El concierto.

Por culpa de mis colegas, el concierto pasó a segundo plano.. (Contiene No consentido, Dominación, Trios...)

Era el día esperado después de meses. Me encontraba por fin en la cola del Martin Carpena con tres amigos míos esperando para entrar al concierto del Barrio.

La noche era fría, pero con tantísima gente aglomerada el calor se hacía mas y mas intenso, empezaba a costar respirar incluso. Por fin entramos y empezamos a abrirnos paso entre la multitud para buscar un buen sitio, parecía imposible caminar, la marea de gente era espectacular. Decidimos quedarnos por medio, lo justo para poder ver bien el show, sin tener que escurrirnos entre tanta gente.

Empezó el concierto y estábamos muy motivados, entre los cubatas que nos tomamos en el coche, y unos cuantos porros, entramos de lo más crecidos.

Como era de esperar, el concierto era lo importante esa noche, pero algo empezó a dejarlo especialmente en segundo plano. Mirando a mis colegas vi que tenían las miradas puestas en otro sitio. Fue seguir sus miradas y entenderlo todo. Frente a nosotros se encontraban dos chicas que llamaban profundamente la atención. Por los cuerpazos que tenían, y por la ropa que llevaban, iban provocando claramente.

Una era bajita, con el pelo muy largo, unas piernas preciosas con los gemelos bien marcados, se notaba que se cuidaba. Llevaba una camiseta de tirante blanca con un escote bastante bestia, parecía que se le fueran a salir en cualquier momento. Conjuntaba la camiseta con una minifalda rosa, muy corta con unas medias casi transparentes, y unos zapatos con un taconazo altísimo. Espectacular.

La compañera era rubia, llevaba una camiseta anchita sin escote pero se podía aprecias que también tenía buenas tetas, cada vez que botaba se podía apreciar claramente, debajo llevaba un pantalón cortísimo que tapaba de milagro el culo, también tenía unas piernas muy guapas, acompañadas de unas botas muy chulas. Estaban buenísimas.

El concierto cada vez importaba menos e inconscientemente mis colegas y yo nos encontrábamos cada vez mas cerca de las dos chicas.

Nunca había visto así a mis colegas, David siempre fue un chaval de lo mas cortado y verlo todo ansias pegándose a trompicones con la morena me di cuenta de lo mucho que habíamos abusado de los cubatas. Pero lo que mas me sorprendió fue ver a Miguel y Damián, pegándose descaradamente a la rubia. Los dos con novias, y verlos tan babosos me sorprendió. Que cabrones.

Las chavalas conforme notaban a mis colegas tan pegados se apartaban un poco, mirando de reojo y sonriendo, creyendo que era algo normal, esos frotes o empujones que suele recibir todo el mundo en medio de un concierto, pero lo cierto es que mis colegas ya no estaban en el concierto, no en sus cabezas.

Así estuvieron rato largo y sin saber que hacer, pues yo también quería parte de mi pastel, pero al igual que David, yo era de lo mas cortado, por lo menos con la primera toma de contacto. David como era normal en el no iba a ser capaz de lanzarse y torpemente se insinuaba a la morena, arisca totalmente. No tardo en apartar las manos de David de sus caderas, cosa que le cortó en seco y desistió en el asedio. Ahí pude comprobar dos cosas; Que la chica tenía carácter, y la carita tan bonita que tenia. Ojazos pintaditos, y unos mofletitos que daban ganas de mordérselo. Noté algo en mi interior, me encantaba.

David se puso a mi lado a ver y oír el concierto, con el rollo cortado y la mirada perdida. Yo tomé su lugar en ese momento. Aún no se por que iba tan confiado y no era consciente que como me rechazara al igual que a mi compañero, mi autoestima iba a dar el bajonazo de mi vida, odio que me rechacen.

Me pegué a ella disimuladamente, sin dejar de mirar el concierto para disimular. Que bien olía!

La chavala me miró un par de veces de reojo y joder, que mirada más penetrante. Segundos después estaba pegada a mí, cosa que me sorprendió pero que aproveche a mi manera. Mis manos ya se encontraban en su cintura.

Giré mi mirada sin soltarla, y mis colegas no estaban perdiendo el tiempo tampoco. Entre risas se turnaban y se frotaban con la rubia, la cual no se le notaba entregada, pero si se le notaba consciente de lo que estaba pasando y por su cara diría que no estaba disfrutando con ello, se sentía incomoda.

