El coche del Verano (2)
El primer relato que os ofrecí hace unos meses creo que no terminó al gusto de los lectores o al menos eso me hicieron llegar 6 o 7 de vosotros, que me solicitaron que efectuase la continuación del mismo, bien, ha llegado el momento que le demos una nueva perspectiva a mi relación veraniega con mi tía. Ahí va, espero que os guste.
Continuación de El coche del verano
El primer relato que os ofrecí hace unos meses creo que no terminó al gusto de los lectores o al menos eso me hicieron llegar 6 o 7 de vosotros, que me solicitaron que efectuase la continuación del mismo, bien, ha llegado el momento que le demos una nueva perspectiva a mi relación veraniega con mi tía. Ahí va, espero que os guste.
- Levántate!, son las 11 y media de la mañana, me decía mi madrina desde la puerta de la habitación.
Mientras mi mente reaccionaba y mi cuerpo intentaba seguir a mi mente aunque con unos cuantos segundos de retraso, la primera frase que llegó a mi cerebro con claridad era un mensaje claro y rotundo.
Ha sido un sueño, mierda!
Me parecía aún sentir en mis labios el sabor de la saliva de mi tía, en mis manos las formas redondas de su cuerpo, en mi cuerpo la excitación de la sangre en ebullición, y en mi interior una paz que siente aquel que ha cumplido su sueño, aunque la cruda realidad era que me encontraba en un 12 de Agosto a las 10 y media de la mañana recién despertado de un sueño increíble, con un ambiente cargado que me parecía encontrarme en el típico pueblo de Missouri que aparecen en las películas americanas, donde todos los actores aparecen sudando todo el film y siempre con una botella de cerveza en sus manos, en lugar de encontrarme en un pequeño pueblo de Tarragona de 900 habitantes escasos pasando el verano en casa de mi madrina, y teniendo un sueño erótico con mi tía que también residía en la localidad.
Me levanté de la cama con el incentivo de pensar que esa noche iría con mis amigos a un pueblo cercano que se encontraba en fiestas, evidentemente dependía que Miguel pudiese venir y además siendo el único que era mayor de edad y tenía carnet de conducir, pudiese conseguir que su padre le dejase el coche.
Mi madrina como siempre me había preparado un riquísimo desayuno para variar, aunque mi cuerpo daba buen provecho del mismo, mi mente solamente podía pensar en mi tía y en el sueño que había tenido con ella, aunque intentaba hacer razonar a mi cerebro diciéndole que era una locura, este contestaba pasando imágenes a cámara rápida de lo que había creído que había sucedido. Decidí ir a la piscina para intentar combatir el calor que desprendía tanto mi cuerpo como mi mente, aunque creo que fue de forma inconsciente, que aproveché que la piscina municipal estaba relativamente cercana a la casa de mi tía para acercarme a saludarle y ver que tal andaba todo.
Como siempre subí las escaleras de dos en dos mientras efectuaba un saludo en voz alta para avisar de mi presencia, me respondió la voz de mi tío desde la cocina, mientras me acercaba a esta mi mirada realizaba búsquedas por los alrededores por si conseguía verla a ella. Como siempre mantuve con tío una conversación insustancial, en la cual como siempre acabamos hablando del próximo partido de fútbol del domingo que se realizaría en el campo de un pueblo vecino y siendo él presidente del equipo del pueblo, me explicaba las tácticas que estos emplearían y que sucedió en el último enfrentamiento ya que por culpa del árbitro perdimos por un gol en fuera de juego. Sinceramente me parecía tediosa esa conversación, yo me encontraba inquieto, mi mente seguí ofreciendo imágenes a cámara rápida de las locuras que habíamos hecho mi tía y yo en mi sueño, y lo último que me interesaba en ese instante era conocer como mi tío, se acordaba de la familia genealógica del árbitro que dirigió el enfrentamiento de fútbol de los dos pueblos rivales. Aproveché un momento en el cual mi tío sorbía el café para preguntar donde se encontraba el resto de la familia, gracias a ello me enteré que mis primos estaban en la piscina y mi tía había ido de compras por el pueblo, así que una vez obtenida la información que deseaba, aproveché para despedirme con la excusa de irme a la piscina.
