El confinamiento -V-

La mujer de Tiano me hace dos visitas con el consentimiento de su marido y la segunda

Lunes 20 de abril, trigésimo octavo día si mis cuentas no se equivocan del estado de alarma. Se supone que va a ser un cambio casi total… ¿Qué cambio? Mi respuesta… JAJAJA… pero la decisión de iniciar un cambio se debe en gran medida a una frase de Steve Jobs, en la que decía… “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Si la respuesta es “NO” durante varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo” pues es lo que voy a intentar.

En este cambio de momento de manera bastante directa estarían Paloma de 42 años e Irene de 18. Como dije en mi anterior relato dos mujeres guapísimas. Tal vez Irene con cara demasiado infantil. Estuve todo el día para un lado y otro de las instalaciones y del campo. Fran estuvo enseñándome todo al detalle y hablando con algunos operarios que estaban tratando de poner todo en funcionamiento y reparándolo que esta estropeado.

Paloma cuya función básica iba a ser la cocina. Estaba esperando para saber que quería cenar. Me fui a dar una ducha, me vestí cómodo, pero no como si estuviera solo o con gente de confianza y me fui a la cocina. La cocina me encantaba, era un sitio de lo más acogedor, era una cocina con mas años de los que sumábamos ellas dos y yo. Se había restaurado todo, había hasta una cocina de leña y carbón, en perfecto estado y un horno de piedra. Aunque de forma camuflada había una cocina de inducción.

Le dije que no se preocupara, que ya diseñaríamos algunos menús, que esa noche me prepararía una de mis ensaladas y empecé a hacerla. Les pregunte si querían y no sé si por vergüenza o porque no querían, rechazaron la invitación. Aproveche para tener una conversación con ella. Aunque el que hablaba era yo y ellas asentían. Quise dejar algunas cosas claras. Nunca había vivido con gente externa a mi entorno. Si había tenido personas que trabajaban en mi casa, pero venían por la mañana y luego se iban. No sabía bien cómo actuar.

“Mirar lo primero que quiero dejar claro, que no quiero que haya malentendidos ni confusiones. No me importa que hagáis uso de la piscina ni del gimnasio. Solo una cosa, en la piscina interior, cuando veáis que la planta está en medio de la puerta, es que estoy usando la piscina, lo digo no por mí, que me da igual, es que me gusta bañarme desnudo. ¿Está claro?” ,  Paloma… “Ah a mí no me va a asustar, que con mi anterior pareja íbamos siempre a una playa nudista. No me voy a asustar” , Irene movió su cabeza y su melena ondulada que daba la sensación de que no se había peinado, confirmando que se había enterado.

Paloma que hablaba mas que Irene, me pregunto si podrían ver la televisión en el salón. En ese momento me di cuenta de que no tenían ninguna en sus habitaciones… “Perdonarme que ha sido un gran fallo, es que la televisión la veo poco o nada, podéis verla claro que si y ya me encargaré de que traigan dos para vuestras habitaciones” esa eran todas las pegas que encontraron de momento y le dije a Paloma que se encargara de hacer una lista de la compra detallada y para varios días, para ir al día siguiente a comprar.

Me senté a estrenar uno de los sillones, la casa se veía en parte un poco desangelada, hacía falta mucho mas para que estuviera como una verdadera casa. Si hasta en algunos sitios si alguien hablaba había como eco. Estaba con mi portátil, porque hasta el día siguiente no tendría funcionando el despacho. Estaba en penumbra y oí como venían hablando, parecía que habían congeniado. Se quedaron cortadas al verme en un lado. No sabían si seguir y sentarse o que hacer.

Les dije que se encendieran alguna luz y lo que dije cuando las conocí, volví a pensarlo. Irene traía un pantalón muy corto, como de mezclilla, ajustado como si fuera una segunda piel y de cintura alta. Un top dejando parte de la tripa al aire y un pecho importante. Paloma llevaba unas mallas y una camiseta, también se la veía fabulosa. Me tuve que hacer el loco y tratar de no mirarlas.

El martes baje temprano a comprar donde me habían indicado y luego me acercaría al ayuntamiento por un problema que había surgido. Al llegar al supermercado, no sé si por TT, que es llamativo, me preguntaba si era el de… el nombre del lugar donde estaba. A todos contestaba lo mismo y menos mal que llevaba mascarilla, no me conocerían tanto. Una vez tenía bien lleno el vehículo, me dirigí al ayuntamiento. Llegue a la hora que me habían dado y me hicieron esperar en un pasillo casi una hora.

