El compadre nos visita
Recibímos una llamada telefonica de Paty. Nos pedía un favor que Pepe su esposo se follara a mi mujer.
El compadre nos visita.
Desde el último encuentro con Pepe ha pasado más de un mes, pero nos llaman frecuentemente para saludarnos, una noche recibimos una llamada de Pepe, y me preguntaba como estaba mi esposa, le contesté que buenísima. Le pregunté por Paty y me dijo que muy panzona que le faltaba muy poco para dar a luz. Me suplicaba que le urgía otro encuentro con Mari que estaba muy caliente. Y ¿ya le pediste permiso a Paty? Sí claro me contestó, es más Te la pongo en la línea para que hables con ella.
Bueno; hola Paty como estás;
bien gorda, aquí soportando a tú compadrito que anda más caliente que un comal, y quiere saber si mi comadrita le puede hacer un "favor." En cuanto me encuentre en condiciones, me va a dar mucho gusto pagártelos al doble y con réditos, para ver la cara de Pepe que me quiere ver en acción contigo.
Al oír esas palabras, y saber que Pepe la estaba escuchando de inmediato se me paró. Le contesté; pues yo también estoy como plancha esperando que llegue ese día querida comadrita, te mando un beso y te comunico con Mari. Le pasé la bocina a mi mujer.
Hola amiga: ¿Cómo estás? ¿Cómo te has sentido?
Afortunadamente todo va de maravilla, solo que no encuentro postura con la panza que tengo, pero por lo demás todo marcha bien. Al que ya no aguanto es a tú compadrito, que anda más caliente que un bote de tamales, y me la quiere dejar ir por atrás, pero quien lo aguanta con ese sombrero de charro que porta.-
Ja, ja . ¿Te lo dijo?; que parecía que en la cabeza de su polla tenía sombrero de charro. Esta tremendo tú esposo, parece que cuando llego a la repartición de pollas se equivocaron con él y le pusieron una de un negro, ja, ja, ja.
Bueno comadre quisiera pedirles un favor a los dos, que si se pueden encargar de Pepe este fin de semana, él se ha portado muy bien y me ha insistido que hablara con ustedes, y dile a mi compadrito que espero muy pronto poderles corresponder a todos sus favores. -
Mientras Mari hablaba, yo escuchaba todo lo que Paty le decía, y le acariciaba sus nalgas por debajo de su falda, sus pantaletitas se le estaban mojando, separaba sus piernas para darme más acceso. Mari le contestaba:
Con todo gusto comadrita, para nosotros es todo un placer atender a Pepe, dile que el sábado lo esperamos, ponlo en la línea para que se ponga de acuerdo con mi marido, me ha dado mucho gusto saludarte y cuídate mucho, te mandamos muchos besos . Tú acomódalos donde gustes, bay.
Que pasó compadre, que te has portado bien y quieres que Mari te de tú recompensa ¿verdad? (ahora Mari es la que escuchaba y me pajeaba, mientras le rozaba un dedo en su coñito) No hay problema que te parece si nos vemos el sábado. Mari dice que te va a recibir con las piernas abiertas, no perdón . Con los brazos abiertos. Pepe reía nerviosamente y exclamaba:
Ya ni me digas que me voy a correr, pues tú comadrita te está escuchando y me está haciendo una paja riquísima. Espero llegar al medio día los invito a comer. No lo puedo creer me muero de ganas de ver a Mari . Perdón, de verlos a los dos.-
Se nos salían gemiditos, pues mi mujer me estaba dando una mamada riquísima y le decía a Pepe; haber que escuchas; le acercaba el teléfono a la boca de Mari para que escuchara los gemidos y los chupetes que me daba, diciendo ella con una voz muy melosa; estoy muy caliente, quiero que me la metas. Pepe me indicaba;
cuenta todo lo que están haciendo ..Por que Paty esta como nunca, ¡me la está mamando! Dice que es lo primero que te va hacer.-
Me senté en un sillón con mis pantalones a la rodilla, y Mari se arrancó las pantaletas, subió su falda a la cintura y se sentaba encima de mi polla de espaldas a mi, le veía sus nalgas como devoraban mi verga subiendo y bajando por todo mi palo retorciendo sus nalgas, luego se recargaba sobre mí besando mi cuello, y le decía a Pepe jadiando;
nos estamos dando una cogida riquísima a tú salud, me estoy viniendo pensando en tú vergota, haag.-
Pepe con voz entrecortada nos decía;
pues aquí Paty no se queda atrás, me está dando una mamada de campeonato haagg que rico se la traga toda estoy a punto de ¡hay me estoy corriendo! Y bajaba la bocina para que escuchara los chupetones y gemidos de Paty.
