El confinamiento con mi nuevo compañero de piso 24

Marc y Raúl descubren algo...

Diego intervino en la conversación que tenían Marc y Raúl.

  • A ver chicos, mejor poneos de acuerdo, primero que folle uno y después el otro.
  • Diego, tío! Qué mierdas dices? No decías que se iba a dejar desvirgar? -Protestó Marc.
  • Yo lo que te dije fue “¿Y si te digo que puedes desvirgar un culito?” y poder, puedes, solo te lo has de currar un poco…
  • Eeh! Que a mí nadia me va a follar el culo!! -Reivindicó Raúl.
  • No me digas que no te molaría que te follara Marc como me estoy follando a Mario?
  • Uuufff! Raúl! No seas tonto, te va a molar mogollón. Tener una polla en el culo es de lo mejor que te puede pasar -intenté poner de mi parte.
  • Que no tío, que a mí no me folla nadie!! Además, eras tú quien se iba a dejar follar, no, Marc?
  • Eso sí que se lo dije. Pensaba que Raúl te iba a molar más, Marc. Mario dice que tiene una polla muy sexy, que te molará sentirla dentro. O es que no te ha molado chupársela?
  • Bueno, sí, está rica, y tiene una forma perfecta…
  • Gracias, Marc. Tú la chupas muy bien.
  • Vale, pero que no me liéis, que yo no quiero que me folle este, si lo acabo de conocer!!
  • No me ibas a follar a mí en cuanto me viste? -Le pregunté.
  • Bueno, pero tú ibas provocando…
  • Es que no te provoca el cipote de Raúl, mira que bonito es… -Le dijo Diego.
  • Sí, venga Marc, déjame follarte un poquito. Si no te gusta paro, y si me gusta como me das tu culo me pienso que me folles luego… Aunque tu polla es muy larga… -Dijo Raúl cogiendo la polla de Marc y empezando a pajearla.
  • Mirad, hacemos una cosa, chúpasela tu a Marc un rato, ya verás que como se suelta un poco y después es él quien te suplica que te lo folles.
  • Oye que estoy aquí delante cabrones!! -Protestó Marc.

Raúl no se lo pensó demasiado. Se arrodilló a los pies de Marc que seguía sentado en el sofá y se la empezó a mamar, poco a poco y con cariño. Pasando la punta de su lengua por la corona del glande de Marc, que ya estaba jugoso y brillante de las grandes cantidades de precum que iba soltando. Mientras tanto Diego se centró más en hacer bajar mi culito y meterme un poco más de su verga, que parecía estar explorando en busca de mi rincón más profundo.

Marc no perdía el tiempo. Mientras Raúl tenía más de la mitad de su polla en la boca, él seguía jugueteando con su culito, ayudado por el aceite de masaje. Raúl le miraba travieso, mientras se le mamaba con cada vez más ansia e intensidad.

  • No me digas que no te mola mi polla, Raulito…
  • Mmmph! Esta muy bien tu polla, Marc, pero no me va a caber en el culo… aunque quisiera… -Interrumpió la mamada para decir esto pero en un segundo se volvió a meter la verga de Marc en la boca.
  • No te preocupes, Raúl, el culo dilata, y la de Marc no es tan gorda. Si fuera como la de Diego, lo fliparías mucho más… aunque a mí me encanta… -Defendía la práctica de ser follado apasionadamente mientras Diego movía su cadera para penetrarme más profundamente y yo veía las estrellas.
  • Pero a mí no me han follado nunca!!
  • Eso es la mejor parte, Raúl! Estoy deseando ser quien te desvirgue.
  • De verdad? -Le preguntó Raúl a Marc con su glande rozando sus labios y mirándole a los ojos.
  • Ya ves, déjame tu culito, Raúl… por favor…
  • Jodeeeer! Es queee… Me va a doler mucho, tío!
  • No te preocupes, te lo haré con mucho cariño, con tanto cariño como tú me chupas la polla, niñito… -Le dijo Marc acariciándole el pelo a Raúl.