No lo entendía, porque ni entraba ni salía nadie. Pregunte un par de veces y las dos veces me contestaron que tranquilo que ahora pasaba. Me molesta que me digan tranquilo cuando están… Por fin me dijeron de pasar. Lo dicho nadie había salido, quien me fuera a atender, no tenía ninguna visita. De entrada no me gusto el tipo, se colocó una mascarilla y de forma chulesca me invito a sentarme. Se hizo el interesante leyendo lo que parecía mi expediente y después de hacer que lo leía pasando las páginas.

Sabia y estaba seguro de que toda la documentación y todo lo que se había hecho, estaba perfectamente y si no fuera así, a alguno lo pensaba capar. Empezó a divagar, insinuaciones por aquí, insinuaciones por allá y todas ellas con la sombra de que me iban a paralizar algo, o que me iban a levantar una inspección que me iba a enterar… llegue a pensar mal y que lo mismo querían un “regalo” y si era eso sí que hablan mordido en hueso. Como me canse fui directo…

- Discúlpame usted que le interrumpa. Lleva más de media hora dando vueltas a algo y no sé dónde quiere llevar y me han tenido “castigado” fuera una hora esperando. ¿Podemos ir a la razón de por qué me tiene aquí?

  • Bueno, bueno, bueno… así me gusta, una persona directa. Somos un pueblo en el que todos nos ayudamos, miramos unos por otros… ¿Entiende lo que le quiero decir? (Y no me dejo contestar) Pues bien, el pueblo está un poco alterado, porque esperaban que todos volverían a su trabajo anterior, estaban ilusionados cuando se enteraron que alguien iba a ponerlo de nuevo en marcha y…

- Siga, siga… no se corte.

  • Pues que no es bueno crear malestar y usted no ha entrado con buen pie, se lo digo porque me cae bien.

- Pero siga, que le escuchó atentamente.

  • Pues el dejar fuera al personal mas importante, que algunos son muy allegados y que haya contratado a la chica, pues no sienta bien.

- Disculpe, que me centre, ¿A quién se refiere con el personal mas importante? Y… ¿De qué chica me habla? (Lo pregunte por joder, porque de sobra sabia las respuestas y hacerme el tonto mucho mas, porque se van animando )**

  • Se lo explico y bueno nos podemos tutear. Mira me refiero a los que llevaban el día a día de la empresa. Ellos el negocio lo conocen al dedillo, mejor que ellos ninguno y la chica me refiero a la joven que tiene trabajando en su casa. Ha levantado ampollas en alguna persona destacada ¿Ya nos entendemos?

- Nos entendemos DE LUJO. Pero… ¿Quién es la persona destacada?

  • Es la familia… (Que ya lo sabía, porque me lo conto Fran y tampoco es que fueran para tirar cohetes )**

- Pues mira, la chica como dices tú se llama Irene, eso para empezar y se va a quedar si ella quiere y que sepas que tenía dudas (Eso era verdad ) y luego sobre los mangantes que llevaron la empresa, pues va a ser que no MA JE TE, ya se lo llevaron crudo y no soy un ONG. ¿Te queda claro a ti, ahora?**

  • Márchese, he querido ser amable y me ha “escupido” no va a quedar así (Me levante y con la puerta abierta)

- Tu veras como se quedara, solo te digo que no soy de los de poner la otra mejilla. Como quieras y cuando quieras.

Seré que no soy normal, pero esas situaciones me ponen mucho en todos los sentidos. Me monte en el TT y me marche. No me espere a llegar, llame a los que nos representaban legalmente en la empresa y les detalle lo que me había pasado. Llame a todos los que habían participado de alguna manera, para que me aportaran la documentación de los permisos, de los pagos de impuestos, de obras, facturas… lo quería todo. Todos quedaron en mandármelo al día siguiente o traerlo alguno de ellos en persona.

Ya era miércoles y como tenía que hacer cosas avise a Paloma e Irene de que me llegarían envíos o que vendría alguien de forma personal. Aproximadamente a las dos de la tarde me encamine andando a la casa. En la distancia vi el coche de Tiano, que también me tenía que mandar documentación. Al entrar sorpresa era Adriana quien me había traído la documentación. La verdad que con poco, venia muy guapa, eso refrenda mi teoría, que muchas veces el menos, hace mucho más.