Mi esposa estaba súper caliente, escuchando los comentarios de nuestros amigos, le ponía un dedo en su boca y lo mamaba como si fuera otra polla, tenía otro orgasmo fue demasiado para mi, jadiando le llenaba de leche su coñito, y le indicaba a Pepe este polvo se lo dediqué a Paty.
Bueno Pepe entonces te esperamos el sábado, no contrates hotel te quedas en la casa vamos a mandar a nuestros hijos a casa de los abuelos, salúdanos mucho a tú esposa. Y que calientes son, nada más de oírlos nos hicieron pegarnos un polvo.
Pasaron los días nos portamos bien para recargar baterías, al fin llegó el sábado Mari y yo estábamos bastante calientes, pues toda la mañana traje medio parada la polla, escogí la ropa interior de mi esposa que solo consistía en una tanguita de encaje y un micro sujetador también de encaje negro con una minifalda azul claro, un yérsey en color negro y unas sandalias de cintas largas que se ajustaban maravillosamente a sus pantorrillas, perfectamente maquillada con su pelo recogido y un exquisito perfume.
A las dos de la tarde estaba llegando Pepe, nos saludaba efusivamente barriendo con su mirada a mi esposa de arriba abajo y besándole las mejillas. Corrió a su auto y bajó un arreglo floral para Mari y una botella de buen tequila para mí. Le dije pasa vamos a tomar una cerveza, mientras Mari le ponía agua a las flores y preparaba algo de botana, yo servía tres tarros bien helados de cerveza, nos acomodábamos en la sala a platicar, cada vez que Mari pasaba se le iban los ojos a las nalgas sin parpadear, e interrumpía la plática, yo le decía; "quieto Nerón" que para todos hay. Apenándose volvíamos a la plática. En eso entra mi esposa con la botana y la ponía en la mesa de centro al agacharse su faldita dejaba ver la parte baja de sus sonrosadas nalgas, a Pepe se le salían los ojos, y le decía;
que guapa estás, ¿no podrías dar una vuelta lenta para verte bien?
Mari giraba lentamente posando como modelo, y luego se sentaba en un sillón frente a nosotros cruzando sus piernas, me levante por más cervezas y traje la botella de tequila con unas copas dobles y las llené, brindamos por el futuro ahijado, y Pepe más desinhibido empezó a platicar del calentón que nos dimos los cuatro por teléfono, que Paty a pesar de que está embarazada, se puso muy caliente pensando que le estaba mamando la polla a su compadrito, (o sea yo) que eso de la calentura no se le había dado desde hace como cuatro meses, y el imaginar a su esposa mamando mi verga hizo que él se corriera rápidamente.
La plática estaba subiendo de tono, y serví otra ronda de tequilas, mi esposa cambiaba la postura de sus piernas cruzando sus piernas en forma inversa dando un flash de su tanga, y Pepe no le perdía detalle, mirando con deleite las piernas. Le pregunté a mi amigo que sí no estaba arrepentido de que yo me cogiera a su mujer, y para mi sorpresa me contestó;
se me hace largo el tiempo para que cojas con Paty, nunca habíamos estado tan enamorados y deseosos los dos de estar con ustedes, los invito a mi casa, la próxima semana y cuando menos quiero ver que te de una mamadita, eso me calienta mucho. Pero más me calienta ver de nuevo a mi comadrita, está buenísima, ¿te podrías poner de pié y dar otra vuelta lenta?
