El converso y la mujer adúltera
El amor puede cambiar a algunas personas.
-“Soy el único hombre que queda”- apoyado en la pared del fondo de la mazmorra, un rayo de luz indica que está amaneciendo. Le acompaña un pequeño grupo de viejas.
A su lado, sucia, casi en los huesos, el pelo desgreñado, una mujer le agarra la mano. Sus dos ojos de garza están llenos de vida.
“ A los demás los crucificaron, a ti te cortarán la cabeza. Es el privilegio de ser ciudadano romano. Nosotras seremos alimento de las fieras. Se han llevado a los niños y a los jóvenes para venderlos como esclavos.”-
“¿ No tienes miedo?. Yo quiero no tenerlo, pero ...”-
“ Yo tuve que morir antes. Él me salvó. Estoy en calma, esperando encontrarme con Él.”-
“Tú le conociste, yo sólo sé de Él a partir de lo que me han contado los que le conocieron.”-
“Tú lo has dicho, lo que le conocieron. Nunca has hablado con las mujeres que le seguimos. Sólo hablaste con hombres , con sus discípulos. Nosotras estábamos allí, a su lado, pero...”-
“Por favor, en su nombre , cuéntame cómo era. Tienes razón , tú siempre has estado ahí, con Él , con Pedro”-
“ Como sabes en el Gólgota, estaban su madre, Juan y María. María , la Magdelena era su amiga, porque tenía amigos. A Lázaro, a Marta y sobre todo a ella les quería, tanto que cuando su amigo murió, lo resucitó. Lázaro , nunca fue el mismo. Había visto la muerte. Yo , también estuve allí cuando le crucificaron, apartada hasta de las que estaban apartadas, seguía siendo una apestada: Una mujer adúltera. Fue su madre la que me abrazó cuando nos quedamos solos, cuando los cielos rugieron, cuando todos habían huido”-
La claridad es mayor, Pablo sabe que queda poco tiempo para que le vengan a buscar. Su mirada ruega que la mujer siga contando.
“ Fue su madre la que me pidió que acompañara a Pedro. Tenía que ser fuerte, era la piedra, pero después de haberle negado tres veces, sólo era culpa. Yo sabía de culpa, pero Él me había limpiado. En mi vida hay un antes y un después de conocerlo.”-
“ Te iban a apedrear por adúltera y Él te salvó”-
“ Sí, yo engañaba a mi esposo. Me denunció , me acusó, en la plaza , tirada en el suelo, los sacerdotes me habían llevado para ser apedreada. Y querían que Él me condenara. Sólo esperaba la muerte. Algunos con las piedras en la mano, me habían gozado, quizás por eso eran los que más voces daban. Él se quedó frente a ellos, delante mío, dibujando en el suelo. Tapando con su cuerpo a los que querían justicia. Y habló: El que de vosotros esté sin pecado , que arroje contra ella la primera piedra. (1) Se hizo un silencio, y poco a poco los hombres se fueron marchando. Él seguía haciendo dibujos en el suelo con el índice. Cuando no quedó nadie, se volvió y me dijo: ¿ Mujer , donde están los que te acusaban? ¿ Ninguno te ha condenado? . (2)
Yo estaba asombrada y le contesté: Señor,ninguno. (3). Me miró y con una sonrisa cargada de dulzura me dijo: Ni yo te condeno, vete y no peques más. (4)
Todo cambió para mí, desde ese día le seguí”-
Pablo la mira con una mezcla de asombro y envidia, esa mujer pecadora estuvo con el Maestro, debía tener algo especial, Pedro siempre la llevaba con él, era como una sombra que le seguía callada, servicial, ayudando.
“Ahora sólo soy una vieja sucia y flaca, pero entonces era una mujer muy hermosa. Quería estar con Él, pero también sabía que no debía estar muy cerca, no quería que nadie hablara mal de Él. Cuando murió y acompañé a Pedro , algunos murmuraban, pero su madre y Juan me pidieron que lo cuidara y lo he cuidado.”
“ ¿ Cómo era?.”-pregunta ansioso.
“ Alegre, cariñoso. Le gustaba vivir. Le gustaba estar con la gente. Y la gente le seguía. Y se ocupaba de ellos, nos dio de comer a una multitud con unos pocos panes y peces. Cuando hablábamos de sus milagros, su madre sonreía y nos recordaba que, el primero que había hecho, era convertir el agua en vino en una boda”
“ No sé si he sido capaz de transmitir lo que me contaban. No sé si he sido como Él hubiera querido que fuera”-
“Pablo, has hecho lo que has creído bueno. Y lo has hecho bien. Ahora somos cristianos, antes nos llamaban nazarenos. Tu has sembrado su palabra por todo el mundo. Puedes morir tranquilo. Jesús no te pide más”-
Se oyen las voces de los que vienen a buscar a Pablo, abren la puerta y tiran de él , llevándole de la muñeca. Mira por última vez a la mujer que sigue sonriendo mientras se despide gritándole.
- “Pablo, como Jesús le dijo al buen ladrón De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso. (5)
Sigue apartada de las mujeres, piensa en el hombre que se acaban de llevar, ha procurado ayudarle, pero está segura que pese a todo lo que ha luchado por Jesús, no le ha entendido. Era fanático, lo había sido cuando les perseguía, y lo había sido cuando tras caerse del caballo , camino de Damasco, se había convertido en el mayor defensor de la fe nueva.
¿ Se puede cambiar?
Pedro era intransigente, apasionado, pero el negar tres veces al Maestro le había cambiado. Sabía perdonar los fallos de los demás, él había fallado.
Dimas era un ladrón despiadado, pero crucificado junto al Maestro, cuando todos le insultaban , se le ablandó el corazón.
A ella sólo le interesaba atraer a los hombres, disfrutarlos en el lecho, no por amor, por placer, claro que su marido era idiota, eso Pablo nunca lo hubiera entendido, . Pero aprendió a amar sin sexo, y a cuidar sin esperar recompensa, a no tener techo, a andar los caminos y había sido feliz.
Y Pablo ¿ había cambiado?. Piensa que no, era un fanático, antes persiguiéndoles, luego defendiendo lo contrario, entregado a la predicación de la Buena Nueva.
Se adormece tranquila, esperando que la lleven a la muerte. Ella siente que sí cambió cuando descubrió el autentico amor.
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- San Juan cap8 ver7
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- San Juan. Cap 8 ver.10
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- sj, cap 8 .11.
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- San lucas cap23.ver43
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