El Corsario Pata Chula y la grumete (07)

Sigue la fantasía, pero con más protagonistas. No perdáis detalle de las Mazoneras. Un beso. Sandra Raquel.

"El Corsario Pata-Chula y la grumete"

La Diosa Boreal

Mientras Miel y los dos hombres, ascendían hacia la parte alta de la cueva, flanqueados por las bellas mazoneras, Diego "Veneno" conversaba con uno de sus hombres, que era conocido como "El Druida", pero al que todos llamaban Pano, salvo Diego, que siempre le llamaba por su nombre completo, que era el de Panoramix.

En el otro galeón, Shaman intentaba que sus hombres estuviesen alerta a cualquier amenaza.

Los galeones se hallaban a cobijo en la bahía del paso de los vientos a más de 300 yardas de la playa, de finas arenas blancas.

Blake estaba preocupado por Miel y los dos hombres de más confianza, después de los oficiales de su navío.

Los corsarios y sus hombres, en la cantina, habían sido desarmados y les conducían a pie hasta la fortaleza del gobernador, flanqueados por numerosos soldados.

Pero, los hombres sueltos y dispersos que se encarban de recoger información, al ver el estado de 6 jefes detenidos, comenzaron a movilizarse con el fín de informar a otros miembros ocultos, hasta que llegase la hora.

También unas mujeres y chiquillas, casi harapientas, se percataban de esa situación y pasaban a establecer los correos de las mazoneras secretas, para informar a la Diosa Boreal.

Miel, ya más cercana a Liw y casi a su par, llegaba a los últimos escalones de la cueva, en donde había más mazoneras, aguardando.

Fue conducida junto a los dos hombres que la acompañaban, hasta la presencia de la Diosa Boreal, como había solicitado Miel a Liw, minutos antes.

Al llegar ante ella, se arrodilló y la saludó. La imitaron los dos hombres que la seguían, aún un poco alucinados de ver tal cantidad de mujeres, todas preciosas y semidesnudas a su alrededor.

La Diosa Boreal, se acercó y al reconocer a Miel, la hizo levantarse. Después, indicó a sus dos hombres que también se pusieran en pie y fueran debidamente atendidos, mientras ella hablaba con Miel.

Las mazoneras, se hicieron cargo de aquellos dos hombres, fuertes y hasta guapos, para llevar una vida tan incierta.

Miel, expuso el mensaje de Blake a Bore, porque así quiso ella que fuera llamada, refiriéndola los últimos acontecimientos y los movimientos extraños de tropas del gobernador.

Bore, al contrastar esa información con la que recibía por sus conductos secretos, llevó a Miel hasta la terraza entre la roca para que observase a los 3 galeones anclados al oeste de la bahía.

-           Miel, sé que te rechazamos hace unos años. Ahora sabemos que no hicimos bien, porque siempre has sido una más de nosotras. Me placería, que lo fueras, cuando salgamos de este lío.

-           Me encantará pertenecer a las mazoneras, pero quizás mi misión por parte de ellos, lo impida.

-           Liw, explícaselo tú, por favor.

Y Liw, la comenzó a contar todo lo que ya sabían. El tesoro, se podría compartir sin problema alguno, siempre y cuando ellas fueran ayudadas a combatir la reacción del gobernador.

Miel asentía, aunque tampoco tenía demasiado poder para mercadear. Sin embargo, sabía que esa parte de la isla era estratégicamente invulnerable, máxime con una fuerza de apoyo del Corsario Blake y sus hombres.

Miel también se enteró de que Blake, entre las mazoneras de mayor grado y sobre todo por Liw, era conocido como Pata-Chula.

Al indagar Miel, por semejante apelativo, Liw, bajo la sonriente mirada de Bore, dijo :

-           Hace ya unos años, demasiados quizás para este tipo de vida, en otros lares hubo un tumulto en donde me vi envuelta. Huía entonces de otros feroces hombres que me perseguían y que a punto estaban a punto de darme alcance, cuando apareció de entre las sombras, un corsario totalmente embozado en negro, que detuvo a los perseguidores. Fue el tiempo justo, para que unas manos me atraparan y me pusieran a resguardo. Los perseguidores, ante la sorpresa, se habían detenido. Pero al ver que sólo uno les hacía frente, se envalentonaron y desenvainaron sus sables. Blake, dejó caer la capa con la que se embozaba y largó su espada ante sus atacantes.

Miel escuchaba muy atenta, esa historia que contaba Liw, con sus ojos haciendo luces extrañas. Y prosiguió :

-           Blake, renqueaba un poco de una de las piernas, como si estuviese cojo. Al verlo sus opositores, lanzaron grandes carcajadas, mientras lanzaba imprecaciones contra mi protector. Los dos primeros en reirse de él, siguieron riendo, pero ya con sus cuerpos aún en pie, mientras sus cabezas rodaban por el suelo. Cuando el resto se percató de lo que ocurría, Blake atacaba de un modo extraño, pues en cada paso, su cuerpo hacía unos movimientos, que hubiesen provocado la hilaridad, de no haber estado yo en aquella situación. Bueno, se sucedieron una serie de ataques frontales y laterales simultáneos, en donde vi volar brazos y cabezas, pero sabía que mi protector, caería ante los nuevos atacantes que se enfrentaban a él. Sin embargo, sin que los hubiese visto antes y mientras aún me sujetaba alguien, cuatro sombras negras más, se pusieron del lado de Blake y formando una especie de círculo, lucharon junto a él. Quien me retenía, me susurró que me alejase y ya no supe más de él.