Le dije a Mi esposa dale gusto al compadre; entonces ella se levantó y respingando sus nalgas y sacando sus pechos giraba lentamente, Pepe aullaba y aplaudía. Mi amigo exclamaba;
¿no podrías hacer lo mismo pero ahora levantando tú falda?
Mari se puso de espaldas a nosotros, empezó agachándose cachóndamente con las piernas separadas y rectas acariciando sus piernas desde sus pantorrillas hasta sus muslos, subiendo su falda lentamente dejando expuestas sus nalgas, que solo pasaba por el centro el hilillo de su tanguita, giró muy lentamente mostrando el chipote de su pelvis, enseñando los cachetes de su panochita a través de los encajes de su tanguita, después de darnos un buen show, soltó su falda, se sentó y nos dijo;
bueno ahora les toca ustedes. Pónganse de pie y den una vueltecita.
Pepe y yo nos pusimos de pie con un gran bulto en nuestros pantalones, ella corría su lengua por sus labios y sonreía, el caliente de Pepe se acerca a ella y le modelaba su bulto, Mari se lo acariciaba por arriba del pantalón, Pepe abre su bragueta y saca su verga venosa, café oscura con la cabezota mojada de color rosa derramando líquidos, le brincaba pues tenía punzadas, luego corría el prepucio lentamente de arriba a bajo, al pelársela toda parecía la cabeza hinchada de una cobra, él bailaba y se la acercaba a la cara de mi mujer.
Mari no resistió y acercó su cara a la verga de mi amigo, la tomó con su mano y se embarraba sus mejillas y labios con los líquidos que salían, abrió lo más que pudo su boca y lentamente le daba cabida a toda su cabezota con todo y sombrero de charro, su boca se llenaba al máximo aspiraba con todo, sobrepasando su garganta, mientras yo jalé sus nalgas a la orilla del sillón, me metí entre sus piernas le sacaba su falda y su tanguita, mamaba con todas mis fuerzas, su clítoris le sobresalía como dos centímetros de su puchita, se lo chupaba con mis labios como si fuera una pollita, metía mí lengua desde su culito hasta lo más profundo de su coño, atragantándome con sus riquísimos, jugos pues tenía un orgasmo monumental. Cuando levante mi vista, Pepe le había quitado su yérsey y sujetador, tenía aprisionadas las tetas de mi esposa con fuerza retorciendo con la punta de sus dedos sus pezones. Mientras Mari le bajaba el bóxer y pantalón al mismo tiempo.
Mari gemía, entonces Pepe, la recostó sobre el brazo del sillón, se hincó atrás de ella, y se la acomodó metiendo un poco el súper glande, Mi mujer le ayudaba a guiar la polla, luego retrocedió y lentamente se la dejó ir a fondo, sacándole un gritote de placer, ella movía incontrolablemente sus nalgas y mi amigo se las estrujaba y pellizcaba con todas sus fuerzas, la bombeaba rápido, le puse mi pinga cerca de la boca, y mientras Pepe empujaba, ella me la mamaba con todas sus fuerzas, entraba hasta más allá de su garganta, sus gemidos se hacían más fuertes, le acariciaba sus pezones ella tenía un orgasmo muy largo, la escena era tremenda .
Pepe aceleraba sus empujones, las convulsiones en mi amigo eran notorias, encajando su verga a fondo gritaba con todas sus fuerzas;
¡me estoy viniendo, coges riquísimo!, estrujando y sobando las nalgas de mi mujer, ¡eres la mejor vieja que me he cogido!, haagg . Me estás mordiendo la polla, ¡que perrazo tan rico tienes!, ¡nunca he probado otra panocha como la tuya! Uf me la sigues ordeñando.