A todo esto Diego y yo ya estábamos follando como locos. Yo empecé a dar sentones en su polla, y él, cuando yo tenía toda su polla dentro, me abrazaba fuerte para que no me levantara tan pronto y me la clavaba más apretando con su cintura.

  • Aaaaaah! Aaaaah! Dieeeeeegoooo! Fóllameeeeee! Aaaaaaah! Aaaaaaah!
  • Ooooh! Sí neneeeee! Toma polla!! Quién es tu macho?
  • Túúú!!! Ooooh… Oooooh!! Mmmmmm!! Qué rabaco Diego!!!
  • Disfruta de mi rabo… -Diego me cogió de la cara con las dos manos y me giró de forma que me pudiera besar mientras me follaba cada vez más salvajemente.

Realmente estaba flipando de placer, pero también exagerando un poco intentando forzar un poco la curiosidad por tener una polla dentro de Raúl.

  • Pues parece que se lo pasa bien Mario, no, Raúl?
  • Sí, no? Tan guay será?
  • Venga, va, déjate un poquito, con que folles la mitad de bien que la chupas ya me va a molar la hostia.
  • Me prometes que irás con cuidado?
  • Sí, claro, que sí. Quiero que recuerdes tu desvirgue anal como algo bueno, así querrás repetir… jeje
  • Jajaja!! Qué cabrón, aún no me has follado y ya estás pensando en repetir!!
  • Venga, túmbate en el sillón de espaldas y sube las piernas, que esto te va a encantar.

Raúl miró hacia nosotros que ya no hacíamos caso a ninguno de los dos, vio que estábamos totalmente entregados el uno al otro y que los cojonazos de Diego rebotaban en los míos cada vez que mi culo se precipitaba sobre su verga. Se lo pensó apenas un segundo y enseguida hizo caso a Marc, dejando su culito expuesto. Marc no tardó nada en aprovechar ese ojete tan expuesto y lampiño y empezó a meter su lengua todo lo profunda que pudo.

  • Aaaaah! Ma-Ma-Marc…!!

Marc no respondía, tenía su lengua ocupada. No creo que Raúl hubiera tenido nunca antes una lengua en su culo por como reaccionó nada más sentir su humedad y calor dentro suyo. Esta iba entrando y saliendo de su culo a su ritmo, poco a poco, sintiendo cada milímetro de carne. De vez en cuando hacía un movimiento circular en el perímetro del ojete para después bajar por el perineo de Raúl. Luego Marc ponía la lengua todo lo estirada hacia fuera que podía y hacía un picado en el culo de Raúl, procurando que entrara el máximo de golpe. Eso hacía delirar a Raúl. El escándalo que se estaba montando en el comedor, entre los gritos y jadeos de los cuatro y los del video porno tenían que haber sido un espectáculo. Suerte que apenas eran las nueve de la noche.

Diego y yo cambiamos de posición, quedando él estirado y yo cabalgándole de frente, para poder besarle mientras su pollón me follaba. Marc, por su lado, puso los pies de Raúl sobre sus hombros y empezó a buscar su objetivo con su rabo durísimo. El capullo de su verga empezó a rozar el ano de Raúl, cosa que hacía que se estremeciera. Poco a poco, el glande de Marc iba pasando por el agujero, atreviéndose cada vez a hundirse un poco más. Estuvieron así un rato, lo que ayudó aún más a la dilatación.

  • Raúl…
  • Qué?
  • Estás listo?
  • No lo sé...

Sus caras estaban muy cerca. Se miraban a los ojos. Ambos los tenían brillantes, encendidos, como a la expectativa del momento mágico que iba a pasar. Marc sacó su lengua y lamió la nariz de Raúl

  • Qué haces?
  • Jajajaja… Yo que sé! Me apetecía...

