El Coordinador de mi Universidad

Felipe el chico metalero de 18 años vuelve a retomar su vida sexual, esta vez con alguien que no creia que se le pasara en su mente...su coordinador de universidad

El besar…es un encanto infinito que regodea el cuerpo. Te hace sentir en mil y mil planetas donde tú no has estado nunca. Pero no son roces de labios y gesticulaciones mortíferas, solevantes de una manera abundante. Es con quien te estimule a morir, con ganas de que te someta mil y mil veces sin parar que te lo mamen, que te lo laman y que te follen. Cosas que se quedan grabadas en tu cabeza para idealizar el erotismo, ya sea una paja deliciosa en la tina del baño o en tu portátil. o estando apunto de correrte encima de tu compañero sexual.

Sí. Vuelvo yo de nuevo a definir mis placeres sexuales. Felipe Noguera de 18 años, morenito, delgado sin músculos en mi cuerpo, una carita estilo de un bebé pero maduro. El pelo corto motilado con máquina y lo único que es oscuro como chocolate, mi pene. Al principio era un amateur virgen en como poder doblegarme fácilmente a los encantos masculinos.

Me fascinan sus cuerpos atléticos, sus pectorales con sus pezones en relieve. Sus piernas grandes y musculosas. La espalda prodigiosa de un gorila, y su cara, lo más importante de todo, es lo que me pone cachondo, aparte de mis gustos metaleros y morbosos por los artistas del metal. Pero a veces me lo tomo de manera superficial porque no siempre tiene que ser el más atractivo, el que lo rige el mundo siempre. Hay personas que son mejores que el típico fortachón descerebrado.

Pero con el que perdí mi virginidad. Es un completo ángel delicioso y cuerdo de la vida. uno de los mejores momentos de mi vida. Mucha gente pierde algo preciado como eso, con alguien que no le da mucha importancia. Con mi amigo Andrés fue diferente, mi profesor y amigo mayor de todos los que tengo en mi lista de compinches, el que me sacó de lo tierno e inocente.

Nada ha cambiado desde entonces después que paso un año de lo sucedido. Ahora creo que ya no soy tan autista y osado en el sentido de ser toda una mierda con los demás. Me llevo bien con mis compañeros de la universidad, estudiar artes plásticas en una prestigiosa institución de más de 50 años te hace sentir preparado y ready cuando trabajes.

En estos últimos meses, nada de nada. Mi amigo Andrés estaba de gira por varios departamentos y pues, hace rato no viene a la ciudad, pero un hombre sin sexo gay no se moriría de dolor por no tener a su amigo con derechos disponible. Sería un día común y corriente, me tocaba arte tridimensional de 1:00 PM hasta las 5:00 PM y de ahí después de esa clase, orientaría mis determinaciones en ir al curso de guitarra que me ofrece mi universidad ya que solo tenía una clase, para así cuadrar mi horario.

Me dirigía a mi universidad entrando con mi gran amiga inanimada ‘Guita’ la guitarra con sonidos maniáticos en mi cabeza. Caminar llevando música en mi reproductor de mp3 hace que cuando transites te sientas importante, te metas en la canción sin que se den cuenta los que te rodean. Soy amante a la música oscura y extravagante y al color negro en mi ropa, no me importa ser morenito en lo absoluto.

Llevaba una camiseta de la marca DC con rayas verdes ceñida a mi cuerpecito. Unos jeans apretados de color azul oscuro y unas botas negras desgastadas que me llegaban casi al muslito pequeño de mi pierna. Llevaba los implementos de la clase en mi mochila artesanal de color negro con rojo con estrellas tribales que me compré en una tienda de artesanías. Acarreaba las pinturas, los pinceles y algo de molde arsénico para terminar la escultura con mi compañero de trabajo del cual me hice para el trabajo en parejas. El amigo que me conoce muy bien en mi grupo de facultad, Fercho

-¡Porque te demoras tanto siempre en venir home Pipelon! –inquiría alzando su larga cabellera para diferenciarse de mis demás compañeros

-perdón. Es que me cogió la tarde y andar con la ‘prestigiosa’ no es algo fácil de acarrear – dejé mi guitarra puesta en la mesa de trabajo

-siempre es lo mismo home ¿te regalo un reloj de cumpleaños? – sarcástico no paraba de sonreírme

-si tiene taches si jejeje

-jejeje tan jocoso este home bobo. Veni pues sigamos con la escultura y vea, el profe lo estaba esperando – a la par se acercaba nuestro profesor, viejito de apariencia pero sabio al actuar y explicar, don Anselmo

-¡entonces usted don Felipe! ¿porque se demora siempre en venir cada día que toca esta materia?

-¡nada profe Anselmo! llevar un instrumento musical te hace rebajar el estado físico – me sacaba excusas pendejas para que no fuera a regañarme

-eso le ayuda mijito pero sin bobaditas, hágale pues que ya les falta poco y quiero que me descresten (sorprendan) – feliz concluía el profe Anselmo limpiando el lente empañado de sus gafas arcaicas para seguir con los demás trabajos y sus recomendaciones

-gracias profe…- solo eso pude decirle

-ya pa que home Pipe ¿trajiste los vinilos? – algo enojón me preguntaba mi frenético compañero mirando mi bolso

-si, por acá están. El rojo sangre, el negro profundo, el azul eléctrico y el gris plateado – sacándolos todos en una bolsa transparente

-pásamelos pues que me falta ultimar detalles en el rostro del maligno – mi loco amigo se enfrascaba para que saliera perfecta y benigna su obra de arte.

Mi amigo Fercho tiene un nombre de adulto catalogado para llegar a viejo dentro de cinco años jejeje su nombre completo es Ernesto Fernando, pero odia su primer nombre. El segundo no le cogió tanto odio, así que optamos por decirle Fercho. Más rebelde que yo, con su pelo alborotado a lo puro metalero, me recuerda a Thomas Anders, de joven. El vocalista del dúo Modern Talking, con su pelo parecido al de él en sus épocas de los 80. Además ese cantante me resulta hermoso en a la época vintage. Ya actualmente como esta, le digo un rotundo ‘siguiente’ porque no me llama la atención. Es la única banda pop ochentera que me gusta.