Al escuchar las "virtudes" de mi esposa, le disparaba chorros y chorros de leche por su boca, cara y mejillas, después de un momento, ella hizo lo que tanto le gusta . Se volteó hacia Pepe, lo besaba con todas sus fuerzas trenzando sus lenguas, pasándole mi leche hasta lo más profundo de su garganta, él le lamía las mejillas limpiando todo mi semen, uniendo sus bocas y lenguas de nuevo en un profundo beso.
A mi esposa le escurría la leche por sus muslos, llegando a sus rodillas, Mari corriendo a brinquitos llegó al baño de visitas para asearse. Mientras mi amigo me felicitaba por la mujerona que tenía, que estaba preciosa y buenísima que era toda una reina porno.
¡Espero que Paty pueda ser como tú esposa!
Mari salió del baño luciendo su desnudez, bailando al ritmo de una Lambada que se escuchaba en el estereo, moviendo sus nalgas y puchita a una velocidad increíble giraba, balanceando sus tetas como si fuera Brasilera, mi compadrito se pajeaba su polla y le gritaba;
¡eres lo máximo, estás buenísima mamacita! Ven para acá, que te la quiero mamar así como la estas bailando.-
Pero Mari solo nos excitaba con su baile moviendo sus nalgas a toda velocidad, acercándolas a la cara de los dos, ya que a Pepe se le estaba poniendo dura Mari nos dijo:
Tengo mucha hambre . Pinche Pepe; no preparé nada de comer por que nos ibas a invitar a un restaurante. Y son las cinco y media de la tarde y yo aquí moviendo las nalgas. -
Mi amigo se puso de todos colores y nos dijo;
adelante vamos a un restaurante yo les invito. Lo que pasa es que tengo más hambre de ti mi amor que de comer, pero bueno... También tengo apetito. ¿A donde vamos?
A la Marinera a comer mariscos les sugerí, de acuerdo gritaron los dos; pero vamos a hacer un pacto los tres, nos vamos sin ropa interior; juega nos parece muy bien; mi esposa parecía una Puta, pues sus pezones se le marcaban en una forma más que notoria. Abajo de sus minifaldita no había nada, solo su puchita con un mechoncito de pelos y sus nalgas al aire libre.
El roce de mi verga contra la bragueta de mi pantalón, y saber que mi esposa no tenía calzones me tenía a mil, a mi amigo se le notaba un buen bulto, mi mujer movía sus ricas nalgas al caminar, de esa forma entramos al restaurante tomando nuestros lugares, con Mari sentada en medio de los dos, en una mesa redonda de un rincón que afortunadamente tenía un mantel largo. Inmediatamente Pepe pidió que pusieran enfriar dos botellas de vino blanco alemán, y ordenó enormes cócteles de camarón con ostiones.
El mesero se esmeraba en servirnos pues se le iban los ojos con las tetas de mi esposa, pues sus pezones estaban parados, parecían que iban a desgarrar la delgada tela de su yérsey.
Saboreábamos los deliciosos cócteles y ordenábamos los siguientes platillos; jaibas rellenas, pámpano empapelado, y una rueda de róbalo, acompañado de mucho vino blanco.
Según nos íbamos saciando el hambre nuestras manos acariciaban por debajo del mantel los muslos y coñito de mi mujer, que gemía en voz baja y nos replicaba;
esperen a que lleguemos a casa cabrones . Me están calentando mucho, uff Si siguen así me voy a coger hasta el mesero.
Al llegar al momento del postre pidieron una orden de fresas con crema para Pepe y mi mujer, flan napolitano para mí. Pepe ordenó unas copas de anís para los tres, brindamos y las tomamos a fondo, para esa hora el restaurante se encontraba prácticamente vació, pedimos otra ronda de anís, traíamos un cachondeo tremendo entre los tres, el mesero estaba a la expectativa, pues mi esposa me pasaba la mitad de la fresa que Pepe le había pasado en un beso a su boca, yo le pasaba un trozo de flan a su boca, mismo que lo masticaba y le pasaba parte a Pepe como si fuera mi leche, él le lamía los labios, mientras las manos de mi esposa nos apretaban y sobaban nuestras vergas, nosotros le correspondíamos alternando en su coño un dedo de mi amigo y otro mío, ella movía sus nalgas suavemente, diciéndonos;
con sus ojos rasgados por el efecto del vino y la calentura Ya no me torturen, me estoy mojando toda y no traigo tanga, me voy a tener que secar con una servilleta y son de tela, vamos a casa que me estoy quemando, me los quiero coger a los dos al mismo tiempo. No me pregunten más estoy muy caliente. Soy su puta. -
Salimos del restaurante apresuradamente, le di las gracias al mesero y me contestó; gracias; las que van a hacer con todo el marisco que se comieron, buen provecho.