Miel, no daba crédito a aquello, pero sí era verdad que por lo que le había contado Cool, Blake era alguien en quien confiar para siempre.

-           Bueno Miel, comprobarás que al haber nombrado a Blake, primero ella se sintiese extraña y hasta mosqueada. Pero, una vez aquí y viendo lo que vemos, la cosa se ha tranformado en corroborable. Por lo cual, te permitiremos que les hagas la señal para que lancen sus barcazas al agua y se aproximen.

-           Gracias Bore. Lo haré inmediatamente.

Miel, hizo las señales entre banderas y espejos en función de un código aprendido y todas pudieron ver la respuesta de la nave principal.

Cuando Bore, Liw y Miel descendieron a otro nivel, para acercarse a la playa a aguardar a la primera comitiva y recibirlos, pudo apreciar que los dos hombres que la habían acompañado se encontraban deliciosamente atendidos por unas mazoneras bellísimas y dulces en el trato hacia ellos.

Miel, pudo comprobar que Bore, sonreía al ver que Miel se relajaba, de ver a sus hombres bien.

Descendieron por el interior de la roca, hasta desembocar en la fina arena blanca y de ahí caminar hasta la orilla, en donde ya llegaba la primera barcaza, en la que Miel vió a Blake. Al mirar hacia Liw, la vió con la boca abierta y sus ojos como dentro de una alucinación, que tampoco pasó inadvertida para Bore.

Bore, se encaminó, precediendo a Liw y Miel hasta el recién llegado, saludándole como si le conociese de toda la vida, al decir :

-           Bienvenido Blake. Hay una personita que ha hecho posible el encuentro y que nosotras respetamos.

Bore, me hizo dar varios pasos hacia adelante y Blake, me abrazó, dándome un fuerte beso en la frente. Me sentí extraña, pues había soñado que me besase en la boca, pero me sentí bien de todos modos.

-           Blake, en nombre de nuestra comunidad, sé bienvenido tú y tus hombres. Pero antes, deseo que alguien que te conoce, diga lo que deba decir. Adelante, Liw !!!.

Y Liw, salió de detrás de Bore y caminando temblorosamente, se adelantó y pasando por entre Bore y Miel, se acercó hasta Blake y arrodillándose frente a él, besó sus botas humedecidas por el agua.

Pude comprobar como Blake, se sentía un tanto aturdido ante semejante recibimiento y saludo. El silencio era tan espectral, que sólo se escuchaba el suave vaivén de las tímidas aguas, al acariciar la fina arena blanca.

Blake, tomó con sus fuertes manos los hombros de la bella mazonera y la ayudó a incorporarse, para mirarla atentamente. Así la miró y remiró, durante unos interminables 60 segundos, sin que en su rostro apareciese algún gesto de qué o de dónde la conocía, para al final desistir y decir :

-           Gracias Señora, por tan grato recibimiento. He quedado altamente impresionado y mis palabras no afluyen en mí, para corresponderos. Supongo que vos sóis a la que llaman la Diosa Boreal, es cierto así?.

-           Es así, Blake. Pero te rogaría que me llamases Bore. Y que tú y tus hombres os sintáis cómodos en mi territorio. Además, ante tu desconcierto ante mi bella capitana, te informaré que tú y tus hombres hace algún tiempo ya, la salvásteis de un asalto, en un lugar remoto. Concretamente en Isla Caimán.

Blake, rápidamente, rememoró sus tiempos en esa isla y entonces recordó a aquella jovencita que huía desesperadamente entre las callejas del puerto.

-           Creo recordar algo, si. De todos modos, si es lo que recuerdo, hice lo que tenía que hacer. Aunque me alegro que al final, no la sucediese nada.

Al llegar la segunda barcaza, en la que venía Cool, me dirigí a él y me abracé para besarle, ante la sorpresa de todas y hasta del propio Blake, que rió entre grandes carcajadas.

-           Blake, observo que la pequeña Miel, es bien querida por ese hombre, verdad?.

-           Bore, además de encantado de haberte al fin conocido, esta pequeña sólo es conocida por nosotros desde hace dos días, pero es nuestra mascota mas sagrada a la vez. Ese hombre, se llama Cool, mi cocinero y amigo total. Y esa pequeña Miel, le salvó ayer de ser devorado por los tiburones. Así que casi es como si hubiese vuelto a nacer, pero ya te lo contaré mas despacio, Bore.

-           Entiendo, bueno mis chicas se ocuparán de ayudar a tus hombres, mientras iremos a un lugar más apacible y relajado. Pero esperaremos si lo deseas a tus otros jefes.

-           Muy agradecido, pero por el momento, sólo yo estaré por aquí con mi grupo de hombres. Imagino, que desconfiaréis, si van armados. Así que dejaremos las armas en donde sepamos que están, por el mutuo respeto de ambos.....Si os parece bien.

-           Por supuesto, así ha de ser.

Bore, dió unas órdenes y se alejó en compañía de Blake, a cuyo otro flanco se colocó Liw. Miel, caminaba junto a Cool, que la abrazaba por el hombro. Los hombres de Blake depositaron las armas en una especie de tabla transportable y se sintieron seguros tras los pasos de Miel.

* (continuará) *