El concierto, la venganza (1)
Concierto y venganza de una ex.
El Concierto
Hace no demasiado tiempo fui con un amigo a un concierto a la capital. Era la reaparición de un gran grupo y a nosotros nos encantaba.
A las seis de la tarde ya estábamos delante de las puertas del pabellón esperando, aunque el concierto no empezaba hasta las diez. A esas horas ya estaban los aledaños hasta la bandera de gente.
Estando en la cola mi amiguete vio a lo lejos a su ex con un tipejo que llevaba unas pintas bastante lamentables. No hacía mucho que lo habían dejado y el pobre estaba hecho polvo. Yo intenté animarle diciendo que la mandase a la mierda y que se fijase en la cantidad de tías buenas que había por allí, que por cierto eran muchas. Él no me hizo ni caso y se quedó un buen rato embobado, imagino que pensando en el tiempo que había pasado con aquella chica.
Abrieron las puertas a eso de las ocho y allá que fuimos todos a coger el mejor sitio posible. Es curioso, pero entre tanta gente fuimos a toparnos con unos colegas de la facultad de mi amigo. Eran un grupo bastante numeroso, por lo que no tuvimos demasiados problemas para hacernos un hueco en un buen sitio y con cierto espacio para nosotros.
Los teloneros que salieron a escena no eran malos, pero nuestra impaciencia hacía que pidiésemos que se fuesen rapidito. En ello estaban cuando decidí que era el momento adecuado para ir al baño antes del gran espectáculo. Se lo dije a mi colega para que no se extrañase si no me veía por allí en un rato. Me encaminé al baño y en el camino pude ver que había mucha gente con un pedo encima de dimensiones preocupantes, y entre esa gente una piva con un culo de impresión. Andaba delante de mí con una falda larga pero relativamente fina y una camiseta de tirantes sin sujetador. Esa camiseta iba bien tirante, lo que indicaba que un buen par de tetas retaban el aguante del algodón. De repente la tía empezó a decirle a todos los tíos que se cruzaba que la chupaba de puta madre y que si querían echar un polvo. Le daba igual que fueran solos o con sus respectivas novias, con lo que casi se gana una par de guantazos. Lo interesante del tema fue que reconocí la voz. Aunque no la había visto más que un par de veces fui capaz de reconocer a la ex de mi amigo.
"Así que quieres guerra eh!?" pensé, "pues te la vamos a dar"
Me di la vuelta y fui tan deprisa como pude a buscar mi colega. Tuve que esquivar más de una pota y más de una parejita comiéndose las amígdalas, pero cuando llegué y le dije a mi amigo lo que había visto mereció la pena. Se le puso cara de venganza y a mi se me ocurrieron varias cosas para lograrla.
Mi colega fue directo al baño y yo me fui a buscar a su ex antes de que algún otro se me adelantase. No fue así. Ella se había sentado con las piernas cruzadas y echándose un poco hacia delante, con lo que pude comprobar que sí, tenía las dos tetas que tiran más que dos carretas. Cuando me acerqué ella no me reconoció y me propuso lo que a los demás. No dije nada, simplemente la levante y la llevé hacia el baño. No estaba lejos, pero por el camino me acarició la polla por encima del pantalón en un par de ocasiones, con lo que me fue calentando.
Al llegar a la puerta, y como convine con mi amigo, la apoyé contra el quicio y empecé a morrearme con ella. Mi amigo comprobó así que la tía era una zorra y que era mejor olvidarse de ella, pero antes debía escarmentar.
Por el rabillo del ojo vi como mi amigo se metía en el último de los retretes cerrados. Me froté un poco con la piva para ponerla bien cachonda, y parece que lo conseguí, porque los pezones se le pusieron bien duros como denotaban los dos bultitos de su camiseta. Ella olía y sabía a cerveza que tiraba para atrás, pero había metido su mano por la cintura de mis pantalones y me había tocado con bastante maestría la polla.
Vamos al último retrete - le dije al oído.
No tardó ni medio segundo en girarse cogerme el paquete y tirar hacia allí.
Cuando estaba a punto de entrar la retuve un segundo, la cogí los dos brazos por la espalda y la empujé hacia adentro.
Mi colega se había pajeado un poco y ya tenía los pantalones por los tobillos y la polla firme para presentar batalla.
Se sorprendió mucho de ver a un tío con la polla tiesa dentro del retrete, pero más lo hizo cuando se dio cuenta de quién era.
Antes de que pudiera decir, nada mi amigo le cogió de la cabeza y le metió la polla hasta el fondo de su boquita.
