El comienzo
Habia tomado un par de copas y le pedi a mi hijo me acompañara a mi cuarto.
Hola a todos, mi nombre es Silvia, tengo 36 años y por primera vez me animo a escribir algo de mi vida intima , algo que tengo dentro mío desde hace un poco mas de 3 años y que solo he podido confesar a una amiga muy intima ya que las relaciones prohibidas aun son tema tabú y muy mal vistas en casi todo el mundo.
Les pido disculpas ya que no soy muy buena escribiendo pero mi necesidad de descargar mis cosas hacen que este aquí tratando que entiendan lo que paso y me pasa.
Conocí al padre de mi hijo cuando solo tenia 12 años y el ya casi 20. Siendo vecinos nuestro contacto era casi diario y aunque yo era muy chica el, casi desde el primer momento en que me vio, se mostró muy interesado y cordial conmigo.
Era muy habitual que me ayudara a hacer las tareas ya que mis padres estaban casi todo el día ausentes por razones de trabajo, por lo que ni bien llegaba yo del colegio el golpeaba mi puerta para preguntar como me había ido y si necesitaba ayuda.
En mi soledad todo su buen trato e interés por mi, el escuchar mis problemas, el aconsejarme y ayudarme en lo que necesitaba, hizo que comenzara a sentir muchas cosas por el y si bien no sabia si era amor o cariño fraternal con el paso del tiempo y cuando llegaba la hora del timbre de salida de la escuela salía corriendo para llegar lo antes posible a mi casa y poder verlo.
Si bien era una niña que no alcanzaba aun los 13 años ya sabia lo que era el sexo por las charlas que tenia con un par de amigas mucho mas avanzadas que yo en ese tema y también porque gracias a la insistencia de una de ellas y por no quedar como una tonta había comenzado a masturbarme y descubrir el placer de sentir cosquillas en mi estomago cuando lo hacia.
Mi amor y mi necesidad por el fue creciendo de manera inusitada hasta que sucedió lo inevitable (tal vez los detalles de nuestra relación se las contare en otro momento).
Nuestra relación duro muchos tiempo con algunos impases hasta que a los 17 años quede embarazada y tuve al mas grande amor de mi vida
Me puedo considerar una madre soltera ya que el padre de mi hijo estuvo viviendo con nosotros tan solo dos años para luego desaparecer de un día para el otro sin dejar rastro alguno por lo que mi hijo y yo hemos vivido bajo el mismo techo y solos desde hace ya 18 años ya que mis padres no aceptaron mi embarazo y tuve que arreglármelas sola durante todo este tiempo.
Mi vida iba transcurriendo entre mi trabajo y mi hijo tratando de estar la mayor parte del tiempo con el, atenderlo y mimarlo como nunca hicieron mis padres conmigo llegándolo a sobre proteger al extremo.
Siempre fue habitual dormir juntos en la misma cama, bañarnos juntos, salir, divertirnos todo esto hasta que empezó su adolescencia en la cual decidí alquilar un departamento con un cuarto mas para que el tuviera su intimidad y yo la mía ya que a medida que fue creciendo ya me daba bastante vergüenza que me viera desnuda o en ropa interior aunque debo aclarar que a mi me gustaba verlo desnudo y comparar el paso del tiempo y como iba transformándose en un pequeño hombre.
Con Luis en su cuarto y yo en el mio comencé a tener la intimidad que no tenia cuando dormíamos en la misma habitación y en la misma cama por lo que por las noches y luego de cenar y juntos lavar los platos como lo hacíamos siempre me despedía de el con un beso y un abrazo y cada uno se iba a su dormitorio a descansar. Por mi parte aprovechaba la soledad de mi cuarto para desnudarme, contemplar mi cuerpo, pasarme cremas humectantes y de paso acariciarme terminando siempre tirada en la cama masturbándome y tratando de no hacer ruido para que mi hijo no se diera cuenta.
La realidad era que necesitaba un hombre, un hombre en mi cama que me diera el sexo que necesitaba y que no tenia desde mi ultima y fugaz relación (como todas las que he tenido desde que mi hijo nació) y que databa de algo mas de un año.
No quería compromisos de ninguna naturaleza ya que mi vida era por y para mi hijo así que todos los hombres que pasaron por mi vida fueron exclusivamente por mi necesidad sexual la cual y tal vez por haber empezado a tan temprana edad, era muy difícil de apagar. Siempre necesite sexo y a falta de hombres me masturbaba con mis dedos hasta que una amiga en un cumpleaños me regalo un hermoso y enorme consolador el cual, a pesar de mi cara de espanto y vergüenza no deje de utilizar ni una sola noche.
