El Club de los Machos Rancheros

Rafa tuvo una idea brillante, formar un club de sexo para rancehros gays llamado "Los Machos Rancheros".

El Club de los Machos Rancheros

Gato, lo invito a una reunión en mi casa… aprovecho que mis padres se fueron con mi nena de viaje

Bueno, está bien Rafa, yo pongo las cervezas.

Vaya, aunque el guaro va a abundar porque vienen otros amigos míos.

¿Y qué, con ellos… también?

¡Ja, les encantan la verga! Tiene que ver las cosas que hacemos todos juntos

¿Y qué hacen pues? – pregunté haciéndome el tonto.

Pues de todo… en esas reuniones se da verga como loco… y se recibe también, je, je. – ese comentario bastó para ponerme en estado de alerta a mi paloma.

Quedé de ir a la reunión, que sería al día siguiente, viernes. Desde hacía un tiempo Rafa me estaba contando acerca de sus amigos, de lo viciosos que eran, de cómo les gusta el sexo con machos. Me decía que cuando vieran mi verga no iba a querer bajarse de encima… y que cuando conocieran mi trasero tampoco iban a querer salirse de el.

Rafa, un ranchero del oriente de Guatemala al igual que yo, vivía una doble vida que, por ningún motivo, podía salir a la luz. Ya expliqué lo homofóbica y prejuiciosa que era la sociedad en la que nos movíamos, muy machista, conservadora y cerrada, jamás iban a poder comprender que nos gustaran los hombres.

Me comentó que desde hacía bastante quería formar un club de sexo de rancheros gays, de esos que se anuncian en las revistas pornográficas y en el Internet. Sin embargo nunca se había atrevido a llevar el plan a cabo por el mismo temor de se descubierto. El mentado club empezaría con 4 miembros, el, sus 2 amigos y yo.

Se suponía que yo debía hacer una diligencia a la capital, supervisar cómo iba la construcción de mi departamento, pero por dicha reunión no quise ir. Ya todos ustedes leyeron de cómo fue que terminé mi relación con mi hijo/hija Kike y de cómo he tratado de salir adelante y no quedarme solo y sufriendo, pero no de cómo me he adaptado a los diversos cambios de se van dando, tanto en mi como en los que amo.

Como recordarán, la razón por la que Kike, mi hijo, terminó conmigo fue Laurita, su esposa. Lo que ocurrió es que ella quedó embarazada de uno de sus amantes y aceptó ser su mujer, además de serlo también de mi hijo. Por si fuera poco aceptó también ser mujer de otra mujer, una de sus tantas amantes que se enamoró de ella (¡qué relajo!). Kike comprendió que, si aquello iba a tener un final feliz, debía llevarla a un sitio en donde pusiera estar segura.

Habló con Alberto y Bianca, las otras 2 parejas de Laura, y estuvieron de acuerdo en llevársela a vivir a una casa nueva en la capital, dentro de una colonia muy segura localizada en medio de un bosque. Allí no solo estarían lejos de la vista pública, sino la mantendrían segura, pues aunque Alberto y Bianca no quisieran aceptarlo, Lalita estaba perdiendo el control y, poco a poco, la estabilidad emocional en su vida.

Pues bien, aprovechando que junto al terreno donde se construía la nueva casa había un lote en venta, aproveché para comprarlo y construir allí, necesitaba de una casa en la capital y me agradó la idea de vivir junto a ella, así podría estar siempre cerca de mis nietos. Claro, aquello no agradó mucho ni al tal Alberto ni a la tal Bianca, pero a mi qué me importaba lo que ellos pensaran.

El día del "evento" me presenté puntual, iba vestido normalmente, lo único distinto era una tanga masculina anaranjada que Kika me había regalado, que no era más que un calzoncillo con una delgadísima tira que se me metía en lo profundo de mis nalgas. Ya todos estaban presentes y Rafael procedió a las presentaciones.

