El colegio

Dos hermanas comparten algo más que el colegio y la habitación...

EL COLEGIO.

Las clases como todos los años en Cuenca habían empezado el primero de septiembre para los alumnos del colegio Nuestra Señora del Carmen, un colegio privado solo de niños donde acudían varones desde los tres a los 18 años, donde eran preparados para dar el salto a la Universidad, la mayoría de los alumnos estaban becados, y es que lo que realmente le interesaba al colegio, no era tener alumnos, que a pesar de ser sus padres ricos, bajaran el nivel del colegio, y es que desde hacia 20 años el Colegio había logrado un índice de aprobados en selectividad de más del 95%, y muchos de sus alumnos eran ahora personalidades, con una carrera brillante, esto daba al colegio un prestigio que había, primero traspasado las fronteras de Cuenca y que ya había roto los límites de España, y tenían alumnos, sobre todo en los últimos cursos, de varios países europeos, especialmente de Alemania, donde el colegio tenía un acuerdo con un centro privado de Munich, con el que realizaba intercambios de alumnos, y algunos de los chicos con las mejores notas habían completado su educación en un prestigiosa centro alemán, incluso alguno había continuado allí sus estudios universitarios.

Ahora la situación había empezado a cambiar y el colegio empezaba este año a aceptar chicas como alumnas, en los cursos superiores, era un forma de acceder a mayor número de subvenciones de las instituciones públicas, y es que estas favorecían a los centros mixtos. La situación no había sido nada traumática para los alumnos, es más muchos la aplaudieron y las risitas fueron numerosas cuando se anunció al final del curso pasado, incluso los profesores y el director no veían con malos ojos esto, y es que veían muy positivo para la formación como personas de los alumnos, el contacto con personas del sexo opuesto, y es que la gran mayoría de los chavales eran internos, y pasaban más de 7 meses en el centro, e incluso algunos hacían los cursos de verano en el "campus", que ofertaba el colegio como complemento a la formación.

La dirección del centro había afrontado los cambios oportunos, dando entrada a unas cuantas profesoras más para que las nuevas alumnas no se sintieran avasalladas, por tanto varón, se había construido un nuevo pabellón, donde estaban las habitaciones de las chicas así como un gimnasio y los vestuarios para los diversos deportes que se pueden disputar en el colegio.

El 1 de septiembre acudieron los 650 alumnos del colegio entre los que había 25 chicas, con edades que oscilaban entre los 16 y los 18 años, provenientes en su mayoría de Madrid, algo que no sorprendió a nadie pues en Madrid había un centro gemelo al de Cuenca pero solo de chicas, y por así decirlo había habido un intercambio, y es que 30 alumnos habían "emigrado" a Madrid para completar el intercambio de prueba. La mayoría de las nuevas alumnas se conocían y no hubo grandes dificultades entre ellas, se colocaron en habitaciones de dos en dos lo que favoreció aún más la adaptación pués se procuró emparejar a chicas de diferentes centros para que las que venían sin amigas no se quedaran aisladas del grupo.

Como en cada principio de curso el director y el jefe de estudios daban la bienvenida a los alumnos en el salón de actos, un bello edificio construido en el siglo XIX, que tenía una acústica tan buena que no hacía falta el uso de micrófono para que la voz de los profesores llegara clara y alta a todos los punto de la enorme sala. Como ya se anunció el año pasado, —empezó diciendo Don Carlos, el director del centro, un hombre respetado dentro de la institución y que contaba con la total confianza del consejo de administración del Colegio, con un porte espectacular siempre impecablemente vestido como no podía ser menos en alguien educado en los mejores internados de Inglaterra e Irlanda, de unos 55 años, llevaba más de 20 años dedicado al colegio, primero en labores de docencia, y después en cargos de administración y dirección del centro,— el Colegio ha dado el primer paso para convertirse en un centro mixto donde los alumnos y alumnas gocen de las mismas oportunidades, espero que todos los presentes saquen el mayor provecho de los magníficos profesores con que cuenta el Colegio, la Junta Directiva ha hecho un esfuerzo importante para lograr contratar a tan distinguidos maestros, por lo esperamos que sea para el provecho de ustedes y sepan valorarlos como se merecen, sin más le cedo la palabra al Profesor Sánchez García que este año al igual que el anterior ejercerá de Jefe de Estudios, el cual les informará sobre las novedades de este año en cuanto al método de docencia, sin más, únicamente recordarles que mi puerta siempre está abierta para cualquiera problema que tengan. A la finalización del discurso, corto como era costumbre en él, se produjo un ligero rumor de voces, que enseguida cesó cuando el profesor Sánchez accedió al atril de oradores.

