El colega de mi hermano (4: nacho y José)

Tenía la polla morcillona, a consecuencia de la historia relatada por mi hermano ...

El Colega de mi Hermano (4) … Nacho y José

Estaba alucinado, por las reacciones de los chavales. Estos dos sabían mas que yo de follar. José se incorporó en la cama, y se puso de frente a mi con las piernas entrelazadas. Tenía la polla morcillona, a consecuencia de la historia relatada por mi hermano Nacho. Parecía que lo estuviera reviviendo de nuevo.

José: Había hecho realidad en parte, uno de mis sueños mas deseado … el otro indudablemente ya sabes que era follar contigo Marcos.

El que se fuera el Adri, me hizo el tío mas feliz del mundo en aquel momento. Por fin, ya no había barrera alguna que me impidiera estar con Nacho. Quería que me hiciera suyo, sentirlo dentro de mi, notar el calor de su verga en mi boca, tocar su cuerpo … ese cuerpo que tanto he deseado y que nunca me atreví a profanar, por temor a que tu hermano me rechazara y me apartara de su lado. Pero ese dia lo cambió todo, por fin mi sueño se había hecho realidad, y no iba he desperdiciar la oportunidad.

Nacho: José … tu sabes que yo no soy gay, pero tengo que confesarte que ese dia yo tenía mas ganas que tu, en ser el primero en desvirgarte el culo. No se si era por la calentura que tenía, o porque llevaba tanto tiempo sin follar … pero lo que no quería era compartirte con el Adri.

José

Nos quedamos los dos mirándonos, sin decir nada al principio, ya que ninguno sabia como iba ha reaccionar el otro. Yo contemplaba su bello rostro, sus labios rojos y carnosos eran irresistibles. Nunca en mi vida había besado a ningún hombre, pero en aquel momento era lo que mas anhelaba. Acerqué mi cara a la suya y nuestros labios se encontraron, fundiéndose en un largo y profundo beso. Era el cielo, … por fin … saborear su boca, su saliva, su lengua … y aspirar su aliento. En aquel primer beso me asaltó una increíble avalancha de emociones, estaba sintiendo la calidez y la ternura de mi amigo del alma. Nacho no se apartó en ningún momento, ni cuando nuestras lenguas se entrelazaron una con la otra. Cuando finalmente abandoné el beso, me quedé mirándolo a la cara, Nacho cerraba con fuerza los ojos y tenia los labios ligeramente separados.

José: Me pareces el tío mas guapo del mundo Nacho, nunca me he atrevido a decirte mis sentimientos.

Nacho: José, mira tío … yo no

José: No, no digas nada … solo quiero contártelo, porque eres mi mejor amigo, eres como mi hermano. Desde hace mucho tiempo sé, que mis gustos con respecto al sexo son muy diferente a los tuyos. Yo soy como tu hermano … un puto maricón, pero que además de serlo … se esconde. No tengo los cojones suficientes como Marcos, para decir libremente lo que siento. El miedo que me daba el pensar como tu te lo ibas a tomar, es lo que me reprimía y me avergonzaba. Por que lo que digan o piensen los demás … el Adri, el Gabi, el Carlos, el Javi, … eso me da igual, pero no lo que pienses tu.

Nacho: Mira tío … tu serás siempre mi mejor amigo, eres como mi hermano … pero si vas por el camino que estoy pensando, nunca te voy a dar lo que tu quieres. Una cosa es el sexo, y otra muy distinta es que seamos pareja. Con esto te digo … que yo te acepto tal y como eres, por que sería un gilipollas si no lo hiciera, teniendo a mi hermano gay … Esto es sexo José, y si quieres un novio habla con mi hermano. Si quieres follar, aquí tienes mi pollón y por lo demás no te emparanoies tío.

José: Claro que quiero follar, … quiero ser tu puta y que me destroces el culo … haz lo que quieras conmigo.

Me agarró la cabeza con sus manos y metió la verga de un golpe en mi boca. Creí que me había partido el paladar, cuando la sentí taladrándome las paredes bucales. La saliva se escapaba de mi boca, mojándole la polla y formando grande hilos de babas, que mezclados con su liquido preseminal bajaban como un río hasta los huevos.

Nacho: ¡Trágate mi polla so puta! … vas ha ver las estrellas cuando te rompa el culo colega.