Fercho es parecido a mis gustos, pero de apariencia es distinto a mí. Blanquito, medio moreno, con sus brazos y su cara quemados por el sol. Cuando usa camisetas de manga corta se le nota la marca de cuanto calor absorbió su cuerpo. De ojos grisáceos, mentón partido, orejas pequeñas y cara perfeccionada. Mi mejor amigo en la universidad…

Usaba esos tenis, grandes que hacen que cuando de una patada, su zapato vuele por los aires, arruinando una ventana. Lo es y lo digo porque pasó una vez mientras escuchaba toda la discografía del último disco de Dragonforce, su banda favorita. Le tocó arreglarlo con el administrador de la universidad y se gastó parte de sus ahorros jeje. Su olor a colonia de macho se combinaba con su sudor cada vez que nos tocaba hacer esfuerzo físico cargando cosas para la clase, no me molestaba, le gusta más a su novia Violeta, la que tanto quiere.

-¿has hablado con Vio en estos días? – preguntaba mientras este se vedaba un audífono para escucharme y verme

-no…rompimos

-¿cómo?- Quedé sorprendido mientras me ponía esa cara de dolor- ¿y eso? ¿Qué sucedió?

-simple…es una completa celosa. A cada rato me dice que no me arrejunte a las chicas y a los chicos que porque me quiere tener solo para mí, ni podía hablar con mis primas por lo que ya sabemos, lo que está es demente

-y porque decís que los chicos, ni que fueras gay – el gay era yo

-no es por lo de gay, sino que de los parceros te arrejuntan con chicas lindas y pues, ahí es cuando se complica. Por eso le dije que siguiéramos de amigos, porque yo con celosas no me junto.

Bárbaro, era raro porque él y Vio se gustaban demasiado. Son rompimientos que se ocasionan entre dos personas cuando ya no congenian. Si tuviera un novio no me aburriría de él nunca, con tal de que me quiera, está todo bien para mí, lo amaría más de 50 años si fuera posible.

-¿ya le terminaste los ojos o te falta algo más? Preguntaba mientras revolvía los colores para combinar

-no, creo que así está perfecto.

Nuestro proyecto era básicamente resaltar la vivencia de algo peligroso y llegar a ser artístico e interesante en el concepto magno de una interposición de un surgimiento doloroso que tuviera que ver con las similitudes de los antecedentes de los mayas y su ‘supuesto’  fin del mundo.

A Fercho se le ocurrió la idea de plasmar en el trabajo, uno de los villanos de Digimon 3. Encajaba perfecto en la explicación ante el concepto de la escultura. El D-reaper o Delipa. Un programa de seguridad de origen desconocido, enfocado en eliminar a los Digimon cuando éstos sobrepasan cierto número. Pero todo se complicó lo que hizo que surgiera en el mundo real formando como una especie de fin del mundo.

Utilizamos su última fusión ejerciendo más que toda su cabeza, parecida a Lilith, de Neon génesis Evangelion. Su torso serán los emblemas mayas que predicen la predicción del fin del mundo. Así lo vemos nosotros si pasara con el universo, invadido por el Delipa.

http://images1.wikia.nocookie.net/__cb20091212223355/digimon/es/images/2/25/260px-Mother_D-Reaper_t.jpg

-¿quedo bien no Pipe?

-esta excelso y asombroso, ya quiero ver cómo quedará pintado. – detallando por todos lados alrededor de esa escultura de arcilla, estando apunto de una buena nota universitaria.

-dejá me encargo de eso, necesito dispersar mis ideas y que queden plasmadas ahí. Vos te enfocas en lo teórico.

-me parece justo, así no te llevas todo el crédito – sonriendo le dije.

-por supuesto – guiñando el ojo con una mueca sacándome la lengua

Los demás también trabajaban duro y arduo. el nuestro quedaría espectacular. El profe nos dijo que nos tomáramos un descanso de media hora porque no le gustaba tenernos todo el tiempo ahí, ni fuimos al baño por estar dos horas y media ahí creando y manifestando nuestras ideas.

-que, par de locos dementes ¿nos acompañan a la tiendita? – agregaba Edison señalándonos a los dos mientras éramos los únicos para salir además del profe

-si vamos ¡de una! me muero de la sed, vamos y nos acompañas Piposo – jadeando por el calor insistía Fercho.

-sí, si peladitos, que necesitan descansar y salir de aquí, ya me tienen harto- chistoso nos decía el loco Anselmo

-dale vamos que también tengo sed. – asentí saliendo del salón.

Bajamos hasta el primer piso donde estaba la cafetería. Compre un refresco de manzana y un pastel de queso para poder relajarme mientras el peludo amigo mío, se hacía una cola de caballo mientras rejoneaba con sus rodillas, al estilo de un baterista, la canción que escuchaba, estaba en su mundo tirándome casi el pastel de la mano. Estando todos mis compañeros de grupo, éramos pocos, solo 10. Pero la pasábamos bueno.

Cuando terminábamos de comer, una de las chicas, Taliana se acerca a mi terminando de tomarme el refresco para calmar la sed, se avecino como algo preocupada.

-¿Cómo vas Felipee? ¿Hambrientoo? – la chica es linda, con su pelo negro y labios rojos. Pero lo que la hace ver exótica es ese acentico tierno y montañero parecido a la de una modelo colombiana rubia famosa por aquí.

-Sí, Tali, con algo de hambre.

-miraa…no sé si es cosa mía pero… ¿vos conoces al coordinador de la facultad ciertoo? El señor Rodríguez – angustiada miraba sus uñas pintadas de azul eléctrico.

-si…lo conozco, pero no hablo con el… ¿Por qué? – dudoso levantaba mi ceja mientras la miraba.

-llámame loca…pero creo que él no para de mirartee.

-¿perdón? – agregaba con la boca llena ¿mirarme? no era algo que yo pretendía tener en mente.

-sí, no see, cada vez que entras, los días anteriores se pone a verte, disimuladamente…

Trate de mirar en los demás bloques si miraba por ahí arriba con la boca llena de pastel. Y si, Tali, estaba en lo correcto, así estaba, con sus codos apoyados, mirando al lado derecho en el bloque de abajo observando como criticaba el profesor de fotografía de último semestre a sus demás estudiantes.

