El Congreso- Parte 2

Alina se va a un congreso con su empresa y acaba pasándoselo en grande

Se dio una larga ducha caliente que le sentó divina, se vistió con una blusa de flores y una faldita corta cubriendo un conjunto sencillo blanco de lencería

Vistiéndose le entraron ganas de orinar y tan cedido lo tenía que casi se le escapa. Tuvo que echarse una cremita para aliviar el ardor que tenía. Le rugían las tripas. Cogió cuatro cosas y bajó a ver si podía hincar el diente a algo.

Habían servido las mesas como Dios manda; langostinos, canapés de morcilla, taquitos de queso...Ella con los ojos vidriosos alternaba macho, primero el que cortaba jamón haciéndole señas que no fuera con miramientos y serrara un buen taco mientras sostenía un panecillo empapado en aceite de oliva, después con el cubano que tenía ensartado en una espada varios pedazos de carne y chorizos criollos asados

-          ¿Tenías hambre eh?- Le preguntó Santi a su espalda cuando tenía la boca llena de pan y choricillo

-          Me voy a poner hasta el culo, hoy es el último día.- Respondió ella acabando de masticar y sirviéndose una lata de Coca-Cola

-          Come, que falta te hará- Dijo con mucha ironía

-          No tanta- Ella se agarró la lorza del estómago al lado de sus anchas caderas

-          Déjate de tonterías, las mujeres han de tener carne donde cogerse

Se había vestido más informal con un tejano y una camisa blanca. Desde el escenario donde ayer los conferenciantes exponían empezó a sonar música suave y el maître indicó que en breve empezaría la comida. Severino a lo lejos, agarrado de su mujer les miró y se acercó diciéndole algo a su pareja. A cada paso que se acercaba Alina notaba su coño palpitar y su corazón latir con más fuerza.

-          ¿Lo estáis pasando bien?- Los dos asintieron.- Me alegro, aprovechad que hoy es nuestro último día por aquí- Y sin que Santi le viese le dio una palmadita en el culo a Alina.

-          ¿Nos sentamos juntos?- Le dijo Santiago cuando se hubo marchado y Alina aceptó con buen grado, más por chinchar a su jefe que otra cosa.

En la mesa alargada y bien provista empezaron a llegar los platos que devoraban sin abrir el pico. Después llegaron los postres y las copas. Alina ya llevaba unos cuantos vinos y le apetecía licor café bien fresquito. “Trae, deja la botella aquí” Le dijo al camarero para que no perdiera el tiempo ni tuviera que llamarlo cada cinco minutos. Andaba de nuevo bastante animada y el coño ya se le había recuperado y lo tenía inquieto y aquello la sorprendió más que nada por el repaso que le dieron anoche. Miró la copa. “¿Qué le echarán a esto?”

Sonó el móvil y descolgó. “hola cariño, ¿qué tal? ¿Todo bien? ¿Cómo está la peque?” Decía. “Ya, sí, aburrida, ahora comiendo....sí mejor...sí....muchos besitos, ¡te quiero!!” Y colgó. Santiago la miraba extrañado tomándose un café y así se lo hizo saber.

-          ¿Tu novio? ¿No ha venido con nosotros?

-          Se quedó en Barcelona con la niña

-          Ah...-Exclamó intrigado.- ¿Y sigues con él? ¿Todo bien?- Tentaba a la suerte esperando no meterse donde no lo llamaban

-          Claro, ¿por?- Preguntó con picaresca sabiendo a dónde quería llegar.

-          Nada...nada

-          Si lo preguntas es por algo, anda suéltalo, hay confianza.- Se bebió otro lingotazo de licor café

-          Bueno, ayer me pareció que estabas en compañía...íntima...

-          Ah, ¡por eso! Una...tiene necesidades... y comer patatas fritas todos los días es aburrido...

-          Vaya, qué suerte pues...para ti y para el otro

-          ¿Y tú? ¿Novia? ¿novio?- Ahogó la última pregunta mirando al frente.