Al mismo tiempo que lameteaba la polla y sus peludos cojones, mis manos le recorrieron las piernas hasta llegar a los cachetes. Nacho gemía moviéndose mientras me tragaba su verga hasta la garganta, me revolcaba como su zorra … por que en ese momento era suyo … era lo que el quisiera.

Nacho: ¡Eh, puta! … lámeme todo el cuerpo.

El se tumbó en la cama con las piernas estiradas y abiertas de par en par, dejando para que me recreara con la vista, una rica polla y unos gordos huevos. Me deslicé hasta bajo para meterme los dedos de los pies en la boca. Los cubrí con saliva, chupé y lamí un pie y luego el otro, saboreé los tobillos, subiendo hasta las rodilla, los muslos, la entrepierna y deteniéndome de nuevo en sus preciosos cojones. Los devoré como un animal hambriento, succionándolos hacia dentro y tirando de la piel del escroto. Nacho gimió convulsionando el cuerpo levantando las caderas, ahora tenía en primera plana su boquete cerrado y apetitoso. Deslicé mi boca hacia ese manjar, chupé hasta saciarme, mi lengua jugaba con su ano, como un niño con juguete nuevo y no iba ha dejar de comérmelo hasta que pecara de gula. El colega se estiraba la polla, poniéndomela en la frente, golpeándome el tabique nasal y posando el capullo entre los ojos. Volví a envergarla en mi boca, en una mamada sin fin, con el cipote totalmente estirado y sostenido por la base con su mano.

Nacho: ¿Ya quieres que me corra mamón? … si … si no te paras no voy a poder aguantarme … ¡como chupas cabrón!

José: ¿Te gusta colega?

Nacho: ¿Qué si me gusta? … me vuelves loco. Tengo un vicio en lo alto que te cagas tío.

José: ¡Joder, tío! Está deliciosa … estoy caliente, caliente … me siento súper guarra … tu guarra.

Nacho: Siiiii … guarra, pedazo de putón … te voy a partir ese culo que tienes, que me pone a cien por hora … vas a suplicarme que te saque la polla del ano, de lo destrozado que te lo voy a dejar … ven maricona.

Me agarró de la cabeza con sus manos y me subió hacia arriba. Nacho apoyó su espalda en el cabecero de la cama, me levantó la piernas y me sentó encima de el. Tenía mi culo abierto por sus manos, su abdomen pegado a mi entre pierna, su ombligo rozaba mis huevos y mi boca se volvía a encontrar con la suya. Introdujo su dedo entre nuestras lenguas y lo humedeció, lo bajó hasta mi agujero y me lo ensartó en mi culo como el que enhebra un hilo en una aguja. Me folló con fuerza, agregando un segundo y un tercer dedo, estimulándome el culo para abrirlo al máximo. Con las manos me separó las nalgas y entonces sentí la cabeza del cipote a punto de estallar, apoyado en el ansioso boquete.

Me hundió hasta el fondo del culo toda la descomunal polla, la metió con un solo movimiento largo y repentino, yo empujé mis posaderas contra su vientre, tragando con mi caliente culo aquel cipotón grueso y duro.

José: Fóllame … métemela en el culo … vamos, fóllalo … fóllamelo cabrón.

Nacho: Aquí tienes, maricona, toma … toma esta polla de un macho de verdad … toma … toma puta.

José: ¡Siiiii …! Por favor, envérgame … fóllame … clávamela en el culo, clávamela siiiiii … métemela y destrózame por dentro tío.

Nacho me bombeaba cada vez con mas fuerza y rapidez, martilleándome con la polla hasta los intestinos. Mis caderas subían y bajaban al ritmo que marcaban sus manos, saboreando con locura la deliciosa verga y suplicándole que no se detuviera nunca.

Nacho: Te voy a llenar de leche caliente todo tu boquete … ¡Ahhh! … Siiii … Siiii … ¡Como se come tu culo mi rabo, joder! … Siiii … dale … me corro perra.

José: ¡Hijo puta! … ahhh … sigue … sigue, fóllame … ¡Que gusto colega!

Se pegó una corrida de muerte el cabronazo, como una metralleta me disparó unos cinco trallazos, que me llegaron hasta la próstata y me inundaron de semen todo el ano. Me chorreaba piernas abajo, goteando en la colcha que cubría la cama. Aunque se había corrido vaciando parte del jugo que almacenaba en los huevos, Nacho seguía con la polla empalmada dentro de mi agujero, y con mas ganas de guerra que antes.

