El club de los padres que se follan a sus hijas 4
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EL CLUB DE LOS PADRES QUE SE FOLLAN A SUS HIJAS 4
-Papi, papi, clávamela, clávamela más adentro, gemía mi hija, mientras yo a cuatro patas me la follaba, con ella agarrada al cabecero de la cama. Mi mujer se había sentido mal al volver del trabajo y se había acostado pronto. Mi hija vino a buscarme y yo por supuesto acudí a su habitación enseguida y empezamos a hacerlo.
Por cierto soy la letra J. Agarraba las caderas de mi hija mientras la penetraba y con los dos sudorosos y sumidos en el éxtasis, alcanzámos el orgasmo. Mi hija elevó el tono de sus gemidos y yo me corrí bien fuerte.
Estaba dentro de ella terminando de soltar toda mi leche mientras ella recuperaba la respiración.
-¿Te ha gustado mi niña?
-Claro papi, follas genial. Ya solo voy a querer hacerlo contigo, me dijo sonriendo.
-Tendrás que buscarte novio algún día.
-Si, pero de momento te tengo a ti y diciendo esto me besó en la boca.
La llevé a la ducha y la lavé bien. Ella me ayudó a lavarme el pene y por poco tengo otra erección.
Volví a la cama con mi mujer, pero ella seguía roncando. No sé que hubiera pasado si hubiera estado despierta. Probablemente me la hubiera follado también. Me di la vuelta y al poco me dormí con el recuerdo del sabor de la boca de mi hija.
Mientras tanto el padre de las mellizas veía la televisión con ellas y su mujer. Las chicas estaban sentadas en el suelo con unos bañadores de color verde claro. Con sus muslos contra el suelo y sudorosas cómo estaban, hacían que su padre no tuviera ojos para la televisión y solo las mirara a ellas. De vez en cuando cambiaban de postura, levantándose ligeramente y notando como sus nalgas oscilaban de un lado al otro.
El padre tuvo que ir un momento al baño a refrescarse y cuando volvió, sus hijas y su mujer vieron cómo tenía una erección de caballo.
Se quedaron mirándose los cuatro y el padre se quitó los pantalones y se quedó en calzoncillos. Las chicas como locas se echaron sobre el y le bajaron los calzoncillos y le chuparon la polla mientras su madre los miraba sin hacer nada.
El padre cerraba los ojos mientras sus hijas actuaban y llegaba al orgasmo. Se agarró de la cabeza de la numero 2 y eyaculó. Casi no le dio tiempo a apartar la cara y unos buenos chorros salpicaron el escote de las dos putitas.
Después de recibir la corrida, se levantaron las dos y se quitaron el sujetador del bikini y se limpiaron la leche con ellos. El padre miraba las tetas grandes de sus hijas ahora sin la protección de los bikinis, y les acarició las tetas. Las muy putitas acabaron por desnudarse del todo.
La madre se acercó a ellos y quedándose en pelotas reclamó su dosis de leche para ella también.
Se agacho y comenzó a chupar la polla de su marido que acababa de correrse, mientras las hijas de rodillas contemplaban cómo su madre le comía la polla a su padre.
Al poco las chicas empezaron a masturbarse. Se tocaban sus labios y luego pasaban a su clítoris. Al final acabaron masturbándose mutuamente. Se miraban como embobadas las dos mientras llegaban al orgasmo. Para entonces su padre volvía a estar empalmado y su madre estaba acabando la felación.
-¡Aaaaaah! ¡Aaaaaah! Gemía el padre. Voy a correrme, voy a correrme.
-Córrete cariño, córrete en mi boca. Las niñas no saben lo que se pierden.
El padre echó la cabeza para atrás y se corrió esta vez en la boca de su mujer que se lo bebió todo.
Las chicas los miraban embobados. El padre se sentó en el suelo, estaba agotado.
-Ahora imagino que no podemos pedirte que nos folles el coño a las tres, ¿no? Le dijo la madre.
-Ja,ja, ya podéis ir olvidándoos hasta esta noche, les dijo este.
-Pero papá, dijeron las chicas, estamos muy calientes, el dedito no nos ha satisfecho como tu polla.
-Nada, lo dicho, esta noche os daré lo vuestro.