Reímos los tres, Pepe me dijo; maneja mi coche mientras yo atiendo a Mari, y se subieron los dos en la parte trasera del auto, Pepe se sacó su vergota por la bragueta de su pantalón, mi esposa se levantó su faldita y le daba indicaciones a Pepe de cómo acomodarse, le decía;
así cogíamos cuando éramos novios ¿verdad Papi? y nadie se daba cuenta. Haber Pepito ahora si empújala un poco más, ¡hay que rico me está entrando! -
Entrelazaron sus piernas de tal forma que quedaron recargados en los extremos del asiento trasero, unidos solo por sus sexos no parecía que estuvieran cogiendo, solo se notaba por el movimiento de sus caderas y los gemidos de mi mujer, me acercaba lo más posible a los camiones, y les decía; miren como los están viendo coger, Mari se excitaba más y jadiaba muy fuerte, por lo cual puse el estereo a un volumen alto para que afuera no se oyeran los jadeos de los dos, cuando estábamos a punto de llegar a casa, Pepe me dice:
Date otra vueltecita por que le estoy dando un piquete bien rico a tú mujer, y su "perrito" me tiene atrapado, estoy a punto de venirme.-
Volteaba por el espejito y veía que los empujones que le metía Pepe eran cada vez más fuertes, metí la mano entre los respaldos y subí la faldita de mi esposa por arriba de su panochita, tenía una perfecta vista de la vergota taladrando su coñito, mientras ella se apretaba los pechos. En un minuto más los dos jadeaban y gritaban, mi amigo le bañaba de leche su coñito, un momento después estábamos en la puerta de la casa, metí el coche y bajaron los dos comiéndose a besos, Pepe le metía mano por atrás bajo su falda acariciando sus nalgas. Yo estaba muy caliente le dije a mi amigo; prepara unos tragos, te esperamos en la recámara.
Tomé a Mari de la mano la jalé a la recámara le quité la falda y el yérsey, me desnude, y se recostó en la cama, separó sus piernas, se la metí a fondo de un solo empujón, pues tenía su coñito abierto y rebosante de leche de Pepe, se sentía delicioso, pues Mari es muy estrecha y el sentirle su coño abierto me daba mucho morbo, la leche de mi amigo me hacía cosquillas en mi polla, ella me apretaba, movía como nunca sus nalgas, le pellizcaba los pezones y se retorcía en la cama.
Pepe tenía la boca abierta de ver como estábamos cogiendo, puso los tragos en el buró y se desvistió, se asomaba por todos lados, acercó su verga a la boca de mi esposa, ella pasaba su lengua a lo largo de su polla, por más que abría su boca solo entraba la cabeza y un pedacito mas, y la chupaba con desesperación, y tenía un orgasmo muy fuerte, luego volteaba al lado opuesto y me besaba con fuego rozando mi lengua y mamándola como si fuera otra polla, luego se volteaba para el lado de Pepe, se le estaba poniendo dura pues se la rozaba por los labios y le daba unos chupetes profundos a su cabezota, mi esposa giraba su cara y me besaba profundamente, mientras Pepe le pellizcaba los pezones. Mi mujer ardía como nunca, le pajeba la verga rápidamente a mi amigo y nos suplicaba cójanme al mismo tiempo quiero sentirlos bien adentro.
Mi mujer se separó y le dijo a mi amigo;
ven acuéstate que te quiero cabalgar.
