El consuelo de un amigo

Una no puede dejar de escuchar a un amigo que encima esta mas que lindo porque el encuentro puede resultar mas que placentero.

El consuelo de un amigo:

Vieron que en la vida uno se va relacionando con distintas personas y según la afinidad se puede decir si es un amigo, una pareja o un amante, en ese momento en particular. Bueno mis preferidos son aquellos amigos que también son amantes en algunos momentos y que al tiempo de no saber nada de ellos reaparecen en la vida de una como una alternativa bastante placentera.

Bueno así fue, yo un día recibo un mensaje a mi celular de un viejo amigo que además de tener cosas en común como nuestra profesión, habíamos sido amantes en una oportunidad, pero solo eso porque él en ese momento tenía novia.

A mi me puso muy contenta saber de el de nuevo y asombro, porque después de casi un año sin noticias saco las conclusiones que había guardado mi celular y su mensaje era que quería volver a verme pronto.

Surge un viaje de improvisto para Mar del Plata donde el vive y fue el primero que se lo comunico, quedamos en vernos entonces por allá.

Yo de el recordaba solo una cosa que me había impactado cuando lo conocí: sus ojos de un verde raro enmarcados en unas hermosas cejas negras y tupidas, una mirada muy fuerte como para olvidar.

Aunque su piel no era lo que a mi me llamaría la atención, sus ojos no dejaban de aparecer en mi mente junto a esa boca tan dulce y suave que tiene.

Nos encontrábamos a la noche, frente al casino, estaba haciendo bastante frió. Pero se me pasó un poco cuando lo veo venir caminando hacia mí y vuelvo a recorrer su cuerpo con mi mirada.

Empezando por sus ojos obviamente.

Por favor como se había puesto de lindo ese chico… Nunca fue un chico feo pero estaba mas lindo que nunca. A mi se me pasaba el frió de solo pensar en esa boca pegada a la mía.

Se acerco en silencio y se sentó junto a mí, me miro a los ojos y la primera frase que dijo fue: me separe definitivamente.

A mi cabeza vinieron millones de conjeturas o acotaciones para hacer pero la que pesaba mas era una pregunta: por que me lo dice a mi?, si solo fuimos amantes.

Ante semejante declaración lo siguiente que pensé es que tendría que pasarme el tiempo que estuviera con él consolándolo y escuchándolo en su momento de dolor; que no tenia porque hacerlo, pero algo me decía que no me fuera, que no lo dejara.

Me propuso que caminemos, para atenuar el frío y acepte.

Caminamos por la playa, hasta que llegamos a un lugar donde había una pasada bastante oscura.

Sorpresivamente se metió en ese lugar y tomándome del brazo firmemente me arrastro con el.

Se apoyo contra la pared y abrazándome por la cintura me dijo: veni

Acerco esa boca hermosa y no pude con la tentación de besarlo. Comencé a rozar mis labios con los de el mientras sentía un rico perfume que salía de su ropa.

La situación se puso un poco más calurosa. Yo primero me resistí un poco, no se, me salio lo vergonzosa y eso a el lo encendió mas.

Lo amenace con que tenía las manos frías tocándole la pancita, el me miro y me dijo: No me importa, acaríciame como lo haces vos que me encanta.

Tomo mi cara y no dejaba de besarme, suavemente, con una ternura desconocida de él por mi, yo no podía dejar de acariciarlo y mis manos ya se aventuraron adentro de su pantalón.

Estábamos ahí frente a una escollera, con el ruido de las olas rompiendo contra las piedras, un cielo lleno de estrellas y disfrutando de los más intensos besos y caricias atrevidas en los lugares mas deseados.

Su cosito estaba duro, suavecito y calentito… Deje de besar su boca y le subí el buso. Ya no sentíamos más el frío. El me ayudaba a sostenerlo mientras yo bajaba con mi boca por su cuerpo y llegaba a ese cosito hermoso.

Solo escuche un suspiro que me denoto que le gustaba que jugara con mi lengua en la punta de su cosito, recorriéndola, mojándola al paso de mi lengua calentita y húmeda. Luego lo introduje en mi boca y ya su respiración era más acelerada.

Sabia que mucho no soportaría la sensación que le provocaba el que yo metiera y sacara su cosito en mi boca mojadita, presionándolo con mis labios y jugando con mi lengua contra el cuando se encontraba todo adentro. Así fue

Me tomo de la cara, me llevo a su boca y me beso nuevamente muy intensamente mientras empezó a bajar mi pantalón. Yo lo ayude y me saque una parte.

Así con la ropa a medio poner y parados se apoyo contra la pared dejándome un borde cercano para que apoyara mi pierna sobre el. Tomo mi pierna y la subió ahí, mi cosita quedo totalmente a su merced. La ataco poniendo su cosito en ella, que a esta altura estaba más que mojada y deslizándolo suavemente, pero constante y firme, entro en mí. Una vez que estuvo todo adentro los dos lanzamos un suspiro de placer como si no existiera, ni importara nada más.

Comenzó a entrar y salir de mi cada vez mas rápido, sujetándome por la cadera.

No dejaba de besarme y eso hacia que yo me excitara mas aun.

El lo notó y por eso me lo saco, me dio vuelta y ahora apoyándome sobre aquel borde abrió mis piernas y me dijo al oído mientras se apoyaba detrás mío: me das tu colita?.

Yo no conteste, puse su cosito en la entrada de mi colita y lo tome de la cadera para empujarlo despacio hacia mí. El muy dulcemente me dijo que yo lo guiara para no lastimarme.

La situación era más que caliente así que no tarde en relajarme y permitir que me metiera su cosito todo dentro de mi colita.

Comenzó a entrar y salir ahora si con mas velocidad y fuerza, el placer era mutuo porque tanto el como yo lo único que hacíamos era gemir como dos animales.

La situación era muy romántica: el mar, la playa y la noche era meritorio de una escena de amor tierno y dulce, en cambio lo nuestro era un encuentro de deseo, con mucha intensidad y cargadísimo de excitación.

Lo hicimos intensamente, con fuerza hasta transpirar. El no dejaba de besar mi espalda, morderla de vez en cuando haciendo que me calentara mas aun y de apretarme con sus manos sujetándome bien contra el, como si no me fuera a soltar nunca mas.

Llego un momento que no soportamos mas y acabamos explosivamente los dos a la vez.

Después de aquella batalla de quien le daba mas placer a quien, solo quedo fuerza para un tierno abrazo de el a mi en forma muy tierna.

Nos vestimos y de vez en cuando cruzábamos algunos besos que parecían que quedaron pendientes.

Salimos caminando y volvimos a donde yo me tomaría el colectivo para irme a lo de mi amiga. Nos despedimos y me dijo que le avisara cuando volviera a Mar del Plata para volver a vernos.

Por supuesto que lo haré, eso ni dudarlo, ahora que puedo tener un contacto más próximo no vamos a perder a ese viejo amigo desconsolado.

En la próxima historia les contare como por hacerle de acompañante a una amiga en una cita de dos parejas, termine siendo yo entregada al amigo de mi amiga.