-          No, no tengo novia, y no me van los tíos.-Dijo

-          Ah, mira tú por donde...

-          ¡No sé de dónde sacáis que soy marica oye!- Replicó entre indignación y risa.

Alina hizo una mueca de ¿”Y a mí que me explicas? ¡Es lo que parece!” Le sonrió y colocó la mano en su regazo acariciando el muslo.

-          Perdona, me habré equivocado...como no pillabas las indirectas ni las directas... ¿O es que...te gustan otro tipo de chicas?

-          Me gustan rellenitas como tú- Alina acariciaba el muslo muy cerca del paquete con dulzura- Pero creí...creí que era una broma tuya, y como tienes novio....

-          ¿Y yo te gusto?- Le puso la mano en el paquete y la movía lentamente. Él asintió- Contaba que vendrías anoche

-          Bueno...iba a ir pero a llevarte el portátil. No creía que...bueno...y tal...y encima creo que llegué tarde....

-          Unos minutos antes y hubieras pasado una buena noche.- Le susurró lascivamente al oído apretándole los huevos.

-          Uff...no me digas eso que me matas.

Alina dejó de tocarle cachonda y risueña. Le encantaba jugar con los hombres y ponerlos a mil. Se sirvió una última copa de licor café y se la bebió de un sorbo encastando el vasito contra la mesa, se levantó y le miró.

-          Me voy a mear. Iré al de primera planta, estos estarán sucios de tanta gente.- Le guiñó un ojo y pasó tras él hacia la salida del salón

Subía la escalinata hacia el primer piso y no había un alma. Oyó pasos apresurados tras ella y una voz que la llamaba.

-          Espera Alina.- Dijo sofocado de correr, seguramente por los segundos de adelanto que le llevaba en los que se lo habría pensado. Alina se alegró de oírlo, sus bragas no.- Yo también voy...al lavabo...

Ella movía bien las caderas para que disfrutase de la vista de su culo, al que no le quitaba ojo seguro. Llegaron a la bifurcación de los dos lavabos y ella iba a entrar en el de mujeres, miró atrás y vio a Santiago dudando

-          ¿No ibas a mear también?- Le preguntó. Él afirmó con la cabeza.- Vente a estos, están mejor....-Y le ofreció la mano para que entrase.

Olían a recién limpiados, a perfume y a muy poco uso. Los retretes estaban todos libres, ella se metió en uno y soltó a Santiago para que entrase al de al lado tembloroso. Se oía el orinar de ambos. Alina se secó el coño con papel higiénico percatándose que lo tenía empapado, y las bragas en sus tobillos lucían una franja húmeda de arriba abajo. Se las quitó y las metió en el bolsito que llevaba. Se encontró fuera a Santiago lavándose las manos y ella hizo lo mismo a su lado, viendo que tenía una sonrisa nerviosa. “Novato....habrá que darle clases” Pensó. Se secó las manos con papel del dispensador y aprovechó para secar la zona.  Se giró apoyándose en la loza de mármol blanco y ambos se miraron, él secándose las manos sofocado de nervios. No atacaba, Alina ya estaba poniéndose nerviosa. “No, si tendré que hacerle un dibujito....” Metió la mano en el bolso, sacó las bragas y se las acercó. Él las cogió intrigado y al ver lo que eran se sonrojó y volvieron a cruzar miradas. Ella le guiñó un ojo y se volvió a meter en el cubículo donde había orinado, cogiéndole de la mano y trayéndolo a rastras. Cerró la portezuela.

Sebastián la besó, cosa que ella no quería pero se dejó hacer por la inexperiencia del chaval y no cortarle el rollo. Sus manos iban y venían por todo el cuerpo, se paraban en su trasero desnudo, en sus tetas. “Parece un pulpo”. Le separó suavemente para que se serenase y se quitó la blusa y el sujetador colgando ambos del perchero de la puerta. Sebastián al verlas se lanzó a manosearlas y comerlas.