Sin soltar mis caderas, me empujó hacia el lado izquierdo de la cama, y se colocó detrás mía. Me levantó la pierna todo lo que pudo, y con la otra mano colocó la verga a las puerta de mi cueva abierta y explorada. Mi culo se la volvió a tragar sin resistencia ninguna, la quería dentro otra vez, la deseaba como un sediento suplica agua, como el alimento que te hace vivir. Mi amigo gemía, jadeaba de placer, se retorcía de gusto al ver como desaparecía su nabo, cada vez que movía la pelvis empujándola contra mi culo. Serró mis piernas y comprimió los cachetes, y con fuerza me jodia sin piedad.

Nacho: Quieres que te meta por el culo esta polla tan grande y tan dura, ¿verdad? … dime que te mueres por que te folle.

José: Oh, … siiiii … siiii … ¡Fóllame! … quiero sentir tu cipote dentro de mi.

La boca se me hacía agua, gritaba de dolor y de placer, que bestia el hijo puta y como me desgarraba el ano. Pero a Nacho le daba igual, estaba disfrutando como un loco y yo no quería ni por un momento que dejara de empalarme.

José: Nacho, colega … tengo una fantasía.

Nacho: Dime puta … ¿Qué quieres que te haga?

José: ¿Sabes? … me pone muy caliente, imaginarte con la ropa de militar de tu hermano. ¿Por qué no te la pones?

Nacho: Te pone cachonda … ¿Verdad puta? Tu lo que quieres es que me ponga la ropa, por que me parezco a mi hermano … pero que calienta pollas eres. La verdad es que tendría su morbo ver como mi hermano te follaba el culo y que me chupara a mi la verga.

José: ¿Te follarías a tu hermano Marcos?

Nacho: No lo se … en una situación como esta no me importaría, además es que yo me conozco y me pierde lo vicioso que soy ... Espera que me vista y vete preparando, que te voy a envergar todo el fusil.

Al poco tiempo regresó Nacho vestido de militar, estaba guapísimo, era la viva imagen de su hermano. Ellos dos se parecen mucho en el físico, solo que Marcos es mas alto y un poco mas musculoso, pero por lo demás … aparte de la polla que todavía no se la había visto … son dos gotas de agua.

Nacho: ¿Así te gusta puta?

José: Si … me encanta. Que morbazo colega.

Llevaba puesto los pantalones de camuflaje, con los huevos y la polla por fuera de la bragueta. La camisa remangada, dejando al descubierto los músculos de los brazos y la gorra en la cabeza. Me corría solo con verlo, estaba caliente perdido, y sin que me ordenara nada me fui hacía el y comencé con mi faena.

Me senté en el borde de la cama y levanté las piernas lo mas alto que pude. Nacho no tardó en descubrir lo que mi ansioso culo le pedía, inclinó su cuerpo y apuntando con su arma, la clavó de un solo pollazo. Grité como un poseso, llamándolo por el nombre de su hermano y retorciéndome de gusto sobre el colchón.

José: ¡Fóllame, Marcos! … quiero tu polla dentro de mi.

Nacho: Tómala zorra … trágatela toda … Ahhh … si, sigue … tirate la polla del Marcos.

José: Me voy a correr, mi sargento … estoy a sus ordenes … siiii … ahhh … me voy … yaaa … ahhh.

Nacho sacó la polla de mi culo, en el mismo momento que comenzaba a correrme y la metió en mi boca. Que placer mas grande, escupía por la verga toda la leche almacenada en mis cojones, mientras mi amigo del alma me llenaba la garganta de rico semen, que se le escapaba a borbotones por el agujero del capullo. Se la limpié antes de que la sacara de mi boca, me bebí hasta la última gota que le resbalaba por el glande, saboreando una mezcla de lefa con gusto a culo. Los chicates de mi corrida, mancharon los cachetes de Nacho, y ni corto ni perezoso, me dispuse a lamerlos con la lengua.

Nacho: Ha sido increíble tío.

José: ¿Te ha gustado Nacho?

Nacho: ¿Qué si me ha gustado? … ya te lo diré yo a ti … no sabes tu, lo bien que me lo voy a pasar cada vez que te quedes a dormir en mi habitación.

Mas o menos pasó así Marcos, espero que te haya aclarado como fue la primera vez que tu hermano me empotró en la cama y me desvirgó el culo con su polla.

Nacho: Por cierto Marcos, tengo que llevarte un dia al garaje donde guarda el Adri la moto … creo que las reuniones de nuestra pandilla te gustaran, … y los colegas se alegraran mucho de verte.