El club XXX Apéndice I Lupe, in memoriam
Unas personas dejan huellas en otras, y esas huellas pueden recorrer un camino muy oscuro
Buenos días, soy Miguel Guzmán Solís Matamoros, Natural de Hidalgo estado de Mexico, de una pequeña y tranquila localidad absolutamente controlada por el cartel de la droga local.
Por ese motivo y por no querer entrar en el “negocio” mi padre me envió a estudiar derecho a España, eso y con la idea de que me relacionase con gente importante a este lado del charco.
Mi padre tiene muchos contactos por su profesión, oficialmente es gestor de transportes, lo que no deja de ser un eufemismo para decir que es contrabandista, traficante de: drogas, armas, personas, en sus dos versiones, para pasar la frontera y como prostitución, animales exóticos, antigüedades, objetos robados, creo que lo único que no ha hecho mi padre es vender productos legales pagando impuestos.
Bueno, debido a estas circunstancias particulares mi padre me hizo ingresar en un selecto club, en el cual me iba a estar como me dijo viendo lo que me perdía por no tener dinero, ingresé según me dijo para conocer gente importante y tener contactos que un día podría llegar a necesitar, y estoy seguro que lo hizo con el fin de que desease tener dinero para tener los privilegios de ser un socio pudiente en el club.
Yo no le veía sentido ninguno a acudir al Club pero entonces mi padre me dijo muy serio, no es que quieras o no ir, es que si quieres seguir estudiando y viviendo en España, entonces tienes que ir todos los días al menos dos horas. Te recomiendo que organices bien tu tiempo.
En el club en cuestión una persona como yo poco tenía que hacer, era una especie de club de intercambio, con la diferencia de que no había que llevar pareja, las parejas se compraban allí en subasta, y luego se podían intercambiar, subastar, prestar, a discreción. Las mujeres que llegaban al club iban siempre por propia voluntad, extorsionadas pero para todas la opción de la justicia era sin duda mucho peor. Estaban tres años sirviendo como esclavas sexuales dos veces por semana y al cabo de tres años salían libre de toda pena y con la cantidad que se hubiese pagado por ellas en subasta, lo que dicho de paso para muchas era un buen negocio, librarse de muchos años de cárcel por estar gozando del sexo tres años y además sacar beneficio.
Las mujeres iban y venían, cambiaban de dueño, todas tenían algo que ocultar sin duda, y buenos motivos por los que era recomendable estar en el club que en la cárcel, el problema eran sin duda ciertos dueños crueles y sádicos, pero una pequeña minoría, lo normal es que los dueños tuviesen una o dos mujeres (las denominaban hembras o yeguas para no sentirse tan culpables), dueños que acudían al club a tener sexo con ellas, normalmente anal, felaciones o vaginal, en orden inverso a lo que tenían en casa.
Yo estaba por el club a diario, conversando con otros no propietarios, de vez en cuando algún propietario nos invitaba a chica, con la doble idea de hacer caridad y castigar a su chica por alguna ofensa real o imaginaria.
Un día apareció en subasta una chica joven, muy joven, casi menor de edad, y sin alcanzar un precio demasiado elevado en subasta fue adjudicada a un tal Ernesto, un tipo que se las daba de tener dinero, pero que siempre andaba pujando cantidades bajas, y retirándose pronto algo que según mi padre me dijo hace tiempo, hay quienes tienen dinero y pujan lo que sea por lo que quieren, y quienes aparentan tener dinero y solo pujan lo que pueden por lo que quieren; luego están los que quieren que otros gasten mas dinero y en cuanto el oponente empieza a dudar pujan otra vez y lo dejan. Pero sin irme por las ramas, me fijé en esa chica por lo joven, y poco pecho (algo extraño en el club suelen ser de pecho generoso con o sin ayuda de la silicona) por su cara, una cara bonita con una mirada muy triste, y por su nombre Guadalupe, un nombre que me recordó mi tierra.