Miren muchá, les presento a mi amigo el Gato

Tito Estrada para servirles. – dije estrechándoles las manos.

El es Armando y el Carlos… o Carlitros para los amigos.

La reunión estaba muy amena, con música ranchera de fondo, cerveza hasta para ducharnos y la casa a nuestra total disposición. Sus amigos eran bastante agradables también. Carlos, o "Carlitros", era un hombre de mediana estatura de unos 35 años, peludo y relleno, pero no gordo, extrovertido y bromista, muy agradable para andar por allí. Armando era un tipo de unos 30, moreno, más o menos lampiño, delgado y como de 1.77 de estatura, bastante más callado que Carlitros, pero igualmente agradable.

A Rafael ya lo conocen, es un tipo sumamente guapo, con un cuerpo espectacular, esculpido en el rudo trabajo del campo. Es delgado, con una musculatura muy desarrollada, cubierta de una gruesa pelambrera, mide 1.80, tiene un trasero pequeño, pero duro y redondo, y una verga de 22 cm., bastante gruesa. Su rostro es agraciado, alegre y vivaz. Tenía 33 años.

Y yo, pues también me conocen. Mido casi los 2 metros y tengo un físico envidiable a pesar de mi edad, 56 años, con una musculatura muy desarrollada. Soy peludo como un oso, tengo cabello castaño claro, cada día con más canas grises. Mis ojos son verdes esmeraldas y mi rostro muy agraciado, con bigote y barba. Tengo un enorme trasero, redondo y firme, con un ano capaz de tragarse cualquier cosa y súper sensible. Adelante me cuelgan 2 enormes y gordos huevos por debajo de una verga que, cuando crece, alcanza los 30 cm. y 6 de diámetro.

La alegre tertulia fue interrumpida por Rafa para dar inicio a la primera reunión del nuevo club de sexo gay.

Amigos mío, hermanos del alma… sean bienvenidos a mi casa… – nos dijo de forma teatral.

¡Bravoooooo! – aplaudimos todos.

Hoy estamos celebrando el nacimiento de nuestro Club de Sexo Gay, que he llamado el "Club de los Machos Rancheros", que nace para que podamos coger como locos y armar nuestras propias orgías. El "compadre" Carlitros leerá el reglamento por el que nos regiremos en este club.

Gracias "compadre" Rafa. – aparentemente íbamos a usar el "compadre" en lugar de decir "hermano" – Las reglas son sencillas y no son muchas. La primera, todo lo que se hace aquí, se queda aquí, está prohibido revelar nuestras cosas en la calla. Dos: todos meten verga y todos reciben verga, aquí no hay ni mierda de pasivos o activos. Tres: no solo nos juntamos para tener sexo, somos amigos y nos ayudamos y apoyamos siempre. Cuatro: los nuevos miembros pueden entrar solo nosotros 4 los aprobamos y solo un miembro puede invitar a alguien a venir. Cinco: no se puede invitar a nadie que solo quiera venir por curiosidad, o se vuelve un "compadre" o no viene desde el principio.

Esas son nuestras 5 reglas compadres

Nuevamente estallamos en vítores los 4, aplaudiendo felices y mirándonos ansiosos. Los 4 estábamos excitados, esperando a que Rafael diera la señal de inicio para la orgía que seguramente se formaría. Me sentía observado, yo era por mucho el mejor ejemplar de esa tarde y sabía que estaban deseando cogerme como locos.

Sin más que decir, ¿qué les parece si nos desnudamos de una buena vez y empezamos a coger como locos? – y nuevamente estallamos como locos en gritos y vítores.

¡Culos a la obra! – gritó Carlitros.

Nos denudamos a mil por hora, todos estábamos ya muy excitados y con las vergas paradas. Carlitros y Armando veían incrédulos el tamaño de mi paloma, con sus 30 x 6 cm. parados y duros a más no poder.