Si esto se hubiera producido el día anterior, se lo que hubiera pasado con la “euforia” que llevaba. Me hizo gracia Irene que me decía que se había colado y se había movido libremente, porque decía que me conocía bien y que ya había estado allí. Le quite importancia y nos pusimos a hablar. “¿Cómo es que has venido tu?” le pregunte porque aunque no me había sorprendido, que es difícil sorprenderme, quería saberlo. “Es que Tiano, le ha tocado ir a Barcelona por su trabajo y estar dos o tres días y pues he venido yo, ¿Espero que no te haya molestado?”

Riéndome llame a Irene y le pedí que sacara ropa de cama para una habitación que ella se quedaba y a Adriana le dije que me diera las llaves de su coche, se me quedo mirando, no entendiendo… “Que no me voy a llevar el coche. Que voy a por tu equipajes, ¿Por qué seguro que has traído algo?” y me dio las llaves poniéndose colorada como una adolescente. Abrir el maletero y traía una maleta mediana.

Irene salió a preguntarme que en donde preparaba la habitación, si en la parte viaje de la casa o en la nueva, o al final dormiría en la mía. Le indique que cerca de la mía. No puso buena cara, era una chica demasiado expresiva y luego le dije… “Toma nota de una cosa… en mi habitación no solo duermo yo” se fue rápido. Comimos y después de un café rápido le dije que tenía que seguir trabajando. Que allí podría dar un paseo por fuera de la casa y también que viera mejor la casa si quería.

Cenamos a las nueve de la noche en punto. Luego nos salimos a la terraza de fuera y hablamos de todo. Me contaba cómo se las apañaban en la casa y en ningún momento me hablo mal de nadie y según ella todo perfecto, aunque sabía que no, porque Ray hablaba conmigo todos los días. La verdad que no le preste la atención que cualquier invitada. No estaba muy  centrado. Las tentaciones eran demasiado grandes y no quería sucumbir a ellas.

Como siempre me levante el primero, me puse con mis ejercicios diarios y un buen rato después amaneció Adriana, venía a hacer ejercicio y me pidió asesoramiento, porque había mas aparatos que en el otro sitio. Como lo que le interesaba era fortalecer piernas y glúteos, le explique el funcionamiento de una máquina que había para los glúteos, le explique que con suavidad y que sobre todo antes hiciera unos ejercicios de calentamiento.

No me hizo caso y se fue directamente a hacer los ejercicios, luego se fue a otro aparato y al final acabo con un pequeño tirón en una de sus piernas, en concreto la parte trasera del muslo y le irradiaba hacia el glúteo. Ni soy fisio ni lo pretendo. Pero le dije que se tumbara en la camilla que le daría un masaje para relajar no para curar.

Baje del todo la camilla y mientras colocaba una sábana desechable en la camilla, ella estaba mirándome… “Adriana, si ya te he visto desnuda, no crees que no es momento para cortarse” se puso colorada. Se quedo en braguitas, por cierto muy monas y que le sentaban muy bien. Cogí aceite de masajes y me dedique no a una sola pierna, a las dos y al resto de su cuerpo.

Mis manos notaban que mal no lo hacía, porque la relajación se palpaba, me fui a sus piernas, empecé por los pies y se le escapan de su boca pequeños suspiros. Fui avanzando hacia arriba y cuando estaba cerca de su coñito, pasaba el canto de mis manos por su rajita, protegida por sus braguitas.

Nunca tengo prisa, me gusta los prolegómenos, son fundamentales. Hay que tomarse el tiempo necesario y le hablaba, Adriana apenas me respondía, todo iba bien encaminado, ahora no use el canto de la mano, pase dos dedos por todo su coñito, la oí perfectamente, “Mmmmm…” sin decir palabra. Mi erección era más que grande.

Por circunstancias que no vienen al caso, tuve que parar en ese preciso momento y la tuve que dejar de esa manera. Pero luego en el resto del tiempo la situación no mejoro.

Otro momento de esos lo tuve el pasado día 29 por la noche un poco antes de las doce de la noche. Estaba cabreado, enrabietado y por eso mande un mail a Tiano, donde le mandaba una relación de cosas y presupuestos que los necesitaba sin falta, que me los hiciera llegar como fuera, que si era preciso contratara un Cabify y ya me encarga de pagarlo yo y si él no podía y venia Adriana pues tenía la piscina exterior para bañarse que ya estaba perfecta.

