El comienzo del juego (2)

- Ana, ¿qué haces? - Pues subirme al coche - Ya, pero tu vienes detrás, conmigo....

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Ana, ¿qué haces?

Pues subirme al coche

Ya, pero tu vienes detrás, conmigo....

Durante un instante aguanta mi mirada, desafiante, sopesando la posibilidad de desobedecer y dar por terminado el juego, yo la miro impasible, este momento definirá lo que puede llegar a ser la noche, si entra, si obedece, ya no habrá vuelta atrás, lo sabe y duda. Juan mientras, ya está dentro del coche y lo pone en marcha, parece impaciente por entregarme a su mujer, por estrenar su nueva condición de consentidor. Tras un instante, que se me hace eterno, Ana suelta la manilla de la puerta delantera y sin decir nada abre la puerta de atrás, antes de entrar me dirige otra mirada, de nuevo desafiante, me vuelvo a excitar.

Venga arranca, pero no tengas prisa, Ana y yo tenemos que ir conociéndonos.

Mientras digo esto coloco mi mano un poco mas arriba de su rodilla, justo al borde de su vestido que al sentarse se ha subido un poco. Ella da un pequeño respingo acompañado de una exclamación, la he cogido desprevenida, me gusta pero soy consciente de que no se dejará coger de nuevo tan fácilmente. Juan al oír a su mujer, aminora la marcha y vuelve la cabeza, nos mira, tratando de adivinar que ha pasado, su actitud no me gusta, pienso en recriminarle, pero decido esperar a que todo esté mas claro, si todo va bien le daré donde mas le duele.

Que haces Juan, no querrás que tengamos un accidente,

No perdona es que ....

Tu mira hacia delante y concéntrate en la carretera.

Pero....

Tranquilo, después

Mientras Juan pone de nuevo en marcha el coche, yo deslizo mi mano por encima del vestido de ana, subiendo por su muslo, su cintura, hasta llegar a sus pechos que acaricio con el reverso de la mano, los pezones siguen marcándose a través de la tela del vestido, con el dedo dibujo un circulo alrededor de ellos cada vez mas cerca hasta pasarle por encima, Ana, que hace rato que cerró los ojos, ha pasado de un estado de nerviosismo a uno de excitación marcado por una respiración cada vez mas acelerada, con dos dedos agarro uno de sus pezones y tiro ligeramente de ellos, un leve gemido se escapa de sus labios. Juan continua conduciendo, aunque sus miradas por el espejo son cada vez mas frecuentes, decido darle un buen espectáculo y retiro uno de los tirantes del hombro de Ana, dejando un pecho al descubierto, enseguida me apodero de él, mi mano lo agarra, mas bien lo intenta ya que no soy capaz de cogerlo entero, y me llevo el pezón a la boca, ahora ella ya gime sin ningún tipo de pudor, deslizo mi mano hacia sus muslos, están semiabiertos, al notar mi mano ella acaba de abrir las piernas, con mis dedos acercándose a su coño los gemidos de Ana se hacen mas intensos, Juan no se pierde detalle a través del espejo, incluso lo ha movido para ver mejor, cuando llego al coño lo encuentro totalmente abierto y muy mojado, mi dedo índice entra sin dificultad mientras con el pulgar trato de masajear su clítoris en busca de un orgasmo que no tarda en llegar.

Ahhhh, ohhhh, siiiii,

Sus gemidos aumentan de volumen pasando de ser casi un susurro hasta escucharse claramente incluso fuera del coche. Continuo masturbándola un poco mas hasta que noto como un nuevo orgasmo comienza, entonces paro.

Sigue, no pares, sigue ....

No, ahora te toca a ti. Le digo retirando mi mano de su entrepierna.

Venga zorra, quiero ver tus labios alrededor de mi polla.

Algo desconcertada por el brusco cambio, comienza a desabrochar mi cinturón, el pantalón y metiendo una mano en mis calzoncillos me agarra la polla. No os voy a contar que tengo una polla del copón y que su mano no conseguía cerrarse al intentar cogerla, ¡ya me gustaría a mi!, pero tampoco me quejo. La saca y comienza un suave meneo que provoca mi primer gemido, durante todo el proceso sus ojos han permanecido clavados en los míos, sin siquiera ver lo que tiene entre manos. Le acaricio la cara y el pelo colocando mi mano en su nuca y realizando una ligera presión bajo su cabeza hacia mi polla.

Ohhhh, uffff, así.

No puedo evitar un prolongado suspiro al notar como se la mete en la boca, y comienza con un rítmico sube-baja que me lleva a las puertas de un orgasmo, noto que me voy a correr y decido hacerlo, aún quedan unos kilómetros hasta el motel y prefiero acabar ahora y llegar allá listo para un nuevo asalto. Cogiéndola de nuevo de la cabeza comienzo a marcarle el ritmo aumentándolo, ella también nota mi urgencia y sus labios aprietan mas mi polla, miro hacia Juan, con los ojos abiertos como platos no se pierde detalle a través del espejo, incluso de vez en cuando veo una de sus manos desaparecer de la palanca de cambio.

Ohhh, jodeeer, que bien la chupa la puta de tu mujer.