Ese día le llamé a mi padre y le pedí dinero para comprar una mujer, en concreto quería a Guadalupe, Lupe como era conocida en el Club. Mi padre por supuesto me preguntó el motivo y se lo expliqué, con todo tipo de detalles, y él desde su situación y mayor edad me dijo. Por esa cantidad que me pides aquí en Mexico tendrías a diez mujeres tan altas, jóvenes, guapas y tetonas como quieras para no tres sino para los años que quisieras, pero si de verdad deseas ese dinero, vuelve a casa y trabaja en la empresa.
Como es fácil de adivinar no obtuve ningún dinero de mi padre, pero yo seguía absorto con esa chica, una chica que a diferencia y viendo como otras mujeres del club se comportaban antes de entrar en esta “selecta” organización no había tenido antes muchas ni diversas experiencias sexuales, dudo que entrase virgen al club, pero sin duda apenas había tenido experiencia con hombres, se esmeraba pero era torpe, y con sus eternos ojos tristes.
Al cabo de un tiempo y relegada al ostracismo por su dueño, que prefería estar con su favorita, la compró un nuevo socio, un inversor, un tipo que llamaba mucho la atención, por haber comprado una “vaca vieja” una mujer mayor de treinta y cinco años y con una prodigiosa delantera, de hecho las mayores de esa edad si no tienen una talla de tres dígitos son llamadas entonces cariátides en referencia a las columnas griegas con forma de mujer en clara referencia a su antigüedad. Pues sin irme por las ramas, había comprado una vaca vieja y la había convertido en una aspiradora de primera, así llaman en el Club a las mujeres que destacan como felatrices. Según se puede observar la cosificación de las mujeres en el Club es evidente, son mercancía, herramientas para obtener placer, con su colaboración o a su pesar. Luego del adiestramiento vendió a esa mujer a uno de los capos del club, uno de los mas agresivos, tan cargado de dinero como bien dotado, y a pesar de esa capacidad económica y de ese miembro monstruoso que lucía lo mas peligroso de ese hombre era su desmedida misoginia su necesidad casi patológica de humillar y vejar a las mujeres de su propiedad, a las que creo que jamás llamó mujeres sino hembras o yeguas.
Pero apenas la tubo un tiempo, enseguida la vendió, tal vez esperaba mas de ella en el concurso, o no progresó adecuadamente, de hecho vendió a las dos que tenía en ese momento para comprarse una top. Luego no se como consiguió que le cediese una uno de los capos del club que luego cayó en desgracia por según nos informaron prostituir a mujeres del Club fuera de sus instalaciones. Incluso acabó provocando la desgracia de su vendida vaca vieja y tras el abandono de su dueño y posterior subasta comprarla por calderilla, si no la compré yo es por los muchos años que me sacaba y por las aberraciones que vi habían cometido contra ella, incluso obligarla a tener sexo con un perro enorme.
Este hombre vendió a sus dos mujeres a Lupe a un friki amante del sado y a la otra a un vejete que se encaprichó de ella en el concurso, lo cierto es que lo había hecho bastante bien.
Unas semanas después Lupe desapareció, y al preguntar por ella, nadie sabía nada, finalmente me enteré de que había muerto. No se bien que pasó pero prohibieron al comprador de Lupe los experimentos que hacía con ella repetirlos con otras mujeres, por lo que entendí que había sido el principal responsable de su muerte. Estaba sentenciado. Lo decidí en cuanto até cabos, me marché del club y le llamé a mi padre para decirle que aceptaba trabajar para la empresa, que me encargaría de gestionar desde España los envíos que la organización realizase y de colocar la mercancía con dos condiciones: No iba a trabajar con drogas, y no iba a trabajar con armas. Me quedaba con todos las secciones “menores”: Personas en sus dos vertientes, contrabando, y animales exóticos, que dicho sea de paso esto último me ayudó bastante.