-          Tranquilo, no hay prisa.- Le susurró

-          Es que me encantan tus tetas....

-          ¿Más que las de tus amiguitas? Las de tu edad estarán firmes y duritas

-          No sé...bueno...

-          Ui... ¿No me digas que eres virgen?- A Alina le dio una punzada en el coño de morbo ante la idea.

-          Bueno...esto...sí...- Respondió con vergüenza

-          ¡Entonces hay que celebrarlo! Si voy a ser tu primera....desnúdate.- Le ordenó.

Ella al liberarse se quitó la falda y la colocó junto al resto de ropa y bolso en el perchero, quitándose también los zapatos. Él se desvistió de espaldas para girarse tapándose el rabo. “Qué mono...”Pensó con dulzura.

Desnudos ya, Alina se le acercó para besarle. Le cogió una de las manos que cubría la polla y se la puso en su teta, e hizo lo mismo con la otra en el culo. ”Tócame sin miedo” Le decía entre besitos. Ella pasó la mano entre sus cuerpos y le acarició la polla; estaba bien depilada, no tenía mal tamaño, similar a la de su novio, y estaba caliente y dura.

Dejó que la magrease un buen rato haciéndole ella una suave paja que se notaba estaba disfrutando horrores. Le separó y empezó a besarle el cuello, bajar al tórax, al estómago donde jugueteó con su ombligo y muy lentamente lamió hasta dar con su polla enhiesta. Lo hizo sufrir dándole lametazos desde los huevos a la punta muy lentamente mirándole fijamente. Bajó la piel, descubrió el capullo y le dio un besito. Ambos se sonrieron y ella abrió mucho la boca sacando la lengua, echó la vista al frente y se la tragó de sopetón hasta los cojones sellando con sus labios y succionando a medida que bajaba.

-          ¡La hostia!- Se le escapó agarrándola de la cabeza

Subía y bajaba y cada vez que sólo tenía el glande en la boca succionaba más fuerte y giraba la lengua alrededor para relamer el frenillo

-          Para....que...me corro...- Le dijo entrecortado. “¿Ya?” Pensó ella.

No quería que su primera mamada fuera un asco y a disgusto continuó chupándosela. Cuando empezó a notar palpitaciones y el saborcillo salado del líquido preseminal empezó a hacerle una rápida paja sólo con el capullo en la boca intentando cerrar la garganta con la intención de escupirlo en el lavabo, pero él le acariciaba con tanta dulzura la cabeza y gemía tan temeroso que se dijo a sí misma “¡Qué coño, sólo hay una primera vez!” Y se la metió hasta los huevos succionando, volviendo a subir y a bajar varias veces con rapidez como la paja que le estaba haciendo, a la vez que él temblaba y le soltaba toda la leche en la boca. Siguió chupándosela sin parar hasta que notó que ya no soltaba chorros que tragar, se separó, le miró lo más cachonda que podía y se relamió.

-          ¿Te ha gustado?- Le preguntó agitando la polla que continuaba dura

-          Me ha encantado- le respondió babeando

-          Ahora me toca a mí.

Alina bajó la tapa del inodoro y se sentó con las piernas encima abriéndose el coño con las manos. Sacó la lengua indicándole que la usase ahí.

El jovenzuelo se arrodilló en el frio suelo y le empezó a restregar la lengua por todo el coño recogiendo los flujos que soltaba. No era muy diestro comiéndolo, se dedicaba a meter la lengua y a pasarla por los bordes sin ton ni son. “Más arriba...más arriba...ahí...poco a poco...sólo con la punta no, dale con toda la lengua...sí, así....mmmm...que rico” Le instruía “Mete un dedo...así...pero no dejes de chupar...mmm...”Le tuvo que coger la barbilla para que se colocase bien y pudiera lamerle el clítoris y darle dedo a la vez.

Le dedicó largo rato a comerle el coño, Alina estaba disfrutando mucho de ese novato, y aunque los prefería mayores y con experiencia no dejaba de darle morbo el estrenar juguete.