Evidentemente ni me hacían falta ni nada, era la decisión que tomaran ellos. Después de escribir el mail, me desconecte de todo, bueno menos del móvil y del chat que no es whatsapp, por si me llegaba algún aviso urgente, porque el whatsapp y telegram también los desconecte. Quería aislarme lo más posible. Esperaba que viniera Adriana, iba a “pagar” los platos rotos de tanta tensión. Por la mañana antes de irme deje una nota en un sobre, con el nombre de Adriana. Se lo di a Irene para que se lo entregara cuando llegase.

Irene puso una expresión indefinida y a Adriana le pasaba lo mismo con Irene. La nota le decía que se acomodara y que tomara el sol que estaba muy blanca, que si tardaba comiera que lo mismo regresaba comido. Pasadas las cuatro de la tarde regresaba y desdela parte del camino que ya se veía bien la casa, no vi ningún vehículo. Me lleve un chasco pero analizándolo mejor pensé que lo mismo era lo mejor.

La noche de perros que había pasado, la mañana tan mala que llevaba, ya solo pensaba en meterme a la piscina hasta agotarme. Al entrar en la casa lo primero que me llamo la atención fue ver el sobre abierto. Paloma salió a preguntarme si comería algo le dije que no que me daría un baño. Irene vino para decirme… “Adriana está en la piscina, ¿Quiere que la llame?” le dije que no que ya iría yo y les pregunte que porque no se estaban dando un baño con el buen tiempo que hacía.

Paloma dijo que estaba con dolor de tripa y que no. Irene que como estaba Adriana pues no sabía si era adecuado, que se lo había dicho Paloma. Le dije que no fueran tontas, que por una vez podía no bañarme desnudo. Las dos dijeron que eso les daba igual y otras tonterías. No iba a insistir mas y me venía hasta bien porque así me podría bañar como me gusta. Me subí a mi habitación, me desnude y me puse un bañador. Toalla no me hacía falta que allí había.

Adriana estaba tumbada en una hamaca boca arriba, con un bikini muy floreado, con los ojos cerrados y unos auriculares puestos. No me oyó llegar. Me acerque le fui a dar dos besos y me lleve un guantazo, estaba dormida y se asustó. Me pidió perdón de todas las maneras posibles. Hablamos un poco sobre la documentación que me había traído y la corte… “Adriana que la documentación me daba igual…” sonrió y me fui a darme un baño, a ver si descargaba la mala leche y el cabreo que llevaba desde ayer noche.

Me puse en el borde de la piscina, me quite el bañador y me lance de cabeza al agua. Estuve bastante tiempo y cuando pare, me apoye en el borde mirando en dirección a Andrea y me dijo “Pero para ya, que así vas a llegar a Mallorca… la piscina es para refrescarse y relajarse” , le dije que se viniera a dar un baño conmigo, se puso debajo de la ducha para quitarse lo que se había puesto en su cuerpo y cuando se iba a meter en el agua, le dije… “No, Noooo… en mi piscina hay que bañarse desnudos” , Adriana me decía que le daría igual, pero le preocupaba que apareciesen Paloma o Irene, le dije que no se preocupase, se fue para su hamaca y se quitó el bikini.

Se metió en la piscina con tranquilidad y sin mojarse la cabeza. Nos bañábamos, hablábamos y quiso saber si Álvaro y Lidia se habían ido por culpa de ellos o si fue en verdad lo que dijeron. Era verdad se tuvieron que ir porque a Álvaro no le permitían en su trabajo estar más tiempo fuera, Ray como era socio de un negocio pues si podía. Se quedo más tranquila y me estaba diciendo algo, cuando se quedó a medias y con la mirada fija en un punto. Gire mi cabeza y era Irene que venía hacia nosotros. Adriana decía que se iba a morir de vergüenza y la tranquilicé, que no pasaba nada. Pero para que se quedara más tranquila le dije que si quería la decía que nos dejara solos y Adriana me movió la cabeza diciendo que no, pero hundió mas su cuerpo en el agua.