El discurso del Jefe de Estudios no fue tan corto, y versó fundamentalmente sobre las novedades, escasas, de este curso, donde aumentarían las horas dedicadas a las matemáticas, lengua, e historia, y donde aparecía una nueva asignatura, educación sexual, para los cursos superiores, que sería impartida por la Sra. Domínguez Ortiz, una de las nuevas incorporaciones del Centro, se trataba de una mujer madura superaría los 50 años y vestía de una manera discreta con un largo vestido azul oscuro, el pelo negro aunque ya con bastantes canas, que delataban su edad. Esta asignatura había entrado en el currículo del centro después que Don Carlos la recomendara para dar a sus alumnos una información detallada para que pudiesen llevar en el futuro una vida sexual segura y sin riesgos, y también, por qué no decirlo para hacer más llevadera la incorporación de las chicas a la vida común del centro.

Una vez concluidos los discursos los alumnos se dirigieron cada uno a donde quiso, pues como es costumbre en casi todos los Colegios del mundo, el primer día no se imparte clase y esto se deja para el segundo. La mayoría de los alumnos se dirigieron a sus habitaciones a colocar su ropa, pués la mayoría había llegado minutos antes del acto de inauguración del curso, otros se dirigieron al césped donde algunos formaron equipos y empezaron a jugar al fútbol. Entre las chicas estaban Victoria, y Carlota hermanas que habían llegado desde Madrid, y que les tocó en la misma habitación, Victoria tenía 18 años y este era su último curso, su hermana Carlota tenía 16, pera la diferencia de edad era casi inapreciable y mucho decían que eran gemelas, se intercambiaban la ropa sin ningún problema pués eran de constitución muy parecida, eran morenas con media melena, que se recogían en una coleta alta lo que resaltaba su largo cuello, medían alrededor de 1,75 metros, delgadas aunque no en exceso, con la piel bastante morena, recuerdo de sus dos meses de Palma de Mallorca y Valencia, se podía decir que eran bastante atractivas, con unos enormes ojos negros, y unos labios gruesos, que muchos decían que eran fruto de la cirugía estética, aunque la verdad es que eran de nacimiento y herencia de su madre, la mayor diferencia estaba en el pecho pués Victoria tenía bastante más formado el suyo, eran dos senos perfectos redondos del tamaño de un pomelo y con una gran consistencia, esto era gracias al gimnasio, pués las dos practicaban fittnes para mantenerse en forma, Carlota sin embargo, debido sin duda a su edad, aún no había acabado de formarse como mujer en esa parte del cuerpo, aunque tenía un pechito bastante agradable, del tamaño de naranjas pequeñas, pero igual de consistentes que su hermana. El resto de su cuerpo era bastante parecido con largas y delgadas piernas, culminadas en unas caderas que daban forma a sus dos preciosos culos, igual de tensos que su pecho por el ejercicio.

La habitación que les había correspondido no era ni mejor ni peor que el resto, ya que todas eran iguales, pero tenía unas vistas que daba a la parte de atrás donde se extendía un bosque de hayas, y estaba en la segunda planta del edificio de reciente construcción, disponía de dos camas, dos mesas de estudio y de un armario bastante grande donde podrían guardar su impresionante vestuario, la habitación tenía varios enchufes, y una conexión para teléfono e Internet, que por supuesto ellas habían contratado. Como cabe deducir Vicky y Carlota no eran una de las alumnas becadas, y es que su padre era directivo de una importante compañía de telecomunicaciones, que había enviado a sus hijas a este centro por recomendación del director del anterior colegio de ellas.