Luego tuve un problemilla con mi padre en cuanto se enteró de mis actividades en España, ya que mientras estuve fuera de la organización con el dinero que él me enviaba para estudiar esperaba que no me metiese en líos y no le hiciese abuelo antes de tiempo, el resto le daba igual. Cosa que cambió y a él le cambió la cara cuando me preguntó por la facultad para conocer los entresijos de la legislación española y se enteró de que la carrera de derecho que había propuesto para mí una vez que llegué a España la cambié por historia, con interés especial en la edad media. Después de mucho gritar y despotricar diciendo que eso no me valdría para nada yo con todo el cinismo del mundo le contesté: “Papa, es la carrera que necesito para vivir como a ti te gusta” y se lo detallé. Papa, a ti te gusta acostarte con jovencitas, y te cuesta mucho conseguir alguna escort de menos de 20 años, yo seré profesor de instituto y si suspenden y quieren subir nota, entonces tendrán que ejercer la ley de la balanza, cuanto mas se bajen las bragas, mas subirán las notas. Se echó a reír y me recomendó contratar a un buen abogado con pocos escrúpulos que me aconsejase bien.
Y eso hice siguiendo los consejos del letrado fui poco a poco logrando una pequeña fortuna, y en cosa de dos años ya tenía un importante capital, así empecé a fraguar mi venganza, y como un plato frío, y bien macerado, el mejor tequila duerme años en barrica que decían mucho en mi casa allá en Mexico.
Lo primero que hice fue averiguar donde vivía el responsable de la muerte de Lupe. De forma discreta, contraté a un detective y le pedí que durante un mes fotografiase a toda persona que entrase o saliese del club, y de esa forma obtuve la relación casi completa de socios y mujeres que acudían, finalmente pasado el mes pagué al detective y le agradecí sus servicios, luego contraté a otro para enseñándole la foto del último dueño de Lupe le di la dirección del Club y le pedí que me diese toda la información que sobre él pudiese conseguir.
Tras esta actuación otros detectives uno para cada uno de los cuatro socios directivos del club, el presidente, el tesorero, el secretario y el vicepresidente, función de este último ejercer cualquier cargo que quedase vacante en reuniones, para de esta forma siempre hubiese tres personas tomando decisiones, aunque rara vez estaba mas de una en el Club de forma simultantea.
Mientras los detectives cada uno por su lado iban haciendo pesquisas, yo iba preparando un local que había comprado en un polígono para dedicarles mi homenaje especial por el buen cuidado de algunas chicas en especial y de Lupe en particular.
Como imaginareis durante este tiempo trabajando para mi padre los ingresos eran enormes, y ese poco a poco que he dicho antes significaba no ganar mas de 30.000€ al mes, cuando otros miembros más activos de la organización podían llegar a ganar cientos o mas de un millón de euros al mes.
A pesar de los gastos me pude comprar una chica, para disimular, dije que llevaba mucho tiempo ahorrando y pujé por una chica joven, alta y aparentemente tosca, bonita cara y …, no se que decir, la chica no tenía casi atractivos, lo único que cabía destacar de ella es que era una tanqueta, no se de donde la habían sacado pero hombros anchos (luego me enteré de que quiso ser nadadora, pero no llegó a los tiempos mínimos por segundos) poco pecho, el caso es que su forma física había decaído y si bien tenía brazos y piernas musculados, tenía algo de barriguita por falta de ejercicio o exceso de alimentación.
Decidí humillar a todos los miembros del Club, que consideraban materia a sus mujeres, utilizando a la mía de forma diferente. La obligué los días que no iba al Club a hacer de forma sistemática todos los días 10 cuadernos de caligrafía, y a leer en voz alta y grabarse durante dos horas.
De esta forma en el Club me leía los apuntes y le dictaba y escribía por mi las anotaciones y lo que debía estudiar, la tenía ejerciendo de secretaria y además la estaba formando.
Otro de los “insultos” a los miembros del Club era terminado el tiempo de estudio preguntarla, que tipo de sexo deseaba tener ese día, postura y demás.