¿Ven?, les dije que el compadre Gato estaba muy bien armado… – dijo Rafa arrodillándose frente a mi inmediatamente.

Se metió mi talegota entre la boca mamándomela con pasión, con succiones largas y llenas de saliva. Mientras tanto los otros 2 se me acercaron y pidieron su ración de carne. Los 2 estaban decorosamente dotados, Carlitros con un pene de unos 16 o 17 cm., sobresaliendo por encima de una densa masa de pelos, y Armando con uno de unos 18, pero un poco delgado.

Carlitros se arrodilló junto a Rafa para disputarle mi pene mientras que Armando se arrodillaba detrás de mí y metía la cara en medio de mis carnosas nalgas. Qué rico, qué sensaciones tan deliciosas, 2 lenguas sobre mi pene al mismo tiempo y una mas lamiendo mi ano era increíble. Las 2 lenguas de Rafa y de Carlitros iban desde mi glande hasta mis testículos, sentía que en ocasiones llegaban tan adentro que se encontraban con la de Armando, que entraba y salía de mi recto de una forma enloquecedora.

Yo tenía los ojos cerrados, respiraba aceleradamente y casi me temblaba el cuerpo, era algo que me estaba llegando a otros mundos. Entonces sentí como algo entraba dentro de mi puerta trasera, era demasiado grande como para tratarse de un dedo, por lo que, felizmente, deduje que Armando ya me estaba dando palo.

Gato, ¡qué culo más bueno! – me dijo mi jinete, hablándome al oído, dejándome sentir su tan masculino aliento a cerveza.

Se aferró de mis caderas y empezó a sodomizarme, despacio, sin prisa, metiéndomela hasta los huevos. Adelante, los otros 2 se percataron de lo que estaba pasando mirando desde abajo como entraba en mi cuerpo aquella verga y se excitaron más.

Poco a poco el ritmo de la cogida de Armando fue acelerando, y yo me fui acercando al sillón para ponerme en 4 sobre el. Por su parte, Carlitros y Rafa dejaron por un lado mi voluminoso aparato y se dirigieron al mismo sillón, en donde el primero se puso de espaldas, apoyando las manos en el respaldo y parando ese impresionante y enorme culo redondo y depilado lo más que podía para dejarse ensartar hasta los huevos por la verga de nuestro anfitrión. Debo aclarar que tanto Armando como Rafael tenían puestos condones.

Pronto Carlitros y yo nos encontrábamos gimiendo como perras desesperadas, empalados en 2 poderosos mástiles de carne. Las caderas de Rafa y de Armando rebotaban con fuerza sobre nuestros traseros, sus manos nos tomaban con fuerza de las caderas y nos propinaban fuertes nalgadas o nos sujetaban del cabello como si fuesen riendas. Me encanta estar así, dominado y sometido de esta forma.

¡¡¡RAFA, RAFFAAAAAA!!! ¡¡¡UUGGHH, UUGGGHH, UGH!!! – gemía Carlitros.

¡¡¡AAHH, OOOHHH, UUUGGGHH!!! – gemía yo.

¡¡QUIERO, QUIERO… QUIERO PROBAR LA VERGA DEL GATO!!

Carlitros se enderezó de repente y se sacó la vergota de Rafa, se metió debajo de mi cuerpo, sentándose justo al borde del asiento con las piernas abiertas en el aire. Armando bajó el ritmo de las cogidas, para dejarlo maniobrar mi poderoso aparato, al que puso un condón XL.

¡Puta madre, esa mierda me va a destrozar! – decía el, pero no se detenía.

Colocó la punta de mi paloma en medio de sus nalgas, justo sobre su ano, y comenzó a jala y yo a empujar. La verga de Rafa lo había dejado con una muy buena dilatación (aparte que, indudablemente, miles de vergas ya le habían roto el culo antes y lo tenía permanentemente abierto) por lo que mi pene se deslizó lento, pero sin detenerse. Yo solo veía a Carlitros gesticular y hacer muecas mientras lo iba sodomizando hasta que mis testículos toparon con su trasero.