Ellas no habían compartido cuarto nunca pués en el anterior colegio había diferentes alas para los diferentes cursos, y en casa cada una tenía su propia habitación, Carlota estaba contenta porque sino le hubiera tocado compartir cuarto con otra chica, y como dice el refrán "mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer", aunque realmente no tenía nada de malo compartir habitación con su hermana mayor a la que por otra parte admiraba y era el modelo en el que se fijaba constantemente. A Victoria la cosa no le parecía tan bien aunque tampoco es que le disgustara en exceso, pero había perdido gran parte de la libertad y autonomía que había tenido en Madrid ya que ahora debería estar pendiente de su hermana y además no es lo mismo compartir secretos con una amiga que con un hermana.

—Muy bien, —empezó a decir Vicky—, vamos a deshacer las maletas, la parte derecha del armario será para ti y los dos primeros cajones, la parte izquierda y los dos cajones de abajo para mí, de acuerdo. Carlota asintió con la cabeza, pues ella había escogido la cama de debajo de la ventana por lo que veía justo que su hermana eligiera la zona del armario.

—No quiero, que enredes en mis cajones,—siguió diciendo—, si quieres algo de ahí pídemelo, de acuerdo. Y así empezaron a colocar sus vestidos, y demás ropas, así como la ropa interior en los cajones, Victoria guardó una caja en el cajón de abajo del todo, del tamaño de una caja de zapatos pero más delgada, y la tapo con un camisón, este detalle no pasó desapercibido para Carlota, pero no dijo nada pensando que se trataba de algún conjunto de ropa interior nuevo, y es que a su hermana le encantaba la lencería, y tenía gran cantidad de bragas y sujetadores de todos los colores y diseños.

Una vez colocado el armario y hechas las camas, Carlota se fue afuera a tumbarse en el césped hasta la hora de la comida, para la que quedaban todavía dos horas, Vicky sin embargo decidió quedarse en la habitación para bajar a tomar una ducha. Los baños se encontraban en la planta de abajo, eran, como todo el edificio nuevos, con 20 duchas, y 20 lavabos así como varios inodoros, las duchas eran individuales y cada una disponía de una cortinilla para tener más intimidad, cuando Victoria llegó no había nadie y realmente era ella la primera en estrenarlos, se dirigió a la última ducha, y giró el grifo del agua caliente, hasta el máximo, y empezó a desnudarse, a los dos minutos el agua salía hirviendo y dio un poco al agua fría hasta quedar una temperatura agradable y se introdujo en el cubículo de la ducha, que realmente no eran muy grande, y corrió la cortina, que era de un feo color verde. Se introdujo debajo del agua y se enjabonó bien todo el cuerpo con las manos, pues había olvidado la esponja en la habitación, el contacto de sus manos con el cuerpo enjabonado la excitó sobremanera, sobre todo a la hora de recorrer su pecho, del que estaba muy orgullosa, no pudo resistirse más y mientras que con la mano izquierda se frotaba el pecho, bajó la derecha hasta su monte de Venus, el cual se había recortado la noche de antes, la mano empezó a deslizarse de arriba a bajo provocando que las piernas le flojearan, y con los dedos índice y corazón enjabonados se los metió dentro de su almeja, el placer no se hizo esperar, ya que el agua caliente la había puesto muy excitada, y además hacía dos semanas que no se masturbaba, se sentó en el suelo de la ducha sin dejar de meter y sacarse los dedos del coño, y el agua le daba en la cabeza, estaba súper excitada, y el jabón había desaparecido de su cuerpo pero ya no le hacía falta pues estaba lo suficientemente húmeda para no necesitarlo, se puso en cuclillas y empezó con la mano izquierda a tocarse el ano por debajo de las piernas, en esta parte aún quedaba un poco de jabón, con un ligero empujoncito se introdujo el dedo corazón en el culo, lo que le provocó una oleada de placer, ahora estaba penetrada por dos orificios en los que entraban y salían sus dedos a una velocidad cada vez mayor, hasta que por fin estalló en un orgasmo fabuloso, del que pudo ahogar a duras penas unos gemidos, se dejó caer, sacando las manos de sus orificios y el agua le cayó nuevamente encima lo que la relajó enormemente, tanto que casi se durmió. Se acabó de lavar y salió de la ducha secándose el pelo y con una toalla enrollada al cuerpo, y así se dirigió a su cuarto, por el camino se cruzó con tres o cuatro compañeras que la saludaron, entró en su cuarto y cerró por dentro la puerta para que nadie la molestara, dejó caer la toalla después de haber bajado el estor que cubría la ventana, su cuerpo aún estaba húmedo, y no solo por el agua y a pesar de haberse masturbado hacía un cuarto de hora empezó a sentir un cosquilleo en la entrepierna.