Irene nada más llegar… “Que me lo he pensado mejor lo que me nos ha dicho y he cambiado de opinión, pero si molesto me voy y ya vuelvo mas tarde” , Adriana quiso dar una nota de normalidad diciendo que por ella no había ningún problema, la mire me acerque y al oído… “Jajaja… el problema vendrá cuando salgas, jajaja…” ella me regalo un adjetivo muy bonito. Irene después de decirnos esos al borde de la piscina y darse perfecta cuenta de que estábamos desnudos. Se dio la vuelta y se fue hacia la hamaca más lejana de las nuestras, pero vamos a dos o tres metros.

Se quito la camiseta de playa que le llegaba hasta las rodillas y nos dejó la boca abierta. Llevaba un bikini blanco, la braguita tanga, por decir algo, dejando ver a la perfección un culito mas que perfecto y levantado. No decíamos nada, nos quedamos mirando. Luego vino el darse la vuelta y nos dejó anonadados y lo digo por lo que dijo Adriana… “Que buena que esta la hija de puta, que guarra” que no lo dijo en plan de insulto. Si por detrás era llamativa por delante mucho mas, la parte superior no daban para tapar esas tetas, que eran bastantes más grandes de lo que parecían vestidas y llamativas también, porque los pezones se le marcaban de una manera rara y la parte de abajo y minúsculo triangulo que además se le metía en su coñito, para eso mejor no llevar nada.

Se tumbo en la hamaca y echo para atrás una trenza que se había hecho con su larga melena. De todas maneras me llamo la atención el vocabulario de Adriana, porque salvo en momentos muy “especiales” no la había oído palabras malsonantes. Al salir de la piscina, Irene no disimulo y nos miró. Me seque con tranquilidad, como hacia siempre y Adriana se secó y se puso el bikini al momento. Irene se levantó se fue hacia la piscina y se quedó sin la parte de arriba y se tiró al agua. Como lo hizo de espaldas no pudimos ver sus tetas.

El baño le duro poco, se salió en seguida y a mí me “impresiono” tenía como dije unas tetas bien tiesas y grandes. Los pezones lo más llamativo, porque eran protuberantes y grandes, llamativos. Lo que llamaba la atención es que tenía un piercing distinto a los que había visto. Los atravesaba en horizontal y luego la barrita que lo atravesaba llevaba como una argolla. Adriana al verlo… “menuda dentera me da, que doloroso tiene que ser que te lo atraviesen, es que la veo y me duelen” , dije que me iba a dar una pequeña cabezada. Estaba ya medio dormido cuando se pusieron a hablar las dos.

- Irene, te voy a preguntar algo, si no quieres no me contestes y si ves que es una intromisión perdona. ¿No es doloroso colocarte lo de los pezones y ahora también?

  • Me lo hicieron con una anestesia local, me estuvo molestando un tiempo, pero mereció la pena.

- ¿De verdad que no te duele?

  • Es una sensación rara, sensibilidad, dolor, placer…

- Es que los veo y me da no sé qué…

  • Me gustan los piercing, por eso llevo más.

- Que… ¿Te los has quitado?

  • Jajaja… que va es que están escondidos.

- Ah, ya… (Solo quedaba un sitio oculto ) Pero sigo pensando que aun ya que los tienes deben de doler.**

  • Eso es lo bueno, ¿Sabes lo que se siente cuando estas con alguien? Pues eso…

- Me parece tremendo, pero nada muchas gracias por aclárame las dudas.

Se quedaron calladas y ya no hablaron más. Cuando me desperté de mi atontamiento. Estábamos solos Adriana y yo. Lo primero que me dijo… “Hay que ver lo espabiladas que están hoy las chicas jóvenes” y mi respuesta es la que doy siempre… “Dices lo mismo que dirían las personas de tu edad cuando tu tenías los años de ella” , es una chica que ha tenido sus problemas. Me pregunto si los sabia y le hice un resumen de lo que me había sucedido… “Mi conclusión que tiene una o unas opciones o gustos sexuales, que asustaron o escandalizaron y ella está perdida sin saber bien que hacer. Es mi opinión pero sin datos con que sustentarla”

Adriana ni me pregunto mas, ni me hizo ningún comentario y nos fuimos para dentro de la casa. Ella a su habitación y yo a la mía. Ni el chapuzón ni la ducha me quitaban el cabreo de la noche anterior, que no es que pasara nada en especial, tonterías mías. Pero que te pillan en un día malo y quedan los posos. Tampoco me acompañaba el hambre, mi cena fue una de mis ensaladas especiales. A Adriana, Paloma e Irene les gustaba el programa que echaban esa noche, uno que están en una isla. Porque sabían de todo y ponían a parir a unos y a otras. Menudo trajín que se traían en esa isla. Adriana y yo nos fuimos a la terraza a tomar unas hierbas ella y yo un café. Andaba dándole vueltas a las cosas y sabía que quería preguntarme algo, estaba buscando la forma de hacerlo y pensé que tenía que ser algo importante.