¡¡¡ALA PUTA!!! ¡¡¡AH, AH!!! ¡Dele Gato, cójame con ganas, no me tenga piedad!

Empecé a metérsela y sacársela despacio, moviendo las caderas en círculos, sintiendo al mismo tiempo la verga de Armando dentro de mi cuerpo. Gradualmente la velocidad de mis acometidas aumentaba y el ano de mi amante iba dando de si, desde mi posición veía su esfínter contraerse y casi salirse saltando con mi mete y saca. Pero fueron los tremendos ataques de Armando contra mi culo los que acabaron definitivamente de convertir mis embates en violentas agresiones contra ese culo.

¡¡¡¡UUGGHH, UUGGGHH, UGH!!!! ¡¡¡¡OOOOOOOUUUUUUGGGGGGGHHHHHHHH!!!! – gemía enloquecidamente Carlitros, terriblemente empalado.

Permiso… – dijo Rafa, acuclillándose sobre la cara de Carlitros y dándole el culo para que se lo chupara mientras yo capturaba su hermosa verga entre mis labios.

Rafa restregaba el culo sobre el rostro de Carlitros, moviendo las caderas en círculos, mientras hacía que mi boca bajara y subiera violentamente sobre su barra dura de carne, que me llegaba hasta la garganta. Abajo, Carlitros gemía ahogadamente mientras mi tronco lo horadaba sin piedad. Por mi parte era violentamente empalado destre atrás, sintiendo como ese duro miembro entraba y salía de mi, con fuerza, con brusquedad.

Así, la cogida siguió adelante, la sala se convirtió en un salón de concierto de gemidos masculinos, alaridos de placer. Todos estábamos cubiertos de sudor y jadeábamos con nuestras respiraciones y corazones acelerados. Rafa fue el primero en acabar, la lengua de Carlitros sobre su ano y mi boca en su pene fueron demasiado.

¡¡¡GATO, GATOOOOOHHH!!! ¡¡¡¡¡AAAAAAAAAGGGGGGGGHHHHHHH!!!!! – gritó, llenándome la boca con abundantes borbotones de su viscosa esperma que, por la fuerza de sus embestidas, se me salía de la boca y se derramaba sobre el cuello y pecho del otro.

Rafa se levantó y se dejó caer en el sillón que había al lado, empapado, exhausto. Carlitros me tomó del cuello y me jaló hacia el, besándome apasionadamente, sorbiendo de mis labios el semen de nuestro amigo, berreando extasiado por mi falo perforándolo.

Armando me tomó con fuerza del pelo, lo notaba más agitado, jadeando con más fuerza e intensidad. Sacó entonces su pene de mi interior y lo despojó del condón, eyaculando a chorros sobre mi redondo y peludo trasero.

¡¡¡¡AAAHH, AAHH, AAHH!!!! ¡¡¡¡PUTA MADRE GATO, AH, AH, AH, AH!!!! ¡¡¡¡AAAGGGHH!!!! – sus chorros candentes llenaban mis nalgas y resbalaban por mis muslos, su aliento calentaba mi cuello y su sudor se mezclaba con el mío… ¡qué rico!

Ya solo quedábamos Carlitros y yo. Tomé su pene con una mano y lo empecé a frota al tiempo que le sacaba la verga y permitía que Armando le quitara el condón y me la frotara con fuerza. Carlitros estalló sobre su prominente vientre llenándolo de su esperma, y Lugo yo, disparando una abundante andanada que le llegó desde la panza hasta la cara, mientras dábamos de gritos y exclamaciones obscenas.

Aquello solo estaba iniciando, ¡puta!, como esperaría de ansiosamente a la próxima reunión

Fin.

Tito (Garganta de Cuero).

Pueden mandarme sus comentarios y opiniones a mi correo electrónico, besos y abrazos.