Se encaminó al armario y abrió el último cajón de donde extrajo la caja que había llamado la atención de su hermana, y de ella sacó un consolador eléctrico, de un tamaño considerable, lo había comprado en Londres hacía dos años, la verdad que lo había usado muy poco, pero ahora le apetecía realmente, fue al cajón de la mesilla y sacó dos pilas de un paquete y se las puso al artilugio, este tenía unos 25 centímetros de largo y unos 6 ó 7 de grosor y era de color carne, no era de los más modernos pués era liso, y terminaba en una punta redondeada, una vez colocadas las pilas lo encendió y lo puso a la mínima velocidad, lo que hacía que no produjera apenas ruido, se acercó el consolador a la boca y se lo introdujo, humedeciéndolo bien para que penetrara mejor, mientras con la mano izquierda se acariciaba la vulva, una vez humedecido se tumbó en la cama delante del espejo del armario y se acercó la polla mecánica a los labios del coño, mientras que con la izquierda los mantenía separados, nada más rozarlo con el consolador la sensación fue increíble lo que le provocó un ligero gemido, poco a poco fue introduciéndolo hasta más o menos la mitad, y aumentó la velocidad de la vibración girando el control del consolador, hasta ponerlo al máximo, lo que provocó que la sensación aumentase, estaba muy excitada, y la experiencia en al ducha no había hecho más que calentarla, con ligeros movimientos sacaba y metía el vibrador en su interior, y notaba como se estaba corriendo, y como sus fluidos le escurrían hacia el culo, mientras con la mano derecha no dejaba de acariciarse sus pechos y estirarse los pezones que los tenía duros debido a la excitación, a los diez minutos extrajo el aparato de su coño y comprobó que estaba empapada, se dio la vuelta y se puso a cuatro patas separando las piernas ligeramente, y se dispuso a introducírselo en esta posición, en esta ocasión la excitación era tal que empujó su juguete con violencia lo que provocó que se metiera de golpe tres cuartas de él, sin embargo y a pesar del dolor que había sentido no cesó de empujar y se lo metió hasta dentro, estaba descontrolada y apenas podía reprimir los gritos y gemidos de placer, estaba llegando al punto álgido, cuando el picaporte de la puerta giró y se oyó la voz de Carlota al otro lado, —Vicky abre la puerta, ¿estas acostada?. Victoria se extrajo inmediatamente el consolador de su coño y lo apagó pero con las prisas no lo guardó en la caja y lo metió dentro del armario, se puso una bata y se dirigió a la puerta descorrió el cerrojo y la abrió.