Pepe protestaba por que se la quería encular, pero Mari le decía;
confórmate por que nunca voy a permitir que me metas tú vergota por mi culito, vas a sentir que rico te hago con mi panochita.-
Rozaba la punta de la verga de Pepe en la entrada de su coño, y se dejaba caer lentamente hasta que se la metió toda, movía y retorcía sus nalgas con mucho placer, poniendo a funcionar su "perrito," se besaba profundamente con mi amigo.
Pepe aullaba de placer de las "mordidas" que le aplicaba mi mujer con su coño, mientras yo descansaba un poco por que estaba muy caliente y no iba a durar mucho, disfrutaba intensamente ver el contraste en colores de la verga oscura de Pepe hundiéndose en lo blanco de las nalgas. Mari me volteaba a ver y levantaba su culito rosa pidiéndome pelea, yo le embarraba con abundante vaselina y le corría un dedo adentro lubricándola perfectamente, cuando sentí que se relajó me puse en posición y se la empecé a empujar poco a poco una vez que estaba a fondo, se empezó a dejar caer en la polla de mi amigo, al sentir la magnitud de su verga yo retrocedía cuando él entraba los tres gemíamos, los orgasmos de Mari eran largos y encadenados, hasta en su culito tenía punzadas bien fuertes, era un placer indescriptible.
Sentía la verga de Pepe muy grande, como le rozaba el coñito de mi mujercita y como por momentos nos rozábamos los huevos, yo le besaba y mordía las orejas a Mari. Sentía perfectamente la polla de pepe como se deslizaba por dentro y se friccionaba con la mía. Fueron demasiadas sensaciones para mí, le llenaba de leche el culito a mi hermosa mujer que en ese momento lo movía en círculos, yo los abrazaba a los dos y les pellizcaba los pezones, ellos trenzaban sus lenguas, Pepe tenía una gran corrida sentía perfectamente las contracciones de su verga, como disparaba leche en el coño de mi esposa.
Caímos rendidos los tres, nos quedamos dormidos, por ahí de las doce despertamos, Mari se metió al baño y escuchamos la regadera, Pepe me preguntó ¿me puedo bañar con Mari? Adelante a ver que te dice ella, brinco corriendo de la cama y se metió al baño. Al rato se oían risitas, luego silencio, me levante a orinar y ver que sucedía, los gemidos de mi mujer iban en aumento, pues mi esposa estaba agachada con las piernas rectas totalmente abiertas agarrada a una jabonera, y Pepe dándole con todo, con el shampoo en su mano poniéndole chorritos a las nalgas de mi esposa como lubricante, y metiéndole al mismo tiempo un dedo por el culo, me quedé con los ojos de plato pues pensé que le estaba dando por el culo, pero no.
Me quedé extasiado con la imagen, mi mujer tenía un orgasmo que sus piernas le temblaban, se me paró la verga, me acerqué a ellos y le acariciaba las tetas a mi mujer, pues con los empujones que recibía se le movían como campanas, me volteaba a ver con una cara de lujuria tan sabrosa, me pajeaba la polla y abría su boca chupando, mamando en una forma deliciosa, tenía sus tres hoyos ocupados. Pepe se la clavó hasta los huevos se la dejó bien encajada, jalaba las nalgas hacia él como si quisiera llegar más adentro y gritaba
¡que rico me estás cogiendo me voy a venir! se convulsionaba, con unos sonidos roncos exclamaba;¡me estás mamando con tu coño! Haag.
Cuando mi amigo se separó, tome su lugar y bombeaba con todas mis fuerzas, la leche de Pepe bañaba mi verga, y sentía esa sensación tan especial de estar removiendo leche ajena, (se las recomiendo) te quema y hace cosquillas, Mari estaba llegando a otro orgasmo, me aplicaba su "perrito" sentía como se le mueven los músculos de su vagina y materialmente me estaba ordeñando, aceleré mi movimientos gemía, me aferraba de sus enrojecidas nalgas y le soltaba varios chisguetes de leche.