Los miembros del club pedían a las chicas que vistiesen de forma mas o menos provocativa para presumir del cuerpo de sus hembras, yo la vestí con un conjunto de chaqueta y falda con camisa blanca y sujetador negro de encaje, zapatos de tacón de aguja, pero no demasiado altos, gafas en vez de las lentillas que llevaba habitualmente el pelo recogido en una cola de caballo sujeta con un pasador tras la nuca. Eso y un broche de bisutería y un collar visto cuatro dedos por encima de la horizontal de sus pezones. Ya se que mucho pensarán en qué mas llevaba, pero lo que no se ve no es necesario, así que ni medias ni ligueros, solo esos pequeños calcetines invisibles para evitar que los zapatos la hiciesen ampollas.
Al poco tiempo me empezaron a llegar ofertas por ella. Yo se lo decía a Isabel, que así se llamaba mi chica, y ella me miraba con cara de miedo. La pregunté al cabo de un tiempo si se cambiaría por alguna otra chica del Club, el no fue rotundo.
Al cabo de un tiempo con ella y con algo mas de confianza la pregunté sobre su vida en el exterior, si bien estaba prohibido que nos encontrásemos fuera del club, no quería que a mi chica las obligaciones del club le perjudicasen en absoluto.
Me comentó que estudiaba, que pagaba una habitación y que los días que no tenía que ir al club ponía copas en un bar, el cual antes de que me dijese cual era la interrumpí diciendo que no quería tener esos datos. El siguiente día que acudió al club tenía un nuevo traje de falda y chaqueta, y en el bolsillo interior de la chaqueta una tarjeta de débito y una nota, que decía que los días 1 de cada mes se ingresaría en esa cuenta la cantidad de 850€ con la clave (que debería cambiar), a condición de que dejase ese trabajo en el bar a media jornada que la iba a entorpecer mucho en sus estudios. Creo que en los muchos años de existencia del Club una mujer lloró de gratitud.
Algunos socios me empezaron a mirar con recelo, no era extraño que un miembro se encaprichase de una de sus chicas, o menos normal al revés. Lo en apariencia inasumible para ellos era que el dueño tratase a su chica como una igual, como casi siempre era mi caso, parecía mi consejera, mi secretaria, en ningún caso la esclava sexual que se suponía debía ser. Por supuesto que teníamos sexo, era algo obvio en este Club, de no hacerlo hubiese sido demasiado extraño y hubiese sido interrogado en profundidad, pero de esta forma, yo tenía claro que era intocable, mi respuesta era siempre, yo incluso en esta situación de poder sigo siendo un caballero, y aunque pueda no me voy a propasar con mi chica.
Aunque hubo excepciones, y estas fueron cuando algunos socios me pidieron estar con mi chica, y de estos a unos pocos no se lo pude negar. Ellos antes de que yo tuviera a ninguna chica me habían cedido a la suya, nobleza obliga. Isabel no se lo tomó mal, estaba avisada de antemano y veía a diario los cambios de chicas, pero tampoco la gustó. En estos casos siempre avisaba de las condiciones de trato exquisito a mi chica, podía tener sexo con ella, pero no podía vejarla, humillarla, dañarla, golpearla o perjudicarla en modo alguno. Algunos miembros son amantes del sexo duro y devuelven a las chicas llenas de hematomas o con fisuras anales o con otros inconvenientes para la siguiente relación porque están molestas o doloridas. Cabe decir que todos aceptaron esas condiciones, y si bien Isabel no era una diosa griega, con la gimnasia que la obligaba a hacer (entre leer, escribir, estudiar y hacer gimnasia no le quedaba tiempo para trabajar), era una chica cada día mas interesante. Empezaba por el trato recibido a despertar envidias incluso entre las chicas de mas alto nivel del Club. Mi plan estaba dando resultado.