Por un momento se quedó pensando si podría seguir satisfaciendo tres coños con solo su polla. ¿Necesitaría viagra?
Casi al mismo tiempo, el hombre de 70 años estaba siendo cabalgado por la hija de su mujer. Con los ojos cerrados y el cuerpo echado hacia atrás, la chica se apoyaba en su pecho, mientras el hombre contemplaba cómo sus pechos subían y bajaban, muriéndose de gusto.
-Papá, papá, se había acostumbrado a llamarle así aunque en realidad fuera su padrastro.
No le importaba que su polla fuera mayor, lo importante era que funcionaba y a la chica le daba igual. Desde que se la follaba no había vuelto a necesitar viagra ni nada.
Un rato más tarde el hombre eyaculó con fuerza. Varios chorros inundaron el coño de la chica que cómo tomaba la píldora no tenía que preocuparse de que la embarazara.
Después de acabar, se quedaron abrazados. Como el padre de las mellizas, estaba claro que tampoco podría hacerlo ahora, aunque su mujer se lo pidiese.
Cómo si se hubieran puesto de acuerdo todos, el joven de 25 años estaba duchándose. Estaba cuidando a la chica que se tiraba, la muy jodía con 18 años, le ponía más que muchas de 30 a las que se había tirado.
Estaba lavándose el pelo, cuando tocaron dos golpes a la puerta.
-Pasa, estoy en la ducha.
-Me hago pis, perdona.
La chica entró y se sentó en la taza. Se levantó, se limpió y el chico abrió la puerta de la mampara y se quedó mirándole el chocho.
-Qué guarro eres, le dijo. Y diciendo esto se abrió de piernas y se abrió los labios.
El chico sonrió.
-¿Contento?
-Mucho, luego te veo.
Terminó de ducharse. Pese a que se aclaró con agua fría, salió empalmado.
-Mira cómo me has dejado.
-Pues eso tiene fácil arreglo. Vamos a mi cuarto.
Los dos entraron en el cuarto, estaban solos. La chica se tumba en la cama y se abre de piernas. El chico esta vez lleva un condón en la mano.
Le ayuda a ponérselo mientras le mira con cara de guarra.
Cuando ya lo tiene puesto, directamente va a su coño y la penetra. Lo envuelve con sus piernas y el chico la bombea fuerte.
No dejan de follar, seguros de estar solos y que nadie volviera a casa hasta muy tarde.
La chica se cansa de estar debajo de el en un rato y se da la vuelta y comienza a cabalgarle. Pero el no se queda conforme con eso y la cambia de postura y la pone a cuatro patas.
Están follando así, cuando llaman al timbre.
-¿No irás a dejarme a dos velas?
-Pero están llamando, dijo el chico parando de metérsela.
-Si paras ahora, te la corto. Dijo riéndose.
-Vale, como quieras.
Siguieron follando mientras el timbre seguía sonando y finalmente el chico se corrió dentro.
Al final se cansaron de llamar y el timbre dejó de sonar.
-Oye, que sepas que yo no me he corrido aún.
-Uf, tía, no se si podré recuperarme. Dijo saliéndose de ella.
-¿Quieres que se lo cuente a mi madre? ¿Qué te follas a su hija de 14 años?
-Si te pones asi....
El chico se levantó y se fué.
Cuando volvió, se había tomado una viagra, un colega se la había pasado y así pudo volver a empalmarse.
Esta vez follaron de pie. Con ella apoyada contra la pared y sus tetas adolescentes botando como todas, y el agarrado a sus hombros.
El duraba y duraba debido a su reciente corrida. Esto le preocupaba porque su madre estaría a punto de aparecer.
Justo cinco minutos antes de que volviera, el se corrió finalmente. Salpicó sus tetas y vio cómo su semen caía por su tripa hasta su ombligo y finalmente, hasta su coño.
La muy guarra, cogió algo se semen y lo chupó y se lo tragó.
Tuvieron tiempo apenas de limpiarse un poco y vestirse antes de que llegara su madre.
Cuando entró los encontró sentados a la mesa repasando los deberes y tomando leche con chocolate.
Como si no hubiera pasado nada.
Esta historia está a punto de concluir, solo queda un capitulo más.
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