-          Chupa...chupa más rápido....no pares ahora....más...más dedo...más...mmm...- Con una mano se lo abrió lo que pudo y con la otra le agarró de la cabeza y la incrustó en su coño casi ahogándolo- Mmmmm...-Pasó a agarrarle la cabeza con ambas manos y a levantar las piernas- ¿Te gusta comerle el coño a mami eh?—Decía con los ojos cerrados y babeando a punto de correrse- Mmmmmmmm...sí...rico.....mmmm...más....ya.....ya llego....ya...mmmm...¡Sí!- Y se derritió en un delicioso orgasmo

Cuando le liberó la cabeza y por fin pudo respirar Santiago se incorporó y se quedó mirando embobado el cuerpo desnudo de Alina. De repente oyeron ruidos, la puerta abriéndose, pasos, y cómo otro cubículo se ocupaba. Alina le hizo señas con el dedo en el labio que guardase silencio y que se le acercara. Él se echó encima como buenamente podía abrazándola “Qué mono....”Pensó de nuevo, pero ya le empezaba a cansar tanta monería. Oyeron una larga meada, la cisterna, la puerta del cubículo, lavarse las manos durante lo que les pareció una eternidad y finalmente la puerta.

Santiago buscó su boca para besarla pero no se dejó esta vez, ofreciéndole las tetas a cambio. Chupaba lamía y mordía sus carnes. Ella bajó la mano a sus partes que estaban muy arrimadas y frotándose, cogiéndole la polla y masajeándola. “Sigue dura”.

-          ¿Quieres más? – Le preguntó ella picarona frotando el glande en su entrada

-          No me he traído condones....-Dijo inocente, probablemente se la hubiera clavado nada más verla desnuda si los hubiera tenido.

-          Ummm....siendo tu primera vez...mejor sin....- La colocó en la entrada y se la metió un poco para seguir haciéndole una suave paja y tocándole los huevos- Además a mamá se la folla a pelo....

Sus palabras parece le pusieron a mil y en cuanto le soltó la polla se la clavó sin piedad gimiendo ambos. La dejó adentro sin querer sacarla en un rato para disfrutar y rememorar aquel acontecimiento. Después empezó un vaivén llevado por el instinto, las primeras entradas lentas y acompasadas, las siguientes ya se dejó llevar, le agarró una teta y la follaba como un perrillo.

-          Así...mmm...qué rico....fóllate a mami sí...- Le decía para animarlo. Iba a bajar la mano hasta el clítoris, que tenía ignorado, cuando notó que se quedaba muy rígido y boqueaba como un pez encima de sus tetas, para después relajarse y salirse de ella quedándose de rodillas en el suelo. Alina notaba salir líquido de su palpitante coño, quedándose patidifusa por lo rápido que había acabado.

-          Lo....lo siento....- Se disculpó, entendiendo ella que por correrse dentro y no por dejarla a medias.

-          No pasa nada, así está bien. ¿Te ha gustado?

-          Sí, muchísimo.- ¿Y a ti?

-          Claro, ha estado muy bien- Mintió.- Anda, mejor ve bajando tú que no nos vean irnos y volver juntos que hay mucho chismoso suelto.

Santiago feliz como una perdiz se vistió aprisa obedeciendo sin rechistar y se fue. Alina anduvo pensativa un par de minutos para limpiarse el semen, volver a ponerse el sujetador, la blusa y la falda bastante decepcionada y caliente por no haber acabado. Incluso pensó en darse una satisfacción para bajarse el calentón pero no en aquel lugar. Abrió la puertecita y se fue a enjuagar la cara cuando el cubículo de al lado se abrió asustándola, saliendo de él Severino sonriendo.

-          ¡Joder qué susto!- Le dijo llevándose la mano al corazón- ¿Llevas ahí mucho rato?