No..., no le gusta que se corran dentro.

Ohhhh, siiii, toma, toma, asiiiii. Zorra todo para ti.

Entre resoplidos y sin quitar la vista del espejo me corro en la boca de Ana, obligándole a tragarse todo, mientras Juan mira con los ojos muy abiertos a su mujer.

Jodeeer Ana y tu maridito que nunca ha conseguido que se la chupes hasta el final, pero si eres una experta. No, no pares, sigue, que tienes que ponerla otra vez en forma.

Mientras ana me la chupa Juan continua viendo por el espejo, su mirada delata su excitación y de vez en cuando aún hecho en falta su mano en el cambio.

Sigue, bien ohhhh, así despacio bien....

Cuidado vamos a parar en un semáforo y hay gente cruzando.

Efectivamente, cuatro chicos cruzan por delante nuestra, Ana intenta levantarse, pero no la dejo, mi mano en su cabeza la obliga a continuar y tras un breve intento de abandonar su labor decide continuar.

Joder Ana que os va a ver.

Juan parece histérico ante la posibilidad de que alguien pueda ver a su mujer con la polla de otro en la boca.

¡Ana¡

Tranquilo Juan, no ves que está ocupada

Pero os van a ver y ....

Nadie os conoce por aquí, tranquilo, además lo esta haciendo muy bien y no estaría bien que pare.

A Ana la situación parece excitarla mas y continua chupando con mas ganas que antes, decido premiarla y deslizo una mano hasta su coño y comienzo a frotárselo. Uno de los muchachos del paso debe haber visto algo ya que se acerca al coche desesperando mas a Juan que no deja de advertirnos, esto me cabrea y decido bajar la ventanilla del coche y permitir al atrevido chico satisfacer su curiosidad. La escena es tremenda, Juan gritándonos a nosotros y advirtiendo al chico que se valla, Ana a la que he bajado los tirantes del vestido, súper excitada con mi polla en la mano masturbándome mientras sus tetas se mueven al ritmo al que me masturba y gimiendo mientras yo le froto el coño. Al chaval se le quedo la boca abierta, y seguro que la polla dura, pero Juan en su afán por salvaguardar su honor y el de su mujer arranca saltándose el semáforo y dejándome con las ganas comprobarlo. Mas adelante para de nuevo.

Habíamos dicho que máxima discreción y abres la ventanilla en pleno semáforo, Joder, esto no era en lo que habíamos quedado.

Tranquilo Juan, ese es un chaval y no os conocéis de nada, coño.

Ya pero eso no era lo pactado, tengo que mantener mi reputación, mi mujer...

Bueno tranquilo, no volverá a pasar, venga sigue que ya casi llegamos.

De malas maneras arranca de nuevo el coche, mientras, Ana, no ha dejado de chuparmela durante toda la conversación se ve que no le ha importado tanto como a su marido, es mas, pareció mucho mas ... motivada. Por otra parte Juan está empezando a cabrearme de veras, ¿de que reputación habla?, su mujer está en el asiento de atrás, chupándome la polla mientras el conduce hacia un motel para que me la folle mientras el se pajea. Definitivamente este hombre necesita que alguien le aclare las cosas. Juan disminuye la velocidad mientras nos avisa que ya estamos llegando, Ana se arregla un poco mientras el coche se para y pasa al asiento delantero sin bajarse, por entre los asientos momento que aprovecho para tocarle de nuevo el coño y comprobar lo que ya me imaginaba esta mas excitada incluso que antes, y mi polla ya está de nuevo a punto la verdad es que la mama bien.

Bueno Antonio ahora te tumbas en el asiento trasero y te tapo con esta manta.

¿Como?, de eso nada Juanillo, eres tú el que se va para atrás y te escondes.

Tu estás loco, es mi mujer y .....

No, esta noche es mía.

Ppppero.

Juan

La voz de Ana, autoritaria, aún sin subir el tono, zanjó la discusión, mirándola y sin estar aún muy convencido me vuelve a ceder su sitio esta vez al volante del coche, con una sonrisa cínica le abro la puerta de atrás y le hecho la manta encima. Antes de que se tapara con la manta aún he llegado a ver su pantalón con una gran mancha a la altura de la bragueta, parece que a pesar de todo no he sido el único que se ha corrido.

Bueno Ana, allá vamos, pero antes déjate caer un poco los tirantes del vestido así, que el portero vea un poquito de ese par de tetazas que tienes y sube un poco mas la falda del vestido hasta el muslo perfecto.

¿No te parece mejor así Juan?.

Levantando la cabeza Juan la mira y vuelve a taparse, no ha dicho nada pero no parece gustarle mucho la idea.

Pues a mi me parece que está fantástica, ¿tu como te ves Ana?.

uhm ¿no te parezco una puta?.

La verdad que viéndola así, con las tetas saliéndosele del vestido, casi se ven un poco las aureolas de los pezones, la falda a medio muslo y media despeinada por la sesión del asiento trasero, está arrebatadora, la miro de arriba abajo varias veces.

¿Una puta?,....., no, MI PUTA.

Y arranco el coche hacia la entrada del motel.