Damián era el que se veía más motivado, era un tío altísimo, 1,90 de altura. Podía ver como agarraba el culo de la chica sin disimular, mirando a Miguel y riendo a carcajadas. La chica intentaba apartar su mano, pero predominaban las manazas de Damián, y ella por no llamar la atención tampoco se esforzaba mucho, parecía de lo mas vergonzosa.

Decidí hacer lo mismo con la morena que tenia pegada a mí, y no obtuve negativas, así que empecé a palpar ese culo sobre la minifalda a mi antojo. Joder como me estaba poniendo, notaba mi polla haciendo presión contra mi vaquero, sentía que me estallaba. La chica solo se contoneaba y me miraba de reojo.

Damián por lo contrario continuaba su acoso con la rubia, esta vez ya pegada contra el, mientras notaba una de sus manos sobre su culo, y la otra mano agarrándole fuerte uno de los pechos. La chica intentaba zafarse pero algo le dijo Damián al oído que hizo que desistiera.

Miguel aprovecho el descaro de Damián para acercarse y agarrar el otro pecho sobre la ropa, se los estrujaban como si no hubieran tocado unas tetas en su vida.

La morena se percató de ello y separándose de mí, fue directa a mis dos compañeros y con todo el mosqueo del mundo los apartó de un empujón diciéndoles que la soltaran, entro muchos tantos insultos. Pero fue en balde puesto que Damián, era mucho mas grande y de un fuerte empujón la apartó diciéndole que se callara. Poco tardaron en acercarse dos tipos de seguridad que sin tiempo a reacción, cogieron a Damián y Miguel y se los llevaron del recinto.

David y yo nos hacíamos los locos como si no los conociéramos y cuando pasó la tempestad, y vi a las chicas otra vez en su salsa, me acerqué a la morena de nuevo, la cogí del pelo y la cintura y le susurre que iba a pagar caro haber hecho que echaran a mis colegas. Tenía carácter, pero nada de fuerza por lo que todos sus intentos de zafarse no le servían de nada.

Sujeté con una mano su cuello y con la otra metí mi mano bajo su falda, sobando bien ese culo. Lo apretaba con fuerza, en ese momento sentí que era mío. No dejaba de moverse, pero intenté ser mas autoritario agarrándola mas fuerte. Me tenía durísimo. La rubia nos miraba de reojo pero no hacia ni decía nada, no quería mas problemas, pero no iba a pasar por alto tener al lado a una chica tan inocente (o eso parecía) y no aprovecharlo. La coci de la mano y pegándola contra la morena, agarré también su pelo con fuerza, las tenia cogidas con fuerza, y sacando todos mis instintos las acerqué bruscamente sus caras, sus bocas ordenándoles que se las comiesen, la morena se negaba, y la rubia miraba fijamente la boca de su compañera sin saber que hacer, solo me bastó hacer un poco de fuerza sobre la rubia para ver como sus labios se juntaban y se comían las bocas. Que morbo me dio ver tal cosa joder, y yo tenía el control. Pareció gustarles pues se besaban con tanta gana, que pude soltar sus melenas y seguían haciéndolo. Aproveche la ocasión, la rápidamente meter mis manos bajo la minifalda de la morena y sin darle tiempo a reaccionar, rasgué sus medias unos centímetros. Sobresaltada dejo de besar a su amiga, pero agarrándola bien del culo acerqué mi boca a la suya y se la comí con ansias. No se esperó ni una cosa, ni otra, pero tampoco se apartó, sumisamente correspondió mi beso moviendo su lengua dentro de mi boca.

Sin dejar de besarla estiré mi mano lo justo para agarrar a la rubia del pantaloncito y atrayéndola contra nosotros, metí mi mano dentro con rapidez. Llevaba una braguita brasilenha que poco cubría por lo que pude palpar bastante bien ese culazo. Dejé de besar a una solamente para hacerlo con la otra, sin soltar sus culos con fuerza, en esos momentos me pertenecían.

  • Besaros, zorras, fue todo lo que dije en ese rato que parecían horas, estaba en mi salsa.

  • Como os llamáis? Les pregunté minutos después a lo que me contestaron que se llamaban Gloria (la morena) y Gema (la rubia). Seguidamente siguieron comiéndose las bocas mirándome de reojo.

David seguía a mi lado embobadisimo por lo que estaba haciendo, no se lo creía. Pero no quería hacer nada después del corte que se había llevado un rato antes.

Mis dedos empezaban a hurgar por un costado del tanga de Gloria, mientras que mi otra mano empezaba a introducirse bajo la braguita de Gema.

Gloria mas atrevida dio un paso mas y sin dejar de comerle la boca a su compañera, empezó a sobarme la polla sobre el vaquero. Nada mas palparla, y notarla como un barrote de acero pude comprobar como mordía el labio de Gema con fuerza, me dolía solo de verlo pero se dejaba hacer como si nada.