Si, el coordinador de la universidad. El señor Rodríguez, de unos 27-28 años le ponía yo, de cara bien parecida pero sin llegar a ser un extremo galán de vereda. Con los parpados algo caídos, el pelo corto sin llegar a ser pronunciado. La nariz neutra, ni muy grande ni muy pequeña, los labios pequeños pero cuando sonríe salen esos dientes de oreja a oreja, junto con su barba de candado que llegaba a ser de cierta manera…sexy. Se mantiene de cachaco azul oscuro o negro, cambiando solo su camisa formal de un color distinto junto con su corbata. Creo que llegamos a ser de la misma estatura.

A veces lo veo y digo buenos días, o tardes depende de mis horarios. Pero de llegar a hablar con él, nunca. Lo más extraño es que sin yo darme cuenta, puede aparecer por ahí. Sin yo poder percibirlo, pero el a mí sí. Enfoque mi mirada hacia él y veía como dirigía la mirada hacia mí, serio y protuberante a sus gestos de sniper profesional, estada dispuesto a dejar de verlo. No quería disimular…se me retumbo en el estómago y, no fue hambre.

Dirigí la mirada de nuevo a Tali para fingiendo que no me importaba.

-Puede que si – traque lo que tenía en mi boca pasándolo con algo de líquido – pero naa, no debe de ser importante.

-sí, Felipee tenía como esa corazonada de decírtelo, ojo de princesa linda no se equivocaa – tierna se agarraba las manos girando de lado a lado sonriendo con esos labios rojos como las cerezas agudizando más las vocales.

-si tú lo dices Tali está bien, gracias por ser sincera conmigo – en mi mente pensaba ¿Qué se estaría pensando esta loca en la cabeza al especular eso? Pero…puede ser cierto. El tipo cuando yo era distraído por mis pensamientos, me miraba livianamente, apenas dándome cuenta.

Dejaba la basura en su lugar destinando mis aposentos a mi clase. Pero…apreciaba esa vibra extraña de tener alguien pegado a mi cuello, un espectro imaginario regodeaba mi espalda con dolor abrasivo a la par subiendo las pocas escaleras hasta llegar a mi salón correspondiente. No se…llámame maniático pero, esa vibra de daba besos en el cuello dejando percibir un olor intenso a colonia.

-Pipe guevon ¿qué te pasa pues? ¿Y esa cara? – Fercho notaba mi preocupación excitante y frívola que se avecino como cuervo maldito

-No…nada – mentiroso profundia ante mis palabras

-ok- si vos lo decís, pero la verdad viejo, estas más blanco que yo.

-no…tenes porque preocuparte, solo sigamos. – traté de apaciguarme, me senté a lado contrario de mi amigo surtiendo los colores de la mezcla para las caras tribales de la escultura…necesitaba componerme, puse música de mi reproductor colocando en cada oreja el auricular y dejar que se inflara mi espacio vital para estar tranquilo y aplacado.

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Pero esos ojos…esos putos ojos marrones me dejaban como trabado de tanto misticismo y sed de lujuria… la música no me ayudaba en nada. Mi imaginación se percibía entre mi delgado torso y su cuerpo llegando a matarme lentamente con sus ojos frenéticamente marrones ante mí. El cómo me besaba y me agarraba fuerte por mis costillas apretándome y sacudiéndome estando los dos desnudos de pecho sin parar de besarnos apasionadamente, dejando palpar mis bolas… adentro de mi pantalón. Un chorro imaginario de agua nos mojaba sin parar de apreciar el calor excesivo de nuestros cuerpos agraciados por el placer. Mi cabeza se imaginaba su voz entrecortada diciendo:

- quiero que seas mio…

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-¡joven Felipe! ¡Mijo!

-q-que-que-QUE carajo ¿cómo? – deliraba mínimo con cara de idiota percibiendo la mano senil de el profe Anselmo

-oíste petardo ¡quítate esas cosas home! ¿Qué le pasa al loco este? – se dirigió a Fercho mientras este utilizaba una sierra corto punzante en la escultura.

-no se profe, ese esta raro hoy

-no me jodas, yo estoy bien – fingía una sonrisa mirando los ojos caídos del profe – en serio, no pasa nada

-más le vale mijo porque-

Unos toques a la puerta medio abierta del salón interrumpieron la charla entre alumno y profesor. Una de las secretarias de la universidad con una sonrisa, dejamos de mirarla todos porque no había llamado la atención estando en nuestras cosas. Yo dirigí mi cabeza a lo que estaba haciendo.

-Disculpe profesor Anselmo ¿Cómo le ha ido?

-Bien hombre Sandrita ¿Qué necesita? – preguntaba coqueto a la secre

-necesito al joven em…déjeme le dijo – buscaba en los papeles la lista del mi grupo y el semestre -…Felipe Noguera ¿él está en esta clase? – mire dispuesto hacia donde se ubicaba ella levantándome del asiento.

-sí, soy yo – confirmando detalles minúsculos

-ah bueno, venga por favor que lo necesito para algo ¿profesor me lo presta?

-claro Sandrita, cuando quiera. Vaya pues para que vuelva en si – chistoso reía el ancianito

Salí del salón mientras seguía a la secretaria me guiaba hasta por las escaleras, volteamos por la izquierda hasta llegar al salón social entrando por la oficina grande de coordinación de…uh… mierda

-Listo Felipe, el coordinador te necesita para algo porque… creo que entraste a algo de un evento o muestra y él te lo va a explicar ¿ok? – hice cara de duda porque…

-¿entré a un evento? –como un idiota dejaba caer el mentón por no saber nada.

-sí, mira, el de ‘jóvenes escultores’ de este año. Te aceptaron por tu idea de las figuras pequeñas como souvenirs de la universidad, fuiste uno de los elegidos.

No me acordaba. Había propuesto una idea en un buzón de sugerencias de la universidad porque estaba aburrido en la biblioteca mientras buscábamos imágenes para pintar y utilizar diversos colores. Algo de improvisto pero ya que, el punto es que esta…en su oficina. Cómo algo que me dijo una me mis compañeras hace que… me acerque más a esa persona que no sé…me tiene confundido.

-Ok, esperaré entonces, muchas gracias… - solo pude sentarme y esperar a que la puerta…se abriera.