- Carlos. Te puedo preguntar que te pasa, porque te veo con cara de mosqueado.

  • Que va, que llevo días agotadores y la cabeza necesita reposar, porque estoy con un dolor de cabeza brutal.

- ¿Por eso es por lo que no te he visto ordenador, ni tablet? Porque lo que sea muy gordo tiene que ser para estar desconectado.

  • Sigo conectado, aquí está mi móvil.

- Tú me has entendido.

  • Claro que si te he entendido, estaré así unos días, quiero despejarme.

- ¿Qué pasa te llegan muy malas noticias?

  • Jajaja… siempre analizando, no, que va. No hay nada que me haya podido llegar que me sorprendiera y no sé porque esa fijación.

- Lo mismo por ahí te llega la llave que esperas.

  • JODER… de verdad, ¿Por qué todo el mundo habla de llaves? Espero que algún día alguien me lo explique… DE VERDAD.

- No te enfades, que tampoco es para ponerse así.

Cambie radicalmente la conversación y la desvié a los campos que veíamos por cualquier sitio que se mirase. Adriana lo disimulo pero se disgustó y me dejo solo con la excusa de que iba a ponerse cómoda. La vi bajar con una camiseta corta blanca, un pantalón corto negro que tenía pinta de ser elástico y que le quedaba pegado como si fueran unas mallas. Le realzaba el culo un montón. Se sentó con las otras dos mujeres y ya quedaba poco para empezar el programa. Aproveche para dar un vistazo a una instalación que me habían hecho. Me avisaron que habían tenido que hacer ligeras modificaciones a mi diseño.

Todo era en una antigua bodega, que se rehízo respetando su antigüedad, pero colocando el alumbrado adecuado, utilizando las nuevas tecnologías. La luz se podía controlar desde un dispositivo, que no podía ser manipulado externamente para mayor seguridad. Me levante y dije que iba a probar todo, no solo el alumbrado. Estuve probando todo y estaba perfecto, lo ideal era dejar una luz tenue, como sería la que tuvo en sus orígenes. Lo único que había colocado en las paredes, eran argollas que estaba allí desde Dios sabe cuándo y aperos antiguos, que se limpiaron y los coloque.

Estaba pendiente de los ruidos porque estaba seguro de que Adriana bajaría. No me equivoque y baje mas la intensidad de la luz. En un recodo me escondí y espere a que llegara. Le tape al boca y se llevó un buen susto. La lleve hasta una argolla, con una cuerda que había, la pase por la argolla y luego ate sus manos. Empecé por decirle que me había enfadado y ella me pregunta el motivo. Me fui quitando el cinturón y ella me miraba. Me decía que no, pero le di el primer azote, se quejó. Estuve dándole suave, porque ese culo no estaba preparado para más. No me había equivocado, el pantalón era como una malla, se lo baje con facilidad, hasta que se los que del todo. No llevaba braguitas iba preparada.

Me puse un condón, me puse por detrás y le metí la polla, iba a hacerlo con suavidad, pero resbalo dentro de ella perfectamente. Se la metí del todo y me quede parado, apretaba bien sus caderas y ella gemía. Le daba embestidas lentas, profundas, golpes en seco. El ruido de nuestros cuerpos retumbaba haciendo un sonido muy morboso, como los gemidos de ella producían un sonido especial con la reverberación que se producía. Igual que el sonido de mi cuerpo contra el suyo. A pesar de estar follándomela, pude oír que alguien bajaba, aunque trataba de no hacer ruido quien fuera.

Aumente mi ritmo de embestidas y Adriana no se aguantaba mas, pare de golpe y se oyó su genio por haber parado. Me pedía que le diera algún azote con mis manos y le dije que mis manos no eran para ese culo. Eso la enrabietaba, se movía con rabia. Pudimos oír la voz de Paloma que regañaba a alguien, que no podía ser otra que Irene, que le decía que subiera y no cotilleara. Lo que no se daba cuenta que el sonido fluye con nitidez en esa zona. Adriana empezó a correrse y ya no había parada, el sonido fue muy especial, parecía que se estaban corriendo varias mujeres a la vez.