Lo supe el día en que otro socio se me encaró por que sus chicas se estaban alborotando por como trataba yo a la mía, me dijo que si necesitaba una novia que la buscase fuera que allí eran putas lo que había, yo le indiqué que hasta las putas merecían respeto, y el erre que erre seguía insistiendo, estas putas han elegido estar aquí, de lo contrario estarían en la cárcel, y aquí con una de mis mejores sonrisas y bajando el tono le abracé y le dije: amigo mío, te compadezco, porque no entiendes que los delincuentes tienen derecho a otra oportunidad y las putas son personas, y estén aquí o en la cárcel esto es para redimirse y purgar su falta, ¿acaso tratas de que tus chicas piensen que se han equivocado y que la cárcel sería mejor que esto? Y se marchó diciendo que hablar conmigo era imposible, creo que quiso ir a protestar a la dirección del Club, lo que no sabía es que la dirección desde hacía un mes había desaparecido, otros de los miembros mas antiguos tenían una directiva provisional a la espera de saber que demonios había pasado con el presidente, vicepresidente, secretario y tesorero, los cuatro en puntos diferentes según la geolocalización de sus teléfonos en restaurantes concurridos pero todos con la particularidad de que estaban en polígonos industriales o afueras. Lo que se sabía es que había sido coordinado, todos el mismo día, por separado y a la misma hora con pocos minutos de diferencia.
Dos días mas tarde cuatro paquetes de mensajería entregaban sus efectos personales todos, hasta la ropa en el Club. Sin remite, sin conocer nada, sin datos, lo que el mensajero sabía es que debía recoger unos paquetes en un polígono de las afueras en una empresa que él pensaba que estaba cerrada a una hora de la tarde, al llegar allí un hombre le dijo desde un coche que paquetes eran y que los llevara a la dirección del club, que se tenía que ir que se le hacía tarde. Todos los rastros llevaban a puntos muertos incluso para los potentes recursos de investigación del club. Tres semanas mas tarde se recibieron en el club una serie de Pendrives con vídeos de los desaparecidos.
El primero de cada uno de los desaparecidos era siempre lo mismo, un interrogatorio, aparecía el directivo, desnudo atado tumbado boca arriba en una mesa y le iban preguntando porqué se permitían tratos vejatorios a las mujeres, entonces ante cualquier respuesta con una tijera de flejes se le cortaba el dedo meñique de la mano izquierda amputando dos falanges por el cartílago, luego otra pregunta, y con esta respuesta se era “generoso” el entrevistador había ver que estaba satisfecho con la respuesta y decidía cicatrizar la herida aplicando un hierro al rojo sobre herida, otra pregunta otro dedo amputado, otra pregunta otra herida cerrada a fuego, así cuatro veces, la mano izquierda inutilizada. La cabeza obviamente distorsionada por el dolor pedía perdón, entonces llegaba la pregunta definitiva, si estaban dispuestos a vejar a alguna mujer mas, y la respuesta en un no rotundo, en ese momento el “entrevistador” decía te creo, pero debo asegurarme, y colocándose a su izquierda, y cogiendo en la mano izquierda el escroto con ambos testículos y portando en la derecha una hoz, que le pasaba delante de la cara le decía, es importante asegurase, en una situación de estrés la gente dice cosas que luego no cumple, y con un tajo certero amputaba sin apenas causar dolor instantáneo, algo así como un corte al afeitarse, pero luego era herida era inmediatamente suturada con una solución de agua vinagre y sal. Y entonces los gritos casi conseguían destrozar los altavoces donde el vídeo se estaba reproduciendo.
Después venían los vídeos personales,
El vicepresidente: Este era un cargo creado para que cualquier miembro de la directiva pudiese faltar, delegaba en él su voto y el vicepresidente asistía de lo contrario eran los otros tres miembros los que tomaban las decisiones.
En el vídeo se le veía atado dentro de un ataúd con el lateral de cristal y una cámara grabando, se ve un reloj y se ve pasar el tiempo, pasa un día entero encerrado, una voz le habla y le dice si quiere salir, si ya ha aprendido, el dice que si, y la voz le contesta, también Lupe quería salir del club al de tres años, en ese momento cae desde arriba una cosa informe que se mueve, son hormigas rojas, están furiosas atacan al vicepresidente, este grita, y se le meten por la boca, los ojos, la nariz, le muerden la cara el cuello hay cientos miles, el está desnudo sufriendo tremendos dolores de cada picadura, se agita, pero sin mucho espacio y son demasiadas hormigas, la muerte es lenta y horriblemente dolorosa.