La secretaria fue a su puesto.me dedicaba a jugar con los dedos de mis manos, dejando presionar una de las suelas de mi bota con algo de desesperación. De no estar atento me hubiera traído mi celular para ver algún mensaje o llamada o jugar un mísero juego. Comencé a sudar ¿carajo? ¡Qué putas me pasa! Estoy como frenético por este tipo, da la impresión de que-

- Sandrita… ¿ya llegó? – la puerta de vidrio de ventana y madera resaltó a la deriva una barba de candado que salía a asomarse afuera.

-sí señor, ahí está… –decía la secretaria desde su puesto de trabajo sin parar de teclear al estilo mecanógrafa

Enfoque mis ojos a la puerta. trataba de ver como salía y fuera a presentarse ante mí. Y si… salió la misma persona que me miraba desde el tercer piso. Con su conjunto azul oscuro, camisa azul y el color negro de su corbata resaltando esos ojos profundos que no paraban de observarme detenidamente. Mi cuerpo se sintió con un vacío pero mi estómago hizo como un impulso sabiondo que me dejaba perplejo con la embocadura abierta sin enterarme.

-¿tú eres Felipe? – se acercó a mí, estirando la mano

-si-si señor soy yo – le correspondí la mano estrechándola apreciando con mi dedo pulgar algo de vellos en la parte de atrás de su mano.

-Mucho gusto hijo, el señor Rodríguez para servirte, el coordinador de tu carrera. Ven, pasa adelante a mi oficina…

-gracias… – traté de disimular. el sudor de mis manos entrando a su delegación. Algo grande y bonita, con un sillón de cuero color negro en su escritorio, cuadros de artistas de carrera que pasaron por la universidad, un baño, libros de biblioteca y papeles de contabilidad, lo básico.

-siéntate, estas en confianza ¿quieres algo de tomar? – preguntaba mientras mis nalgas no se acomodaban bien al poderme amoldar al asiento

-no gracias, estoy bien así señor Rodríguez… - seguía con preocupaciones y eso lo detectaba en mi cara.

-ok amigo tu tranquilo que yo no muerdo. Te llamé fue para que supieras acerca del evento que vamos a hacer en la universidad, acerca de ‘jóvenes escultores’ el que hacemos cada año y quedaste preseleccionado con la idea que colocaste.

No podía entender que haya sido escogido. Lo inesperado, es lo más sorprendente que te pueda suceder. Si tenía una oportunidad de poder aprovechar algo de mis ideas, me parece que la circunstancia no se puede desperdiciar. Aunque estar sin hacer nada valió la pena.

-mmm ya… ¿y eso significa que? – seguía dudando sin poder percibir su mirada absorbente

-que puedes ganarte del premio de una beca universitaria en otra de las carreras futuras que planees hacer ya sea aquí, o en otras universidades asociadas con la nuestra. Eso sucedería si, claro se aprueba tú por así decirse gloriosa y magnífica idea joven Noguera.

-Dígame Felipe, me suena muy adulto mi apellido – espete mientras tosía un poco disimulado detallando su rostro.

-como usted quiera, lo importante es que joven Felipe hago que se sienta emocionado por aprovechar esta procedencia que le está ofreciendo la universidad. – entrecerraba sus dedos apoyándolos en su escritorio sin yo tratar de poder concentrarme…los nervios me mataban.

-bueno…muchas gracias por la información, pero yo necesito seguir con mi-

-le provocaría… un masaje ¿Joven Felipe? – Inquirió levantándose del asiento – lo veo como…medio estresado…

-emm yo…-mi nivel de incomodidad llego al tope, pero no es la que yo evaluó como tedio pesado, era como una presión que forjaba temblor en mis dedos. Algo diplomático pero-

-¿trabajos finales? – se dirigía hacia el lado izquierdo mido apoyándose en la pared entrecruzando sus brazos imponentes. Refregando mi occipital con presión.

-es… un proyecto final que nos puso el profe de arte tridimensional. – al verlo se me deparaba el corazón…confusiones estrambóticas.

-Don Anselmo…si, puede que sea exigente con la materia acordada, pero sé que valdrá la pena. – me encorvaba sin darme cuenta. Apretaba mis dedos como si se fueran a partir con dolor intenso.

-si algo, no digo que sea malo porque la universidad siempre es así señor rodríguez, vine aquí fue a aprender pero-

Mi boca quedo en la vocal predestinada a la O. mis hombros apreciaron ese suplemento que les faltaba para poder estar compenetrados con todo mi cuerpo. Apretar fuertemente como arcilla moldeable los músculos de mis hombros.  Sus manos se dejaban ajustar a mi espalda sin yo musitar palabra alguna. Por solo depararme la camiseta que llevaba, podría concentrarme con él porque…el amasamiento me relajaba a placeres infinitos de desahogo. Me quede quieto sin ninguna objeción.

-veo que te gusta lo que te hago…y ya el estrés que llevabas… se fue calmando

-si…algo…me s-siento…reposado ya…

-tienes nudos en los nudos… menos mal que lo que te hago…te hace sentir…libre- su  boca se acercó a mi oído detallando cada pronunciación de cada palabra.

-algo parecido…señor Rodríguez…

-puedes llamarme Juan, para tu sabes… estar más en confianza…- decía con su voz normal acomodándose a su posición anterior de acuerdo como lo percibía yo con mis ojos cerrados.

-ok…la verdad…no quiero que el masaje…acabe

-por lo que veo...te relajaste tanto que,  te complaciste imaginando…cosas

Pero… ¿a qué se refería? Hice un entrecejo aún sin abrir los ojos mientras de arriba abajo sostenía mis hombros con fervor, vaya manos las que tenía. Abrí mis ojos lentamente hablando tranquilo sin importar que tuviera cosas pendientes por hacer…

-¿cómo así señor rod- digo Juan? No le entiendo muy bien…

-qué pues…se te paro… - soltó mis deleitados hombros al darme cuenta que…

-m-¡Mierda! ¡Mi! mi– desesperado no pude desquitarme con tanto dulce a mis tendones. Me pare y puse cara de vergüenza.

-Tranquilo Felipe, es normal que te pase eso…

-Qué pena, mejor… me voy y hago lo que estaba haciendo…g-gracias por la información.

-pero…

Salí lo más alígero que pude, el desespero era letal y estaba más avergonzado de la vez que confundí a mi padre con otra persona agarrándole la mano a la persona que no conocía pasando una pena que no me cabía en toda la frente. Bajé sin mirar atrás y me acerqué resuelto a mi salón donde me senté secándome el sudor de la frente.