Maldecía mi suerte mientras bajaba las escaleras rápidamente, y me dirigí con mi bicicleta hacia la piscina, me encontré al girar en la calle principal para tomar la avenida que me conducía al polideportivo municipal, con ella. Desconozco si era mi calentura, o bien, era mi deseo de verla, pero aunque iba con un par de bolsas en cada mano, vestida con su típica falda que le cubría las rodillas y su camisa en la cual se vislumbraba el sujetador que llevaba puesto, sentí como mi corazón iniciaba una taquicardia y como las piernas me empezaban a flojear.
Aunque me ofrecí a acompañarla a casa, declinó la oferta y me dijo que no me preocupase que aún debía hacer compras, supongo que se dio cuenta que mi cara transmitía decepción que me invitó a cenar esa noche en casa, a lo cual evidentemente acepté rápidamente. El resto del día a partir de ese momento transcurrió lentamente, parecía que el minutero de mi reloj no avanzase, cuando comuniqué a mis amigos que no contasen conmigo tuve que aguantar unas cuantas mofas, pero aunque siempre he sido un ser orgulloso, estas las encajé con una sonrisa en los labios que parecía no se borrase de mi cara.
Me sentía nervioso, histérico, aunque creo que la palabra que mejor podía definir mi estado era el de excitado, aproveché la siesta en casa de mi madrina para soñar con ella y masturbarme como nunca antes lo había hecho en mi cama. Una vez dadas las correspondientes explicaciones a mi madrina que me iba a cenar a casa de mi tía, por lo cual se alegró porque consideraba que se encontraría mas tranquila mentalmente sino iba en coche con mis amigos a las fiestas del pueblo vecino, me dirigí a casa de mi tía excitado como un animal en celo, tenía una erección permanente que intentaba disimular reiteradamente, me encontraba a escasos quinientos metros de su casa cuando me encontré a mis primos que me comentaron que les habían dado permisos para ir al pueblo vecino, me encantó saberlo pues ello significaba que simplemente estaríamos mi tía, mi tío y yo.
Esta vez subí las escaleras pausadamente mientras mi excitación se encontraba en su máximo, intenté tranquilizarme diciéndome que el bulto en mis bermudas sería imposible disimular si continuaba en ese estado, como siempre hacía por costumbre saludé en voz alta para avisar de mi presencia, oí como respuesta a mi tía que me llamaba desde el comedor.
Entré en el comedor y me encontré a mi tía que preparaba la mesa, aunque solamente estaba poniendo dos platos, pensé al instante que no le entendí correctamente por la mañana y mientras me encontraba dándole vueltas de cómo realizar la pregunta para que la situación no se convirtiese en más embarazosa de lo que me parecía, entró mi tío en el comedor con una sonrisa mientras me decía que esa noche nos dejaba solos ya que iba a acompañar a mis primos a las fiestas y se quedaría un rato con ellos. Mientras intentaba que mi satisfacción no fuese visible, desde mi boca aparecían palabras de pésame por no poder cenar con él, miré a mi tía, estaba radiante, llevaba las mismas faldas que portaba por la mañana, aunque se había cambiado la camisa blanca por otra de color crema, no pude evitar fijar mi mirada en sus pechos unos segundos, creo que se dio cuenta de ello pues realizó el típico gesto de intentar subirse la camisa hacia arriba, o verificar si el botón estaba desabrochado, noté como mi erección en mis pantalones estaba a punto de explotar y como mis mejillas se acaloraban.
Mi tío se despidió de mí ofreciéndome la mano y de mi tía con un beso, si esta situación la hubiese imaginado en mi sueño no creo que se produjera un ambiente tan perfecto como el que había obtenido, cenaría con mi tía a solas.