Qué pasa, — le dijo con muy malos modos a su hermana pequeña—, es que no se puede una echar un rato a descansar, bueno qué quieres, —dijo, ya con un tono más suave—. Nada —respondió Carlota—, vengo a por algo de manga larga, porque hace un poco de aire, —anda pasa—, le contestó Victoria apretando las piernas para que la corrida no se le deslizara por las piernas y cayera al suelo. Carlota fue al armario, y abrió la puerta del armario, cuando fue a coger la chaqueta vaquera, se fijo en un objeto que estaba en su parte del armario y que no lo reconocía, en ese momento Vicky se dio cuenta de su error pero ya era demasiado tarde para evitar que su hermana lo cogiera,— Vicky, qué es esto — preguntó Carlota mientras que con la mano derecha sostenía el vibrador,— está pegajoso y húmedo, ahhh es un consolador, —dijo con cara de asco y dejándolo caer al suelo, lo que hizo que saltasen las pilas fuera —. Victoria que no se había apartado de la puerta de la habitación la cerró inmediatamente para que nadie se enterara. —Cállate,—le dijo Victoria a su hermana, empujándola y recogiendo el vibrador del suelo—, no levantes la voz, que pasa que tú no te masturbas, pues yo lo hago con ayuda. Victoria recogió el vibrador y las pilas y los depositó en al caja dentro del armario, con el empujón Carlota había caído en la cama boca arriba con las piernas separadas lo que permitió a Victoria ver las bragas de su hermana, no era la primera vez que la veía en ropa interior pero en ese momento estaba aún muy cachonda lo que hizo que un escalofrió recorriera su cuerpo. —Siento haberte empujado pero es que se iba a enterar todo el colegio y esto es algo personal y espero que no se lo cuentes a nadie—, Carlota no dijo nada permanecía echada en la cama mirando a su hermana con los ojos muy abiertos, esta se dio la vuelta y empezó a ponerse las bragas sin quitarse el albornoz, — por qué no me enseñas a usarlo a mi también— dijo Carlota a su hermana que se quedó paralizada ante está petición, —¿cómo, qué quieres usar mi consolador?— dijo una perpleja Victoria dándose la vuelta con el albornoz abierto, dejando ver su pecho y su braga manchada por los restos de corrida. La verdad que en otro momento no hubiera hecho caso a la extraña petición de su hermana y le habría dado cualquier excusa, pero debió ser por la excitación que aún sentía o por ver a su hermana con la mano metida por la cintura de su falda masturbándose por lo que dejó caer el albornoz al suelo y se dirigió a la puerta para correr nuevamente el pestillo.