-¡Pipelón! ¿Porque te demoraste tanto? – Fercho se sentó al lado mío a la forma inversa de la silla. – pero mira ¿comiste picante o te paso algo vergonzoso? – notando mi cara

-no, no es nada…como ¿cómo va la escultura?

-ya la guarde, en la bodega, ya casi nos vamos, son las 5:30 PM y vos te tardaste como que…20 minutos, así que fui y la guarde con los demás proyectos – cogí mi maleta y guarde lo que me faltaba.

– mierda, voy a llegar tarde a mi clase de guitarra. Dile al profe que me fui para clase, si algo estoy en el piso de abajo…

-o-k pero ¡hey! ¿Porque la prisa?

-no es nada Fercho, mañana hablamos…

Llegaba tarde a mi clase, nunca me pasó. Bajaba los escalones rápido sin inquietud, salte los dos últimos escalones…el porqué de que este tan raro, se me hacía bastante sospechoso…no lo sentía ni apreciaba algo peculiar ante ese sujeto pero…sus ojos, cuando interconecté esos ojos profundos con los míos, puede ver toda la tranquilidad del caso, era que este tipo no sé, de tantas veces que me lo cruzaba y apenas conocerlo a él, pensaba inquietamente en sus manos, en su mirada…llegue a la clase y me acomode sin que la profesora se diera cuenta…pero no, no puedo admitir que…

Me gusta…demasiado

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(Al día siguiente)

Pude descansar de todo lo que me molestaba, necesitaba salir de nuevo al a universidad. Me puse una camiseta negra, como siempre, una de un cráneo conjeturado en grapas y lleno de lombrices. Raro jeje jean desgastado pero apretado, las botas negras de ayer…me puse mi bolso al cuerpo con lo esencial y me dirigí a tomar el bus…no me demoré nada, llegue a la hora que predestinaba entrar.

Era tarde nuevo, pero era la clase más corta que tenía, empezaba a las 2:00 y terminaba a las 5:00, me tocaba estudiar historia del arte así que, iba a estar relajado aprendiendo teoría artística por medio de imágenes fotográficas por 3 horas. Estaba más tranquilo esta vez…mis pensamientos estaban pasmados con semejante atrofio de sentimientos abundantes que sobrellevaban el gusto por mis interés acerca de…Juan. Prestaba atención a clase mientras Fercho me pasaba un papelito con algo escrito.

-- ¿Hoy más tranquilo? – había teoría escrita en la parte de arriba, no le importaba los apuntes de a mucho. Cogí mi bolígrafo y escribí algo también.

-- ESTABA ESTRESADO, NADA MÁS – mayúsculas para que lo entendiera, se lo pasé con una sonrisa disimuladamente. Volvía a escribir mientras prestaba yo de nuevo atención a clase.me lo paso de nuevo

-- eso espero pipe solo no quiero que te desesperes ni siquiera hemos llegado a finales

Pase de nuevo el papelito sin dejar de ver acerca de la historia de los fotógrafos antiguos que utilizaban películas y fotogramas para sacar imágenes y volverlas pinturas artísticas, de la época del medioevo.

-- RELAJESE

Comprendió lo que le había dicho y seguimos prestando clase…me gusta poner atención y escribir apuntes, sé que algún día me defendería con eso. Y pues usarlo como dato curioso o algo parecido. Nos tomamos un descanso de 15 minutos. Aproveche hacia la cafetería y compre unos chicles, tenía ganas de deleitar mi boca con sabor a menta fresca.

Ya cuando me lo saboreaba en mi boca, fui al baño. Entraba a lo que me gustaba, uno que estaba lleno de grafitos y chistes pendejos. Me gustaba leerlos y reírme mientras disparaba mi chorro burbujeante y oloroso en el sanitario. Cuando Salí después de mear, abrí la puerta y-

-perdón no sabía que había alguien en el baño...iba a usar el –giró bruscamente para ver que ahí estaba…no sé porque las coincidencias me atacan eternamente.

-Señor…Rodríguez…

-Hola Felipe…

Llevaba su traje de otro color, negro. esta vez llevaba una camisa azul a rayas blancas. Formal como siempre. No paraba de mirarme y ni yo tampoco. Se me retumbó el estómago y me dio como una especie de chiripiorca al estilo el chavo del ocho. Contuve los esfuerzos pero, de salir de una estaban en mi primera lista de opciones.

-me voy ya, tengo clase…

-espera

Con fuerza me sostuvo la mano para no dejarme escapar. Se precipitó bastante porque me iba a dejar con el brazo roto literalmente. Hizo que me acercara más soltándome y así poder departir.

-Discúlpame…por lo que pasó ayer…

-No descuide no hay cuidado señor...digo Juan, me- me tengo que ir ya… – dejé de mirarlo a los ojos, tratando de disponerme a mi clase porque miraba como mis compañeros entraban ya al salón de clases. Destinaba yo el irme también pe-

-Tú… ¿también lo sientes?

Mi corazón coaguló…el marcharme era la tentativa de irme rápido y socorrer a seguir en la enseñanza para llenar de sed de conocimiento mi cerebro pero…lo que me dijo estaba a punto de resolverse porque yo…

-… ¿que sientes tú? – giré solo mi cabeza para verlo de reojo

-yo…te-te conocí ayer…pero, te he visto casi todo el semestre que ha pasado…pero tú solo eres…un estudiante, nada más. Tú sigues tu mundo… siempre he tratado de observarte y poder saber…que piensas, que dices, que entiendes acerca de todo esto… creo que es algo desesperado Felipe yo…sentí algo emocionante cuando…te di… ese masaje. Pero no sé, creo que fueron solo percepciones mías, mejor… no te molesto…

Volteo terminando de restregarse las manos sin parar de salpicar el jabón en el lavamanos. Era cierto…todo lo que expresó e insinuó, reflejaba todo su amor en sus ojos dispuestos a complacer a su pobre ser lleno de dudas por medio de mi incertidumbre momentánea…pero ¿que sentía yo? Lo mismo. No podía negarme a que este tipo no está en la lista magna de mis gustos. Se me metió en el corazón…y solo lo conocí ayer…fue algo premeditado pero yo…

-Juan… - terminé de voltearme y siendo sincero conmigo me dediqué a – yo…siento lo mismo también…es que yo…

-¿qué? ¿Qué te sientas extraño por eso? ¿Por no definirte cómo eres no? – secaba sus manos con interés satisfaciendo sus dulces poderes en sus palmas.