-          Os vi subir y....vine a ver qué tramabais- Soltó acercándose a ella

-          Una costumbre de muy mal gusto....- Alina se olía el percal y empezaba a mojarse mucho viendo a ese hombre que tanto la gozó acercarse poco a poco con cara desencajada de vicio.

-          Ya, eso dicen....bueno, al final te lo has follado ¿Eh?

-          Por llamarlo algo....- Ella le sonrió con su mirada más cachonda, subiéndose la falda y apoyando el trasero en el mármol

-          Eso me ha parecido a mí.- Ya se había colocado entre sus piernas y le metió dos dedos hasta el fondo. Alina se mordió el labio inferior- Es lo que tienen los jovenzuelos “mami” ¡Oye! ¡La nenaza esa te ha dejado un regalito dentro! - Le dijo con sorna. Anda gírate que te voy a dar un meneo de verdad.

No dudó, se giró y poniendo el culo en alto le ofreció la mejor vista de su coño apoyando los codos en el mármol y mirando hacia atrás, viendo como aquel hombrecillo calvete y regordete se sacaba la polla y escupía en el capullo, le subía la falda agarrándole los cachetes y se la metía.

-          ¡Joder qué polla Seve!- Se le escapó cuando le había incrustado casi tres cuartas partes y como anoche, le empezaron los escalofríos.

-          ¿Te gusta eh?- Decía él que ya en la segunda entrada se la había metido entera

Severino pudo follarla unos minutos a discreción, ya se le había acostumbrado el coño por la noche que le dio y como aún estaba muy cachonda y Sebastián se le había corrido dentro lubricación no le faltaría. Notaba muchísimo placer, el mismo orgasmo raro y continuado, las mismas palpitaciones en los oídos llenos de sangre que la impedían oír nítidamente.

-          Ams...sí...mmm...joder...que corrida...mmmm...más...dale...- Gemía y chillaba

Alina estaba disfrutando de ese orgasmo cosa mala. Se estremecía entera, sentía placer en todo el cuerpo, y no cesaba, a cada entrada le rozaba su interior más profundo y le daba de nuevo el electroshock de placer que le cortaba la respiración.

Severino se la sacó del todo notando ella un vacío inmenso. La cogió de la mano como una muñeca de trapo y se la llevó al interior del cubículo cerrándolo y encastándola contra la puerta magreándole los pechos. Levantó la falda esta vez por delante y le agarró una pierna para levantarla, hacer un pequeño gesto agachándose y volver a metérsela. Alina se abrazó a su cuello como pudo y levantó la otra pierna para cruzarlas en su trasero.

-          Fóllame Seve, ¡fóllame!- Suplicaba cuando notaba ese pedazo de carne dentro- Uf...uf....am....Dios....- Boqueaba

Su espalda golpeaba con tanta fuerza la puertezuela que todo el conjunto de cubículos se bamboleaba pero no lo notaba, sólo había placer. Severino la follaba con furia, en aquella posición entraba de maravilla, todo su interior lleno de carne y el glande dándole aquel placer inmenso

-          No....no....puedo....más.....- Consiguió decir entre bocanadas de aire, agotada de tanto placer

-          ¿Quieres ya la leche? ¡Pues toma!- La penetró unas cuantas veces más derramándose dentro de ella sin parar.

Ella se soltó del cuello cayendo medio muerta, suerte de la puerta que le daba un punto de apoyo. Severino la miraba sonriendo y sofocado, cogió papel higiénico y se limpió primero el sudor y luego sus buenos 24 o más centímetros de carne. Alina tuvo que sentarse en el suelo para recuperarse un poco; él abrió la puerta sin miramientos golpeándola para salir.

Cuando recuperó algo de vida intentó levantarse y mantenerse en pie con el tembleque que tenía en las piernas, se sentó en el inodoro y se limpió sus partes. Recolocó la ropa y bajó al salón dándose su tiempo

Sentada de nuevo al lado de Sebastián, éste le preguntó por su tardanza.

-          Cosas de mujeres.- Le respondió lanzándole un beso a la vez que el guiñaba el ojo