Fue precisamente una noche hace casi 3 años y luego de festejar el cumpleaños de mi hijo solos, después de que el lo hiciera aparte con sus amigos por la tarde, que ocurrió algo inesperado. Había estado bebiendo y me encontraba un poco mareada por lo que entre risas le pedí a mi hijo que me ayudara a ir a mi cuarto cosa que hizo muerto de risa por la situación.
Mama, te tomastes todo jajajaja estas borrachita como una cuba
No te rías , no seas malito con tu mama, estabamos festejando tu cumple, ya sos un hombre, cumpliste 15 años y yo ya estoy echa una vieja!!!!
Ay mami mami, de vieja no tenes nada, seguís siendo la mama mas linda de todas las que conozco.
Bueno ya, ayúdame a ir hasta mi cuarto por favor que estoy muy mareada.
Me ayudo a levantarme, me tomo de la cintura, yo de sus hombros, me acompaño hasta mi cuarto y me ayudo a desvestirme dejándome en ropa interior. Supuse que se iba a ir a su cuarto pero se quedo creo yo unos minutos contemplándome como un tonto como me acomodaba en la cama e intentaba dormir solo con mi pequeña tanga y el sostén hasta que sentí un beso en la mejilla y un hasta luego mami y se fue a su cuarto.
No se cuanto tiempo paso desde ese momento pero me desperté mucho mas caliente que de costumbre. El alcohol me habia obnubilado, había hecho que perdiera conciencia que me hijo estaba en el cuarto de al lado. Comencé a masturbarme con furia, necesitaba un hombre real, de carne y hueso que pudiera satisfacerme pero no lo tenia. Tome el consolador y comencé a metérmelo en mi vagina hasta el limite de su base, Los 25 cm entraban y salían con furia mientras que con la otra mano frotaba mi clítoris. Comencé a gemir ruidosamente sin reparar que solo una fina pared separaba el cuarto de mi hijo del mío.
La puerta se abrió muy despacio. Mi estado de embriaguez de alcohol, sexo y lujuria era tal que seguí masturbándome y metiéndome el consolador.
Sentí una agitada respiración muy cerca mío, alguien que tímidamente se iba acercando mientras yo, tirada en una cama, seguía tratando de satisfacer mi lujuria. Parado a un costado de la cama y contemplando absorto como su madre se ocupaba de si misma estaba mi hijo.
Algo duro y caliente acariciaba mi cara. Por instinto abrí la boca y comencé a sentir el placer de una verga de carne. Lamía su glande, lo disfrutaba, quería comerlo entero y así lo intentaba metiéndomelo hasta la garganta mientras los gemidos iban creciendo.
Tome conciencia que esa verga dura, caliente y de considerable tamaño era la de Luis e intente espantada levantarme de la cama pero una fuerza desconocida hizo que fuera imposible.
Luis no, por favor no, basta, mama no sabe lo que hace basta soltame!!!
NO, QUIERO QUE SIGAS, TE ESCUCHO Y TE VEO TODAS LAS NOCHES DESDE HACE MUCHO COMO GEMIS Y TE METES ESE CONSOLADOR MIENTRAS ME MASTURBO.
No hijo no, esto es una locura dejame!!!!!!
Se abalanzo arriba mío forzándome a abrir las piernas. Metió su verga dentro mío mientras yo gritaba y le pedía por favor que no lo hiciera. Sus movimientos se fueron haciendo mas rápidos y mientras esto ocurría yo me iba rindiendo a los hechos. Estaba cogiendo con mi hijo, sintiendo a un hombre dentro mío, algo que necesitaba a gritos y que luego me di cuenta lo tenia al alcance de mis manos.
Comencé a disfrutar su verga que entraba y salía. Mis gritos se fueron transformando en gemidos de placer hasta que sentí su caliente leche dentro mío y con esto uno de mis mejores y mas grandes orgasmos que tuve en mi vida.
Llore de la emoción y abrace a mi amado hijo y así nos quedamos dormidos hasta que amaneció.
Me desperté y contemple el cuerpo de mi hijo. Hacia mucho que no lo veía completamente desnudo y no tomaba dimensión de cuanto había crecido mi cachorro.