Yo le sujetaba los brazos para que no se resistiese, pero apenas hizo un par de forcejeos y enseguida se estuvo quieta. Quieta con los brazos porque con la boca comenzó a sorberle la vida a mi amigo que no hacía más que repetir "chúpamela chúpamela"
Viendo que la podía soltar y que a mi se me estaba poniendo como un palo decidí levantarle la falda a ver qué había por allí. Y me encontré un culo fabuloso y un tanga de esos de cordoncito extremadamente fino. Le metí un par de dedos en su rajita, momento en el que se saco la polla de mi amigo de la boca para gemir un poco, pero éste se la volvió a meter rápidamente y siguió follándosela por la boca.
Giré la mano de tal forma que pudiese mantener los dos dedos dentro y a la vez meterle el gordo por el culo. Ahí si que gimió como una perra.
"¡Parece que a tu ex le gusta que le den por el culo!" le dije a mi colega
"Pues métesela" me contestó
En ese momento ella intentó revolverse, pero antes de que pudiese hacerlo yo la había sujetado fuertemente de las caderas y mi amigo de la cabeza. Coloqué la punta delante del orificio, pero pensé que sería mejor lubricarse un poco antes con su coñito. Me restregué la polla por su raja que estaba totalmente empapada, pero noté que algo me rozaba y no eran precisamente sus pelos porque resulta que llevaba los bajos bien depilados, como las actrices porno. Me fijé y resultó ser el hilillo del tanga. Molesto, lo cogí y lo arranqué de un tirón.
Eso parece que le gustó por que murmuró algo que no pude entender, pero que por como puso el culo en pompa pude interpretar fácilmente.
Ahora se iba a enterar. Le rocé ligeramente el clítoris con la polla e inmediatamente se la metí en el culo todo lo profundo que pude.
Ella gritó, y con ese grito di el segundo empujón, y con ese mis huevos chocaron con su coñito. Entonces empecé a bombear, al principio rápido. Luego paré. Mi amigo aprovechó para sentarse delante de ella y comerle las tetas ricas que tenía. Con eso empezó a disfrutar y yo la penetré más lentamente. Metiendo y sacando toda la polla en su agujero. Ella estaba disfrutando como la perra que era. Aceleré un poco y ella se retorcía por las embestidas y por los mordiscos que le daba mi amigo en los pezones. Le toqué el clítoris para ver como estaba y con ello se estremeció entera y se corrió.
Mi amigo le toco el chocho y me dijo que estaba más mojada que nunca. Se cogió la polla la colocó en el agujero libre y se la metió de un solo golpe. Otro grito por su parte.
"Esto es lo que te mereces zorra!" le dijo mi amigo
Empezó a todo trapo, tanto que yo no podía aguantar a ese ritmo y se la saqué del culo, lugar que inmediatamente ocuparon dos dedos de mi colega.
Yo me puse a un lado de ambos y le dije a la piva:
"Demuéstrame eso que decías antes, que la chupabas de miedo"
Ella me engulló la polla hasta donde pudo y subía y bajaba al ritmo de las embestidas de mi colega. Realmente la chupaba muy bien.
Mi amigo aceleró aún más y se corrió dentro de su conchita. Ella se bajó como si nada hubiera pasado y se arrodilló ante mí. Se metió mi polla en la boca de nuevo y me hizo la mejor mamada de la historia. Estaba a punto de correrme cuando ella se debió dar cuenta y dejo de chupar para hacerme una cubana. El cambio lo hizo con la suficiente calma como para que se me pasase un poco y pudiese aguantar más.
Muy buenas tetas también. Era una autentica fiera. Mi amigo le tocaba el chochito mientras me hacía eso, pero yo quería más. Así que la levanté le hice que se sentara sobre mi estaca. Hasta el fondo de una sola vez. Soltó un gemido largo y comenzó a cabalgarme. Arriba abajo, arriba abajo, arriba abajo sin parar.
Estaba que explotaba y mi amigo también, que parecía que con la visión se había reanimado. Se estaba pajeando y le vi las intenciones, así que cuando noté que me iba a correr se la saqué y la puse de rodillas frente a ambos. Yo me corrí primero y lo hice en su boca. Lo debía estar deseando porque la abrió bien y se tragó todo lo que cayó dentro, ya que parte le dio en la cara.
Me la estaba limpiando con la lengua cuando mi amigo vino a poner su parte. Él se lo echó por las tetas y se las dejó pringando. Ella se lo restregó bien entre ambas y se pasó su polla por encima de los pezones.
"¿Qué te ha parecido? ¿eh zorra?"
"Muy bien chicos, os habéis portado"
"Pues si no quieres que tus padres vean lo zorra que eres vas a tener que satisfacernos cuando nosotros lo digamos y como nosotros queramos" dijo mi amigo
"Que gilipollez, no se como vais a "
Se le quedó la palabra en la garganta cuando se dio cuenta que mi amigo había colocado la cámara de foros que traía para el concierto, colgando de la puerta y lo había grabado todo.
"Parece que si que podemos ¿eh zorrita? Así que cuando acabe el concierto nos vas a esperar en la boca de metro que todavía tenemos cosas por hacerte"