El Tesorero:
El tesorero era el cargo menor de los tres, aparece tumbado, en posición fetal atado para que no pueda moverse, a su lado hay una figura de metal de un toro en posición de embestir, se abre una portezuela y se abre el toro, dentro se introduce al tesorero que grita y pide perdón, le dicen que será perdonado en cuanto lo purifiquen, dentro del toro hay unas lámparas y varias cámaras. El tesorero gime, llora y pide perdón, trata de negociar su liberación. Desnudo atado y en las entrañas de ese extraño artilugio de metal, de repente una voz le pregunta por Lupe, ¿Por qué la dejaron en manos de ese sádico que la abrasó desde dentro? El dice que lo siente que no sabía nada, y finalmente le dicen, no te podemos explicar lo que sintió pero sentirás algo muy parecido.
Luego nota que el metal se empieza a calentar, huele a humo, hay zonas donde se vuelve un calor insoportable, grita se está quemando, duele, el calor aumenta, el dolor también gritos, dolor y desde fuera se escuchan los gritos como mugidos coreados con olés y se ve pasar un capote sobre la cabeza metálica del toro. Hay mas de una hora de gritos y mugidos.
El Secretario.
Está el secretario tumbado sobre una tabla de madera, está con la cabeza inmovilizada, y atado el cuerpo, brazos y piernas, se le explica que no les entra en la cabeza que puedan dejar que un socio por un error acabe con la vida de una mujer y que apenas se tomen represalias contra ese socio y que deberían ser mas abiertos de mente, en esa situación el secretario responde que no sabía lo que iba a hacer, y como es normal la voz le dice, no es que no supieseis, es que no preguntasteis, por lo tanto tampoco quisisteis saber, y eso os hace culpables, y por tanto aquí estarás hasta que te entre poco a poco en la cabeza de forma constante, para que no se olvide.
En ese momento le cayó una gota en la frente, seis segundos después otra, y otra, y otra, cada seis segundos, al cabo de una hora ya le dolía, al de dos horas los gritos pidiendo perdón y ayuda eran tremendos. El vídeo seguía, el secretario no podía dormir, gritaba con cada gota, y a la vez suplicaba beber agua, las horas pasaban se podían contar 10 gotas por minuto, 600 por hora, 600, 1.200, 2.400 gotas, y gritos, risas, locura, demencia, movimientos espasmódicos de pies y manos, un día, dos, tres, gotas y gotas sobre la cabeza, y con cada gota una reacción cada vez mas apagada un rictus de la cara mas desencajado, dolor, locura, agonía de sed, casi 5 días después su corazón dejaba de latir, y nadie en su sano juicio envidiaba sus últimas horas.
El Presidente.
El presidente estaba tumbado boca arriba atado de pies y manos sobre una tabla desnudo atado cuando despertó y le preguntaron por qué había permitido que a una mujer le introdujesen en la vagina y ano electrodos? ¿Por qué había consentido que una mujer muriese bajo la “protección” del Club? Se suponía que el Club la defendía del castigo de la sociedad a cambio de un tiempo de ser objeto sexual, pero que su vida y su integridad serían salvaguardadas. El presidente dijo que tal vez se habían equivocado al permitir en el Club semejantes actos, pero que evitarían que eso volviese a pasar, efectivamente, contestó la voz con ustedes no volverá a pasar, y en ese momento el presidente notó como una barra se introducía por su ano, unos cinco o seis centímetros como la tabla y la barra se inclinaban hasta alcanzar 60 grados y como quedaba liberado de ataduras, y poco a poco empezaba a deslizar, a deslizar mientras la barra de unos dos centímetros de diámetro se iba introduciendo en su recto, y notaba que la barra no era cónica, era cada vez mas gruesa, al cabo de un rato los dolores eran muchos, la barra estaba engrasada pero llevaba introducidos unos 15 centímetros y debía ser ya de un grosor de 6 centímetros, su ano le ardía, y cada movimiento cada gesto, cada variación hacía que se resbalase un poco mas y la barra se le introdujese aún mas profundamente en el cuerpo. Las horas pasaban, la incomodidad también los calambres amenazaban con llegar y no podía evitar nada, los pies no podían ayudar ya que la barra estaba muy bien lubricada y los intentos de empujar hacia afuera apoyando los pies en la barra solo habían servido para que se le introdujese más y más en el cuerpo. Finalmente se durmió a pesar de los dolores y solo duró unos instantes dormido, relajar los músculos y un pequeño movimiento aceleró el proceso y resbaló en la barra casi 10 centímetros, ya tenía desgarros internos y el dolor era casi insoportable, gritó, lloró, pidió auxilio y perdón pero no consiguió nada, aparte eso si resbalar un poco mas por la tabla e introducirse mas y mas la estaca que le iba desgarrando las entrañas. Tubo suerte, la estaca al de día y medio le perforó un pulmón y solo tardó otros dos días mas en morir.