Intenté hablar del tiempo, de lo caluroso que había sido el día, de lo bien que estaba el agua de la piscina, de cómo estaba siendo el verano, mientras mi tía sentada y comiendo poco a poco me miraba y sonreía, realizaba breves comentarios que me permitían ir hilvanando mas la conversación, aunque en mi fuero interno creo que hubiese hecho falta toda las camiones de bomberos para apagar el calor que sentía.
Finalizamos la cena con comentarios estúpidos, o al menos eso me parecían a mí pues no conseguía apartar mi mirada de sus ojos, le ayudé a recoger la mesa y me ofrecí a ayudarle a fregar los platos. Sentía su cuerpo cerca del mío, ella fregaba y yo secaba a su lado, tenerla a escasos 25 centímetros de mí ver su pecho como se mecía mientras fregaba los platos, conseguía subir mi excitación a cotas que nunca hubiese creído que fueran posibles, me sentía en una nube e intentaba cada vez que me daba un plato provocar un roce con su mano mientras me pasaba el vaso o plato para secarlo, creo que fue el calor, la situación o todo la locura de día que estaba llevando, que de repente yo mismo atónito oí como me salían frases a mi tía, que había dejado de lavar y con el ruido de fondo del agua cayendo, le confesaba que estaba completamente enamorado de ella, que me volvían loco sus ojos, sus mejillas, sus orejas, sus labios, el gesto mediante el cual su lengua humedecía sus labios, sus pechos, sus pezones, sus piernas, sus tobillos, su pies, que soñaba todo el día en poder meter mi mano dentro de su falda lentamente para ir subiendo y acercarme a su monte de Venus. Mi tía se alejó un metro de mí y me miraba alucinada, me acerqué a ella lentamente mientras seguía diciéndole como la deseaba con todo mi ser, no podía ocultar más mis sentimientos, le cogí las manos y las besé suavemente, ella hizo el gesto de apartarlas pero aproveché el momento para empujarla suavemente contra la nevera mientras mis manos subían por sus brazos hacía sus pechos, tenía a mi tía delante de mí y nos mirábamos frente a frente, sentía su mirada que traspasaba pero no podía terminar con la situación, ahora no. Le besé suavemente en los labios mientras ella seguía mirándome y noté como sus labios se abrían lentamente para que nuestras lenguas se uniesen, mis manos recorrían su cuerpo, acariciaban su culo, mientras intentaba subir las faldas para conseguir acceder a sus bragas, notaba como mi tía reaccionaba a mis intentos y sentía como se iba excitando conmigo cada vez más, creo que la situación como a mí le sobrepasó totalmente, conseguí subirle las faldas y metí mis manos dentro de sus bragas para acariciarle el culo, puso sus manos en mis hombros y me sentó en la silla que había en la cocina delante de la pequeña mesa, me bajó las bermudas y dejó todo mi miembro al aire, sin dirigirme la palabra delante de mío se bajo las bragas y tomó la iniciativa por fín, se sentó a horcajadas encima mío y me dejó entrar dentro de ella, estaba dentro suyo, mis manos le desabotonaban la camisa rápidamente para poder quitarle el sujetador y poder ver sus ansiados pechos para poder acariciarlos.
Así fue, sin dirigirnos una palabra solamente transmitíamos jadeos llegué a mi orgasmo más increíble que he tenido hasta la fecha, mi tía me besaba los labios, me mojaba con su lengua mis mejillas hasta que pude sentir como se desparramaba en su interior una humedad mientras su cuerpo se relajaba
Nunca más volvió a ocurrir, y creo que nunca más me atrevería a decirle todo lo que le dije esa noche, ella tampoco quiso hablar del tema conmigo. Ahora con las perspectiva del tiempo creo que fue el calor de la noche, el ambiente, mi excitación quien provocó la situación que se produjo o no? Quien sabe .
Espero que os haya gustado, cualquier comentario a favor o en contra será bienvenido y prometo tomar buena nota de cualquier sugerencia que efectuéis.