No tardé en introducir dos dedos de cada mano en sus coños, y moviéndolos al unísono apreciaba como les temblaban las piernas. Cuando notaba que una estaba a punto, paraba y seguía con la otra, cuando la otra estaba a punto paraba, y seguía con la anterior, así una y otra vez, hasta que saqué las manos sin previo aviso y pude verlas mirándome incrédulas. Me giré y acercándole a mi colega le dije que ahora volvía. Pasé de largo y me fui entre la multitud dirección a la salida. Os juro que algo dentro de mi me decía que las dos zorras venían tras de mí, y eso me encantaba. No me equivocaba, pues apenas había cruzado medio recinto, noté una mano sujetando la mía con fuerza. Me giré, vi a Gloria sonriéndome y a Gema tras de ella con el mismo gesto. Sin soltar esa mano un solo segundo, salí de allí, no me importaba el concierto, ni lo mucho que llevaba esperándolo. Salimos de allí y me las llevé camino del coche.

  • Entrad, les dije nada mas llegar al sitio. Nos sentamos en los asientos traseros, y situándome en medio, les invité a hacerse algún cubata con el alcohol y refrescos que tenía en el coche.

Pasamos un buen rato bebiendo y fumando hasta que me animé a sacar mi vena dominante.

  • Quítate el tanga, le dije a Gloria.

  • Tu dame el pantalón le exigí a Gema.

Las dos obedecieron al instante, que facilidad, y cuanta entrega.

Parecía que estaban deseando que se lo ordenara pues no tardaron prácticamente segundos en dejar caer el tanga y el pantalón a mis pies.

  • Desabróchame el pantalón, le ordené a Gema, mientras besaba a Gloria con todas mis ganas. Paraba de vez en cuando para besar a Gema, y volver a dejarla desabrochando mi pantalón y sobarme la polla sobre el.

  • Ponte en pompa un segundo, le dije a Gloria.

Acto seguido sujeté sus medias con fuerza y las rasgué con tantas ganas que terminaron destrozadas en mis manos por tres o cuatro partes distintas. Ahora era mucho mas cómodo tocarla y palpar esas piernas.

Gema ahora sobaba mi polla sobre mi bóxer. Al ser blanco se marcaba bien lo gorda que me la estaban poniendo, al igual que se veían las manchas de las gotazas que me sacaban con tanto sobeteo.

Bájame el pantalón y el bóxer, con cuidado. Volví a exigirla. Lo hizo ansiosa y nerviosa, Gloria me tocaba el pecho bajo la camiseta, la tenia caliente y me daba gustazo. Estaba sentada de lado, por lo que mi mano sobaba ese culazo sin parar. Estaba tan excitado que le di un azote por instinto, a lo que Gloria contesto con un:

– Gracias. Me sorprendió, y lógicamente no dejé de soltarle cachetazos a ratos.

Notaba las manos de Gema bajar mi bóxer despacio, fijamente miraba como iba descubriendo mi verga, bien gorda y dura. Sujeté su pelo y con propiedad acerqué su cara contra mi polla, y le ordené que me lo quitará todo, pero sin apartarse de mi polla. Notaba su nariz pegada al tronco de mi polla y sus labios contra mis huevos. Cogí la mano de Gloria y dirigiéndola a mi polla le marqué un vaivén, el cual quería que hiciese ella solita y así fue. Al momento estaba con Gloria pajeándome, y Gema con su cara contra mis huevos mientras terminaba de desatarme las zapatillas, me quitaba el pantalón y dejaba mi bóxer caer al suelo.

En ese momento me sentía enorme, por un momento me despreocupé y relajado cogí el cubata las dejé hacer solas. Gloria pajeaba poniéndome saliva, y Gema lamia mis huevos con ansias.

Me bastó un gesto tan solo para que Gloria bajase a hacer compañía a su amiga y así empezaron ambas a pasearse mi polla de una a otra. Tenía que decirles que lo hiciesen mas despacio pues no quería correrme tan pronto, y es que cuando rozaban sus lenguas sobre mi polla, me daban espasmos.

Se besaban y seguían lamiendo.

  • Sois unas zorras, me encanta. Y esta noche sois mías. Les decía, mientras me retorcía de placer.

  • Gracias y si, somos tuyas me dijo Gloria mientras Gema asentía sonriente.