El invitado.
Rodolfo había sido secuestrado el día anterior al secuestro de la cúpula directiva del club y había visto las escenas de los dedos y los testículos a la directiva, lloraba y pedía perdón, decía estar dispuesto a cambiar, y prometía que no volvería a suceder (que previsible, si todos dicen lo mismo).
Se le explicó que él no pasaría por eso, que no era miembro de la directiva, lo cual le hizo pensar que iba a salir bien parado.
Rodolfo escuchó una voz que le dijo, ¿Sabes por qué Lupe estaba en el Club? Rodolfo negó con la cabeza, pues atiende dijo la voz, estaba porque mató al hombre que intentó violar a su hermana pequeña, y Lupe y su hermana estaban de forma irregular en España, de forma que o aceptaba estar en el Club o ella iba a la cárcel y después era deportada y su hermana sería deportada en el acto. Y ella estaba dispuesta a ingresar un tiempo en el Club por su hermana y tu por un “error” la has quitado el sueño de salir del Club con dinero y con la seguridad de vivir aquí. Y eso se paga.
En ese momento a Rodolfo, encerrado en un ataúd con un lateral de cristal le cayeron encima un centenar de hormigas rojas furiosas que le picaron de forma inmisericorde, pero eran pocas, y Rodolfo podía moverse ligeramente lo que hizo que a pesar de los muchos picotazos dolorosos que recibió, de la terrible quemazón e hinchazón de esos picotazos sobreviviese.
Un rato después Rodolfo era cuestionado sobre los motivos para abrasar con electrodos a Lupe, ¿Por qué hacer eso a una persona que ningún mal le había causado? El contestó que su intención no era acabar con ella solo saber su nivel de resistencia, y le contesto la vos que en eso estaba trabajando ella también.
Entonces introdujeron a la fuerza a Rodolfo en un toro de metal toro de Farelis le llamaron, y encendieron fuego debajo, fuego moderado, no para matar a nadie en un plazo breve, lo dejaron apagar, lo encendieron otra vez, así durante un día en el cual Rodolfo gritaba y lloraba, y desde fuera se oía como si fueran los mugidos del toro, se veía un capote sobre la cabeza metálica del animal e incluso se añadieron algunos pasodobles taurinos.
Ahora a Rodolfo, maltrecho pero vivo le dijeron que le dejarían tumbarse y recuperarse de sus quemaduras, casi todas en brazos y piernas por estar en posición fetal dentro del toro, también le dijeron que si pensaba que era normal lo que le había hecho a Lupe, Rodolfo dijo que no, que lo sentía muchísimo, que pagaría lo que hiciese falta a su familia, pero que le dejasen libre.
Tumbaron a Rodolfo boca arriba, lo inmovilizaron y lo cubrieron con una manta, no era cuestión de que un persona en tan mal estado como él falleciese de hipotermia, eso no entraba en los planes.