-soy…gay Juan, yo sé lo que soy definitivamente

-¿Por qué no lo pruebas? – me intimidaba sin dejar de aguzar los sentidos fervorosamente sin poder yo digerir sus preguntas.

-c-¿Cómo quieres que lo pruebe?

-cierra la puerta…

Obedecí, cogí el pomo de la puerta del baño y le puse seguro para que no fuera a entrar alguien inoportuno. Compuse mis fuerzas y sobresalí hacia la baldosa que tenía adelante de él estando frente a frente… crucé mis brazos sin dejar de ver esa mirada profunda, entre sus ojos llevaba un universo que yo quería conocer plenamente, así haya sido cosa de ayer…deseaba hacerlo.

-¿qué quieres que haga? – sus manos se posaban en el mismo lugar donde mis hombros se sintieron aliviados de tocar privilegiadas manos.

-be-bésame…

Me acerque más…uno de mis brazos se fue por su encachacada espalda dirigiéndose a su cuello sobándolo con discernimiento. El no paraba de masajearme. Mis brazos también recibían afecto sin llegar a yo disfrutarlo con dedicación. Compartíamos miradas pero ceñí más su cuerpo hacia mí. Cerré mis ojos, acercaba más mis labios apreciando el aire que sobrepasaba ese instante llegando a tocar primero su barba con mi cara y después…sus labios, empezando a gesticular minuciosamente.

Estaba…en el punto etéreo de fuegos artificiales incandescentes. Volaba y dejaba rastros de mí en cada parte, me descomponía y de desvanecía de felicidad siendo uno con el universo. Me llevaba al cielo del placer agudo al sentir sus labios sucumbidos de baba y rozado por su barba gustosa. Era algo alto pero, me gustaba que lo fuera. Daba sus servicios de agachar un poco su cabeza y besarme sin detenerse. Lo que relucía eran sus sentimientos. Sus emociones se enfrascaban solo cuando me veía y no le prestaba atención. Ya que estaba dispuesto a dar todo lo que sentía por esa persona. Se volvía interesante todo el auge erótico de ese contacto.

Pasó también con Andrés pero…fue más en el ámbito sexual. Correspondía era su poder de no manifestarme como deseaba. Apreciar el afecto y el gusto de satisfacer mi necesidad de dejar de ser virgen y cumplir una fantasía. Me doblegue en todo lo contrario con Juan…además, los chicos mayores me vuelven loco, sin embargo no pensé que todas las cualidades de él fueran a gustarme. Solo me dejaba llevar. Y obedecerlo…

-creo…que sentimos lo mismo…Felipe no sé, quizás me arriesgue pero tú…

-yo…- seguía mientras me apartaba de él, no mucho pero si algo. Su mirada profunda me daba esperanzas de que dijera que…

-me-me gustas…

Quedé en silencio por un momento, me desquite brevemente con su poder inquisitivo hacia mi gusto y el por mi gusto... acababa de enterarme que…toda esa presión que manifesté solo por una primera impresión dada por una de mis compañeras de salón. Fuera correcta para poder expresar lo que siento hacia una persona, pero repentinamente fue la menos esperada.

-tú también me gustas Juan…no sé qué tiene, pero hace que me vuelva loco.

-escucha...no quiero que nos tomen con las manos en la masa…me estoy arriesgando mucho pero… - bajo su cabeza restregando su barba con su mano. Se notaba la preocupación, pero me acerque y me dispuse a decirle. Lo agarré de la cabeza susurrándole al oído.

- por la noche… ¿puedes?

Trataba de dejar que mi morbo me llevará a donde yo quería. Cosa que él siguió el juego

-a las 7:00 PM vete por detrás de la universidad… en el BMW oscuro…sabes que estaré ahí

Capté fácilmente. Atravesé su mirada con la más morbosa y frenética sensación excitante de placer porque sabía lo que iba a suceder…me despedí con un beso corto pero apacible en sus labios. Diciéndole con un ‘hasta la noche’ sin sonar como puta buscando acción en mi culito.

Abrí la puerta sin notar a alguien por ahí. Salí rápido para no levantar sospechas, gracias al cielo que estaba solitario los salones porque todos estaban en clase. Fui rápido a mi salón. Me senté sin que nadie se diera cuenta de que yo estaba con ínfulas de tardío en mis clases universitarias. Como de costumbre Fercho me incineró con su mirada de impaciencia.

-¿Dónde putas estabas? – sin hablar pude entender lo que me dijo gesticulando su boca con desespero

-ahora te digo – fue lo único que me toco decirle mientras cogí mi lápiz y empecé a desatrasarme del tablero porque la teoría esa bastante y excesiva. Solo esperaba que la clase se fuera rápido para que fuera ya de noche

____________

5:07 PM

-listo jóvenes para la siguiente clase no se les olvide, historia de la fotografía impuesta por los creadores que les catalogué como importantes, para la próxima, suerte y se cuidan…

Guardaba mis cosas en mi bolsito y aprovechaba que la clase haya terminado…zapateaba mi pie frenéticamente sin ver como los demás salían estando Fercho sin separar su vista ante mí.

-Pipe, no sé qué te pasa ¿pero porque actúas tan raro últimamente? Tuve que decir mentiras acerca de que estuviste tramitando unos papeles

-eso hice – mentía, no era cierto pero tenía que seguir el juego.