Cuando volvió de cerrar la puerta Carlota se había quitado la falda y la camiseta y se encontraba en ropa interior, de pie delante de la cama, con su mano izquierda acariciándose su pecho,— la verdad es que es preciosa—, pensó Victoria. Esta no era lesbiana pero había mantenido relaciones con otras chicas en el internado en Madrid, pero nunca pensó en su hermana como compañera de correrías. Carlota se desprendió del resto de su ropa y se tumbó en la cama con las piernas ligeramente separadas, Vicky se dirigió hacia allí y besó en la frente a su hermana, notando lo caliente que estaba, —¿aún eres virgen?— le preguntó Victoria a su hermana, —si, es la primera vez que estoy en la cama con otra persona—, contestó esta sonrojándose. Vicky fue bajando la mano desde la mejilla hasta el pecho de Carlota que lo tenía tan prieto como el suyo propio, comenzó a lamer el pezón dejando escapar Carlota pequeños gemidos que demostraban que era una de sus partes más sensibles, la mano de Carlota mientras tanto se introducía por la goma de la braga de su hermana comprobando lo mojada que estaba, esta sin dejar de lamer los pezones de Carlota bajó la mano hasta su tanga y se lo quitó con lo que ya nada se interponía en el contacto de los dos cuerpos. Carlota empezó a frotar la vulva de su hermana lo que hizo que esta se estremeciera sin mucho esfuerzo y es que todavía le duraba la excitación de minutos atrás, la frecuencia del frotamiento aumentó en intensidad y Vicky comenzó a tener espasmos de placer que lo reflejaba con gemidos y pequeños bocados en los pezones de su hermana que a su vez estaba siendo masturbando por Victoria que tenía ya la mano toda húmeda debido a la gran cantidad de flujo que su hermana desprendía. Vicky retiró la mano del coño de su hermana y se levantó en dirección al armario de donde extrajo la caja del consolador, en el interior de esta había además unas correas de cuero que se adaptaban al vibrador y se ajustaban en la espalda haciendo que la mujer se transformara temporalmente en un objeto de placer femenino, Victoria se colocó el consolador como le había enseñado su mentora en estas lides, la cara de Carlota mostraba un cierto temor, —no te asustes al principio te dolerá un poco, pero estas sumamente húmeda y el dolor pasara pronto— le dijo a su hermana, lo que pareció que la tranquilizó, Victoria, se dirigió a la cama con el consolador instalado en forma que tapaba todo su coño, y lo conectó para provocar aún más placer a su hermana que iba a ser iniciada en los placeres de Lesbos, —date la vuelta y metete la almohada debajo del vientre para que se te levante la grupa—, Carlota obedeció y pronto tuvo el coño y el culo a la altura adecuada, Victoria se escupió en la mano derecha y la refregó contra le falo de plástico, a continuación acerco el vibrador a los labios de su hermana notando un pequeño temblor en esta —tranquila, voy a comenzar—, y dicho esto introdujo un trozo del consolador en el virginal coño de Carlota que lo recibió con un pequeño grito, continuó empujando hasta topar con el virgo de su hermana, mientras esta no paraba de emitir pequeños grititos, —ahora es cuando más te va a doler—, y antes de terminar la frase empujó el pene artificial hasta traspasar el himen de Carlota que no pudo reprimir un alarido de dolor, esto hizo que Vicky se asustara, —¿estás bien?, ¿lo saco?— le preguntó Victoria a Carlota, —no déjalo ya parece que no duele tanto—, contestó esta, a la vez que Vicky comenzaba a meter y sacar su recién estrenada polla del coño de su hermana que pronto empezó a gemir demostrando que el placer la estaba invadiendo, Vicky aumentó hasta el máximo la vibración del consolador, lo que provocó que le placer de Carlota se multiplicara,—la verdad que será un fiera en la cama—, pensó Vicky mientras llevaba su mano hacia el ano de su hermana y lo penetraba con el dedo anular, lo que provocó que Carlota diera un respingo pues no se lo esperaba, lo que hizo que el consolador se saliera del coño de esta, —¿qué estás haciendo?—, preguntó la recién sodomizada a su hermana, —te he metido el dedo por el culo ¿no te ha gustado?