Una vez tumbado e inmovilizado le dijeron que creían que habían conseguido encontrar la forma de que cambiase su forma de pensar y que iban a iniciar el tratamiento, a estas alturas Rodolfo no sabía a que se referían por un lado pensaba que no le iban a hacer ningún daño, y por el otro se temía lo peor, el caso es que lo dejaron tumbado e inmovilizado en una mesa de madera, tapado con una manta para que no se enfriase y apagaron las luces, todas excepto una pequeña luz en el techo que no entendía para que estaba allí si no servia para iluminar nada, cuando de repente frente a esa lámpara estalló un destello y en menos de un segundo una gota de agua se estampó contra su frente, a los 5 segundos nuevo destello y un segundo después gota de agua fría en la frente. Así comenzó su tormento, la quemadura de la piel de la frente llegó enseguida, luego los dolores, los calambres, el terror cada vez que veía el resplandor de la lámpara antes de llegar la gota, dolores, espasmos, delirios, gritos, agonía, dos días lo tuvieron allí atado, cuando lo sacaron era un despojo humano, una piltrafa que se hubiese tirado bajo un tren si se lo hubiesen ordenado, todo antes de volver a estar bajo esa gota de los horrores. Finalmente fue atado en otra cama esta sin nada por encima que le pudiese dejar caer una gota, desnudo con el cuerpo ya sin la hinchazón de las hormigas, y con las quemaduras algo mas curadas fue alimentado con zumos, ya que llevaba dos días sin comer, estuvo tres días de reposo tomando líquidos, y finalmente atado como seguía en la cama de madera con todo el cuerpo dolorido por la inmovilidad le pusieron el vídeo del vicepresidente, del tesorero, del secretario y del presidente, entonces Rodolfo llorando pidió perdón, no quería morir así, no quería ser torturado, y que le ahorcasen, que le disparasen pero así no, y la voz le explicó que de acuerdo, no sería la muerte del presidente, atado e inmovilizado como estaba le introdujeron lentamente una barra de dos centímetros de diámetro por el ano, en un ángulo que evitase las venas y arterias principales de la zona, luego cambiaron el ángulo para que la punta de la barra llegase a la parte interior del externon, el cual rozó provocándole un dolor extraordianario, mayor que los que había sufrido hasta ese momento, y la barra siguió avanzando por el cuello, por la garganta, hasta que le obligaron a levantar la cabeza, y en ese momento la barra le atravesó la boca y asomó entre los dientes, la barra sobresalía de su cabeza 20 centímetros por su boca, una barra que estaba atravesando su cuerpo desde el ano, entonces colocaron un tope bajo sus nalgas y pusieron vertical la barra para evitar que se ahogase con su propia sangre, y como su cuerpo estaba alimentado solo con líquidos los daños de la barra al perforar los intestinos generaron poca pérdida de materia fecal en el organismo por lo que la infección fue mucho mas lenta de lo normal y los terribles dolores que sufrió mientras su cuerpo se podría desde dentro duraron casi doce días.
Con esta situación de interinidad y con las ejecuciones de la directiva en represalia directa por la muerte de Lupe, la cúpula provisional decidió no mantener el club y cerrarlo, mirando más seguir vivos que mantener el negocio.
Como es lógico mi venganza pasó desapercibida, ningún socio había oído de mi una palabra más alta que otra, ninguno me había visto jamás tratar mal a nadie, y aunque incluso hubo alguno que llegó a dudar de mi hombría en ocasiones ya que con caso de las torturas acaecidas me dirigía a los baños a provocarme el vómito, y volvía con claras muestras de haber vomitado, y pensaban todos que era debido a mi incapacidad para asumir semejantes escenas.
Por supuesto yo no volví a ver a Isabel, aunque me aseguré que tuviese una buena ayuda que recibió de forma anónima, y de que la hermana de Lupe, por quién ella había perdido la vida tuviese una vida en España, y para la cual logre que la diesen un buen trabajo bien pagado.
En la tumba de Lupe me encargué de que nunca faltasen las rosas blancas, según me enteré sus flores favoritas, todos los lunes media docena.