Sujete a Gloria con fuerza y atrayéndola contra mi la senté encima y sin darle tiempo ni a acomodarse, la senté de golpe contra mi polla. Un pequeño grito salió de su boca, seguidamente gemidos y sus ojos cerrados mientras se movía sobre mi. Quité su camiseta y su sujetador, dejándola sobre mi tan solo con la faldita a modo de cinturón y sus taconazos puestos.

  • Desnúdate, despacio, le pedí a Gema.

Sobaba un cuerpazo, mientras empezaba a ver otro a mi lado al desnudo. Me parecían perfectas, cuerpos de lo mas guapos, coños rasurados y eran mías en ese momento. Ordené a Gema abrirse de piernas y la masturbaba mientras me follaba a Gloria. Parecía que estaban conectadas, conforme una gemía, la otra la igualaba, por lo que en ese momento eso era un festival de gemidos.

  • Levanta, le dije a Gloria separándola y haciendo que se sentase a mi lado.

Puse a gema de lado en los asientos, y subiendo sus piernas a mis hombros la embestí con rabia. La penetraba con fuerza, que notase mis huevos chocar contra ella. Gloria por el contrario de puso tras de mi y pegando sus tetas a mi espalda empezaba a sobarme el pecho, la espalda, el culo, no dejaba de sobármelo. Sin mandárselo ni pensarlo si quiera, se tumbo tras de mi como pudo y empezó a lamérmelo, y a pasar sus labios por mis huevos cada vez que salía del interior de Gema. Tuve que volver a parar por que a ese ritmo se me iba a escapar y quería mas y mas.

Saliendo del interior de gema, cogí a gloria y poniéndola sobre su amiga, a gatas empecé a follármela tal cual, la hacía agacharse para que frotasen sus tetas y les ordenaba que se besaran. Pedazo de tetas tenían…

Gloria masturbaba a Gema, sin dejar de besarla mientras yo me follaba su estrecho coñito, la cogía del pelo enredándolo bien en mi mano y la embestía dando golpes secos.

Perdiendo la noción del tiempo miré tras el cristal y veía gente pasar por nuestro lado, el concierto acababa de terminar. Teníamos que acabar antes de que vinieran mis colegas para irnos. Volví a sentarme y agarrando sus melenas con las manos de nuevo, las hice mamármela de una en una, bueno, mas que mamármela, les follaba las bocas. Les ordenaba abrir bien las bocas y estarse quietas, yo hacia el resto. Notaba sus babas caer por mis huevos, por mis ingles, por el culo, empapando así el asiento. No paré hasta ver sus ojos lagrimosos, ambas tenían la pintura de ojos corridas por los mofletes, cosa que me ponía más. No dudé en coger el móvil y hacer fotos de lo que estaba ocurriendo, quien sabe si volvería a repetirlo en mi vida.

  • Pajeame como antes, zorra. Le dije a Gloria.

Y pegando la cabeza de gema contra mi vientre le hice entender que es lo que quería. Gloria pajeaba con saña, deseaba pringar la cara de su amiga con una buena lefada.

  • Saca la lengua, le dije a Gema, y tu da mas rápido joder, le dije a Gloria. La tenia al máximo, me temblaban las piernas y las venas de la polla se me hinchaban por momentos. Notar a Gema respirar excitada sobre mi vientre, y ver a Gloria mirarme y mirar mi polla relamiéndose y morderse el labio era lo mas. Joder que carita…

Unas cuantas sacudidas mas y empecé a escupir todo lo que tenía acumulado en los huevos, chorros y chorros se estrellaron contra la cara de Gema, en los mofletes, lengua, frente, en mi vientre, y empapando la mano de mi pajeadora.

  • Lámele la cara le exigí a Gloria, mientras yo me vestía.

Cuando ya vi su cara brillante, tan solo por la saliva de Gloria, les dije que se vistieran.

  • Vestiros. Ah! Y esto me lo quedo, de recuerdo. Dije guardándome como trofeos las bragas y el tanga de ambas.

Estaban a punto de terminar cuando vi fuera a mis tres colegas.

  • Dadme vuestros teléfonos. Quiero que quedemos pronto.

Salimos del coche, y mis colegas me miraron ilusos por lo que acababan de ver, no se lo creían.

Los sonreía, y acercándolas a mi, le comí la boca a una, después a la otra. Y susurré en sus oídos:

  • Pronto tendréis noticias mías, zorritas. Voy a hacer que pidáis perdón a mis colegas, y espero que me dejéis en buen lugar.

Volvía a estar muy seguro de mi mismo, quien me decía a mi que iba a volver a verlas? Pero mi intuición me decía que iban a ser mías por mucho tiempo.

Continuará..?

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