-¿sí? ¿Cuáles papeles? – pronunciaba la vocal A por no saber que más inventar

-eeemmm los-

-chicos, vengan que necesitamos que estén reunidos para algo – decía Natalia estando reunida con los demás acerca de algo que tenía que decirnos, hicimos caso y nos acercamos a ellos cerca de la vista de afuera de la facultad

-que paso home! ¿Cuál es el misterio? – insinuaba Fercho

-tenemos que conseguir esos papeles que nos pidió el profe Anselmo para ese catálogo ¿se acuerdan? Deberíamos averiguar todos y comprar los que necesitemos por adelantado. –insistía pro que ese trabajo sería duro de hacer

-es mejor que vayamos porque las papelerías están libres a esta hora – hablaba despacio Daniel con inquietud

-venga vamos pues – dije yo, aprovechamos y averiguamos

Bajamos todos. Salimos de la universidad y fuimos por donde quedaban las litografías, empresas de papelerías y fotocopiadoras, nada…los papeles que nos encargó el viejo cascarrabias no los encontrábamos por ningún lado. Eran papeles explícitos sin ningún destino. Odio cuando me pasa eso que no encuentro algo para un trabajo universitario. Solo pudimos conseguir los comunes, los básicos que nos servían para al menos adelantar algo. Me fijé en la hora con algunos de los materiales en mi mano derecha para saber cuánto me deparaba de tiempo.

6:53 PM

¡Mierda! Estaba tarde y tenía que llegar al a universidad de nuevo, estaba lejos y no me quedaba otra opción que dejarlos y andar a pasos agigantados para poder ver que me deparaba la situación con juan…por Dios Felipe, vas a estar con el coordinador de tu universidad, mi mente era pervertida a veces…seguía solo mis instintos

-muchachos los dejo, tengo algo urgente que hacer – le entregue los papeles a Daniel y me dispuse a guardar lo que podía cargar – suerte, que les vaya bien

-suerte pipe, decían todos

-¿esperarte adónde vas? – Fercho no paraba de poner esa cara cuando me decía eso – yo te acompaño

- tranquilo, anda vos con todos – indicaba cruzando la calle levantando la mano.

Que pretendía hacer…correr, me dedique a andar rápido como si estuviera en maratón de 300 metros planos esquivaba gente y aprovechaba los semáforos en rojo para tomar un respiro, me conocía un atajo que pasaba a dos cuadras y me comía bastante trote para llegar por detrás de la universidad… casi me arrolla una moto por la prisa que llegaba, el punto es que alcancé…con algo de dolor en el pecho pero arribe por atrás…

Todo estaba oscuro… diferenciaba algunos carros, temía por si me atracaran o cosa similar. Algo me encegueció…los flashes de un carro se prendieron enfrente mío. vi que era un bmw oscuro. ‘Mi destino’ pensé, disimule rápido y abrí la puerta del carro…

-ya veo que cuando tengas tu grados, no llegarás puntual… - me miraba mientras trataba de canalizar mi aire

-lo se… perdón…se me fue muy rápido el tiempo… - cogí mi celular y me puse a escribir un mensaje cargando mis pulmones

-¿a quién le escribes? – prendía el carro mientras trataba de salir del parqueadero.

-a mi madre, diciendo que me demoraré en ir al a casa...

-ok

No reprocho y andamos por calles despobladas que no conocía, estar por el centro me dejaba con muchos sinsabores de lugares de mi ciudad que no me atrevía a conocer…no hablamos nada, nos quedamos callados dejando que el transporte nos llevará a donde deparaba la mente de mi counselor casi coordinador. ¿Sabes en lo que te metes Felipe? Solo lo tratas desde ayer y ya tendrás sexo con el…si, me pregunto ¿será que le gusta lo mismo que a mí? Tenía que preguntárselo…

Habíamos llegado a una casa grande de buena vista. Estaba cerca de unos edificios característicos como hoteles para personas de recursos medios. Salí del carro y el término de cerrarlo subiendo las ventanas. Me adelante a su puerta, señale con cara de pregunta a lo cual el asintió con la cabeza. Si, era su casa. El entro y me sonrió sacando sus llaves abriendo en la cerradura. Cuando entre era como una especie de apartasuite moderno, la sala estaba conectada con su cuarto y lo único personal era la cocina y el baño. A las afueras estaba el balcón dejando al a una buena vista de edificios.

-qué bonita casa tiene Juan…

-solo es para estar tranquilo…no es que viva en un palacio pero, no es necesario…ven siéntate. – se sentó en el sillón beige detrás de su cama. Dejé mi bolso en una silla, me destine a acercármele. Pero no decíamos nada…otra vez el silencio incómodo. Pero sus ojos, esos ojos decían todo para hacer lo que me pedía. Me acerqué ante él y lo apreté por el hombro como abrazo acurrucándome a él…

-no quiero...que pienses que soy un puto-dije

-para nada, lo sé…tu tranquilo…lo que pasa es que…lo que tuvimos me hizo sentir como…sereno.

-¿vos sos gay? – hablé sin el mirarme

-no…bueno, me he considerado que me gustan las dos cosas, pero para desquitarme…consigo chicos para que me saquen de mis necesidades…pero, contigo… es distinto.

-no sé pero…llámame loco pero fue como un clic rápido. Pero si…fue ayer pero, me gustas Juan, no puedo hacer nada, me dejo llevar así.

-¿cómo lo supiste tú?- Preguntaba rozándome con su barba mi cara

-lo supe cuando mi profesor de guitarra hizo que ya no fuera virgen.

-como que te gustan los miembros de lo académico – reía jocosamente

-nah, él es todo lo opuesto a un profesor. Es más metalero y musculoso que slash y Glenn Danzig juntos.

-debe ser, me imagino. Si supera a esos dos será mejor que bandas contemporáneas… – decía sabio, sabe también de la música que a mí me gusta.

Cogí más confianza, le acariciaba su cabello por detrás mientras este comenzó a mirarme y lentamente cerró sus ojos desorbitado por no poder encontrar mi boca, hice con mi mano llegar a su objetivo. Usaba mi lengua para juguetear con la suya mientras que usaba mi mano de orientación para meterla por dentro de su blazer para palpar su pecho.

Era conexión inmediata, no hice como muchos de que tener dignidad primero antes de juntarme con alguien. Me dejaba guiar por lo que me gustaba, parece algo insulso y peyorativo. Pero…regia era solo a lo que me dictaba mi corazón. No sé si me entenderán pero…necesitaba buscar a ese ser magnifico así me doble la edad.