—, dijo esta con una sonrisa en los labios, y es que la expresión de Carlota no se podía describir, con todo el pelo alborotado, de espaldas con el culo en pompa, penetrada por sus dos orificios, y con una cara de viciosa que dejaba bien a las claras que le había gustado, con lo cual volvió a penetrarla con el consolador esta vez hasta el fondo, lo que incomodó un momento a Carlota hasta que su flexible coño se hizo al aparato nuevamente, a continuación Vicky introdujo en su culo el dedo anular y comenzó a hacer movimientos circulares lo que adelantó el orgasmo de su hermana —ahhhh, ahhh, ahhh, me corro, no pares, ahhh, ahhh, métemela más— balbucía Carlota mientras su hermana le introdujo un segundo dedo en el culo, que hizo que Carlota estallara en un orgasmo múltiple y que la corrida se deslizara por sus muslos mojando la cama, a pesar de esto Victoria continuó penetrando a su hermana lo que provoco que a esta se le repitieran los orgasmos a cual más profundo y prolongado hasta que después del cuarto y de haber estado empalada durante más de dos horas se dejó caer en la cama que a estas alturas estaba empapada, Victoria se retiró de los orificios de su hermana y se tumbo bocaarriba al lado de esta, con la polla aún puesta, también agotada, y bastante mojada no solo de su hermana sino que la experiencia le había provocado varios orgasmos, —ha sido estupendo, ¿verdad?—, dijo a su hermana que se había dado la vuelta y ahora abrazaba a su amante, —ha sido increíble, pero tu no habrás gozado— dijo esta dirigiendo la mano a la polla de su hermana comprobando como estaba de húmeda, —no te preocupes lo importante era tu iniciación ahora me masturbaré de nuevo y ya está—, contestó Victoria mientras que con su mano derecha se desabrochaba los anclajes del consolador. Habían agotado las pilas y no quedaba más remedio que usar el método tradicional del dedo corazón, pero teniendo compañía se podía aspirar a más usando la lengua de una Carlota que estaba radiante y sudorosa, la mano de esta empezó a tocar la vulva de su hermana que había cerrado los ojos y se dejaba arrastrar por una sensación de total relajación, los dedos de Carlota entraban en la gruta de su hermana que no tardó en emitir sordos gemidos que demostraban lo cachonda que estaba, —por qué no usas tu lengua—, dijo a Carlota empujándola hacia su coño, esta estaba dispuesta a todo y no lo dudo ni un instante, su lengua se dirigió a la raja de Victoria, que pronto sintió la humedad de la boca de su hermana que aunque no lo hacía tan bien como alguna de sus amantes anteriores se esforzaba y eso excitaba sobre manera a Vicky, Carlota usaba la lengua y los dedos y de vez en cuando succionaba de la vagina, Victoria se dio la vuelta y puso la grupa en la posición ideal para ser masturbada y penetrada por le ano, —Carlota mójame el ano y méteme el consolador—, esta escupió en el orificio trasero de su hermana y con el dedo corazón la penetro y distribuyó la saliva y los flujos vaginles que chorreaban del coño de Victoria, , cuando tuvo bien húmedo el ano Carlota cogió la polla de plástico y la acercó al trasero, poniendo la punta en el orificio y comenzó a penetrarla, la reacción de Victoria fue inmediata de un grito de dolor, lo que hizo que su hermana se retirase, —lo tienes muy cerrado, no voy a poder penetrarte por detrás— , dijo Carlota a su hermana, que se había llevado su mano derecha a la zona lastimada y se la humedecida con sus propios flujos para calmar el dolor, —ve a mi neceser y coge el tubo de vaselina—, le contestó esta con la voz turbada por la excitación, Carlota regresó con el bote, y echo una gran cantidad en el trasero de su hermana que continuaba masturbándose, con el dedo corazón y anular Carlota extendió la pomada por el ano y la penetró con los dos dedos, una vez lubricado bien el culo se dispuso a penetrarla con el consolador el cual también lo había untado con vaselina, la punta de este se acercó al ano de Vicky y comenzó a penetrarla, ahora era bastante más fácil y el dolor era soportable, —hasta el fondo cariño, métemelo hasta el fondo, ahhh, ahhh, ahhh, que bueno, más, más—, Vicky estaba súper cachonda, y su mano derecha no dejaba de meterse en su coño, Carlota había introducido gran parte del aparato en el culo de su hermana, y estaba también haciéndose un dedo, bueno dos, el consolador y los dedos salían de los orificios de las hermanas a una gran velocidad, el culo de Vicky se había dilatado enormemente y ya no le molestaba para nada el consolador, solo sentía un gran placer, a los veinte minutos las dos llegaron a un orgasmo increíble donde los líquidos brotaron de sus vaginas en una cantidad enorme, los gritos apenas los pudieron ahogar una en la almohada y otra en las nalgas de su hermana, una vez satisfechas, Carlota extrajo el vibrador del culo de su hermana, y se tumbaron en la cama abrazadas y con una sonrisa en los labios, aunque agotadas y doloridas, —hoy las dos hemos perdido la virginidad, tu por adelante y yo por detrás—, dijo Victoria a una sorprendida Carlota que no podía creer que hubiese desvirgado a su hermana. Había sido increíble y a partir de ese día las sesiones se repitieron iniciando a varias compañeras en el vicio, convirtiéndose en las alumnas más viciosas que jamás haya tenido Nuestra Señora del Carmen.

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