Seguimos un rato hasta conseguir, que no fue difícil que se corriera dos veces más y me pidió que soltara sus manos, que le costaba mantenerse de pie. Se apoyo contra la pared y seguí follándola con mas ímpetu y al final me corrí. Cuando acabe ella me dijo que había estado muy callado. Nos subimos y antes de salir, se quedó parada y se quejó de varias cosas, pero no fue una queja muy seria. Ya era tarde y dije que me iba a dormir. Se quedo con cara de esperar una invitación para pasar la noche, pero no llego. Se fue a ver ese programa de la televisión.

Me desperté temprano, ese día al ser 1 de mayo y fiesta, Ni Irene ni Paloma trabajaban, en otras circunstancias podrían irse todo el día. Desayune tranquilamente y no haría ningún ejercicio, sería un día de relax. De buena mañana hacia calor y aunque había nubes, el sol iba a pegar bien, me daría un buen chapuzón mañanero. La primera en levantarse fue Paloma, que no se esperó verme en la terraza. Llevaba una toalla grande y chancletas iba directa a la piscina. Se quedo parada y cortada, la anime a que se diera un baño y al final fuimos juntos. No me desnudaría, no quería incomodarla, aunque me fastidiaba un mucho.

Deje mis cosas sobre una hamaca y me tire al agua. Paloma tardo en quitarse el vestido de playa que llevaba, le costó pero lo hizo. Estaba claro que algún complejo tenia, como todo el mundo. Trataba de saber cuál era el suyo. El culito estaba bien, el pecho era generoso y algo caído, normal y se le veía bien. Me puse a hablar con ella desde el agua y eso la saco de sus pensamientos. Se tiro de cabeza, creía que se metería lentamente, pero no, lo hizo con mucho estilo.

Cuando emergió y saco la cabeza del agua, también se le había salido un pecho, se puso nerviosa y se lo coloco. No tardo en salirse del agua con la excusa de que estaba demasiado fría y digo excusa, porque al rato llegaron Irene y Adriana. Adriana con dolor de cuello decía y de espalda. Irene hizo un comentario que sonrojo a Paloma… “no sé cómo os podéis meter en el agua tan temprano. Se lo digo siempre a Paloma, que se mete y no para de nadar” , la que se había salido por estar el agua fría.

Salí del agua, me coloqué una toalla a la cintura y me quite el bañador. Adriana seguía haciendo movimientos con el cuello para un lado y para otro, por eso le dije que cuando acabara el café, que llevaba en una jarra, si quería le daba un masaje, sonrió dijo que si, pero no quiso apurar el café. La que se volvió en ese momento para la casa fue Irene, que imagino que quería cotillear lo que podría pasar. Adriana ya se había tomado el café y dijo que cuando quisiera, nos fuimos paseando sin prisas hasta la casa.

Seguía con mi toalla a la cintura, nos fuimos a la zona del gimnasio, puse la sabana desechable en la camilla y me había dado cuenta al entrar que de Irene no habíamos visto nada. Adriana se desnudó y quedo solo con las braguitas, porque sujetador no llevaba y le dije que se las quitara. Una vez que se tumbó boca abajo, subí la camilla para que me fuera más cómodo darle el masaje. Lo que no sabía ella, era que ya lo había preparado todo, porque tenía pensado llevarla allí, lo de su cuello me lo puso mas fácil.

Primero le di en verdad un masaje relajante, con un aceite propio para eso. Tarde más de media hora y ahora, cambie el tipo de aceite, era uno más espeso. Me dedique nada mas a sus pies y sus piernas. Iba notando su excitación. Llegue hasta sus nalgas. Cogí la pala y azote un poco su culo y se quejó, me disgusto un poco y le dije… “No me gustan tan delicadas” no sé porque lo dije o si… el caso que me salió. Eche un buen churretón entre sus nalgas, para que fuera hacia su culito. Mis dedos según bajaba se lo metían dentro de él, mis dedos entraban muy bien. Ella me pedía ir a mi habitación y no le hacía caso, seguía a lo mío. Ella estiro su mano hasta tocarme la polla y arranco la toalla.

