El concurso (1)

Mi mujer quería ser la mejor folladora de toda la historia...

La idea no me gustaba, pero Alicia ya tenía su decisión tomada. Finalmente mi mujer participaría en el Campeonato de Sexo Total que se organizaba en Ibiza, en el Hotel Club Bahía, cuyo propietario era un joven alemán que soñaba con organizar la mayor bacanal de la historia y grabarla.

Yo sabía que mi mujer se dedicó al porno hacía unos cuantos años, pero nunca pensé que volviera, aunque para ella esto no era porno sino, como me dijo más tarde, un reto. Quería convertirse en la mejor folladora del mundo de todos los tiempos. Y a fe que tenía actitud y aptitud para llegar a serlo.

Alicia es un monumento de mujer. Mide 1´70 y pesa 65 kilos, con unas medidas de 100-65-95. Seguía teniendo unos pechos que desafiaban a la propia ley de la gravedad porque los conservaba totalmente enhiestos como cuando la conocí con 20 años, aunque acababa de cumplir los 32. Su culo es grande, pero levantado y firme de trabajar horas de gimnasio. Se cuida mucho, y es la envidia de todas las esposas de nuestros amigos, que siempre le preguntan que cómo se mantiene, y ella me mira y les dice que follando mucho

Y es la verdad. Porque es raro el día que Alicia y yo no follamos. Le gustan todas las prácticas sexuales, pero sobre todo meterse mis 21 cms de polla hasta la garganta y lamerme los huevos, para después metérsela por el culo y terminar comiéndose toda mi leche hasta dejarme seco. Cuando no me tiene para follar, Alicia utiliza dos consoladores de más de 30 cms penetrando su culo y su coño al mismo tiempo, incluso llegando a utilizarlos los dos en un mismo agujero. También le vuelve loca meterse unas bolas chinas doradas de 5 cms de grosor en su culo mientras se somete a una doble penetración vaginal con sus dos "niñitos" como ella llama a sus dos consoladores.

Con todo esto a mi sólo me quedaba apoyarla y estar con ella la semana del concurso en Ibiza. Por lo que pedimos en nuestros trabajos el adelanto de nuestras vacaciones y nos plantamos en el lujoso Hotel Club Bahía desde el viernes anterior a la semana del concurso, puesto que Alicia pensaba en "entrenarse" in situ.

JUEVES NOCHE

Hay que reconocer que los dos estábamos nerviosos, porque con los diez días que teníamos por delante y con lo que mi mujer quería demostrar, se tambaleaban los cimientos de nuestro matrimonio. Yo no soy celoso, pero nunca me había planteado que mi mujer se acostara con más gente y menos con mi consentimiento. Desde que dejó el porno, Alicia siempre me fue fiel y nunca me planteó historias de este tipo, hasta hoy. Pero como ya no podía hacer nada, lo mejor es dejar que transcurrieran los hechos como tuvieran que venir.

Con todo preparado para nuestro viaje, nos acostamos a dormir, pero yo no pegaba ojo y Alicia se dio cuenta, y me dijo:

  • ¿Nervioso?

  • Si, la verdad.

  • No te preocupes. Pase lo que pase, tú eres el hombre de mi vida. Sabes que me he acostado con muchos hombres y mujeres, que he hecho de casi todo en el sexo, pero lo que tú me das no me lo da nadie, y es amor. Es un amor ciego y una confianza ciega en mí demostrada día a día. Confianza que reconozco que se va a poner a prueba durante esta semana, pero sólo puedo decirte que te quiero, que estoy enamorada de ti y que eres y serás el hombre de mi vida.

De repente todas mis dudas se disiparon, y lo que quería era hacerle el amor a mi mujer con toda mi alma.

Nos besamos con mucha pasión. Alicia ya se estaba quitando la asilla de su camisón de raso negro, mientras yo me desprendía de mi pantalón de pijama azul oscuro. Bajé mi boca a la altura de su pezón derecho y se lo chupé, se lo lamí, se lo besé. Alicia suspiraba ahogando un grito de placer y metía su mano debajo de las sábanas cogiendo mi poya con su mano empezando a meneármela. Lanzamos las sábanas al suelo, y ella subiéndose a cuatro patas encima mío se comió toda mi poya, entrándole buena parte en la garganta, mientras yo le abría su hambriento coñito dándole con mi lengua, metiéndosela profundo y arrancándole suspiros de un placer extremo.

Tomé la iniciativa, y empujándola sobre la cama le puse sus piernas sobre mis hombros, abriéndola mucho para enterrar mi poya en su ya húmedo coño. Alicia gritó al sentirse penetrada, pero me pedía más y más, acelerando mis movimientos y levantando su pelvis para sentirla más adentro todavía. Con un movimiento brusco la giré y la puse en cuatro, ensalivándome dos dedos para abrirle un poco el culo y follarla. Ella metió la cara sobre la almohada y la mordió, mientras le entraban mis 21 cms de poya lentamente hasta hacer tope con los huevos. Luego empecé un mete y saca muy lento al principio para irlo acelerando hasta arrancar a Alicia uno de sus orgasmos múltiples. Encadenó tres orgasmos consecutivos, al tiempo que yo se la sacaba para metérsela ella en la boca y tragándose toda la leche me sonríe y me besa.

CONTINUARÁ