-ven…quiero desnudarte

Paró de besarme y comenzó a desquitarse con mi camiseta. La tiró y comenzó levantando uno de mis pies desamarrando una de mis botas y quitándomelo junto con la otra en el mismo procedimiento. Se levantó y me quitó el pantalón desabrochando el cinturón de taches y el botón de contención. Me bajo los pantalones y junto con ellos desprendió de mis pies mis medias grises para dejarme solo con mis boxers blancos que hacían conjunto con mi color de piel…

-ahora te toca a ti…

Donde estaba sentado le quitaba su blazer. Ayudándose el por detrás, desarreglaba su  corbata, junto con los botones de su camisa. Agudicé el sentido al ver su cuerpo velludo solo por el pecho y los brazos. Era sexy a la vista, no se fijaba para nada una barriga, era su cuerpo esbelto y tranquilo. Se quitaba sus mocasines negros. Con los pies mientras yo desabotonaba su pantalón elegante. Caía al suelo rápido quitándose sus medias negras elegantes quedando en unos boxers negros. Era el conjunto perfecto. El con su piel blanca y yo con mi piel morena estilo canelo.

-ven…vamos a mi cama…

Obedecía, me agarró la mano estando semidesnudos al tope. Nos acostamos en esa blanda y masmélica cama blanca. Le tocaba la espalda sin parar de besarlo entrejuntando nuestras piernas. Tocando cada uno de nuestros dedos de los pies disfrutando de solo juntar nuestras bocas. Me tocaba el paquete suavemente acomodando su cuerpo frente mío. Sin parar de reírse de mi por tocar mi escuálido cuerpo. Le veía su cara frente a la luz amarilla y las sombras tenues en nuestros cuerpos. Bajo mi bóxer y lo vio con ojos de delicia y sin desmeritarlo, se lo metió al a boca.

Mamaba como los dioses. Inquiría su movimiento frenético y sensual de arriba abajo junto con la otra mano disponible pajeaba su miembro observándome con ojitos de ternero huérfano. A lo cual agarraba la almohada con fuerzas disfrutando del servicio de lengua salvaje de Juan. Lamia por el borde del glande. Mi tronco moreno pero más que todo le gustaba mi cabeza de chocolate. Me  mataba que usara su instrumento baboso para hacerme sentir en el cielo del sexo.

Me volteo quedando en cuatro patas. Sus manos tocaban la punta de la coronilla de mi cabeza hasta llegar por mis hombros. Rozaban mi espalda. Mi sudor era el néctar suculento de poder saborear sus manos. Pasaban por mi cadera abriendo mis nalgas degustando el olor de hombre y sudor de mi culito. Su nariz olisqueaba y con su barba me hacía cosquillas. Mis codos temblaron de debilidad cuando metió su viril lengua por el orificio de mi orto.

Apreciaba el sabor de su poder. Era ilógico que lo ignorara. Pero no me sentía un puto. Era solo seguir mis instintos de ver ese color excitante del morbo de follar con tu coordinador de universidad. Pero era más que eso. Buscaba era esa conexión de sucumbir a su  amor profundo. Hipnotizado no porque haya sido musculoso, o rebelde, o lleno de tatuajes. Era su ser fructuoso y llano de sentimientos.

Amor prohibido. Aunque seamos de distintos lugares, labores de vida y apariencia. Me gustaba, no lo podía negar. Despojaba su bóxer lleno de precum y buscaba un condón que tenía en un cajón debajo de su cama. Envolvía su mástil para no sufrir alguna desdicha metiéndolo de a poco ya en mi lubricado ano. El dolor era intenso cuando dábamos cada paso, para el proceso de follar.

No decíamos nada…solo escuchábamos el placer de mis gemidos impotentes y el de hacer esfuerzo al penetrarme. De adelante hacia atrás me dispuse en el poder vivir ese gusto frenético de que me lo meta hasta morir. Digo groserías y morbosidades cuando estoy prendido. Pero…no decía nada. Solo gemía y adolorido me quejaba, pero en una manera satisfactoria. Quedamos así por minutos que yo ni los contaba. Se me aproximaba y me daba besos incandescentes y otras veces apretaba más yo con fuerza para poder ir a encontrarme con ese dolor culposo que te deja al otro día con un dolor impenetrable.

No aguanté. Al tocar solo mi pene y empezarlo a masturbar con dureza. Ejercí presión empujándolo un poco. Botando toda de mí poca leche en las tersas sabanas de la cama. El sin querer se despegó de su corcel culón y por desquite. Desprendió su condón y boto más leche que yo cayendo en toda mi espalda indefensa ante algún ataque semental. Nos tiramos a la cama sin importar pegarnos con nuestros espermatozoides. Sin hablarlo…o decir alguna palabra, enfocábamos nuestras miradas al techo…ugh un viejo…barbudo y feo, cómo pudiste tener sexo con esa cosa… ¿verdad? Lo único que pensaba era en como miraba hacia arriba con los ojos heredados por sentimientos.

-tuve sexo…con un alumno universitario…pero lo que más importa aquí es…

-que… ¿te gusto demasiado no?

-si…

-tú también a mí…

-Felipe…te quiero – se abalanzo a mí a darme un beso corto

-también juan…también

Era ilógico lo que me pasaba. Pero me sentía satisfecho conmigo mismo. No sé por qué me daban gracias de agradecerle a Taliana. Si no fuera por lo que me dijo, estaría escribiendo las teorías de la clase de hoy. Podía respirar tranquilo y decir que pude sacar el peso de encima de poder tener lo que se llama…amor a primera vista. Lo catalogaba como gustos pero…deseaba darle una oportunidad quería ver qué pasaba con este sujeto

…El coordinador de mi universidad.

Como les dije antes...era un relato que tenia olvidado por escribir el final de mi historia David y Diego, se los dejaré a ustedes esta vez... si quieren y les gustó este relato, puedo hacerle segunda parte. me lo pueden hacer saber en los comentarios de abajo jejeje si quieren continuación o no. si se preguntan por la segunda temporada de David y Diego, la estaré escribiendo y llevando mas partes para que no me coja el dia escribiendo y enviandolo, pero entro dentro de poco a la universidad, asi que me demoraré un poco... disfruto de mis vacaciones jejeje

si quieren saber la primera vez de Felipe, acá les dejó el vinculo de ese relato  http://www.todorelatos.com/relato/95693/

una vez mas me escriben a zerosubzero259@hotmail.com o se entran en mi perfil, para que me agreguen al facebook, alguna duda se las respondo, tambien me dejan sus opiniones en lso comentarios de abajo, saludos y que la pasen bueno :D de parte de su amigo Subzi