Cambie de posición y me coloque sobre el cabecero de la camilla y me podía estirar sin problemas, sin mucho esfuerzo y seguir follándome su culito. Se incorporo un poco y se puso a comerme la polla. Quiso que le pusiera aceite en las manos y se puso a ponérmela en la polla, lo hacía lentamente con ojos de golosa. Me moví, mientras pisaba el pedal para bajar la camilla, me puse un condón, dándome igual la protesta de Adriana. Una vez que la camilla estuvo a la altura que quería, me abrí de piernas y enfile mi polla a su culo. Agarro con sus manos la parte superior de la camilla.

Fui igual de suave que la otra vez, pero en todo momento marque el ritmo. Se lo follaba sin meter mi polla del todo, mi limite estaba a falta de tres o cuatros dedos, me queda allí. Sacaba mi pola y volvía a follarla de esa manera. Su mano derecha la metió por debajo de ella y se empezaba a tocar. Cuando vi que estaba a punto de correrse y sin que se lo esperara, metí mi polla hasta el fondo de un golpe, “AAAHHH… CABRONAZO… ME HAS… PERO NO PARES, NO PARES… AAAAAHHHHHHH…” su corrida fue soberbia y ya podía follármela con fuerza, embestirla bien, porque si aflojaba me provocaba para que no bajara el ritmo y eso me ponía cachondo.

Otra vez se puso a punto y acelere porque quería correrme también, empecé primero yo y justo en las últimas embestidas de mi corrida, que son más profundas ella se corrió también. Quería seguir, pero ella sin esperármelo…

- Sigamos pero en tu habitación.

  • En mi habitación no. En todo caso en la tuya.

- Carlos estoy harta, quiero que sea en tu habitación y pasar esta noche entera contigo, levantarnos juntos. (Me corto todo el rollo )**

  • He dicho no y es no. No hablare mas del asunto.

- Pues si no es así, me marcho ahora mismo. Así que dime, ¿Si o no?

  • NO

- Pues ya está dicho todo.

Se levanto y se fue, además lo hizo desnuda, no recogió ni su ropa. Mientras follábamos me di cuenta de que había alguien, hubo algún ruido y el único sitio posible era la sauna. Me acerque con cautela, mire por el cristal de la ventanita de la puerta y esta Irene haciéndose una paja, estaba tumbada el banco con la cabeza hacia la puerta, por lo que no me podía ver. Se hacia la paja con furia y con la otra mano se daba buenos tirones del piercing de uno de sus pezones. Podía haber entrado, pero era muy joven para mis gustos. Me di la vuelta y desaparecí.

Recogí la ropa de Adriana, la deje junto a su puerta, me fui a mi habitación, cerré por si acaso y me di un buen baño con hidromasaje, me había puesto música instrumental, unas velas y me quede dormido. Llevaba sueño atrasado, me pareció que había sido como máximo me día hora, que me había sentado de vicio. Salí amojamado, eso quería decir que era más de media hora y al ver el reloj, había sido más de hora y media. Baje y no vi a nadie, lo único de lo que si me di cuenta, que Adriana había recogido su ropa. Me senté en la terraza a que me diera un poco mas el sol y apareció Irene, no quería ser muy brusco pero tenía que darle un pequeño toque de atención.

- Irene por favor, un momento.

  • Le estaba esperando Adriana se ha ido.

- ¿Cómo que se ha ido?

  • Si ha venido un coche con matrícula azul y se ha ido. Me ha dicho que se lo dijera.

- ¿Dijo algo más?

  • No, solo eso.

- Vale Irene, ahora quería decirla algo. No me gusta que me espíen y como mínimo lo ha hecho dos veces.

  • Noooo… ¿Qué dice? Está equivocado… de verdad. ( Estaba colorada y me mentía en mi cara )

- Ni se le vuelva a ocurrir mentirme. Que la he visto dentro de la sauna dale que te pego. Que no la censuro por eso, que no soy yo el más indicado para hablar de moral, pero no me espié y sobre todo no me mienta. El primer día se lo dije tanto a su compañera como a usted, me tiene para lo que sea, si puedo ayudarlas las ayudare, pero ni mentiras ni engaños.

No deje que hablara mas y se fu bastante apurada además de colorada como un tomate, según la hablaba, iba agachando la cabeza como diciendo tierra y trágame. No me hizo mucha gracia lo de Adriana, no porque se marchara eso no, por no despedirse. Pero no me gustan que me echen pulsos ni me condicionen.