía a aparecer por la barra, durante todo el encuentro se asomaban, miraban, para volver a desaparecer tras las cortinas del cuarto oscuro, pero a pocos se le había escapado que ninguno nos habíamos corrido, que aquello en principio solo era un punto y seguido.