  • Qué tonto!!

Raúl respondió el lenguetazo y lamió su barbilla aunque más lentamente de lo que lo había hecho Marc. Mientras jugaban con sus lenguas cachóndísimos Marc había dejado su polla en la entrada del culo de Raúl, solo apoyada, pero haciendo un poquito de fuerza.

  • Raúl… está a punto de entrar sola…
  • Joder, Marc, ya la noto… Uuuuuf!
  • Puedo besarte, Raúl?

Raúl no respondió. Sacó su lengua buscando los labios de Marc. Mientras con sus manos empezó a acariciar el culo de Marc, el mismo que empezó a empujar forzando que su polla entrara un poco más en su culo. Raúl empezó a gemir aunque su sonido se perdía en el beso. Marc también ayudó, apretando, aunque muy levemente, para que su polla se introdujera más.

Ya no había marcha atrás posible. Marc y Raúl se seguían besando con locura, las embestidas seguían siendo lentas pero cada vez más profundas. Los dos estaban totalmente entregados y disfrutando como nunca.

Diego y yo ya estábamos en la parte final del camino que nos iba a llevar al orgasmo. Yo no pude más y empecé a correrme. La polla de Diego me había penetrado tanto que me podía imaginar a mi próstata abrazando con ternura a su rabo. La explosión de semen embadurnó el pecho y la cara de Diego. Mientras él seguía follándome, estaba cerca de correrse, se le notaba en la cara, en lo inflada que tenía la polla, en la fuerza de sus movimientos contra mi culo. Enseguida noté como el interior de mi culo se llenaba de su lefa. Diego me besó desde que se empezó a correr hasta que su cadera, cansada pero triunfante, dejó de bombear en mi interior. Acabé abrazado a Diego, lamiendo toda la lefa que le había dejado esparcida por el cuerpo y transportándola a nuestras bocas.

Raúl y Marc continuaban follando, ahora ya de manera algo más acelerada. Parecía que el culo ya se había adaptado a su nueva amiga, la polla de Marc. Fue en ese momento cuando me di cuenta al mirarles que se estaban besando apasionadamente. Me hizo pensar que Marc estaba follando con Raúl de una manera distinta a cómo me había follado a mí. Me gustaba que lo estuvieran disfrutando tanto.

Sin embargo el beso se interrumpió cuando Marc se incorporó quedando de rodillas. Con los brazos subió el cuerpo de Raúl para que el culo quedara perfectamente a la altura de su polla. Entonces empezó a embestirlo ya con más determinación. Raúl, totalmente abrumado de placer al tener casi toda la polla de Marc dentro suyo y notar como se lo estaba follando, se llevó los dedos a la boca y a la cara, como no creyéndose que estuviera sintiendo una sensación tan maravillosa.

  • Mira estos dos, Diego.
  • Jajaja… y eso que no quería el Raulito. Míralo, parece que esté en una peli porno.
  • Ha sido todo un acierto tu idea.
  • Ya te dije que confiaras en mí.

Diego y yo seguimos acaramelados estirados en el sofá y tocándonos las pollas mirando con interés la follada que les estaba pegando Marc a Raúl.

La polla de Marc ya había alcanzado lo más profundo y Raúl se retorcía sin saber gestionar tanto gusto como sentía. Empezó entonces a sonar el ruido característico del cuerpo del follador chocando contra el follado. La cosa se aceleraba a un ritmo frenético. Raúl flipaba de placer pero Marc estaba fuera de sí. Raúl empezó a correrse sin haberse tocado la polla en ningún momento y dos segundo más tarde Marc hacía sus últimos empujones antes de desparramarse dentro de ese delicioso culo que había estrenado.

Se miraron, se sonrieron, Marc se acercó, se volvieron a besar. En ese momento empezó a sonar el teléfono de Diego. Lo cogió, miró la pantalla y, sorprendido dijo:

  • Es Toni!

Continuará...