El corsé

Una noche de fiesta, un regalo y una experiencia que mi amo me ordena relatar para él.

Es sábado y salgo con una amiga a cenar. Lo pasamos bien. Después de unas copas y un poco de baile de vuelta a casa. Voy al ordenador, a veces está conectado hasta muy tarde el fin de semana, o se conecta cuando vuelve, como yo. El caso es que ayer no lo hizo y me muero de ganas de compartir lo que sea con Él. En el peor de los casos será un rato agradable, en el mejor una sesión y entre medias un abanico de posibilidades, dónde la fantasía, el humor y la imaginación llenan de magia una relación que dura algo más de ocho meses y que me hace sentir cada día más plena. Cuando le veo una gran sonrisa ilumina mi rostro. No hay necesidad de fingir, de no decir lo que se siente. Me gusta la sensación de libertad, de poder ser yo, de tener la oportunidad de entregarme un poco más en cada encuentro. Le cuento lo que he hecho, dónde he estado y le pregunto si quiere ver el regalo que me ha hecho mi amiga. Se que le va a encantar: Es un corsé negro precioso que me ha comprado por mi cumpleaños. Me ordena que me lo ponga. Me queda bien y mi amo me encuentra preciosa, cuando me lo dice me deshago de gusto.... Luego desea que me acaricie, que busque mi placer y se lo entregue. Entre el cansancio, las copas y molestias que tengo con la regla, no estoy excitada, cosa poco habitual en su presencia, pero sus palabras me ayudan, siento como me va envolviendo, trasformando y entonces solo espero su orden para correrme. Luego estoy juguetona y me acerco a la cámara provocando con mi lengua, con mi mirada. ¿Así que tiene ganas de jugar mi perrita?, me dice, trae las pinzas, baja el corsé, no, no te lo quites, sólo bájalo, así, pon dos pinzas, y yo las pongo en mis pezones, mmm, vete un poco más hacia atrás, a ver, ponte de pie..., Sí, estás preciosa, sí, siéntate, pon dos más, otras dos... Cinco pinzas en cada pecho en total, mmm, ¡perfecta!, enfoca tu cara, ¿excitada?, no, no lo estoy, pero el placer de obedecerle es enorme mi amo, sabe que lo disfruto. Después me ordena ponerme de rodillas, con las manos a la espalda e inmóvil unos minutos para, a continuación, ir retirándolas, una a una, sin prisa. Las últimas las de mis pezones. Y antes de despedirnos unos azotes y su última orden: Voy a estar con el corsé puesto una hora en la cama y luego quiere un orgasmo en su contestador. Debo mantenerme despierta una hora, si me duermo no sería capaz de despertarme de nuevo para la llamada. Me meto en la cama y cojo el vibrador, lo meto dentro de mis bragas y me empiezo a acariciar con él hasta que empiezo a excitarme, después, con la vibración baja, introduzco la punta en mi vagina y acaricio suavemente el clítoris con mis dedos, muy despacio, tengo que aguantar una hora. A veces tengo que parar, otras hasta me levanto para espabilarme, paso de estar al borde del orgasmo a casi dormirme. Cuando se  acerca la hora, me voy centrando en mi placer. Normalmente, cuando me masturbo para Él me recreo en fantasías de un encuentro, en lo que me hace, en lo que me dice y le llamo justo en el momento en que ya no puedo parar, en el que mis gemidos de placer hablan por si solos de un orgasmo inminente. En esta ocasión me centro en un encuentro que estoy relatando para Él en donde me ha dicho que incluya una felación. Me excita mucho pensar en ello, me recreo en sensaciones novedosas y deseo, como nunca lo he deseado, que sea una realidad. Normalmente no hablo cuando le llamo al contestador, tan solo dejo grabado el orgasmo, pero hoy me sorprendo haciéndole partícipe de esas fantasías. Cuando llamo empiezo a hablar: Sir, no se si ha pasado la hora....Estoy en la cama, tocándome para usted, tengo la punta del vibrador en mi coño y me acaricio. Estoy empapada sir pensando que tengo su polla en mi boca, que la chupo, la lamo y la meto toda dentro una y otra vez, pensando que usted goza con ello mi Amo, imaginando como me coge del pelo para moverme a su antojo, excitada como una puta sir. Pienso que usted me dice que quiere que me corra con usted, que me prepare, que cuando usted me diga quiere que meta los dedos en mi coño y me corra como una perra mientras me trago su leche. Así mi puta, sigue chupando, aguanta. Ohhh sir, mi sir, no puedo más....Tócate puta pero no tienes permiso para correrte, así muevete y su polla entra y sale de mi boca. Siento que va a estallar en mi, me preparo para recibirla como el mejor de los premios. Estoy al borde de correrme como una loca cuando el tiempo del contestador se acaba y me sobresalta un pitido. Mientras marco y escucho la voz del contestador le imagino diciendo, sigue, sigue, traga toda mi puta, mi zorra y cuando suena de nuevo el pitido para grabar es la orden: ¡Ahora! ¡Córrete! y estallo en un orgasmo intenso y largo que me deja agotada y feliz. Gracias mi Amo