Nos seguimos bañando los tres, Pepe se daba vuelo enjabonando las nalgas y el coño de mi esposa, chupando los pezones parecía pulpo, le faltaban manos estaba feliz, y Mari que le dice;
Le debieras enjabonar el aparato a tú amigo. Qué . ¿no te atreves? -
Y toma la mano de Pepe y me la pasa por mi verga, ella le guiaba la mano por debajo de mis huevos, le decía ves que rico se siente, enjabónalo bien y lo besaba en la boca. Mi polla quería cobrar vida, con las enjabonadas, Pepe obedecía. Mari le indicaba:
Para mi es una fantasía ver que dos hombres intercambien caricias en sus pollas y mamar una verga hasta que se llene de leche mi boca y besar al otro eso me súper calienta.
Sí ya me di cuenta, exclamaba Pepe, si ya me pasaste la leche de mi compadrito hace rato.
Y ¿no te gusto? .. Por que mira como se te está parando, y ya no se la sueltas a tú compadre, se siente rico, ¿verdad?
Pepe quitaba apenado su mano de mi polla.
Pues sí, no me lo esperaba y realmente fue muy caliente.
Salimos del baño y nos acostamos rendidos a dormir, con mi mujer en medio de los dos, por ahí en la mañana temprano oí decir a Pepe que se la quería coger. Mi esposa le contestaba que estaba muy adolorida de su coño, luego estaban haciendo un 69 con mi mujer arriba, extendía su brazo y me acariciaba la verga, pero estaba demasiado cansado y me quedé adormilado, mirando a mi amigo como hundía su lengua en el coño, un rato después los oía gemir y jadear a los dos, mi esposa se desmontaba apresuradamente, y gimiendo con una cara de puta traviesa me besaba con fuego pasándome buena parte de la leche de Pepe. Pues se dio su cochino gusto.
Se puso su bata y se fue a la cocina a preparar el desayuno. Mientras Pepe se quedó acostado descansando a mi lado y me decía:
que maravilla de mujer tienes está bellísima, que cayadito se lo tenían, nunca pensamos que fueran tan de mente abierta. Mari siempre se apenaba cuando Paty y yo hacíamos alguna broma, era la señora más seria del grupo. Cuéntame que pasó como se dio el cambio.-
Pues tú y Paty tuvieron mucho que ver; te acuerdas de aquella cena en que los matrimonios se fueron temprano, luego se quedaron ustedes y Luis; que tú estabas echando desmadre de que, a que horas nos encueramos, y que Paty se levanto a hacer un strep tease, luego les llamaron que su Bebe tenía fiebre y se tuvieron que ir.
Luis se quedó caliente con el baile de tú esposa, seguimos tomando y con muchas copas de más, y un jueguito de cartas que inventó Luis, en el que Mari estaba de suerte, ganaba todas las partidas, y nos ganó toda la ropa a los dos, y al vernos desnudos, la fiesta se hizo, mi mujer cambio en un cien por ciento. Nuestro matrimonio se unió, acabaron las muchas broncas que teníamos, el carácter tímido de mi esposa, y sus celos desaparecieron.
Así que ¡Luis fue el primer afortunado! y ¿lo siguen viendo?
El se fue a vivir a Monterrey por motivos de trabajo, pero siempre nos está llamando, es muy buen amigo de toda la vida, igual que tu.
Entró Mari a la recamara, y nos dijo;
Pensé que estaban haciendo un 69, mejor vengan a desayunar.-
Cuando terminamos, Pepe nos dijo;
les agradezco muchísimo, y cada vez me convenzo más, si pueden, los invito el próximo fin de semana a mi casa para que saluden a Paty, y que te de una mamadita compadre, me muero de morbo de ver a mi mujer, de veras lo hace muy rico.-
Me quede pensando (si supieras que ya lo sé) . Nos despedimos de Pepe pues todavía tenía un largo camino que recorrer.
A Mari le fascina leer sus comentarios, los esperamos.